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Harry Potter y el Fénix dorado por Shiochang

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Harry Potter y el Fénix dorado

Primero que nada, quiero hacer una advertencia, el mundo de Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling y a mí sólo me pertenecen las ideas.
Una advertencia antes de comenzar a leer, contiene algunas cosillas que pertenecen tanto al quinto como al sexto libro, no es spoiler ya que no es gran cosa, pero aquellos que si leyeron el libro comprenderán de qué se trata.

Extraño despertar

De tanto ir y venir, Harry estaba confundido, en especial con lo que trataba de las fechas, aunque tratara de vivir día con día se le hacía imposible, en especial teniendo en cuenta que vivía muchos días y meses en una tarde o un día, por ello dependía totalmente del detallado horario que Hermione le había hechizado, de no ser por ella no sabría ni a que parte dirigirse en el castillo. Por supuesto, esto había provocado una pelea con Draco, este quería que Harry dependiera de él, pero ciertamente la muchacha era más astuta que él y conocía perfectamente las materias que llevaba el moreno.
Harry se sentó frente al caldero en pociones, Jeremy les había sacado literalmente "el jugo" en clases, en muchos aspectos era peor que el propio Snape, claro que no decía pesadeces de nadie en el salón ni se burlaba de los fracasos de nadie, pero ello no significaba nada, no dudaba en decirle a cualquiera que se había equivocado en tal o cual ingrediente, incluido su hiper sensible esposo que o se ponía a llorar cuando lo criticaban o le volteaba el caldero encima, cosa que no sabía si era peor, porque terminaba limpiando la mazmorra con él.
- Este será un ensayo para el EXTASIS - dijo Jeremy esperando que llegaran los demás para empezar la clase - llegaste temprano ¿problemas con Draco?
- No, sólo que tenía entrenamiento de Quidditch - suspiró - los demás se fueron a duchar, pero estoy tan acostumbrado a hacerlo a toda velocidad que quedé libre antes de lo que pensaba.
- Debes de estar agotado - le dijo preocupado - creo que te esfuerzas demasiado, Harry, en cualquier momento puedes colapsar.
- No lo creo, mi maestro dijo que si llegaba al límite de mis fuerzas se detendría de inmediato - le dijo - tengo un conjuro especial que me dirá cuando mis energías estén por acabarse - le sonrió - no te preocupes tanto, ya te pareces a Sirius en lo sobre protector.
- Eres mi hermano, tengo que preocuparme por ti.
En eso entraron los demás, Draco corrió a sentarse a su lado y lo abrazó con fuerza, era como hacía todas las mañanas cuando despertaba y se encontraba con que Harry se había ido a entrenar, claro que había ocasiones en que se le iba encima llorando, se dijo Harry y suspiró de nuevo, al menos esta no era una de ellas, sonrió y se separó de él.
- Como tenemos las dos horas, vamos a preparar una nueva poción para el EXTASIS - les dijo - así que guarden todo, prepararemos...
- ¿Otro ensayo de extasis? - le reclamó Parkinson.
- Srta. Parkinson, será un ensayo - le dijo con paciencia como si fuera tonta.
Una risita se arrastró por el salón, era especialmente de Zabinni y Nott que no se podían aguantar la burla ya que Jeremy Potter bien que sabía poner a la muchacha en su lugar sin tener que usar las tácticas de Snape para controlarla, no recurría a las amenazas, simplemente la pasaba por dura de mollera.
- Entonces, sigamos - dijo haciendo caso omiso de las sonrisitas burlonas de los Slytherin - creo que esta poción la prepararon el año pasado - les dijo - el trago de muerte aparecerá, según rumores, en sus exámenes.
Harry miró a su hermano y luego se encogió de hombros mientras toda la case se volvía hacia él molesta, si mal no recordaba a él le había salido perfecta al primer intento y todo por culpa del libro.
- No se vale - dijo Nott - Potter la hizo bien a la primera el año pasado y se ganó con ello una botella de Félix Felicity ¿Por qué no le pone algo más complicado a él que ya la hace a la perfección?
- No sabía que supieras preparar esa poción - lo miró sorprendido - entonces prepararás... - se quedó pensativo - sabes hacer perfectamente la poción mata lobos, me lo dijo Remus, la verisitasen, la multijugos, ¿qué podría ser? - se paseo por el salón - los demás comiencen a trabajar mientras sigo pensando en qué hacerle - ordenó y todos fueron a buscar los ingredientes - ya sé - sonrió - Mofiolisis, creo que te vi estudiándola en casa.
- Bueno, conozco la teoría... - no podía decirle a su hermano que la había preparado ya en varias ocasiones bajo la supervisión del gran brujo blanco - de acuerdo - suspiró de nuevo, al parecer este sería un día de suspiros, se dijo.
La clase se había sumido de nuevo en uno de esos silencios que siempre se daban en clases, cada cual preparando su poción sin conocer la manera más fácil de prepararla con excepción de Ron a quien Harry le había dado el secreto hace tiempo y que seguía esas instrucciones, claro que Hermione seguía las oficiales empeñada en demostrar que podía. Se encogió de hombros y comenzó a preparar la suya, era un tanto complicada por la gran cantidad de ingredientes que esta llevaba y que cada cual debía agregarse en el momento preciso, pero no se preocupaba, ya sabía cuando hacerlo.
Al rato Jeremy se paró frente a toda la clase y ordenó que se detuvieran y apagaran los fuegos antes de comenzar a pasearse por entre los calderos.
- Bastante bien, Nott - le dijo a este - te faltó un poquito, pero creo que ha de funcionar - cambió de lugar - excelente, Zabinni - y este sonrió ruborizado y complacido, a Harry le parecía que al muchacho todavía no se le pasaba el enamoramiento con su hermano - podría esforzarse un poco más, Srta. Parkinson - le dijo con suavidad - aún puede mejorar - se volvió y revisó los calderos de los demás - Vaya, Ron, está muy bien - y el pelirrojo se puso más rojo que su cabello - sorprendente - miró al de Hermione y sonrió - excelente - le dijo y revisó la de Ernie - muy bien, aunque te faltó cocción - este sonrió y Jeremy se fue con Draco - está muy bien, deberías dedicarte a esto.
- Pues de momento ¿puedo ir al baño? Tengo nauseas.
- Bien, sal - le sonrió y miró la poción de Harry y sonrió complacido - excelente, Harry, es tal como debe ser ¿quieres mostrarnos sus efectos?
Harry lo miró molesto, era lo mismo con Snape, siempre lo convertía en conejillo de indias de cualquier poción fabricada en esa mazmorra, pero no dijo nada, de seguro él y su hermano harían muy buena pareja cuando el hombre volviera a la normalidad. Metió una taza dentro de caldero y se sirvió un buen trago de la poción y luego se paró frete a Zabinni adquiriendo su imagen.
- ¡Muy bien, muy bien! - celebró divertido - ahora ¿quién me puede decir...? - la mano en alto de Hermione lo sorprendió y se rió - muy bien, la diferencia con la poción Multijugos.
- Es fácil - dijo ella - la poción multijugos te da no sólo la apariencia de la persona a quien imita, sino la voz y todos los atributos de la persona, en cambio Mofiolisis solo copia lo que la persona que la bebió ve de la que está copiando, aunque su duración es más larga que la de la Multijugos.
- Y que el imitador puede copiar a cualquier otra persona mientras le dure el efecto - agregó Harry divertido - cosa que no hace la multijugos, pero es más para un disfraz que para otra cosa, es casi como un camaleón.
- Muy bien, veinte puntos para Griffindor - sonrió - ahora, me temo que les tengo una tarea especial a cada uno, ninguno tiene una poción igual a la de los demás, cada cual tendrá que investigar por su cuenta - advirtió.
Harry tomó su nota y la de Draco, el pobre no había regresado al salón.
- Ve por tu esposo - le dijo Jeremy entendiendo su preocupación.
Harry salió corriendo de la mazmorra y siguió por el pasillo hasta toparse en Sir Nicholas que lo miró sorprendido.
- ¿Pasa algo malo, Harry?
- ¿Ha visto a Draco? - lo interrogó.
- Si, acaba de salir del baño, se veía muy pálido, creo que se dirigía al patio, murmuró algo así como que necesitaba aire fresco.
- Gracias, Sir Nicholas - le dijo y salió disparado hacia donde le señalara el fantasma que había desaparecido - ¿Draco? - preguntó al verlo sentado en una banca con la cabeza apoyada en el respaldo.
- Hola, Harry - le dijo y este notó algo extraño en su mirada - pensé que ya no te preocupabas por mí - le reclamó.
- Por supuesto que me preocupo por ti, estás embarazado...
- ¡Lo único que te importa es el niño que llevo dentro! - lo interrumpió llorando a mares - no soy yo el que te importa, sino tu hijo - se puso de pie e intentó alejarse, pero Harry lo detuvo por un brazo.
- Claro que me preocupo por él, pero más por ti porque eres quien sufre - lo obligó a sentarse de nuevo a su lado - yo sólo quería decirte que mi maestro me dio libre estas semanas ya que se nos vienen los exámenes muy pronto.
- ¿Te quedarás conmigo todo ese tiempo?
- Por supuesto - le sonrió y lo abrazó - sabes que te amo ¿verdad?
- Claro, pero me agrada escucharlo de tus labios - se acomodó en su pecho.
- Jeremy nos dejó tarea - suspiró - y ninguna es igual a las otras, me temo que mi hermano se ha dado cuenta que no soy yo quien hace las tareas en pociones, igual que Ron.
- Él sólo quiere que seas el mejor - le recordó.
- Pero si casi no tengo tiempo de hacer tantos trabajos, el maestro me hace entrenar y entrenar y entrenar sin tregua hasta conseguir los resultados requeridos para tal o cual conjuro, allá no me da hambre ni cansancio, pero apenas pongo un pie de regreso en el castillo, siento que me podría comer un elefante y dormir un mes de corrido.
- Pero ahora tendrás tiempo. Además - le sonrió tomando su mano y llevándola a su pancita - debes ayudarme a entrenar transformaciones.
- Y yo que esperaba tener un año más relajado porque había eximido DCAO - se quejó acariciando a Draco - y eso que me dijeron que debía tomar reforzamiento para recuperar el tiempo perdido al inicio de clases.
- Creo que mejor regresamos al castillo, tengo hambre - le dijo el rubio poniéndose de pie y caminando de regreso al castillo.

