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Harry Potter y el Fénix dorado por Shiochang

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Harry Potter y el Fénix dorado

Primero que nada, quiero hacer una advertencia, el mundo de Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling y a mí sólo me pertenecen las ideas, si no fuera así sería más rica que la Reina, y que esta es una historia slash que escribí por un desafío de un amigo, espero que les guste para seguirlo, que me dejen muchos comentarios, que de ellos vivo.

El llamado del brujo blanco

Draco se paseaba por la sala común de Slytherin muy preocupado, la explicación que le había dado el director a Harry sobre el otro brujo blanco no lo había convencido para nada. Y además estaba el problema que su hermano iba a ir a dormir con él, lo que significaba que los otros Slytherin iban a andar alborotados, en especial Blaise, que se ponía tonto cuando él estaba cerca, aunque había desaparecido luego de la clase de encantamientos por lo que le habían dicho los demás, quién sabe en qué andaba.
- Hola, dragón, ¿a qué no sabes a quién vi?
- ¿No sería a Jeremy de casualidad?
- Ah, sabías que estaba en el castillo y no me lo dijiste - le dijo molesto - que mal amigo eres - se quejó.
- Mira, de principio, no tengo por qué decirte nada de él, segundo, nade sabía donde andabas y tercero, yo no estaba en la escuela cuando él llegó ¿entendido? - replicó en el mismo tono - pero alégrate, dormirá aquí esta noche - le dijo y los ojos le brillaron a Blaise.
- ¿En serio? - suspiró - podría invitarlo a mi cama - se puso rojo.
- No seas idiota, Blase, dormirá conmigo en mi cama y no habrá discusiones al respecto - le dijo saliendo de la sala común seguido de cerca por su amigo - me pregunto que será de Vincent y Gregory - dijo caminando por los pasillos.
- Pues creo que andan en malos pasos, no me quisieron decir.
- Capaz que el parcito sea pareja y anden por allí haciendo cosas.
- De puro imaginármelos me dio asco - le dijo Blaise y entraron al comedor - Jeremy ¿vas ganando? - le dijo sentándose a su lado pese a que estaba en una mesa de Griffindor - parece que no.
- Es que no estoy muy concentrado - se defendió mirando sus maltrechas piezas - y no soy muy bueno en esto, prefiero las cosas planificadas.
- Harry tampoco parece estar muy concentrado - le dio Draco sentándose junto a su novio - te habría ganado hace rato.
- Estoy preocupado por Jim ¿No lo han visto? Espero que no ande molestando a Snape, con lo del lago creo que ya se pasó de la raya.
- ¿Acaso fue él quien lanzó al profesor al lago? - se rió Blaise - pero si es tan pequeñito, no sería capaz.
- Un fénix tiene la capacidad de levantar una tonelada y sus lágrimas son capaces de contrarrestar el peor de los venenos - le dijo Harry mirando una pieza y la movió al casillero correcto - jaque mate.
- Ya me aburrí de perder - dijo Jeremy - creo que deberíamos buscar a Jim, no creo que sea bueno que se tope con el profesor, estoy seguro que lo va a desplumar si no tiene cuidado - agregó - mira, allí viene Seamus, quizás lo haya visto - se puso de pie y le sonrió al irlandés preguntándole por el ave, pero este negó haberlo visto - que extraño, si cuando salimos de la entrevista con el director, Harry lo tenía en el bolsillo de su túnica.
- Estará bien - le dijo este mirando al cielo - mira, allá arriba esta - lo señaló mientras volaba dando vueltas - a veces creo que tiene complejo de snitch, como es dorado - se rió.
- Bueno, estoy más tranquilo, te cuidará esta noche.
- Jeremy, me dijeron que te gustaban los animales peligrosos ¿te gustan los dragones? - le sonrió Blaise.
- Sí, pero tanto aquí como en Francia no se les puede tener de mascotas - le dijo molesto - son criaturas interesantes.
- Quizás no sea mucho lo que tengo, pero de seguro te va a gustar - sacó una cajita del bolsillo y la destapó, había cuatro compartimentos dentro y Harry los reconoció.
- Son los dragones del sorteo del torneo de los tres magos - le dijo Harry.
- Así es, los encontré en la bodega del colegio y le pregunté al director si podía quedármelos - sonrió y sacó uno poniéndolo sobre la mano de Jeremy - este es el hocico corto sueco, le tocó a Diggory ¿no? - Harry asintió tragando saliva, el torneo no le traía buenos recuerdos - este es el bola de fuego chino, de Delacour - dijo mirando el dragón - este es el Galés verde de Krum - dijo sacando - y este es el colacuerno húngaro que le tocó a Potter - los devolvió con cuidado a la caja - no hay que despertarlos, son réplicas de los originales y son abstente peligrosos.
- Si, el bola de fuego chino le quemó los guantes a Fleur cuando lo sacó de la bolsa durante el sorteó - le dijo Harry - y a mi el colacuerno me enterró sus filudos dientecitos antes de sacarlo, aunque a mí no me den ninguno de los dos - dijo molesto - ni siquiera participé por mi propio gusto, me metieron.
- No te acuerdes de eso - le dijo Draco abrazándolo - casi te matan las tres veces - le acarició el brazo.
- Yo los busqué para ti - le dijo Blaise desentendiéndose de su amigo y su novio que se hacían arrumacos - espero que no te moleste el regalo.
- Claro que no, los cuidaré mucho, gracias, Zabbini.
- Llámame Blaise ¿de acuerdo? - le sonrió algo sonrojado y complacido.
- Muy bien, muchas gracias, Blaise - le dijo y le dio un beso en cada mejilla - eres muy dulce - le sonrió - oigan, ustedes dos, basta de eso - separó a Draco y a Harry - no habrá nada de eso hasta después de la boda, no antes - dijo molesto - par de frescos. Uno medio se distrae y se ponen a dar espectáculo.
- ¡No estamos dando espectáculo! - dijo Harry más rojo que los colores de su casa - al menos no me había dado cuenta - dijo avergonzado.
- No eres muy buen distractor, Blaise, te falta algo - le dijo Draco - eres un mal amigo, si lo vas a distraer, hazlo bien, para que podamos escapar ¿quieres?
- Ya te las vas a ver conmigo, Draco Malfoy, a que sí - le dijo pero este le enseñó la lengua y salió corriendo del comedor perseguido de cerca por Jeremy que, pese a todo, no lograba atraparlo.
- Hubiese preferido el beso en la boca - dijo Blaise que parecía no bajar de las nubes - es tan lindo ¿crees que le guste?
- No lo sé, no lo conozco lo suficiente como para darte una opinión de sus gustos - le respondió Harry pensativo - creo que es posible que sí, aunque no te hagas muchas ilusiones, creo que le gusta coquetear.
- Un chico lindo como él puede romper los corazones que sean - dijo dolido - solo espero que no experimente con el mío.
- No lo hará, es un Potter, resultaría herido él también.

La cena había estado bastante tranquila, en especial porque Jeremy se había sentado en la mesa de los Slytherin junto con Draco, con Blaise a su lado lanzando miradas asesinas a diestra y siniestra como diciendo "él es mío", cosa que le hacía bastante gracia a este, que le había rodeado la espalda con un brazo, de seguro el muchacho andaba por allá arriba, junto con Jim que no cesaba de dar vueltas por el techo. Harry se había cansado de mirarlo, se había mareado hacía bastante rato de verlo, así que lo llamó a que comiera.
- "Harry, estoy aburrido ¿Snape no vendrá a comer?" - le dijo parándose en la mesa para picotear un poco de arroz.
- Estará acompañando al señor Malfoy, supongo - se encogió de hombros y siguió comiendo, pero vio que Jim se le subía por el brazo - ¿qué pasa?
- "¿Lucius está aquí?" - llegó a su hombro - "espero que Snape no esté tratando de seducirlo" - prosiguió molesto - "quizás por eso nunca me quiso, le gustaba Lu, pero él andaba babeando por mí"
- Mira, te pido que no lo molestes más a Snape, por favor, quiero llegar vivo a los veinte, por lo menos - le dijo.
- "No quiero nada con Snape, quiero a Lu" - le dijo volviendo a revolotear alrededor de Harry - "nadie es tan lindo como él".
- Dime algo ¿qué tanto hacías volando por allá arriba? - le dijo en voz baja
- "Es que últimamente he tenido un exceso de energía y no encuentro la manara de eliminarla" - se volvió a posar sobre la mesa - "creo que iré a molestar a Canuto, creo que parece cachorro sin dueño cuando le falta Lunático" - se rió y se fue volando hasta la mesa revoloteando alrededor de Sirius revolviéndole el cabello.
Harry movió la cabeza y continuó comiendo con calma, el fénix se comportaba como un crío, ¿habría sido eso lo que había tenido que soportar el pobre Snape cuando eran estudiantes? Se compadecía de él, pero más se compadecía de sí mismo, no fuera a ser que sus hijos fueran así. No, si su mitad Malfoy era insoportable, la mitad Potter era traviesa, el mocoso sería un travieso insoportable.
- ¿Pasa algo malo, Harry? - le dijo Hermione preocupada.
- No, sólo estaba pensando en cómo serían mis hijos - suspiró - si Jim es un ejemplo de cómo llegaría a ser de mi parte y nosotros conocemos bastante bien cómo ha sido Draco, Dios libre al mundo - agregó.
- Bueno, podría heredar el físico de uno y la mentalidad del otro - le dijo Ron riendo - aunque sería aún más peligroso ¿no creen? - se rió - deberías pensar en la mezcla de genes, fíjate en Jeremy - le dijo en voz baja - no es ni uno ni lo otro, simplemente es él.
- Pues no me dice mucho - le replicó Harry mirando a su hermano - con todas esas historias de sus travesuras en el colegio y lo cerca que estuvo de ser expulsado en varias ocasiones, creo que no es buena idea.
- Oh, vamos, Harry, de seguro cuando veas a tu hijo serás enormemente feliz y te olvidarás que pensaste que iba a ser un desastre con patas - le dijo Hermione divertida.
- ¿Cómo que Harry va a ser padre? - le gritó Ginny molesta.
- Harry no esta embarazado ¿verdad? - agregó Seamus y miró a Draco.
- ¡Por supuesto que no! - replicó exaltado.
- Entonces es el rubio y por eso adelantaron la boda - dijo Dean un poco más allá - felicidades, Harry, aunque no me guste tu compañero.
- Por Merlín, si no es cierto - insistió el moreno exaltado viendo la cara que había puesto Jeremy, de seguro estaba dispuesto a matar a Draco.
- Aclaremos esto - dijo Jeremy por sobre el barullo mientras dos pares de ojos, unos celestes y otros grises, los miraban divertidos - estaban muy solitos los dos encerrados en una sala vacía y cuando yo los encontré hicieron desaparecer algo y ambos estaban muy ruborizados, así que cuenten la verdad si no quieren tener problemas conmigo.
- Nosotros no estábamos - empezó Draco ¿cómo decirle la verdad? - haciendo lo que piensas, además, no podríamos saber si estoy embarazado en tan poco tiempo ¿no crees?
- Así que admites que han estado intentándolo - le dijo furioso.
- No he dicho eso - se defendió Draco mirando suplicante a Harry que se puso de pie mirando de frente a su hermano.
- Ya, es suficiente, yo sólo estaba pensando en que si íbamos a tener familia en "el futuro" - dijo poniendo énfasis en las dos últimas palabras - no me gustaría que fueran como Jim, eso es todo ¿Por qué tienen que ser tan mal pensados? Un Griffindor no se acuesta con nadie sin haberse casado primero - sentenció mirando fastidiado a todo el mundo y volvió a sentarse.
- Se le salió el temperamento Potter - se rió Sirius en voz baja mirando al Fénix que se removía inquieto sobre el mantel - y vaya que es temperamental.
Un fuerte trueno se escuchó en el cielo y de inmediato se reflejó la luz sobre el cielo encantado del gran comedor sobresaltando a todos los presentes, que casi de inmediato volvieron a sus respectivas comidas, en especial los Griffindor que no querían vérselas con el mal genio de Harry.

