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Experimento equivocado, resultado correcto por AkiArashi

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Notas del fanfic:

Una historia llena de momentos intensos, coqueteo, celos, lujuria y ...¿por qué no? resultados hermosos, solo habra que esperar que estos 2 hagan las cosas bien y tal vez, obtendran una hermosa recompensa al final. 

 

Notas del capitulo:

La vida da sorpresas, quizás unas más sorprendentes (?) que otras, pero lo importante es ver siempre el lado positivo de ellas.
¡Hola! Bueno me presento, soy una escritora…umm…nueva, apenas estoy haciendo un fic que está en proceso, pero este es el segundo y espero que les guste mucho, escribo con mucho cariño para ustedes, soy bastante ocurrente así que quizás habrán situaciones raras o intensas en los siguientes capítulos (después de este) , bueno, ahora los dejo con la lectura.

El laboratorio de química se encontraba casi vacío, a excepción de un único alumno que se encontraba experimentando, vertía una que otra sustancia rara en un recipiente, siendo cuidadosamente mezclados por él, nada podía salir mal, porque, después de todo, estuvo practicando mucho para que todo saliera bien, una última sustancia y todo estaría terminado, unos cuantos minutos y podría decir que era todo un genio que había encontrado la cura que todo mundo buscaba pero nadie encontraba.
Tomó con su mano derecha, el recipiente de color transparente con una sustancia azul en él, y con la izquierda una sustancia de color verde claro, en su mente contó 3 segundos y comenzó a verterlas poco a poco, todo el silencio que reinaba era realmente tranquilizador, el momento y el lugar perfecto para poder concentrarse, solo unos segundos más y por fin vació  la sustancia en el otro recipiente, con cuidado las dejó en la meza de laboratorio, espero unos momentos y prosiguió a mezclarlas, pasaran unos cuantos minutos donde la sustancia reposaba en la meza, se acercó a ver si tenía el color que indicaba que su procedimiento fue correcto…tendría que tener un color verde agua, entonces ¡¿Por qué tenía un tono demasiado azul?! No tenía que entrar en pánico, de todas formas ¿Qué es lo peor qué puede pasar? Con cuidado se acercó a la meza y reviso un poco la sustancia moviéndola de lado a lado, quizás ese era el tono que tenía que tomar, pero se dio cuenta de algo más, la sustancia entraba en estado de efervescencia, eso sí que no era normal, estaba a punto de dejarla e ir por algún maestro cuando la sustancia exploto cayendo toda en él, Akim se alertó, no sabía que resultados podría traerle, la bata blanca que tenía adquirió un color azul claro, rápidamente se la quitó y la dejó a un lado, con cuidado se limpió el rostro y el pelo, pero, curiosamente la sustancia ya no estaba en su cuerpo, quizás una reacción equivocada en la sustancia produjo que al entrar en contacto con la piel fuera absorbida, una teoría acertada, pero aun no sabía cuales podían ser las consecuencias, lo mejor sería encontrar al maestro de química y explicarle lo ocurrido para buscar junto a él una explicación y en dado caso una cura. En el laboratorio se encontraba un lavamanos y un espejo, se acercó y revisó su aspecto pero algo lo dejó totalmente sorprendido.
-Esto no puede ser…
Su cabello café claro ahora era de un tono más oscuro, un negro brillante, sus 2 dientes delanteros eran más largos que los demás, pero eso no era todo, en su cabeza en lugar de sus orejas normales habían un par de orejas largas y negras…
-No, esto…simplemente no.
Su mano derecha viajó rápidamente a su parte trasera y lo que pensaba ocurrió, ahí se encontraba una diminuta cola de conejito con un pelaje suave y brillante.
-N-no te alteres Akim, t-todo está bien, solo es un pequeño accidente pero tiene solución.
 Su cara de sorpresa pasó a una de entera preocupación, no podía pasar mucho tiempo de esa forma, mientras trataba de pensar se dio cuenta de algo, el silencio ya no estaba, escuchaba los gritos, risas y demás de las personas que estaban a más de 2 metro de ahí, comenzó a temblar levemente, asustado se escondió debajo de la mesa cuando escuchó que su profesor de química entraba.
-¡Akim!… ¿Akim? qué raro, creí que estaba aquí.
Los pasos del profesor alejándose le indicaron a sus sentidos que podía salir y así lo hiso, salió de debajo de la meza y corrió a poner seguro en la puerta, suspiró y volvió a su mesa de trabajo.
-¡Muy bien! Si lo único que hice fue mezclar estas sustancias, supongo que si hago lo mismo pero invertido encontrare la solución.
Una sonrisa se formó en su rostro, la adrenalina recorría su sistema, aunque no paraba de temblar hacia su mejor esfuerzo por terminar pronto, cuando la sustancia quedó lista, tomo entre sus manos un poco y la dejó caer en su rostro… pero nada, la sustancia no surtió efecto y esta vez no fue absorbida por su cuerpo.
Sus orejas cayeron hacia adelante demostrando su gran decepción, estaba perdiendo la paciencia pues la ansiedad lo consumía, ya era tarde y los alumnos entrarían de receso, solo 15 minutos más y estaría el salón repleto de alumnos, su nerviosismo aumentó cuando sintió la presencia del subdirector, lo único que le quedaba era salir de ahí, no entendía nada pero sus sentidos le indicaban que debería alejarse y así lo hiso, tomó una bata de repuesto y se cubrió con ella, ¡perfecto! La colita se ocultaba a la perfección, pero ahora faltaban las orejas, una idea llegó a su mente y con entusiasmo brincó hasta la bata de color azulado la colocó en su cabeza y se hiso una especie de turbante que cubría toda su cabeza, la boca, y solo dejaba a la vista sus ojos, se posiciono en la entrada y cuando esta fue abierta salió corriendo.
Los pasillos aun vacíos le producían tranquilidad, aún tenía tiempo de ir a buscar a su profesor de química, solo unos cuantos metro más y lo lograría, pero al parecer alguien tenía algo en su contra pues justamente cuando poco le quedaba para llegar a su destino escuchó risas acercándose por lo cual supo que el timbre estaba a punto de sonar y sí, en ese momento sonó, sus piernas se quedaron congeladas al igual que su cuerpo, sus orejitas se movieron en dirección del sonido y cuando las personas estuvieron cerca salió corriendo hacia el sótano.
 -Profesor…
Escuchó que hablaban y prestó atención al reconocer la segunda voz.
-¿Qué pasa directora?

