Habían pasado 6 años desde que Kuroko y Kise se habían decidido a formar esa pequeña y diferente familia.
Y hoy era un día muy, pero muy importante, Kuroko llevaba un par de días sintiéndose muy mal y después de visitar a Midorima este le le diera una noticia inesperada, había dicho que solo tendría que preocuparse por un pequeño rubio llorón, por el resto de su vida, ya que estaba esperando un nuevo bebé.
Kuroko sabía que Kise amaba a Tsubasa como si fuera su padre, pero que en el fondo deseaba tener un hijo con él, alguien que se pareciera aunque fuera un poco físicamente.
Había decidido darle la sorpresa esa noche, en una cena especial, había hablado con Kagami para que le aconsejara sobre que preparar y con Aomine, para que le fueran a ayudar, ya que se mareaba cada dos minutos y no quería incendiar la casa o tener un accidente mayor.
Cerca de las 7 de la tarde y luego de haber sido recostado en el sofá de la sala por el moreno, la puerta de la casa se abrió dejando entrar a su pequeño peliceleste.
Tsubasa no pudo evitar preocuparse al notar como se encontraba su madre y la presencia de sus padrinos no ayudaba para nada.
-Mamicchi…¿Qué tienes?- el pequeño solía llamarlo de esa forma solo cuando estaban solos, pero realmente se preocupó al ver a su madre recostada en el sofá, mientras el tigre le hablaba y Aomine le ponía los pies en alto.
-Tranquilo amor…- con ayuda de sus amigos se sentó.- solo estaba un poco mareado… mucho tiempo en la cocina… quería preparar algo especial para Ryota-kun y para ti.
-¿algo especial?- Tetsuya levantó su mano pidiéndole que se sentara a su lado.
Cuando ya estuvieron juntos en el sofá y sus padrinos se habían escusado para poder retirarse y así darles mayor privacidad, la antigua sombra de Seirin decidió adelantar la sorpresa a su hijo, tomo sus manos con delicadeza, para posarlas sobre su vientre.
-de ahora en adelante Tsubasa será el hermano mayor…- el pequeño lo miro con los ojos muy abiertos retirando sus manos del vientre de su madre con cierta brusquedad.
-¿es una broma verdad?- el niño se veía molesto.
-No amor, vas a tener un hermanito y…
-Quiero quedarme en casa de mis padrinos unos días
-Amor, pero justo ahora… Tsubasa no podemos hacerle eso a tus padrinos, ellos también tienen cosas que hacer y…
-Entonces quiero irme con mi padre…-lo interrumpió con un tono de molestia, haciendo un gran esfuerzo por no llorar.
-Tsubasa, Kise no ha llegado, no podemos…
-No hablo de Kise, hablo de mi padre biológico, quiero irme con él
Hubo un silencio, Kuroko no sabía que decir, ni menos que hacer, sabía muy bien que llegaría el día en que Tsubasa le reclamara la identidad del hombre que le dio la vida, pero jamás espero que por la noticia del bebé.
-Tsubasa, no comprendo… pensé que con Kise-kun y conmigo estaba bien, estabas feliz…
-Lo estoy
-Entonces, ¿cuál es punto de marcharte ahora? Kise ha sido tu padre, tú familia, al igual que yo…
-KISE NO ES MI PADRE, QUIERO UNA FAMILIA DE VERDAD.
Ambos peliceleste se observaron por un par de segundos, la atmosfera extraña se había formado, Kuroko instintivamente tenía las manos sobre su pequeño vientre protegiéndolo, se le había apretado un poco, pero sabía que era bastante normal, cuando se pasaban enojos y tensiones.
Algo los llevo a mirar en dirección a la entrada, donde cierto rubio los miraba con un gesto de dolor y una sonrisa forzada.
-Kise-kun…
-Pap…
-No deberían gritarse, no es la forma de hacer las cosas.- se acercó para acariciar el cabello de Tsubasa, depositando un pequeño beso en la frente del menor, para luego acercarse donde la antigua sombra poniendo ambas manos sobre el vientre de Kuroko.
-Un bebé… que maravilla.- Beso sus labios con delicadeza, para finalmente alejarse en dirección a la habitación.
Los peliceleste lo miraron, Kuroko lo supo inmediatamente, las palabras de su hijo le había roto el corazón al rubio, ese gesto, ese semblante, era el mismo gesto, la misma reacción que él había provocado años atrás.
