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Sin límites para los sentimientos por Any_Klainer

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Era una noche cálida de verano, sentado sobre el sofá un chico hacia como que miraba la televisión, pero su verdadero objeto de interés estaba sentado en el piso muy cerca de él, lo contemplaba, pero su mente estaba absorta en ensoñaciones de citas tiernas, palabras de amor y demostraciones de afecto. Mientras el que estaba sentado en el piso leía con ávido interés un libro, disfrutando de una bebida caliente en su taza favorita, este hábito lo relajaba y le ayudaba a dormir.

-         Aaaahhh.- Bostezó. - Creo que es hora de ir a dormir – Dejó caer su cabeza sobre la rodilla del otro

-         A mi aún me quedan un par de horas libres antes de irme al hospital.- Dijo el más alto acariciando tiernamente el cabello de su compañero.

-         Es cierto, hoy te toca cubrir el turno de noche.- Contesto el chico mientras cerraba los ojos y por un segundo parecía que en su rostro se había dibujado una mueca de decepción que no pasó desapercibida para su compañero que no pudo evitar sonreír

-         No te preocupes Hiro-san, me aseguraré de hacer algo para que no me extrañes tanto esta noche.- Dicho esto se acomodó en el piso a un lado de Hiroki y lo jalo hacia si para besarlo, sin perder tiempo sus manos buscaron el contacto de la piel del mayor quien se soltó rápidamente de aquel abrazo con el rostro completamente enrojecido

-         ¿Q..que haces idiota? No digas cosas raras como esa.- Tomó con nerviosismo el último sorbo de su bebida y al colocar de nuevo la taza sobre la mesita de centro esta se quebró sin motivo aparente. 

-         Hiro-san, eso es señal de mala suerte.- Señaló el menor con un tono de seriedad

-         Nowaki, no digas tonterías, eso de la mala suerte no existe. Son solo supersticiones.- Reprocho el mayor

-         Hiro-san es tan maduro, no cree en supersticiones…-Sus ojos reflejan una profunda admiración pero después de unos segundos en que un recuerdo cruzó su mente agregó – Hiro-san solo cree en fantasmas y en espíritus malignos  como la otra vez que vimos aquella película de terror y no podías dormir,  creo que ha sido la vez que más fuerte me has abrazado… y luego a mitad de la noche me pediste que te acompañara al baño porque….

-         Cállate!! Eso fue…. No sé qué fue.. pero no es que tuviera miedo.. es solo.. solo que.. que la película estaba basada en una historia de la vida real, y además estaba muy bien hecha, fue un shock muy fuerte.. si eso fue, y no vuelve a pasar.-  Dijo completamente nervioso, desviando la mirada y con su mejillas encendidas.

-         A mí me gusto esa noche porque Hiro-san se veía tierno e indefenso.- Sonriendo busco la mirada del mayor obligándole a voltear la cara sujetando su rostro con ambas manos, acto seguido lo beso apasionadamente.

-         Eres un idiota.- Susurró Hiroki, pero Nowaki solo sonrió sabía que había ganado esta vez, lo tomó de la mano y se lo llevo a la habitación donde lo haría suyo antes de irse a trabajar.

La mañana llego y el silencio en la casa Kusama-Kamijou solo era interrumpido por unos débiles quejidos y murmullos provenientes de la recámara.

-         Mmh ..no.. noo, ..aléjate… déjame, ¡no me toques!…. No..Now.. Nowaki.. sálvame.- Hiroki soñaba y en medio de ese trance escucho el insistente llamado de alguien que tocaba la puerta.- Mmh Nowaki, no abras la puerta! Afuera están los espíritus malignos.. .- Los toques en la puerta se hicieron más fuertes y molestos, despertándolo por completo.- eeh! ¿Nowaki?.- Buscó a tientas a su compañero en la cama, encontrando solo vacio su lugar.- Ah, claro, tuvo que cubrir el turno de noche y no regresa hasta medio día.- Ya consiente escucho nuevamente los agresivos golpes en la puerta.- Rayos! ¿Quién será a esta hora?.- Se quejó mientras se levantaba a duras penas de la cama y se dirigía al recibidor.- ¿Que se le ofrece?.- Dijo mientras se asomaba por la mirilla, pero esta estaba cubierta por el visitante extraño, Hiroki dejó escapar un gruñido y abrió la puerta completamente molesto. – Dije ¿Qué se le ofrece?!!.- Casi es arrollado por alguien que sin permiso se coló dentro de su residencia.

