Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Recuerdame (AyaKane) (oneshot) por hakkirkland

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

aunque lo había subido con anterioridad prefieri subirlo a parte, ya que es uno de los que más me gusto en el momento en que escribi esta historia incluso llore mientras escribia espero que los que no la han leido disfruten de leerla al igual que yo cuando la escribir :) 

Me encuentro en el hospital.

 

Dudo volver a salir de él, incluso cuando me trajeron a este lugar ya sabía que era para no volver. Sin embargo, no me siento mal; incluso a sabiendas de que estas serían mis últimas horas de vida y que terminarían en esta habitación vacía y blanca. ¿Qué  había sucedido? No recuerdo mucho, leves imágenes de alguien gritando con miedo mi nombre.

 

«”Ayato… Ayato… vamos, no puedes irte así”. Pude escucharlo, definitivamente el lloraba y me angustiaba saber que el sufría mientras mi cuerpo deteriorado ya no puede sostenerse y mis ojos se cerraban viendo borrosa aquella persona que tanto amaba “Kaneki” quería llamarlo pero mis labios no se abrieron, poco a poco  mis manos se elevaron hasta su rostro apenas visible sintiendo la cálida piel cremosa que siempre ame acariciar mientras le di una leve sonrisa luchando por que algunas palabras salieran de mis labios “no llores así, idiota. Esa cara no te queda”  susurre mientras la respiración ya no existía, todo comenzó a verse oscuro, todo desaparecía incluso mi mano ya no sentía la cálida mejilla de él; ya no había nada para mi, ningún tacto, ningún sonido y ninguna tranquilidad más que la oscuridad consumiéndome “¿Este es mi último momento? Es una lástima… me hubiera gustado verlo sonreír una vez más” por fin sucumbí a lo inevitable. La muerte viene por mi».

 

Si, ahora lo recordaba ¿Qué habrían hecho? Ya no dolía por lo que de seguro los médicos le habrían aplicado algún medicamento por que mi cuerpo se siente adormecido.

 

—Quiero verlo —pensé para mí mismo, su imagen no desaparece de mi mente simplemente quiero verlo una vez más antes de que todo termine. Como si mis palabras fueran oídas o como último deseo cumplido por Dios escucho la puerta abrirse y mis ojos se iluminan momentáneamente.

 

—Hola, Ayato-kun. ¿Cómo estás?

 

Es Kaneki, él trata de sonreír pero puedo ver que ha estado llorando por bastante tiempo. Sus ojos están rojos y bajo ellos unas bolsas negras adornan su piel, su cabello negro parece algo desordenado y sus labios como si los hubiera mordido por bastante tiempo.

 

—Mejor que tú parece, Bakaneki —dije tratando de sonar normal, aunque mi voz no es igual a la de siempre ya que esta adormecida por el medicamente. No quiero preocuparlo, no quiero que él llore cuando no esté más aquí — Al menos ya no duele y estoy despierto para ver tu horrible cara de nuevo.

 

—Ayato—mordió momentáneamente su labio en vacilación y luego sonrío con aquella sonrisa amable que siempre solía decir que me irritaba, pero la verdad amo verte sonreír «nunca te lo he dicho ¿verdad?». Pero esa sonrisa, se que la estas fingiendo y no necesitas hacerlo— yo…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

—Ken —lo mire mientras estiro mi mano hacía él. «¿Esa es mi mano?». Es bastante delgada ahora que la miro bien, mi cuerpo realmente se ha deteriorado a ese punto. «Te duele verme así». Puedo notarlo cuando me miras repentinamente con dolor mientras coges mi mano como si fuera lo más preciado que tienes. No dudas en tomarla incluso cuando esa mano huesuda debe ser repugnante ahora mismo, pero tú siempre estás tan lleno de amor.

 

 —¿Puedo besarte? —dije mirándote con timidez.

 

El parece reír al ver mi inhabitual actitud.

 

—Puedes hacerlo Ayato-kun, no deberías preguntar por eso  —dijo acercándose a mi mientras sus labios tocaban mis nudillos con delicadeza, odiaba verme tan frágil ante él y todos, pero más que nada sobre él porque sé como desea hacer algo para acabar con mi sufrimiento, si Kaneki pudiera estoy seguro que incluso daría su vida para salvarme. Ya saben, hay veces en que Dios manda personas que son idiotas a este mundo, personas que tienen un corazón tan puro que cualquiera puede aprovecharse de ellos. Kaneki era uno de esos idiotas.

 

Me acerque con dificultad a sus labios, pero el siempre atento poso una de sus manos en mi espalda para sostenerme y ayudarme a mantenerme más cómodo, siento la calidez de sus labios, tan suaves y dulces como la primera vez que los probé «Te quiero, Ken» pensé mientras él movió sus labios en los míos.

