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Promesas de alcoba por Haruka Eastwood

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Sabaku No Gaara Pov


Me sentía demasiado afligido, por lo que tras cruzar la puerta deje salir libremente mis lágrimas, no tenía ni idea de adonde ir, ya que siempre me traía Itachi en su auto, pero ahora me doy cuenta que todo parecía un laberinto si andaba a pie.


En cuanto estuve fuera de la residencia Uchiha tome mi móvil dispuesto a marcarle a un taxi, aunque pensándolo bien, nunca le pregunte la dirección exacta de su casa. Una amarga sonrisa se formó en mi rostro y es que Mikoto tenía toda la razón, no nos conocemos lo suficiente, hay tantas cosas que no sabemos de nosotros mismo…


«Que idiota soy»


Me digo a mi mismo comenzando a caminar sin rumbo fijo, al menos esperaba ver una avenida principal o algo que me dijera exactamente donde estoy, ya que ir a preguntar estaba descartado, puesto que estas calles están completamente vacías, pero es lógico ya que pasan de las once de la noche. 


Después de un rato caminando sin rumbo fijo me detengo recargándome en una pared, abrazándome a mí mismo ya que una corriente de aire frio me ha hecho tiritar levemente. Al menos ya tengo una idea de donde me encuentro, por lo que saco el móvil para pedir el taxi pero me quedo helado al ver que la batería se ha acabado y tampoco hay cerca un teléfono de monedas.


—Realmente genial —ironizo cansado, dejándome caer por la pared hasta el suelo, quedándome en la misma posición lo que parece ser una eternidad. Al menos traigo suficiente dinero para quedarme en un hotel, toca llamar a Sakura y explicarle todo para que no se preocupe… o puede que termine pidiendo un taxi desde ahí, da igual.


Deslizo las manos por mi rostro, sintiéndome un tanto desesperado, pero tras un gran suspiro me levanto sacudiéndome el pantalón, dejando escapar el aíre de mis pulmones como si con eso me sintiera mejor, aunque muy dentro de mi quiero que eso suceda.


Un poco más tranquilo comencé a caminar, ya que tres calles más adelante se encontraba un pequeño hotel, pero el ruido de unas fuertes pisadas me erizaron la piel, temeroso voltee pensando lo peor debido a que estas calles suelen ser bastante peligrosas de noche, sobre todo para alguien solo como yo, por lo que internamente rogaba a que fuera solo mi imaginación. En cuanto lo he hecho siento como unos fuertes brazos me aprisionan contra su cuerpo, impidiéndome cualquier movimiento.


—¡Suéltame!


Forcejeo un poco, sopesando la idea de gritar lo más fuerte que pueda para pedir ayuda, sin embargo me detengo al percibir aquella colonia que tan bien conocía, por lo que confundido levanto con temor la mirada, observando el rostro afligido de Itachi y como si le aliviara el verme me vuelve a apretujar entre sus brazos, escondiendo su cara entre mi cuello, mientras siento como su acelerada respiración se va calmando.


—No vuelvas a hacerme esto —pide separándose un poco de mí, observándome con esos encantadores ojos negros.


No tengo ni idea de a que se refiere, por lo que coloco mis manos sobre su pecho, apartándolo un poco más, doy un paso hacia atrás y con una expresión seria enfrente su penetrante mirada.


—Itachi yo…


—No digas nada —musita colocando un dedo sobre mis labios—. Estaba muy preocupado al no verte, sobre todo cuando Sasuke me ha dicho que te marchaste sin decir nada más. Incluso he llamado a Sakura… realmente no sabes lo mucho que me preocupaste cuando me ha dicho que aún no llegabas…


—No quería ser una molestia —me apresure a decirle, pero contrario a lo que pensé me miró un poco enfadado, por lo que continúe antes de que me interrumpiera—. Tu madre tiene razón… no nos conocemos, ni siquiera fui capaz de pedir un taxi para regresar a casa porque no tengo tu dirección… no sé qué te gusta, que te molesta… tus pasatiempos, lo que quieres… nada. Hay momentos en que siento que somos extraños, pero en otros creo conocerte de toda la vida.


Frustrado por todo baje la cabeza clavándome las uñas en la palma de la mano, pero su dedo sobre mi barbilla me obligo a levantar la vista. Mi mente divaga cuando mi mirada se centra en la suya, sonrojándome en cuanto vi esa cálida y tierna sonrisa.


Muchas veces me pregunto cómo es que un hombre como Itachi Uchiha pudo fijarse en alguien como yo, incluso es ilógico, comparable solo con un sueño, pero cuando sus labios se posan sobre los míos me hace regresar a mi realidad, una donde se encuentra él y en la cual quiero permanecer siempre.


Su beso es lento, suave y prolongado, por lo que solo me dejo llevar, entregándome a la sensación del momento, una tan reconfortante que me hace sentir muy bien, su húmeda lengua delinea mis labios con suavidad pidiendo permiso para invadir mi boca, por lo que sin pensarlo separo los labios recibiendo a la intrusa con gusto, misma que masajea mi lengua de forma deliciosa haciéndome soltar un vergonzoso gemido que es ahogado entre nuestras bocas.