 

-         ¿Así es como tratas a las visitas que amablemente se preocupan por ti?.- Preguntó la voz tranquila pero autoritaria de Usami Akihiko

 

-         Ehhh!?? ¿Qué haces tú aquí tan temprano? Ve a molestar a alguien más.-

 

-         Vine a refugiarme, no tengo inspiración y no dejan de molestarme en la editorial para que termine mi manuscrito.- Le mostró una maleta que llevaba consigo

 

-         ¿Qué es eso? ¿Cuántos días planeas quedarte aquí o qué?.-

 

-         Los que sean necesarios hasta que termine mi manuscrito, el cual por cierto, aun ni he comenzado.- Dijo con tranquilidad Akihiko

 

-         No definitivamente no!!.- Protestó furioso

 

-         Ammh.. etto, Disculpe, ammh .- Una voz titubeante desde la puerta hizo que Hiroki se diera la vuelta

 

-         Misaki, ¿qué haces allí? Entra y ponte cómodo.- Dijo Akihiko arrastrando al menor hacia adentro

 

-         Ahh, ¿Kamijou sensei?.- Misaki se le quedó viendo entre aterrado y sorprendido esperando ver en los ojos de su profesor una señal de reconocimiento

 

-         ¿Quién eres tú?.- Preguntó Kamijou con su habitual entrecejo fruncido

 

-         Soy su alumno, Takahashi Misaki.- Respondió algo molesto y decepcionado

 

-         Pues no debes ser muy bueno porque no te recuerdo.- Dijo Hiroki, pero al ver el semblante deprimido de su estudiante agregó.- Pero tampoco debes ser tan malo porque ya no estarías en mi clase

 

-         No le digas esas cosas. Misaki se esfuerza.- Lo defendió Akihiko

 

-         Pues que se esfuerce más, este mundo no es para los mediocres.- Respondió con dureza el profesor, a lo cual Misaki no pudo responder pero bien pareciera que una nube negra flotara sobre él.

 

-         Pues qué bien, ahora podrás aprovechar para hacer de tu alumno algo mejor porque él está bajo mi responsabilidad y no puedo dejarlo solo, así que nos quedaremos contigo un tiempo, podrías aprovechar para darle unas clases particulares o algo así.- Dijo casualmente el más alto

 

-         ¿Queeeee?.- Dijeron al unísono Hiroki y Misaki 

 

-         Noooo!!! Ni hablar!!! Largo!!.. No puedes quedarte aquí, busca un hotel.- Hiroki empezó a empujarlo hacia la salida con todas sus fuerzas pero el más alto no se movió ni un centímetro

 

-         No recordaba que fueras tan pequeño.- Puso su mano sobre la cabeza de un furioso Hiroki

 

-         Malditos genes!!.- Se quejó Kamijou viendo los más de 20 centímetros que el otro le llevaba en estatura.

 

-         Pero Usagi.. ehmm quiero decir Usami-san porque tenemos que quedarnos aquí?.- Preguntó Misaki quien no tenía idea de lo que el mayor planeaba

 

-         Hiroki siempre ha sido mi refugio cuando lo he necesitado, además de ser una gran fuente de inspiración para mis novelas Boys Love.- Su mano desarreglo el cabello de su amigo

 

-         Waahh!! No digas eso maldito.- Hiroki lo estrujo de la camisa y su rostro completamente enrojecido no podía disimular la mezcla de furia y vergüenza que sentía de que su amigo anduviera haciendo esos comentarios frente a otras personas.