 

 —Eres tan idiota, Bakaneki —dije mirándolo con el ceño fruncido. Sus lagrimas volvieron a caer, el lloraba y mi corazón se oprimió—. Si lloras de esa manera ¿Cómo puedo dejarte solo? —mi voz se siente algo acongojada, debo ser fuerte, si no lo soy el sufrirá aun más por lo inevitable—. Si sigues siendo un bebe llorón tendré que ir a invadir tu casa cuando muera.

 

—Pero… yo… —sus lágrimas siguen sin detenerse. Él realmente es un idiota, sufriendo por alguien como yo cuando él fue quien me ha dado todo desde el primer momento—. Yo no quiero aceptarlo, Ayato, tú sabes lo importante que eres para mi… ¿Qué hare cuando ya no estés aquí?

 

Le atraje hacia mí rodeando su cuello en un abrazo.

 

—Solo debes seguir adelante, Bakaneki.  Si te aferras a mí ¿Cómo puedo ser feliz? Sabiendo que estas sufriendo conmigo, maldito idiota —dije mientras mis ojos se humedecían «¿Por qué debo aceptar solo irme? ¿Qué fue lo que hice tan mal como para tener que abandonar lo único que ha hecho mi vida iluminarse? ¿Es por qué Dios me odia?».

 

—Ken… yo siempre voy a cuidar de ti —Dije mientras me alejaba recostándome en la cama nuevamente. No quiero dormir, no quiero perder mis preciados momentos con él por los medicamentos pero involuntariamente mis parpados se cierran... quiero estar más contigo pero yo ya no puedo soportar este sueño.

 

Mientras duermo un lejano recuerdo se apodera de mis sueños.

 

«Aquella mañana hacia frio si no mal recuerdo, había mucho ruido de los adolecentes corriendo para llegar a sus respectivas clases y la campana sonando para dar aviso del inicio de ellas “La escuela es tan aburrida” “¿Por qué estoy aquí en primer lugar? Ni si quiera me interesa” Pienso mientras caminaba por los pasillos ajetreado de personas.

 

—Kaneki, apresúrate —escuche a una mujer de cabellos morados o algún color raro desagradable para mí que le pasaba un montón de libros a un chico de cabello oscuro, no se veía fuerte para nada pero la tipa le entregaba bolsos y libros para que este las llevara por ella. Él usaba un parche bastante raro en el ojo, incluso me pareció algo divertido. Nunca me había fijado en que hubiera un chico como él en la escuela. Pero yo odiaba a tipos como él, que se dejaban manipular por mujeres estúpidas como esas.

 

—Sí, Rize-san —asintió con una sonrisa bastante tierna mientras sus mejillas se mantenían sonrojadas.

 

—Iluso—Pensé mientras él por momentos desvió su mirada encontrándose con la mía. Me sonrió antes de que esa mujer lo llamara nuevamente. Si, esa fue la primera vez que vi a Kaneki ken. El había logrado llamar mi atención momentáneamente por lo idiota y debilucho que se veía.

 

La segunda vez, fue en la cafetería.

 

El estaba en sosteniendo dos bandejas apenas seguramente para esa tipa desagradable de hace unos días atrás y un chico alto de cabello castaño claro y lentes lo empujo haciendo que la comida cayera encima del chico azabache. Claramente lo había hecho a propósito.

 

            —Mira idiota, hiciste que mis zapatos se ensuciaran —dijo con un aura amenazante pero el chico agacho su cabeza en son de disculpa, otro motivo por él cual lo odie.

 

—Lo siento Nishio-sempai —dijo mientras aun mantenía la cabeza gacha.

 

            El otro lo tomo del cabello sonriendo con burla mientras este gimió de dolor.

 

—Si tanta pena sientes entonces lame mis zapatos —sonrió con burla. Él pareció analizarlo un poco, parecía molesto pero era del tipo que no le gustaban los problemas.

 

Suspire con molestia. Mientras escuchaba a todo el mundo reír por aquella situación entonces fue que tome mi bandeja y se lo lance en plena cara al tipo quien soltó al chico del parche mirándome con enojo y acercándose a mí.

 

—¿Tienes algún problema mocoso? —Dijo con ira mientras tomaba mi camisa dejándola manchada de comida.

 

—¿Ah? Y que si los tengo cuatro ojos de mierda —dije altanero, el tipo era bastante enorme aunque bueno, no es que yo fuera tan grande para empezar pero la altura no lo era todo y eso lo tenía más que claro ya que había golpeado tipos más grandes que este.