Harry hora descansaba con su rubio esposo recostado sobre sus piernas, al parecer esta etapa del embarazo lo hacía permanecer más tiempo dormido que despierto, así que estaba más tranquilo. En eso una lechuza castaña se detuvo frente a él, la conocía muy bien, era la lechuza de Remus, pero quien le enviaba el mensaje era Sirius ¿de qué se quejaría ahora?
Jim, que hasta el momento había permanecido silencioso sobre su percha, se acercó a mirar la extensa misiva del animago.
"Querido Harry:
Gracias por tu carta anterior, Remus se puso muy contento con tus palabras, creo que ahora se ha tranquilizado un poco ya que no se ha vuelto una locura todo a mí alrededor. Por cierto, vamos a tener una niña, así que Rem anda arreglando el cuarto del bebé con tonos rosa y dorados, así que casi ni atención me presta y considerando la presente situación, es mejor así. Y si te preguntas por Lucius, te diré que está bien, pero quiere irse a su casa a cada minuto, aunque se ha tranquilizado también. Claro que eso no significa que ellos no se peleen, aún necesito que James esté aquí para tranquilizar a su rubio ¿Sabes que hizo soberano escándalo porque Remus le dijo que se comenzaba a ver la pancita? No quiero ni pensar en cómo va a reaccionar cuando se dé cuenta que empieza a parecer ballena.
Y no le vayas a decir a Remus que está enorme, cada vez que se mira al espejo se vuelve contra mí y me pega diciendo que es mi culpa que tenga esa horrible figura y no hay quien lo saque de allí, aunque le diga que es el ser más adorable de toda la tierra.
Por cierto ¿cómo está Sev? Le echo mucho de menos, al menos era alguien cuerdo con quien hablar en casa, lamento que sea tan pequeño y no sepa escribir, de seguro me mandaba un mensaje dándome ánimos para el poco tiempo que le queda a Rem para dar a luz a nuestro hijo.
Jeremy también me escribió, le mandé una respuesta aparte y un mensaje para Sev, pero no me cuenta mucho del pequeño ¿Está comiendo bien? ¿Se duerme a sus horas? Pobrecito, estaba acostumbrado a dormir abrazado a mí ¿quién diría que me iba a encariñar tanto con Severus Snape?
Otra cosa, descubrí por mera casualidad que Tobías Snape sigue vivo pero que desconoció a su hijo cuando a este le llegó la carta del Colegio, incluso Eileen, su madre, sigue con él. Lamentablemente para mí es imposible hacerle una visita a esos dos en estos momentos, no puedo salir de casa y dejar solos al par de locos embarazados en casa, en menos de lo que te imaginas habría desaparecido o se habrían matado mutuamente, si tengo que ir al baño es un verdadero suplicio ¡Los dos se paran frente a la puerta a esperarme!
Por supuesto, estas cosas no se las he contado a Jeremy, de seguro él le lee las cartas a Sev y no quiero que el pequeño piense que soy un viejo quejumbroso aunque realmente lo parezca, de todas maneras contigo me desahogo.
Cuídate mucho y trata de descansar lo más posible, no queremos que tu salud se vea perjudicada por los constantes entrenamientos y los EXTASIS que se avecinan.
Tu Padrino que te quiere mucho.
PD. ¿Cuándo irá tu esposo a examen médico? Quiero saber qué van a tener."
- "Asi que Remus va a tener una niña"
- Pero no nos dice qué es lo que va a tener Lucius - dijo y luego se rió - bueno, supongo que es porque aún no tiene los cinco meses ¿no?
- "Aunque pienso que se queja demasiado"
- El pobre tiene que lidiar con dos embarazados - lo defendió.
- "Si, yo tampoco tuve un muy buen embarazo que digamos, me la pasé llorando desde el segundo mes hasta el final, incluso después estaba más que sensible, mamá decía que era a causa del cambio hormonal, que ya se me pasaría, pero estaba demasiado depresivo" - suspiró.
- Perdona, pero ¿qué va a pasar con la magia de tus tíos?
- "Está se traspasará indudablemente al último de los Potter que haya nacido, así que la Magia de Marcellus Potter ahora es tuya".
- ¿No se traspasará a alguien más al nacer?
- "No, no será entregada a nadie más, a no ser que tú tengas una muerte violenta y yo sé muy bien que no será"
- Gracias por tu confianza - le sonrió - ahora es mejor que le responda a Sirius, no creo que aguante mucho más el martirio ¿No crees que sería mejor que tú fueses a ver a Lucius?
- "¿Y cómo explico el hecho que estoy vivo?"
- Si, se supone que ninguna magia que un mago pueda hacer es capaz de revivir un muerto, pero tú no lo estabas porque te volviste un fénix - miró a Draco que seguía dormido - quizás si le mando un poco de la poción Aves del paraíso puedas hablar con él y tranquilizarlo un poco ¿no crees?
- "Me parece bien, así podré pasar un día completo al lado de mi querido Lu y quizás así también descanse Sirius ¿le mandas el mensaje al tiro?"
- Muy bien, pequeña - acarició a la lechuza y esta asintió esperando que Harry terminara su carta - acaccio botella - apuntó la botella con la poción y esta llegó a su mano - bien ¿qué dices de mi nota?
"Querido Sirius:
Aquí te mando una pequeña ayudita, dile a Lucius que se la tome a las tres en punto, ni un minuto antes ni un minuto después si quiere ver a mi padre. Y déjenlo que vaya solo, allí nadie puede entrar más que el que bebe la poción, así que estará a salvo.
Dale mis saludos a Remus y a la bebita, que estén bien, ya te mandaré una carta más extensa con Hedwid más tarde para contarte de Sev.
Tu ahijado que te quiere.
Harry".
- "Muy bien, así yo también la beberé e iremos juntos al mismo sitio"
- Bueno - enrolló el pergamino y amarró una bolsita con la botella en la pata de la lechuza - que tengas buen viaje, Pettu - la despidió con un cariño y ella se marchó por la ventana - bien, ahora a seguir estudiando, aunque creo que tengo más que aprendida la teoría.
Jim regresó a su percha y se dedicó a vigilar el reloj el resto del tiempo.
Harry dejó el libro a un lado y se sonrió, de seguro iba a ser la misma actitud que iba a tomar Lucius cuando recibiera su carta.

¿Qué hace un león cuando se siente atrapado? Muestra los dientes y gruñe para tratar de amedrentar a su agresor y sólo ataca si es estrictamente necesario, al menos eso sabía Harry, pero no podía atacar a su propia pareja ¿no es verdad? Sin embargo, de todas maneras sentía que Draco lo asfixiaba a ratos, lloraba como Magdalena si su atención no estaba centrada en él o se volvía una furia si miraba a alguien más, fuera quién fuera, en especial cuando se trataba de alguien que anteriormente hubiese expresado su admiración por el moreno, allí todo tomaba ribetes peligrosos. Pero también estaba el descontrol que había comenzado a tener el rubio con su magia. Según le había dicho Dumbledore, era natural que eso pasara, en especial porque la magia de su bebé hacía interferencia con la de la madre por ser tan distintas ya que la que heredara del padre era más fuerte.
- Mañana comienzan los exámenes para los alumnos de séptimo año - informó Dumbledore sonriendo después de cenar - y los de los alumnos de quinto año, la semana siguiente, espero que a todos les vaya bien y que cumplan con las expectativas de notas que requieren para obtener el trabajo que han elegido.
Harry suspiró por enésima vez, estaba seguro de obtener en todos sus exámenes la nota máxima, pero se sentía mal por ello, aunque el Brujo Blanco dijera que era lógico, porque tenía la practica de casi un siglo sobre sus hombros, así que debía tranquilizarse. Pero debía pensar en su esposo ¿qué pasaría si Draco no pasaba los exámenes prácticos por culpa de un descontrol en su magia? Eso sí sería su culpa porque él le había traspasado al bebé la magia que provocaba aquello.
- Estoy muy nervioso - le dijo Seamus apretándose las manos - no voy a poder dormir en paz en toda la noche.
- Yo estoy preocupado - le dijo Ron muy pálido - ¿y si no consigo las notas esperadas para ser auror?
- No te preocupes tanto - le dijo Harry - McGonogall me dijo cuando le dije que quería ser auror que podía tomar nivelación si no lo lograba a la primera, pero ello significaba un año más de estudios.
- ¡Qué horror! - dijo el pelirrojo más nervioso aún - no me gusta eso.
- ¿Qué piensas, Hermione? - se volvió hacia su amiga.
- Estoy demasiado ansiosa, tampoco podré dormir bien.
- A mí me preocupa Draco - admitió - con todo, está demasiado estresado y su magia se vuelve loca a cada rato, ha causado estragos en todas las clases de encantamientos, DCAO y transformaciones, no quiero ni imaginarme lo que pasaría si en uno de los prácticos le pasara lo mismo.
- Bueno, eso es porque está embarazado, quizás debiera posponerlos para después que nazca el bebé - le dijo Hermione.
- No es a causa del embarazo - le dijo Harry muy serio - el bebé es excesivamente poderoso y causa interferencias con su magia fénix sobre la veela de Draco. Además, no puede posponer los exámenes ahora, no lo permiten a no ser que estuviese demasiado cerca la fecha del parto, cosa que no sucede con él, si aún no alcanza el quinto mes no le pospondrán la fecha.
- Parece que anduviste investigando - le dijo Seamus impresionado.
- Claro que no, me lo dijo Dumbledore cuando comenzó su problema.
- Pues creo que mejor te vas con él, comienza a incendiar el comedor.
- Tienes razón, Ron, Draco es un atado de celos y no quiero que deje a alguien mal herido o él mismo termine en la enfermería por un conjuro mal hecho - suspiró y se puso de pie dirigiéndose a su pareja que de inmediato se abrazó a su pecho y no lo soltó más.
Harry caminó lentamente con su esposo a su habitación, debía haber una forma de tranquilizar o estabilizar la magia de un embarazado en alguna parte, pero ¿dónde comenzaba a buscar? O peor aún ¿qué debía buscar? ¿Un conjuro o una poción?
Draco cerró la puerta a sus espaldas y sin decir ni media palabra se acostó a dormir, pero antes de dormirse le dijo a Harry:
- Si fracaso en alguna prueba va a ser por tu culpa - y este se volvió a mirarlo, pero el rubio ya estaba bien dormido.
- "Se nota que es un Malfoy - le dijo Jim desde su percha - es en parte su culpa también que esté embarazado, pero jamás lo va admitir".
- Necesito algo que lo ayude a estabilizar su magia aunque sea por unos días para que dé tranquilo los exámenes.
- "Bueno, existe una poción especial para estabilizar la magia, Lily me la preparó cuando estaba esperando a Jeremy, pero debo admitir que mi descontrol no era tanto porque mi magia era más fuerte que la de su padre. Además, necesita tiempo de reposo, algo así como un mes y eso no lo tienes, mañana comienzan ¿no?"
- Tendría que hacerla esta noche allá en la zona de entrenamiento - le dijo - si no lo hago, la culpa me va a consumir si él falla.
- "No creo que al maestro le guste que estés usando ese lugar para tu beneficio - le dijo - yo quiero seguir teniendo la capacidad de volverme humano".
- Y también por razones egoístas - le dijo - vamos, es por amor.
- "De acuerdo, pero todo sea por mi nieto" - le dijo posándose en su hombro y desapareciendo juntos.

