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De Aristocracia y Otras Estupideces. por Menz

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Notas del capitulo:

Holaaaa, disculpen el retraso pero uuuf la vida de los superhéroes es complicada jajaa ok no. Bueno como verán el título de este cap es en homenaje a Juego de Tronos, !el invierno se acerca! Putos caminantes blancos. !John vuelve!

Disfruten y lean, lean, lean. Porque una vida sin libros y fics, no es vida.

!Accio cap 28!

Estaba algo preocupada. Desde que Cristina y ella escucharon a esas putas viejas y  los planes de Carlota, su novia se la había pasado enojada, muy enojada. Ese día, jueves, se había escapado y había ido a visitar a su tío Sebastián. Le había contado todo al anciano y éste le aconsejó paciencia y prudencia. Pero sabía que su flamante novia era una tirana autoritaria. Ahora iba de regreso a la mansión, ya era algo tarde. Seguramente ya todos se preparaban para dormir. Se bajó de la moto y se encaminó a la habitación de su azabache. Cuando entró, el cuarto estaba semi oscuro, solo lo iluminaba una lámpara. Cristi leía.

-Hola amor.

-Por fin llegas.- La azabache estaba ceñuda.

-Lo siento, el padre Sebastián habla mucho.

-Si lo sé. Ven.- Cristi abrió los brazos y Ale se acurrucó sobre ella.

-Bonita, no quiero que hagas una locura, ¿de acuerdo?

-No sé como puedes estar tranquila.- La azabache bufó.

- Sabíamos que se pondrían así cuando se enteraran de nuestra relación. Todos esperaban que te comprometieras con un chico, que salieran sonrientes en las fotografías, abrazados, besándose…

-Podemos salir tu y yo en esas fotografías.- Cristi le dio un besito en la nariz.

-Creo que el mundo aristocrático no está listo para algo así.

-Pues a mi no me importa, yo quiero estar contigo. Te amo, Alejandra. Y si ellos no están listos, eso me tiene sin cuidado. Yo estoy lista para ti.

Podía ver la determinación en esos ojos grises. Sonrió al tener la certeza de que lo que decía Cristina era verdad. Sería muy duro estar juntas pero se amaban y eso las haría fuertes. Más fuertes que cualquier habladuría o prejuicio.

-Yo también te amo, Cristi.

Se estiró para besar los labios rosas de la chica. Su novia enseguida correspondió, atrapando su rostro entre sus manos. Los besos eran roces tiernos, suaves. No quería apresurarse, quería disfrutar de ese momento con esa chica linda. Sonrió cuando la azabache coló sus manos bajo su camisa y empezó a acariciarle la espalda.

-Ale, asegura la puerta.- pidió Cris con la respiración ligeramente agitada. Como si se hubiera electrocutado, brincó de la cama y corrió a poner el seguro. De camino a la cama se quitó la camiseta y la tiró por ahí. Se colocó sobre su azabache que la miraba sonrojada.- A eso le llamo rapidez.- Cristi le tomó el pelo.

-¿Qué esperabas? Hace mucho que no lo hacemos.-  Puchero.

-Que exagerada, apenas cuatro días.

-Los cuatro días más largos de mi vida.

-Tonta.

-Anda, quítate toda esa ropa que te ves más linda sin ella.- Su novia rio y se quitó la blusita infantil que traía y los shorts. ¡Cristi no tenía sostén!

La chica volvió a tomarla del rostro y empezó a besarla mientras giraba el cuerpo para quedar montada en ella. Sin romper el beso le desabrochó el pantalón y empezó a bajárselo lentamente, aprovechando la piel expuesta para tocarla.

Flexionó las piernas para quitarse el pantalón y mandarlo lo más lejos posible. Cristina repartía besos por su cuello y ella se distraía tocándole las pompas. Su cuerpo estaba alborotado. Era tan alucinante sentir los senos de Cristi presionándose sobre ella…

Ahora Ale giró y se colocó arriba. Miró con odio la única prenda que le quedaba a Cris, cubriéndole su zona íntima. Sin piedad tiró de la tela, rompiéndola y desnudando completamente a la azabache.

-Que impaciente…- Pero ahora fue la azabache quien terminó de desnudarla. Su novia abrió las piernas para que Ale se acomodara entre ellas. Se fundieron en otro beso, empezando un movimiento con las caderas.