 

—Te estás metiendo en donde no te llaman enano —Dijo con fastidio mientras preparaba su mano para golpearme. Una sonrisa salió de mis labios, esto se ponía bueno.

 

—¡Espera! Nishio-sempai, él no tiene nada que ver con esto… por favor déjalo en paz —pidió— si quieres que lama tus zapatos lo hare, pero no molestes a otros.

 

—Tkc… Hey parche no te metas, yo soy quien decide si pelear o no —dije mientras le tiraba del brazo para apartarlo pero el repentinamente se aferro a mí, era un toque cálido y algo molesto pero él de verdad no deseaba que yo peleara— Joder, bien pero si te atreves a hacerle caso a ese jodido cuatro ojos juro que a ti será quien pateare el culo —dije obteniendo una sonrisa por parte del azabache, realmente aquello hizo que mi corazón diera un vuelco.

 

—Lo prometo —murmuro mirando al de anteojos el cual bufo.

 

—Par de maricas —dijo antes de retirarse

 

—Joder no me abraces —dije mientras le empujaba ya que este aun seguía aferrado a mi cuerpo.

 

—Lo lamento, ¿Cuál es tu nombre? —pidió amable.

 

—No te importa… solo deja de ser tan cobarde, es fastidioso.

 

—Lo lamento —vacilo un poco— no soy bueno con las peleas.

 

—Joder contigo, Kirishima —dije

 

—¿eh? —pregunto algo sorprendido

 

—Mi nombre, Kirishima Ayato ¿Cuál es el tuyo? —dije sin mirarlo a los ojos con leve vergüenza. El sonrió, jodida sonrisa fue igual que la primera vez su corazón parecía sentir que se desbordaba.

 

—Kaneki Ken, un gusto conocerte. Kirishima-kun.

 

—Como sea —murmure mientras tomaba mis cosas y me retiraba.

 

—eh… yo —dijo tomándome de la muñeca— gracias por lo de hoy, Kirishima-kun.

 

—No hice nada —dije en tono desagradable, ese chico me perturbaba y no sabía por qué hacía que todo mi corazón se volcase.

 

Después de aquello él cada vez que me veía me saludaba, incluso estando con aquella puta aprovechada la cual me miraba bastante mal cuando Kaneki se acercaba dejándola momentáneamente sola.

 

¿Pueden creer que aquello me parecía divertido?

 

En realidad disfrutaba de verla molesta, odiaba a las mujeres de esa calaña pero tampoco me gustaba estar cerca de Kaneki, el realmente hacía que todo mi ser se desordenara y yo tenía claro que no podía desear ese tipo de cosas, amor, esa emoción no era necesaria para una persona como yo. »

 

 Cuando me despierto mi mano se siente apretada, alguien la esta sosteniendo cuando miro de reojos puedo ver a Kaneki; parece estar orando mientras aferra su mano bastante fuerte pero no tanto como para lastimarme.

 

—Hey, si sigues apretando terminaras rompiéndome la mano —dije en tono de broma él sonríe mientras acaricia mi mano.

 

—Buenas tardes Ayato-kun, parece que estabas soñando lindo —dijo amable mientras me miraba— estabas sonriendo ¿sabías?

 

—en serio… que raro —sonreí— estaba soñando con un idiota que cuando trate de defenderlo se aferro como si fuera un koala a mi espalda.

 

—No me recuerdes aquello, yo realmente pensé que podrían lastimarte por mi culpa, Ayato-kun —dijo en un tono algo infantil.

 

—Hey Kaneki ¿hay alguien más que te guste? —pregunte repentinamente.

 

El me mira con sorpresa y niega.

 

—No hay nadie más que me guste a parte de ti, Ayato-kun.

 

Esas palabras las tengo más que claras, se que él me ama, pero no quiero que se aferre a mi recuerdo.

 

—Has estado todo este tiempo conmigo, se bien lo que sientes por mi Ken, pero… ¿no hay alguien más en tu corazón? —volví a preguntar obteniendo una nueva negativa por su parte.

 

—Ayato-kun, no se a que viene esto repentinamente. Pero yo no amo a nadie más que a ti. Todo lo que hemos pasado… yo se que los doctores se equivocan no pierdas la esperanza tan fácilmente —dijo intentando contener una vez más las lagrimas.

 

«Él es un verdadero idiota» Pensé para mi mismo mientras desvió la mirada sonrojado.

 

Es extraño pensar que pronto ya no estaré aquí. Me sentiría bien de no ser por la respiración. Me pregunto si es correcto abandonar esta pequeña felicidad, quiero abrazarlo y besarlo, decirle que todo esta bien pero no puedo hacerlo, mi respiración comienza volverse dolorosa una vez más.

