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Bad Boy por Samantha0507

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Notas del fanfic:

los personajes de KNB son solo  usados por divversion y sin animo de lucho.

 

Notas del capitulo:

bueno creo que este va a ser mi unico fic de esta pareja, espero les agrade 

Nijimura era una persona prevenida desde que había entrado a la universidad, hoy lo agradecía,  una fuerte lluvia había empezado a caer sobre la ciudad, había llevado una sombrilla por precaución.

 

Eran cerca de las 6 de la tarde, la verdad es que había salido tarde de la universidad y solo quería llegar a casa y dormir, quizá comer algo, pero primordialmente dormir.

 

No fue hasta que llego al parque que noto algo extraño, en realidad se sentía un poco melancólico o nostálgico, pero solo al ver la imagen ante sus ojos supo el motivo.

 

Cruzando la acera, con la mirada perdida, totalmente empapado Haizaki caminaba sin mirar ni decir nada, sus brazos se apoyaban sobre su pecho enrollando y en una especie de bulto su chaqueta sujeta contra su pecho.

 

Fue en ese  minuto que lo recordó, como hace ya varios años, cuando ellos apenas eran unos niños, en un día de lluvia Shougo había llegado a su hogar llorando, mojado, desesperado, gritando que su mamá se iba a morir, que estaba enferma, ese día algo en Shougo había muerto.

 

En Teiko nadie sabía todo lo que había vivido el peligris, su familia y cosas personales siempre fueron solo de su interés, nunca abrió las puertas de su vida a nadie, nunca le importo realmente, solo había una persona que necesitaba que realmente lo conociera.

 

Nijimura sabía la dirección a la que se dirigía el bad boy, pero no dijo nada, acorto su distancia, sabía bien que Shougo había notado su presencia, sus pasos siguieron hasta que dieron de lleno con su hogar del antiguo capitán de Teiko.

 

-Shougo…-

 

-venía hacia acá…antes que me siguieras- agregó restándole importancia a la compañía que ambos se había prestado las ultimas cuadras.

 

Habían llegado al departamento de Nijimura sin siquiera notarlo, a pesar que la distancia no era menor, la compañía que ambos se prestaban, aun cuando fuera en silencio acorto la distancia o al menos la sensación de recorrerla a pie.

 

Entraron en silencio, era sepulcral como la atmosfera se llenaba solo del ruido del agua cayendo sobre la ciudad, pero jamás incomodo, tenía cierta calidez extraña  propia solo de ellos, la de la compañía de ese alguien diferente, esa compañía de sus años en Teiko.

 

-debes secarte, no quiero que me… - pero antes de  terminar algo entre los brazos de Shugo llamo su atención.

 

Un pequeño bulto que se estremecía, no se veía mojado, pero si con frío.

 

-Es la cría de Aki… había escapado…- los ojos del Nijimura se abrieron al notar el mal semblante de Shougo, sus ojos se veían hinchados y rojos, su rostro estaba pálido, al igual que sus labios, se veía realmente descompuesto.

 

-¿con quién dejaste a Aki? Te extrañara si no vas a casa…- le quito el cachorro de las manos, lo froto con cuidado para hacerlo entrar en calor, no podía compadecerse del otro, si había algo que Haizaki odiara es que lo miraran o trataran con lastima.

 

-Murió…-solo eso agregó Shougo antes de encerrarse en el baño de Nijimura, aun con el cachorro en las manos solo logró procesar la palabra para entender que verdaderamente en ese minuto Haizaki Shougo estaba roto, completamente roto.

 

-debe dejar de hacer eso…ya no eres un niño, no es normal- Dejo al pequeño cachorro en la sala para que jugara y fue a preparar un poco de chocolate para calentar el cuerpo del menor, pero por más que él tiempo pasara no salía.

 

-Shougo, sal…- escucho los sollozos, debía darle un poco más de tiempo, los animales no eran su adoración y sabía que los de Shougo tampoco, en general solía ser cruel con ellos, pero Aki era otra cosa, Aki era un recuerdo, un ser amado, Aki era la perrita que la madre de Shougo cuidaba, perder al animal fue revivir la pérdida de su madre.

 

Flash back

 

Corrió con todas sus fuerzas, cuando su madre lo había sentado en su cama, para explicarle que la mamá de su amigo se había ido al cielo, el solo atino a correr, quería llegar a su lado.

 

Conocía a Haizaki, sabía que no podría llorar con su padre, él siempre le decía que los hombres no lloraban.

 

Lo encontró en el patio con la pequeña cachorrita, la miraba, la seguía con la vista, aunque sus ojos se veían vacíos.

 

-Mami dijo que debía cuidarla, mami dijo que debería ser un gran hombre… ¿Por qué se fue?... no quiero que nadie más se vaya… promete que no me dejaras, promételo.- no lo había mirado ni una vez, pero le hablaba, sabía que había llegado a hacerle compañía.

 

Nijimura no pudo responder, simplemente lo abrazo apretándolo contra su cuerpo, lloraron juntos por horas.

 

Fin Flash Back.

 

-Ya no puedes encerrarte en los baños, ya no eres un niño…

 

-No digas que soy un hombre o te golpeare…-lo amenazo antes de salir, se veía molesto, pero sus ojos estaban hinchados y aun en sus pestañas se podían divisar los vestigios del llanto que había tenido lugar en su baño.

 

-Ehhh que no te encabrones conmigo mocoso…- se acercó rodeando el cuerpo húmedo de Shougo, a Nijimura no le importo mojarse, solo quería de alguna forma calmar el dolor que sabía el menor estaba sintiendo.- Debes avisar a tú padre, estará nervioso…

 

-Estaba en casa…no creía que el salir a buscar un cachorro fuera necesario… pero era necesario…pero ella  me pidió…-Nijimura supo en ese minuto que los ojos de Haizaki estarían anegados por las lágrimas, su voz se entrecortaba a cada palabra, él recuerdo de su madre estaba más presente que nunca  y la herida nunca cerro, apretó el cuerpo del otro, era un abrazo diferente.

