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Harry Potter y el Fénix dorado por Shiochang

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Notas del capitulo: Espero comentarios
Harry Potter y el Fénix dorado

Primero que nada, quiero hacer una advertencia, el mundo de Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling y a mí sólo me pertenecen las ideas, si no fuera así sería más rica que la Reina, y que esta es una historia slash que escribí por un desafío de un amigo, espero que les guste para seguirlo, que me dejen muchos comentarios, que de ellos vivo.

El medio hermano rubio

Draco estaba mirando a Harry y a su hermano mientras se alejaban ¿qué le decía a su padre? La verdad, imposible, si de sólo verle le había molestado sobremanera, tampoco podía inventarse una excusa, sólo esperaba que no hubiese sido su padrino quien se hubiese comunicado con él, diablos, estaba más que metido en problemas, porque su padre jamás lo iba a ver al colegio, a no ser que lo llamara o tuviera algo que decirle.
- Muy bien, jovencito, espero su explicación - le dijo este.
- Un Malfoy no da explicaciones de sus actos - replicó al fin.
- Me da gusto que recuerdes que eres un Malfoy - respondió su padre molesto - pero creo que deberías recordarlo siempre, en especial en clases de pociones.
- Así que mi padrino le fue con el cuento - dijo despectivo.
- No sólo recibí su lechuza esta mañana, también llegó una del director diciendo que habías conseguido hacer lo que muchos alumnos y profesores antes que tú no habían logrado, controlar a Peeves con un solo hechizo.
- Se lo buscó, ningún fantasma le anda diciendo estupideces a un Malfoy.
- Pues me contaron que no era a ti precisamente a quien insultaba - le dijo - quiero que me digas la verdad, Draco, ¿qué es lo que tienes con Potter?
- Estoy tratando de conquistarlo - le dijo cruzándose de brazos.
- Pensé que había sido bastante claro al respecto, Draco.
- No puedo evitarlo, su aroma me llama.
- ¿Respiraste su aroma? - lo miró preocupado, algo raro en él.
- Y no solo eso, me besó - dijo esperando su respuesta.
- Maldición - dijo luego de un momento de silencio - no me esperaba esto, su padre tenía el mismo efecto sobre mí, claro que con él fue muy difícil alcanzar mi objetivo.
- Pues según me dijeron, lograste muy bien lo que querías, en cambio a mí, Harry siempre me pone el "hasta aquí" y me deja con las ganas.
- James hacia lo mismo, pero fui más astuto que él y desplegué todos mis encantos de veela sobre su persona aquella navidad ¿cómo diablos iba a saber que se estaba comprometiendo con esa sangre sucia?
- A Harry no le va a gustar que te expreses así de su madre.
- No puedo evitar odiarla, me quitó a la persona que más quería en el mundo y delante de mis narices, de haber sabido que era imposible quitarla de medio no le habría hecho tanto empeño a James.
- Entre ustedes hubo más que simples besos.
- No le entregues el corazón al león, Draco, pase lo que pase no lo hagas.
- Harry dice que estoy obsesionado con él, pero que si paso mucho tiempo con él me haré inmune a sus encantos.
- Lo veo muy difícil, nadie puede oponerse a los encantos desplegados por un Potter, mucho menos un veela como nosotros, estar cerca de ellos es caer en la trampa que tienden sus encantos, puedes llegar a gustarles, pero de allí a que se entreguen por entero, imposible. Además, los leones jamás traicionan a sus parejas, a quienes han elegido para compartir sus vidas, debí recordarlo cuando secuestré a James esa navidad.
- ¿No se fue por las buenas contigo?
- Supongo que jamás lo hubiera hecho de no ser porque lo drogué - suspiró - lo arrastré a Hogsmeade y me lo llevé a una casa de campo de la familia, allí estaba todo listo para nosotros, en el ambiente adecuado, poco a poco cedió y la pasamos muy bien juntos.
- "El fin justifica los medios" - dijo Draco sin impresionarse, ese era un lema que se identificaba muy bien con todos los Slytherin - pero, él debió reaccionar ¿no?
- Claro que sí, no iba a ser mío sin saberlo, quería que estuviera en todos sus sentidos cuando lo hiciéramos, y me di cuenta demasiado tarde que había sido un error, ya le había dado más de lo que quería.
- ¿Qué pasó después? - preguntó con curiosidad.
- Bueno, después de vacaciones estuvimos un poco tensos, él no quería que nadie supiera de nuestra aventura, decía que sus amigos jamás se lo iban a perdonar, pero yo quería que lo supieran para pasar las tardes juntos, pero yo me había olvidado decirle que estaba comprometido con tu madre, quería que todos lo supieran para tener una excusa para romper con Narcisa, pero luego nuestra relación se enfrió de su parte, por más que lo buscara, se alejaba de mí y me decía que lo nuestro no tenía futuro. En eso Severus me contó lo que había escuchado, James había prometido a su novia que no coquetearía con nadie más el mismo día que yo me lo robé y que estaban comprometidos, me enfurecí y fui por él, pero estaba sentado junto al lago acostado en el regazo de Lily Evans.
- ¿Y no insististe más?
- Claro que sí, traté con todo lo que se me ocurrió para recobrarlo, pero nada funcionó, dijo que no iba a mezclarse de nuevo con una serpiente como yo, que ahora le era fiel a ella y una sarta de tonterías que sentía que ni el mismo se creía, así que intenté con lo único que me quedaba, el chantaje, pero él era tan Griffindor, que a la primera ocasión que tuvo se lo contó todo y ella lo perdonó ¿qué más me quedaba? Para vacaciones de semana Santa se fueron todos juntos y se casaron, fue la comidilla de toda la escuela y tuve que ocultar mi corazón y mi orgullo herido delante de todos.
- ¿Por qué nunca me contaste todo esto?
- Porque todavía me duele, porque ese muchacho que te gusta se le parece tanto, pero heredó los ojos de su madre, quizás podría amarlo, pero en él está aquella que me obligó a ser lo que mi padre quería que fuera.
- Padre, dime, cuando el señor oscuro mató a los Potter ¿qué sentiste?
- Voldemort - dijo bajando la voz - dudaba de mí por el hecho que sabía me había gustado y me obligó a acompañarlo cuando fue por ellos, atacó a James primero, recuerdo que estaba jugando con su hijo y una snitch en la sala, la agarró, se la echó en el bolsillo y le dijo a ella que tomara al niño mientras lo detenía, yo habría saltado para protegerlo si con eso lo hubiese salvado, pero tenía que tenerlos en cuenta a ustedes y sólo cerré los ojos cuando el rayo de luz verde dio de pleno en su pecho y sus ojos, esos que tanto amaba, se quedaron en blanco para siempre, no me quedó más que seguirlo y verlo atacar una y otra vez a la mujer, ella le puso feroz resistencia tratando de defenderlo y consiguió salvar a su hijo sacrificándose por amor.
- Pero no hiciste nada luego.
- Se escucharon voces justo cuando yo iba a recobrar el cuerpo de James, no iba a permitir que los muggles lo enterraran sin los honores que se merecían, pero no eran muggles, eran el desgraciado de Sirius Black y Hagrid, ellos tomaron al bebé y tuve que irme mientras me desangraba por él.
- Harry me contó lo que pasó en cuarto año, allá en ese cementerio ¿Qué pasó realmente?
- El señor oscuro nos llamó luego de su renacer, ya antes había puesto en duda mi lealtad, no podía arriesgarme, pero allí, al unirse sus varitas y la de él comenzar a devolver los espectros de quienes había matado, noté algo extraño en James, no era como los otros, tenía un aspecto más vivo que los demás y, antes de desaparecer me dijo: "ayúdalo".
Draco miraba a su padre, quizás su padre parecía un hombre duro y hasta malvado, pero se había visto obligado a guardar por tantos años un sentimiento que le hacía daño, no podía contarle que James Potter había tenido un hijo suyo, sus razones tendría para callar aquello en su momento, conocía a Harry y este jamás le negaría el derecho de ver a su hijo, a no ser que creyera que aquello podría arrastrarle la ruina, lo que significaría que se haría a un lado, se sacrificaría por él. Debía haber algo más.