 

—Ayato. Ayato… vamos Ayato solo aguanta —dice soltando mi mano repentinamente.

 

No quiero que la sueltes, no te vayas.

 

Quiero decirle todo aquello pero mis palabras no salen y mi pecho duele. Puedo ver y escuchar un montón de voces desconocidas que intentan traerme de vuelta ¿Dios por que debo dejarlo? No quiero que él llore, por favor… solo unas horas más.

 

Quiero decirle tantas cosas.

 

Quiero que él sepa todas las cosas que siento por él.

 

Él dolor ya es parte de mí, solo siento que mis ojos están pesando y como si algo arrancara él poco aliento de mi.

 

«Lo perdemos… ya no hay nada que hacer debería aprovechar de despedirse, le hemos dado un calmante pero lo mejor es despedirse».

 

«¡Como puede decirme eso! ¡Maldición!»

 

«Señor hicimos lo que estuvo en nuestro alcance, el cáncer que tiene el chico es demasiado avanzado si él hubiera aceptado la operación hace tiempo quizás le hubiéramos prolongado su vida»

 

«Maldición! Ayato»

 

Puedo escucharlo, su voz esta tan lejos de mi. Es como si estuviera en un sueño y creo que me quedare para siempre en él.

 

—Ayato, sabes… —le escucho decir mientras su mano esta unida a la mía, el está llorando una vez más— Nunca pensé que conocerte sería lo mejor que me paso en la vida. Ese  día en que casi peleas con Nishio-Sempai fue el comienzo de mi vida. Recuerdas, la primera vez que te dije que me gustabas tú realmente parecías sorprendido, incluso yo lo estaba —su voz se escucha tan quebrada— yo nunca pensé que llegaría a amar a alguien tanto como lo hice contigo Ayato-kun, Quiero que sepas que nunca has sido una molestia para mi se que lo sentías asi pero para mi esos momentos en que te acompañe a terapia pensaba “él realmente piensa que soy especial. Gracias por dejarme pasar esos momentos contigo” ¿Recuerdas? Nuestro primer beso, tú en realidad eras malo en eso. No esperaba que jamás hubieras dado un beso antes y cuando compartimos esa primera noche bajo las estrellas… Ayato, quiero que te quedes conmigo. Quiero pedirte que te quedes pero duele, duele saber que estas sufriendo y que no debo ser egoísta… pero como Dios espera que tome esto, Quitándome a la persona que mas aprecio en el mundo. Ayato ¿sabes lo que más me gusta de ti? Es que siempre has sido fuerte, incluso en los momentos que parecías solo querer derrumbarte te aferraste tan fuerte a la vida y por aquello yo realmente pude ser feliz. No quiero decirte adiós ayato, pero, los doctores dicen que ya no puedo volver a verte —siento sus lagrimas cayendo en mi rostro por lo que los abro levemente respirando tan bajo que apenas se si aun estoy vivo.

 

—Kane…ki —murmure bastante bajo— yo me enamore de ti hasta él punto de querer vivir… me hiciste creer que había algo más que la muerte —sonreí débil mientras estiro mis manos hasta sus mejillas para acercarlo a mis labios, el se acerca voluntariamente besando los míos con cariño mientras sus lagrimas parecen que no se detendrán—Quiero que seas feliz, no me olvides ¿Bien? —mis lagrimas se acumulan en mis ojos que apenas logran abrirse— no me olvides, todo lo que vivimos, todo lo que compartí contigo fue lo más importante que tuve por eso… Kaneki, recuerda que alguna vez existí. Tú eres el único que sabe que alguna vez alguien como yo, Alguien que aprendió a vivir gracias a ti existió y fue feliz mientras estuvo a tú lado —mi corazón se rompe y siento como su imagen se va debilitando hasta solo ver una mancha negra— Lamento no haber sido más fuerte…Kaneki…Te…Amo.

 

—¡Ayato! No me dejes… Ayato. Prometo pasar más tiempo contigo, prometo que comeremos más helados y te regalare él conejo que tanto deseabas. Ayato, por favor, te necesito… no, no me dejes… sin ti—se que estas triste, pero es momento de que yo me vaya, lo siento Ken, solo no olvides mis ultimas palabras

 

Es raro, pero me siento en paz. Ya no escucho nada, no veo nada pero esta vez ya no se siente el dolor. Por fin deje este mundo pero sé que él siempre me mantendrá en su corazón, solo él sabe lo mucho que lo amé, solo él me mantendrá vivo en su corazón porque así es él amor.

 

Dios, si aun no me odias por abandonarte cuando perdí mis esperanzas por favor, permíteme volver a encontrarlo una vez más.

 

Te amo, Kaneki Ken.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).