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Love 4 melody's por KennethMc

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Notas del fanfic:

Uta no prince-sama es propiedad de Broccoli.


Parejas:
Ren x Masato
S/Natsuki x Syo
Camus x Cecil
Tokiya x Otoya
Ranmaru x Reiji

("Momentaneas")

S/Natsuki x Masato
Ren x Syo
Camus x Reiji
Otoya x Hayato
Satsuki x Natsuki

PD= No se guien por el orden de los nombres, siempre el uke puede acabar como seme :v
PD2= Hay parejas sorpresa que no pondre, son sorpresa 7u7

Este fic también lo publico en otra pagina , aclaro por las dudas. n.n
Si no te gustan los trios, cuartetos, quintetos, sextetos, septimetos, otavectos, novenetos, decimetos, y cual quiero cosa con lios amorosos no se los recomiendo del todo n.n

La Academia Saotome, conocida en todo Japón especialmente por su club de música, a pesar de no tener muchos miembros ahí habitaron los mejores cantantes del país.
Empezaba un nuevo año y los chicos de primero pasarían a segundo, los de segundo a tercero, un año más y la mayoría de los estudiantes de tercero dejarían de estar en esa escuela.
Pero eso no significaría el fin de la fama de la preparatoria Saotome, ya que un nuevo año significa nuevos chicos y probablemente más de uno desearía unirse al club musical.

La ceremonia de apertura con todos los chicos que empezaran primer año reunidos en el extenso patio, todos sentados en unas cutres sillas hablando entre si mientras esperaban a la llegada del director de la escuela.
Varios chicos se conocían, otros se conocieron en ese mismo momento, aun así empezaban a formarse a velocidad muy rápida amistades y más que amistades.

Un chico de piel morena y cabello castaño oscuro pegó un suspiro mientras exclamaba con su cabeza apoyada sobre sus cruzados brazos – ¡Ya quiero saber con quién me tocara!– refiriéndose a sus compañeros de cuarto, a causa de la gran cantidad de gente en esta academia las habitaciones se compartían entre tres personas, el novato de primero, el promedio de segundo y el senpai de tercero.

–¿Deseas estar junto con Camus-san, cierto? – Preguntó amablemente el chico de pelos rojos sentado junto a su lado.
–Por supuesto, los príncipes deben estar con sus condes. – su medio hermano* soltó una leve carcajada.

–No me refiero a eso. –negó con la cabeza sonriendo – Digo; ¿quién no desearía estar con la persona a la que ama?-
–Ah… si ese es otro motivo… –desvió la mirada con un leve sonrojo, parece que en algún momento su hermano unos meses mayor se había enterado de la relación amorosa, que creía ocultar perfectamente, que tiene junto a un conde de personalidad fría.

–¡Si yo pudiera estar con Hayato-sama! – Suspiró de forma similar a la del castaño –Bueno, es imposible... – se dijo más a si mismo con una leve sonrisa
–No deberías ser tan negativo, si tanto lo amas el destino los juntara. –
–No todo funciona así, Cecil– el pelirrojo rio levemente –Además Hayato-sama es muy popular, seguro tiene a muchas mujeres locas por él, probablemente tiene una bella novia, por más que lo conociera nunca saldría con un chico como yo. – decía con una triste sonrisa

–Bueno pero uno nunca sabe que pas-…– Fue interrumpido por una risa bien conocida por ambos jóvenes, sobre todo para el oji rojo quien era el hijo de aquel hombre.
–Bienvenidos todos…– se escuchaba una voz desde un lugar desconocido, todos los chicos empezaron a buscar con la mirada a la persona que hablaba pero no la encontraban en ninguna parte – ¡A LA ACADEMIA SAOTOME! – mágicamente, a pesar de estar en el aire libre el lugar se oscureció por unos segundos como si jugaran con las luces inexistentes.