Harry miró a su sobre protector hermano mayor y se preguntó que habría sido tenerlo cuando era pequeño, cuando si necesitaba de alguien que lo amara incondicionalmente cuando estaba en casa de sus tíos.
- Bueno, Harry, cuéntame de ti, porque no me creo lo que dicen los libros de ti - le sonrió alentador - anda, quiero conocerte.
- Bueno, supongo que sabes lo que es esto - se señaló la cicatriz - Voldemort me marcó como su igual con ella cuando era un bebé, cuando nuestros padres murieron. Luego fui enviado a vivir con la hermana de mi madre, Dios, que tortura fueron todos esos años, mal alimentado, sin cariño, tratado como esclavo y culpado de cuanta cosa rara pasara a mí alrededor, engañado que mis padres murieron en un accidente y mucho menos sabía que era un mago, mucho menos que era famoso.
- Hasta hace unos meses atrás yo estaba convencido que mis tíos eran mis padres, ellos decían que eran los últimos Potter que quedaban, que el resto de la familia había muerto en la primera guerra, sin embargo, nunca hablaban mucho de ellos hasta que, en la biblioteca, me encontré con un libro que hablaba de ti, que eras el vencedor del Señor Oscuro, tienes en tu currículo dos medallas de Merlín de segundo orden por detenerlo en dos ocasiones, dos medallas de honor por servicios prestados a Hogwarts, ganador del Torneo de los Tres Magos y medalla de Merlín de Primer orden por vencer al Señor oscuro definitivamente y próximo Ministro de Magia ¿cómo debía tomar aquello? Eras Potter y menor que yo, nadie de la familia te había reclamado y parecías tan perdido en esa foto, que no pude evitar ver el parecido - suspiró - les dije a ellos que quería la verdad y me contaron que mi padre me sacó de Inglaterra porque él lo buscaba para destruirlo, que trataba de sacarme del peligro, a ti no habían conseguido sacarte del país a tiempo, pero habías conseguido detenerlo, y no te reclamaron como su familia porque pensaron que era lo mejor para ti - movió la cabeza - estaba furioso, me había perdido de crecer junto a mi hermano, te hicieron sentirte abandonado y has tenido que luchar solo contra las fuerzas oscuras, cuando pudiste contar con una familia de verdad.
- No ha sido tan malo, después de todo aprender a defenderme de Dudley me ayudó a defenderme de los matones en la escuela, aunque he crecido de forma distinta a los demás, Ron creció el año pasado y yo crecí sólo este verano, claro, no tengo barba, creo que Sirius dijo que mi papá había sido lampiño, y mi primo se burló de ello luego que regresé de la escuela, pero yo podía molestarlo con que pronto sería adulto y podría usar mi magia.
- Sirius es tu padrino ¿verdad? No creo que esté muy contento de saber de mí.
- Bueno, creo que lo tomaste por sorpresa, pero de seguro te recibirá con los brazos abiertos, después de todo eres hijo de uno de sus mejores amigos.
- ¿Por qué no viviste con él tu primera infancia?
- Lo acusaron de causar la muerte de nuestros padres, pero era inocente y hasta hace poco lo buscaban como prófugo, sin embargo, se descubrió la verdad y tuvieron que indemnizarlo y me han dejado vivir con él, tiene una casa enorme, pero para los Muggles es común y corriente, vivimos en Londres, allí tiene otra casa, pero allí no va ni aunque le paguen.
- Me contaron que este era un gran pueblo mágico ¿me lo enseñas?
- Claro, ese es Honeydukes - le señaló la tienda de dulces - allí venden toda clase de dulces, los alumnos menores suelen abarrotarlo comprando sus mejores golosinas - caminaron un poco más y señaló otra tienda - allí está Zonko, una de las mejores tiendas de bromas mágicas, me encanta el lugar.
- Ellos me contaron que nuestro padre era uno de los más bromistas.
- Ellos eran cuatro, se hacían llamar los merodeadores - le dijo en voz baja - pero eran imanes de problemas, cosa que he heredado a mi pesar, creo que multiplicado por cuatro - dijo fastidiado - vámonos de aquí, hay alguien que casi nunca viene al pueblo y con quien no quiero toparme.
- ¿Por qué no?
- Es mi profesor de pociones - le dijo - odiaba a papá, así que mejor no cruzarse en su camino, ya tengo bastante de él en la escuela como para tragármelo fuera de ella.
- Así que también has heredado el odio.
- Si vieras las cosas que dice de papá, y yo no tengo el temperamento o la paciencia para soportarlo.
- Como buen Potter - se rió - venga, vamos a buscar a tu amigo.
- No, vamos a la casa de los gritos, allí me esperan Hermione y Ron, ellos sí son mis amigos, Draco es mi novio - suspiró - y no porque quiera, sino porque ese chiflado quería matar a mis amigos si no aceptaba.
- Ah, el rubio es de armas tomar - se rió - pero lo quieres ¿verdad?
- Supongo que sí, pero, como te digo, está loco.
Caminaron por el camino hacia la casa de los gritos en donde Ron y Hermione estaban apoyados en la reja conversando.
- Amigos, les presento a Jeremy Potter, mi hermano mayor - lo presentó sonriéndole a sus amigos - ellos son Ronald Weasley y Hermione Granger, son mis amigos y están conmigo en Griffindor y en el mismo nivel - el muchacho les sonrió.
- Mucho gusto - le dijo Ron mirándolo asombrado - Harry nos contó que tendría noticias tuyas, pero no que vendrías.
- Bueno, el apellido hace maravillas en el ministerio - se rió al ver la cara de Hermione - no fue intencional, quería una visa para visitar a mi hermano y me preguntaron quién era, les dije y de inmediato la obtuve y supe dónde buscarle sin preguntar nada.
- ¿Y dónde dejaste al hurón?
- No lo llames así - le dijo Harry sin molestarse - se quedó con su padre.
- Lo compadezco - dijo el pelirrojo preocupado - si todo lo que dicen de Lucius Malfoy es verdad, vas a tener que irlo a rescatar, de seguro lo mata.
- Vamos, Ron, es su único hijo - le dijo Hermione, pero también estaba preocupada.
- Mm, pero si bien se cambió a nuestro lado, era un mortifago.
- ¿De qué hablan? - dijo el rubio mirándolos.
- Debería ir por él, pobre Draco, no me gustaría que lo torturara sólo porque le gusto - dijo - pero de seguro es culpa de Snape, por eso andaba en el pueblo, para cerciorarse que nos hubieran separado.
- Le tienes sangre en el ojo a ese hombre, Harry.
- Snape nunca viene al pueblo cuando los alumnos están aquí - le dijo Ron - Filtch lo dijo antes de salir, que prefería quedarse preparando pociones en sus mazmorras, como me gustaría que una le saliera mal.
- ¿Qué les hizo ese hombre para que lo odien tanto?
- Bueno, Severus Snape estuvo en la escuela con papá y no ha dejado de vengarse con los Griffindor desde que es profesor, jamás ha sido justo con nosotros, siempre nos ha tachado de inútiles - le dijo Harry - y le encanta provocarme para castigarme, al año pasado tomo DCAO y le fue mal, porque yo puedo hacer gran parte de las cosas que quiso enseñar, pero no podía hacerlas en silencio, de todas maneras lo hice muy bien y aprobé mejor de lo que él hubiese querido, porque mi magia es más avanzada.
- Eres un brujo blanco, Harry - le recordó Hermione.
- Y este verano enfrenté a aquel que todos temían y lo vencí, así que quedé exento de ese ramo, aunque de todas maneras debo rendir el Éxtasis a fin de año, pero creo que calificaré para auror.
- Si necesitas ayuda, te diré que soy muy bueno en pociones, decían que me venía por mi madre, pero no la recuerdo.
- Mamá era excelente en pociones, me dijeron que era una de las más rápidas y más certeras creadoras de antídotos, claro que tenía a los merodeadores como conejillos de indias.
- Deberías intentarlo, Harry, o Snape va a conseguir envenenarte en un descuido, ha estado furioso desde que Malfoy se ha puesto de tu parte.
- Debemos volver al colegio - dijo Hermione - ya va a ser hora de entrar.
- ¿Con quién debo hablar para que me den permiso de visitarte un fin de semana en el colegio?
- Con la jefa de mi casa, creo que McGonogall no se molestará ¿te quedarás aquí? - le dijo Harry entusiasmado.
- Bueno, iré a Londres mañana, debo encontrar un ligar donde quedarme.
- Ven a la escuela con nosotros y le pediré a la profesora que nos permita comunicarnos con Sirius, así podrás ir a su casa y saber si podrás verme el próximo fin de semana.
- Me parece buena idea - sonrió complacido - mira, allí viene tu chico...
Harry tomó a Draco por los hombros y lo examinó a conciencia, cosa que le pareció divertida al rubio, pero que le cortaba la respiración porque lo estaba tocando por todos lados mientras sus amigos y su hermano se reían disimuladamente, cosa que dejó de gustarle.
- Ya, para - lo detuvo molesto - no tengo nada escondido.
- Pensé que podías estar herido o algo parecido.
- ¡Ay, Harry! - le echo los brazos al cuello y lo abrazó con fuerza - gracias por preocuparte por mí - lo besó en la mejilla.
- ¿No te hizo nada malo tu padre? - trató de apartarse ruborizado.
- Has estado escuchando a la comadreja de nuevo - dijo molesto.
- Oye, a Ron no lo dejo que te llame hurón, así que insito en que tú dejes de llamarlo así en mi presencia - dijo enojado.
- No te enojes, mi leoncito - le ronroneó coquetamente.
- Bueno, regresemos al colegio - los interrumpió Hermione - de seguro nos castigan sin salidas si llegamos tarde.
- A Hermione le da pánico romper las reglas - dijo Ron divertido - pero lo hemos hecho desde que empezamos la escuela - le dijo al hermano de Harry, era bastante agradable.
- Me dijeron que papá era igual, que pasaba mucho tiempo en detención y que no había semana en que no llegara una lechuza a su casa por una travesura suya - sonrió - en especial porque le gustaba causar estragos en las clases de pociones.
Draco lo miró en ese momento, era una copia de Harry, pero tenía los colores de los Malfoy, pero su temperamento era muy Griffindor, de seguro la sangre de los leones era más espesa que la de los Slytherin, suspiró.
- Espero que la conversación lo haya hecho volver a sus cabales, señor Malfoy - le dijo Snape al verlo pasar - aunque lo dudo.
Harry miró a su hermano y vio que avanzaba hacia el hombre, quizás no lo supiera pero iba a ser sobre protector con él también y allí si que despertaría las dudas de Snape y él si podía descubrir la verdad.
- Ya sospechaba yo quién era el culpable de esa visita - dijo Harry para evitar que su hermano abriese la boca - ¿Por qué no puede aceptar nuestra relación como todo el mundo?
- Cállate, Potter, no voy a permitir que lo hundas.
- Que tipo más desagradable - dijo Jeremy molesto - ¿de verdad es profesor de esta escuela? No parece ser lo bastante justo con sus alumnos.
- Eh, este, mejor vamos a hacer lo que tenemos que hacer - dijo Harry y lo jaló hacia el interior de la escuela mientras el profesor seguía discutiendo con Draco sobre la conveniencia de estar con él.
- Estás tratando de evitar que le diga unas cuantas verdades - le reclamó.
- Se vengará luego con cuanto Griffindor se le cruce por el camino - le dijo Ron - es el profesor más injusto que hay - explicó - Flitwick, el profesor de la clase de encantamientos, es jefe de Ravenclaw y jamás nos ha quitado puntos porque sí, o la profesora Sprout, que es jefa de Hufflepuf, tampoco lo hace en clase de herbología.
- Y la Profesora McGonogall, que es jefa de nuestra casa, jamás es injusta con los Slytherin - agregó Hermione - él jamás dirá excelente si lo hizo uno de nosotros, en cambio a los suyos los alienta para que mejoren ¿cuántos suspendidos le ha dado a Harry sólo porque sí?
- Y aún así no me han dejado decirle nada.
- No, es mejor dejar las cosas así, debería ser por los conductos regulares la queja, lo que quiere decir que mi tutor, o sea Sirius, fuera quién le dijera las cosas, pero ellos se odian y la sangre llegaría al río antes que consiguiéramos solucionar algo.
- ¿La sangre llegaría al río? - dijo el rubio.
- Bueno, se matarían entre los dos.
- Pero yo tengo todo el derecho del mundo.
- ¡Potter! - escucharon un grito y Harry empujó a su hermano a la oficina de su jefa de casa - no te escapas de esta, no puedes traer extraños al castillo.
- ¿Me puede decir qué es lo que pasa, señor Potter? - le dijo una voz femenina ignorando la mirada molesta del conserje.
- Señora, si me permite, puedo explicar muy bien mi presencia aquí - dijo Jeremy - apenas y llegué esta mañana de Francia, aunque debí comunicar primero que vendría a verlo ¿no? Pero así somos los Potter, nos saltamos las reglas a veces.
- Señor Filtch, ¿podría avisarle al director que tenemos una visita inesperada? - el hombre se retiró molesto con su gata en los talones - así que eres el hijo mayor de James.
- Sí, señora, no tenía planeado venir aquí así, pero como me dijeron que estaba en esta escuela y que este fin de semana tenían salida, no pude evitarlo y lo vine a conocer.
- ¿Y tiene donde quedarse?
- No, soy impulsivo, como buen Potter que soy.
- Sí, les viene en la sangre - dijo luego de unos momentos - supongo, Harry, que querrás comunicarte con tu padrino.
- ¿No se puede quedar con nosotros hasta mañana? - dijo Ron - igual que Bill o Charlie.
- Bueno, si están dispuestos a compartir la habitación...
- ¡Genial! - dijeron Harry y Ron.
- De todas maneras, debe mandarle una lechuza a su padrino de inmediato - le dijo la mujer - señorita Granger, está muy silenciosa.
- ¿En serio se puede quedar?
- Claro que sí, señorita Granger - dijo el director entrando - aunque creo que hay alguien a quien no le va a gustar nada.
- Supongo que es cierto, ha de detestar a los Potter - dijo el rubio - Soy Jeremy Potter - se presentó.
- Albus Dumbledore.
- Muchas gracias por permitirme quedar esta noche, me alegro que Harry sea tan bien tratado en la escuela, con excepción de uno - dijo entre dientes.
- Vamos, Jeremy - le dijo notando un dejo de extrañeza en los ojos claros del director - para que conozcas mi habitación.
- Supongo que saben de la visita de Lucius Malfoy.
- Y de la gran boca que tiene su profesor de pociones - dijo Jeremy molesto.
- Ah, se vieron con Severus.
- Parcialus debería llamarse - dijo el rubio siguiendo al fin a su hermano que trataba de no reírse del justo enojo de su hermano y de la cara que había puesto la profesora al ver que el director se reía.