El Gran Brujo Blanco los recibió sonriente, sabía de sobra a qué habían ido allí y no le importaba gran cosa, Harry no lo hacía por si mismo, sino por aquella persona a la que tanto amaba, aunque no estuviera muy de acuerdo, los veela podían ser muy veleidosos.
- No necesitas explicarme nada, Harry - le sonrió a su aprendiz - lo sé, quizás debí ahorrarte el trabajo, pero quiero que hagas la poción tú mismo - miró al fénix - y James, vuélvete humano, me pones nervioso.
- No creo que esté bien - le dijo tomando su forma humana.
- Sí Harry lo hiciera en beneficio propio, no se lo permitiría, pero es en beneficio de su esposo y a la larga de su hijo, a ti no te hubiese gustado que Jeremy pensara que eres un fracasado ¿verdad?
- No, pero Lily no hizo trampas para realizarla ¿no cree?
- Recuerdo a la amiga de Harry reclamando que él había hecho trampa al no seguir las mismas instrucciones que ella al preparar el trago de muerte, y creo que es lo mismo, no es hacer trampas, es modificar la situación a favor sin mentir ni robar, trampa sería que yo se la preparar y se la diera, o que en aquella ocasión Harry la hubiese tomado de alguien más.
- Pero sigue sin agradarme la idea - dijo James mirando a Harry trabajar.
- En fin, podemos practicar otras cosas mientras espera que la poción esté lista - dijo encogiéndose de hombros ante la testarudez de James - y quizás después le puedas mandar un poco a tu propio rubio ¿sabes?
- No creo que Lucius... - empezó.
- Yo creo que sí, la magia del fénix es mucho más poderosa que la del veela y suele interferir con gran fuerza en la de estos, así que debe estar en las mismas condiciones de su hijo.
- No lo había pensado - suspiró - creo que a ratos no soy un gran padre.
- Vamos, papá, claro que lo eres - le dijo Harry dejando hervir lentamente la poción - no cualquiera es capaz de dar la vida por sus hijos ¿sabes?
- Todo padre debe dar su vida por el bien de sus hijos.
- La madre de Voldemort se dejó morir porque su esposo la dejó cuando se enteró que era bruja - le dijo - su padre jamás se preocupó por él y qué decir de los padres de Snape, tú mismo has visto como se comporta cuando de casualidad alguien se los menciona.
- Está bien, pero ellos eran tirados a Slyherin, no creo que a muchos de ellos les importe más su familia que el poder que tienen.
- Una pregunta, James querido ¿no estás enamorado de un Slytherin?
- Si, pero ello no evita que vea sus defectos ¿no cree?
- En especial cuando te hicieron la vida de cuadritos antes que se dieran cuenta que eras el gran amor de sus vidas - agregó Harry.
- Muy bien, dos descendientes míos con los pies bien puestos en la tierra.
- ¿Qué vamos a hacer mientras esperamos la poción?
- Un encantamiento muy especial - volvió a sonreír - es magia sin la varita, así que ambos van a concentrarse lo mejor posible en lo que le voy a enseñar...
James y Harry se miraron y los tres morenos se sentaron en el suelo con las piernas cruzadas mientras padre e hijo escuchaban en silencio atentamente las instrucciones del maestro tratando de grabarlas en sus mentes.

Harry despertó sobresaltado cuando el peso de un cuerpo a su lado lo aplastó quitándole el aire. Era cosa de cada mañana y aún no se acostumbraba a ese despertar tan brusco que le daba Draco, aunque nunca más se atreviera a reclamarle, hacerlo sólo una vez había significado que el rubio llorara a mares y que dijera que no lo amaba para más tarde enojarse y echarlo de la habitación así como estaba. Molesto se había ido a la torre de Griffindor y se había vestido con un uniforme prestado por sus amigos y se había armado la de Troya porque Draco se había puesto celoso porque usaba la ropa de otro.
Extendió la mano hacia la mesita y tomó sus lentes para ver la hora, eran casi las siete, era mejor que lo despertara, el rubio era un demorón en el baño y aún debía tomarse la poción estabilizante y mandarle un frasco a Lucius por medio de Hedwid con la carta que le había prometido a su padrino.
- Draco, corazón, es hora de levantarse - le acarició la espalda y obtuvo un débil gruñido de su parte - anda, para que vayamos a desayunar.
- No quiero, el colchón está muy calientito - le reclamó acomodándose mejor.
- Que te tengo un pequeño regalo, pero te lo daré en el desayuno ¿sí?
- De acuerdo - se le quitó de encima y se encerró en el baño.
- "Tu chico es un plato" - se burló Jim desde su percha mirando la puerta cerrada.
- Yo también debería levantarme, pero estoy agotado - le dijo recostándose en las almohadas - espero que esto resulte.
- "Va a hacerlo, no te preocupes tanto".
- Es nuestro futuro el que está en juego con una poción que ni siquiera sé si esté bien - suspiró sentándose al fin en la cama - no quisiera que tuviera efectos secundarios en mi querido Draco - miró también la puerta - es la primera vez que preparo algo así.
- "El Gran Brujo Blanco dijo que estaba bien, no es bueno que te angusties".
- Pues creo que ustedes tienen más confianza en mis capacidades que yo.
- "Mira, Harry, si el Brujo Blanco dijo que iba a resultar, es porque va a resultar, recuerda que él lo sabe todo ¿entiendes? Ten fe".
- Lo sé, pero creo que nunca voy a ser tan bueno en pociones como mamá o Jeremy, creo que Snape me arruinó las ganas de aprender ese ramo.
- "Bien, mejor te vistes, parece que tu esposo va a estar listo en tiempo record esta mañana".
- Es por lo del regalo que le voy a dar, siempre es así - levantó su varita de la repisa en que la manejaba y se arregló con un encantamiento - estoy listo.
Draco se apareció de regreso en la habitación y se vistió echándole un ojo a su esposo que se acomodaba la corbata frente al espejo, le gustaba que se hubiese puesto de nuevo los lentes de marco, aunque admitía que se veía mucho mejor sin ellos, porque así nadie descubría la belleza oculta tras ellos.
- Draco, tengo algo que calmará momentáneamente la magia del bebé - le dijo sentándose a su lado mientras el rubio se calzaba los zapatos - pero debes prometerme que la beberás sólo mientras haces los exámenes prácticos.
- ¿No pensarán que es una poción para hacer trampa como Félix Felicity?
- La pasaremos primero por los examinadores - le sonrió abrazándolo - y les explicaremos por qué debes usarla ¿de acuerdo?
- "Cuando a mí me la dieron nadie supo de ella" - le dijo Jim.
- O puedes beberla aquí, si gustas, y no pasar por la humillación que todos sepan de tu descontrol mágico.
- Gracias, Harry, por eso te amo tanto - le besó con pasión empujándolo contra la cama.
- "Chicos - dijo Jim echándose sobre ellos para separarlos un poco - vayan a desayunar".
- Creo que es mejor que vayamos al comedor, así obtendrás tu regalo - le dijo Harry poniéndose de pie arrastrando a su rubio esposo con él.
Jim, al verse solo, se transformó en humano y agregó en la nota con la que Harry enviaba la poción a Lucius: "Espero que tengas un poco de paciencia, ya estaré a tu lado, James". Luego la hechizó para que sólo pudiera verla él y sonrió mirando a la lechuza blanca de su hijo.
- Bien, pequeña, haz de cumplir mi encargo, pero no le digas a nadie que me has visto así ¿quieres? - le sonrió mientras amarraba la carta y la bolsita con la botella de la poción - que tengas buen viaje - le abrió la ventana y la dejó salir.

Después del desayuno comenzaron los exámenes, ellos eran llamados por orden de apellidos a rendir los exámenes prácticos, pero los escritos los rendían todos juntos, así que el gran comedor volvía a transformarse en lugares individuales quedando bastante separados unos de otros. El primer ramo que tuvieron que rendir por escrito fue el de transformaciones.
1.- Diga el hechizo necesario para transformarse en animago y describa las posibles consecuencias de un error.
2.- Diga cómo transformar un objeto en un animal y cómo hacer que reaccione como tal.
3.- Diga...
Harry se sorprendió al ver lo fácil que era el examen escrito y comenzó rápidamente a responder una a una las preguntas, en menos de lo que esperaba tenía todo respondido, así que volvió atrás a revisar sus respuestas y agregar pequeños detalles que creyó convenientes para mejorar su puntuación, era casi como si hubiese tomado Félix Felicity, aunque sabía perfectamente que no la había bebido. Se levantó y entregó su examen al encargado, saliendo del salón pasó por el lado de su esposo y le dio un apretón de ánimo en el hombro y el rubio se relajó y pudo seguir respondiendo.
Al llegar a la entrada del salón se sorprendió al ver a Remus (realmente parecía una ballena como había dicho Sirius en su carta), a su padrino y a Lucius Malfoy (al rubio apenas se le notaba la barriga, de seguro era porque usaba la ropa más suelta que de costumbre).
- No me avisaron que vendrían - les sonrió.
- No íbamos a venir, pero Dumbledore quería hablar algo urgente con nosotros - le dijo su padrino - no sé... - el ulular de Hedwid lo cortó - ah, me enviaste una nota.
- Creo que sí - sonrió a medias, e seguro había sido su padre el que la había enviado mientras iba a desayunar.
La lechuza soltó la carta y le entregó la botellita con la poción a Lucius.
- Es una poción estabilizante de magia, creo que neutraliza un poco la magia del bebé y tranquiliza las hormonas - le dijo al ver como el rubio la observaba y este vio la nota mágica, el color de sus ojos cambió - ¿Pasa algo malo?
- No - sonrió y bebió un sorbo - sólo pensaba en James.
- ¿Y dónde está Sev? - le dijo Sirius - Dumbledore me dijo que los de séptimo estaban rindiendo examen de transformaciones, pero saliste muy rápido.
- Estaba terriblemente fácil, al menos para mí.
- Y por la tarde tendrás el práctico ¿no? - le dijo Remus.
- Sí, será en la tarde, creo que me irá mejor que en este - sonrió complacido - me preguntaron por el hechizo para transformarse en animago y las consecuencias de un error - confidenció - estando rodeado de ellos y siendo yo uno mismo, no me podía equivocar ¿verdad?
- A veces te da por ser un poco Slytherin - le dijo Lucius.
- ¡Ay, no! - dijo Remus y se abrazó a Sirius llorando.
- Por Merlín, que sensible eres - se quejó este abrazándolo.
- Venga, vamos por Sev, creo que está con madame Pomfrey en la enfermería - le dijo y Remus soltó de inmediato a Sirius olvidado de su llanto. Sonriendo, se acercó a su padrino y le dijo al oído - creo que se aprovecha del pánico.
- Seguro que sí - le respondió de la misma forma - pero ni se te ocurra comentarlo, armará feroz escándalo.