Se daba cuenta de como el calor y el deseo se apoderaban de su cuerpo. Estar haciendo el amor con Cris era una delicia, la travesura más grande que compartían.  La azabache suspiró cuando Ale empezó a recorrer su hombro derecho, dejando decenas de besos en él. Cristi la abrazaba por el cuello, descansando las manos en su espalda y le rodeaba la cadera con las piernas.

-Cristi, ¿sientes eso?- Preguntó a su novia restregando su intimidad en ella para hacerle sentir la humedad en esa parte.

-Sí…- La azabache jadeaba.

-Es por ti.

-Ale… te deseo… ya…- Regresó a besar los labios de su novia mientras una mano se deslizaba por el cuerpo de la chica.

Su novia suspiró cuando su mano llegó a su entrepierna. Sintió mucha lubricación en Cris. Sus dedos jugaron traviesos unos minutos en esa parte al mismo tiempo que besaba el cuello de la chica.

-Estás muy mojada.- logró decir contra el cuello de Cristina.

-Me perviertes, ¿no te da vergüenza?- Cristi le dio un golpecito juguetón en el hombro.

-Si, pero me aguanto.

-Te amo, pervertida.

Cristina empezó a besarla y no rompieron el contacto aun cuando la azabache jadeó al momento en que introdujo dos dedos en su interior. La estrechez de su novia era deliciosa, excitante. La humedad de la chica facilitaba el movimiento de sus dedos. Decidió observar el rostro sonrojado de Cristi. La forma en que su pecho subía y bajaba, cada vez a mayor velocidad. Le encantaba la mirada sensual con que la chica la veía a los ojos. La entrega de Cristina era total. Sabía que en esos momentos solo existían las dos, una para la otra.  Sonrió sin interrumpir las penetraciones y besó la nariz de Cristi que también sonrió. Eso no era sexo, era hacer el amor.

-Te amo Cristi, no sabes cuánto.

Las embestidas eran firmes y rítmicas, al tiempo que sus cuerpos y el colchón se movían. Se excitaba más a cada momento con solo escuchar y mirar a su novia. No pasó mucho cuando sintió las contracciones dentro de la azabache. Ya conocía el tono de los gemidos de su chica al momento de terminar y justo eso llenaba la habitación. Cristina estaba teniendo un orgasmo.

Espero unos minutos a que la azabache controlara su respiración. Su novia la abrazó, ocultando la cara en su cuello. Escuchó a Cristi soltando una risita y sintió un beso cerca de su oreja. Su novia se impulsó para hacerlas girar sobre la cama y sentarse sobre la pelvis de Ale.

-¿Lista para el segundo round?- Preguntó coqueta, Cris.

-Oh, si.

 

 

 

Había pedido una camioneta pues ese día después de clases, pondrían en marcha el plan para quitarle lo feo a Nico… al menos lo intentarían. Y ahora caminaba de la mano de su novia en el centro comercial. Obviamente Nico, Lisa y Nat iban con ellas.

-Creo que primero hay que ir al salón de belleza.- opinó Cristi.

-¿Salón de belleza?- Su amigo parecía asustado.

-Claro, confía en mi.- Cris la soltó para tomar a Nico del brazo y arrastrarlo hasta el salón. Natalia reía como demente disfrutando el sufrimiento del chico.

Parecía que Cristina conocía muy bien a los estilistas. Habló con ellos un momento y sentó a Nico en la silla giratoria.

-Cariño, te dejaremos hermoso.- Un estilista tomó la barbilla de su amigo y le examinó el rostro. Ale no sabía si reír a carcajadas… o reír a carcajadas. Nico miraba con algo de recelo a ese sujeto.- Empezaremos por una depilación extrema.

Se sentó junto con Cris y sus amigas en una pequeña sala de espera. Cristina la pellizcaba o le daba codazos para que se comportara. ¡Era tan gracioso ver a ese par de mariposas hacerle el tratamiento de belleza a Nico! Su amigo arrugaba la nariz cada que le arrancaban vello  facial o corporal.

Lisa estaba fascinada poniéndose una crema en la cara y Cristina leía una revista de moda y belleza. Natalia por ratos miraba embelesada a su novia rubia y luego soltaba una risita al ver a Nico con rodajas de pepino sobre los ojos.