Frente a todos los estudiantes apareció un señor con una capa, apariencia algo avanzada, aparte de su oscura capa que traía una capucha tapándole la cara, también usaba unos lentes de sol, por ende apenas se le lograba ver la cara solo se distinguía la forma del cuerpo.
–Yo soy Shining Saotome– comentó de espaldas – ¡y soy el director de la escuela! – pegó una media vuelta quedando ahora frente a los estudiantes.
–Lo único que tienen que saber es la principal regla de nuestra escuela…–Dijo con voz seria, todos observaban en un profundo silencio y con mucha atención –y es… ¡No hay reglas! – los alumnos empezaron a murmurar entre sí.
–¿¡Ah!? ¿¡Si no hay reglas para que nos dices que hay!? – Se escuchó un grito furioso de la multitud
–¡Cierto, quedamos como idiotas! – Agregó otro

–Pasare a nombrar con quienes compartirán habitación cada uno– se deslizó por el suelo moviéndose más a la derecha –La lista es eterna, así que búsquenla en la entrada. – Dicho eso desapareció
–¿¡Ah!? ¿¡Si están en una lista para que nos dices que lo nombraras!? – Se escuchó un grito furioso de la multitud
–¡Cierto, quedamos como idiotas! – agregó otro.

Pero esos dos chicos amantes de quejarse fueron ignorados ya que la mayoría de las personas empezaron a moverse hacia la entrada de la escuela, donde se encontraba un llamativo letrero que contenía millones de nombres.
Llevaría bastante tiempo encontrar su nombre en un lugar como ese.

–¡Oh! ¡Me toca con Camus! – Exclamó alegre el castaño
–¿Eh? ¿En serio? – Le interrogó su hermano
–¡Si, mira!, habitación 1 piso A– señaló hacia la esquina superior izquierda del cartel, había que tener buena vista para poder leer a esa altura. –¿Eh? ¿En serio eres el primero de todos? –
–¡Por supuesto!, poner a un príncipe en 2-A sería una falta de respeto. – Comentó orgulloso –Oh y ahí estas tu– señaló hacia el medio exacto
"7 piso C, Ittoki Otoya…" leyó mentalmente con algo de dificultad por la lejanía "Estoy con… ¿Kotobuki Reiji e… Ichinose Tokiya?..."

Una persona de la multitud ubicada justo enfrente de ellos dos soltó un grito bastante fuerte,
–¡TIENE QUE SER UNA BROMA! – exclamó dejándose caer en el suelo.

"Otra vez con el… esto es una pesadilla… pensé que finalmente me libraría de sus abrazos asesinos..." miles de frases similares pasaban por su mente
–O-oye… ¿Estas bien? – Preguntó el peli rojo al joven rubio que se agarraba la cabeza con las manos, el chico giro la cabeza y puso una sonrisa claramente falsa

–¡Estoy perfectamente bien, no es como si tuviera que aguantarme durante dos años más a un chico con problemas psicológicos que realmente es una molestia y lo odio! –
"Ya veo, no estás bien…" los medio hermanos sudaron una gota gorda
–Mi nombre es Ittoki Otoya, encantado de conocerte– le extendió la mano el chico de ojos rojos, el otro lo observo dudoso unos segundos para luego sonreír con ahora sinceridad
–Me llamo Kurusu Syo– Respondió estrechándole la mano, fue cuando se sintió alzado del suelo ya que el pelirrojo había jalado de el para levantarlo del suelo. –Puedo levantarme yo solo…– se quejó de forma algo infantil, haciéndolo reír
–Lo siento, lo siento– se disculpó rascándose la nuca

–Yo soy Aijima Cecil, un placer– Se presentó también el moreno
–¿Aijima… Cecil? ¿¡T-tu eres el famoso Cecil Aijima!? – Cuestionó sorprendido y alejándose unos pasos por instinto.
–¿Eh? Sí. ¿Me conoces? –
–¿Qué si te conozco? ¡Todo el mundo te conoce!, ¡Eres un príncipe después de todo! –
–Te lo dije Otoya, todos notan mi esencia principesca. – Dijo con una mano en el pecho de manera orgullosa
–Sí, sí…– Murmuró el pelirrojo
–¿Por qué alguien como tu viene a esta escuela? – Cuestionó todavía algo sorprendido
–¿Por qué…?... porque… – Dudaba –Porque me gusta la música. – Respondió sonriendo
–No te dejes engañar. – Dijo ahora el otro –Solo viene aquí porque esta su novio, no le interesa en lo más mínimo la música–
–Que cruel eres–Se quejó el castaño.

