Agitó su mano para saludar a un compañero del equipo de futbol y retomó su camino a clases.
Minho incluso iba silbando la melodía que en ese momento escuchaba por sus audífonos, se detuvo por un segundo, ladeó un poco su rostro para evitar que el disco se estrellara contra su cara.
-Estuvo cerca.- susurró Minho tocando su mejilla, aun tenía los vellos de punta pero nada le había ocurrido.
-¿Estás bien?- dejó de tocarse la mejilla para mirar a Nichkhun que iba corriendo por el disco. –Lo siento, es que no lo pude alcanzar.- ignoró a Minho que estaba por quejarse para ir por el disco.
-No te preocupes, todo bien.- contestó Minho acomodando su cabello. –Cuida de no lastimar a alguien más.-
-Descuida, eso haré.- contestó Nichkhun levantando el disco.
-Nos vemos.- dijo Minho reanudando sus pasos, aun tenía tiempo para llegar a la última clase del día.
-Sí.- susurró Nichkhun mirando lo que había debajo del disco.
Alzó una ceja extrañado.
Talló sus ojos para poder mirar mejor.
Pero el pequeño cuerpo inmóvil no desaparecía como esperaba.
-No más grasitos.- susurró Nichkhun estirando su mano para tocar ese cuerpo diminuto.
-¿Encontraste el disco?- escuchó a Wooyoung detrás de sí, por lo que tomó al hada, como estaba inconsciente la metió al bolsillo de su pantalón y tomó el disco.
-Acabo de recordar que tengo algo importante que hacer.- dijo Nichkhun caminando hacia su amigo para darle el disco. –Luego seguimos jugando.-
-Cómo quieras.- se encogió de hombros. Luego sólo Nicky le sonrió y comenzó a caminar hacia su edificio para mirar mejor a eso que había encontrado.
Al llegar cerró su puerta con seguro, dejó su mochila en su escritorio, metió su mano a la bolsa del pantalón y tomó el brazo derecho del hada para sacarla.
Agudizó la mirada hasta notar que en la pequeña frente había una manchita roja.
Pero antes de siquiera pensar en curarla fue por uno de los frascos vacios de proteína, en donde metió al hada.
-¿Brillará?- preguntó agitando suavemente el frasco, haciendo que el hada se golpeara constantemente contra las paredes de vidrio. –¿Qué diablos?- observó las facciones del hada, las alas trasparentes con venas blancas, la ropita, los zapatitos, todo parecía de fantasía. –Seguro sigo dormido.-
Dejó el frasco en el escritorio.
Apoyó sus brazos en el mismo para mirar con detenimiento lo que había encontrado.
-¿Serás mágica?- preguntó. –¿Tendré tres deseos acaso?-
Pero Taemin seguía sin moverse.
-Creo que muerta ya no vale.- dijo abriendo ligeramente el frasco para que el aire entrara. –Siempre que me encuentro con Minho algo bueno ocurre, esta vez creo me da más miedo que alegría.- el entrecejo del hada se frunció, haciendo que Nichkhun mirara con detenimiento.
Los pequeños ojos de Taemin se abrieron.
Aun veía borroso pero sintió un aroma diferente al de Minho, entonces observó esos ojos y esa persona totalmente diferente.
-Hola.- Nichkhun agitó su mano saludándolo.
Taemin intentó escapar, golpeándose fuertemente contra el vidrio, quedando inconsciente de nuevo.