-¿Esto tardará mucho?- Interrogó a la azabache.

-Algo. ¿Ya te aburriste?

-No, ¿Cómo crees?- ¡Aburrimiento total!

-Vete a dar una vuelta con Nata, ella también está aburrida.- Lisa se había acercado.

-¿En serio puedo ir?- Preguntó la demente algo sonrojada.

-Claro mi niña.- Ale sonrió burlona al ver como Nat se ponía aún más roja. Lisa besó de piquito a su novia. Aguantando la risa, jaló a su amiga psicópata de la ropa y salieron del salón para recorrer la plaza comercial.

-Lisa y tu están muy enamoradas ¿no es asi?- ¡Que chismosa!

-Si.- Ahora lo rojo le cubría hasta las orejas.- Siempre he estado enamorada de ella.- Podía notar la vergüenza en Natalia.

-¿Siempre?

-La conozco desde los 11 años. Teníamos el mismo maestro de música. Cada tarde me sentaba en el mismo rincón de la casa de nuestro maestro y la miraba tocar el piano. Ella era la que siempre hablaba, yo solo la miraba y asentía a todo lo que me decía. Siempre fue rara y eso me hacía amarla cada vez más.- ¿En serio Nat le estaba contando eso? Creyó que su amiga era capaz de rebanarle el cuello primero antes de contarle sobre sus sentimientos.

-¿Y fue hasta ahora que te le declaraste?- Nata negó con energía.

-Fue… fue ella. Yo nunca había tenido el valor de iniciar las conversaciones, siempre era ella la que hablaba.- Eso no lo dudaba.- Un día que salimos de la universidad me pidió que la acompañara a comprar un helado. Fuimos y nos sentamos en el pasto de un parque y ella me dijo. “¡Mira! Esa nube tiene la forma de este cono. ¿No te parece? Y  esa de ahí parece un corazón enamorado, justo como está el mío de ti.” Me quedé de piedra observándola mientras ella lamía su cono como si nada. Creí que había escuchado mal. Pero entonces dijo: “¿Quieres ser mi novia?” Yo solté mi cono sin poder coordinar mi cuerpo o mi mente. Al final dijo: “Genial, ya somos novias” Y me besó.- No pudo evitar reír como desquiciada. ¡Que cosa tan rara!

-Eso… fue… extraño…- Se apretaba las costillas pues ya le dolían.

-Lisa es extraña.- Admitió ceñuda y con esa expresión de enfado que siempre tenía.- Espera.- Se detuvo frente a una vitrina. Era una joyería y se podía ver una infinidad de anillos.

-¿Qué haces?- Se acercó a Nat.

-Nada.- Pero su amiga seguía mirando los anillos.

-¿Te comprarás uno?

-No.- Nata dio un paso a la derecha y acercó más sus ojos al aparador.

-Espera ¿no estarás pensando…?

-Cállate.- La mafiosa le dio un zape y siguió caminando. Se apresuró a ir tras ella.

-Dime que no es lo que estoy pensando.- No pudo evitar usar ese tono burlón.

-¿Tu no… no has pensado en que Cris y tu…?

-Pues no. O sea si estaría genial pero somos demasiado jóvenes y yo…- Ok esa palabra le daba algo de miedo.- Creo que estaría bien esperar algunos años.

-Como quieras.

Estuvo con Natalia recorriendo algunas tiendas por casi una hora, hasta que decidieron que era hora de volver. Cuando entraron al salón, Nico tenía nuevo corte de cabello, ahora sus cejas eran dos, su piel tenía algo raro que la hacía parecer limpia y suave, sus uñas perfectamente arregladas, en una palabra, se veía respetable.

-Cris, yo no tengo para pagar todo esto.- Susurró apenado Nico mirando la cuenta.

-No te preocupes, es mi regalo.

-No, es demasiado.- Ale miró la cuenta. En ese lugar sí que sabían cobrar.

-Nada de eso.- Cristi le entregó su tarjeta a la cajera.

-Acepta Nico, recuerda que la Condesita es millonaria.- Le tomó el pelo a su novia.

-El dinero es solo dinero. Ustedes son nuestros amigos… Además, yo quiero una cita triple cuando consigas una novia.