La noche estaba silenciosa en el castillo, en especial en los dormitorios de Griffindor, por el hecho que Harry estuviera enojado, a su mera entrada en la sala común, todos habían corrido a acostarse, no fuera a ser que le chico que había vencido al mago más poderoso de todos los tiempos se enojara más y les diera un viaje de ida a quien sabe donde y sin retorno. Solo Ron y Hermione habían permanecido a su lado junto con su padrino que se había transformado en perro y recostado en el sillón.
- Es agradable volver a estar aquí - le dijo el canino bostezando - dormiré aquí, no te preocupes, Harry.
- ¿Todavía estás molesto por lo del comedor? - le dijo Ron.
- Por supuesto que sí ¿acaso no viste la cara que puso mi hermano?
- Bueno, estaba molesto, pero es comprensible - le dijo Hermione.
- ¡Pero si no es cierto! - dijo Harry comenzando a pasearse por la sala común.
- Cálmate, Harry - le dijo su padrino abriendo un ojo - a tu padre le gustaba causar revuelo - sonrió - sabía sacar partido de las peores situaciones.
- ¿Ah, sí? - le dijo con curiosidad.
- Bueno, cuando estaba esperando a Jeremy comía como desesperado, de todo, dulce y salado, incluido los agrios, lo que más le gustaba eran los pasteles de limón y crema pastelera, si podía comerse una tarta entera cuando íbamos a Hogsmeade - dijo divertido - pero nos topamos con adivinen quién.
- ¿Severus Snape? - dijeron a coro.
- Exacto, menos mal que iba solo, la respuesta de James habría alertado a Mallfoy - suspiró - Snape le dijo que comía como si estuviera embarazado, James palideció a ojos vistas, pero se recuperó casi de inmediato y le dijo: "Ya quisieras ser tú el padre" con una de esas sonrisas tan suyas y el pesado se fue furioso y sonrojado - se rió - claro que Lily regañó a James por el incidente, no debíamos darle motivos a Snape para que nos vigilara más.
- Pero no pareció sospechar nada ¿o sí?
- Creo que sí lo hizo, pero de allí en adelante tuvimos buen cuidado de no volver a meter la pata - dijo - y es mejor que se vayan a dormir, tienen clases temprano según creo.
- Buenas noches, padrino - le dijo Harry yéndose hacia su cama.
- Buenas noches, Sirius - se despidieron Ron y Hermione también.
Pero había alguien que no se podía estar tranquilo, tenía un exceso de magia, lo sabía, e iba a hacer uso de ella esa misma noche. Miró toda la sala común y vio que la ventana estaba semiabierta, no era lo bastante grande como para que saliera una persona, pero él si podía. Miró a su amigo una vez más y salió por la ventana, esa noche la pasaría en grande.

Un ruido despertó al rubio durmiente, estaba cansado y no quería otro interrogatorio de parte de Severus, pero el golpecito no era en la puerta, venía de la ventana. Pensó en ignorarlo, pero nunca había podido vencer su propia curiosidad, así que se levantó y la abrió, casi de inmediato una pequeña ráfaga dorada cruzó su habitación, pero no pudo ver que era.
- Solo querían molestar - se dijo volviendo a acostarse e intentó dormirse de nuevo, pero sintió que alguien se acostaba a su lado - lumos - dijo sobresaltado para encender la vela a su lado - ¿quién eres y que haces aquí? - dijo moviendo a la persona a su lado para verle bien.
- Oh, vamos, Lu, ¿me vas a decir que ya no me conoces? - le dijo el hombre con la voz ligeramente burlona.
- No puede ser cierto - dijo sorprendido - no puede ser.
- Esta noche, la magia blanca hará imposibles ¿sabes? - lo abrazó plantándole un apasionado beso en los labios, pero el rubio seguía tenso - ¿Lucius?
- ¿Quién eres? No eres quien aparentas, está muerto, yo lo vi.
- Ya te lo dije, esta noche la magia blanca hará imposibles ¿por qué no te relajas y te dejas hacer? Yo fui muy sumiso contigo aquellas fiestas en que me secuestraste ¿recuerdas? - le apartó el cabello del rostro - eres tan hermoso.
- Por Merlín, si esto es un sueño, no quiero que se acabe - le dijo abrazándolo también - bésame - le ordenó.
- Tan mandón como siempre - lo regañó, pero le dio otro beso apasionado que esta vez si fue correspondido hasta que se quedaron sin aliento - a qué soy bueno besando ¿Eh?
- Presumido - le dijo el rubio sonriendo - te enseñaré cómo se hace - agregó y ahora dominó por completo el beso mientras las manos de ambos comenzaban a recorrer al otro con caricias lentas y sensuales.
- ¿No crees que hay algo que estorba aquí, Lu? - le dijo al separarse y se quitó de un viaje todo lo que traía puesto - ¿qué opinas?
- Que quitas el aliento - respondió el rubio observando a su amante con detenimiento - vaya físico ¿así se conservan todos en el otro mundo?
- No preguntes tonterías - le replicó y le desabotonó la camisa del pijama - podemos hacer cosas más divertidas que conversar ¿no crees?
- Si lo pones así - le dijo permitiendo que le quitara la camisa y luego los pantalones hasta quedar ambos en igualdad de condiciones - estoy dispuesto a darte lo que sea - le rodeó la espalda y lo hizo subirse sobre él - quiero ser tuyo para siempre ¿sabes?
- Pero, Lu.., - le dijo acariciando las mejillas sonrojadas
- ¿Sabes que no he permitido nunca que nadie me tenga? - le dijo sensualmente al oído - seré sólo tuyo.
- Lucius - suspiró y volvió a unir su boca a la del rubio, haría lo que le pedía.

La luz de luna se filtraba apenas por entre las cortinas rojas de su cama, pero el durmiente se removía inquieto aunque no se escuchara ningún ruido salir de su boca. Sin embargo, fue tanto lo que se movió que despertó a Sirius, que transformado en perro podía sentir hasta el más ligero sonido. Este, preocupado, se acercó a Harry y abrió la cortina, intentó despertar a su ahijado, pero este lanzaba golpes a diestra y siniestra, como si en su pesadilla lo estuvieran atacando.
- Harry, Harry, despierta - lo remeció y notó preocupado que la cicatriz en su frente, normalmente blanca, ahora estaba de un profundo color sangre - Por Merlín - le apartó el cabello y notó que estaba ardiendo y sudaba frío - despierta - intentó de nuevo.
Pero Harry no reaccionaba, no escuchaba ni gemía pese al intenso dolor que debía de estar sintiendo. Asustado ya, tomo la varita de Harry, la suya se la había quedado Remus por si acaso, y se acercó a la ventana, un montón de chispas rojas salieron de la varita y él regresó al lado de Harry, que comenzó a gritar y despertó a todos sus amigos.
- ¡No, no la sigan torturando, la van a matar! - decía desesperado - ¡ella no tiene la culpa que las cosas no hayan resultado como planeaban!
- Tranquilo, Harry - le dijo Sirius abrazando al muchacho.
- ¡No! - gritó más fuerte aún y abrió los ojos llorando - ¡Está muerta, Sirius, la mataron! - le dijo abrazándose a su padrino llorando.
- ¿A quién? - le dijo el mago acariciando su cabello.
- La mansión reducida a escombros - siguió sin responder - pobres elfos - continuó llorando - se han quedado sin hogar.
Sirius siguió masajeando la espalda de su ahijado intentando calmarlo mientras llegaba alguien más, le pasó la mano por la frente y notó que la fiebre todavía estaba allí, por lo tanto si Harry estaba conectado con acontecimientos relacionados con los Mortifagos, estos aún no terminaban de desarrollarse.
- ¿Qué pasa, Sirius? - le dijo la profesora McGonogall entrando al dormitorio de los chicos mientras Ron, Seamus y Neville miraban preocupados a su amigo que seguía llorando la muerte de una mujer.
- No lo sé - admitió el animago - me costó despertarlo y repite lo mismo, es como si no pudiera regresar por completo - suspiró - además la cicatriz le está ardiendo, la tiene roja y ha comenzado a sangrar.
- Debemos llevarlo a la enfermería - le dijo ella.
Sirius asintió envolviendo a Harry en la colcha y lo sacó en brazos.
- ¿Dónde está su hermano? - le dijo la profesora.
- Se quedó cuidando al novio - dijo entrando en la enfermería que ya estaba preparada para recibir a Harry - deberíamos avisarles, ¿no cree?
- Severus se hará cargo - le dijo viendo venir al director hacia ellos junto con Madame Pomfrey - aunque quizás sea mejor que no sea hasta que sepamos qué es lo que le pasa - se sentó - dime, algo Sirius ¿qué es lo que pasó? No es algo que le ocurra siempre.
- Si así fuera, me lo habría dicho - movió la cabeza - debe ser algo nuevo, sé que todavía tiene pesadillas del tiempo de la guerra, pero esto es distinto, es tan fuerte que rompió sus propios hechizos de protección - dejó a Harry sobre la cama - supongo que no quería molestar y se hizo un silencio, sin embargo, botó algo y me alertó, lanzaba golpes al aire y comenzó a gritar que no la torturaran, que la iban a matar, que no era su culpa que las cosas no les hubieran salido bien y cuando despertó dijo que había muerto y que la mansión había sido destruida y lo elfos estaban sin hogar.
- ¿Le preguntaste a quién se refería? - le dijo el director sentándose en una silla junto a Harry que se aferraba a Sirius sin permitir que Madame Pomfrey lo revisara.
- No reacciona - le dijo separándolo un poco y la mujer le limpió la cicatriz que sangraba manchando al animago - Y eso es lo que menos me gusta ¿por qué le sangra la herida? Es como si él estuviese torturando a Harry.
- Lo que está botando es sangre envenenada - les dijo la medimaga muy preocupada - no tengo el antídoto aquí, sólo existe en San Mungo y no podremos pedirlo hasta la mañana.
- Minerva, dile a Severus que necesitamos un antídoto para Harry.
Sirius abrazó de nuevo a Harry que comenzó a convulsionarse violentamente mientras la fiebre le subía y el dolor en su frente parecía ser mayor.
- Dumbledore ¿no será posible que las lágrimas de un fénix sean un antídoto mejor para el veneno?
- Llamaré a Fawkes, pero de todas maneras necesitaremos a Severus - asintió y se acercó a la puerta haciendo un ruido especial - ya, incluso el fénix de Harry viene en camino.