 

-         Entonces ¿Ustedes se conocían desde antes?.- Preguntó el menor sin dar crédito a esa extraña relación

 

-         Por desgracia conozco a este bastardo desde hace muchos años.- Hiroki seguía sacudiendo a Akihiko.- Debe ser mi castigo por algún pecado que cometí en mi vida pasada.-

 

-         Como siempre eres demasiado exagerado Hiroki, por cierto, ¿no es hora de que vayas a trabajar?.- Preguntó Akihiko

 

-         Es cierto, aún tengo que arreglarme. Por eso vete!.- Ordeno el dueño de la casa

 

-         Anoche no dormí nada tratando de  que algunas ideas se vinieran a mi mente. Dormiré una siesta. Tu vete con Misaki a la universidad y has de cuenta como que yo no estoy aquí, ya que esté más descansado quizá pueda pensar con claridad.- Dijo Akihiko siendo sensato por primera vez

 

-         Está bien, pero solo una siesta rápida te tienes que ir antes de que él llegue a mediodía.- Acepto Hiroki y rápidamente fue a bañarse y arreglarse mientras Misaki lo esperaba en la sala junto con Akihiko, estuvieron en silencio largo rato hasta que el menor comenzó a hablar.

 

-         Ah, Usagi-san. ¿A quién se refería Kamijou sensei? ¿Quién llegará a mediodía?.- Preguntó intrigado el chico a su amante

 

-         Alguien que verdaderamente me odia...- Akihiko sonrió como niño que planea una travesura y esto dejó aun más confundido a Misaki, pero no tuvo tiempo de indagar otras cosas porque apareció Hiroki apresurado

 

-         Es hora de irnos si queremos llegar a tiempo.- Apresuró el mayor a su estudiante mientras se acercaba a la puerta permitiendo que Misaki pasara adelante para luego voltear y amenazar a su amigo de la infancia antes de cerrar.- Recuerda, solo una pequeña siesta y luego te vas antes de mediodía.

 

Akihiko los despidió sonriente agitando su mano en señal de adiós, pero esto lejos de tranquilizar a Hiroki lo dejo más preocupado ¿Qué tramaba ese idiota? Se preguntó durante todo el camino a la Universidad.

Ya solo en casa Akihiko se dirigió a la habitación, aunque no conocía la casa esta no era tan grande como la suya así que no le fue nada difícil encontrarla, al entrar en la habitación lo único que le parecía incómodo era los muchos libros acomodados en el suelo, al parecer Hiroki se había quedado sin espacio en los estantes y los libreros, pero esto no era nada nuevo, su amigo siempre solía tener así de desordenada su habitación cuando eran niños y luego su anterior vivienda a donde si había sido invitado muchas veces.

Sin prestar mucha atención a su alrededor se tiro en la cama que estaba impecablemente hecha, lo cual le pareció raro puesto que Hiroki parecía recién levantado cuando fue a abrirles la puerta, pero no dejo que esto lo preocupara mucho y rápidamente se quedó dormido.

Pasaron unas cuantas horas y justo cuando el reloj dio la 1:00 pm la puerta de entrada fue abierta por Nowaki.

-         Estoy en casa.- Dijo casi en un murmullo, sabía que nadie le iba a contestar pero aun así era una costumbre que tenía.

Dejó su mochila con las cosas del trabajo sobre el sillón y se quitó la camisa, sabía que Hiro-san odiaba que no se cambiará antes de acostarse pero estaba muy cansado y lo único que quería era tomar una siesta, pondría el despertador una hora antes de que su amante llegara a casa y así tendría tiempo de bañarse y quizá preparar algo delicioso para cenar. Fue hacia su habitación sin notar las dos maletas extrañas que en ese momento se encontraban en la sala, lo que si le pareció extraño era su cama desarreglada pues Hiro-san siempre era muy pulcro y ordenado en esas cuestiones, debió haber salido deprisa. No perdió mucho tiempo pensando en esto y puso la alarma antes de acostarse y quedarse profundamente dormido.  La casa tenía dos habitaciones una de Nowaki y otra de Hiroki, pero la segunda era usada más que nada como almacén de libros o como trinchera cuando el mayor debía trabajar en algo que requería concentración absoluta y Nowaki no dejaba de “estar cariñosito”.