-Está bien, gracias.

-¿Y ahora qué? Yo tengo hambre.- Sus tripitas ya gritaban suplicando comida.- Vamos a comer y después sigamos embelleciendo a Nico.

Estando todos de acuerdo se dirigieron a la zona de comida. ¡Que rico olía todo! Cada quien buscó algo para comer. A ella se le antojó pollo a la mandarina con puré de papa. Caminó con su bandeja hasta la mesa en la que ya estaban sentados su novia y amigos.

-Eso se ve muy bien.- Cristi le robó un pedacito de carne.

-Tengo buen gusto para la comida y para las chicas.- Le guiñó el ojo a la azabache.

Sin duda su comida (y la de Cristi) estaba muy buena. Ya sentía su estómago lleno y se creía capaz de soportar un par de horas más sin poner objeción.

Se apresuraron a entrar a una tienda de ropa. Cris empujó a Nico a un vestidor mientras todas corrían buscando algo adecuado. Aprovechando que el vestidor permitía pasar las prendas por la parte de arriba, Ale y Nat le tiraron a su amigo varios pantalones, camisas y playeras. El chico se ponía la ropa y salía para que sus amigas calificaran que tan bien o mal se veía.

-Si fuera heterosexual y te viera con eso… - decía Nat viendo a su amigo modelando una camisa.-  me volvería lesbiana.

-Cállate demente.

-Eres tan tierna.- Lisa se abrazó del cuello de Nat y empezaron a besarse como si el mundo se fuera a acabar. Cristi soltó una risita mientras Ale las veía con la boca abierta. De verdad que esas dos solo se entendían entre ellas.

Hora y media después todo estaba listo. Ya habían comprado suficiente ropa para Nico y aunque el chico en verdad estaba apenado, Cris y ella lo convencieron de aceptar el regalo. Se habían trepado a la camioneta y primero pasarían a casa de sus amigos y después irían a la empresa por si había algún pendiente. Eran las 5.30pm.

-Ahora la segunda fase del plan.- Dijo Cristi justo cuando estaban por llegar a casa de Lisa.- El domingo les espero en mi casa. Habrá una fiesta de piscina e invitaré a muchas chicas lindas, así que ponte guapo Nico.

-¿Muchas chicas lindas?- Interrogó a la azabache.

-Sí, pero tienes prohibido mirarlas. Son para Nico.- Cris la fulminó enojada.

-Tranquila, yo solo te miro a ti.- Lanzó un beso al aire mientras aparcaba.

-Entonces nos vemos el domingo.- Lisa y Nat bajaron. Había escuchado decir que los padres de Lisa habían salido de la ciudad y la rubia estaría sola en casa ese fin de semana… picaronas.

Después de dejar a sus amigas giró para tomar una avenida hasta la casa de su amigo. Vio a Nico bajando con dificultad cargando las  siete bolsas de compras.

-Gracias por todo.

-De nada. Llega puntual al medio día eh.- Ahora sí, rumbo a la empresa.

-¿En verdad crees que resulte?

-Espero. Solo tiene que vencer su timidez.  A las chicas nos gustan las personas seguras.- Cristi le dirigió una mirada coqueta.

-¿Eso te gustó de mi?

-Entre otras cosas…

-¿Cómo cuales?- ¡Semáforo, apúrate carajo!

-Pues ya te he dicho que lo primero que llamó mi atención fue tu forma de vestir y esa actitud irreverente. Te me hacías tan sexy.- ¿En serio tenía que mirarla de esa forma?

-O sea que me morboseabas…- ¡Por fin, verde!

-Algo así.- Cris sonrió traviesa.

Observó unos segundos a su novia, ¡era tan linda! Sin duda conocer a Cris era algo que hacía día a día. Diario descubría algo nuevo de ella y eso la enamoraba más. La azabache era un mundo que le encantaba explorar.

Entraron al estacionamiento y se apresuraron a subir. Amelia ya se había ido pero tenía una pila de correspondencia sobre su escritorio.

-Yo reviso esto.- Cristi entró a su oficina y ella se quedó viendo si había algún envío para su novia. Había cosas para su padre y para Cris. Un gran sobre amarillo llamó su atención. ¿Qué sería? Estaba algo pesado. Revisó el nombre del destinatario y se fijó que era para Cristina. Tomó todo, se dirigía a buscar a la azabache cuando recordó algo. Giró y caminó al otro lado del piso.