Jim abrió sus plateados ojos al escuchar aquel sonido, Harry estaba en peligro de muerte y debía acudir de emergencia. Salió por la ventana semiabierta y se encontró con Fawkes que se dirigía a la enfermería.
- "¿Qué está pasando? ¿quién nos llama?"
- "Dumbledore, algo le pasó al nuevo brujo blanco"
- "Yo iré a ver, despierta a Jeremy y a Malfoy hijo" - le pidió y entró en la enfermería planeando hacia la cabeza de su amo - "Harry, tranquilo" - canturreó tratando de calmarlo.
- ¿Qué le pasó a Potter ahora? - dijo Snape molesto, se notaba que no le agradaba ser despertado a esas horas y menos cuando se trataba de uno de sus alumnos menos queridos.
- Esto, profesor - le dijo Madame Pomfrey mostrándole la sangre que había limpiado de la herida de Harry - es un veneno muy poderoso.
- "Oh, mi niño" - lloró Jim y dejó que varias lágrimas se deslizaran por la frente de Harry haciendo que este se calmara un poco - "no voy a permitir que nadie te haga daño, no lo hice antes, no lo haré ahora ¿de acuerdo? Descansa ahora, lo peor ya pasó"
- Es veneno diluido de serpiente negra africana - dijo el profesor de pociones - es el único veneno que no cura inmediatamente las lagrimas de fénix, necesita una preparación especial, aunque ahora se calmará un poco.
- ¿Puedes preparar el antídoto? - le dijo Sirius ansioso.
- Por supuesto que puedo - le dijo ofendido y molesto.
- Sirius no quiso ofenderte, Severus - le dijo McGonogall tratado de evitar una pelea - sólo es que está muy angustiado por su ahijado.
- ¿Qué le pasa a mi hermano? - dijo Jeremy abriendo bruscamente la puerta.
- ¡Harry! - lo abrazó Draco angustiado separándolo de su padrino - Merlín, estás sangrando - dijo asustado.
- Es veneno de serpiente negra africana - les dijo Snape.
- ¿Qué? - dijo Jeremy sentándose en los pies de la cama de su hermano - ese es el veneno más terrible que existe - miró a Jim - las lágrimas de fénix no tienen mucho efecto sobre él, necesita un antídoto especial.
- Voy a buscar los ingredientes de la poción.
- Yo se la prepararé a mi hermano - le dijo Jeremy molesto - no debí dejarlo solo - dijo - no quiero que se muera.
- ¡No estaba solo! - le dijo Sirius molesto.
- ¡Pero en tu presencia lo envenenaron!
- A Potter lo envenenaron en su viaje astral - le dijo Snape molesto - y seré yo quien haga la famosa poción, eres demasiado joven para tener experiencia en estas cosas - le dijo sarcástico.
- Pero usted no quiere a mi hermano - le replicó Jeremy molesto.
- Nunca dejaría morir a un alumno, aunque sea un Potter - le dijo furioso.
- ¿Ah, si? Pues no le creo - insistió el rubio poniéndose de pie - y puedo hacer esa poción, los antídotos y los venenos son mi especialidad.
- Por favor - dijo Sirius mirando al rubio cuyos ojos tenían destellos muy propios de los Malfoy - Jeremy, deja que Snape le prepare la poción a Harry, por muy malo que te parezca es uno de los mejores - trató de calmarlo - de lo único que debemos preocuparnos por ahora es de Harry, no de la rivalidad infantil ¿de acuerdo?
- Muy bien, tío, pero si no le hace bien a Harry sólo volverán a ver de él una macha de sangre - dijo volviendo a sentarse.
- Me pregunto de donde sacaste tal temperamento, Potter no era así - le dijo el oscuro profesor mirándolo.
- Snape, vete a preparar ese antídoto ¿quieres? - prácticamente le gritó Sirius - dijiste que Harry no moriría.
Snape miró al animago y salió de la enfermería, tenía sus dudas respecto al muchacho, no era la primera vez que hacía algo impropio de un Potter, era tan extraño, él conocía a alguien que era calmado por fuera, pero cuando tocaban algo que era suyo, reventaba de la misma manera.
- Voy a averiguar acerca de ese muchacho, no puedo creer que sea hijo de Evans, su hermano jamás reacciona así - dijo entrando en sus habitaciones y recordó a Lucius que dormía - ¿será posible que... ?