Pronto se hizo de tarde y con el sol poniéndose tras el horizonte, Hiroki caminaba tan deprisa como sus pies se lo permitían casi arrastrando a Misaki con él. ¿Qué pasaría si Akihiko no se había ido para cuando Nowaki llegará? Nowaki nunca había dejado que Hiroki le hablara a Akihiko frente a él, debido a esos celos y la actitud totalmente irracional de su amante jamás los había presentado.  A veces el solo hecho de mencionar el nombre de Akihiko hacia que Nowaki se pusiera de mal humor y aunque se le pasaba rápido y no era nada frecuente, él prefería evitar esos ataques de furia pues recordaba cómo una vez Nowaki se le fue encima al profesor Miyagi para golpearlo.

-         Sensei, ya puede soltarme, estamos en el metro.- Se quejó Misaki quien era fuertemente sujetado de la mochila por el mayor

-         Ahh, lo siento, es solo que no podía dejarte, tu puedes dar testimonio de mi inocencia.-

-         ¿Inocencia?- El chico seguía sin comprender, por alguna razón tenía un mal presentimiento. Ya Usagi-san lo había metido en muchos líos pero esto era el colmo, llevarlo a vivir con el demonio Kamijou! Una persona a quien había tratado de evitar a toda costa.

 

No tardaron mucho en llegar a la casa, Kamijou introdujo la llave dentro de la cerradura con algo de nerviosismo, temía encontrarse con una escena del crimen apenas abriera la puerta. Respiró profundamente y abrió con lentitud mientras asomaba la cabeza con cautela, para su tranquilidad todo estaba en perfecto orden y al respirar noto un olor delicioso desde la cocina. Se reprendió a si mismo mentalmente por ser tan desconfiado, lo más probable es que Akihito ya se hubiera ido a su casa, lo único que tenía que hacer ahora era llevar a Misaki hasta la estación del metro y sería todo.

-         Estoy en casa.- Casi gritó de lo contesto que estaba y escucho pasos aproximándose desde la cocina al mismo tiempo que la puerta de la recamara se abría

-         Bienvenido!.-  Dijeron al unísono Nowaki y Akihiko viéndose por primera vez

-         Huele delicioso. ¿Hiroki que hay de cenar? .- Akihiko salió de la habitación sin camisa y aun con cara de sueño.

-         ¿Qué haces aún aquí?.- Le gritó Hiroki

-         ¿Aún? Hiro-san! ¿Qué hace esta persona en mi casa? ¿Y porque en esas fachas?.- La cabeza de Nowaki corría a mil por hora, enredándose entre su creativa imaginación y esos celos incontrolables que a veces lo invadían.

-         Vine a dormir con Hiroki.- Intervino Akihiko sin pensar muy bien sus palabras

-         No.. Nowaki?.- Tartamudeo el profesor al contemplar la mirada asesina de su amante.- No es lo que te estás imaginando, no se refiere a ese “dormir” .. sino dormir de dormir en mi casa.- El menor no respondía, solo cambio su mirada ahora hacia Akihiko y apretaba los puños fuertemente haciendo su mejor intento por controlarse.- Mira! Hasta tengo un testigo.- Hiroki jalo hacia adelante a Misaki colocándolo en medio de los tres

-         Ehh?? Yo??.- Misaki sentía la presión, el ambiente tenso era tan pesado y para colmo el no entendía nada así que hizo lo que ya estaba acostumbrado a hacer.- Lamentamos haber invadido su casa sin avisar, por favor disculpe a Usami-san por ser tan descuidado e irresponsable.- Se disculpo