—Privada Amateratsu #145, cerca de avenida Tsukiyomi —dice en cuanto nos hemos separado del beso, un tanto extrañado le miro confuso, pero su voz hace que guarde silencio—. Me gusta la filosofía, la música clásica y la literatura renacentista, no soporto que me mientan ni a las personas hipócritas, mis pasatiempos son escalar montañas, saltar en paracaídas y en general toda clase de deportes extremos y quiero tener una familia a tu lado… porque te amo.


Me sonrojo en sobremanera con lo último, mientras una amplia sonrisa se formaba en mis labios al momento de enredar mis brazos sobre su cuello robándole un demandante beso que no tarda en corresponder.


—Yo también te amo… —musito sobre sus labios, antes de separarme y esconder mi rostro en su pecho—. Lamento todo… realmente no quería provocar una pelea entre tú y tu mamá.


—No te preocupes por eso —frota mi espalda suavemente logrando que me relaje—. Simplemente se sorprendió, pero sé que pronto estará encantada con la idea. Hay que darle tiempo.


—No lo sé, Itachi.


—Shh —coloca un dedo sobre mis labios, dándome un beso en la frente—. Todo estará bien, ¿de acuerdo? —asiento lentamente aunque no muy convencido, aun así esboza una ligera sonrisa al momento de unir su frente con la mía—. Mejor vamos al hotel que está aquí cerca —susurra contra mis labios dándome un corto beso.


A pesar de que intento mantener una expresión seria los colores se me suben al rostro y el corazón me palpita aceleradamente, son de esos incómodos momentos en que no sabes que decir, ya que una parte de mi si quiere pero la otra… la otra simplemente tiene miedo. Contengo el aliento dando un paso hacia atrás, y desvió la mirada un poco observándolo de soslayo.


—Yo… yo no… —balbuceo más que avergonzado, algo muy raro en mí, pero extrañamente él me mira confundido para luego sonrojarse y comenzar a toser. Preocupado lo observo pero ahora él es quien desvía la mirada.


—Como no te vi, salí rápidamente de casa dejando el carro y comencé a caminar buscándote porque era peligroso que anduvieras tu solo y llame a Sakura pero me dijo que aún no llegabas, por lo que me preocupe y ya es muy tarde para pedir un taxi y también muy peligroso y… —comencé a reír por lo rápido que hablaba, sin mencionar los múltiples “Y” para expresarse.


Fue algo muy curioso, al mismo tiempo cómico ver a alguien tan serio como Itachi sonrojarse y hablar de esa forma, por lo que ya no mencione nada, tan solo me deje guiar por él al pequeño hotel que estaba a un par de calles de nosotros, ciertamente no eran horas para pedir un taxi, mucho menos para regresar caminando a su casa.


Al llegar nos recibió amablemente un señor, aunque yo mantenía la mirada gacha, ya que por alguna razón me daba vergüenza estar aquí con Itachi a pesar de que solo veníamos a pasar la noche durmiendo y mañana a primera hora nos marcharíamos, cada quien a su respectiva casa. Para mi tranquilidad pidió dos habitaciones, pero sentí que mi corazón se detendría cuando el encargado le dijo que solo tenía una disponible, la cual terminó aceptando, en ese momento deje de escuchar e internamente rogaba que aquel cuarto tuviera dos camas.


No es que me desagradara la compañía de Itachi, al contrario, me gustaba mucho estar con él. Simplemente es que todo iba muy rápido, de hecho ya era demasiado para mí dormir en la misma habitación a tan solo pocos meses de conocernos, aunque no íbamos a hacer nada “inadecuado” me sentía intranquilo.


Cuando abrió la puerta invitándome a pasar los colores se me subieron al rostro (de nuevo) al ver la enorme cama al centro del cuarto, por lo que inhale y exhale intentando parecer relajado y tranquilo, como si no pasara nada aunque por dentro era un caos de magnitud monumental.


—Será mejor que llame a Sakura para que no se preocupe —murmuró sentándose en el sofá que se encontraba en un extremo de cuarto. Su semblante lucia tan sereno que me hacía sentir aún más nervioso, sin embargo me esforzaba por mantener una expresión tranquila—. Sakura… si, no tienes que preocuparte. Claro… —mientras hablaba no podía evitar mirarlo.


¡Joder! ¿Por qué rayos se tenía que verse tan bien? Mi mirada no se apartaba del sutil movimiento que hacía para aflojarse la corbata con sus finos y largos dedos. Demasiado elegante y erótico a la vez, que no pude evitar separar los labios dejando que un suave jadeo se escapara de ellos, al verle desabrocharse los primeros botones de la camisa y quitarse el saco, todo sin perder la concentración de lo que hablaba con Sakura.