Remus llegó al castillo alrededor de las 4 de la mañana, Fawkes lo había despertado llevando un mensaje del director y prácticamente había corrido a ver al hijo menor de su mejor amigo. Ya en la enfermería se había sentado junto a Sirius que tenía la mirada culpable pegada en el suelo.
- ¿Qué pasó? - le dijo a su pareja - Canuto...
- Le volví a fallar a James - le dijo en un susurro - envenenaron a Harry y las lágrimas del fénix no le hacen efecto.
- Dios, Sirius, pero ¿cómo? ¿Acaso no estabas allí para cuidarlo?
- No me lo repitas ¿si? Jeremy está furioso conmigo por lo mismo, pero Snape dijo que lo habían atacado durante un viaje astral.
- ¿Y dónde está Jeremy ahora?
- Con Harry y con Malfoy, este último no ha querido soltarlo por nada del mundo - suspiró - y me temo que Jeremy está dejando aflorar su mal temperamento de veela del mismo modo que lo hacía Lucius Malfoy.
- Creo que lo mejor es ponerlo sobre aviso.
- ¿Sobre qué? - les dijo el aludido - lamento mucho haberte gritado, Sirius, estaba asustado que mi hermano se fuera a morir - acarició la cabeza de Jim que se había dormido en su hombro - fue un ataque mágico.
- Jeremy, creo que debemos hablar - le dijo Remus muy serio.
- Harry se pondrá mejor, Draco me dijo que su padrino lo ayudaría y le creo.
- Lo sabemos, conocemos a Snape de la escuela ¿recuerdas? Era uno de los mejores - le dijo Remus - siempre metido en sus pociones.
- Pero nunca fue mejor que mi madre ¿verdad?
- Es respecto a eso de lo que queremos hablar contigo - le dijo Sirius - pero no aquí, en el castillo hay demasiados oídos atentos.
- Bueno, Harry y Draco están dormidos y no creo que vaya a pasar nada entre ellos en el estado actual de mi hermano - suspiró - salgamos a tomar un poco de aire - accedió colocando a Jim en una silla con cuidado para no despertarlo.
Remus, Sirius y Jeremy caminaron en silencio hasta una de las orillas del lago negro y se sentaron en un tronco caído.
- Aquí siempre nos juntábamos con tu padre a contarnos secretos, aunque casi nunca teníamos cosas ocultas entre nosotros - le dijo el licántropo - pero era divertido hacer cosas a escondidas - suspiró - y aquí fue donde James nos dejó caer la peor bomba de nuestros siete años en Howgarts.
- Supongo que has notado las reacciones de Harry y Malfoy - le dijo Sirius - Harry es un fénix y su aroma afecta sobremanera al rubio y siendo este último un veela, afecta de la misma forma a Harry, es algo que ambos llevan en la sangre y serán los primeros en terminar bien.
- ¿Los primeros? - dijo asombrado.
- Lucius Malfoy y nosotros estábamos en el mismo nivel aquí - continuó Remus - así que cuando el don del fénix se manifestó en James, el efecto fue casi el mismo, sólo que por ser Lucius más veela que su hijo, tu padre se olvidó de todos los principios de nuestra casa.
- No comprendo - dijo el rubio sobándose la nuca muy al estilo Potter.
- ¿Recuerdas lo que dijo Harry en la cena? - el rubio movió la cabeza - dijo que ningún Griffindor se acostaba con alguien sin haberse casado primero.
- Lucius Malfoy y James tuvieron un romance muy corto - siguió Sirius - y aquí fue donde él nos contó lo que pasó cuando desapareció para vacaciones de navidad y las consecuencias de esos días.
- James estaba muy amargado, se había dejado engatusar por los encantos de veela de Malfoy y se había entregado a él con más ganas que razonamiento, por lo mismo jamás se preocupó de tomar precauciones, después de todo pensó que él lo amaba y no importaba si había consecuencias.
- ¿Me están diciendo que él estaba embarazado cuando salió de la escuela?
- Sí - le dijo Remus - James no parecía llevar muy bien la situación, pero ni mencionar la idea de abortar, ni nosotros se lo hubiésemos permitido, pero cuando Malfoy anduvo publicando que se casaría con Narcisa Black, Lily decidió que se casarían, así protegeríamos a James y a su hijo de la ira de Abraxas Malfoy.
- O sea, que mi madre es James Potter y mi padre Lucius Malfoy ¿es eso?
- Y estás dejando salir tu temperamento Veela con la persona menos indicada - le dijo Sirius preocupado - a Snape siempre le gustó espiarnos y si podía destruirnos de paso, lo iba a hacer, pero no podemos dejar que destruya la honra de James después de tanto tiempo.
- No le podría hacer daño, si está muerto.
- Quizás a él no, pero a Harry sí - le dijo el licántropo - confío plenamente en sus facultades como experto en pociones, pero para nosotros los Slytherin han dejado mucho que desear en el pasado, en especial con él ¿sabes que estando Harry en tercer año yo era profesor de defensa contra las artes oscuras en el colegio? Me culpó de cosas que no eran y como no le resultaran las cosas, soltó a su casa que soy un licántropo y me quedé sin trabajo.
- Debería llamarse parcialus - dijo el rubio molesto.
- No creo que a Harry le guste que hablen mal de su padre, no le conoció, pero le tiene un gran cariño, no cualquiera en su situación lucha por la vida de su familia pese a la desventaja y sabiendo que va a morir de todas maneras.
- Imagina si Malfoy se llegara a enterar. El escándalo que se armaría sería tremendo y se destaparían cosas, como el hecho que James te entregara, que fuera Lily quien diera tu adopción pese a no tener nada que ver biológicamente contigo, o a que escondimos de todo el colegio el embarazo con ayuda de McGonogall, son muchos los involucrados.
- Esto podría impedir que la boda entre Harry y su chico se llevase a cabo y ambos serían terriblemente infelices y tú no quieres eso ¿verdad?
- ¿Harry lo sabe? - le dijo mirando el lago.
Siriuis y Remus se miraron un segundo en silencio y el licántropo suspiró, conocía la siguiente reacción.
- Si - le dijo finalmente y el grito no se hizo esperar.
- ¿Cómo es que él lo sabe todo y yo no? - dijo mirándolos amenazadoramente.
- Simple, no sabíamos cómo eras, ni de recién nacido te conocimos. En cambio, a Harry le hemos tenido cerca, conocemos su carácter, él es más sumiso que tú en muchos aspectos y está más dispuesto a perdonar.
- Pero ¿por qué me mandaron lejos? ¿Ella no me quería?
- Claro que Lily te quería - le dijo Remus - te quiso desde el momento en que James nos dijo que estaba embarazado, era James quien estaba mal, se la pasaba llorando y estuvo muy cerca de dejarse morir en dos o tres ocasiones, era difícil para ella, pero tomó esa decisión temiendo por ambos.
- Y ustedes no me dijeron nada - indicó acusadoramente.
- James nos hizo prometer que nos llevaríamos el secreto a la tumba.
- Cuando él murió...
- Jeremy, cuando James murió culparon a Sirius de espía y de asesino, lo encerraron en Azkaban por doce largos años y hasta hace muy poco consiguió limpiar su nombre - le dijo Remus - y yo, bueno, no podía hacer nada porque saldría a la luz mi licantropía y nunca más tendría trabajo.
- Al menos has tenido una buena vida - le dijo Sirius - ¿te contó Harry de su infancia con sus tíos por parte de Lily? - el rubio negó con la cabeza - ellos fueron malos con él, eran mezquinos y malos con él, vivió toda su vida sin cariño, sin saber que era un mago y siempre escuchando cosas malas de sus padres, incluso le mintieron sobre sus muertes y su cicatriz.
- ¿Te imaginas que hubiesen dicho si hubiesen sabido que tenía un hijo ilegítimo? Para nosotros es natural que un hombre se embarace o tenga una pareja del mismo sexo, a los muggles no les gusta eso.
- Está bien, supongo que temen que alguien lo descubra ¿verdad?
- Otra cosa, Draco Malfoy sabe la verdad también - dijo Sirius - y antes que vuelvas a gritar, trata de poner bajo control tu temperamento de veela ¿quieres? Podrías resultar herido tú también.
- Está bien, intentaré hacerlo, pero jamás supe que lo fuera.

Snape estaba terminado de preparar el antídoto para Potter cuando Lucius se apareció por la salita donde él trabajaba en el más absoluto silencio. El rubio lo miró un buen rato antes de decidirse a preguntarle que hacía despierto a esas horas y más haciendo aquel antídoto tan complicado.
- ¿Para quién es? - le dijo y el moreno se sobresaltó.
- Lucius ¿qué haces despierto?
- Mirar como preparas un antídoto - le dijo sarcástico - no me has respondido.
- Para Potter - suspiró molesto - lo han envenenado en un viaje astral.
- ¿Y por qué estás haciendo tú el antídoto?
- Porque el otro Potter ha puesto en duda mis capacidades - replicó.
- Ah, Jeremy, no sé, pero me simpatiza más que mi futuro yerno.
- Dime algo, Lucius, entre tú y Potter padre ¿hubo algo? Porque según recuerdo, andabas babeando por él.
- James era mío, si no fuera por esa sangre sucia me habría casado con él -dijo molesto - me hubiese gustado que esos días que me lo robé del colegio hubiesen tenido sus consecuencias - suspiró.
- ¿Te lo robaste del colegio? - le dijo sorprendido - ¿a dónde lo llevaste?
- A un lugar donde sólo un Malfoy por sangre puede llegar - suspiró - fueron días maravillosos en que fue mío y durmió entre mis brazos.
- Siendo como eres, no me extraña que hubiese cedido pese a ser Griffindor.
- Lo único malo es que luego cambió de opinión - dijo paseándose por la sala - no sé que le habrán dicho, yo juraba que ya lo tenía seguro y por eso me descuidé - cerró los puños - pero como sepa que hicieron esos desgraciados con mi James, me las van a pagar muy caro.
- No creo que hayan sido ellos - dijo Snape echando el último ingrediente.
- ¡Claro que fueron ellos! - dijo furioso - ellos me odiaban y más cuando lo alejé de su supuesta protección ¿crees que no me daba cuenta que lo miraban demasiado? - dijo frunciendo el ceño - debí despedazarlos cuando tuve ocasión, ni una mancha de sangre habrían encontrado de ellos.
- Tal vez se arrepintió solo de haberse entregado a ti - dijo sabiendo a ciencia cierta cuál iba a ser su respuesta.
- ¡James me amaba a mí! - le dijo con los ojos resplandeciendo de ira.
- Cálmate, sólo estaba especulando.
- Sabes perfectamente que puedes hacer con tus especulaciones, Severus - le dijo furioso aún y regresó a la cama.
- Parece que es cierto que ese muchacho es su hijo - dijo pensativo mirando la poción y sacando un poco en un frasco - si es así, los merodeadores restantes van a tener que dar muchas explicaciones.

Draco despertó bruscamente al escuchar las voces de madame Pomfrey y de Snape sobre el antídoto y la mejor manera de suministrárselo a Harry. Miró a su alrededor y vio que Jeremy dormía sentado en una silla con el fénix sentado en su regazo. Miró a Harry y le limpió la sangre seca de la frente, al menos eso había pasado, así como la fiebre había disminuido, pero ello tampoco era bueno, su calor corporal había ido menguando poco a poco, por eso fue que le permitieron acostarse con él.
- Con una lagrima de fénix será el más potente antídoto - dijo la mujer mirando a los muchachos - sigue estable ¿verdad?
- Si, al menos su temperatura - le dijo Draco besando la mejilla del moreno.
- Necesito un par de lágrimas de fénix - le dijo Snape y Draco saco algo de debajo de la almohada y le dio un frasquito lleno de transparentes lágrimas de fénix - bien, está completa. Désela.
- Harry ha de tener la garganta cerrada a causa del veneno - dijo la medimaga preocupada - necesito un método más efectivo.
- Yo me haré cargo - dijo Draco en voz baja extendiendo la mano.
Snape miró a su ahijado en silencio y lo vio verter el líquido en los labios del moreno y luego inclinarse sobre él soplando con fuerza por su boca mientras le cerraba la nariz con una mano. Asombrado, vio como el muchacho se tragaba la poción íntegramente antes de comenzar a toser.
- Listo ¿cuánto tardará en hacer efecto?
- Más menos una hora, pero primero tendrá mucha fiebre, así que no te preocupes - le dijo la mujer - sudará a mares, pero para cuando amanezca, el veneno habrá desaparecido por completo de su organismo.
- Ahora te puedes ir a dormir, Draco, recuerda que mañana es su boda y no deben verse.
- ¿Por eso de la mala suerte? - le dijo sarcástico - lo siento, pero me quedo con él hasta que no lo vea totalmente repuesto.
- Ya han tenido bastante mala suerte, no querrás más ¿verdad?
- No me moveré hasta que Harry me mire con sus lindos ojos y me diga que está bien - se negó el rubio con tozudez.
- De tal palo, tal astilla - dijo el profesor de pociones mirando a Jeremy.
- Bueno, no hay mucho por hacer aquí - le dijo la medimaga - tal vez usted debiera ir a descansar, profesor, creo que tiene clases temprano ¿no?
- Y una de las que menos me gustan - dijo él - primer año, pociones dobles y Griffindor Hufflepuf.
- Que descanses, Severus - le dijo Draco acomodándose de nuevo junto a su prometido pasando una mano por su pecho.
- Me pregunto si podré hacerlo - suspiró y se marchó.