–Ah, ya veo…– Suspiró el pequeño rubio –Espera… ¿¡NOVIO!? –
–Ah… si… Agradecería que no se lo dijeran a nadie más– Se dirigió específicamente a su bocón hermano.
–No, p-pero ¿Novio? ¿Con O? ¿M-Masculino? ¿O-otro hombre? ¿Eres una mujer disfrazada, verdad? ¿Oh e-eres hombre? ¿¡A-AMBOS SON CHICOS!? – Balbuceaba nervioso
–Sí, totalmente hombres. – Sonreía.

–¿E-es eso posible acaso? N-no es que tenga problemas con eso, p-pero ¿Cómo es que dos hombres están juntos? s-son hombres, ¿C-como es que lo hacen? –
–¿Hacer qué? –Cuestionó con un aura de inocencia

–Y-ya sabes…– bajó la mirada con toda la cara roja por la vergüenza de las cosas que estaba diciendo.

Los dos chicos de mayor altura también se sonrojaron, sobretodo el de pelos rojos quien lo había captado más rápido
–B-bueno… Uno de los dos tiene que…–
–¡N-NO LE RESPONDAS! – Lo calló su hermano tapándole la boca
–Pero, es de mala educación no responder una pregunta…– Respondió inocentemente
–¡N-no importa, realmente no tienes que decirme! – Interrumpió el rubio quien ya se había solucionado su duda con su mente, quedando algo traumado pero ya saben; la curiosidad mato al idol.

–Mejor dejemos esto de lado... – Sonrió nervioso el chico rojizo –Deberíamos ir a clases, llegaremos tarde el primer día. –
–¡Ah, es verdad! – Exclamó el de baja estatura notando que aparte de había una multitud de chicas no muy lejos de ahí.
Multitud de chicas… Algo debía estar pasando para que eso sucedería, acoso será que…
–¡Oye, Ren! – Llamó hacia esa multitud al lograr diferenciar una cabellera rubio dorado
–¿Ah? Oh, eres tú. – de en medio de las chicas salió un joven con ojos celestes, la camisa semi-abierta y una rosa en manos

–Hola, enano. – Saludó mientras lanzaba la flor al aire y varias chicas se lanzaron a por ella, se acercó hacia los tres chicos.
Al rubio más bajo le exploto una vena en la cabeza –No me digas enano. –
–¿Cómo has estado, enano? – Cuestionó inclinándose para estar a la altura del mencionado
–¡Te dije que no me digas enano! –Protestó

–¿Acaso me estas acosando, enano? –
–¡Por supuesto que no, idiota, es pura coincidencia de que estemos en la misma escuela! – Le gritó con un leve sonrojo –¡Y no soy enano! –
–Coincidencia de que ya por más de cuatro años estemos en la misma escuela–Agregó
–¿¡Q-que se le va a hacer!?, es pura casualidad…– Desvió la mirada –Lo único que no llamaría casualidad es tener que estar otra vez con Natsuki…– Murmuró para sí mismo.
–¿Otra vez con el chico gafas, enano? –El oji celeste lo había escuchado.

–¡Deja de decirme enano! – Volvió a protestar con otra vena explotándole
–No seas tan gruñón, enanito. – Dijo con un pequeño puchero
–¡CALLATE! –
–Debemos conseguirte una linda chica para frenar tu malhumor– Ordenó serio cruzándose de brazos
–¡No quiero! –
–Que no seas popular no significa que no puedas tener pareja– Sonrió colocando la mano en la cabeza del menor
–¡Te estoy diciendo que…!–
–Bueno, no te obligo a nada, enano. – Le interrumpió encogiéndose de hombros

–¡Mi nombre es SYO, KURUSU SYO! – Corrigió furioso
–Ya lo sé, enano. – Respondió
–¡SI LO SABES LLÁMAME POR MI NOMBRE! – Se quejó el pequeño
–Syo-chan. – Llamó con una sonrisa burlona
–¿¡POR QUE LE PONES EL CHAN!? – El rubio dorado lo ignoro y se dirigió hacia los otros dos chicos que observaban la escena.

