Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Promesas de alcoba por Haruka Eastwood

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sabaku no Gaara Pov

Escuche que el viento se lleva las palabras y que nada dura para siempre, aunque debes estar dispuesto a olvidar, perdonar y seguir adelante. Pero siempre existen cosas, situaciones o efímeras palabras que ansiaras inmortalizar en lo más profundo de tu ser. Los recuerdos es algo que valoro mucho y por más que lo intente no logro olvidar, aunque tampoco es que me esfuerce mucho por hacerlo, sin importar que haya sufrido o llorado me niego a olvidar, tan solo lo dejo de lado…

—No estoy segura de esto Gaara —musita alisando su vestido blanco de flores, colocando un mechón de cabello tras su oreja—. Creo que debería quedarme.

—Vamos —espete—. De lo contrario no dejaras esa paranoia de lado.

—Tienes razón, podría ser una trampa —confirma decidida con el puño en alto, yendo hacia la puerta mientras me toma suavemente de la mano para salir.

Caminamos en un silencio bastante agradable, es cómodo y  pareciera que ninguno de los dos se atreve a romper el momento. Es curioso cómo llegamos a esto, actualmente nos dirigimos al parque para encontrarnos con Itachi, será algo así como un picnic. Lo que nunca le dije a Sakura es que Itachi me comento que llevaría a un amigo, ya que yo iría acompañado él también, aunque creo que lo hizo para que ella no se sintiera incomoda o algo por el estilo.

En lo personal me pareció más que bien, ya que hasta donde recuerdo Sakura nunca ha tenido novio, de hecho nunca ha salido con alguien y ni siquiera ha dado su primer beso,  todo gracias a que le da más importancia a la escuela y el trabajo, pero era de entender, después de todo ha tenido que apañárselas desde hace un par de años completamente sola, así que todo asunto amoroso lo considera una completa pérdida de tiempo, claro que solo cuando se trata de ella,

Al caminar siento la leve brisa sobre mi cara, la cual se intensifica a medida que nos acercamos al parque. Con calma nos dirigimos a un pequeño kiosco que está un poco alejado de la entrada, mientras avanzamos a mi mente vienen varias dudas y es que no conozco nada de Itachi a pesar de que hemos estado comunicándonos por teléfono, claro que de mí solo sabe lo indispensable, pero tengo curiosidad por saber ¿en qué trabaja?, ¿Cuántos años tiene? ¿Tendrá hermanos o será hijo único?

Vaya, realmente son tantas cosas que quisiera saber, pero de igual forma no me atrevo a preguntar, debido a que me siento como si fuera un extraño para él, pese a que nunca ha dado indicios de sentirse de esa forma, tan solo es mi manera de verlo. Suspiro y levanto la vista un poco vislumbrando el lugar.

—Es ahí —le informo a Sakura con una sonrisilla.

—¿Nervios? —Inquiere sujetando mi mano.

No tienes idea de cuantos, quiero salir corriendo o yo que sé, pero por el contrario mi expresión se mantiene igual de serena que siempre, niego con la cabeza a lo que Sakura parece suspirar aliviada y tomándome de la mano caminamos hasta el pequeño kiosco color blanco. Cuando llegamos lo veo, es como si automáticamente mis ojos le hubieran buscado, siento que la mandíbula me llega al suelo de solo observarlo, ¿pero cómo no hacerlo? ¡Santo cielo! Él hombre esta de muerte vestido de esa manera. Que se ve mejor que la última vez que le vi con ese perfecto traje gris, y es que la ropa casual le sienta de maravilla y esa ejercitada figura se aprecia a la perfección con esos vaqueros y camisa negra con dos botones sueltos.

Por instantes agradezco enormemente a Sakura el hecho de que me haya obligado a vestir de esta forma, y es que traigo unos pantalones blancos algo ajustados que me marcan el trasero y un suetercillo azul que deja al descubierto uno de mis hombros, por otro lado ha hecho que me ponga lentes de contacto en lugar de traer mis habituales gafas. Lo admito, al salir de casa me sentía incómodo, pero ahora es todo lo contrario.

