Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesas de alcoba por Haruka Eastwood

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sabaku No Gaara Pov

Siempre he creído que la suerte no existe, más bien todo pasa por algo en la vida y si eres feliz es porque te lo has ganado, sin embargo todo puede mejorar en cuanto te lo propongas, aunque hay veces que ya no sé ni que pensar, porque no importa cuánto desee ser feliz, siempre hay algo que me impide serlo y sinceramente llega el punto en que me arto de todo…

Lentamente abro los ojos y lo primero que veo son dos pozos verdes que me miran intensamente, aun así es fácil notar la preocupación en ellos. Me siento desorientado y aturdido, más bien diría que un poco perdido, no alcanzo a razonar donde es que me encuentro ya que todo es demasiado confuso, sin embargo el cuerpo me duele horrores, tanto que no quiero ni pretendo moverme por un buen rato.

—Estaba tan preocupada —exclama Sakura soltando un jadeo al momento de abrazarse delicadamente a mi comenzando a sollozar.

No hago nada por apartarla, simplemente le permito permanecer así, sintiendo los espasmos de su cuerpo ante su suave llanto, y es que no entiendo ¿Por qué llora? Venga que no ha pasado nada… al menos eso pienso en los siguientes treinta segundos antes de que los recuerdos asalten mi mente.

—Sakura… —le llamo asustado y ella lo nota por lo que se separa de mi observándome. Limpia sus lágrimas poniendo una expresión de completa seriedad por lo que automáticamente mi cuerpo se tensa, no sé si quiero preguntar, mejor dicho, temo a la respuesta—. Mi bebé… ¿cómo está mi bebé?

Balbuceo dubitativo, se nota, la voz me tiembla por unos segundos, al igual que mi labio inferior antes de verla dedicarme una sonrisa.

—Todo está bien —coloca su mano sobre la mía, la cual la he llevado inconscientemente a mi vientre, acariciando la leve curvatura que apenas se va formando—, le has protegido.

Siento mi vista nublarse a causa de las lágrimas, y no hago más que agradecer mentalmente a que mi amado bebé está bien. Rápidamente observo a mi alrededor viendo el pequeño cuarto de hospital en el que me encuentro, estoy seguro que Sakura me trajo, pero ¿cómo lo hizo, cuando?

—No entiendo, ¿qué paso?

Sakura suspira sentándose en el borde de la pequeña cama.

—Ayer en la tarde que me mandaste el mensaje, iba de salida a comprar algunas cosas, pero la curiosidad pudo más que mi despensa vacía —suelta una risilla por lo que hago lo mismo—. Termine yendo hacía tu casa, pero por el camino me detuve a comprarte un trozo del pastel que tanto querías, así que demore más de lo normal. Estaba a un par de casas cuando vi salir a tu padre hecho una fiera, pateando todo lo que se le pusiera enfrente, e iba tan enojado que ni siquiera cerró la puerta —su mandíbula se aprieta e incluso la escucho rechinar los dientes del enojo—. En fin, resulta que entre llamándote pero no me contestabas, lo cual se me hizo muy raro, corrí a tu habitación y te encontré tirado en el suelo hecho bolita sujetando tu vientre y a un lado los papeles que confirman tu embarazo… no fue muy difícil hacerme una idea de lo que ese bastardo te hizo.

—Gracias.

—No agradezcas, ahora todo lo que importa es que estas bien.

Le miro agradecido y ella vuelve a abrazarme con mucha delicadeza.

—No quiero volver a casa —murmuro contra su cuello.

—No tienes por qué hacerlo —se separa viéndome a los ojos—. No te enojes… pero en cuanto me dijeron que estabas fuera de peligro regrese a tu casa y saque tus cosas y… las lleve a mi casa. ¡No iba a permitir que algo como esto se repita!

—Eres la mejor…

Solo estuve ahí un día más, lo cual agradezco ya que lo mío no son los hospitales, siento que la gente se enferma más ahí, en fin, cuando salí se me hizo un tanto extraño dirigirme directamente a la casa de Sakura. Vaya, que nunca me imaginé venir a vivir aquí. Es amplia y muy acogedora, de hecho me gustaba pasar la mayor parte del tiempo con ella, por desgracia tenía que volver a “mi hogar”.

