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Unexpected wedding por MireBranginski

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo bellezas!(?) Aquí otro aburrido capitulo(?) Bueno, no sé si lo sea por que esta vez le puse más salseao('?) Este capitulo esmuy, muy largo(?) -Almenos unas +1500 palabras -Segun yo:uu 

Y Esta ves hasy lemon -¡Yuju!(?)- Como había dich antes(?) Es de las poquisimas veces que yo escribo algo así así que en verdad no sé si sea bueno, pero se hace lo que se puede(?) 

Ehm, muchas gracias a las personitas que dejan sus beshos reviews

Esta vez si hay capitulo con prussia

Y ya dejando la chachara de lado(?) Cmencemos con el capitulo(?)

Prussia

El  viaje había sido corto y aun no encontraba el valor suficiente para mirar a la cara a Hungría y decirle todo lo que siento. Me encontraba escondido detrás de un muro de la casa de Austria, mirándola barrer con su típico vestido verde ¿Cómo pudo ser que me enamorara tan locamente ella? No lo tenía claro, ¿Cómo un ser tan grandioso como yo puede caer en algo tan bajo como lo es el “amor”? No tenía idea, pero supongo que era inevitable, aunque ella siguiese pensando que era un hombre y en algún momento le brotaría el pene, yo seguiría amándola, por que este es mi destino y me gusta. Me gusta ella, me gusta este sentimiento, me gusta en verdad.

Elizabeta tarareaba alguna alegre canción al compas de la escoba en movimiento que tenía entre las manos.  Mi mirada no se concentraba en otra cosa que no fuera su presencia. Debía decirle todo de una vez pero mi corazón amenazaba con salir de mi pecho con cualquier movimiento en falso. Mi respiración se agitaba cada vez más y mis pensamientos no eran claros.

Debía actuar, dejar atrás todo y hablar. Debía hacerlo, pero no sabía como.

En algún momento, mientras luchaba arduamente contra mi alocada mente, Hungría había notado mi presencia y se acercaba a pasos apresurados a mi ubicación. Mi cuerpo se helo sin poder moverse, mis mejillas adían y mi cabeza estaba a punto de estallar.

-¿Hace cuanto estas ahí, Gilbert?- Se detuvo frente a mi con una expresión confundida y con una pizca de perturbación en la mirada -¿Me espiabas? ¿Cuándo se te quitará esa costumbre?- Suspiro.

“Algo. Dí algo, Gilbert. El awesome-yo no puede quedarse como idiota solo mirando ¡Muestra valor!” me alentaba a mi mismo en un intentó inútil por tomar coraje. -¿Espiar, Yo? ¿Por quien me tomas? No soy ningún imbécil americano que se dedica a espiar a todo el mundo 24/7.-Reí falsamente intentando calmarme. Parecía demasiado sospechoso para que alguien me tomase en serio pero en cambio, Hungria río despreocupada ante mi ultimo “chiste”. Dicha reacción me causo impresión pero era verdad que ello era una de las cualidades que me gustaban de ella.

-¿Hablas en serio?- Decía entre carcajadas secando una lagrima que caía causa de las risotadas. –De acuerdo, ¿Quieres entrar?- Sonrío al terminar aquella pregunta.

-Esta bien. –Asentí viendo una oportunidad para por fin hablar claramente. Mientras me prometía mentalmente que no lo estropearía y actuaría como el grandioso hombre que soy.

Entramos despreocupados al gran living donde ya habían algunas galletas esperándonos ¿Esperándonos? ¡Claro! Ella sabía que al gran ore-sama no le gusta esperar. ¡Que persuasiva!

Nos sentamos cómodamente uno frente al otro y sin decir nada, tan solo apartamos la mirada. El silencio nos inundó por algún tiempo aunque no se podría decir que era un silencio incómodo.

Comencé a hablar. A final de cuentas a eso se debía la visita. –Así que el señorito podrido y tu se casan.- Solté dolorosamente en un intento romper el hielo.

-Si…- asintió entre balbuceos tan silenciosos que casi no podía escuchar.

-Estas feliz con eso, ¿cierto?- Las palabras amenazaban con ahogarme antes de ser forzadas a salir pero estaba obligado a actuar, de la manera que fuese. La húngara me miraba preguntando si aquello había sido en verdad, pero solo pude corresponder con determinación en la mirada que le devolvía. 

-Hace tanto tiempo que estoy junto a Roderich que decir que no lo quiero sería una mentira. A decir verdad, le eh tomado demasiado cariño.- Mi expresión inmediatamente cambio a una de asombro, preocupación y tristeza. Estaba a punto de reprochar, estaba listo para ello cuando Elizabeta continuo impidiéndome decir nada. –Pero, -Se apresuró a decir. –Mi amor por el es diferente. Nunca lo eh visto como algo más que un preciado amigo y no comenzare a hacerlo ahora.-Termino para mirarme con una sonrisa fingida. En su mirada había tristeza, más de la que podría haber imaginado.

Inmediatamente me pose frente a ella, de rodillas mirándola a los ojos y tomándole ambas manos.

-No te cases. –Solté repentinamente. –No te cases con El señorito, ¡Cásate conmigo!- Eso no estaba en el plan. Nunca lo estuvo. Y al notar mi repentina declaración mis mejillas comenzaron a arder y tomaron un claro color carmesí.