Amanecía y Draco se despertó totalmente mojado, igual que Harry que abrió sus lindos ojos verdes un poco desorientado. Le dolía terriblemente la cabeza, especialmente la cicatriz, pero no recordaba el lugar.
- Estamos en la enfermería - le susurró el rubio al oído - ¿cómo te sientes?
- Como si hubiese tomado un baño sauna - replicó - ¿qué haces tú aquí?
- Lo mismo que Jeremy - le señaló a su hermano que dormía con el fénix en una silla - cuidarte ¿a dónde fuiste anoche?
- ¿Anoche? A ninguna parte, dormí en la torre Griffindor, pregúntale a mi padrino, no salí de allí, lo juro.
- Hiciste un viaje astral, ¿acaso no lo recuerdas?
- No - dijo preocupado - no recuerdo nada.
- "Lo que no es de extrañar cuando estuviste al borde de la muerte" - le dijo Jim saltando del regazo de Jeremy al brazo de Harry - "es el efecto del veneno de la serpiente africana negra".
- Me tenías muy preocupado, Harry, no me quiero quedar viudo y sin descendientes ¿entiendes?
- Ah - se estiró Jeremy - despertaste por fin - lo abrazó con fuerza - me pequeño hermanito, me asustaste.
- Lo siento - le dijo tratando de soltarse.
- Bueno, iré a avisar que estás bien - le sonrió - vamos, Draco, debes darte un buen baño y nos cambiaremos ropa. Te veo en el desayuno ¿de acuerdo? - se despidió de Harry plantándole un beso en la frente e impidiendo que Draco le diera uno en la boca arrastrándolo con él.
Al poco rato apareció Sirius que lo abrazó con fuerza con lágrimas en los ojos y el muchacho le respondió, no había pretendido asustar a nadie, mucho menos a sus seres queridos. Suspirando, miró a Remus que le sonrió amablemente y se sentó en la silla que hasta poco ocupara su hermano.
- Jeremy lo sabe ya, Harry - le dijo al encontrar su mirada - me temo que anoche dejó entrever muy a las claras su mal temperamento ante Snape.
- Harry ¿a dónde fuiste anoche? - le dijo Sirius preocupado.
- No recuerdo nada - dijo preocupado también - ¿qué me pasó?
- Bueno, me desperté porque te movías demasiado, lanzaste golpes al aire y comenzaste a gritar que no la torturaran, que no tenía la culpa y cuando al fin te despertaste me dijiste que ella estaba muerta, que la mansión había sido reducida a escombros y los elfos estaban sin hogar.
- Sirius, no recuerdo nada - le dijo angustiado - sólo sé que vi una sombra gris murmurando "debes morir" y un horrible dolor en la cicatriz.
- Dios, de qué te valieron todas esas prácticas de occlumency - dijo Remus.
- Debo averiguar qué pasó - dijo Harry levantándose de la cama, pero las piernas le fallaron - alguien está muerto ahora por culpa de los mortifagos.
- Te llevaré a tu habitación - le dijo su padrino levantándolo en sus brazos - después de un buen baño y un gran desayuno hablaremos al respecto - y los tres junto con el fénix que se subió al hombro de Remus salieron de la enfermería rumbo a la torre Griffindor.

Lucius decidió acompañar a su hijo al comedor, estaba aburrido de estar en las habitaciones de Snape y que cada vez que cerrara le pareciera volver a ver a su lado a su querido James, había sido tan real aquel sueño que hubiese querido que durara para siempre, ese era el James del que se había enamorado, juguetón, dulce, apasionado, aquel que tan bien sabía tocarlo, darle placer, llevarlo a rincones insospechado de placer, pero tal como ocurriera ya 20 años atrás, había desaparecido de su lado ¿por qué no lo amarró a su costado? ¿Por qué tuvo que dormirse cuando lo que quería era seguir disfrutando de su aroma y su calor?
- Me extraña verte tan silencioso, Lucius - le dijo Snape burlón - parece que no querías despertarte, tenías muy aferrada la almohada ¿eh?
- Sabes que no soporto las bromas en la mañana - le replicó fastidiado.
- Lo sé, pero no pareces habitante de este mundo, no creo que a Draco le agrade verte así - le contestó muy serio.
- Será porque anoche tuve un visitante del otro mundo - suspiró.
- ¿Y se puede saber quien fue que te dejó en semejante estado? - alzó las cejas impresionado - a no ser que sea...
- James Potter - cerró los ojos - fue tan especial, casi podría decir que me llevó de nuevo al paraíso.
- Potter está muerto, lo sabes muy bien - le dijo cruzándose de brazos - si estuvo alguien contigo anoche, te engañó como quiso.
- Era él, Severus, estoy completamente seguro - le dijo - no puedes imitar el aroma que emite un fénix, ¿quién podría saber cómo huele uno de ellos cuando tienes sexo con él?
- ¿Tuviste relaciones con ese supuesto Potter?
- ¿Cómo me iba a resistir al llamado de sus caricias?
- Creo, Lucius, que todo lo que tiene relación con James Potter te seca el seso.
- Todo porque a ti jamás te hizo tanto caso, sólo te coqueteaba.
- A mi jamás me gustó Potter - le replicó molesto.
- Pero bien que lo perseguías por todos lados.
- Cierto, pero no era él el que me gustaba.
- Mm, pues ¿quién era el que te gustaba?
- No te lo voy a decir, después de todo él me odia.
- Mm, no es Lupin porque lo habrías conservado a tu lado cuando era profesor, así que el único que nos queda es Sirius Black - lo miró pero el profesor apartó la mirada - si que eres asombroso, Severus.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Pues pudiste haberlo conquistado hace rato y no dejarlo caer en las manos de su antiguo amante - le dijo - Lupin lo perdonó por desconfiar de él y él lo perdonó por no haber creído en su inocencia, pero tu tuviste a mano siempre la forma de limpiar su nombre y no lo aprovechaste.
- No me quería involucrar en problemas con el señor oscuro.
- Por amor me habría enfrentado a él si hubiese tenido la certeza que así conservaría a James ¿Sabes que me llevó a verlo morir?
- Siempre fue bestial - dijo asombrado.
- Me preguntó si era verdad que los herederos del fénix eran fuego puro en la cama - dijo molesto deteniéndose apoyándose en una pared - como no le dijera nada, se rió y dijo que lo comprobaría él mismo, que lo conservaría como su juguete sexual hasta que se aburriera de él, insistía en conocer detalles de él, de sus gemidos, su forma de reaccionar al amor, que se sentía tenerlo, creo que se entretuvo torturándome.
- Alguien debió haberle dicho algo al respecto.
- Quizás el idiota de Colagusano, me amenazó una vez que se vengaría de mí por deshonrar a James.
- Debiste destriparlo cuando pudiste, en los cauteles del señor oscuro.
- Bueno, es que en ese momento había otras cosas - sonrió enderezándose - hubieses visto la cara del Señor oscuro luego que Potter se le escapó de nuevo - le dijo - era una auténtica furia.

(Recuerdo)
El cementerio frente a la mansión Riddle se remecía ante los violentos ataques de ira del Señor Oscuro mientras maldecía la suerte de aquel muchacho, ya era la tercera vez que estaban frente a frente y se le escapaba como si nada.
- Se ha vuelto muy poderoso - murmuraba furioso - y es tan hermoso como el padre - entrecerró los ojos - maldita suerte que tiene.
- Mi Lord, de seguro su leal lo traerá aquí - le dijo Colagusano.
- No creo que lo haga - dijo Lucius en un tono fastidioso, le encantaba la idea que su señor hubiese perdido esa ocasión de torturarlo.
- ¿Qué quieres decir con eso, Lucius? - dijo Voldemort molesto.
- Lo tendría que traer muerto, si llegase a conseguirlo.
- ¡Quiero al muchacho vivo! - gritó furioso.
- Quizás sería mejor que lo llamara antes que haga una barbaridad ¿no cree? - insistió - como buen Mortifago ha de odiarlo como a nadie.
- No hará nada que no le haya ordenado.
- Mi buen señor - le dijo McNair - de seguro él pensará que sería un gran logro de su parte traérselo, pero muerto.
- ¡Idiotas, eviten que lo mate! - gritó y todos desaparecieron del cementerio.
(Fin del recuerdo)

El gran comedor estaba alborotado, todos los Griffindor querían saber del estado de Harry, no era extraño para ellos que saliera de los dormitorios, pero generalmente era para contarle sus pesadillas al director y no porque se estuviera muriendo, aunque era uno de los más asiduos visitantes de la enfermería del colegio, aunque no lo quisiera así.
- ¡Estábamos muy preocupados por ti! - le dijo Colin - en especial cuando no regresaste de la enfermería.
- Gritabas y llorabas como loco - le dijo Seamus.
- Y te sangraba la cicatriz, nos fijamos cuando tu padrino te cargó - agregó Neville - nos asustaste mucho.
- Tranquilos, estoy bien, aunque no recuerdo lo que pasó en mi pesadilla - suspiró - gracias por preocuparse.
- ¡El único con derecho a preocuparse soy yo! - gritó furioso alguien detrás de Harry con lo que todos sus compañeros se apartaron bruscamente hacia el rincón más lejano de su mesa - me parece mejor.
- Draco, no seas tan celoso - le dijo Harry divertido - no tienes por qué andar amenazando a medio mundo, sabes que te quiero sólo a ti - le coqueteó.
- Pues deberías recordárselo a ellos, para que no se te acerquen tanto.
- Malfoy ¿por qué no te vas a desayunar? - le dijo Ron fastidiado - los chicos sólo querían saber de la salud de Harry.
- Mira, rey comadreja pobretona, yo no haría nada si ellos no se le acercaran tanto mi novio - le dijo ofensivo.
- Y tu, maldito Hurón, no tienes derecho...
- ¡Basta! - les dijo Harry - ¿cuántas veces voy a tener que decirles que no se llamen así? - miró a su novio - mejor regresa a tu mesa, Draco - le ordenó.
- No me gusta que se te acerquen tanto - insistió sin moverse.
- ¿Cómo puedes ser tan celoso? - le dijo Hermione.
- Pues lo soy - le dijo y besó en la boca a Harry - no dejes que se te acerquen demasiado - le dijo y se fue a sentar junto a Zabinni que movía la cabeza divertido.
- Lo siento - le dijo Jeremy - no pensé que fuera a actuar así.
- Es un Malfoy - le dijo Ron molesto - no creo que cambie ni por Harry, siempre le gusta recordarme que soy pobre.
- Hablaré con él, no puede seguir así - dijo el rubio y fue a sentarse con él.
- ¿Creen que pueda meterlo en cintura? - les dijo Neville divertido.
- Esperemos que sí - dijo Harry suspirando - está llegando demasiado lejos.
- Ya me había acostumbrado al Malfoy que no dice nada por temor a perderte.
- Ahora se siente más seguro, mañana nos casamos - le recordó Harry - y su padre está aquí - le indicó la mesa de los profesores - su comportamiento debió ser en su honor ¿entiendes?
- Ya sé que tiene que actuar como "buen Malfoy", pero a ratos se pasa de la raya - le dijo Hermione.
- Oye, Harry, tu fénix está opaco - le dijo Ginny mirando al ave desviando el tema - parece enfermo.
- Ayer tenía un exceso de energía, por eso andaba revoloteando por todos lados - le explicó - de seguro la agotó por completo de tanto volar y ahora no tiene mi miga - lo acarició suavemente haciendo resplandecer su mano y el fénix movió apenas sus alas.