-Los alumnos de química se retiraron antes por orden del subdirector y mía, por lo tanto usted se puede retirarse ya.
-Está bien, buscaba a un alumno pero por lo que me dice creo que ya se fue, bueno gracias directora y hasta dentro de un mes.
Escuchó los pasos alejándose y suspiro solo que había un pequeño problema ¡no podía estar un mes así!
 Sus piernas se estiraron solas y de un salto se puso de pie, se acercó a la puerta y la abrió, los estudiantes pasaban y reían, cerró de golpe la puerta y se recargo en ella, primero tenía que calmarse y quizás así sus sentidos se tranquilizaban, respiró una, 2 y tres veces, tomo de nuevo la perilla y la giro pero ¡oh, sorpresa! La voz de una de las chicas más populares y que él consideraba superficial le alertó…
-No estoy muy segura Ale pero aun así…
-Cállate, de todas formas no importa pues sé que yo le gusto también.
-Está bien, solo decía ya sabes, es el chico “malo” de la escuela, no le hace caso a nadie.
-Eso es porque no me ha visto a mí.
Las voces fueron disminuyendo y una vez más Aki se relajó, Alejandra o Ale, como le decían sus amigas, tenía una especie de odio hacia él, no entendía porque pero tampoco le interesaba.
Suspiro una vez más y se preparó mentalmente, abrió la puerta pero en los pasillos ya no habían nadie, era su oportunidad, con pasos rápidos se dirigió al estacionamiento de maestros, un coche blanco seria su salvación, cuando llegó lo buscó con la mirada pero para su mala suerte ya no estaba.
-¡Esto no es justo! ¿Qué se supone que haga ahora?
Su única oportunidad de obtener ayuda se había ido, lo único que le quedaba era esperar un largo mes, pero no podía, no al menos sin que su madre se diera cuenta y decidiera correrlo, con las orejas hacia abajo y con pasos lentos regresó al laboratorio, tomó su mochila y salió de ahí, caminando llego al parque y se sentó en una banca, sus mejillas se sonrojaron levemente por el frio aire que corría, aún tenía el turbante en la cabeza ya solo cubriendo su cabello y orejas pero no le importaba, después de todo tenía cosas más importantes en las que pensar, su mente jugó con él y comenzó a imaginar lo que podía ocurrir si alguien se enteraba de su actual condición, tendría que ser cuidadoso, eso sí no quería que experimentaran con él.
Sus orejitas caídas se levantaron con rapidez al escuchar un fuerte ruido viniendo hacia él, pero el parque estaba vacío entonces…
Inmediatamente volteó ¡mala idea! Un balón pasó por encima de su cabeza provocando que su turbante callera, pero eso no era todo, el supuesto “chico malo”, el más popular y el más guapo (según las chicas) estaba delante de él viéndolo fijamente, como analizándolo, y fue hai cuando se dio cuenta…
-¡Dylan!
Sus sentidos se pusieron alerta cuando de reojo pudo ver que alguien se acercaba a ellos, no se podía mover se sentía intranquilo…
Observó con cuidado a Dylan quien con tranquilidad caminó hacia él, no le causo miedo y por el contrario dejó de temblar, cuando Dylan colocó su chaqueta en la cabeza de Akim este relajó sus músculos, el olor masculino de Dylan llegó a su nariz que sin darse cuenta se movía para seguir captando aquel olor que le cautivó.
Levantó la vista del piso y la dirigió hacia el chico alto, de cuerpo bien formado, ojos marrones, cabello negro y no tan cortó pero tampoco tan largo, Dylan se llama, sus ojos ubicaron al sujeto detrás de él y el momento justo cuando Dylan lo acercó a su pecho parándose a su lado derecho.
-He Dylan, venga ya, que el juego esta interesante.
-De acuerdo…
-¿Y quién es ella?