Trague saliva parpadeando rápidamente para despejar esos pensamientos extraños, mirándolo nuevamente note que me observaba con una sonrisa tranquila, por lo que sin pensarlo me fui a encerrar en el baño, escuchando su aterciopelada voz comentándole a Sakura que estaba “indispuesto”, pero que no se preocupara de nada.


Nunca me había pasado algo similar, normalmente era yo el que se controlaba en todos los aspectos (sobre todo en los pervertidos), pero con Itachi eso era muy difícil, así que para distraerme y refrescarme me lave el rostro con abundante agua fría, por lo que cuando salí me encontré con mi flamante novio recostado sobre el sofá con una mano cubriendo sus ojos. Lucia preocupado, por lo que sigilosamente me acerque a él acariciando su cabello.


—¿Te encuentras bien? —Pregunte sin detener los mimos sobre su cabeza.


—Sí —respondió incorporándose un poco, lo suficiente para rodear mi cintura con su brazo y hacer que me sentara en su regazo—. Deberíamos dormir —murmuró contra mis labios, dándome un suave beso—, tú te quedas en la cama y yo en el sofá, ¿de acuerdo?


—No me molesta —susurre desviando un poco la mirada—, es incómodo dormir en el sofá… así que podemos compartir cama —sentía que con cada palabra mi voz era menos audible, aun así logre distinguir la preciosa sonrisa de Itachi, esa que rara vez adornaban su rostro.


—¿Estás seguro?


—Sí… no hay problema.


Internamente me maldecía, pero tampoco podía hacer que durmiera en el sofá, después de todo la cama era lo bastante grande y sigo firme en mi idea de que solo dormiremos, por lo que no le veo ningún inconveniente, bueno a excepción de la posible negativa de Itachi, pero para mi sorpresa acepto seguido de darme un beso. Mi corazón latía como loco, aun así me relaje todo lo que pude yendo hasta la cama, me senté en la orilla y me quite los zapatos, después el suéter, para estar más cómodo y me metí entre las sabanas, dándole la espalda a Itachi.


A los pocos minutos sentí un peso extra hundir el otro extremo del colchón, a la par que mis manos temblaban. Era estúpido mi comportamiento, sin embargo no lo podía evitar, ya que una parte de este hombre me intimida y la otra me atrae como polilla hacia la luz, todo por partes iguales, es como si me hipnotizara y atrapara, simplemente es algo extraño.


—Gaara… —articuló con suavidad, pero me mantuve en silencio esperando a que continuara—, lamento todo el alboroto, siento que lo arruine…


Incrédulo me voltee viéndolo directamente, su mirada se mantenía fija en el blanco techo. Me dio el presentimiento de que parecía afligido, por lo que instintivamente me acerque a él, rodeándolo con el brazo, sintiendo su calor que me era tan reconfortante junto a ese encantador aroma a colonia que tanto me encanta. Busque acomodarme junto a él usando su brazo de almohada, sin dejar de abrazarle.


—Eso ya no importa —musite escondiéndome bajo las cobijas—. Solo… quédate a mi lado.


Su cuerpo se giró rodeándome por completo, beso mis cabellos mientras susurraba: «Siempre estaré a tu lado». En ese instantes me sentía plenamente feliz, de hecho no recordaba algún momento de mi pasado en donde hubiese sentido algo similar a lo que sentía en estos momentos, no eran simplemente las palabras, eran sus acciones, todo en el me hacía sentir seguro y protegido, por lo que mi cuerpo se relajó y me permití cerrar los ojos escuchando el suave latir del corazón de Itachi.


Curiosamente a la mañana siguiente evite observarlo a la cara, tan solo me daba vergüenza hacerlo y él lo único que hacía era reírse de eso, por lo que no pude evitar golpearle el hombro cuando ha soltado una fuerte carcajada que termino por hacerme reír con él.


Tras el “incidente”, nombre con el que he llamado a mi singular mañana, conversamos un poco, nos arreglamos y antes de dejarme en casa me invitó a desayunar prometiendo que me llamaría después, tan solo le vi marcharse con una sonrisa en el rostro, pero cuando he cerrado la puerta Sakura ha aparecido como fantasma con la clara intención de iniciar un interrogatorio, pero cuando le he contado que paso dejo de lado todo y se concentró en mi estadía en el hotel.


—Cuéntame —sonrió con malicia, tomándome de los hombros—. Y quiero todos los detalles sucios.


Eso último no me lo espere, pero a pesar de que le explique que no pasó nada y que solo dormí abrazado a Itachi no me creyó, probablemente piensa que todos somos unos pervertidos como ella y que no puedo pasar un rato a solas con mi novio en un hotel, en la noche… bueno, no es creíble, pero al final simplemente no pasó nada.


Por un momento me pregunte si quería que algo más pasara, pero la realidad es que aún no estaba listo, seguía sintiendo cierta inseguridad, después de todo no habría prisa por hacerlo, “ya llegara el momento”, me dije al salir del baño, poniéndome algo más cómodo, ya que planeaba visitar la casa de Sai.


Continuará…

Notas finales:

Mil gracias por leer~♥

Haruka Eastwood


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