–Que conciencia volver a verte–Saludó con la mano dirigiéndose hacia el chico pelirrojo
–Oh, sí, no esperaba encontrarte tan rápido– sonreía
–¿Ah, se conocen? – Cuestionó el moreno
–Sí, este chico ayudo a una hermosa lady en el examen de ingreso–
–¿Ah? Yo no hice nada, todo fue gracias a ti, sino no podríamos haber ingresado. –

–Me agrada que reconozcan mis méritos– Comentó de forma arrogante con una mano en el pecho, el pelirrojo sudo una gota gorda. –Pero yo no me hubiera detenido si no te hubiera visto. – Agregó con una leve sonrisa
–¿Ah? ¿Por qué? – Cuestionó sin entender
–Si detengo mi limosina por solo una lady, todas estarán celosas– Comentó pasándose una mano por el pelo de manera sensual mientras se escuchaban los suspiros de varias mujeres

–¿Pero qué se supone que paso? – Cuestionó el ignorado hidrofóbico
–Ah, cierto nunca te lo dije– Respondió el alegre guitarrista –En el examen de ingreso, me encontré con una chica que llegaba tarde al igual que yo, los guardias no nos dejaban entrar a pesar de que todavía no habían iniciado las evaluaciones, pero este chico nos salvó a ambos. –
–Este chico tiene nombre–
– ¿Qué se siente no ser llamado por tu nombre, eh, Ren? – Dijo burlón el más pequeño

–Ah, lo siento, es que aún no nos hemos presentado– Se disculpó –¡Soy Ittoki, es un placer! – Exclamó sonriente
–Jingujii Ren. – Respondió – Y tú eres Aijima Cecil, ¿no? – se dirigió al otro
–¿Ah? ¿Cómo lo sabes? – Cuestionó el mencionado
–Quien no conoce al príncipe de Agnapolis–
–Ah… pues gracias... supongo…– Dijo sonriendo algo nervioso, de alguna manera le estaba empezando a molestar un poco que todos lo conozcan solo por ser el hijo del rey de ese lugar, agradecía que al menos lo trataran como una persona normal.

–Esto… lamento interrumpir pero ahora si llegaremos tarde…– Comentó el pequeño, ahora sí que ellos eran los únicos que todavía estaban en la entrada de la escuela.
–No es como si yo quisiera ir a clases…– Murmuró con flojera el rubio fresa
–¡Ren!, ¿Empezaras ya el año faltando?- –lo regaño con el ceño fruncido, el pelirrojo rio
–Bueno, bueno, es el primer día, será divertido. – junto a su medio hermano y al enano empezaron a caminar hacia el salón siendo seguidos más atrás por el de mayor altura.

–¿Se supone que todos los de primer año estaremos en el mismo salón no? – Preguntó el castaño
–Sí, también tendremos solo un profesor– Le respondió su hermano mayor
–¿Ah? ¿Acaso están locos? ¿No sería imposible para una sola persona controlar a como cien chicos y encima todos en un mismo curso? – Cuestionó el de menor estatura
–Falta de personal, supongo. – Dijo con su cabeza apoyada sobre sus brazos cruzados el de pelo largo.

–¿Por qué tenemos que ir directamente a clases? ¿No podemos pasar por nuestras habitaciones antes? – Protestó el príncipe de Agnapolis
–Tu solo quieres ver a Camus-san– Respondió con una sonrisa el pelirrojo
–Yo lo que menos quiero es ir a mi cuarto….– Dijo el rubio con un tic nervioso por pensar lo que le esperaba en ese lugar.
–… Yo tampoco…– Murmuró el que faltaba con una expresión algo triste

–¿Eh? Pensé que querías todo menos estudiar…– Comentó el chico rojizo que lo había escuchado
El rubio dorado no respondió solamente dirigió su mirada hacia el suelo y siguió caminado, decidieron no preguntar más después de todo debe tener sus propios motivos.
Por ejemplo, el que su compañero de cuarto sea una persona a la cual la lastimo de una de las peores maneras posibles, una persona a la cual amaba y sigue amando y lo único que desea es el perdón de esa persona.