—Gaara —musita suavemente Itachi, con esa sensual y aterciopelada voz al tiempo que se pone de pie para llegar a mi lado.

Espere muchas reacciones de su parte, entre ellas enfado por llegar diez minutos tarde, más nunca creí que me abrazara depositando un beso en mi mejilla a modo de saludo, cosa que me acelero el corazón a niveles asombrosos, por otro lado sentía que el rostro me ardía, aun así correspondí el abrazo percibiendo aquel exquisito aroma a agua fresca.

Cuando se ha separado de mi observo a Sakura de soslayo, completamente perdida observando un punto tras de Itachi. Con disimulo intento observar lo que atrapo a esos ojos jade, esbozando una diminuta sonrisa cuando he visto al amigo de Itachi, ciertamente es muy atractivo, pero no tanto como él. Parece que ese par se pierde en la mirada del contrario, haciéndome creer que todo lo tenía perfectamente planeado, pero eso es imposible, me espabilo un poco y suelto el aire contenido.

—Lamento la tardanza —murmuro bajo.

—No te preocupes —dice suavemente, indicándome que me siente. Al hacerlo jalo un poco de la mano de Sakura para que haga lo mismo que yo, observando divertido como se sonroja y baja la cabeza posicionándose junto a mí, probablemente ya se percató que se había quedado perdida un par de minutos en los ojos de aquel varón—. Quiero presentarles a un amigo mío —extiende una mano para palmear el hombro del varón desconocido que esboza una amplia sonrisa—. Él es Hidan, Hidan él es Gaara, de quien te hable y ella es Sakura, una amiga de Gaara.

—Un placer conocerlos al fin —suelta divertido—. Esta comadreja no ha parado de hablar de ti toda esta semana, por lo que me dio curiosidad y quise venir a conocerte en persona. Lo que nunca me dijo —volteó el rostro observando desaprobatoriamente a Itachi—, es  que tenías una amiga tan hermosa.

El rostro de Sakura adquiere un alarmante tono rojizo, que de estar en otra situación sería preocupante, pero como no lo es me permito sonreír divertido al verla así por un hombre.

Después de las presentaciones comenzamos a charlar un poco, y en algún punto de la tarde Sakura quedo junto a Hidan, conversando como si se conocieran de toda la vida, él era alguien extraño a mi parecer, pero muy amable, tan solo lo deje pasar concentrándome en Itachi.

—Al final mi madre se extrañó al verme preparar todo esto —comento haciendo alusión a los bocadillos (que eran sumamente deliciosos), por lo que dirigí mi mirada a la pequeña mesa circular—, ya que no soy de meterme mucho a la cocina, lo raro es que me gusta hacerlo.

—¿Tú los preparaste?

Mi expresión más que de asombro era de culpa, vaya, que de haber sabido no hubiera aceptado que él trajera todo y me hubiera puesto a cocinar, aunque pensándolo bien tampoco tengo dinero para comprar ingredientes y no sería capaz de pedirle a Sakura para algo así, suficiente tiene con hacerse cargo de mis gastos pese a que no tiene la obligación de hacerlo.

—Sí, quería que fuera especial…

—Lo es, porque estas tu… —hable sin pensar observando las hojas de los arboles moverse con el viento. No fui consciente de lo que dije hasta que le mire de soslayo notando el casi imperceptible rubor de sus mejillas, que me hizo avergonzarme de mis palabras—. Lo siento, no quise… bueno yo…

—No te disculpes.

Me gire un poco quedando de frente a él.

—Yo… —guarde silencio.

Su mano se posó sobre mi mejilla, acariciándola con el dedo pulgar, mientras su rostro se acercaba al mío. Me perdí en esos profundos ojos negros como la noche, los cuales me miraban con dulzura, logrando que una calidez infinita me inundara, no recuerdo cuando fue la última vez que me sentí así de bien, por lo que me concentre en guardar aquel instante en mi ser, para atesorarlo como era debido,

Su rostro tranquilo me relajaba, pero su sonrisa me perdía, no sabía qué hacer cuando mi corazón se aceleró de improvisto al sentir sus suaves labios posarse sobre mi frente. A mi parecer era un acto tan íntimo y sincero el que me regalaba, que todo lo que hice fue contemplarlo embelesado. Sé que cualquiera hubiera robado un beso al verse en esta situación, pero Itachi era completamente diferente, lo sentía y esa simple y tierna acción no hacía más que confirmármelo.