Akim frunció graciosamente la nariz ¿ella? Si se refería a una chica ¿por qué lo veía a él?
-Eso no es de tu incumbencia, volvamos al juego.
-¡Vale tío, ya sabéis que contigo no me meto!
El joven retrocedió sus paso por donde vino y detrás de él se fue Dylan, cuando lo soltó, Akim sintió miedo, como si lo dejaran en un lugar desconocido para él, sus ojos viajaron hasta Dylan y sin poder detener sus pasos lo siguió manteniendo una distancia prudente, cuando llegaron a las canchas él se sentó en el pasto mientras los veía jugar, era mucha la distancia que los separaba pero aun así podía oler esa fragancia que le llenaba los pulmones, sentía tranquilidad a pesar que el chico tenía un aura intimidante, irónico ¿no?...
Akim estaba confundido, solo estando así de cerca de aquel tipo se sentía muy tranquilo, no era tonto y sabía perfectamente que si se alejaba perdería toda tranquilidad, pero, entonces…¿Cómo hacer para no separarse de él, por lo menos hasta encontrar la cura?
Tenía un plan, sí no funcionaba crearía más, pero esperaba que si funcionara, sino tendría que apresurarse y encontrar una solución, pero aun así el problema más grande seria su madre.
Los chicos que estaban jugando futbol gritaban y vitoreaban su triunfo, excepto Dylan quien tan solo se limpiaba el sudor con una pequeña toalla blanca que llevaba al cuello, su vista se fijó en el muchacho que permanecía sentado en el pasto mirando sus manos, como pensando, no le dio importancia y sin despedirse de sus compañeros tomó su mochila y comenzó a caminar a la salida del parque. Los pasos de Dylan eran rápidos y largos, con un porte elegante, Akim al ver que se iba corrió hasta el, siguiendo muy de cerca sus pasos, cuando Dylan se detuvo decidió hablar haciéndolo voltear.
-Disculpa…
-¿Qué necesitas, conejillo de indias?
Akim frunció el entrecejo, ese apelativo logro irritarlo.
-No me llames así.
-¡Oh! Príncipe, disculpe mi osadía ¿en qué puedo servirle?
 -…Quiero hablar contigo.
-Disculpe mi atrevimiento príncipe querido, pero, ¿qué no estamos hablando ya?
El tono sarcástico y de burla que utilizaba para hablarle le hacía enojar, porque su forma de contestarle lo hiso ver como un tonto.
-En un lugar más privado, necesito un favor.
La sonrisa en el rostro de Dylan se ensanchó-Le diré que no hago esa clase de favores, ¿es acaso la manera adecuada de buscar con quien pasar la noche?
Las mejillas de Akim enrojecieron, sus palabras no iban con esa intención, pero dadas las circunstancias sospechosas de cómo lo siguió, podría parecer cualquier cosa.
-No ese tipo de favor, no estoy tan necesitado como para venir y pedirle a un extraño algo…como eso.
Dylan se encogió de hombros.
-Seguramente no, bueno, me despido príncipe, que este humilde súbdito tiene cosas que hacer.
Metió sus manos a sus bolsillo delanteros e hiso una leve reverencia hacia Akim quien solo suspiró, jamás había tratado con él, pero ahora tendría que hacerlo si quería permanecer tranquilo.
-Por favor espera, necesito pedirte un favor, no será gratis ya que si me ayudas yo, te daré algo a cambio.
Dylan levantó una mano y la alzó en señal de despedida comenzando a retomar su camino.
-Lo siento, no me interesa.
Una vez más Akim corrió detrás de él, siguiendo sus pasos muy de cerca, cuidando no perderlo de vista, caminaron por largo rato hasta que Dylan se detuvo en una casa de color crema, parecía grande a simple vista.
-¿No te han dicho que pareces un pequeño acosador?
-Jamás, nunca he seguido a nadie, ni siquiera quisiera pero necesito…
-Sí, sí, ya se, necesitas un favor.