 

Shougo no pudo recordar la última vez que alguien lo había abrazado, que alguien había buscado consolarle.

 

-Sabes… todos me abandonaran… se irán… hasta tú lo hiciste…aunque te pedí que no lo hicieras…

 

Al antiguo capitán de Teiko se le oprimió el corazón ante las declaraciones del otro, después de todo era una verdad, a pesar de la confianza que se tenían jamás le contó lo de su padre y solo fue una sorpresa cuando se fue, luego de eso Haizaki debió dejar el equipo, después de eso todo el mundo del peligris había cambiado

 

-Soy el chico malo, el bad boy… pero que importa… ahora ya nada importa.

 

Se alejó tratando de salir de la casa de Nijimura, el pequeño cachorro lloro ante la partida del otro.

 

-¡no te vayas!... quédate conmigo… yo estoy solo también.- la suplicas no servían con el Bad boy, Haizaki ni siquiera miro a Shuuzo, una idea un poco diferente llego a su cabeza-…además no creo que eso del bad boy, no te queda, eso es para alguien mayor… mocoso -No supo el motivo, pero sabía que si dejaba que Shougo saliera de su casa ahora, no lo vería nunca más, debía molestarlo que se quedará por su propio deseo

 

 

-¿y quién es? Tú acaso…. No me hagas reír capitán arco iris…- nuevamente intento dejar la casa.

 

-No te irás… puedes insultarme, pero no sacaras tú cuerpo de esta casa…

 

-¡para que quieres a un maldito como yo!... ¡ni siquiera puedo jugar basquetbol a tú lado, no puedo ser parte de un equipo!...!ya no soy digno!... tu eres…

 

No lo dejo terminar, la boca de Nijimura tomo la suya con ferocidad, cuando fue la última vez que habían estado juntos, la última vez que se habían besado, eran años…

 

-eres un estúpido… estas cavando tu tumba con esto Shuuzo

 

-No cuestiones mis decisiones, escuchaste.- Nijimura tomo el cuello de  la sudadera, para luego llevarlo al sofá, la piel de Haizaki era fría, blanca, suave, suya,  pero también de muchas otras, cuantas manos habían tocado ese cuerpo entre sus piernas, cuantas habían disfrutado de aquello que le pertenecía únicamente a él, desde esa primera vez en las duchas del gimnasio.

 

-Quiero que te duches…- no quería sentir que probaba los vestigios de otra persona, de alguna perra que se había metido en la cama del otro.

 

-Pero que demonio… soy alguien limpio estúpido que te crees

 

-No quiero rastros de otras personas en tú cuerpo… de ahora en adelante nadie te tocara… te marcaré… serás mío…reclamare tú cuerpo - Nijimura empezó a morder el torso del chico bajo su cuerpo, con fiereza, marcando, dejando huella, busco recorrer y tocar cada parte de su cuerpo.

 

-Oye… no exageres… - pero no fue un reclamó, un suave gemido salió de la boca de Haizaki, cuando la lengua de Nijimura recorría el largo de su cuello, para llegar a su pecho y pezones.

 

- Todo lo que te pase a mí me importa… de ahora en adelante, serás mío…nadie tocara lo que es mío… yo mismo me haré cargo de que todos se enteren…- enterró sus dientes en su hombro, dejando una pequeña marca.

 

No hubo más palabras, solo gemidos y pasión, sus cuerpos se enredaron en una danza de deseo y placer, sintiéndose por completo, reconociéndose nuevamente, tocaron sus cuerpos, como la primera vez,  se quitaron la ropa  buscando incrementar  el contacto, ninguno era virgen, ambos tenían experiencia, ambos buscaban dominar, ellos no hacían el amor como los demás, ellos se amaban, en cuerpo y alma, en pena y dolor, en todo eso que no eran capaces de decir en palabras.

 

Sus manos que por años habían buscado el contacto de esa piel por fin habían encontrado,  algo era extrañamente normal,  una sensación que sin importar los años no se olvida, era una suave brisa natural, sus pieles, sus pechos, sus sentidos, cada parte de su ser reaccionaba por la presencia del otro.

 

La sola idea de hacer gemir a su pareja en ese minuto quebraba su calma,  deseaban ver crecer la excitación del otro con desesperación, buscaban que sus cuerpos clamaran por el de su compañero y no descansarían hasta llenar al otro con su presencia, con su esencia.

 

Sus pieles se calentaban, cada parte que él otro tocaba quemaba, la desesperación subía al paso de los minutos, querían más y más, pero no fueron necesarias las palabras, los gestos o las acciones, ambos los sabían, ellos eran uno, solo uno desde siempre, solo  entre ellos podrían domar a las bestias que acababan de despertar.

 

No era simplemente por  el sexo, era compañía, era amor verdadero, innegable, propio de dos locos, jamás dirían esa frase que se amaban, que siempre lo habían hecho, jamás se declararían el uno al otro, pero siempre estarían esperando la pasión, el deseo o en último caso su necesidad, que bien sabían nadie más podía calmar.

 

Ninguno sabía que dirían a la mañana siguiente, ni mucho menos si este era un comienzo para ellos, si solo era un desfogue del deseo, el calor para calmar las penas, todo o quizás nada a la vez, lo único que sabían es que esa noche se amarían por horas, ya mañana se vería lo demás, ya mañana sería momento de decidir quién de ellos era realmente el bad boy.

 

 


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