Sev estaba jugando con unos frascos de colores cuando vio a Sirius llegar a la enfermería. A él le importaba poco que viniera acompañado, era el animago el único que le importaba y dejó lo que estaba haciendo y corrió a sus brazos mientras este lo levantaba y lo hacía girar por el aire.
- ¡Te eché de menos! - le dijo abrazándose a su cuello con fuerza.
- Yo también, pequeño - le sonrió afirmándolo bien - pero dime ¿qué estabas haciendo? - le señaló las botellas de colores.
- ¡Son pinturas mágicas, pero no sé que dibujar! - le dijo apoyando su rostro en su cuello - no soy muy bueno en esas cosas.
- Sólo eres pequeño, ya aprenderás a hacer grandes obras de arte.
- ¿Tú crees? - le dijo enredando sus deditos llenos de pintura entre los cabellos del animago - te pinté todo - se disculpó tratando que lo bajara.
- No importa, después me lo lavaré - le sonrió de nuevo pero de todas maneras lo bajó - Remus te trae un regalo ¿verdad?
- Claro que sí - dijo el licántropo - como a ti te gusta preparar pociones, te traje un juego para que hagas las tuyas ¿de acuerdo?
- Gracias, Remus, no debió molestarse - le dijo educadamente.
- No seas tonto, me di un gusto al comprártelo ¿sabes? - le acarició el cabello - a mí me gustan los niños, pero voy a tener una niña.
- Las niñas son feas y lloronas - le dijo Sev con cara de saber mucho de ellas - además, son aca... aca... ¿cómo era? - miró a Harry.
- Acaparadoras - le dijo este sonriendo divertido.
- Eso, les gusta ser ellas no más, por eso no me gusta esa Parkinson, es fea.
- Bueno, eso pasa con las niñas Slytherin, pero ella va a ser una Griffindor.
- Y se va a parecer a Granger, será una mujer de los libros.
- ¿Y se puede saber de donde sacaste esa expresión, muchachito? - le dijo Lucius asombrado.
- No lo sé - dijo con sinceridad y miró a Sirius de nuevo - el color de tu pelo está cambiando - le dijo asombrado y Sirius levantó uno de los mechones manchados - parece arco... arcoiris - dijo orgulloso por completar la palabra solito - se ve divertido.
- Una mujer de los libros - murmuró Lucius - así decían de Lily Evans - apretó los puños molesto - ¿Por qué se tiene que aparecer siempre?
- Creo que debo regresar al comedor, Draco debe haber terminado el examen y querrá que esté a su lado.
- Draco hace berrinche ¿saben? - les dijo Sev riendo - grita y se enoja con Harry si este no le hace caso siempre.
- Siempre ha sido así, desde que era un bebé - dijo Lucius sin asombrase del mal comportamiento de su hijo - sólo dile que se comporte como un buen Malfoy y dejará de hacerlo.
- Y luego me mandará a la torre Griffindor a dormir - suspiró - me gustaría que se comportara como un adulto, pero es más infantil con cada día que pasa.
- La poción lo estabilizará un poco - le dijo Sirius al oído - aunque debo advertirte que si se trata de la misma que recibió tu padre, tengas cuidado con lo que dices, despertarás su mal temperamento.
- Genial, nadie me habló de los efectos secundarios.
- Es que los efectos secundarios no serán los mismos en todas las personas - le recordó - tu padre era un fénix y tu esposo es un veela, de por sí es volátil, quizás el efecto no sea el mismo.
- ¿Qué tanto hablan en secreto? - les reclamó Remus.
- Nada - le dijo el animago levantando a Sev - vamos a caminar un poco por los jardines del castillo, me gusta estar aquí - se volteó a su ahijado - ¿y Jeremy?
- Creo que está en clases con sexto año - le dijo - es el maestro más exigente que hemos tenido, después de quién tu sabes, creo que nos ha sacado literal y completamente el jugo en estos meses.
- Bueno, vamos a caminar, estoy cansado de estar encerrado - dijo Lucius - yo me habría ido a casa a preparar la habitación para el bebé, pero estos no me dejan salir de su casa, como si yo no supiera cuidarme solo.
- ¿Y no recuerdas que por poco y no te envenenan? - le dijo Sirius.
- Fue algo inesperado, nunca pensé que mi propia esposa me quisiera matar - se defendió - se suponía que ella no haría jamás algo así.
- Bueno, dejen de discutir, a ninguno de los dos - Harry señaló a Remus y a Lucius - les hace bien pasar malos ratos ¿saben?
- Vamos a pasear por el lago - insistió Sirius y tomó de la mano a su pareja sosteniendo con el otro brazo a Sev - nos vemos más tarde, Harry.
- Creo que es mejor que vaya con ellos - suspiró Lucius - a no ser que por allí tengas escondido a James.
- Bueno, quizás podamos arreglar algo - dijo este malicioso - si sube al pasillo del séptimo piso se topará con él - le informó y este asintió complacido. Harry se volvió corriendo y despertó a Jim diciéndole - ve al séptimo piso volando y paséate buscando una puerta que te lleve a una habitación donde descansar con Lucius.
- "¿Lu está aquí?" - le dijo sorprendido.
- Si, ahora vete, que no llegue antes que tú o no podrás mostrarte ante él - le dijo abriendo la ventana, el fénix salió y Harry se fue corriendo de regreso al gran salón, por suerte, Draco apenas había terminado con el examen.

Como todos los alumnos de séptimo tenían una hora libre antes del almuerzo, se sentaron en los jardines a esperar el almuerzo y la hora de realizar los prácticos. La mayoría comentaba lo difícil que había estado el escrito, cosa que había sorprendido bastante a Harry, él juraba que era fácil para todos y le salían con que estaba complicado.
- Y las vi negras con la última pregunta - dijo Seamus sentado frente a Harry que tenía abrazado a Draco por detrás - ¿cómo esperan que uno conozca las reacciones en su propio cuerpo de la trasmutación si nunca la ha realizado?
- A mí también me pareció complicada - dijo Hermione - menos mal que había leído sobre ello cuando pasamos ese tema.
- Pues no era tan difícil - le dijo Draco - he visto varias veces a Harry hacer ese hechizo y cómo su cuerpo va cambiando ¿verdad, Harry?
- Bueno, yo... - dijo algo avergonzado - creo que...
- ¿Qué te pasa, Harry? - le dijo Ron - vi que fuiste el primero en terminar ¿no te habrás dado por vencido, verdad?
- No, lo que pasa es que - miró a Draco - encontré que la prueba estaba demasiado fácil - admitió al fin - todas esas cosas las he practicado ya en mis entrenamientos, la mayoría me las enseñó Remus.
- Eso es trampa - dijo Hermione.
- Por supuesto que no - dijo Draco - Harry tuvo que entrenar muy duro para vencer al Señor Oscuro, es lógico que sepa más que nosotros. Además, está siendo entrenado para ser el gran Brujo Blanco ¿recuerdas?
- A Hermione no le gusta que otros sean mejores que ella - le dijo Ron y recibió una mirada molesta de su novia - pero Harry siempre la supera.
- Sólo es porque no he puesto el empeño suficiente - dijo ella molesta.
- Bueno, creo que es mejor que dejemos de hablar del escrito y nos preparemos para el práctico - dijo Harry - supongo que será un poco más complicado, a mí me gustaría que me saliera el camaleón.
- Sólo un mago metamórfico puede hacerlo a la perfección - dijo Hermione - he tratado, pero no me resulta fácilmente.
- Es que necesita que concentres tu magia en tu interior - le dijo Harry cerrando los ojos - y la expandas hacia todo tu cuerpo - y todos vieron asombrados como el cuerpo de Harry tomaba todas las tonalidades a su alrededor - es magia que no se hace con varita y por lo mismo es más complicada - dijo regresando a la normalidad.
- Haz mejorado demasiado en poco tiempo - dijo Seamus asombrado.
- Y no les puedo mostrar todo, me está vedado mostrar mi magia hasta que el entrenamiento esté completo.
- ¿Y cuál es tu máxima ambición? - le dijo su amigo sonriendo.
- Ser feliz y tener una familia con mucho amor - se sonrió también.
En eso sonó la campana y todos se pusieron de pie, era hora de almorzar, así podrían hacerlo más tranquilos antes de la segunda parte del examen.

Tal como había pasado cuando estaban en quinto año, fueron llamados en grupos a rendir la parte práctica. Harry fue llamado con las hermanas Parvati y Parkinson, la muchacha de Slytherin le lanzaba unas miradas de odio tan profundo que de seguro si pudiera le echaría perfectamente una imperdonable y Harry se preguntó si ella no sería una de los prospectos a Mortifago que espiaban dentro del colegio, pero ya averiguaría al respecto, ahora debía rendir su examen.
- Bueno, Sr. Potter - le dijo el examinador - quiero que transforme esta piedra en un gato que se mueva de forma natural.
Harry miró la piedra y se concentró en transformarla en un verdadero animal. En clases, la profesora le había enseñado que eran dos los hechizos necesarios para hacer lo que le pedían y que debían hacerse uno tras otro, pero él conocía uno especial que le permitiría tener a su gato moviéndose apenas lo terminara de transformar. Levantó su varita y lo apuntó, de ella salió una luz blanca y de inmediato la piedra se transformó en un gato mimoso que ronroneaba en el brazo del examinador.
- Muy bien, excelente - le dijo sorprendido - hasta tiene el calor de un gato - dijo bajándolo y Harry lo volvió a la normalidad - ahora, quiero algo más grande - le pidió señalando una roca más grande - que le parece sí...
Pero Harry ya la había apuntado y la roca se había transformado frente a los asombrados ojos de todos en un pingüino emperador que se movía por el salón con el paso tranquilo de esas aves.
- ¡Eso es extraordinario! - dijeron todos aplaudiéndolo.
- Presumido - le dijo Parkinson furiosa.
- Me han dicho que pidió un prospecto para inscribirse como animago ¿no muestra su transformación?
Harry, algo sonrojado y complacido, se transformó en león, esa era la forma que iba a mostrar, la otra era un secreto que sólo su familia debía conocer.
- Excelente, aunque creo que jamás va a poder esconderse entre los muggles con ese aspecto - sonrió su examinador - puede retirarse, Sr. Potter.
Harry salió por la otra puerta y se encontró con Draco sentado en los escalones del jardín mirando su varita y con los ojos llenos de lágrimas. Lo abrazó con ternura y lo dejó llorar un poco antes de preguntarle qué había pasado.
- ¡No pude transformar la roca a la primera! - le dijo - esta varita tonta se puso a lanzar chispas antes de hacerlo - lloriqueó.
- No creo que te reprueben por eso, amorcito - lo besó en la mejilla - yo lo consigo porque he entrenado mucho y lo sabes ¿verdad?
- Si, pero me gustaría que nuestro hijo tuviera a los dos mejores de padres.
- Y los tendrá, Draco, no te preocupes por eso.
Draco se acomodó mejor entre los brazos de su esposo y sonrió, sabía que estaba aprovechándose del pánico, pero no podía evitarlo, le encantaba tener una excusa para que lo abrazara y lo acariciara, amaba esa ternura que sólo Harry sabía darle.
- Por cierto ¿has visto a tu padre?
- ¿Se encuentra aquí? - le dijo sorprendido - no lo he visto.
- Debe estar muy entretenido por allí - sonrió el moreno - mira, mi padrino y Remus están allí con Sev, me informaron que tendrán una niña.
- Pues yo quiero un varón, que papá tenga una niña, después de todo soy yo el hijo mayor.
- Y hay otro Potter que prolongue el apellido - sonrió Harry.
Caminaron abrazados hasta donde estaban los hombres mayores y Remus le sonrió a Draco que lo miraba divertido, aunque de no ser por el apretón que le dio Harry hubiese dicho un inconveniente.
- Harry me dijo que tendrán una niña, felicidades.
- Gracias - dijo Remus sonriendo - pero yo le tengo una sorpresa a Sirius - dijo divertido - en su familia siempre ha habido antecedentes de gemelos, así que no te sorprendas luego, Draco.
- Mi madre y mi tía - dijo preocupado - entonces yo podría...
- Exacto, puedes estar esperando gemelos y ser esa la verdadera causa de tanta inestabilidad en tu magia - le dijo Remus - yo espero gemelos o mellizos - miró a Sirius que se volteó sorprendido.
- El medimago no me dijo nada al respecto.
- Es que no está seguro, sólo sabía que aquí - se acarició la gran barriga - laten dos corazones, pero dijo que tal vez se equivocara, sin embargo, sé que tendremos dos bebés, estoy seguro ahora.
- Y cuando tengan a los bebés ¿van a dejar de quererme? - dijo Sev.
- Por supuesto que no - dijo Sirius volviendo a levantarlo.
- Siempre tendrás alguien que te quiera - le dijo Remus sonriendo - Harry ¿y Lucius que no está molestando a Canuto?
- Lo deben tener muy entretenido allí donde lo mandé - le sonrió el muchacho - no se preocupen, está mejor que nosotros.
Sirius lo miró arqueando las cejas y se preguntó qué le estaría ocultando ahora su ahijado bajo esa sonrisa, a veces era demasiado Slytherin para su gusto o para el bien de sus nervios.