En la sala común de Griffindor estaban todos los chicos y chicas escuchando al hermano de Harry hablando de su vida en Francia y de los problemas en que se había metido siendo estudiante, claro, admitía, nada comparado con lo que podía hacer su hermano en un día normal, pero igual había sido tremendo. Allá no tenía amigos, en su escuela habían sido demasiado clasistas y no era muy adicto a los estirados de sus compañeros.
- Hubiese preferido estudiar aquí y cuidar a mi hermano - suspiró.
- Pues no es muy bueno tener a tus hermanos mayores contigo - le dijo Ron - se vuelven sobre protectores o descuidados contigo.
- Y celosos - dijo Ginny.
- Cierto - admitió mirando a su hermana - pero a mí me dijeron que te cuidara.
- Tú tienes más hermanos ¿verdad?
- Somos siete, Bill, Charlie, Percy - hizo un gesto de asco - los gemelos Fred y George, Ginny y yo.
- Pareces no apreciar mucho a Percy.
- Cuando entramos en la escuela, era Prefecto - le dijo Harry - era muy estirado y ceremonioso, jamás nos esperamos que también fuera ambicioso y que a la primera le diera la espalda a su familia, por eso no lo queremos mucho, yo prefiero a los gemelos, a Bill, a Charlie, a Ron y a Ginny antes que a él, no me cae mal, pero tampoco bien.
- ¿Y qué me dices de tu novio?
- ¡No menciones a esa serpiente ponzoñosa! - gritó Ginny y se fue.
- Está celosa porque Harry anduvo con ella el año pasado y ahora anda con el rubio - le dijo Neville - jamás va aceptar que Harry la ve casi como una hermana, que no hay más.
- Pero quiero saber de ese muchacho.
- Malfoy fue hasta este año, uno de los más encarnizados rivales de Harry - le dijo Seamus divertido - hizo hasta lo más increíble con tal que lo expulsaran - sonrió - recuerdo la primera clase de vuelo, Neville se cayó de la escoba y Madame Hotch nos dijo que no voláramos hasta que regresara o nos expulsarían, pero ese pesado encontró la recordadora de Neville y la lanzó lejos, sin embargo, Harry la atajó en el aire y se convirtió en el buscador del equipo de Quidditch más joven de la escuela en cien años. Ese mismo año se ganó la primera medalla de Merlín de segundo orden ¿no? Y peor cuando ganamos la copa de las casas, de seguro se quería morir.
- Al año siguiente se convirtió en buscador de Slytherin, claro, con el dinero de su padre, y al primer partido Harry lo derrotó, pese a que tenía un brazo roto - dijo Colin - y se ganó una medalla de la escuela por servicios prestados al destruir al monstruo de la cámara de los secretos.
- Y siempre ha sido así - dijo Ron - le encanta recordarme que soy pobre y que vivimos muchos en mi casa, es del tipo estirado de magos, esta obsesionado con su "sangre limpia" y suele insultar a Hermione. No quiero que Harry siga con él, pero si lo quiere ¿quién soy yo para evitar su felicidad?
- Lo mejor pasó esa tarde allá afuera, Malfoy estaba molestando a Harry - dijo Colin - de haber tenido mi cámara, lo habría retratado y publicado en el diario del colegio con el título "Draco Malfoy, el hurón botador" - todos se rieron, menos Harry - vamos, si hasta tú lo disfrutaste.
- Ese no era Moddy - dijo Harry - le pudo hacer daño.
- Bueno, fue su culpa de todas maneras - dijo Ron - tú lo habías dejado en paz y te atacó por la espalda, por eso lo convirtió en hurón y lo hizo botar por todo al hall, hasta que McGonogall lo descubrió y lo rescató - suspiró - pero hubiese querido que le hiciera lo mismo a Snape.
- ¿En qué habría convertido a Snape?
- En un sapo grande al que podríamos ahogar en uno de sus calderos - dijo Ron divertido.
- En un cuervo al que podríamos desplumar y usar de ingrediente en una de sus pociones - dijo Neville malvado.
- En una lagartija que pudiera despedazar y quemar en el fuego - dijo Colin.
- Tú eres menor que Harry ¿verdad?
- Si, pero Malfoy siente celos de mí - se rió - me amenazó esta mañana con matarme si me atrevía a tomarle otra foto.
- Por Merlín, no puede andar amenazando a medio mundo - dijo Harry - a Sho y a Ginny les dijo lo mismo si volvían a acercarse a mí.
- De seguro creció sin cariño y por eso tiene miedo de perderte.
- ¿Cómo dices? - todos lo miraron extrañado.
- Bueno, por lo poco que he escuchado de él, sé que su padre no es muy dado a las manifestaciones de afecto, incluso ustedes temieron que le fuera a hacer daño cuando lo encontramos, le compró la entrada al equipo de su casa en vez de apoyarlo para que mejorara y él mismo está muy seguro de su valer como Malfoy y no como persona, eso significa que nadie le ha dado cariño de verdad y que contigo siente que lo tiene y que cualquiera se lo podría arrebatar.
- Es que Draco está bien loco.
- Te lo traes loco, que es distinto - le dijo Seamus y todos se rieron.