Toc- toc.

-¡Adelante!

-Hola.- Saludó. Álvaro estaba de pie metiendo papeles en su portafolio.

-Hola, creí que no habían venido hoy.

-Pasamos a ver si había algún pendiente.

-Ya veo.- El hombre tomó su saco y se lo puso.

-¿Ya te vas?

-Si. ¿Necesitas algo?

-Ehm, no precisamente.- El amigo de su padre la miró un momento y le indicó que tomara asiento. Él también se sentó.- Quería saber como estás.

-Pues bien… aunque no entiendo a qué viene eso.- Álvaro pasó una mano por su mentón, con una barba de cuatro días. La verdad se veía algo desaliñado.

-Bueno pues…- ¿tenía que meterse?- mi tía se comprometió con Gerardo.

-Lo sé.- Álvaro parecía triste y enfadado a la vez.

-Y ¿Cómo te sientes con eso?

-Tu tía es libre de casarse con quien le venga en gana.

-Ok, te sientes mal.- Hubo un momento de silencio.- Estoy segura que aún la amas y tal vez te moleste que me meta pero de verdad me gustaría que mi tío fueras tú. Aunque, siendo sincera, no necesitas estar con Angie para que te quiera así puesto que te siento como mi tío aun ahora… Solo quiero que seas feliz.

-Gracias.- Álvaro estiró la mano sobre el escritorio y Ale se la estrechó. No se soltaron.- Me conmueven tus palabras. Ustedes son mi familia, tu padre es como un hermano para mi y por lo tanto tú eres mi sobrina. Recuerdo que en una ocasión fui a visitarte y me dijiste que querías hablar conmigo sobre algo. Tenías como 12 años.- Rio.

-Uhm ya sé por donde vas.

-Me dijiste que te gustaban las chicas.

-Fuiste al primero al que se lo conté. Me dijiste que eso estaba bien y que no tenía por qué sentirme rara o mal. Y que se lo platicara a mi madre.

-Yo amo a tu tía.- Álvaro le soltó la mano y caminó por la oficina.- El problema es que ella es una odiosa.- Sonrió con amargura.

-No te nota el amor.- Susurró sarcástica.

-No sé si ella sienta algo por mi. Los últimos años nos la hemos pasado peleando y agrediéndonos mutuamente. Y el hecho de que aceptara a Gerardo significa que lo ama tanto como para casarse con él.

-No confío en Gerardo. No se me hace una persona sincera.

-Ni yo confío en él. Aunque tal vez estemos predispuestos en su contra.

-Si también eso puede ser. Habla con mi tía, no pierdes nada ¿no crees?

-No, no pierdo nada.- Álvaro le sonrió con resignación.- Ven.- se acercó al hombre y lo abrazó.- Me alegra que vivas aquí, sobrina.

-También me alegra vivir aquí, tío.

-¿Cómo no? Tienes por novia a la chica más linda del universo.- Álvaro le dio unas cachetadas juguetonas.

-Cristi es taaan bella.- Ok seguro había puesto cara de pendeja pero no le importaba.

-¿Ale?- Escuchó la voz de la dueña de sus sueños, al otro lado de la puerta. Se apresuró a abrir.

-Aquí estoy, amor.- La azabache le dio un beso corto.

-¿Nos vamos?

-¿Terminaste?

-Si, solo tenía unas firmas pendientes. ¿También te vas?- Preguntó la azabache a Álvaro.

-Si, ya me voy.

Bajaron juntos hasta el estacionamiento. Se despidieron de Álvaro, que enseguida arrancó su auto y salió a toda prisa.

-¡Rayos! Olvidé la correspondencia en la oficina de Álvaro. ¿Quieres que volvamos por ella?- Ya estaban saliendo de la ciudad.

-No amor, no creo que haya algo urgente. Se me antoja ver una película.

-¿Quieres ir al cine?

-No, quiero que mañana nos quedemos en casa y veamos algo con Angie, mis papás y los enanos. No sé, tengo ganas de estar en familia. Creo que el saber que tía se casará y se irá me tiene algo melancólica.

-Te llevas muy bien con ella, ¿no?