–¿Es aquí ,no? – El castaño abrió la puerta de la sala, encontrándose con millones de pupitres con sus respectivas sillas, casi lleno por completo –esto… ¡LAMENTAMOS LA TARDANZA! – Gritaron los dos hermanos y el enano
–Yo no lamento nada…– Dijo despreocupadamente el rubio dorado dirigiéndose hacia uno de los bancos vacíos.
–No se preocupen chicos, ¡Llegan justo a tiempo! – Les dijo una chica de pelo rosa alzando el dedo pulgar -¡Bueno, por donde iba~!- Canturreó dirigiéndose a toda la clase
–¡Me llamo Tsukimiya Ringo, soy de virgo, mi tipo de sangre es AB, mido 1.73, 25 años, peso 56 kilos, mi cumpleaños es el 15 de septiembre, soy un hombre y seré su profesor durante este año, es un gusto conocerles! – la mayoría ignoro casi toda la presentación, algunos se sorprendieron por el hecho de que esa "mujer" tan bella sea un hombre, otros ya lo sabían por conocer al famoso Ringo por la televisión.

–Muy bien chicos~, sé que no quieren pero empezaremos este año ¡Estudiando mucho! – la mayoría de los alumnos soltaron un quejido, Jinguji dejó de prestar atención a la clase y se concentró en sus pensamientos los cuales no dejaban de invadirle desde ya un tiempo.

Había vuelto a ver después de varios años ese nombre que solo solía recordar en momentos de depresión, le tocaba compartir habitación con esa persona.

"Que estoy haciendo… Venir a la misma escuela que él" Se regañaba a si mismo con la cabeza apoyada sobre su palma "Ni que fuera mi culpa, mi hermano me obligó a venir aquí…" Tratóde consolarse aunque sin lograrlo.
"Igual, yo que iba a saber que me reencontraría con él… es muy orgulloso… nunca me perdonara" Pensó con algo de tristeza "Como si yo hubiera sido el único malo aquí, el muy idiota fue quien me provoco…"

"¿¡Por qué te importa!? ¡Tú tienes a millones de mujeres que te aman!" Esas palabras nunca las había olvidado, se las había gritado antes de que rompieran.
"Tal vez si fue mi culpa..." Lo que uno llega a hacer por celos.
"Por mucho que me disculpe, no me perdonara y por más que lo haga nunca volveremos a estar juntos." Se sentía masoquista por hacerse a sí mismo sufrir de esa forma "Fue hace mucho, éramos muy chicos. Seguramente solo era un capricho suyo."

Dejó caer su cabeza sobre el pupitre en medio de sus brazos, trataba de evitar que se le salieran las lágrimas de los ojos y en caso de que eso sucediera no dejaría que nadie las vea.
Antes de darse cuenta, se había quedado dormido.

–¡DES-PI-ER-TA-TE! – Recibió un fuerte puñetazo en la cabeza haciéndolo despertar bruscamente
–¡Oye!, ¿¡Que te pasa!? – Le recriminó furioso al chico que le había golpeado, el enano rubio.
–¡Me canse de ver como dormías durante toda la clase mientras todos los demás trabajábamos como idiotas! – Se quejó, el notaba los movimientos del rubio dorado mejor que nadie, no por nada se sentaba en el pupitre detrás de él.

–¿Ah? ¿Ya termino la clase? – Cuestionó mientras soltaba un leve bostezo
–¡Ya pasaron tres clases! – El rubio dorado se encogió de hombros restándole importancia.
–Ya, ya, ¿Qué les parece si mejor vamos a almorzar? – Ofreció Otoya quien junto a su hermano observaba la escena
–Sí, así de paso vamos conociendo la escuela– Agregó el moreno, el rubio suspiró;
–Está bien, pero solo porque tengo hambre…– Respondió desviando un poco la mirada.

Los cuatro chicos emprendieron su camino hacia la cafetería de la academia Saotome, al llegar notaron que esta era muy grande como toda la academia en sí, parecía bastante ocupada con millones de mesas grandes en las que la gente conversaba, varias filas para poder comprar la comida, todas muy llenas.
–Woow, esto es… muy grande…– Murmuró sorprendido mientras miraba todo el alrededor de la cafetería.

