Un montón de pequeña cabecillas corrían por el amplio patio de la casa Choi.
Choi Minho el hijo menor de los Choi. Festejaba su cumpleaños número 9. Todo un hombrecito según el pero seguía hurgando su nariz. Sorbiendo en pajillas. Y escondiendo a distintas mascotas desde tarántulas hasta pequeños cachorros en su habitación.
En un principio Minho tenía que estar en la entrada recibiendo a sus invitados y sus obsequios pero en cuanto miro a Jinki y Taemin abandono su puesto y corrió se despojó de su corbata. Que ahora era la representación de que era un ninja ya estaba colocada en su cabeza pegando sus ondulados y negros cabellos a su frente sudada de tanto diversión que tenía con sus amigos y compañeros de colegio.
-Nos faltan al menos dos para jugar futbol Minho.- se quejaba el pequeño Taemin en lindos pucheros.
-Jong no tarda en llegar… ¡OH! él dijo que traería a sus primos que recién han llegado de América.- recordó de pronto el festejado.
Justo en ese momento su madre lo llamo.
-Ven Minho ya han llevado los Kim… ¡Dios! Minho mira tu ropa…-su Omma de inmediato trato de alaciar su ropa y quito su corbata para tratar de anudarla de nuevo. Mientras Minho se movía inquieto cuando su madre comenzó a peinar sus cabellos.
-Omma, Ommaaaa nooo.-
-No me digas que este es el pequeño Minho.- su madre dejo de buscar en mejor aspecto en el desastroso aspecto de Minho.
-Un gusto soy Choi Minho.- saludo amablemente a la amiga de su madre. Estuvo un rato a su lado escuchado el parloteo de su Omma y su amiga. Cuando sus ojos miraron a Jonghyun. Aprovecho su distracción para salir corriendo en dirección de su mejor amigo.
-Jong porque tardaste tanto no vez que…- sus palabras murieron. Cuando sus enormes ojos miraron a el chico alado de Jonghyun. “Un Ángel…” pensó. Al mirar a aquel chico bien vestido. De piel blanca como las nubes. Y rubios cabellos como el sol.
Minho seguía mirando a aquel niño cuando sintió un fuerte golpe en su brazo.-Auch ¿Por qué hiciste eso Jonghyun?
-No es obvio…-dijo mientras le mostraba a Minho su regalo. Era un balón de futbol. El balón Mx200 el balón con el mejor diseño en el mundo.
Minho no sabía si reír por aquel súper regalo o llorar por haber perdido la visión de aquel Ángel. Fue una especie de ilusión pensó Minho.
Estuvo jugando con sus amigos hasta la hora de partir su pastel. Estaba frente a aquel rico pastel de chocolate devorándolo con la cara con restos de aquel dulce. Ya que sus muy queridos amigos lo habían querido ahogar en pastel.
Cuando sus ojos miraron de nuevo a aquel rubio. Rápidamente tomo una rebanada y fue así a la dirección de ese chico lindo.
Estaba frente al rubio con el pastel en la mano. Descubrió que de cerca se veía más bonito con aquellos ojos hipnóticos.
-Yo…Yo…-
-Hola.- dijo aquel niño bonito de ojos afilado y blanca piel.
Y Minho descubrió su primera estupidez infantil. Aquel “Hola” había sido demasiado para su pequeña mente. El resultado de su primera estupidez en progreso había sido con un Minho extendiendo la mano demasiado muy…muy cerca de aquel niño de piel blanca tan cerca que la rebanada de pastel termino en la bonita cara.
Las risas no se hicieron esperar. Un regaño le fue dado a Minho y la mama del niño bonito socorriendo a su hijo. Minho sin entender realmente lo que había sucedido.
-Eres un idiota Minho…- le susurro Jonghyun a Minho. Y este abrió en exceso sus de por sí ya enormes ojos. Su amigo había dicho una palabrota.
-Pero ¿Qué?
-Kibum jamás olvidara esto…
-Fue un accidente.
-Él no lo ve así.-dijo de manera exagerada el pequeño infante con cara de dinosaurio sacudiendo a Minho por los hombros.- no viste sus ojos…el Planea…un plan.
-¿Una plan?- pregunto desconcertado Minho.
-Venganza.- dijo en susurro Jonghyun mirando a todos lados con temor de ser escuchado.
Lástima que aquellos dos ni miraban justo como los pequeños afilados ojos gatunos de Kibum. Los miraba por la ventanilla del auto de su Omma. Mirando con odio a aquel cara de rana.