-Si, muy bien. Cuando era pequeña me trataba como si fuera su muñeca, me llevaba a todas partes con ella y me moría de risa a su lado.

-Entonces si la extrañarás mucho.

Ya estaba oscuro cuando llegaron a la mansión, solo tuvieron tiempo de bañarse y bajar a cenar con el resto de la familia. Angie parecía encantada cuando  Cris le pidió ayuda para la fiesta de piscina del domingo. Ni dos segundos después su tía recitaba una lista de actividades, comida y bebidas para ese día.  Dijo que ella se ocuparía de hacer unas llamadas para que les llevaran lo necesario a la mansión. Guillermo solo escuchaba, resignado de que los terrenos de su casa se llenaran de jóvenes con las hormonas alborotadas. Si quería estar todo el domingo divirtiéndose con sus amigos y su novia, tenía que apresurarse a terminar los deberes.

Se encerró en su habitación y empezó con todo lo que tenía que hacer. Sacó partituras, libros y se dedicó a adelantar todos los deberes pendientes para la siguiente semana. Sus maestros se estaban poniendo perros, las clases eran cada día más duras. Recordó la conversación que tuvo con su padre sobre sus prácticas. No se lo había mencionado aún a Cristina y sabía que debía hacerlo.

Se concentró en sus tareas y eran las 11.15pm cuando su azabache entró a su habitación. Llevaba una bata muy linda. La abrazó por atrás mientras ella seguía sentada en el taburete.

-¿Todo bien?- preguntó su chica besándole la mejilla.

-Si mi amor, solo quise adelantar lo más posible.

-Hoy dormiré aquí contigo, ¿te parece?

-Claro.

-Ya, ven a la cama.- ¿Cómo resistirse? Dejó todo lo que hacía y siguió a Cris. Se sentó en la cama para quitarse los zapatos mientras su novia se quitaba la bata y se subía al colchón. Se apresuró a ir al baño y en cinco minutos ya estaba acostada abrazando a la chica.

-Amor, quiero decirte algo.

-Dime.- Cristi estaba abrazada a ella con la cara apoyada en su hombro y una pierna cruzada sobre su cuerpo.

-Tu papá estuvo hablando conmigo sobre lo de mis prácticas profesionales. Me dio información de varias escuelas en las que podría hacerlas pero son en el extranjero.- Cris guardó silencio unos segundos.

-¿Y tu quieres ir?

-Pues… la verdad aun no reviso los planes de estudio pero sin duda sería una gran oportunidad.

-Entonces hazlo.- Cris le sonrió.

-Pero tendría que irme.

-Una vez te dije que no quisiera que postergaras tus sueños por mi. Me encantaría que tomaras la oportunidad que tengas, sé que nuestra relación podrá resistir esos seis meses. Además… puedo ir a visitarte donde sea que estés. O tú puedes venir.

-¿Me apoyarías en esto?

-Claro. Siempre te apoyaré en todo lo que quieras hacer. Te amo.

-Yo también te amo. Aunque aún no decido si las haré el siguiente semestre o hasta el final.

-Pues eso decídelo después. Ahora vamos a dormir porque estoy muerta.- Cristi le dio un pico y volvieron a acomodarse. Sin duda tenía a la mejor novia del mundo.

 

******** ******** ********

Adoraba ver dormir a Ale. Se veía tan linda y tan sexy. Le dio algunos besos en el rostro pero su castaña ni se enteró. Seguía dormida como si nada en el mundo le preocupara. La noche anterior le había hablado sobre la idea de irse al extranjero a realizar sus prácticas. Sabía que su novia tenía un futuro prometedor en la música, sabía que triunfaría. Así que hizo lo que toda novia que ama a su pareja debe hacer: la apoyó. Sabía que su amor era fuerte y que aunque Ale se fuera algunos meses, todo estaría bien entre ellas. Además sería genial poder ir a visitarla y quedarse con ella algunos días. Así que ese tema no le preocupaba, al contrario, se sentiría muy orgullosa de su novia.

Se levantó de la cama y decidió prepararle el desayuno a su chica. Es verdad que no tenía idea de cómo preparar algo pero lo intentaría. No podía ser tan difícil ¿o sí? Sacó algunas cosas de la nevera y empezó a licuar, cortar, aderezar… Probó y seehh, sabía bien.  