La cena había sido bastante normal si no fuera por las miradas asesinas de Snape sobre la mesa de los Griffindor, que habían envuelto al rubio Potter con la agradable camaradería de los leones, y el hecho que Draco estuviera aislado en su propia mesa, cosa que Jeremy notó, se puso de pie y lo llevó con él a la mesa de su hermano abrazándolo en un gesto protector mientras miraba feo a las otras serpientes.
- Vas a ser mi hermano, a final de cuentas, así que recibirás el mismo trato que Harry ¿estás de acuerdo?
- No me abraces - le dijo tratando de soltarse sonrojado - los Malfoy no dan muestras de afecto.
- ¿No te decía yo? - le dijo obligándolo a sentarse junto a Harry - pero tu cuñado y tu novio te van a quitar todas las mañas - lo amenazó.
- Snape nos mira - les dijo Hermione - vamos a tener más de un problema con él - agregó al ver su mirada furiosa.
- Si les hace algo, mándenme una lechuza y lo convertiré en lo que ustedes quieran - dijo divertido - aunque debo admitir que no es mi fuerte la transformación, debe serlo de Harry, a mí se me dan las pociones, aunque podríamos hacerle alguna ¿no les parece?
- Snape consiguió que me sacaran del equipo, mi padre se va a enfurecer - le dijo Draco mirando su plato.
- Pero si siempre has sido su alumno favorito - dijo Hermione exaltada.
- Para lo que le importa, sólo quiere obligarme a que me separe de Harry, lo demás no le vale nada - suspiró - "el fin justifica los medios".
- ¡Pero no puede llegar a tanto! - dijo Jeremy furioso y se puso de pie pese a los intentos de detenerlo de todos los Griffindor.
Harry se puso de pie para evitar que atacara al profesor y ambos se quedaron en medio de la sala mientras el tiempo parecía haberse detenido a su alrededor, todos estaban de un tono gris y una llamarada de Fénix los detuvo a ambos a medio camino, se detuvo frente a ellos y un polluelo color dorado quedó en el hombro de Harry mientras susurraba una débil melodía que calmó el enfado de Jeremy lo suficiente como para que no matara a nadie y el tiempo volvió a la normalidad, pero unos ojos celestes habían captado el momento.
- Señor Severus Snape, le juro, como Potter que soy, que trata de hacer otra de sus sucias jugarretas con mi hermano o con Draco, me va a conocer - le dijo mirándolo a los ojos luego de acercarse a la mesa - yo no soy ni he sido estudiante de esta escuela y no le debo ningún respeto, eso se gana, y me temo que usted ha destruido toda posibilidad conmigo - se dio media vuelta - y con respecto al equipo, espero que acepte las consecuencias de sus actos - le dijo por encima del hombro y volvió a sentarse junto a Harry mientras lo abrazaba con fuerza.
Los Griffindor aplaudieron a Jeremy mientras este se sentaba orgullosamente en su mesa haciendo una reverencia burlona y Snape se fijo en sus gestos, se le hacían familiares, su tono al deslizar la amenaza, la manera de caminar, el hecho que fuera rubio y no moreno como su hermano...
"Jeremy ha despertado la sospecha en Snape", dijo Harry al ver su mirada fija en su hermano y notó que el fénix descansaba en el bolsillo superior de su túnica muy cerca de su corazón ¿por qué había aparecido de repente aquella ave para tranquilizar a su hermano?
- "Su temperamento es mucho más explosivo que el tuyo, es medio veela - le dijo el pequeño animal mirándolo a los ojos, los suyos eran grises - pero cuidado con Snivellus, es más peligroso de lo que aparenta".
Harry abrió la boca para preguntarle por qué lo llamaba así pero se dio cuenta que estaba dormido y que, tal como podía hablar con las serpientes, podía hablar con él seguramente en otro idioma especial y que a sus compañeros les extrañaría mucho.
En eso se apareció por el salón una llamarada roja, Harry la identificó muy bien al ver a Fawkes planear por el comedor, llegar hasta el director y luego ir directamente hacia él posándose con cuidado a su lado.
- "Tienes al fénix en tu bolsillo ¿verdad? - y el moreno se asombro, nunca antes el ave le había hablado directamente - No te asustes, apenas tu magia se despierta, serás un gran mago blanco".
Harry lo siguió con la mirada al despertar ¿qué quería decir con eso? Sabía que era un mago blanco, pero ¿estaban despertando recién sus poderes? Eso significaba que tenía más poder del que podía controlar.
- Harry, deja de pensar en lo que te dijo el ave y come - le dijo su hermano al oído - no te preocupes, yo también puedo escucharlo.
Harry agachó la cabeza y comenzó a comer en silencio, en realidad no le preocupaba tanto que Fawkes le hubiese hablado, sino que el fénix en su bolsillo llamase a Snape por el apodo que los merodeadores le habían puesto.