-         Oye! No hables por mí, esta es la casa de Hiroki y yo siempre me he…-

-         Usami-san, vayase de MI casa.- Interrumpió Nowaki al escritor

-         No me voy a ir.- Respondió el otro de manera desafiante viéndolo frente a frente irguiéndose tan alto como era. Ya varias veces se habían encontrado, pero sus encuentros habían sido fugaces y todos habían terminado con Hiroki siendo arrastrado lejos y Nowaki diciendo cosas como “Yo me quedaré con Hiro-san” o “No necesitamos nada, gracias”

-         Se lo voy a pedir una última vez de manera amable y educada: Usami-san, váyase de mi casa ahora.- Trono los nudillos de su puño

 

Misaki estaba acostumbrado a ver como amenazaban a Usagi-san en la editorial cada vez que no entregaba su manuscrito a tiempo, pero siempre le había parecido que Usagi era una persona imponente y no se dejaba amedrentar con facilidad. Esta era la primera vez que estaba preocupado, el chico que lo amenazaba era un poco más alto que Usagi y parecía tener un rencor bastante intenso en su contra.

-         No quiero irme y no vas a obligarme, esta vez no.- Akihiko no se movió ni un milímetro, estaba decidido y con una actitud seria, lo que extraño a su amigo de toda la vida.

-         Ahh, Nowaki.- Hiroki se colocó en medio de ambos.- Que se queden esta noche, mañana se irán.. lo prometo.-

-         No lo acepto.- Nowaki miro a su compañero quien sabía cómo era un “no lo acepto” de Nowaki, simplemente imposible de cambiar, así que decidió darle por su lado humanitario que a diferencia de él, Nowaki lo tenía bastante desarrollado. Lo alejo un poco para que los otros dos no lo escucharan.

-         Mira, no te lo quería decir pero creo que tendré que hacerlo, solo no se lo digas a nadie ¿ok? Esto es un secreto.- Esperó unos segundos y Nowaki asintió con la cabeza aceptando el contrato de guardar el secreto.- Ese chico que vez allí.- Ambos voltearon a ver a Misaki que sintió un escalofrío recorriéndole cuerpo. -Fue abandonado en la puerta de la casa de Akihiko, es un mal estudiante y fácilmente influenciable, y por supuesto Akihiko es un muy mal ejemplo, yo creo que deberíamos hacer algo por ese pobre muchacho, al menos como su profesor me siento parcialmente responsable.

-         ¿Eso es verdad Hiro-san? ¿No estás diciéndome esto para convencerme de aceptar a Usami-san en esta casa verdad?.-

-         Por supuesto que no! ¿Me crees capaz de inventar una mentira así?.- Mentalmente Hiroki se decía a si mismo que una total mentira no era, quizá había exagerado un poco, pero no lo había inventado todo.. Estaba seguro que Akihiko si era mala influencia para Misaki. 

-         Está bien, confío en Hiro-san, así que si Hiro-san lo dice debe ser verdad… .- Volteo a ver a los “invitados” y camino hasta quedar frente a ellos.- Sean bienvenidos, no tenemos mucho pero nos alegrará compartirlo con ustedes.- Dijo Nowaki educadamente, pero antes de que pudieran siquiera agradecer agregó y esta vez se dirigió solo a Usami-san.- Y que quede claro que esto solo lo hago por el bien del niño, de usted no queremos ni necesitamos nada.- Dicho esto se fue directo a la cocina.

-         ¿Niño? .- Tanto Akihiko como Misaki se quedaron completamente confundidos y voltearon a ver a Hiroki

-         No pregunten, y tratemos de tener una cena tranquila.- Se fue a seguir a Nowaki para ayudarlo a servir los alimentos que esta vez compartirían entre cuatro.