Subió a la habitación de Ale y cuando entró la cama estaba vacía. Acababa de colocar la bandeja en la mesita cuando sintió a su castaña abrazarla y colocar su cara en su hombro.

-Buenos días, hermosa.- La saludó su chica dándole un sonoro beso en la mejilla.- Yomi, comida.

-Buenos días, amor. Abre la boca.- Tomó un pedazo de pan y le untó un poco de queso fundido. Alejandra obedeció y comió lo que le ofrecía.

-Muy rico.- dijo después de tragar.

-Y te traje un licuado. Prueba.- Así lo hizo. Ale comió los huevos, el queso, el tocino y se bebió todo el litro de licuado de plátano y chocolate.- ¿Te gustó?

-Claro, estuvo muy muy  muy rico todo.

-Bueno es que yo… yo lo hice.

-¿Tu?- Ale la veía con los ojos muy abiertos.- Wow … ¡con razón estuvo delicioso! Lo hiciste con amor. Gracias.- Su novia era tan linda. Se acercó a ella y la besó. Un beso sabor a licuado.

 

******** ******** ********

 

Se pasó gran parte de la mañana terminando sus deberes. Luego anduvo con Cristi en la piscina checando donde estaría qué cosa, llamando gente para invitarla, escogiendo los bocadillos de una lista que les enseñó Angie…

Era impresionante la habilidad que tenía su tía para organizar eventos, desde el más simple como la fiesta que darían al día siguiente, hasta el más complicado… como su propia boda.

Por la tarde llegó un DJ a instalar su equipo. Estuvo con ese chico varios minutos viendo lo que hacía con sus consolas y todo lo demás. Se sorprendió al escuchar a Cris invitar a Valeria y pedirle ayuda para llevar a más gente, sobretodo chicas.

Estaba echada en un camastro medio dormida cuando sintió un cuerpo subirse sobre ella.

-No sé como puedes dormir tanto.- Cristi la miraba sonriendo.

-No sé como puedes ser tan linda.

-Vamos, bella durmiente. – La azabache se levantó y la jaló de la mano para que la siguiera.

-¿A dónde?

-Al cuarto de cine. Tendremos una noche en familia.

-Oh, genial.

El cuarto de cine era… un cuarto de cine. En una de las tantas habitaciones de la mansión había varias butacas, puf´s, mesitas, un espectacular equipo de sonido y una pantalla que cubría toda la pared.

Memo y Sofi discutían revisando la programación y la lista de películas disponibles. Guillermo y ella probaban las snacks, mientras Sofía, Angie y Cristina veían unos diseños de vestidos de novia.

Después de que su padre lograra separar a Sofi (que se había tirado sobre su hermano) y a Memo, la película “Hotel Transilvania 2” empezó.

Cristi y ella se acurrucaron en un puf mientras disfrutaban los bocadillos y el jugo que la servidumbre les había llevado. Se sentía muy relajada con todas esas personas. Su familia. Se sentía genial sentir a Cris apretujada junto a ella. Se sentía encantada al escuchar la risa de su novia. Miró a su padre que también parecía feliz. Guillermo ya estaba recuperado casi al 100% y ya andaba molestando a todos con que quería volver al trabajo.

Toda la velada iba muy bien. La película le sacó varias carcajadas, la comida estaba muy buena, su familia estaba feliz, ¡todo iba genial! Hasta que Gerardo apareció…

Angie corrió a los brazos de su prometido y le dio un beso de bienvenida. Se dirigieron todos a la sala donde les llevaron café. Su tía hablaba de sus futuros planes, de la luna de miel, de la inmobiliaria que se encargaría de conseguirle la casa en la que vivirían, de los hijos… Gerardo hizo una mueca extraña cuando Angie habló sobre el tema de los niños,  ¿a su futuro tío no le gustaba la idea o qué?

 

 

 

En un abrir y cerrar de ojos ya era domingo y a estaba recibiendo a los invitados. Nico estaba de pie junto a ella y en cuanto alguna chica llegaba, Ale la saludaba y le presentaba a su amigo. Nico estaba poniendo de su parte y sonreía amable a todas.

-Son demasiadas… Empiezo a sentirme aterrado.- Le confesó su amigo.

-Tranquilo, solo relájate y diviértete.