Lucius estaba acostado sobre el pecho de James medio dormido mientras este le acariciaba lentamente la espalda dándole un suave masaje en ella. Se sentía como un gatito mimoso al que le hacen cariño, así que se relajó, tener a su amado a su lado era como tocar el cielo.
- ¿Te sientes mejor, Corazón? - le dijo el moreno besándole la frente.
- Si - suspiró de puro placer - pero puedes seguir si quieres.
- ¿Qué te gustaría que fuera el bebé? - le acarició las costillas.
- Bueno, casi no nacen niñas en mi familia, quisiera una nena - se acomodó mejor - aunque Remus va tener una, pero yo también quiero arreglar una habitación de mi casa en tonos rosados, pero con plateado en vez de dorado.
- Bueno, teniendo en cuenta que ya tenemos tres varones, sería lo más justo, pero te advierto que en mi familia no han nacido nenas desde hace muchos siglos, creo que desde que el primer Potter vino a estudiar a Hogwarts.
- Pues yo quiero una niña - le dijo Lucius frunciendo el ceño enderezándose de donde descansaban - o vamos a tener que volver a intentarlo.
- Creo que te quedó gustando el jueguito, mi querido Veela.
- Mm, dime que a ti no ¿eh? - le dijo volviendo a recostarse contra él - es muy divertido hacer hijos, me había perdido lo mejor de la vida.
- Pues no sé si sea bueno, después de todo vamos a tener un nieto que va a tener la misma edad que su tío.
- Pues puedo que no sea el único nieto que tengamos, los Malfoy somos altamente fértiles. Además, me parece que tener embarazos múltiples es parte de la familia Black, aunque Draco no lleve el apellido.
- Será divertido, quizás haya cinco pequeños corriendo por Godric Hollow's en un futuro no muy lejano.
- No voy a ir a semejante lugar para que mi hijo crezca.
- ¿Por qué no? Jeremy y Harry nacieron allí, yo me crié allí, mis ancestros se criaron allí, el primer Potter mago se casó allí con Georgete Griffindor y el valle ha pertenecido a mi familia por generaciones...
- ¿Eres descendiente de Griffindor? - le preguntó exaltado.
- Dios, tengo la boca suelta - dijo James preocupado - ya, lo solté, ni modo - suspiró - si, lo somos ¿por qué creías que Voldemort escogió a Harry? Según sabemos, pregonaba la pureza de sangre, mas eligió a un mestizo como aquel que sería capaz de vencerlo ¿no se te hizo raro? Él que era descendiente de uno de los fundadores de la escuela de seguro buscó a alguien que estuviera a su altura, el último de los descendientes de otro de los fundadores.
- Por eso tienen tanta magia, sabía que Griffindor descendía de un león mágico y un fénix, pero jamás lo relacioné con tu familia.
- Ha de ser porque mi sex appeal te pone loquito - se burló.
- Ya verás, malvado Potter - le empezó a hacer cosquillas mientras James se retorcía de la risa tratando de librarse.

Anochecía ya el tercer día de los EXTASIS, los de séptimo seguían dándolos por el castillo, iban a cenar cuando un violento ruido pareció remecer las paredes del mismo. Los profesores trataban de tranquilizar a los alumnos menores, pero algo negro y oscuro avanzaba lenta e inexorablemente por el castillo. Harry le ordenó a Jim levantar a Draco del suelo, aquella niebla buscaba la magia de un veela, pero todos se preguntaban ¿cómo había entrado en el colegio? Harry miró a su alrededor buscando una solución y se sorprendió al ver caer al suelo a Jeremy y desaparecer mientras Sev trataba de ayudarlo, desapareciendo con él. Entonces, la niebla negra se disipó tan extrañamente como había aparecido.
- "¡Se han llevado a Jeremy!" - dijo Jim exaltado.
- La niebla buscaba a alguien con sangre veela y Malfoy - dijo Harry en voz baja - querían a Draco, pero como no especificaron a qué hijo de Lucius querían, tomó al que encontró.
- "No le harán daño ¿verdad?".
- No, su magia no les sirve, pero van a intentar usarlos como carnada - comenzó a pasearse mientras Draco lo seguía con la mirada - ni siquiera sabemos dónde empezar a buscarlos.
- Papá debería saber de todo esto - le dijo el rubio - quizás él nos pueda ayudar, recuerda que él también fue mortifago y sabe perfectamente cómo piensa ese trío de idiotas que anda suelto.
- No creo que le alegre saber toda la verdad - le dijo Harry - menos con lo susceptible que está a causa del embarazo.
- Se enojará mucho más si se entera por medio de mi tía que su magia, que buscaba a un Veela de sangre Malfoy, atrapó a Jeremy.
- Menudo lío - suspiró - venga, vamos a llamar a Sirius, creo que se pondrá histérico cuando se entere que Sev también fue secuestrado.
Jim comenzó a revolotear por todo el cielo hechizado del comedor mientras Harry le informaba a Dumbledore de lo acontecido, no le gustaba tener que confesar delante de todos lo que por tanto tiempo ocultaron, que había estado embarazado cuando se casó con Lily, que el resto de sus compañeros de casa lo sabían y lo ocultaron, incluida McGonogall, y, lo peor, que había tenido una aventura con Lucius Malfoy sin haberse casado primero deshonrando de paso el orgullo de los Griffindor.
Una luz blanca entró por el comedor y Harry desapareció junto con Jim dentro de la misma, dejando a todos sorprendidos.

El Gran Brujo Blanco miro preocupado a su alumno, no había tiempo para prepararlo para la última prueba, así que rogaba al cielo que su aprendiz fuera capaz de lograrlo, no era como lo había planeado en un principio, pero no le quedaba de otra, si ellos conseguían la magia de Jeremy, el renacer de Voldemort sería terrible y aunque Harry pudiera volver a vencerlo, la pérdida sería irremediable.
- Vamos a tener que hacer la última fase de tu entrenamiento, Harry - le dijo - James, de ahora en adelante debes evitar usar tu apariencia de fénix, es necesario que manifiestes por completo la magia blanca de tu hijo.
- ¿Por qué el apuro? - dijo Harry preocupado.
- Si ellos llegasen a usar la magia de fénix de Jeremy, Voldemort sería el mago más poderoso de la historia, quizás pudieras vencerlo de nuevo, pero tu hermano habrá muerto y su magia se habrá perdido para siempre.
- ¿Quiere decir que la magia de Jeremy les puede servir? - dijo James exaltado.
- Sí. Les sirve porque tiene sangre de veela, es por eso que su magia no es tan fuerte como la de Harry, una con la otra tienden a ponerse en conflicto en su interior, pero si llegan a estabilizarla, sería casi tan fuerte como su hermano, herencia de los Potter.
- Pero yo tengo la magia de varias generaciones de Potter en mi interior ¿no?
- Sí, es aquello lo que te diferencia de tu hermano, pero es necesario que lo rescaten lo antes posible, no querrás que ellos descubran la manera de elevar su magia al grado necesario para despertar al Señor tenebroso ¿verdad?
- Entonces ¿qué esperamos para empezar? - dijo James molesto.
El Brujo Blanco hizo una mueca imitando una sonrisa y comenzó la explicación del último de los conjuros que Harry y James debía aprender antes de realizar la última de las pruebas, que esperaba que ellos si fueran capaces de superar.

