Estocadas, fuertes estocadas, no podía parar de profanar tan duro y rápido ese cuerpo debajo de él. Sabría que leves marcas estarían asomándose en esas caderas blancas al día siguiente, recordando el lujurioso acto inconsciente.
Derek tomaba al cuerpo más pequeño y le daba vuelta, colocándolo en cuatro para hacer las embestidas más profundas, necesitaba sentir más de esa deliciosa sensación en su cuerpo. Podía sentir todo el calor que los rodeaba, se reflejaba en lo rojo de las mejillas de su compañero hace unos minutos cara a cara, no soportaba verla, tan llena de deseo y confusión a la vez.
-¡Ah ah! ¡D-derek!- Esos malditos gemidos lo volvían loco, como pensar que lo calentaría tanto un virgen sin experiencia. Posiblemente fueron esas pastillas o las ganas que ya se traían, o las dos. Fuerte detonante, pero con buenos e inesperados resultados. No hubiera querido que terminaran haciéndolo así, pero tarde o temprano su lobo iba a tomar el control y callar a esa parlanchina boca de una u otra forma. Claro, igual de placentera que esta.
El castaño por otro lado se encontraba hecho un manojo de nervios, su cabeza daba vueltas y solo podía sentir la polla del mayor entrar en su cuerpo sin dudar, después de tres rondas ya era más fácil por supuesto, pero esto no hacia el asunto más sencillo de lidiar. Todo lo contrario, solo lo hacía perder aun más el control de su cuerpo, que deseara tener más de ese gran pedazo de carne penetrar sin pudor en sus entrañas. Podía jurar que estaba en el paraíso.
Sintió como el hombre lobo pegaba el pecho a su espalda y rosaba sus dientes, sacándolo de su neblina mental, como queriendo morderlo. Se asustó un poco con la idea y el oji-verde pudo darse cuenta, se acercó un poco a su oído hasta sentir su caliente aliento en el.
-N-no te hare daño, no tengas miedo- Le susurró Derek volviéndole a dar vuelta, poniéndolos de frente. Lo veía con una seguridad, como si le dijera con esa mirada que lo iba a proteger de lo que fuera- Confía en mí- Decía con sus ojos fijos en el castaño.
-¡Lo hago! ¡AHH!..¡Ahh!- Gritó, con unas fuertes embestidas directo en su próstata. Se colgó del cuello del mayor y se puso encima del hombre aun con el miembro de éste en su interior. No perdió tiempo y movió sus caderas, empalándose a el mismo- No eres tu el que me da miedo..aghh..mmm…e-es esta situación- Stiles levantaba su mirada, encarando a Derek. Señalaba con sus ojos que se diera cuenta de lo que ocurría al lado. Ambos movieron sus cabezas a la derecha dirigiendo ahora su vista a las personas que estaban a unos metros de ellos.
Scott penetraba brutalmente al chico debajo suyo. Manteniéndole ambas piernas flexionadas lo más posible, abriéndose camino en el cuerpo del rubio. Esos dos definitivamente no tenían restricción, ambos eran lobos, podían usar la fuerza que quisieran. Aunque al principio el de ojos azules no aceptaba el estado en que el que se encontraba, sucumbió rápidamente a su calor y fue directo tras el alfa. Ahora Jackson gemía y jadeaba, le pedía por mas y hasta ordenaba. Scott acataba gustoso sus pedidos, se veía en el que disfrutaba mucho tener ese control en Jackson, hacerlo rogar por que se lo cogiera más duro. Esos dos no tenían remedio.
Stiles volvió su atención a Derek y este lo miraba mas comprensivo ahora, ¿Cuándo iba a terminar eso? Estaba tan enojado y confundido, pero más que nada, caliente. El mayor lo besó, metiendo su lengua profundo en su boca, queriendo probar todo su sabor. Saliva, dientes, alientos ardientes siendo compartidos. El castaño podía sentirlo cerca, de nuevo.
-¡Carajo! ¡ahh! Ahhh… ¡Scott!- Los gemidos de sus amigos lo distraían, le daba tanta vergüenza. Todo lo que pasaba, había gemidos en toda la maldita casa; Oía como Boyd e Isaac lo hacían en la sala, gritando como locos, oyendo el sonido de sus cuerpos al chocar en cada embate. Odió que sus sentidos estuvieran tan sensibles. También recordó a las chicas, estaban como locas peleándose y después, tocándose… perdiendo rastro en algún cuarto. Era una puta orgia masiva.
-¿C-como pudimos acabar así?- Stiles apenas pudo decir esas palabras, apunto del orgasmo. El moreno que estaba casi también en su límite, solo atinó a acelerar su ritmo, moviendo sus manos por debajo de la espalda del castaño, apretando los redondos glúteos, gimiendo en si oído, dándole a saber el placer que le proveía. El menor sentía desmayarse- Parecemos perros e-en celo- Alcanzó a decir antes de cerrar los ojos y moverse al compas de su compañero.
-Ese es el punto- Pronunció rugiendo el alfa, pudiendo saborear de nuevo el orgasmo entre sus colmillos.
-¡AHH!- Se vino por cuarta vez en todo su abdomen, manchándose aun mas, sintiéndose aun más sucio. Derek arrastrado por la presión del interior caliente del más pequeño, se corrió, llenando esa cavidad, marcándola como suya, de su propiedad.
De pronto ya no hubo gemidos en su pequeño espacio post-orgásmico, instantes que parecían minutos de silencio.
Stiles se recostó en el piso, tan solo se estaban reponiendo, ya sabían que eso no había terminado. Sintió el miembro de Derek endurecerse en el, otra vez. Empezando con suaves movimientos contra su cuerpo, y el los recibía, gustoso.
¿Cómo una manada entera pudo haber terminado así?