Jeremy se sentó entre Draco a Zabinni lanzándole una mirada molesta al primero antes de darle un buen coscorrón en la cabeza para sorpresa de los Slytherin que lo miraron enfadados.
- ¿Qué? - les dijo Jeremy molesto - debe aprender a no sobrepasar los límites y voy a ser su padrino de bodas, tengo todo el derecho de ponerlo en su lugar.
- Me pegaste - le dijo Draco frotándose adolorido la cabeza - a Harry...
- Si, se va a molestar, pero a él le duele que te portes mal con sus amigos ¿no te has puesto a pensar que los quiere como si fueran sus hermanos?
- Pero me ama a mí.
- Ah, claro que lo hace, pero la familia puede influir a veces para que una pareja que se ama locamente se separe - le dijo Jeremy.
- Harry y yo nos casaremos mañana.
- ¿No te has puesto a pensar que estás provocando a Harry para que cambie de opinión a última hora? No digo que lo vaya a hacer, pero deberías tener un poquito más de consideración con él, además, no veo por qué odias tanto a Ron, es un chico muy simpático.
- Por su culpa Harry no quiso ser mi amigo en primer año - replicó.
- Pues si te portaste así con él, es comprensible que Harry te rechazara - lo abrazó - mira, sé que los magos de sangre pura son de cierta forma superiores a los que no lo son, pero tampoco es para que se les suba a la cabeza, un mago es lo que es por si mismo, no por su apellido.
- Pues no debiste tener muchos problemas, después de todo eres Potter ¿no? - le dijo Parkinson no falta de sarcasmo.
- Crecí en Francia y fui a una escuela donde había casi exclusivamente sangre puras - le replicó - no tuve amigos simplemente por ser medio sangre y por no ser de allá, siempre se burlaron de mi acento británico.
- ¿Por qué tienes acento si desde muy pequeño te fuiste a vivir a Francia? - le dijo Draco intrigado.
- Mis tutores me dieron una crianza británica, después de todo siempre esperaron que mis padres me trajeran de regreso a casa.
- Pobrecito, tan huérfano como el otro Potter - se burló ella.
- Con razón no tienes novio, eres insoportable - le dijo Zabinni - deja a Jeremy en paz o te las verás conmigo.
- Blaise - se rió Jeremy divertido y el muchacho se ruborizó intensamente.

Remus miraba atentamente a Jeremy sentado en la mesa de los Slytherin, se veía tan natural entre los chicos casi siempre bellos de esa casa, no le habría asombrado que, cuando la chica esa lo empezó a provocar, saliera su temperamento veela, pero había aflorado el Potter y había desentonado del resto con su risa tan tranquila, era casi como volver a escuchar a James, su risa cantarina que llenaba el comedor. Miró hacia el otro lado de la mesa y vio la cara de Lucius Malfoy, a él más que nadie debía dolerle el recuerdo, estaba seguro que los culpaba que James lo hubiese dejado, pero no había sido así, sólo esperaba que estuviera bien, desde que lo vio entrar al comedor su olfato le dijo que le había pasado algo raro.
- ¿Qué tanto miras a Malfoy? - le dijo su pareja inclinándose hacia él.
- Bueno. Quizás estoy más loco que de costumbre - le dijo poniendo su mano en la de su compañero viendo la mirada de odio que les lanzaba Snape - pero ¿no le notaste algo raro al rubio ese?
- Si, me pareció sentir que llevaba el aroma de James encima - le susurró - pero eso es imposible, yo vi a mi amigo muerto.
- Lo sé, pero ¿quieres saber algo? Cuando fuimos a enterrar los cuerpos de los Potter, el de James no estaba, sólo encontramos a Lily.
- ¿Cómo que su cuerpo no estaba? - alzó la voz - con Hagrid lo dejamos allí luego de rescatar a Harry - dijo el animago preocupado - será posible...
- ¿De qué hablan ustedes dos? - les dijo Lucius mirándolos, le pareció escuchar perfectamente que James no tenía tumba.
- De nada que te incumba, Malfoy - le dijo Sirius en voz baja.
- Ustedes hablaban de James - dijo fastidiado - nunca les voy a perdonar lo que hicieron para separarnos cuando éramos estudiantes.
- ¿Lo que nosotros te hicimos? - dijo Sirius entre los dientes - ¿y lo que tú le hiciste a James? Nunca debiste habértelo robado del colegio de esa forma.
- No sé de qué hablan - dijo tratando de desentenderse del tema.
- Hazte el tonto, Malfoy, pero nosotros sabemos qué pasó realmente.
- Sin sus interferencias, James se habría casado conmigo.
- ¿Cuándo, después que le pidieras matrimonio a Narcisa? James nunca fue idiota, por eso eligió a Lily en vez de ti.
- ¡No te atrevas a mencionarla en mi presencia!
- No le hagas caso - lo trató de calmar Snape - ¿no ves que está tratando de provocarte para que Potter se enfade contigo por insultar a su madre?
- Las cosas de ese tiempo deberían superarse - dijo el director.
- ¿Cómo se supera perder a la persona que más se ha amado? - le dijo el rubio con amargura - y más cuando hay dos ejemplos que me dejó de querer por quien sabe qué cosas le metieron esos en su linda cabeza.
- Nadie le metió nada en la cabeza - le dijo Sirius molesto - James se apartó de ti porque así lo quiso, nadie influyó en su persona.
- ¡Ah, claro! - le dijo sarcástico - como yo no me daba cuenta de la forma en que ustedes lo miraban.
- Pienso que lo veela se te subió a la cabeza - le dijo el animago picado - de seguro el efecto de tus encantos se le pasó y se dio cuenta a tiempo de lo malo que era permanecer a tu lado.
- Sirius - le dijo Remus viendo que el rubio estaba a punto de estallar - vamos a ver a Harry, mejor - lo abrazó y se lo llevó de la mesa tomados de la mano.
- Maldito - le dijo Snape al pasar por su lado.
- ¿Ustedes jamás van a superar sus diferencias? - dijo McGonogall molesta.
- Sabes, Minerva, es muy divertido todo esto - le dijo Dumbledore señalando al animago y al licántropo - en especial que ellos le sigan teniendo toda esa gran lealtad a su amigo muerto.
- James era un gran muchacho, muy fácil de querer - le dijo ella - y creo que a la inversa la situación habría sido la misma, la lealtad hasta la tumba.
- Ellos actúan como si estuviera vivo - le dijo Snape molesto.
- Y lo está - le dijo divertido y consiguió que todos en la mesa lo mirasen - vive en su hijo - agregó - se le puede ver en su patronus ¿no?
- Este vejete está cada día más loco - dijo Lucius fastidiado regresando su atención a su desayuno, le habría gustado creer que era cierto que su querido James aún se contaba entre los vivos - Lupin dijo que James no tenía tumba.
- Oh, la tiene, pero está vacía - le dijo McGonogall - su cuerpo no estaba entre los escombros cuando fuimos por ellos.
- ¿Y nadie pudo encontrarlo? - dijo Snape asombrado.
- Bueno - dijo Dumbledore - era una cualidad de su familia, aquellos que morían por muerte natural dejaban su cuerpo en este mundo, en cambio aquellos que tenían una muerte trágica, incineraban sus cuerpos, es muy probable que ese haya sido el motivo por el cual James desapareció.

El día había pasado bastante tranquilo, aunque afuera llovía a cántaros.
Harry estaba acostado ahora en su cama con tres pares de ojos pendientes de él, aparte de los de sus amigos. Remus había encantado su cama y ahora era mucho más ancha, así que estaba acostado del otro lado de la misma; Sirius, transformado en perro, estaba acostado a sus pies y Jim estaba sobre la almohada, pero ninguno de ellos podía dormir, Harry casi tenía miedo de cerrar los ojos y hacer otro de sus viajes, pero sabía que si no se dormía nunca llegaría al otro día con las fuerzas suficientes para la boda.
- Harry, entiendo que estés nervioso por lo que va a suceder mañana - le dijo Sirius desde los pies de su cama - pero deja de removerte y duérmete de una vez, estamos aquí para protegerte ¿verdad, Lunático?
- Quizás debieras beber un poco de la poción de Madame Pomfrey para dormir sin sueños - le dijo el licántropo - así despertarás mas relajado.
- Gracias, Remus, pero no me gusta beberla - suspiró - solo estoy preocupado por la pesadilla de ayer, no hubo manera que recordara lo acontecido.
- Es uno de los efectos secundarios del veneno - le dijo él - quien fuera que te lo suministró quería que olvidaras lo visto porque sabía que podríamos obtener un antídoto a tiempo.
- ¿Sospechas de alguien en particular? - dijo Sirius.
- En tu querida familia había muchas expertas en veneno, una en particular ¿recuerdas?
- Bellatrix - dijo el animago molesto - era veneno puro.
- Y ella es una e las principales interesadas en tener a los Malfoy en su poder.
- Es posible que Harry la haya visto haciendo algo malo, que lo haya descubierto y para evitar poner en alerta a nadie, le dio el veneno.
- Si, es lo que creo, porque ella sabía que Snape lo reconocería y haría un antídoto, no quería a Harry muerto.
- ¿Por qué no? - dijo este mirándolo preocupado.
- La magia que ellos necesitan es, ciertamente, la de un veela herido por amor, pero por un amor despechado, así tanto el padre como el hijo estarían en igualdad de condiciones mágicas. Pero si Harry muriese sin dañarlo, Draco no tendría ese poder, ya que su esencia sería vengativa.
- Sabes mucho de esas cosas - dijo Harry cerrando los ojos.
- Lo estudié mucho cuando James estaba perdido por Malfoy.
- ¿Qué pasó en la mesa de los profesores? - le dijo con curiosidad.
- Estábamos conversando de cosas y Lucius se metió - le dijo - nos culpa de que James lo hubiese dejado en ese tiempo.
- Ni que fura cierto - agregó Sirius - si fue porque él le pidió matrimonio a Narcisa que James lo abandonó.
- Bueno, mejor nos dormimos, habrá mucho que hacer mañana antes de la boda - los regañó el licántropo y Harry asintió, se sentía mejor.