Sirius, Remus y Lucius llegaron de madrugada al colegio, habían sido informados de la desaparición de Jeremy y de Sev, así como también que el brujo blanco había llamado a Harry de nuevo. Sirius estaba entre molesto y preocupado, no le gustaba nada todo el asunto, si se habían llevado a Jeremy al confundirlo con Draco ¿no sería mejor que le explicara a Lucius que el muchacho era su hijo? Pero ese no era un secreto que les perteneciera, una cosa era decírselo a los muchachos y otra muy distinta decírselo al culpable de aquella situación, quizás fuera mejor que dejara que Harry le explicara todo. Además, el rubio estaba terriblemente sensible ¿cómo iba a afectar todo el asunto su embarazo?
- Bien, por lo que dijo Harry, era una niebla mágica que buscaba a un veela hijo de Lucius Malfoy - dijo Dumbledore mirando a Sirius - pero atrapó a Jeremy Potter en vez de Draco ¿saben el motivo?
- Es un asunto un tanto complicado - dijo Sirius paseándose por la oficina del director con la mirada de Lucius fija en su persona - no es algo que deba contar, en especial porque era un secreto entre los Griffindor, comprenderá que la palabra dada no debe romperse.
- ¡El muchacho corre peligro! - le dijo Lucius molesto.
- Y no sé como afecte todo este asunto tu embarazo - le dijo ignorando sus palabras continuando con su paseo - aunque seas culpable en parte de la situación - prosiguió - Jeremy es hijo tuyo - soltó por fin.
- ¿Cómo dices? - lo miró asombrado.
- James quedó embarazado luego de u secuestro en esas vacaciones - dijo Remus en voz baja - por eso estaba tan sensible.
- ¿Y por qué no me dijo nada y se casó con Evans?
- ¿Con Narcisa y Bellatrix pavoneándose por el castillo con tu compromiso con una de ellas por todos lados? - dijo Sirius molesto - Ni siquiera lo escuchó de ti, lo supo por boca de esas serpientes, bastante nos costó convencerlo de no dejarse caer en la depresión y tenerlo.
- ¡Eso significa que me ocultaron su embarazo! Yo habría roto con Narcisa y me habría casado con él de inmediato, habría sido libre.
- No lo podíamos hacer, ninguno hablaría de ello hasta que James nos autorizara a hacerlo - le dijo Remus - él tenía sus motivos para callar.
- Podría matarlos, perdí toda la vida de mi hijo ignorando su existencia - dijo molesto apretando los puños - una vida que habría pasado al lado de James.
Una luz blanca apareció en medio de la sala y Harry se materializó junto con un hombre completamente vestido de blanco, pero que ocultaba su rostro tras la capucha de su túnica.
- Espero una explicación al silencio de todos estos años - exigió Lucius.
- ¿Le contaron? - dijo Harry mirando a su padrino y este asintió - mi padre temía por su vida, la del bebé y la propia - le dijo - tenía miedo de lo que fuera capaz de hacerle Abraxas Malfoy si provocaba la ruptura de su compromiso.
- ¡Esperaba a mi hijo, tenía derecho a saberlo!
- No, no lo tenías - le dijo James quitándose la capucha dejando a casi todos con la boca abierta - callaste de tu compromiso, nunca dijiste que intenciones tenías conmigo y luego me abandonaste sin pensar en las consecuencias ¿cómo querías que reaccionara? Y si me reclamas por mi matrimonio con Lily, fue porque no iba a insultar a mi hijo siendo un bastardo.
- Yo no lo habría permitido - insistió el rubio.
- ¿Y cómo iba a saberlo si me habías evitado como la peste esas semanas cuando recién empezaba mi embarazo?
- Tu tampoco estabas muy cercano que digamos - se defendió - cada vez que trataba de acercarme a ti, te me escapabas o aparecían tus amigos.
- Pues fue porque pensaba que querías sólo un revolcón conmigo.
- Debes saber perfectamente que no es así - se toco el vientre - tengo una gran prueba que te quiero y quiero que seas parte de mi vida.
- Creo que mejor dejamos este tema para otro día - les dijo Harry - ahora lo más importante es rescatar a mi hermano de las garras de los mortifagos.
- Y al pobre Sev - dijo Sirius - pero dime algo, James ¿cómo es que estás aquí si estabas muerto?
- Podría decirse que nunca estuve muerto - dijo - simplemente estuve separado de mi cuerpo entre este mundo y el otro refugiado en la magia de Harry y sólo pude manifestarme a su lado cuando invocaba a su patronus, pero cuando dejó salir su verdadero poder, adquirí un nuevo cuerpo.
- ¡Eres el fénix de Harry! - le dijo Remus sorprendido - con razón hacías esas travesuras con Snape - sonrió divertido.
- Siempre fuiste muy astuto, Rem - le sonrió - supongo que tu olfato de lobo te dio la verdad ¿no?
- Mi olfato de lobo está guardado hasta que acabe el embarazo.
- Bueno, volvamos a lo nuestro - dijo Dumbledore - Harry, supongo que hay un motivo para que el brujo blanco te llamara con urgencia ¿no?
- La magia de Jeremy no es estable, cree que su sangre mezclada lo podría mostrar más fuerte que ambos Malfoy juntos si ellos consiguieran minimizar el efecto de su parte veela sobre la del fénix.
- Pero se supone que su sangre fénix habría de evitar que le hicieran daño - dijo Draco hablando al fin.
- Su magia no es blanca como la de Harry - le dijo James - su parte veela no lo hace ser un brujo Blanco, así que corre el mismo peligro que cualquiera de ustedes, fue por eso que el maestro encerró a Snape en un cuerpo de niño, estaba demasiado cerca de descubrir la verdad y revelarla ante la persona que menos debía saber la verdad.
- Yo tenía todo el derecho del mundo de saber que es hijo mío.
- Creo que James no se refiere a ti - dijo con suavidad Dumbledore.
- Tiene razón, por supuesto - dijo este - dentro del colegio hay cuatro o cinco aprendices de Mortifago y uno de ellos ha estado lo bastante cerca de Jeremy todo el tiempo que ha estado haciendo clases aquí.
- ¿Se puede saber quién es? - dijo Dumbledore.
- Bueno, sabemos que es una chica - dijo Harry - y que me odia, así que no tengo muchas opciones, en especial si va en el mismo grado que yo y tiene pociones y allí sólo hay dos chicas, no pondría jamás en duda la lealtad de Hermione, pero no haría lo mismo de Pansy Parkinson.
- Tienes razón - dijo Draco - desde inicio de año que ha estado extraña, al principio pensé que era porque habíamos terminado, pero ella estaba bastante feliz cuando acabamos nuestro "noviazgo", así que pensé que tenía a otro, pero a últimas fechas ha estado realmente irritable, siempre buscándole el odio a Jeremy, por mucho que este se hubiese ganado el respeto del resto de los Slytherin, era realmente pesada.
- ¿Y los otros? - dijo Remus - porque dijiste que eran cuatro o cinco,
- No sospechamos de nadie en particular - admitió Harry - sólo sabemos que son Slytherin y que me odian, pero eso no es mucho, gran parte de ellos me quieren muy poco o nada, en especial porque les quité a Draco.
- Y mientras no se manifiesten a favor o en contra, no se podrá hacer nada contra ellos - dijo James sentándose junto a Lucius quien se apartó de él muy molesto - aunque sí hay algo que podemos hacer por Jeremy.
Harry se agachó frente a su padre y le tomó las manos, sabía de sobra que se sentía culpable por todo lo acontecido, pero no lo era, Bellatrix había sido una insidiosa siempre y había tenido gran parte de la culpa de lo que estaba pasando, aunque hubiera uno que otro cabo suelto en todo ese enredo.
- Papá, no te preocupes, aunque Jeremy tenga sangre Malfoy, sigue siendo un Potter, ya verás que estará a salvo hasta que lo encontremos.
- Nunca he conseguido evitar que les hagan daño a mis seres queridos, Harry - le dijo con amargura - los mortifagos mataron a toda mi familia y luego vinieron por nosotros, Voldemort me lanzó un Aveda Kadeva y, aunque no me mató, no pude evitar que fuera por Lily y por ti, quedaste a merced de una familia que jamás te quiso y fuiste humillado como nadie se merece y nunca pude hacer nada por ti. Sólo estaba tranquilo porque al menos Jeremy estaba a salvo, él no sabría nada jamás, habría alguno de la familia a salvo para cuando la guerra terminara, pero los restos de los Mortifagos han ido tras él, no tienen derecho a arruinarle la vida, merece vivir en paz.
- Nunca entendí la situación por la que vivía - le dijo Harry - soy joven y he visto la muerte demasiado cerca, más que cualquier otro mago adulto, pero sé que no es mi culpa, yo no busqué ser famoso, un millón de veces hubiese preferido ser un chico normal y tener a mi familia a mi lado. No te culpo, papá, ni siquiera es culpa de ser descendientes directos de Godric Griffindor, sólo que simplemente tenemos mala suerte.
- Y eres muy joven para llevar la responsabilidad de salvar al mundo mágico sobre tus hombros - lo abrazó - sabes que me tienes a tu lado siempre, ¿verdad? Una y mil veces moriría para proteger a mis cachorros.
- Bien, entonces, entraremos en acción de inmediato - dijo poniéndose de pie pero un ruido sospechoso se escuchó de su estómago - lo siento, el brujo blanco me llamó antes de la cena ¿podría comer algo?
Dumbledore sonrió y le pidió a uno de los elfos domésticos que le trajeran una copiosa comida a Harry mientras este les explicaba qué iba a hacer para encontrar a su hermano.

"Era un lugar terriblemente frío en el que estaban encerrados, no podía hacer magia porque le habían quitado la varita apenas lo vieron aparecer, pero al menos estaban bien. Estaban en las mazmorras de algún castillo abandonado, seguramente, de lo único que estaba cierto era que aquellos tipos con máscaras eran los últimos mortifagos y que estaban realmente furiosos, no tenían a la presa que querían y trataban de averiguar cuál había sido el error por el cual en vez de tener a un Malfoy tenían un Potter en su poder.
- Son unos idiotas - le dijo Sev divertido - se equivocaron ¿no crees?
- Si supieran - suspiró frotándose los brazos tratando de entrar en calor bajo su delgada túnica - podrían atender mejor a las "visitas" ¿no crees?
- ¿Por qué no haces un conjuro para entrar en calor?
- Porque me quitaron mi varita - le dijo comenzando a pasearse.
- Yo tengo una, Sirius me dijo que no la usara porque sólo podré usarla cuando sea grande, pero tú eres grande - se la entregó.
- Chico listo - sonrió - esto podría mostrarle a Harry donde nos tienen escondidos estos malvados ¿sabes? - se acercó a la reja que evitaba su fuga - no hay ninguno a la vista ¿qué te parece que hagamos una travesura?
- Sirius me va a castigar y no me querrá más.
- No seas tonto - se rió - él se la pasaba castigado por hacer maldades, así que no se va a enojar y menos a dejar de quererte.
- ¿Estás seguro? - insistió preocupado.
- Yo las hacía de niño y jamás dejaron de quererme.
- Entonces ¿qué hay que hacer? - dijo emocionado ante la perspectiva.
Jeremy miró a su alrededor, existía la forma que ellos se fugaran, pero era demasiado arriesgado, como aquella no era su propia varita, quizás no consiguiera hacerlo bien, así que era mejor esperar a que los rescataran. Pero podía ayudar a que fuera antes que ellos se dieran cuenta que no se habían equivocado con la magia.
- Mira, allí hay una pequeña ventana - le dijo al niño - haremos un ave mágica y la soltarás por allí, ella traerá a Harry y a Sirius hasta nosotros.
- Pero eso no es una travesura - le dijo enojado.
- Cierto, pero debemos evitar que ellos vean el ave o no podrán sacarnos de aquí ¿entiendes? Así que nosotros nos vamos a encargar de hacerles la vida imposible mientras nos encuentran ¿de acuerdo?
- ¡Sí! - festejó dando saltitos alrededor del rubio.
Jeremy sacó de su bolsillo un trozo de papel que transfiguró hasta que se convirtió en una avecilla que llevaba un mensaje para Harry, ella vería el lugar desde el aire y se lo mostraría a su hermano. Se volvió hacia Sev que daba vueltas excitado y se la entregó, este la sostuvo con mucho cuidado mientras Jeremy lo hacia levitar hasta la alta ventana. Una vez allí, la dejó salir y le sonrió Jeremy con el pulgar en alto.
- Bueno, es hora de causar estragos - le dijo el rubio y se volvió hacia la reja susurrando - alohomora - la reja se abrió y Jeremy lo tomó de la mano - vamos, veamos que tan buenos magos son estos.
Sev lo siguió en silencio mientras avanzaban por aquellos oscuros pasillos con la débil luz que Jeremy había hecho aparecer en la punta de su varita".

Harry se había dormido tratando de ubicar la magia de su hermano, eso era demasiado agotador, no era una tarea fácil, más teniendo en cuenta que el propio castillo hacía interferencia con sus recursos mágicos. Pero un pequeño ruido lo despertó y se enderezó del regazo de Draco que dormía placida y profundamente. Durante las pocas horas que le quedaban de la noche se habían cambiado de habitación a una más amplia, allí estaban Remus y Sirius acostados en un enorme sillón con el primero recostado en el pecho del segundo, más allá dormitaba Lucius mientras su padre había tomado su forma de fénix y dormía en una percha al lado de Fawkes, pero ambos levantaron la cabeza al ver el ave de papel.
- ¡Es un mensaje de Jeremy! - dijo James volviendo a la normalidad - parece que esos idiotas creen que la magia se equivocó.
- Bueno, es mejor que vayamos por esos dos antes que se den cuenta de todo - le dijo Harry - será mejor que...
- No, no despiertes a nadie, este es un trabajo que realizaremos los dos a solas - le dijo su padre - dejemos que estos descansen.
- Pero quizás necesitemos ayuda - le dijo.
- No, sólo Fawkes nos acompañará ¿verdad, belleza?
- ¿Me vas a decir que Fawkes es ella? - dijo sorprendido.
- Sí, es hembra - sonrió - andando, no podemos perder tiempo si no queremos que descubran la verdad sobre Jeremy.
- Y sobre Sev - dijo dejando una nota a su esposo en su puño - para que no se preocupen si no nos ven - le explicó.
Y ambos desaparecieron de inmediato sin que nadie se despertara, pese a la intensa luz blanca que ambos generaron antes de desaparecer.