Aun así tenía miedo, miedo de sufrir, miedo de enamorarme y miedo a que me volvieran a lastimar como lo hizo Sai.

—Espero no haberte molestado —susurró separándose de mí.

—No lo hiciste…

—Me alegro —volví a posar la mirada en los arboles—. ¿Gaara?

—Dime —conteste suavemente sin voltear.

—Espero que tu madre no se moleste de que estés aquí.

—No lo creo —respondí en un tono demasiado bajo, que apenas y pudo escuchar—. Ella murió hace años…

—Gaara… lo…

—No te preocupes —me apresure en decir—. No lo sabías, además eso ya tiene tiempo… —sin pensarlo observe a Sakura sonreír alegremente con Hidan—. Después de todo aun esta Sakura, ella es toda mi familia.

Me miro confuso, sé que tenía ganas de preguntar a que me refería pero a la vez se contenía, lo más probable era que lo hacía para no molestarme u incomodarme, por eso mismo me levante y camine hacia afuera del kiosco, haciéndole una seña en silencio para que me siguiera y así lo hizo.

Caminamos un poco, sintiendo la fresca briza, mientras un silencio agradable se formaba entre nosotros, cuando llegamos a la fuente me senté en el borde y metí mis dedos en ella, sintiendo la tibieza del agua, que reflejaba la figura de Itachi tras de mí. Mire hacia el cielo, pronto anochecería y las pequeñas luces de la fuente harán de este un lugar perfecto.

Deje mi mano quieta sobre el agua mientras volteaba a verlo, se veía realmente bien ahí de pie junto a mí, observando detenidamente cada uno de mis movimientos. Por alguna razón cada que estaba con Itachi me embriagaba esta paz, y algo dentro de mí me obligaba a sincerarme con este hombre, por lo que termine contándole sobre la muerte de mi madre, que mis hermana vivía en Italia, mientras que Kankuro en China y mi padre… tan solo dije que no cuento con su apoyo debido a mi embarazo y que vivo con Sakura.

Cada palabra que decía la escuchaba atentamente, y me fue imposible no notar verle fruncir el ceño cuando conté la pequeña mentira sobre mi padre, ya que por alguna razón intuía que su reacción no sería nada agradable, después del breve resumen sobre mi vida contemplamos la cristalina agua de la fuente.

—Mi padre falleció cuando cumplí veinte años… pronto será el quinto aniversario —dijo serio y mis ojos se abrieron de la sorpresa ¡Tenia veinticinco años! Y yo que le calculaba veintiuno, aun así no dije nada permitiendo que siguiera hablando—. Desde entonces me hago cargo de la empresa familiar, en cuanto a mi madre… la paso bastante mal cuando papá murió y se enfermó gravemente debido a la tristeza, ya que no comía, ni siquiera salía de su cuarto, era como si hubiese perdido parte de su ser. La mayor parte del tiempo la pasaba en el hospital, pero afortunadamente ya está bien. —Sonrió tranquilo—. Solo tengo un hermano menor, es un lindo y orgulloso doncel, se llama Sasuke y tiene dieciocho años, es mi más grande adoración, aunque es bastante testarudo y rebelde.

Me reí sutilmente a lo que Itachi hizo lo mismo.

—Creí que por ser hermanos serian igual de serios, madre decía que era lo único que mis hermanos y yo teníamos en común.

—Lo es —aseguro divertido, pero después coloco una mueca de enfado—. Lo que no me agrada es que este saliendo con el hijo de uno de los socios de la empresa, es apenas un pequeño de dieciocho y él tiene la misma edad que yo, es un aprovechado.