–¿No será que tú eres muy pequeño? – Cuestionó burlón el otro oji celeste
–¡CALLATE, IDIOTA! – Le gruñó furioso "Maldito, lo odio…" pensaba para sí mismo

–Se supone que debemos usar estas tarjetas para pagar, ¿No? – Preguntó para cambiar el tema el pelirrojo
–No estoy seguro, probablemente – Respondió el castaño mientras cruzaba junto a los demás la puerta de entrada, no dieron ni dos pasos hacia a dentro cuando Syo se detuvo y tuvo un ligero escalofrió.

–¿Qué sucede, ena…?– Se silenció al ver hacia la mesa donde observaba el pequeño rubio.
–¿Paso al...? – El peli rojo observo algo en la misma mesa donde miraban los otros dos.

"Natsuki…" Pensaba aterrado el de menor estatura
"… Masato…" Pensó con la boca semi-abierta y algo de melancolía el oji celeste mayor
"¡HAYATO-SAMA!" Chilló mentalmente el pelirrojo con emoción
– ¿Por qué se detienen? – cuestionó el príncipe, llevo la vista hacia el lugar donde los demás miraban pero no había nada que según el llamara la atención.

Syo se alteró cuando vio que el otro rubio fijo su mirada en él, notó que en la cara de esa persona se formaba una sonrisa y ya sabía exactamente qué sucedería a continuación, así que dándose media vuelta estuvo decidido a salir corriendo, pero no lo lograría a tiempo; El chico rubio de ojos esmeraldas ya había salido disparado hacia él.
Era su fin, llegaría aquel abrazo asesino y millones de frases sin sentido, en caso de sobrevivir no sería por mucho tiempo a causa de una asquerosa comida que pronto recibiría.

El pelirrojo sintió que alguien le tomaba de la mano y lo jalaba, logró distinguir la cara de la persona a la cual admiraba y no pudo evitar sonrojarse ante eso, fue cuando su mano fue soltada y empezó a girar frenándose justo en el medio de la puerta, fue cuando unos brazos lo apresaron.
–¿Eh? – El rubio mayor parpadeo confuso al ver que se equivocó de víctima, pegando un salto hacia atrás soltó al pobre pelirrojo que había recibido el abrazo de muerte – ¡Syo-chan! – Le exclamó al chico que estaba un poco más atrás del guitarrista

"¡Mierda, debí haberme ido corriendo!" se culpó por su torpeza, el de ojos esmeraldas se le acercó y le proporciono un abrazo más suave que el primero.

–¡Syo-chan, Syo-chan, cuanto tiempo! – Decía alegre, se separó un poco para mirarlo con una estúpida sonrisa – ¡Estás más kawaii que nunca! – lo estrujó entre sus brazos soltando corazoncitos a su alrededor – ¡Estaremos juntos durante dos años, ¿No es genial?! – Lo elevó como si fuera un bebe – ¡Dormiremos bajo el mismo techo, Syo-chan! – Volvió a abrazarlo esta vez poniéndolo contra su pecho – ¡Te cocinare unas galletitas de bienvenida!, ¿¡Quieres!? , ¡Vamos a divertirnos mucho! –

–Natsuki…– Llamó con un leve tono de amabilidad.
–¿Si, Syo-chan? –
–¡SUELTAME DE UNA VEZ, ESTUPIDO! – Empezó a patalear y moverse desesperadamente haciendo que el mayor lo soltara por instinto.
–Ah, lo siento– Se disculpó sin dejar su amable sonrisa.

El pelirrojo observaba fijamente al chico de pelos azules que lo había arrastrado hacia la muerte, esa persona IDENTICA a Hayato miraba con una cara seria a los dos rubios, fue ahí cuando volteo a mirarlo a sus ojos rojos, Otoya sintió que la cabeza la giraba en cámara lenta y pudo observar cada movimiento que hacían cada uno de sus pelos, cuando aquellos ojos azules como su pelo lo miraron fijamente sintió el calor subir a sus mejillas.

Esto no era producto de su mente, definitivamente esa persona estaba ahí, frente suyo, Hayato...
–Lamento haber puesto tu vida en peligro– se sonrojo aún más cuando le hablo pero noto algo, la voz no era la misma, ¿Acaso se estaba confundiendo? ¿Y si esa persona no era Hayato?