Snape se paseaba molesto por la sala de sus habitaciones mientras Lucius permanecía molesto sentado en uno de los sillones, quería irse a dormir y volver a soñar con que James lo poseía, pero estaba molesto porque esos dos insistían en que no tenían la culpa de su abandono.
- Ese par tiene muchas explicaciones que dar - dijo al fin el rubio - ya, deja de pasearte, pareces león enjaulado y nunca fuiste uno.
- ¿Cómo voy a estar tranquilo si esos dos están juntos?
- Nunca podrás separarlos, por más que lo intentes - le recordó - menos ahora que están más decididos que nunca a mantenerse juntos.
- Y tú dejas que ellos te provoquen.
- Es distinto, ellos le mintieron a James y nos separaron.
- Bueno, no es que los defienda, pero me parece que a la larga no fueron ellos los culpables - se sentó frente a él - y antes que te enojes, te diré algo, ese día que James se comprometió con Evans, Bellatrix y Narcisa habían estado contándoles a todos que tú le habías pedido matrimonio a una de ellas y que habían sido novios desde pequeños.
- Yo no le ofrecí matrimonio a Narcisa hasta después que ellos se casaron - le dijo - y lo hice sólo si James permanecía con ella, confié erróneamente en que iba a recuperarlo.
- Un Griffindor jamás abandona a su pareja - le dijo.
- Yo era su pareja y me abandonó - le recordó.
- ¿Acaso le propusiste matrimonio?
- Pensé que estaba sobre entendido - suspiró - después de todo siempre habían dicho que ninguno de ellos se acostaba con nadie sin haberse casado primero, así que anduve buscando la manera de decirle a mi padre que había elegido otro compañero, después de todo tenía sangre pura.
- Pues debiste decírselo, quizás él las escuchó y les creyó.
- Nunca lo sabré, James está muerto - suspiró - mi amado James.
- Lo que me extraña es lo que dijo Dumbledore - se miró las manos - a veces pienso que sabe muchas cosas y que las oculta.
- Ese vejete está loco, Severus - le dijo.
- Es posible, pero recuerda que él fue aprendiz del gran brujo blanco - volvió a levantarse - y recuerda la profecía de Firence, es más complicado que un centauro se equivoque en esas cosas.
- ¿Qué quieres decir? - lo siguió con la mirada.
- Bueno, dijo que el presente y el pasado se mezclarían en el calor de dos brujos blancos y que habría dos Potter en camino.
- Un embarazo múltiple en Draco, quizás - le dijo.
- O que tú termines embarazado de un Potter - le dijo pensativo.
- Vamos, el otro Potter parece estar encariñado con Zabinni.
- ¿No crees que la magia blanca puede haber traído al padre esa noche? Sé leer muy bien las mentes y Lupin con Black hablaban que traías el aroma de James Potter encima.
- No hay forma de traer a los muertos de regreso.
- Nadie pudo probar nunca que él estuviera muerto - le dijo.
- Porque no encontraron su cuerpo ¿no?
- Supongo que Dumbledore tiene razón respecto a su familia, cuando los fénix mueren se queman y resurgen de sus cenizas ¿y si realmente fue así?
- Severus, sabes que no me gustan tus especulaciones.
- Ya veremos si en unas semanas no estás embarazado.
- A Narcisa le daría un ataque - dijo divertido poniendo una mano sobre su vientre - sería tan feliz si tuviera algo de mi querido James.
- Así que ya te sientes madre.
- No molestes y mejor nos vamos a dormir, debemos asistir a una boda mañana - suspiró - dejaré que mi hijo sea feliz.

Draco despertó de golpe esa mañana, le había costado mucho dormirse, pero lo había conseguido al fin y se había despertado ansioso. Ese sería el mejor de sus días, pronto Harry sería su esposo para siempre y sería suyo. Se sentó en la cama y miró la hora, las siete, buena hora para comenzar a prepararse. Miró a Jeremy que dormía muy tranquilo ¿lo despertaba? No, mejor iba a bañarse y lo dejaba dormir tranquilo, así podría relajarse un poco en el agua tibia mientras tejía fantasías sobre su noche de bodas.
Entró en el baño y se quitó el pijama luego de echar las sales de baño al agua, le gustaba ese aroma en especial porque a Harry le alteraba los sentidos, sería magnífico si esa noche lo hiciera perder el control y se volviera loco haciéndole el amor, de seguro harían fuegos artificiales de muchos colores...
Un ruido lo sacó de sus fantasías y miró la puerta antes de responder.
- ¿Qué pasa? - dijo molesto con quien fuera.
- Soy yo, Draco, tengo algo especial para ti - le dijo Jeremy - ¿se puede?
- Mientras que Harry no se entere - le dijo y lo vio entrar con una botella de color verde, cuyo contenido vertió en el agua - ¿qué es?
- Estuve un rato en la biblioteca ayer en la tarde y encontré esta poción en especial, un baño con ella y te aseguras de tener la mejor de las noches con tu pareja - le guiñó un ojo - y que quedes embarazado.
- Yo no pienso estar abajo - le dijo ruborizándose.
- Draco, querido, deberás hacerlo si quieres que el brujo Blanco te devuelva a Harry luego de adiestrarlo - le dijo - piénsalo.
- Mm, un hijito - suspiró hundiéndose en el agua - me parece fantástico.
- Y supongo que la idea de hacerlo te agrada más ¿verdad?
- ¡Oye! - le dijo aún más rojo - y dices que serías Griffindor y eres más pervertido que cualquiera de los de mi casa.
- Supongo que si, después de todo es mi herencia ¿no?
- ¿Te dijeron la verdad? - lo miró.
- Si, sé que somos medios hermanos - suspiró - sus motivos habrá tenido papá para ocultar lo que soy.
- El que me preocupa que se entere es mi papá, de seguro mata a los amigos de tu padre que quedan vivos - suspiró - de por sí los culpa.
- Ustedes han estado investigando ¿no?
- Si, un poco, al parecer la culpa fue de mi abuelo y de mi madre y mi tía - dijo y se sorprendió - oye, el agua me hace cosquillas.
- Bien, está surtiendo efecto - le dijo divertido - mientras más cosquillas te haga, más posibilidades tienes de tener una gran noche.
- Pero es molesto - se retorció comenzando a reírse.
- Déjalas actuar y verás lo que te hace mi hermano luego.
- En realidad eres un pervertido ¿sabes?
- Bueno, siempre he sido así - se encogió de hombros - me gusta.
- Mm, y dime ¿te gusta Blaise o sólo coqueteas con él?
- Me simpatiza tu amigo, pero de allí a algo más, no sabría decirte.
- A Blaise le gustas mucho, no me gustaría verlo herido.
- Ya hablaremos después de eso, aún debes arreglarte para la boda, te verás de comerte ¿sabes? Harry no tendrá ojos más que para ti.

Harry estaba sentado en un taburete con una capa de plástico sobre los hombros mientras el estilista le arreglaba el cabello. No sabía cómo era que Sirius lo había llevado al castillo, quizás el tipo era un mago fingiendo ser muggle o algo así, pero le estaba dando un tratamiento especial, tenía una espesa capa de barro negro sobre su cara, le había dicho que para limpiarla, las manos envueltas en suaves capas de algodón mientras las tenía sobre vahos de vapor.
- Irás vestido de blanco - le decía su padrino colocando su traje sobre el respaldo del sillón a su lado - tu padre me lo dejó para que tú lo usaras después de su boda, aunque creo que te quedará un poco grande.
- ¿De mi padre? - intentó levantar la cabeza pero no pudo.
- Si, es una herencia de los Potter, creo que incluso lo usó tu tatarabuelo - le dijo Remus - así que debe tener al menos sus cien años.
- No creo que a mi suegro le agrade verlo.
- Si a Malfoy no le gusta, va a ser pura mala suerte - le respondió - es de auténticos hilos de seda de la mariposa más fina de la China, alimentada exclusivamente con pétalos de rosa blanca, con hijos de oro y nácar.
- Pareces diseñador exclusivo - se rió su pareja.
- Alguien tenía que guardar la historia de la familia Potter para Harry - se defendió - y encontré algunas otras cosas que le van a interesar también.
- Bueno - dijo el estilista - voy a retirar el barro para que se vista y terminar de arreglarle el cabello.
Luego de sentir la cara limpia, se enderezó y se comenzó a poner la ropa sin mirarse al espejo, se abotonó la camisa y se sentó de nuevo. El estilista regresó a su lado y comenzó de nuevo a frotarle el rostro con una loción y luego se dedicó a ordenarle el cabello mechón por mechón, luego pasó un ligero polvillo por su cara y aplicó algo en sus labios.
- Listo, guapo, puedes terminar de vestirte - lo puso frente al espejo.
- Por Merlín - dijeron Remus y Sirius a la vez mientras Harry no podía apartar la mirada de sí mismo, era extraordinario.
- Es un chico guapo, sólo que no se saca partido.
- Se ve exactamente como su padre - dijo Remus sacando de nuevo el habla.
- Bueno, gracias - dijo el estilista.
- Eres genial - lo felicitó Sirius - ¿te quedas a la boda?
- Ay, no puedo, debo regresar al negocio, pero gracias.
Sirius le sonrió y este cerro los ojos tomándolo de la mano, ya que este tenía un traslador en su puño y juntos desaparecieron. Luego el animago volvió solo.
- Ya estamos listos - sonrió el licántropo mirando feo a su pareja - sé que me eres fiel, pero me gustaría que fueras menos coqueto ¿sabes?
- Bueno, pero nosotros pronto nos casaremos también ¿no?
- Me voy a peder su boda - lamentó Harry - me gustaría que se casaran hoy.
- Es imposible, el hecho que yo sea licántropo impide por ley la boda.
- Si, las leyes mágicas son muy restrictivas con las criaturas mágicas, los semi humanos y otros seres, sean hombres lobos o vampiros.
-Bueno, bajemos ¿si? - les dijo - ¿creen que a Draco les guste mi aspecto?
- Si no le gusta a él, hay otros a los que los vas a dejar sin habla.