Al parecer la amenaza de Jeremy sí había surtido efecto sobre Snape ya que este no parecía haber vuelto a tratar que Draco dejase a Harry en todo el mes, ni a presionarlos para que se pusieran nerviosos en clases y así conseguir un motivo para quitarles puntos, pero Harry había sentido que lo vigilaba mucho y siempre lo vigilaba a la distancia cuando su hermano venía a visitarlo.
Claro, esa noche era 31 de octubre y habría fiesta de noche de brujas, una fiesta de gala obligatoria para los de séptimo año, allí estarían las familias de todos, con lo que la escuela y Hogsmeade estaban abarrotadas de gente.
Había recibido una nota de su padrino, al final su hermano había sido recibido muy bien por los amigos de su padre y estaban contentos de tener un cómplice en su venganza contra Severus Snape y le pedía que llevara esa noche a su Fénix dorado, al que ellos decían debía llamar Jim, claro, no estaba muy de acuerdo, le habría gustado que fuera cornamenta, pero era muy largo y como de todas maneras ese era el apodo infantil de su padre, se llamaba así.
Ron se había sorprendido al ir a despertarlo una mañana y ver al polluelo levantando a Harry por el pijama y arrastrarlo al baño, donde el agua fría lo despertó y pegó un grito que despertó al resto de sus compañeros de cuarto, que se rieron al verlo mojado.
Pero quien más sorprendida estaba era Hermione al ver a todos los muchachos en la sala común alrededor de un muy despierto Harry que tenía en sus manos un polluelo de fénix, se dedicó a averiguar lo que pudiera y descubrió que ellos elegían a sus amos y que el color dorado significaba que Harry era un mago blanco recién iniciado y que a medida que se fuera haciendo más fuerte el color podría cambiar a rojo o a dorado oro, dependiendo de su magia.
Pero ello había revolucionado su casa, el que un mago tan joven tuviera un fénix era motivo de orgullo y todos querían tener la oportunidad de cargarlo aunque sólo fuera un momento, así que Harry optó por mantener a Jim en el bolsillo superior de su túnica.
Ahora estaba de pie frente al espejo mirando la túnica de gala que su hermano le había mandado de regalo, era hermosa, cierto, pero ¿tenía que ser blanca con tonos dorados? Era casi cono la túnica que vestía el gran mago que aparecía en los libros que Hermione había encontrado sobre los fénixs, o quizás esa era la impresión que querían que causara. Suspiró y se dejó el pelo tranquilo tomando a Jim para ponerlo en su bolsillo.
- Guau, Malfoy va a tener que espantar a sus rivales a punta de maldiciones esta noche - le dijo Seamus asombrado - más de alguno querrá comerte.
- Pues me siento como si fuera un pastel de crema o algo similar - suspiró - y por más que me trate de ordenar el cabello, este se me vuelve a dispersar - agregó molesto - no sé cómo consiguieron domesticarlo esos estilistas.
- Es fácil - le dijo Colin riendo por la cara que ponía Harry - te ayudo, pero ni se te ocurra decirle a Malfoy quién te peinó ¿de acuerdo?
Harry se sentó en un taburete y dejó que el muchacho le pasara el gel por sus desordenados cabellos consiguiendo ponerlos en su sitio de manera tal que ocultara bastante la presencia de su cicatriz y pareciera que venía saliendo del salón de belleza.
- Recuerda, si Malfoy pregunta algo, te peinaste tú mismo - le dijo Colin.
- No va a preguntar nada - se rió Seamus - va a estar demasiado entretenido espantando a la competencia.
- Mejor bajemos - les dijo.
En el gran comedor estaban los profesores esperando a sus alumnos y todos se voltearon a mirar al grupo que acababa de llegar, Harry se había detenido junto a Draco que vestía de verde oscuro con blanco y le había sonreído antes de tenderle la mano y todos habían visto que brillaba extrañamente.
- Por Merlín, dejas sin respiración - le dijo Draco - te ves... - se calló al no encontrar la palabra que lo describiera - hermoso.
- Tú también - le volvió a sonreír y noto que todos a su alrededor lo miraban con la boca abierta, excepto Snape - ¿pasa algo malo?
- Igual que el padre, le encanta lucirse - le dijo este - entren de una vez.
- ¿Cuándo se va a convencer que yo soy Harry y no James Potter? - le dijo fastidiado - no puedo imitar a mi padre porque no lo conocí - agregó y jaló a Draco para que entraran en el salón - es un fastidio.
- Mi padre vino solo, creo que mi madre aún está furiosa conmigo por andar de novio contigo - suspiró el rubio y vio que algo se movía bajo la capa de Harry - no me digas que traes al bicho ese a la fiesta.
- Jim no es un bicho - le respondió - él quería venir y si no lo hacía, de todas maneras iba a conseguir que alguien más lo trajera.
- ¿Cómo sabes que quería venir?
- Habla conmigo.
- Los Fénix no hablan.
- Las serpientes tampoco, pero de todas maneras las entiendo.
- Así que hablas el idioma de esas aves también.
- ¡Harry, que bien te ves! - le dijo Remus - pero esa no es la túnica que te compramos ¿verdad?
- Jeremy me la mandó, dijo algo acerca de un diseñador francés - se encogió de hombros - no podía despreciarle el regalo a mi hermano, la otra la usaré en el baile de Navidad - le sonrió - Tú también te ves muy bien, Remus ¿y mi padrino?
- Allí está - le señaló una mesa - creo que Jeremy ha hecho muy buenas migas con él, no sé si sentirme feliz o celoso.
- Vamos a saludarlos - dijo el moreno sin haber soltado a Draco ni de broma, pese a las miradas asesinas de Snape que acababa de terminar de vigilar la entrada de sus alumnos en el salón.
- Vaya, Harry, cuando vi esa túnica en Paris, supe que te sentaría - dijo su hermano mirándolo apreciativamente - pero creo que superó las expectativas.
- Pues no me gusta tanto, todos me miran.
- A mí tampoco me gusta eso, Harry es mío.
- Bueno, es un chico muy guapo - dijo Sirius sonriendo - espero que se diviertan esta noche.
- Pues una serpiente entre tantos leones no tiene muchas oportunidades ¿no? - dijo una voz masculina bastante molesta.
- Señor Malfoy - lo saludó Jeremy - nadie se va a comer a su hijo, a no ser que él lo quiera - le sonrió y este se puso muy rojo - me lo imaginé - se rió.
- Te pareces mucho a tu padre - le dijo sin molestarse el Malfoy mayor.
- James podía hacer lo que quisiera contigo - le dijo Sirius malicioso.
- Y por culpa de ustedes lo perdí - le replicó molesto.
- ¿Podemos hacer un alto al fuego? - les dijo Harry.
- Muy bien, lo haremos por ustedes - dijo Sirius mirando a su ahijado.
- Acepto, siempre y cuando me digas cuáles son tus intenciones con mi hijo.
- Padre, Harry y yo sólo andamos de novios, nada más.
- Mis intenciones con su hijo son serias, señor Malfoy - le dijo el moreno sentándose junto a su padrino con Draco a su lado - pretendo que para el baile de navidad podamos comprometernos y casarnos en Semana Santa.
- ¿Qué dices? - dijeron Sirius y Remus sorprendidos.
- Soy mayor de edad - les recordó Harry - puedo decidir perfectamente a quien quiero por pareja - agregó.
- Preferiría que se comprometieran esta noche y se casaran en Navidad - le replicó el rubio mayor - esas fechas me traen malos recuerdos.
- No, porque habría murmuraciones y ya he tenido bastante de eso.
- Harry tiene razón - dijo Jeremy pensativo - van a decir que uno de los dos está embarazado o alguna cosa similar. Además, creo que llevan sólo un mes saliendo juntos.
- Pero más de seis años odiándose.
- Bueno, mejor disfrutemos de la fiesta - dijo Draco mirando los platos frente a él - ¿crees que el director haya tenido otra de sus "geniales" ideas?
La fiesta era bastante tranquila, los chicos mayores deambulaban por las mesas saludando a sus amigos y a sus padres, Harry había presentado a su hermano con los Weasley y ellos lo habían invitado a conversar con ellos, por lo que al poco rato Sirius y Remus se les habían unido mientras Lucius Malfoy iba a conversar con Snape y otros padres de Slytherin.
- "¿Me dejas salir?" - le dijo Jim.
- Siempre que no hagas travesuras - le dijo en voz baja y lo dejó salir de su bolsillo.
Pero una advertencia no le valía al pequeño fénix, era, como le había dicho Hermione, tal como él debió ser de pequeño si no hubiese sido por sus tíos, un travieso sin remedio. Así que Jim se dedicó a volar de mesa en mesa donde hubiese un amigo de Harry revoloteando alrededor de ellos que trataban de atraparlo para que no siguiera despeinándolos.
Snape entrecerró los ojos molesto mirando al "bicho" que volaba por el cielo hechizado del salón cada vez más alto.
- Ese Potter debería aprender a controlar a sus mascotas.
- ¿Ese fénix es de Potter? - dijo Lucius - ellos eligen a los brujos blancos recién iniciados - dijo pensativo.
- Lucius, sabemos bien que es un brujo blanco - le dijo Marius Zabinni, el padre de Blaise - no es raro.
- Es extraño, porque ello significa que el poder que manifestó al vencer al Señor Oscuro es apenas una parte de su magia blanca - le dijo - y creo que está pronta a manifestarse.
Jim fijó su mirada plateada en un lugar debajo de él y se echó en picada hacia la mesa haciendo un vuelo rasante por sobre la mesa volteando los vasos y haciendo saltar a sus ocupantes y luego revoloteó alrededor del profesor de pociones que trataba de atraparlo, pero quien en definitiva lo atrapó fue Lucius Malfoy.
- Dame acá ese... bicho - dijo Snape furioso.
Pero Jim emitió un chillido consiguiendo que el hombre rubio lo soltase y se metió bajo su túnica en el bolsillo donde este guardaba su varita.
- "Harry, ayúdame, Snivellus quiere matarme" - le rogó.
Harry suspiró fastidiado y se acercó a los hombres y le dijo a su futuro suegro que le entregara al polluelo mientras trataba de no reírse de Snape y su túnica de gala bañada en tragos diversos.
- Lo siento, Jim es demasiado intranquilo.
- Debiste dejarlo en tu cuarto - le dijo el profesor molesto.
- De todas maneras hubiese llegado al gran comedor, parece que se le olvida que es un fénix y no se le puede encerrar.
- Otra travesura tonta de ese... bicharraco, y le aseguro, Potter, que le va a ir muy mal - lo amenazó y sacó su varita limpiando su túnica.
- "Snivellus no tiene sentido del humor"
- Podrías tratar de comportarte mejor, Jim, sólo me metes en problemas - lo regañó - ni creas que te voy a andar salvando siempre...
Pero un fuerte ruido y un violento movimiento interrumpieron el regaño del moreno, Harry escuchaba una voz extraña que viajaba en el aire, una voz que estaba seguro sólo él podía escuchar y entender.
- ¡Traidor, vas a morir! - siseaba en parsel viajando a gran velocidad - ¡entrega aquello que no es tuyo! - agregó y Harry sintió la violenta magia negra que atravesaba el gran comedor hacia donde Draco estaba de pie.
- ¡No! - se lanzó contra este evitando que la magia negra lo cogiera por la espalda y sacó su varita sin pensarlo - ¡tempus! - gritó y la magia negra, con la forma de una serpiente basilisco hecha de humo se detuvo en el aire, miró a todos a su alrededor y empujó a Draco hacia su padre y se puso en el camino de la serpiente - finite incantamen - dijo y la magia negra chocó con él.
-¡Harry! - fue el grito de todos sus amigos y una luz dorada como fuego lo rodeó por completo, cuando esta se apagó, ni él ni los Malfoy estaban en el salón.
- ¿Qué pasó? - dijo Seamus - desaparecieron.
- Nadie puede desaparecer en este castillo - le dijo Snape.
- Sólo un verdadero mago blanco - le dijo Dumbledore - he notado que Harry está listo para pasar a ser el aprendiz del mago blanco.
- Pero hace siglos que no nace ninguno - dijo Remus preocupado.
- Una vez cada cien años, nace en la familia del fénix un heredero capaz de usar la gran magia blanca - dijo Firenze mirando el cielo del gran comedor - es sabido que él nació bajo una estrella especial, aún si aquel brujo no lo hubiese perseguido, él tendría el poder necesario para derrotarlo.
- Así que es el aprendiz del Gran brujo blanco - dijo McGonogall - pero ¿a dónde se fueron?