La cena transcurrió en calma relativa, Akihiko le preguntó a Misaki como le había ido en la Universidad el día de hoy y básicamente fue un monólogo del menor que trataba de aligerar el ambiente con algunos comentarios graciosos pero tanto Hiroki como Akihiko parecían carecer de sentido del humor y Nowaki no prestaba mucha atención, mantenía la vista fija en el escritor como queriéndolo apuñalar con la mirada. Al terminar recogieron la mesa y por iniciativa de Hiroki se dirigieron a su habitación donde ya antes había dormido Akihiko, para tratar de hacer un poco más de espacio y que los invitados estuvieran más cómodos.

-         ¿Sabes? Si ordenaras más seguido no tendrías que hacer tanto trabajo cada vez que viene una vista.- Comentó el escritor quien estaba un poco adolorido de la espalda pues no estaba acostumbrado a los quehaceres domésticos y ahora lo tenían cargando libros de una lado a otro.

-         No te quejes! No esperaba visitas hoy, ni mañana, ni nunca… - Hiroki iba seguir sermoneándolo acerca de entregar sus manuscritos a tiempo y ser más responsable, de esa manera no tendría que estar huyendo de sus editores, pero Nowaki estaba en el umbral de la puerta observándolos atentamente y no quería que supiera que esta era la verdadera razón por la que ahora tenían unos visitantes indeseados así que se calló y siguió moviendo libros.

-         Tu también podrías ayudar, así acabaríamos más rápido.- Le dijo Akihiko a Nowaki quien no había estado ayudando

-         Los que no son bienvenidos no se deben quejar, se conforman con lo que hay.- Respondió sin inmutarse Nowaki cruzando los brazos y recargándose en el marco de la puerta.

-         Yo creo que con eso está bien, tenemos suficiente espacio, además no nos quedaremos mucho tiempo, verdad Usami-san?.- Misaki aun conservaba algo de esperanza en que podría irse de esta situación tan incómoda lo más rápido posible.

-         Lo necesario.- Respondió secamente Akihiko

 

Hiroki suspiró y se preguntaba ¿qué era lo que su amigo estaba tramando y porque actuaba tan raro? Era cierto que Akihiko a veces actuaba de manera caprichosa, pero con el paso de los años habían aprendido a respetar sus mutuos espacios. Pero ya tendría tiempo de hablar con él una vez que Nowaki se hubiera ido a trabajar.

-         Bueno, creo que Takahashi tiene razón, ya tienen suficiente espacio para que se sientan cómodos. ¿Nowaki no tienes que cubrir hoy el turno de noche en el hospital?.- Preguntó el profesor

-         No, eso no será necesario ni oportuno.- Respondió el más alto

-         ¿Qué? ¿Por qué no?.-

-         Me duele el estómago.-

-         Mentiroso!!!.- Hiroki se dio cuenta enseguida que su compañero  no lo quería dejar solo con Akihiko pero se contuvo de darle una reprimenda frente a los otros dos.- Ven, tu y yo tenemos que hablar.- Tomo a Nowaki de la camisa y lo jalo hacia afuera pero antes de irse volteo hacia la recámara una vez más – Buenas noches, nos veremos mañana.- Cerró furioso la puerta tras de si

 

Hiroki jalo a Nowaki hasta estar encerrados en la otra habitación y entonces empezó a regañarlo

 

-         Nowaki! No seas irresponsable! Te estás comportando como un niño y odio esas actitudes inmaduras ya lo sabes.- El otro chico no respondió así que continuo.- ¿Crees que no sé lo que estas pensando? Deja esos tontos celos de una buena vez y actúa como un adulto.