Tsubasa tenía ganas de llorar, las palabras habían salido de su boca sin que siquiera las pensara de verdad, siguió a su madre a la habitación, pero se quedó en la puerta observando como Kise sentado en el borde de la cama lloraba, Kuroko se había acercado y le hablaba calmadamente, pero solo incrementaba los sollozos del rubio.
-debes decírselo…no tenemos…derecho a…a quitarle su felicidad…
-Ryota-kun, él estaba molesto conmigo…no lo dijo en serio.
-pero…es la verdad, no soy su padre… no tengo ningún derecho sobre él… será mejor que se lo digas…si finalmente…finalmente sea Aominecchi o Kagamicchi su padre lo harán feliz… es lo más importante, que él sea feliz.- su voz se entrecortaba, hipaba.
-Ryota-kun…
-Sabes…me duele mucho, odio no ser su padre…pero eso es algo con lo que no puedo luchar…después de todo, la sangre es más pesada que él agua…- se levantó tomando distancia de Kuroko.- no sé si es hijo de Kagamicchi o de Aominecchi, pero los envidio…debes decirle Kuroko.- lo llamó por su apellido, el rubio estaba realmente herido, realmente le dolía.-yo… me iré por unos días… les daré espacio…
Kuroko sintió sus piernas flaquear, Kise lo estaba dejando ahora.- No me puedes dejar Ryota, tú hijo…
-heee!!- el pequeño se había puesto pálido y los ojos se habían anegado de lágrimas.- no te estoy dejando, les estoy dando tiempo, para que ambos, tú y el niño lleguen a un acuerdo…y que además puedas contactar a su padre-se acercó sentando al peliceleste, para poner sus manos en el pequeño vientre de la sombra.- …gracias por esto…te prometo que seré el mejor padre que pueda tener… y mi pequeño Tsuba…- dejo escapar un sollozo.- y Tsubasa será feliz con su padre, incluso si quiere pasar una temporada con él esta….
-NO
Un grito desde la puerta los asusto e interrumpió
-Por favor no lo hagan, no se deshagan de mi…no me saquen de aquí por favor.
El pequeño se apretó al pecho de su madre.
-Prometo ser bueno, de verdad haré lo que sea, pero no me dejen… no me dejen de querer, no pediré nada, no quiero regalos, ni vacaciones y cuidaré del bebé…pero no me dejen de querer.
-Tsubasa- el rubio se acercó y el pequeño dio un paso lejos de su madre.
-Papicchi… perdóname, perdóname por favor… nunca más diré nada malo, pero déjame quedarme… quedarme…cont…contigo y mamá… yo no …quiero…otro papá….no quiero.
-Tusubasa, calma…mmm- un fuerte tirón en el vientre hizo que Kuroko se doblara con un gesto de dolor en el rostro.
-Tetsucchi, ¿qué tienes?
-Mami…es mi culpa…yo hice que mamá y papá se enojen y lloren… ya no me querrán…mamí perdón
El llanto de Tsubasa fue mayor al ver la palidez en el rostro de su madre, Kise tomo a la sombra, para acomodar su cuerpo cama.
-Te sentirás mejor si te relajas un poco, yo hablare con él
El peliceleste acaricio su vientre con parsimonia, mientras veía a Kise y su hijo ir a la sala.
-Tsubasacchi…si tú quieres conocer a tu padre está bien, yo sé que nuestra familia no es normal, no estamos casados y bueno yo no soy tú padre, pero te amaremos siempre y no por la llegada del nuevo bebé tú perderás tú lugar en la casa… y en mi corazón.
-Yo no quiero que me odie por no ser su bebé, papicchi, yo quiero que me quiera papicchi, aunque sea un poquito, no me rechacé, yo quiero…quiero parecerme…a ti…papi.
-Tsubasacchi, tú eres mi primer hijo, él hermano mayor y nunca, escúchame bien nunca te dejaré de querer, hagas lo que hagas y seas quien seas, a mi lo único que me importa es que mi pequeño Tsubasacchi me quiera, además te amo… eres la viva imagen de tú madre, de Kurokocchi…
-Papicchi…
Se abrazaron en silencio y volvieron a la habitación donde se encontraba recostado Kuroko.
-Mamicchi, perdón… por mi culpa tú y mi hermanito…
-Tranquilo bebé, ambos estamos bien, fue un susto… amor ven…- tomó las manos del pequeño llevándolas a su vientre.- tú hermanita o hermanito quiere sentirte…
-¿Seremos una familia?
-Siempre lo hemos sido…siempre
Fin