Harry miró a su alrededor sorprendido ¿dónde diablos estaban? Era un lugar extraño y se notaba que no seguían en la escuela, pero era imposible aparecer o desaparecer de la escuela sin que el director hubiese desbloqueado su magia antes. Se sentó en un sillón y miró a los Malfoy, ambos estaban inconscientes y se percató que Jim tironeaba suavemente del cabello de Lucius Malfoy tratando de despertarlo, pero había algo más, era un poco más crecido que lo que lo recordaba.
- Jim, de casualidad ¿sanes dónde estamos?
- "Ni la más remota idea, fue tu magia la que nos trajo aquí"
- Yo sólo quería salir del Gran comedor, quizás uno de ellos pensó en este lugar en ese momento y mi magia nos trajo aquí.
- "Debemos despertarlos"
- Bueno, pero dudo que al señor Malfoy le guste que le tires el cabello.
- "A Lu siempre le ha gustado cuidar mucho su cabello - Harry lo miró muy sorprendido - tal como a Snivellus le gustaba pasársela inventando pociones".
Harry lo levantó con cuidado y lo miró a los ojos asombrado por su nuevo descubrimiento, aquel fénix sabía cosas que había visto sólo en los recuerdos de Snape y que le habían contado tanto su padrino como Remus, él no los había escuchado, por lo tanto sólo podía ser.
- ¿Papá? - susurró mirándolo fijamente.
- "Bueno, si quieres ser auror, estás bien encaminado - se rió - lo fui alguna vez antes que Voldemort destruyera mi cuerpo".
- ¡Por eso le diste vuelta los tragos a Snape! - dijo exaltado - por eso buscaste refugio en Lucius Malfoy ¿verdad?
- "Lo amé, Harry, casi tanto como amé a Lily, si él me hubiese correspondido con la misma intensidad, habría luchado por su amor, pero sabía que no sería feliz a mi lado, su padre lo habría matado antes de permitirnos estar juntos, y Jeremy habría muerto antes de nacer, así que me vi obligado a quitarme de su camino, además, estaba comprometido con Narcisa Black y no me lo había dicho, me sentí usado".
- ¿Nunca le pediste explicaciones?
- "Hubiese sido señal que me importaba y no quería que lo supiera".
- Tanto él como Jeremy tienen derecho a saber la verdad.
- "No le digas nada a ninguno de los dos, creo que Jeremy ya ha descubierto que muchas de las cosas que creía ciertas eran falsas como para que tenga que soportar otra más"
- Snape está sobre su pista ¿te imaginas que lo descubra y se lo diga? Es mejor que alguno de la familia se lo diga y esté preparado para afrontarlo.
- "Bien, cuando regresemos le diré todo lo que pasó, sólo espero que su mal temperamento veela no salga a la superficie o me desplumará"
- Si no fuera por la manera en que llamas a Snape no te habría descubierto.
- "¿Sirius te contó cómo lo apodamos?
- Tuve clases de Occlumency con él - dijo mirando a los dos Malfoy aún inconscientes - y tuve acceso a sus recuerdos, uno en especial, creo que era de cuando estaban en sexto año y lo molestaste.
- "Sirius quería saber si llevaba calzones" - se rió.
- Eras terrible.
- "De todas maneras Snivellus siempre se vengaba poniendo a Lucius en mi contra, le encantaba fastidiarme la vida porque era fácil para mí que los profesores me apreciaran, no tenía tus grandes destrezas, pero conseguí 7 timos, incluido pociones, gracias a Lucius - le acarició el cabello - y era muy bueno en transformaciones y encantamientos, solía hacérselo ver en clases y por eso siempre me acusó de presumido, pero no era cierto, solía practicar en donde hubiese espacio".
- Pero tenían el mapa del merodeador.
- "Pero siempre nos andaba rondando, yo lo molestaba diciendo que nos perseguía porque uno de nosotros le gustaba, pero se enojaba y se iba".
Un ruido los alertó y Draco se sentó en el sillón donde estaba acostado mirando a su alrededor sorprendido antes de fijarse que su padre estaba a su lado y que Harry y el fénix lo miraban preocupados ¿Habría escuchado algo? No, porque no entendía ese idioma, que era herencia de los Potter.
- ¿Te sientes bien Draco?
- ¿Dónde estamos?
- No lo sé, yo no pensé en un lugar específico, así que debiste ser tú o tu padre quien lo hizo.
- No reconozco el lugar - moviendo a su padre para despertarlo - además, estaba demasiado sorprendido para pensar en un lugar específico.
- "Debió ser Lucius, pero el lugar se me hace familiar".
- ¿Cómo llegamos aquí? - dijo el rubio mayor sorprendido y pálido.
- No tengo idea donde estamos, mi magia nos transportó a este lugar porque usted estaba pensando en él ¿verdad?
- Estaba recordando aquellas vacaciones en navidad que pasé con James cuando aquella magia negra nos atacó ¿cómo la detuviste?
- Hablaba parsel, decía que le devolvieran lo que no era suyo.
- "Es donde engendramos a Jeremy - dijo asombrado - aquí nació la traición de Lucius, si me hubiese dicho la verdad desde un principio..."
- Tu fénix está llorando - le señaló Draco preocupado.