El gran comedor estaba atiborrado de gente, las mesas estaban distribuidas alrededor de una más grande y del otro lado estaba el estrado donde Harry y Draco unirían sus vidas hasta el fin de sus días. Así estaba todo cuando Harry, Sirius, Remus y Ron ingresaron y un mar de murmullos se hizo alrededor de ellos, había llegado el moreno primero, así que quien tendría que llevar e ramo era el rubio, pero lo que más llamaba la atención era la nueva apariencia del moreno, se veía espectacular.
- Si quiero ser el centro de atención en mi boda, ni jures que te invito - le dijo el pelirrojo divertido - muchos quieren comerte.
- Solo espero que a Draco no le dé uno de sus ataques de celos - respondió.
Harry se paró frente al estrado y le sonrió al profesor Dumbledore que parecía enormemente divertido y se preguntó que estaría maquinando ahora.
- Te pareces cada día más a tu padre, Harry - le dijo - a alguien le va a dar un infarto - sonrió mirando hacia la puerta - allí vienen.
Harry volteó la mirada hacia los Malfoy que entraban acompañados de Snape y Jeremy, este último le guiñó un ojo y se sonrió. Miró entonces s Draco, se veía fantástico, pero quien no despegaba los ojos de él era Lucius Malfoy, parecía estar viendo un fantasma.
- "Snape se ha puesto muy pálido ¿no crees?" - le dijo Jim divertido.
- No lo vayas a molestar, no quiero que arruines la boda - lo regañó.
Draco levantó la mirada algo avergonzado hacia su novio, había sido la apuesta entre ellos, quien bajara primero sería la parte masculina de la pareja y el otro llevaría el ramo, pero lo que vio lo hizo olvidarse de todo, allí, frente al ministro de fe, estaba la más bella de las criaturas que hubiese visto. Su cabello negro con ligeros toques de rojo, sus ojos verde esmeralda más brillantes que antes y sus labios... Merlín que tenía que hacer esfuerzos para no correr a su lado y besarlos salvajemente.
- Parece que Sirius me ganó - dijo Jeremy a su lado - pero ¿cómo lo hizo?
- Se parece tanto a James - suspiró Lucius del otro lado - si no fuera por sus ojos, hubiese jurado que era él.
- Que empiece la boda ya - se adelantó Draco y la ceremonia dio inicio.

Harry estaba sentado en la mesa de los novios sonriendo, desde el inicio de la ceremonia que su novio no le soltaba la mano, como si creyera que iba a desaparecer o que alguien se lo iba a robar, el beso que le había dado parecía querer marcarlo como suyo o algo parecido.
- Estás tan hermoso - le susurró apoyándose en su hombro.
- Sirius ¿cómo lo conseguiste? - le dijo Jeremy algo molesto.
- Ah, dijiste que todo se valía ¿no? Hasta el uso de la magia - sonrió acariciando la mano de su pareja - y eso hice.
- Pero ¿qué clase de magia usaste?
- No te puede decir, ¿verdad, amor? - sonrió Remus.
Snape se ahogó del otro lado de la mesa, odiaba que esos dos se trataran así.
- Y ustedes dos ¿cuándo se casan? - les dijo Dumbledore divertido.
- Cuando salga la abolición de la maldita ley que nos lo impide - le dijo Sirius.
- Pero ¿hacen vida de pareja siendo ambos Griffindor? - les dijo Lucius malicioso comprendiendo el cambio de color del profesor de pociones.
- No deberías ser tan curioso - le dijo Remus sonriendo - pero nosotros tenemos un enlace especial ¿sabes? Estamos casados fuera del mundo mágico, los muggles tienen reglas especiales para esos casos.
- Así que están viviendo bajo otras reglas.
- Bueno, algo debíamos hacer para cumplir con las reglas de nuestra casa ¿no? - le dijo Sirius - así no ofendemos a nadie.
- En especial cuando viene familia en camino ¿verdad? - dijo Harry y eso fue el acabose para Snape, dejó su plato y se salió del comedor.
- Parece que mi padrino no se siente bien - dijo Draco preocupado.
- Ese no es el traje de novio que le traje yo de Francia - dijo Jerwemy cambiando el tema.
- Cierto, pero tú cambiaste la túnica de gala en la fiesta de Hallowen - le recordó el licántropo - así que yo le traje un recuerdo de su familia, el traje de novio de todos los Potter durante cien años, aunque debiste usarlo tú primero.
- ¿En serio? - alzó las cejas - pero ¿cómo lo tenías?
- Me lo dio james luego de su boda con Lily - le dijo - aunque a Harry le ha quedado un poco grande, quizás a ti te quede mejor.
- Es el traje de James - dijo Lucius con los dientes apretados.
- Una reliquia de la familia, una tradición que quisimos que Harry mantuviera.
- ¡Los odio! - dijo entre diente poniéndose de pie marchándose por el mismo camino que Snape había tomado.
- Les gusta provocarlo - los regañó Harry.
En eso el profesor a cargo del coro del colegio se puso de pie sobre un piso y llamó la atención de todos para iniciar el baile con el vals de los novios. Harry se puso de pie y le tendió la mano a su novio que se sonrió y lo siguió a la pista sonriendo algo avergonzado.
- Te amo, Draco, nunca lo olvides - le dio un beso en la mejilla y comenzaron a moverse al son de la música por el salón.
La fiesta siguió agradable hasta bien entrada la tarde, los jóvenes habían jugado diferentes juegos tradicionales de los novios magos, de los cuales Harry escasamente tenía conocimiento y por lo mismo terminaba perdiendo para diversión de su esposo que se reía cada vez que le ganaba.
- Estoy muerto - le dijo Harry sentándose de nuevo junto a Ron que no paraba de reírse de él - basta, Ron.
- Perdona, Harry, pero eres el mejor mago del mundo, el aprendiz del gran brujo blanco, y no puedes ganarle en un simple juego a tu esposo.
- Pero ¿Cómo le gano si no conozco las reglas? A Draco se le olvida que no crecí en el mundo de los magos - suspiró - creo que es hora del pastel.
- Si, debes estar ansioso - le dijo su hermano burlón.
- Muérete, Jeremy - le contesto y llamó a Draco.

La habitación de los novios tenía una cama enorme, tal como Draco había imaginado esa mañana, sólo que la habitación estaba decorada con los colores de la casa de Harry, cosa que no le agradaba mucho al rubio, aunque no podía quejarse mayormente, también era su culpa por haberse demorado en llegar al gran comedor y dejarse convencer por Jeremy de tomar esa poción.
- Draco, ven aquí - le dijo Harry sentado al borde de la cama golpeando la cama a su lado - quiero darte algo.
- Harry - se acercó a él y se sentó en sus rodillas - te quiero - lo besó con suavidad en los labios - ¿qué te hiciste en los labios?
- Es un brillo con sabor, algo muggle ¿sabes?
- No debería gustarme, pero tu boca sabe a fresas - lo volvió a besar.
- Draco - le acarició la espalda - te tengo un regalo, algo que mi padre pretendió darle al tuyo, pero que no pudo - se metió la mano al bolsillo y le puso el medallón alrededor del cuello - con esto, cada vez que me necesites podrás llamarme y me tendrás de regreso.
- ¡Harry! - lo besó con fuerza y pasión y ambos se fueron contra el colchón.
Harry le quitó la capa, la chaqueta y la camisa al rubio entre beso y beso mientras este intentaba lo mismo. Casi a tirones, ambos quedaron desnudos sobre la cama, acariciando lentamente la piel del otro, arrancando gemidos de placer cada vez más altos, tocándose y conociéndose por primera vez, buscando cimas insospechadas de placer.
- Mm, Harry, poséeme - le pidió el rubio casi sin aire.
- ¿Estás seguro? - le dijo Harry separándose un poco.
- Quiero tener un hijo tuyo - le susurró al oído atrayéndolo de nuevo.
- Draco - susurró conmovido y empezó a besarlo por todos lados sensual y lentamente, bajando por su cuello, pasando por su pecho y llegando más allá...

La luz del día era muy tenue en la habitación al amanecer, pero la temperatura había disminuido bastante en el transcurso de la noche. Una pequeña llama comenzó a bailar en la chimenea junto a la cama, comenzó a crecer de a poco y luego creció hasta que una pequeña ave apareció en medio de ellas, dando calor a su alrededor.
- "Harry, es mejor que te vistas" - le dijo Jim moviéndolo por el hombro, pero este se negó a moverse del costado de su esposo - "despierta, holgazán"
- Hoy no tengo clases - le reclamó abrazándose a la cintura de Draco que no había hecho ni el amago de despertarse.
- "Harry, afuera está nevando ¿sabes lo que eso significa?"
- Que el Brujo Banco enviará por mí.
- "¿Y tú quieres que te encuentre desnudo junto a tu esposo?"
- No - dijo bostezando y se sentó en la cama - pero no tengo mi ropa aquí.
- "Remus te mandó algo de ropa, aunque dijo que quizás no la usarías"
- Mm, no quiero dejar a Draco solito - le acarició la sien.
- "Es mejor que no lo despiertes, debes vestirte e ir a esperar al brujo Blanco a la entrada principal del colegio" - le dijo y el muchacho comenzó a vestirse - "yo iré contigo, soy la señal que él necesita".
Harry se puso los zapatos y luego de darle un ligero beso en la frente a su esposo acompañó al fénix al frente del colegio.
Afuera, la nieve caía copiosamente y una luz blanca y deslumbrante avanzaba hacia el joven y su fénix para luego desaparecer con la misma rapidez con la que llegó. Era la hora que la magia blanca se despertara por completo...

Continuará...

No pretendía que saliera tan largo, pero con el nombre que le puse al capítulo debía llegar hasta este punto, no diré quién es el Brujo Blanco, quizás algunos lo sepan, quizás no, pero si alguien cree saberlo, que lo diga ¿de acuerdo?
Shio Chang.

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