Pero ahora era diferente, me había preparado una habitación especial para mí, sorprendiéndome al ver absolutamente todas mis cosas ahí perfectamente acomodadas, incluso había traído las fotos de mi madre y hermanos que guardaba en mi pequeño armario, y es que Sakura realmente me conocía, lo que si me dio un poco de vergüenza es que también acomodara mi topa interior, más porque la mayoría tienen estampado de ositos, mapaches, ranas, en fin, se podrían considerar sumamente infantiles.

Muevo lentamente la cabeza y me aproximo a la cama recostándome un poco, mirando el techo, el cual tiene un color durazno, bastante cálido a mi parecer.

—¿Gaara? —la escucho llamarme desde el marco de la puerta, por lo que volteo a verla curioso—. Se me olvidaba decirte que te ha marcado un tal Itachi y se me salió decirle que estabas en el hospital, insistió en verte pero le he dicho que no para luego colgarle… —agacha la mirada—, como nunca te escuche hablar de él, no sabía si decirle, lo malo es que estuvo marcando sin parar y al final termine por apagar el celular. ¡Lo siento si era importante!

En estos momentos no puedo verme, pero no hay duda que estoy sonrojado a niveles extremos, ya que sinceramente no creí que me llamara, mucho  menos en que se interesaría por saber si estoy bien. Lo admito, fue más que agradable convivir con él, pero yo no soy nada atractivo, vaya, tan solo me considere una mínima distracción en un momento difícil, por lo que intrigado recibo el celular que Sakura me entrega.

—No importa —digo y ella parece aliviada.

¡Santo cielo! Nunca espere tener tantos mensajes de alguien, sesenta y dos llamadas perdidas y treinta mensajes. Abro el primero y una sonrisa se forma en mis labios al leerlos uno a uno.

Espero pases buena noche. Itachi. •

• Te deseo un excelente día. Cuídate mucho. Itachi •

• Dime que te encuentras bien, te he llamado y me han dicho que estas en el hospital, ¿qué paso? Si necesitas algo, cualquier cosa, no dudes en llamarme •

• Espero que todo haya sido una broma de mal gusto de aquella mujer y estés bien, en cuanto puedas me encantaría recibir un mensaje tuyo. Itachi. •

Y así continuaron, hasta que el último me saco una amplia sonrisa.

• ¡Gaara! Responde… •

Lo admito, que he muerto de risa con el último, y es que pienso en Itachi y su porte serio pero elegante, y la verdad es que no me lo imagino escribiendo algo como “¡Gaara! Responde” ya que es algo que no va con su personalidad sería, por lo que no he parado de sonreír como un idiota al terminar de leerlo. No sé cómo lo logra, pero de alguna forma u otra él sabe cómo alegrarme.

—¿Todo bien? —inquiere Sakura con la mirada brillante.

—Sí —respondo antes de tomar una enorme bocanada de aíre—. Itachi es de quien te quería platicar aquel día, lo conocí de camino a aquí, preguntó por una dirección y al llegar vio a su novio besándose con otro, al final terminamos en un restaurante aquí cerca platicando de un montón de cosas sin importancia.

Me tape los oídos cuando ha soltado un chillido emocionada comenzando a dar pequeños brinquitos de alegría por toda la habitación, vale, sé que no me la voy a sacar de encima hasta que le cuente todo con lujo de detalle, por lo que la siguiente hora le conté como fue todo.

—Me parece un poco irreal tu historia —entrecierra los ojos mirándome, como si me analizara—. ¿Seguro que eso fue lo que paso?

—Si no me quieres creer es tu problema.

—Vale, vale, te creo, es solo que me parece algo demasiado fantasioso que te hayas encontrado con un sexy varón en esas circunstancias —menciona pensativa.

—Pensé lo mismo…

—¿Y si es una trampa?

—No creo —respondí seguro—. Además ¿Cómo que trampa? ¿Para qué?

—¿Cómo que para qué? —Chilla ofendida y ruedo la mirada—. ¡Qué tal si ha querido seducirte para después robarte!