(recuerdos)
Lucius caminaba en silencio por el gran comedor, debía vigilar atentamente cuál era la copa de James, no quería equivocarse de secuestrado, esa la única oportunidad que tenía de convencerlo de pasar un tiempo a su lado, pero con esos dos pegotes de por medio, era bastante difícil llegar hasta él, a Pettigrew era fácil intimidarlo, pero como no estaba, no contaba, sólo quedaban Black y Lupin, a no ser que juntara a esos dos, sabía que se traían ganas el uno para el otro, debajo del muérdago, de seguro se olvidaban de James. Suspirando, hizo un encantamiento especial y ellos se quedaron mirando a los ojos, rojos como la grana. Se desentendió de ellos y caminó hacia James y le dio un vaso con ponche con la poción que le había preparado, este, acalorado como estaba, se lo bebió de un trago antes de mirar a quién se lo había dado.
- ¡Lucius! - dijo sorprendido y cayó en sus brazos desmayado.
- Eres mío, mi querido Jim - le besó la frente y lo llevó a su sala común. Esta estaba vacía, muchos de sus compañeros de casa se habían ido a sus casas y los pocos que permanecían en la escuela estaban en el baile, así era más fácil. Lo tomó por la cintura apoyando su cabeza en su hombro, lanzó los polvos flu a las llamas y pensó en el único lugar en donde nadie que no tuviera sangre Malfoy podía llegar.
El viaje había sido bastante calmado, habían llegado sin contratiempos, un poco cubiertos de hollín, pero eso tenía arreglo. Limpió a James y a si mismo antes de comenzar a arreglarlo todo, necesitaba que el lugar despertara la sensualidad de su león, usaría todos sus encantos de Veela y harían el amor de la manera más salvaje que se les pudiera ocurrir.
Ya casi estaba listo cuando escuchó a James quejarse que no veía nada. Se sonrió mirando los anteojos de su amado en su mano, no debía despertar las sospechas de este o no habría oportunidad para tener un juego sensual.
- ¿Dónde diablos estoy? - chilló molesto- Malfoy, sé que estás aquí, tu olor es inconfundible, así que dame mis anteojos.
- Me alegra que me reconozcas por mi aroma, James - le dijo sentándose a su lado entregándole los anteojos - no te enojes, quería estar a solas contigo.
- ¿Y tenías que secuestrarme? - dijo fastidiado poniéndose de pie mirando el lugar - Malfoy, ¿qué es lo que pretendes? - dijo fijándose en el lugar.
- Que dejes de llamarme por mi apellido - le dijo acercándose a él mientras dejaba caer su capa al suelo - y que me des lo que siempre me prometes.
- ¿Estás loco, Malfoy? Sabes perfectamente que yo sólo... - pero un beso acalló sus palabras, era tan dulce esa boca que tantas promesas de amor le había hecho esos meses, que ya no lo soportaba más. Empujó la capa de James y cayó al suelo mientras rodeaba su espalda con los brazos para atraerlo contra su cuerpo - Malfoy, no - trató de negarse pero su cuerpo reaccionaba de otra forma.
- ¿Por qué no, James? - soltó su boca pero sus manos buscaban los botones de la chaqueta para quitársela - te gusta, igual que a mí.
- Debemos aclarar algo primero - trató de soltarse pero perdió el equilibrio al chocarse contra el sillón a sus espaldas - ¡no! - insistió pero Lucius estaba sobre él acariciándolo - por favor, suéltame.
- No me dejas alternativa, James, no voy a permitir que nadie te tenga más que yo - le dijo y cerró los ojos desprendiendo un nuevo aroma - no quería llegar a esto, mi amor, pero si no te tengo pronto, me voy a volver loco.
- Lu... Lucius - gimió sintiendo como le iba quitando la ropa - no debería ser así - dijo tratando de poner un poco de lucidez a su mente afiebrada.
- MI querido Jim - dijo acercándolo a su pecho ahora desnudo para que aspirara realmente su aroma de veela excitado - ya no podrás negarte a ser parte de mí, tal como yo lo soy de ti - lo besó en la boca apasionadamente comenzando un juego de lo más sensual con sus manos...
(Fin recuerdos)

El pequeño fénix se metió en el bolsillo de Harry tratando de tragarse el dolor de los recuerdos que le traía ese lugar, no quería verlo, recordar el dolor posterior a todos esos gratos momentos en que le creyó que lo amaba.
- "Regresemos a Hogwarts" - le pidió con la voz quebrada y Harry asintió mirando a los Malfoy, Draco estaba preocupado, pero su padre parecía estar encerrado en un mundo de recuerdos.
- Debemos regresar a la escuela - les dijo.
- Sí, este lugar tiene demasiados recuerdos que hubiese querido eternizar a su lado - suspiró el mayor - nunca debía traerlo aquí, pero lo amaba.
- "Serpiente mentirosa, sólo querías tener un revolcón con el buscador mas cotizado de Griffindor"
- Bueno, mejor regresamos, deben estar muy preocupados por nosotros, en especial Jeremy - insistió Harry tomando de la mano a Draco que seguía silencioso mirando a su padre - señor Malfoy ¿se quiere quedar aquí?
- No, recordar la felicidad perdida te trae más tristeza - suspiró y puso su mano en el hombro de su hijo.
Harry centró sus pensamientos en regresar al colegio, no estaba muy seguro de cómo habían salido antes, pero estaba seguro que esa era la única manera de regresar. Una luz dorada los rodeó y aparecieron en medio del salón sorprendiendo a todos.
Harry fue abrazado de inmediato por su hermano que escuchó los casi imperceptibles sollozos del fénix, pero no dijo nada, de seguro el pobre animalito había sufrido un trauma allí donde estaban y por eso estaba allí.
- ¿Estás bien, Harry? - le dijo el director preocupado.
- Lo estaré cuando Jeremy me deje respirar - dijo tratando de hacer que lo soltara y este le sonrió arrepentido - no nos pasó nada.
- Pues yo no lo creería, en especial con Jim llorando en tu bolsillo - le dijo Jeremy al oído.
- "Por favor, vamos a dormir ¿sí? - les rogó el ave tratando de calmarse - he tenido un mal día"
- Creo que lo mejor es que mandemos a los jóvenes a sus camas a que descansen mientras averiguamos cómo es que esa magia negra penetró la protección del castillo - dijo McGonogall preocupada.
- Tienes razón Minerva, que los estudiantes se vayan a dormir - ordenó el director y luego volvió a mirar a Harry - vi que escuchaste lo que decía la magia ¿o me equivoco?
- Sí, insistía en que mataría al traidor, que quería que le devolvieran algo que no era de él - miró a Draco - hablaba parsel.
- Sólo una persona aparte de ti lo hablaba - le dijo Snape.
- La magia tenía forma de una serpiente basilisco - le dijo Harry - pequeña en comparación con la de la Cámara de los Secretos, pero igual de fea.
- Esto no me gusta - dijo Snape - si vino con forma de serpiente, es que alguien tiene algo de la magia del Señor oscuro.
- A mí lo que me preocupa es que haya tratado de atacar a Draco - le dijo Harry mirando a su novio - no entiendo.
- Lucius, antes de la batalla final ¿Voldemort te entregó algo?
- No, había comenzado a desconfiar de mí desde que salí de Azkaban, en especial porque había evitado que Bellatrix matara a Potter en la pelea en el ministerio.
- Entonces ¿qué es lo que busca que le devuelvan?
- ¿Quedan Mortifagos libres, señor Malfoy? - le dijo Harry.
- Sólo tres, Bellatrix y Rudolf Lestrange y Balcius Avery - movió la cabeza - Bella erala querida del Señor Oscuro y eso la tenía totalmente loca, nunca reparaba en lo que iba a hacer o sí saldría bien librada de los problemas.
- Esa mujer siempre ha estado loca - le dijo Sirius - amaba el poder desde que era una niña, nunca entendí cómo fue casarse con Lestrange cuando era mucho mayor que ella, pero cuando supe que era Mortifago entendí sus razones, el poder que este tenía y si se mezcló con Voldemort, estará mucho peor, dudo que le haya gustado perder el poder que creía tener.
- Pero existe un problema - dijo McGonogall - sólo la magia blanca puede alterar las barreras mágicas del castillo y la de Harry no se manifestó hasta que vino el ataque de esa magia maligna ¿cómo entró?
- Alguien la trajo oculta dentro del castillo - dijo Hermione - hay alguien, quizás, que quiera vengarse de los Malfoy, tal vez alguna novia despechada fue lo bastante idiota para prestarse para ello.
- ¿A cuántos les has roto el corazón, Draco?
- Bueno, la única a la que podría haberle roto el corazón es a Pansi Parkinson, pero lo dudo, aún antes que termináramos parecía interesada en otro chico, incluso parecía feliz cuando le dije que lo nuestro se había enfriado y que mejor terminábamos.
- Dudo que fuera ella - dijo Harry mirando el salón - yo escuché la voz de la serpiente venir hacia nosotros y ella estaba con su madre en una esquina del salón y la serpiente venía de la puerta principal del salón - suspiró - si pudiera recordar quién estaba allí...
- Bueno, ya hicieron bastante, es mejor que vayan a descansar - dijo Remus preocupado - ya averiguaremos nosotros lo demás, no es necesario que intenten investigar mucho más.
- Pero, ese que atacó a Draco podría intentarlo de nuevo - dijo Harry mirando al rubio - no me quiero quedar sin novio.
- Vamos a tener que hacer una excepción esta noche - dijo Dumbledore - como no puedes ir a dormir a su habitación a Slytherin, serán los Grifindors quienes lo cuiden esta noche - miró al hermano de Harry - supongo que tú también querrás quedarte esta noche.
- Claro que sí, me haré cargo de cuidarlos - asintió y se los llevó a la torre abrazándolos con cariño.