-         Eres mío.-  Dijo Nowaki sin levantar la mirada

-         ¿Perdón?... .- Hiroki iba a darle toda una cátedra sobre la libertad de las personas y que nadie puede ser dueño de nadie pero Nowaki lo atrapo entre sus brazos

-         Eres mio! Mio y de nadie más! Quiéreme solo a mi, Hiro-san ámame solo a mi.- Comenzó a besarlo con fuerza, primero los labios luego bajando poco a poco por su cuello 

-         Nowaki.. detente, idiota detente.- intentaba zafarse del agarre violento de su amante pero su cuerpo comenzaba a estremecerse por las caricias

-         Solo yo puedo hacerte esto Hiro-san, solo yo puedo tenerte, jamás te compartiré con nadie más.. ámame!!.. ámame solo a mi.- Sus manos estaban quitando cada una de las prendas que llevaba Hiroki, tenía un deseo urgente de hacerlo suyo, no pensaba en sutilezas solo en dejarse llevar por el fuego que lo quemaba por dentro.

 

La respiración de Hiroki se agito, su corazón latía con fuerza y todo su cuerpo se estremecía al sentir las manos del otro recorriendo cada centímetro de su piel.- Tonto, ¿a quién podría amar más que a ti? Si me tienes atrapado desde hace tanto tiempo.- Hiroki lo miro con ternura y se abrazó fuerte a él mientras se dejaba hacer el amor

 

Alrededor de la medianoche Kamijou Hiroki fue despertado por el timbre del celular que Nowaki había dejado sobre el buró a un lado de la cama.

 

-         Nowaki, Nowaki tu celular está sonando.- Trato de mover a su pareja pero le era difícil estando tan fuertemente sujeto por este. Alcanzó a sacar un brazo y como pudo tomo el aparato, al ver la pantalla se dio cuenta de que quien llamaba era el sempai odioso de Nowaki.- Hey! Te están llamando del trabajo, contesta idiota.. hey!.- Por respuesta obtuvo un gruñido y paso lo que creía imposible, Nowaki lo apretó aun más fuerte contra su pecho, Hiroki pensó que si no quería morir asfixiado era mejor no seguir hablándole.- Bueno? .- Contesto el teléfono

-         Ehh, Kusama??.- Preguntó la voz al otro lado de la línea

-         No, soy Kamijou. Nowaki no está disponible por el momento.-

-         ¿Porqué? ¿Qué le hiciste?.-

-         Yo no le hice nada, se siente enfermo y no irá a trabajar.- Respondió molesto

-         ¿Acaso no lo estas cuidando bien?.-

-         Eso a ti no te importa!! Y ahora voy a colgar.-

-         Espera… dale un mensaje, conseguiré quien se quedé a cubrir su turno esta noche, pero él tiene que venir por la mañana a cubrir su turno vale? Este es un trabajo que debe tomarse con seriedad.-

-         Está bien, se lo diré.- Dijo Hiroki con resignación, se sentía un poco culpable por hacer pasar por todos estos dilemas a Nowaki, aunque en el fondo sabía que no era toda su culpa.

-         Ok, confío en que lo cuidaras bien esta noche, pero si  no puedes hacerlo.. avísame y lo haré por ti.- Después de eso solo se escucho el sonido de la línea cortada. Hiroki colgó la llamada. Ese sujeto era sencillamente insoportable!

A la mañana siguiente afuera hacia un calor casi insoportable. Dentro de la casa tres personas corrían de un lado a otro por todas las habitaciones, habían olvidado programar sus horarios y no era fácil tener un solo baño para cuatro personas.

-         Takahashi, ya está libre la regadera por favor no tardes mucho duchándote o se nos hará tarde para ir a la Universidad.- Le dijo Kamijou a su estudiante

-         Si, gracias.- Misaki corrió hacia el cuarto de baño mientras Hiroki se fue a la habitación que compartía con Nowaki para terminar de arreglarse

-         Nowaki ¿ya estás listo?.- Se había asegurado que su compañero fuera el primero en ducharse ya que no quería que se atrasara y se quedara solo con Akihiko en la casa.