—Que tú eres tonta, creo que tanto tinte te ha afectado el cerebro.

—¡Gaara!

—Sakura —entrecierro los ojos fingiendo molestia—, tu teoría tendría sentido si yo fuera hijo de alguien rico o mínimo que fuera lindo, pero en estos momentos no tengo nada de dinero y créeme que soy la persona menos agraciada o bonita que hay.

—Tú eres hermoso ¿Cuántas veces debo decírtelo?

—Eres mi amiga, eso no cuenta.

Sakura siempre ha dicho que soy alguien sumamente hermoso, pero sigo sin creerle, de hecho parece que no me ha visto bien, y empiezo a creer que ella necesita lentes. Incluso llegue a la conclusión de que lo hacía con lastima, pero cambie de opinión cada que se sinceraba conmigo, por lo que sus alagas termino por ignorarlos creyendo que me los dice porque es mi amiga.

Probablemente toda esta riña sin sentido se alargaría por varios minutos más, pero curiosamente mi teléfono ha sonado en ese momento, por lo que levanto la mano como pidiendo tiempo, a lo que ella me mira curiosa. Tomo el celular y miro el identificador de llamadas al mismo tiempo que ella; mis ojos se abren a más no poder al observar el nombre que aparece en la pantalla, mi garganta se seca y no sé si podre contestar decentemente.

♥ Itachi

Leo para mí, mientras presiono el botón verde para contestar su llamada.

—¿Bueno? ¿Gaara? ¿Eres tú?

—I-Itachi —balbuceo.

Juro que si pudiera patearme ya lo habría hecho, debido a que no logro conseguir que mi voz suene mínimamente decente. Sé que me he sonrojado y aquellos ojos verdes que me miran curiosa y hasta cierto punto con burla no hacen más que empeorar el asunto.

—Gracias al cielo eres tú. —Suspira a lo que parece aliviado—. Estuve muy preocupado cuando aquella mujer me dijo que estabas en el hospital para después colgar, tal vez dirás que no es de mi incumbencia puesto que apenas nos conocemos, pero en verdad me preocupe.

—Gracias —susurre calmo—. No tenías por qué hacerlo.

Estuvimos hablando un buen rato por teléfono, incluso Sakura iba a salir de la habitación para darme privacidad, pero la detuve haciendo que se sentara a mi lado y coloque el altavoz, pidiéndole que se mantuviera en silencio, a lo que ella acepto un poco extrañada. Itachi se me hacía alguien sumamente amable y una gran persona; por alguna razón quería que Sakura confiara tanto en él como yo lo hacía, y al parecer funciono, después de conversar por aproximadamente veinte minutos la llamada se terminó, dando como resultado una salida.

Le comente a Itachi que le presentaría a mi amiga Sakura, la persona que le contesto, creyendo que sonaría molesto, no sé, realmente espere esa reacción, pero por el contrario acepto gustoso proponiendo salir este fin de semana al parque. Mire a Sakura de soslayo y acepto con una diminuta sonrisa tranquila.

Esa misma noche fui yo el que le mando un mensaje a Itachi.

• Gracias por todo, espero y tengas bonita noche. Gaara. •

Era algo sumamente extraño y raro lo que me pasaba, ya que con el pasar de los días iba viendo a Itachi como un buen amigo, pese a que solo nos comunicábamos por teléfono, absurdo, lo sé muy bien, pero aun así real. Cada noche me preguntaba cómo me podía agradar más y más una persona que solo había visto una vez… claro que aquel día platicamos como por tres horas.

Había llegado el viernes, por lo que mañana saldríamos Sakura y yo al parque para ver a Itachi, estaba emocionado por eso, pero a la vez sumamente triste por lo que paso con mi padre, yo sé que no es una mala persona, aun así no me busco, de hecho a estas alturas ya no sé si alegrarme por ello o sentirme triste. Debería estar bien, después de todo yo solo era una molestia para él, aun así duele saber que para tu padre eres un estorbo y una abominación, mejor dicho algo antinatural, ya que él no se refería a mí como “alguien”, sino como algo.

 

Continuará…

Notas finales:

Gracias por leer ~♥

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).