Miró a Cristina que caminaba junto a la alberca. Llevaba un traje de baño de colores y un pareo cubriéndole la parte inferior del cuerpo. Se mordió el labio conteniendo las ganas de echar a todos de ahí para estar a solas con esa chica azabache.

Ella llevaba un short y una playera ceñida al cuerpo, sin mangas. Ya cuando se metiera a la piscina se quitaría la parte superior y listo. Lisa y Nat ya estaban metidas en el agua jugando con algunas chicas más y tirándose una pelota enorme. La música sonaba fuerte y los autos seguían llegando.

-Hola.- Valeria se acercó a saludarla. Con ella iban Enrique y Nadia.

-Hola, ¿recuerdan a Nico?

-Oh… si, claro.- La pelirroja observó un momento a su amigo, sin duda examinando su cambio de look. Con una sonrisa en el rostro lo saludó de beso y después la abrazó a ella.- Esto se ve muy bien, iremos a cambiarnos.- los chicos se alejaron de ellos.

-Ale… Valeria y tú, ¿tuvieron algo?

-Ahm, más o menos. Pero nada serio.

-Ella es muy linda.

-Si. Deberías hablarle.

-¿Estás loca? No estoy a su nivel.

-¿Nivel? Oh vamos. Los únicos niveles que deben importar son los de los videojuegos.- Después de 15 minutos más recibiendo invitados, parecía que ya todos habían llegado.

-¡Alejandra! ¡Nico! ¡Vengan!- Cristina los llamó. Jaló a su amigo y se acercó a su novia, abrazándola y aceptando un sorbo de soda que le ofreció la chica.- ¿Cómo va Nico?

-Va bien, solo es algo tímido.

-¿Ah si? Pues mira.- Giró hacia donde le indicaba Cris. Nico platicaba con Valeria y dos chicas más.

-Picarón.

-Vamos al agua.- Cristi se separó de ella unos centímetros para quitarse el pareo. ¡¿En serio no podía correr a todos de ahí?! No sabía si su chica se movía de esa forma adrede para ponerla en aprietos o si lo hacía inconscientemente.

La azabache brincó a la alberca, salpicándola. Miró a Cris nadar hasta ella y quedarse ahí esperándola. Así que se quitó la camisa sin mangas que traía dejando a la vista un top negro. ¡Y al agua! Su azabache gritó cuando ella la abrazó por la cintura y la cargó dentro del agua.

Sin duda la diversión estaba al máximo. Había como 30 personas dentro de la alberca, Ale agradecía que fuera de buen tamaño pues podía moverse libremente. Había pelotas, camastros inflables  y más chucherías. Otras chicas bailaban a un costado de la alberca y Nico bailaba entre ellas. Podía ver el sonrojo de su amigo pero al menos estaba poniendo de su parte para conseguir novia.

-Eso de casi no invitar a chicos hace que Nico se vea guapo.- Dijo cruel Nata. Lisa pellizcó a su novia.

-¿Sabes que me encanta?- Cris la abrazó del cuello y pegó su cuerpo mojado al de ella.

-¿Qué?

-Todo esto. Pasar un día divertido con nuestros amigos y contigo. Amo estar contigo.- Cris buscó sus labios. Se besaron.

-Uuuuuuh.- Sonriendo vio a su alrededor como varias personas las miraban burlonas y les tomaban el pelo.

-Envidiosos.- después de que Cristi soltara una carcajada volvieron a besarse.

Su novia tenía razón. No había algo mejor en el mundo que compartir tiempo y sonrisas con el amor de su vida. Se  sentía feliz al estar segura de que nada podría destruir su amor. Nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Se dieron cuenta porqué el invierno se acerca?  !la verdad ya llegó a las manos de Cristina! ¿Lo notaron? Así que en el siguiente cap la bomba explotará y matará a todos mis personajes y a ustedes también y yo seré feliz... muaajajajajajaa.

Ya por fin mi corazón bailará de felicidad al escribir cosas tristes y crueles, que por cierto, prefiero escribir drama (lágrimas sin fin) a cosas cursis  :P

Por cierto, a Ale y a Guillermo se les vendrá todo encima y no solo por Cristi, sino que una verdad se hará pública. Esperemos que los San Román puedan vencer el escándalo.

 

!Travesura realizada!


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