Harry miró el desolador paisaje, al parecer estaban en las tierras altas de Irlanda del norte o en algún lugar nórdico, por todos lados se veía nieve pese a que ya estaba a mediados de la primavera.
- El papel señalaba los restos de un castillo normando por estos lados - dijo James colocándose la capucha sobre la cabeza - pobre Jeremy, debe estar congelándose.
- Mira, allí se ve lo que debió ser una torreta de vigilancia - le dijo Harry también subiéndose la capucha, el lugar era demasiado frío para su gusto - ese es el lugar - le dijo y ambos se ocultaron tras los restos de una de las caídas paredes del castillo - un lugar digno de los mortifagos.
- Sí, se ve realmente siniestro - apuntó James - aquí hay siervos y lechuzas, así entraremos - le dijo y Harry asintió y ambos se transformaron entrando por encima de las piedras.
Al llegar a la edificación principal se agacharon bajo una ventana a escuchar qué era lo que estaba pasando dentro.
- ¿Cómo que esos dos se escaparon? - chillaba Bellatrix furiosa - es imposible, estaba cerrada con magia.
- Pues no están, señora - dijo una joven en un hilo de voz.
- ¿Y qué esperan que no los han encontrado?
Un ruido se escuchó a lo lejos y Harry y James usaron el conjuro camaleón para moverse en torno a las paredes hasta llegar hasta donde tres jóvenes mortifagos intentaban detener a Jeremy que, varita en alto, se defendía como podía (los conjuros no le salían como querían porque no era la suya, se lamentaba el rubio), acertando y fallando en la misma proporción de veces.
Harry miró a su padre un segundo y ambos sacaron sus varitas a la vez.
- ¡Desmaius! - gritó Harry haciendo caer a uno.
- ¡Expellarmus! - gritó James a su vez desmayando al segundo.
- ¡Impedimenta! - dijo Jeremy haciendo que cayera el tercero.
- Se va a enojar cuando se den cuenta - dijo Sev divertido rayándoles las máscaras a los mortifagos - pero se ven más bonitos..
- Debemos irnos, no esperar que lleguen los demás - dijo Harry.
- Me gustaría deshacerme de esa bruja - dijo James - pero primero debemos poner a salvo a estos dos.
- Va a quedar la grande cuando interrogue a estos, y ya sabemos dónde tienen su base es cosa de poner en alerta a los aurores de la órden.
- Regresemos - asintió James y tomó a Jeremy de la cintura mientras Harry levantaba a Sev y desaparecían los cuatro juntos del lugar.
- ¡Maldito Potter! - escucharon a Bellatrix gritar.
- Se lo merece por mala - dijo Sev.

Draco se despertó sobresaltado al no sentir el calor de su esposo, en cambio tenía en su mano una pequeña nota de Harry que decía: "No te preocupes, fuimos por Jeremy y Sev, regresamos pronto".
- Ya se las va a ver conmigo este malvado - despotricó sentándose en el cómodo sillón - Jeremy también es mi hermano.
Despertó a los demás y se comenzó a pasear preocupado ¿y si no le había resultado el rescate? O peor aún ¿si era una trampa? No quería ni pensar de lo que sería capaz de hacerle su tía a su amado esposo, después de todo esto lo hacía para traer de regreso a su malvado señor ¿por qué no usaría la suya propia si tanto lo quería? Era una mala mujer.
Sirius miró la percha sobre la que descansaran los fénix y sonrió, Harry había buscado dos excelentes ayudantes para esa empresa ¿quién mejor que sus propio padre y un poderoso fénix como respaldo? De seguro que si les hubiese pasado algo Fawkes ya los habría alertado junto con toda la orden.
- Tranquilízate, no les ha pasado nada, de seguro ya regresan.
- Hablas en plural - le dijo Lucius y se percató de su mirada - James fue con él ¿cierto? - miró la percha vacía.
- Es lógico que ayude a sus hijos - le dijo Remus - a ambos los ama.
- ¿Y si les hubiese pasado algo malo?
- No lo creo, Draco, se llevaron a Fawkes también y él ya habría puesto en alerta a todos los de la orden, incluido yo - le dijo Sirius.
- Pero se han tardado.
- Pues deben estarse entreteniendo con los mortifagos - le dijo este y de repente un coro de llantos inundó la sala - por Merlín ¿qué les pasa?
- ¡Yo también quería divertirme derrotando mortifagos! - dijeron a coro.
Sirius sintió como si algo frío le cayera por la espalda, era casi como si Mirtle la llorona se hubiese repartido en el cuerpo de los tres, si seguían así se iba a morir antes que Harry terminara su entrenamiento, vaya con su mala suerte.

Harry despertó con cuidado a Tonks que dormía en su puesto de guardia, ella se despertó sobresaltada, pero sonrió al reconocer al moreno.
- Perdona, Tonks, pero debes alertar a los aurores sobre la guarida de los mortifagos antes que estos se vuelvan a escapar.
- ¿Sabes dónde están? - le dijo ella enderezándose.
- Claro - le dio todas las señas que ella anotó prestamente en un papel - pero no le digas a nadie que fui yo quien te lo dijo ¿de acuerdo?
- Claro que no, Harry - sonrió ella ingresando de inmediato al cuartel.
- Vamos, ya hemos puesto a los indicados en la pista correcta - le dijo a su padre y este asintió y desaparecieron una vez más, pero esta vez rumbo al castillo de Hogwarts.
- Tengo hambre - les dijo Sev al ver que habían aparecido en Hogsmeade en vez del colegio - ¿por qué afuera?
- Bueno - dijo Harry bajándose la capucha ya que allí no hacía frío - es que ni tú ni Jeremy son brujos "blancos" y eso nos impide romper la magia que protege a Hogwarts, tendremos que hacerlo caminando.
- Fawkes ¿podrías avisarle a Dumbledore que estamos de regreso? - le dijo James al fénix que había aparecido junto a ellos nuevamente y esta despegó como asintiendo a sus palabras - ¿sabes qué hora es?
- Son las siete y media - dijo Harry - a las ocho y media tengo el examen de DCAO, no voy a alcanzar a desayunar.
- Desayunemos aquí, después nos iremos por el camino corto de regreso al colegio ¿de acuerdo?
- El camino más corto de regreso al colegio toma media hora - le dijo Jeremy.
- Ese es el camino convencional - dijo James bajándose la capucha también, comenzaba a acalorarse - hay tres caminos que nos llevarán de regreso en diez minutos al colegio. Además, si Harry se fuera solo al colegio, podría aparecerse sin problemas.
- Vamos a desayunar, esos brujos malos no nos dieron comida - dijo Sev y los cuatro entraron a una taberna que estaba abierta a esa hora.
- Espero que aquí no hagan preguntas o tendremos problemas - le dijo James a Harry al oído pero este se encogió de hombros.
- ¿Qué se van a servir los señores? - dijo el único mozo que parecía estar atendiendo y Harry pidió un enorme desayuno para los cuatro.

Casi era hora de comenzar el examen y Harry no se había aparecido por el comedor, cosa que tenía bastante preocupados tanto a sus amigos como a su esposo, algunos de los Slytherin habían dicho que era tan presumido que no consideraba dar el examen porque estaba por encima de ellos, pero Draco sabía que no era así, su amado esposo había ido al rescate de uno de sus seres queridos y aún no regresaba.
En eso sonó la campana y Harry llegó corriendo a ponerse en su lugar, tal como había previsto su padre, el tiempo le había alcanzado justo, pero al menos había desayunado bien.
El examinador miró a los alumnos y comenzó a repartir los escritos mientras ellos preparaban sus plumas colocándolas en las balanzas que evitaban que fueran de trampa.
- Pueden abrir los cuadernillos - dijo el encargado y todos rápidamente iniciaron su trabajo.
Harry no pudo sino sorprenderse ¿esos eran los terribles exámenes de EXTASIS? Aún recordaba a los alumnos mayores quejarse de lo terrible que eran, pero hasta el momento estos eran demasiado fáciles para él, era más complicado enfrentar una esfinge que todas esas preguntas.
- No se quede así, señor Potter, o pesaré que no quiere dar el examen - le dijo el examinador y escuchó una risita burlona por el salón.
Harry le lanzó una fea mirada y comenzó a responder rápidamente, el tipo le recordaba a Snape, siempre buscando un motivo para mofarse de él, ojalá y se quedara siendo niño, así su hermano estaría con él hasta que acabara el año académico.
Casi sin pensarlo, Harry respondía raudamente todas las preguntas, muchos de esos conjuros defensivos y contra maldiciones las había experimentado en carne propia ¿cómo podían ser tan ridículos de preguntar cómo repeler a un Dementor cuando él sabía hacer un patronus corpóreo ya casi sin esfuerzo? O peor aún ¿cómo vencer un inferi cuando él se había enfrentado a ellos?
Suspirando, Harry añadió a la última respuesta una extensa explicación de cómo descubrir cuando una determinada persona estaba bajo el influjo de la maldición imperius y como librarse uno mismo de ella.
Se puso de pie viendo que Hermione escribía afanosamente sus respuestas y entregó el cuaderno, no estaba muy seguro de esto, pero era demasiado fácil para él ¿no se estaría volviendo demasiado presumido como siempre le decía Snape? No quería ni pensarlo, así que se fue a la habitación donde estaba su familia esperándolo.
- Te tardaste poco - le dijo Jeremy sonriendo.
- Si sigo así, creo que voy a quejarme con los examinadores del ministerio - le dijo este sentándose junto a él - estás bien ¿verdad?
- Claro que sí, esos mortifagos son tan idiotas que no pensaron jamás que la magia no se había equivocado y que de todas maneras tenía a un hijo de veela con ellos - sonrió Jeremy.
- Fue una verdadera suerte que Bella esté tan loca - le dijo Sirius - que no se preocupara de investigar el por qué de la aparición de Jeremmy en vez de Draco en su guarida ¿no?
- Quizás pensó que no había sido lo bastante específica al lanzar el conjuro - le dijo Remus pensativo - pero ya no importa ¿verdad?
- ¿Qué le pasa a Lucius? - preguntó mirando al rubio que se mantenía lejos de ellos y sin mirarlos.
- Me temo que no tomó muy bien que seas su hijo - dijo Harry.
- Una desgracia, si me lo preguntas - le dijo James - después de todo, si yo no le tuve la fe suficiente para creer que iba a luchar por nosotros, la culpa no es sólo mía, él tampoco confiaba en mí lo suficiente como para confiarme que su padre lo había comprometido con la prima de Sirius.
- Pero ¿con quién está molesto, contigo o conmigo?
- Supongo que conmigo, admito que no actué con la cordura necesaria, pero era joven apenas y tenía 18 años cuando tú naciste y me sentí traicionad cuando escuche a Narcisa diciendo que él le había pedido matrimonio delante de sus padres, cuando ni siquiera sabía de ello.
Draco entró en la sala y se sentó en el regazo de su esposo cerrando los ojos, al fin había completado el examen y estaba bastante agotado por ello.
- ¡Yo jamás le pedí a Narcisa que se casara conmigo! - soltó Lucius al fin.
- ¿Y se supone que debía saberlo cuando jamás me confiaste nada?
- Pues es algo que me extraña de todo el asunto - dijo Harry - ella estaba muy segura que usted la amaba, me lo dijo una vez, pero usted dice que ella siempre supo que había alguien más ocupando ese lugar en su corazón.
- Mi madre siempre me decía que había sido la mujer más feliz del mundo cuando papá le pidió matrimonio delante de sus padres - le dijo Draco - pero tú dices que no fue así ¿por qué habría de mentirme?
- O quizás sí fue Lucius quién le pidió matrimonio, pero no el verdadero - dijo Jeremy - sino alguien que, con la poción multijugos, se hizo pasar por él.
- Y a quien le dijo que estaba enamorado de James no era la verdadera Narcisa - dijo Sirius - me suena a una de las trampas de Bella, ella solía hacer cosas así para culpar a otros de sus maldades.
- Entonces, James no tiene la culpa - dijo Lucius suspirando y abrazó al mencionado por el cuello - perdóname ¿sí?
- Siempre que no me ahorques - le dijo casi sin aire sujetándose de su brazo.
- Lo siento, pero te amo ¿sabes? - lo liberó un poco.
- El que yo sea fénix no significa que no sienta dolor o que no pueda morir ¿sabes? - le dijo sonriendo - ven acá y dame un beso mejor.