Las orejitas de Akim se inclinaron hacia delante, aunque Dylan no lo notó, volteo de nuevo y con una seña le dijo que se fuera pero Akim no lo hiso, permaneció de pie delante de la blanca puerta.
-Supongo que no te iras, así que con su permiso príncipe, que su humilde súbdito tiene que darse un baño.
-¡Por lo menos escúchame!
Dylan abrió la puerta de su casa, con tranquilidad entró y dejó la mochila en un sillón, de nuevo se dirigió a cerrar la puerta, pero al girar la vio cerrada, volvió su vista y encontró a Akim parado al lado de un sillón negro.
-No me gusta entrar así, pero pretendo que me escuches.
Dylan sonrió, nunca antes había visto a ese niño, pero le parecía divertido. Caminó hasta él y lo hiso caer en el sillón negro, se inclinó hasta quedar encima del menor, colocando sus palmas en el sillón negro, su rostro muy cerca de sus labios susurró.
-Estas en mi casa, vivo solo… ¿Acaso sabes a donde entraste, o lo qué te puedo hacer?
 La chaqueta que cubría la cabeza de Akim cayó, dejando ver sus adorables orejitas negras totalmente alzadas, alertas, más no sentía peligro así que una de ellas se inclinó hacia delante, en signo de cordialidad.
-No creo que mucho si yo no me dejo, ahora que tengo tu atención escúchame.
Dylan suspiró, el niño sí que era extraño, se levantó y se dejó caer en el sillón blanco delante de Akim.
-Bien, habla.
Akim dio un saltito de alegría, ya tenía su atención, lo había logrado, ahora… ¿Por dónde empezar?
-Bueno, abras notado las orejas ¿verdad?
-Sí, lo hice, ¿Qué tienen qué ver tus fetiches conmigo?
De un salto Dylan tuvo enfrente de él a Akim, en una pose amenazante, que en realidad se veía adorable.
-¡No es ningún fetiche!-Gritó conmocionado-Solo escucha…Hoy en la mañana-tarde estaba en laboratorio de química experimentando, tenía una formula grandiosa que esperaba saliera bien, mezcle todo como creí que era pero, algo me salió mal, la sustancia que cree comenzó a agitarse y explotó cayendo encima de mi ¡toda! Cuando me limpie y fui al espejo note que tenía estas orejas, dientes y cola de conejo, son de verdad, son mías.
La curiosidad inundó la mente de Dylan, había notado que se veían demasiado reales más sin embargo, creyó que solo estaban bien hechas, se levantó y se acercó a Akim, tiró de una de las orejas del más chico y a cambio obtuvo un gruñido de dolor.
-Supongo que no mientes, ¿y esto que tiene que ver conmigo?
-Que con todos me siento con mucho miedo, comienzo a temblar mucho y mi sentido de supervivencia me hace alejarme de los demás, no puedo estar así, pero tendré que esperar un mes más o menos, y solo contigo, por una razón que no comprendo, me siento tranquilo…Así que ¡déjame quedarme a vivir contigo un mes!
-Me niego.
-Te daré algo a cambio.
-No quiero nada de usted, príncipe caprichoso.
Dylan se alejó unos pasos de Akim, soltó un suspiro y pretendía irse cuando el menor tomo su brazo.
-Por favor-Sus orejas cayeron hacia atrás-solo será un mes, y a cambio hare durante ese mes todo lo que me pidas.
-¿Estas consiente de que TODO incluye TODO?-Sonrió, quizás si espantaba un poco al niño lo dejaba en paz.
-Absolutamente, todo, te daré todo de mi si me ayudas.
-No entiendes el peso de tus palabras. Me rindo contigo, te ayudare, solo recuerda que has dicho que me darás todo de ti.
Akim sonrió con emoción, uno de sus problemas estaba solucionado, ya solo quedaban 2…
-Apropósito, mi nombre es Akim, un gusto.
-Mi nombre es Patrick Lucas Dominick, solo llámame Lucas, bueno iré a bañarme ¿qué más necesitas? Porque supongo que iras a tu casa y traerás tus cosas.
Akim no analizó realmente los nombres sino se hubiera dado cuenta que no menciono llamarse Dylan.
-Lo hare, solo que, umm…bueno, necesito que me acompañes.
Lucas frunció el ceño, se masajeo las sienes y asintió, fue rápidamente al baño, lavo su rostro y se cambió, regresó a la sala y con una seña le indico a Akim que lo siguiera, lo llevo a la entrada y tomo un suéter con gorra para ocultar las orejitas de Akim, se la puso y salieron, Akim hiso de guía, pues la casa estaba algo lejos.
Cuando llegaron quien tocó fue Akim, sus manos sudabany estaba inquieto, Lucas solo lo observaba, cuando la puerta se abrió una mujer de cabello café largo apareció, alta y de rasgos duros, que al ver a Lucas se ablandaron, desconcertando a Akim.
-Madre, yo, vengo a pedirte algo.
-¡No quiero que pidas nada Akim!
-Por favor, es algo pequeño.
-No sé lo que quieras pero de una vez te lo digo… ¡Absolutamente no!
Dylan quien se mantenía al margen frunció el ceño, esa actitud no le gustó para nada.
-El solo quiere pedirle permiso para quedarse en mi casa 2 meses, o más.
Su voz profunda sonó fría, distante.
La madre de Akim le sonrió dulcemente y asintió, dejo que Akim entrara y cuando este estuvo listo salió con una pequeña maleta, se fue sin un “hasta luego” o un “te extrañare” de su madre, pero ya estaba acostumbrado así que le daba igual.
-Supongo que tendremos que compartir cama, no es común en mí pero ¿Cómo puedo dejar que un príncipe conozca el piso, y no las sedas qué acostumbra?
-Basta con las bromas.
-¿Acaso prefieres que te llame conejillo de indias?
-Definitivamente será un mes largo.
-Aun puedo arrepentirme, príncipe.
-Por favor no.
Una vez llegaron Lucas lo guio a su habitación.
-Wooo es demasiado grande.
-Sí, aunque la cama es demasiado, supongo que ahora nos será de utilidad.
La cama es matrimonial, con sábanas blancas en ella, 2 almohadas y 3 cojines adornándola, al lado una lámpara de luz blanca encima de un buro caoba.
-Sí, es perfecta.
-Me alegra que le guste príncipe, porque aquí pasara mucho tiempo.
-No necesariamente, también saldré.
-No me refería a eso, de todos modos no creo que puedas salir solo, tendrías miedo.
 