-Eh esperado por ello hace tanto. –Me sonrío. –Pero es imposible. El matrimonio ya fue arreglado por nuestros superiores. Si hiciéramos algo como eso, nada saldría bien. No nos dejarían permanecer juntos. –Mi propuesta fue inesperada y yo no había pensado bien la situación, era cierto lo que decía pero tampoco podía permitir aquello. –Lo siento. –Algunas lagrimas comenzaron a caer por el rostro de la húngara al decir aquello. Me acerque más a su rostro secando delicadamente sus mejillas y depositando un breve beso sobre sus labios para después abrazarla.

 

Suiza

Ardían.

Sus cuerpos ardía en una apasionada busqueda por el otro.

El castaño tocaba sin delicadeza alguna cada rincón del cuerpo del rubio. Era cierto que estaba preparado para algo como eso pero nunca habría pensado que su amado cediese tan fácilmente, solo quería llegar lo más rápido posible al éxtasis y a la vez disfrutarlo lentamente.

Sus labios se encontraban en una increíble danza lo suficientemente coordinada que solo se separaban unos pocos segundos para tomar el oxígeno suficiente y volver al acto.

Las manos del autriaco eran calidas. No se podría decir con exactitud el porque, pero quizá se debía a la pasada pieza musical que el castaño había compuesto y tocado sin chistar y sin siquiera presar atención a la partitura. Aquello era normal en él, estaba tan acostumbrado a la música que no necesitaba de ello.

El miembro erecto del suizo era masajeado rápidamente y con elegancia por el más alto. Eso era algo único en él, incluso en el acto sexual, hacía todo con elegancia y aquello era causa de constantes burlas por parte del más pequeño aunque a decir verdad, era una de las cualidades que le excitaban.

El castaño comenzó a juguetear con los pezones lamiéndolos y de vez en cuando mordiendo suavemente a la vez que sus juguetonas manos masturbaban el tallo del miembro del rubio con rapidez. Dichos actos estaban siendo disfrutados por el de cabellos claros ya que solo daba como respuesta leves gemidos de placer y en contadas ocasiones murmurando por más.

El cuerpo del más pequeño fue repleto por un repentino escalofrío pues de la nada la punta de su descubierto miembro fue llenada de besos por parte del más alto, ek cual le inspeccionaba con una mirada lasciva. Una sonrisa apareció en el rostro del austriaco antes de que este llenara de manera rápida su boca entera con la erección de su amante.

-…Mhg, Vas muy rápido, roderich.- Gemía el suizo. No recordaba el acto sexual con su amado tan salvajemente bueno. Y a decir verdad, podría acostumbrarse a ello. Una repentina visión de una sesión de sexo cada noche y despertar rodeado por los brazos del austríaco lleno su mente pero rápidamente se esfumo reemplazada por la imagen de la húngara.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una sensación muy conocida. Algo amenazaba por salir en instantes sin que nadie pudiese evitarlo. –Me voy a correr-Alcanzó a decir antes de llegar al éxtasis y llenar el rostro del castaño y las mantas de la cama de una sustancia viscosa de color blanca que brotaba de el.

Recibió una mirada seductora por parte del más alto a la vez que este se llevaba dos de sus dedos a la boca mojándolos completamente, tal acto no logro más que poner la cabeza el mundo del rubio, podía sentir como toda la sangre de su cuerpo se concentraba en  su rostro provocando un increíble sonrojo. Sus labios fueron rápidamente aprisionados por los contrarios a la vez que el primer dedo del más Austriaco amenazaba por entrar en la apretujada entrada. El suizo tomó al castaño por la cabeza aferrandse a sus rebeldes cabellos.

Un segundo dedo entró al poco tiempo haciendo algunos movimientos estilo tijera.

-Voy a entrar.- dijo por fin el de cabellos oscuros una vez que la rosada parte de la anatomía fue preparada. El más bajo se limitó a asentir y cubrir sus ojos con ambas manos en un acto de vergüenza, hacía tanto que no estaban de  esa manera que ahora le avergonzaba lo ridículo que podría lucir frente a la persona que tanto amaba. Lentamente el  miembro del más alto fue introducido por la ya mencionada entrada. –Estoy dentro.- Dijo más para sí el austriaco con un suspiro y una ligera sonrisa en los labios. Al poco tiempo los movimientos fueron tomando ritmo por ambos chicos. –Te amo, Vash.- Murmuró junto al oído del rubio provocando que su sonrojo aumentara pero también ocasionando que el  improvisado escondite fuese desecho y sus brazos se colocaran sobre los hombros del castaño. 

Notas finales:

Bueno, no sé que tal estuvo el cap. pero en verdad le puse empeño

También quiero promocionar otro ff(??) -Hace mucho quería escribir Spamano y quería escribir algo dramático y muy muy meloso:u So, Me haría feliz que le echaran una ojeada(?) -Igual lo acabo de subir hoy :u -El link para que lo chequen(?)http://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=159474#sthash.nQGCw8Wv.dpbs

-No sé como funcione el BBcode aquí

Ah, si, por ultimo, este capitulo es, aprximadamente(?), el triple de largo que lo usual, y bueno, es como una compenzacion por la tardanza(?)¡Besos, criaturas guapass! ;3;  


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