–¿Tu nombre…?– balbuceó
–¿Eh? Ichinose Tokiya…– Salió de su estado sorprendido, así que después de todo no era quien el creía, al menos que ‘Hayato’ sea un nombre falso.
–¿Eh? Ah… Lo siento– Se disculpó algo avergonzado, el otro no entendió el motivo de la disculpa – Es que… Te pareces mucho a…–
–¿Hayato, cierto? – Le interrumpió con un tono algo molesto

"Tal vez no debí haber dicho eso…" se preocupó un poco, ante el nombre que menciono el peli azul la mayoría de los cercanos voltearon a mirarlos.
–No me confundas con ese imbécil. – Dijo serio
"¿Imbécil?" Se molestó un poco por el insulto dirigido hacia su ídolo
–No te molestes, Toki es un ‘Tsundere’~ – Dijo una voz desconocida colgándose de su hombro, el pelirrojo giro la cabeza encontrándose frente a un castaño que lo miraba alegre –Por mucho que lo diga qué odie a Hayato, yo sé que en el fondo quiere a su hermano. – Sonrió ante las últimas frases

–¿Hermano? – Cuestionó sin entender
–Sí, Tokiya es el hermano gemelo de Hayato– dijo ahora el rubio de lentes
"¿Gemelo? A-así que era eso… con razón, son muy parecidos…" se avergonzó aún más de pensar que ese chico era la persona que amaba
–Eres, Otoyan ¿Cierto? – Preguntó el castaño que se les había unido de la nada
–¿Otoyan? – Cuestionó en un susurro
–¡Mucho gusto, soy Kotobuki Reiji de tercero, nosotros compartiremos habitaciones! – dijo alegremente, el oji rojo se sorprendió "Así que de ahí me sonaba el nombre, Ichinose Tokiya… ¿¡Acaso él también es mi compañero de cuarto!?", el castaño parecía adivinar sus pensamientos por lo que agrego:
–Toki también estará con nosotros– dijo alegremente

–Esto, Kotobuki-senpai– lo llamó el moreno, el oji gris volteo a verlo – ¿Usted conoce a Camus, cierto? – El nombre ya lo había escuchado algunas veces de la boca de su novio, no era que estaba celoso ya que cada vez que lo escuchaba al conde hablar de él eran puros insultos.
–¿Myu-chan? – Cuestionó –¡Claro que lo conozco! ¡Somos compañeros de banda! – Sonrió ampliamente para unos segundos después recibir un golpe en la cabeza haciéndolo caer al suelo.
– ¿Quién dices que es tu compañero? –Preguntó con tono serio la persona que lo golpeo
–Idiota, no somos compañeros– escupió uno que estaba a la Derecha del golpeador
–Que ingenuo eres, Reiji– dijo tranquilamente otro chico a la Izquierda del primero.

–Camus…– Murmuró el moreno sorprendido de encontrarse con él
–Aijima, no te quedes ahí parado como idiota y ve a comer de una vez– lo empezó a arrastrar por la ropa
–¿Eh? ¡E-espera Camus! – se quejó algo sonrojado, resignado se despidió – ¡Chicos, nos vemos más tarde! – exclamó mientras seguía siendo arrastrado por el conde.
La mayoría de los chicos sudaron una gota gorda mientras veían esa escena.

–Bueno, esto… Lamento haberte confundido, Ichinose-san– se inclinó a modo de disculpa el pelirrojo.
–No importa…– murmuró y desvió un poco la mirada –Y llámame solo Tokiya…–
–Está bien, Tokiya~–Respondió más alegre
–Deberías aprender de él, Ren, al menos si llama a la gente como uno quiere…– Comentó molesto el rubio más bajo y fue ahí que noto que el chico ya no estaba más con ellos –¿¡Ren!? –
–Ah, ahí está, con Masato– señalo el otro rubio hacia la mesa donde estaba sentado anteriormente, el rubio dorado estaba parado observando fijamente al chico peli azul con lunar que parecía ignorarlo olímpicamente.