-         Si.- Respondió el otro mientras lo abrazaba por la espalda

-         Tonto! Deja de hacer eso, ¿no ves que ya se me hizo tarde?.-

-         Si Hiro-san hubiera aceptado mi oferta de bañarnos juntos ahora ya también estarías listo.- Se quedo pensando unos segundos.- O quizá aun no hubiéramos salido del baño.- Sonrió socarronamente antes de darle un beso en el cuello a Hiroki que se sonrojo por completo

-         Idiota deja de estar pensando en esas cosas tan temprano.- Intento deshacerse del abrazo que lo mantenía inmóvil pero fue en vano

-         Yo pienso en Hiro-san a todas horas y siempre que pienso en Hiro-san pienso en “esas cosas”.- La mano del más alto se deslizo por la entrepierna del otro quien solo dejo escapar un leve gemido, era incapaz de resistirse a esas sensaciones que le prodigaban las manos de su amante

-         Oye Hiroki, de regreso a casa podrías traer algunas cervezas? ya sabes la marca que me gus…ta.- Akihiko acababa de hacer acto de presencia en la habitación contemplando la escena

-         A… Akihiko! Idiota toca la puerta.- Hiroki se sintió entre avergonzado y furioso, rápidamente se soltó del agarre de Nowaki y salió con la cabeza agachada tratando de ocultar el sonrojo de sus mejillas

-         Usami-san ya váyase a su casa.- Dijo molesto Nowaki viendo como su presa había escapado por la inoportuna aparición del escritor y rápidamente se fue siguiendo a Hiroki hacia la sala

Akihiko por su parte no dijo nada, pero se quedó con esa escena en la mente. Era un buen comienzo que quizá le sirviera de inspiración. Dio un rápido vistazo a la habitación pero una voz desde la sala comenzó a llamarlo y se dirigió hacia allá.

-         Usami-san me voy a la escuela.- Dijo Misaki

-         Claro, que les vaya bien.- Akihiko aun estaba con su ropa de dormir

-         No hagas de vago todo el día y ponte a escribir algo. Entiendes?.- Lo amenazó Hiroki desde el umbral de la puerta

-         Si, lo haré y podrás revisarlo tú mismo cuando regreses. Ah y no olvides la cerveza.-

-         Si, si… cuida bien la casa.- Hiroki le hizo una seña a Misaki para que lo siguiera, cerró la puerta una vez que este salió y los tres se fueron a sus respectivas obligaciones laborales y educativas.

Una vez que estuvo solo en casa el escritor no dudo y regreso a la habitación de Nowaki. Algo había llamado su atención justo antes de que Misaki lo llamara. Sobre el buro a un lado de la cama había una fotografía, al parecer fue tomada en la sala de esa misma casa y aparecían Hiroki y Nowaki juntos pero lo que en realidad le daba curiosidad era la sonrisa de su amigo, parecía verdaderamente feliz como jamás lo había visto antes. Miró a su alrededor y allí estaban, un montón de cosas que parecían provenir de la habitación de una adolescente, Peluches, recuerdos, fotografías de ellos juntos. ¿Desde cuándo Hiroki se había convertido en una persona tan cursi? No, pero esta no era su habitación… su amigo era desordenado y poco sentimental entonces todos estos objetos debían pertenecer a Nowaki, pero aún así conociendo a Hiroki le parecía extraño que dejará que su amante los exhibiera así con tanta naturalidad. ¿Por qué se había dejado dominar de aquella manera? ¿Cuándo fue que Hiroki quebró su orgullo dejando que Nowaki invadiera de esa manera su vida y su personalidad? Akihiko sintió una especie de vacío en su interior ¿Por qué no se había dado cuenta de todo eso? ¿Qué acaso no eran amigos? ¿Mejores amigos? Amigos de toda la vida! ... Dejó la fotografía que había tomado del buro en su lugar y fue por su laptop. Como Hiroki jamás le había platicado nada de su relación con Nowaki al menos podría imaginar cómo fue que se conocieron y llegaron hasta donde están ahora. Esa era la inspiración que necesitaba. 

Continuará...


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