Si Harry había considerado fácil el examen escrito, el práctico estaba regalado, cosa que no le agradó demasiado. Era simplemente pasar una serie de pruebas dentro de un laberinto que era obstáculos para llegar al pergamino con un enigma especial que tendrían que descifrar. Demasiado parecido a la última prueba del torneo de los tres magos, allí se había enfrentado a muchas cosas y al enigma e la esfinge, sólo que en ese entonces ni siquiera era estudiante de timos, así que ahora era mucho más fácil. Se adentró en el famoso laberinto y lo primero con lo que se topó fue con una densa niebla que calaba hasta los huesos, dio un paso dentro y no se sorprendió al verse de cabeza, era la niebla más loca que conocía, pero sólo era cosa de tener valor y traspasarla, ella no hacía daño a no ser que uno se desesperara. Al estar del otro lado se topó con un dementor, por supuesto sabía que no podía ser tal, pero de todas maneras le lanzó un patronus que lo embistió haciéndolo tropezar.
-¡Ridikulus! - le dijo en voz alta y lo eliminó de inmediato siguiendo su camino.
El camino rumbo al enigma era demasiado largo, quizás las pruebas no eran tan difíciles, pero sentía como si estuviesen minando su energía. Sonrió, ese sí era un hechizo más complicado, la única forma de vencer ese maleficio era generando energía triste; al contrario de los dementores que para espantarlos se necesitaba un recuerdo alegre muy poderoso, este necesitaba un recuerdo triste poderoso, uno que lo hiciera derramar lágrimas, y debía de admitir que había muchos que quedaban en esa categoría. Cerrando los ojos se concentró en los recuerdos de su vida en Privet Drive y las lágrimas comenzaron a caer por su cara hasta que aquello que le robaba sus fuerzas se retiró. Sabía que el único problema de usar este método era la posibilidad de caer en depresión, pero siempre podía invocar un recuerdo alegre, como cuando Sirius le dijo que se fuera a vivir con él. Se limpió la cara y corrió hacia el pergamino enrollado que lo esperaba en el centro.
"Lagrimas de sangre han sido derramadas, aunque has pasado la prueba más allá de lo que se esperaba, en las siguientes líneas encontrarás desesperanza".
Harry movió la cabeza, eso no era un enigma, era una advertencia cuando mucho. Suspiró y siguió leyendo:
"Sobre la mesa hay tres vasos y uno de ellos te llevará de regreso, uno te llevará a la solución; el otro, a lo desconocido. Ten cuidado y observa bien, no querrás fracasar y perder por lo que has luchado.
Soy como las flores del campo, nadie me mira cuando hay una flor de invernadero a mi lado, pero mi vida es menos efímera. Sólo yo soy la respuesta y verás al final la puerta".
- Se parece al enigma que solucionó Hermione en primer año - sonrió y miró los vasos. Dos de ellos eran muy bellos y elegantes, pero sus contenidos eran menores que los de aquel que era más simple, cogió este último y lo bebió, de inmediato vio frente a él una puerta, la abrió y vio el espejo de los deseos frente a él - ¿qué se supone que deba ver aquí? - miró sobre él y se vio rodeado de pequeños niños, unos rubio y otros morenos, pero todos parecidos a él, le sonreían y los más cercanos se colgaban a su cintura - una familia feliz, eso quiero - puso su mano en la cabeza de uno de los niños y todo se volvió nebuloso a su alrededor. Lentamente todo comenzó a volver a la normalidad y se vio en medio del salón ante los asombrados ojos de los examinadores, hacía muchos años que nadie conseguía vencer la prueba final.
- Bien hecho, mi joven aprendiz - dijo su maestro apareciéndose en una luz que segaba a todos los que estaban a su alrededor - eres el gran Brujo Blanco a partir de ahora, no dejes que el poder se te suba a la cabeza, se un buen Griffindor como tu sangre te lo indica.
- ¿He concluido mi entrenamiento?
- Si, mi querido Harry, descendiente mío, y has demostrado que eres capaz de superar todas las expectativas que sean puestas sobre ti, te felicito, amas más allá de lo que cualquiera pueda imaginar, igual que tu padre y todos tus antepasados, volverás victorioso, muchacho.
- Entonces, él va a poder permanecer a mi lado siempre.
- Así es, Harry Potter, pero recuerda que mientras no olvides a los que amas y te han amado, ellos jamás te abandonarán.
- Gracias, Godric Griffindor - lo abrazó - por todo lo que me enseñó.
- De nada, muchacho, fue un agrado enseñarle todo al más atento de mis aprendices - lo abrazó también - además, quien debe darte las gracias soy yo, después de todo me has liberado al fin de la prisión que me puso Slytherin - le sonrió divertido - y puedo regresar al mundo después de mucho tiempo.
- ¿Y cómo se supone que va a explicar su presencia en este mundo de nuevo? Después de todo desapareció misteriosamente hace cientos de años y usted es uno de los magos más poderosos que existieron.
- Pongámoslo así, mi magia te ha sido traspasada, así que soy un mago normal ahora, será tu labor traspasarla a alguien más o dejarla morir contigo.

Snape se sentó en la cama, le dolía la cabeza, era como si hubiese dormido demasiado, pero algo lo dejó asombrado al mirar donde había estado recostado hasta el momento ¡el pecho de ni más ni menos que Sirius Black! Y un violento sonrojo se adueñó de sus mejillas ¿cómo había terminado allí? Y para colmo ni siquiera se acordaba de nada. Lo miró un momento, era tan guapo durmiendo así, tan relajado, pero un poco más allá estaba dormido Remus Lupin, su peor rival, pero parecía una ballena de ancho que estaba ¿cómo era posible? ¿Acaso el hechizo con el que Dumbledore los detuvo tuvo efectos secundarios y se había perdido un tiempo? Ahora que lo pensaba bien, eso ocurrió en el comedor y esa era una de las habitaciones especiales del castillo.
- Parece que Harry lo consiguió - le dijo una voz divertida a sus espaldas y él se volvió asombrado - ha terminado su entrenamiento, así que has vuelto a la normalidad, Severus Snape.
- ¿James Potter? - dijo entre asombrado y asustado a la vez.
- Claro que soy yo, y antes que digas nada - le dijo al ver que trataba de decir algo - en realidad, jamás estuve muerto, aunque admito que es casi como estarlo, pero Harry me ha liberado.
- No entiendo nada - dijo moviendo la cabeza - me despierto y estoy rodeado de enemigos, peor, durmiendo abrazado a uno de ellos, creo que me he perdido de algo y de un buen lapso de tiempo.
- Pongámoslo así, si bien Dumbledore te lanzó el hechizo, el maestro de Harry lo modificó y te dejó siendo un niño pequeño hasta el final del entrenamiento de mi hijo - le explicó - es una lástima que volvieras a la normalidad, me gustabas más siendo niño.
- Pues no me hace ninguna gracia - replicó - no me dices por qué.
- Simple, estabas demasiado cerca de una verdad que no debían conocer los mortifagos antes que Harry estuviera listo para enfrentarlos.
- ¿Te refieres a tu hijo mayor? - lo miró sorprendido - así que era cierto.
- Además en el colegio hay aprendices de mortifagos, si ellos hubiesen conocido el verdadero origen de Jeremy, cuando lo capturaron lo habrían matado y habrían robado su magia.
- ¡Papá, Sirius, lo conseguí! - entró gritando Harry y se arrojó contra su padrino que miraba a su ahijado, a James y a Snape alternativamente - ups, lo había olvidado, volvió a la normalidad.
- Mira que novedad - le replicó este.
- Y tendremos un invitado esta noche ¿saben? - ignoró al profesor.
- No me gustan las sorpresas de los Potter, la última vez casi me matan.
- Bueno, además él le debe una disculpa por lo que le hizo, debe permitírselo - sonrió - ahora está conversando con Dumbledore en su oficina, creo que dijo algo respecto a que tenían muchos años de curiosidades que contarse desde la última vez que se vieron.
- Espero que no sea otro vejete loco - suspiró.
- ¡Dumbledore no está loco! - saltaron los cuatro Griffindor.
- Habría que verlo - dijo Lucuis divertido.
- Se van a quedar todos con la boca abierta cuando lo vean - dijo Harry y su padre asintió - esperen y verán.

Continuará...

Al fin tengo listo este capítulo, me he tardado bastante para tener una actualización, pero he tratado de complacer a alguien que me pidió que lo alargara un poquito, hice algo, pero creo que no me convence, pero estará bien ¿verdad?
Espero muchos comentarios respecto a Snape ¿cómo les gusta más? ¿Lo vuelvo a dejar como niño? ¿Lo dejo como pareja de Jeremy? ¿Emparejo a Jeremy con Zabinni? Espero sus comentarios para poder iniciar el siguiente capítulo, que espero que sea el que inicie el desenlace ¿Qué me dicen? ¿Resucito a Voldy o destruyo a sus ayudantes antes que lo consigan? Respuestas, quiero respuestas.
Shio Chang.
PD. Si no menciono a aquellos que me han dejado sus hermosos comentarios en la página no es porque no me hayan gustado, sino porque responderlos para mí es una locura, pero me alegro que me los envíen.

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