No soy de reírme, mucho menos a carcajadas, pero es que no lo pude evitar, por lo que Itachi me miro curioso esperando a que me tranquilizara para poder hablar. Y es que su faceta de “hermano sobreprotector” me es tan linda, vaya, que nunca creí que fuera de esa manera, pero me agrada.

—No es tan malo —dije divertido—. Además yo también tengo dieciocho.

Su expresión en esos momentos valía mil, cielos que me hubiera encantado tener una cámara para inmortalizar el momento, y es que estoy casi seguro que ese perfecto rostro tan tranquilo e impasible, pocas veces se deforma en una mueca de completo asombro y alteración a la vez.

Luego de que pasara el asombro en su cara seguimos platicando otro poco antes de volver con Sakura y Hidan, y yo, yo me sentía más feliz que nunca, ya que hoy logre saber muchas cosas de Itachi, no solo sobre su familia, sino también sobre él y me hizo mucha gracia cuando me platico que su madre le comento que tuviera cuidado, que tal vez yo quería enamorarlo para estafarlo o algo por el estilo, lo cual me recordó a Sakura, cuando le he dicho lo que ella me dijo nos reírnos hasta el cansancio, diciéndome que mi amiga parecía mi madre, en cierta manera es algo de cierto, pero me alegra tener a alguien a mi lado que se preocupe por mí, así como lo hace ella.

Al final del día insistieron en acompañarnos a casa, alegando que era peligroso, por lo que acabamos accediendo, al llegar nos despedimos, y Sakura y yo nos quedamos unos instantes más en la puerta observando cómo se marchaban, cuando Itachi detuvo su andar junto a Hidan, volteando hacia nosotros estando a punto de decirme algo, escuchamos el ruido de una botella rompiéndose a pocos metros, por lo que voltee un poco temeroso.

Mis ojos se abrieron y mi cuerpo tembló, instintivamente di unos pasos atrás al observar a mi padre frente a mí con esa expresión tan fría en su rostro.

—Así que ese es el bastardo con el que te revuelcas como una puta —rugió lanzándose sobre mi mientras caía de sentón el suelo esperando el golpe…

Golpe que nunca llego al ver a Sakura interponerse, solo la escuche soltar un chillido cuando mi padre le ha dado un golpe tan fuerte que logro lanzarla un poco lejos, estrellándola con la pared, y en un rápido movimiento me tomo del cabello con brusquedad para levantarme del suelo, con mis brazos rodee mi vientre cuando le vi la intención de darme un rodillazo.

—No…

Mi voz no salió, mire con temor su rostro furibundo, pero un puño se estampo contra él, por lo que me soltó, mientras unos brazos me cargaban alejándome de él, llevándome hasta donde Sakura que parecía inconsciente. Entonces lo pude ver mejor, Hidan había golpeado a mi padre e Itachi me protegió del golpe, alce la vista y vi a mi padre siendo golpeado por ellos dos. Lo matarían… cielos, no.

Como pude me levante e intente acercarme, pero las piernas me temblaban…

—Papá —murmure, no importaba lo maldito que haya sido conmigo, seguía siendo mi padre—. ¡Alto! —Grite fuertemente haciendo que se detuvieran.

Recuerdo que mamá me conto que cuando conoció a mi padre fue en una pelea de box, donde pelearía él y el tío Yashamaru, —quien falleció en un accidente cuando cumplí seis—, y que también practicaba karate, por lo que no me sorprendía verlo alejarse como si nada de ahí, observando que tanto Hidan como Itachi habían recibido daño, claro que mucho menor comparado al de Rasa.  Ambos chasquearon la lengua molesto cuando vieron que mi padre se había largado, pero esa expresión cambio al verme ahí de pie temblando patéticamente.

—Gaara ¿estás bien? —Inquiere suavemente Itachi caminando hacia mí.

—Sakura —balbuceo y veo a Hidan correr hacia ella.

—¡Llama a una ambulancia! —Grita y me paralizo… no quiero perderla…

 

Continuará…

Notas finales:

Gracias por leer~♥

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).