–Masato…– Llamó con un tono suave y serio, el peli azul ni volteo a verlo simplemente dijo con frialdad,
–Hijirikawa para ti, Jinguji. – El rubio fresa sonrió levemente, ese chico seguía igual de orgulloso que siempre
–Bien, entonces, Hijirikawa…–
se quedó un rato en silencio – ¿Qué quieres? – Cuestionó con la misma frialdad de antes
–Nada… Solo quería escuchar tu voz…– El peli azul frunció levemente el ceño y se concentró en su almuerzo.

Jinguji se sentó en el banco de enfrente a Masato y lo miro fijamente sin poder evitar una leve sonrisa aunque ojos nostálgicos, estaba algo contento de volver a verlo, de saber que estaba bien… sin él, aun así los recuerdos antiguos lo invadían causándole tristeza.
Estuvieron unos minutos en silencio, Hijirikawa ya empezaba a sentirse algo incómodo con la persona que lo observaba fijamente, había decidido guardar silencio para que no "escuchara su voz", pero ya se estaba cansando.

–Ya la oíste, ¿Ahora puedes dejarme en paz? – Dijo todavía sin mirarlo
–… Perdóname… – El peli azul alzo la mirada un poco sorprendido de que esas palabras las dijera quien las estaba diciendo, pero enseguida volvió a su típica cara y frunció aún más el ceño.

–No. – Respondió serio –Tal vez si te hubieras disculpado hace 3 años, te hubiera perdonado, pero ahora no. Te tardaste mucho. –Agregó con un tono más bajo

El rubio dorado agacho la cabeza – Lo siento…– dijo ahora con un tono que lo hacía parecer tener un nudo en la garganta.
– ¿Por qué debería perdonarte? Lo que hiciste no tiene perdón. –
–Ya lo sé… por eso… lo siento…– balbuceó tratando de estar firme.

–¿Qué pretendes volver a hacer luego de que te perdone? ¿Quieres lastimarme nuevamente? – Cuestionó con odio.

–¡Por supuesto que no! – Alzo rápidamente la mirada –Yo… solo quiero que me perdones…–

–Aunque lo hiciera, ¿De qué te serviría? – Comentó sin dejar su tono frio –Si sabes que una disculpa no significa que volvamos a estar juntos. –
–… Ya lo sé… sé que nada volverá a ser como antes… solo quiero… que al menos no me odies–
–Pero ya te ODIO. – afirmó resaltando la última palabra.

Ante cada frase que decía el peli azul Ren sentía una opresión en su pecho, era doloroso, ¿Acaso así se sienten todas las personas enamoradas? ¿Así se sentía Masato en esa época?, cada vez sentía que menos merecía el perdón.

Realmente estaba arrepentido. –Solo… quiero que sepas que no te haré nada que te lastime nuevamente… por si acaso…– refiriéndose a la posibilidad de que Hijirikawa no confiara en él y no puedan convivir de forma algo decente juntos en el mismo cuarto.
–No tengo porque saberlo, se defenderme Jinguji, no como en esa época. – Jinguji volvió a bajar la mirada avergonzado de sí mismo.
–Además, para que lo sepas, Jinguji…– se levantó de la mesa agarrando la bandeja donde estaba su almuerzo –Yo ya amo a otra persona. – dicho eso se fue, dejando solo al rubio dorado quien sentía aún más dolor en su pecho que antes.
¿Había perdido por siempre al peli azul?.

 

Notas finales:

y hasta aquí el primer capitulo , todavía no se cada cuanto actualizare depende de mi inspiración.
*Aunque no me crean, Cecil y Ittoki realmente son HERMANOS, medios hermanos, ambos tienen la misma madre.

En este cap ya han salido casi todos los personajes y también casi todas las parejas 3 y eso que solo pretendía poner a Ren y Masato jaja. El RenMasa no es mi OTP pero me gusta la pareja y era la más adecuada para este fic :)
Bueno nos vemos en el siguiente capitulo!
Ren: ¿Se divirtieron, ladys?
Natsuki: Veámonos la próxima vez :)
Syo: ¡Sí, más les vale...!
Masato: ... Uta Pri...
*Pobre imitación del final de los caps de uta pri xD* jaja
Sayonaraaa! :D


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