(Recuerdos)
Era la enésima mañana que se despertaba con semejante malestar y devolvía hasta la comida del día anterior, no lo entendía ¿a qué se debía todo aquello? Estaba comiendo sano por recomendación de Lily, ella, tan dulce, lo había descubierto vomitando y se había auto nombrado su enfermera, pero de la nada se mareaba, algunos olores lo ponían de cabeza y para qué hablar de subirse a una escoba, si medio despegaba del suelo y sentía que el mundo le daba vueltas ¿cómo se suponía que iba a buscar la Snitch si no podía alejarse del suelo?
- Estás muy pálido, Potter - se burló Snape a su lado - me dicen que te mareas al subirte a una escoba ¿es cierto?
- Vete al infierno, Snivellus - le dijo molesto.
- Te voy a... - empezó a amenazarlo con su varita.
- James, al fin te encuentro - le dijo Lily - baja esa varita, Snape - le dijo obligándolo a bajarla - vamos, cariño, tengo algo especial para ti.
- Claro, Lily, lo que tú quieras darme, será un placer para mí - le sonrió.
Caminaron un poco y escucharon voces femeninas acercándose mientras se reían, James las conocía bien, eran las primas de Sirius, Narcisa y Bellatrix Black, las detestaba por intrigantes.
- ¿En serio que Lucius te pidió que te casaras con él? - dijo Bella riendo.
- Sabes que desde pequeños nuestros padres nos comprometieron, pero ahora ha sido él quien me lo ha pedido formalmente, es tan lindo, nos casaremos cuando termine el año, serás mi madrina ¿verdad? - se rió.
James sintió que el mundo se detenía a su alrededor, ahora entendía por qué el rubio le hacía el quite desde que regresaron, el maldito había estado jugando con sus sentimientos, pero nadie se atrevía a jugar con un Griffindor, esa serpiente iba a pagar muy caro por ello.
- Lily, tengo que decirte algo, pero no aquí - la abrazó encaminándola hacia el lago - no quiero que nadie más lo sepa.
- ¿Adónde vas, James?
- No te importa, Malfoy - le replicó - y no recuerdo haberte dado permiso para llamarme por mi nombre.
- ¿Desde cuando estás tan distante conmigo, Leoncito?
- Mira, serpiente ponzoñosa, no tengo por qué darte explicaciones a ti, no somos ni amigos - le replicó - vamos, Lily, hay cosas mejores que hacer.
James notó la ira en los ojos del rubio pero siguió su camino, el maldito quería jugar a dos bandas y de seguro iba a chantajearlo para conservarlo, pero no le iba a dar ocasión, ella y sus amigos lo sabrían cuanto antes y lo ayudarían a vengarse.
- ¿Qué pasa, James? Antes le coqueteabas descaradamente.
- Esa serpiente asquerosa me secuestró en navidad - suspiró - y consiguió lo que quería, que me acostara con él, pero se le olvidó mencionar que estaba comprometido y tontamente le creí que me amaba.
- ¡Oh, James! - lo abrazó.
- Tú las escuchaste hace un rato ¿cómo puedo evitar que se case con ella si sus padres están de acuerdo? Por mucho que yo sea un "sangre limpia" jamás me aceptarían por ser un Griffindor.
- No te preocupes, James, ni yo ni el resto de los merodeadores dejaremos que te haga daño, te lo prometo - le besó en los labios.
- Vaya, vaya, así que aquí están los palomos - dijo una voz sarcástica.
- Snivellus - dijo James fastidiado - ¿qué tengo que hacer para que me dejes de perseguirme? ¿No será acaso que soy yo el que te gusta?
- James, me lo prometiste en Navidad - lo regañó Lily.
- Si, perdona, soy un prometido muy olvidadizo.
- A la próxima te lo voy a recordar de un golpe - le dijo juguetona y James sonrió ampliamente.
- De acuerdo, fiera, no será necesario, lo recordaré sin que me golpees.
- Así que están comprometidos ¿Y se puede saber desde cuando?
- ¿Y qué te importa? - le replicó el moreno - más que serpiente, pareces sapo - tomó de la mano a Lily - pero si tanto quieres saberlo, desde Navidad - y se fueron rumbo a su sala común a buscar al resto de los merodeadores.
(Fin recuerdos)

Jim se recostó sobre la almohada de Harry junto a la cabeza de Jeremy, no entendía cómo había sido que Colagusano no lo había traicionado con eso también, después de todo, decirle a Malfoy de su hijo era menos grave que entregarle su paradero a Voldemort, De todas maneras, a eso si le había sido fiel a su palabra, claro, era tan rastrero y aquello no le iba a proporcionar ninguna satisfacción, ni poder, ni dinero.
- ¿Estás bien, Jim? - le dijo Harry en un susurro acariciando su cabeza.
- "Si, sólo fue el lugar que me trajo recuerdos que ahora no son agradables".
- No pretendí entristecerte, lo siento.
- Harry, duérmete - le dijo Jeremy - y tú también, Draco.
- Hubiese preferido quedar al lado de Harry - se quejó este.
- No de chiste, así que ahora se duermen los dos y ni intenten pasarse por encima de mí o uno de los dos terminará durmiendo en uno de los sofás de la sala común ¿entendieron?
- Tal vez debiera dormir con Ron - dijo Harry.
- No - le dijo Draco celoso.
- Si, es cierto, no duerme tranquilo y ronca mucho.
- Harry ¿quieren callarse? - les dijo Seamus molesto.
- Lo siento - le dijo y se acomodó a dormir apoyado sobre el hombro derecho de su hermano aún preocupado por lo de la magia negra y que la cicatriz había vuelto a dolerle cuando no debiera ¿acaso no había destruido a Voldemort luego de aquella batalla?
- "Descansa, Harry, la verdad siempre sale a la luz"

Continuará...

Espero que ahora sí me dejen comentarios, aunque sólo sea para señalarme que están leyendo la historia.
Me he visto obligada a poner cuando son recuerdos ya que a veces las marcas del texto se pierden y no tengo paciencia de estarlos corrigiendo uno a uno, y ya me habían dicho que se confunden con eso.
Bueno, quiero comentarios ¡por favor!
Shio Chang.

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