Akim sonrió tímido, tenía razón, solo no podría salir.
-Ahora sí, iré a bañarme, sube a la cama y duerme.
Aun cuando sintió que era una orden lo hiso pues tenía sueño, se sentía agotado, cuando vio que Lucas entró a lo que dedujo era el baño, de su maleta saco unos pantalones un poco holgados y una camisa de pijama, se los coloco y se subió del lado izquierdo de la cama quedando dormido al instante.
Cuando Lucas salió del baño con tan solo una toalla en las caderas se recargo en el marco de la puerta y observó por largo tiempo a Akim, quien dormía sin hacer ningún ruido, solo el sonido de su suave respiración, después se secó y se colocó unos bóxer negros ajustados y subió del lado derecho de la cama, apago la lámpara y se durmió.
¿Qué ocurre cuando los sueño no son solo sueños?...Eso se responderá Akim en el siguiente capítulo.

Notas finales:

Gracias por haber leído, espero que les guste mucho este primer capítulo y comenten, estoy abierta a todo tipo de opiniones, así que si gustan comentar seré feliz respondiendo, ahora bien ¿qué les pareció Akim?
-A) Inocente
-B) Tierno
-C) Otro (especifique)
¿Acaso Dylan habla con doble sentido y Akim ni siquiera se da cuenta?
¿Qué sueño...?
Este es el primer capitulo así que lo interesante vendra en el siguien, ocurriran varias cosas ;) 


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