— ¿Ah?—preguntó asustado Sawamura Eijun a Miyuki Kazuya, que lo miraba con una sonrisa burlona.
— Quiero un beso—fue todo lo que dijo.
Sawuamura sabía que era una mala idea haber ido a esa extraña reunión con los del equipo, había revistas xxx regadas por el suelo, lo que lo tenía mirando constantemente por encima de su nariz, no era un santurrón, nada de eso... Bueno tal vez un poco, pero ese no era el tema. Estaba aquí junto a un igual de estupefacto Kuramochi al cual le habían pedido lo mismo, solo que de parte del Kominato mayor.
Ambos criminales tenían miradas burlonas ante el nerviosismo de las víctimas, con todo y patética analogía.
— ¿Y? — preguntó con su terrorífica sonrisa Ryousuke, Kuramochi tembló al lado del pitcher y se ocultó detrás de él; en otra ocasión Sawamura se habría reído de su nerviosismo, pero en ésta se sentía traicionado, ¡Lo estaba sirviendo en bandeja de plata!
—Ve tú—dijo en campo corto, el castaño abrió la boca indignado.
—Claro que no— gruñó jalando al también primer bateador para usarlo de escudo, ante la divertida mirada de los otros miembros del grupo.
Si les preguntaran ¿Por qué no interrumpían la bizarra situación?, seguramente responderían: ¡Ni locos! Esto es divertido.
—Ve—empujó el menor, al de segundo año que inmediatamente se resistió.
—No, ¿qué haces? — gesticuló pálido.
— ¿Qué te parece? salvo mi trasero— respondió sin dejar de empujar, maldición Kuramochi pesaba— Muévete—gruñó.
—Te voy a matar Sawa... Ah!— gritó cuando perdió el equilibrio y cayó a los pies del de cabello rosa, que por supuesto no había dejado de sonreír.
—Así que tú serás el primero— se inclinó sobre su kouhai que intentaba alejarse, lo sostuvo de las manos para detenerlo— Si huyes me vengare—advirtió. Inmediatamente el primer bateador se detuvo asustado—Así me gusta—
— ¡Vamos Ryo!— apoyaba Isashiki en medio de sus gritos, mientras Yuki asentía dándole la razón.
— ¡Traidores!—gritó un aterrado Kuramochi cuando de repente sintió que alguien sostuvo su mentón y sin poder evitarlo se levantó alejándose—Sawamura, sálvame— lloriqueó.
— ¿Por qué yo? — decía el otro igual aferrándose al senpai que había vuelto a su lado.
—No soy gay—
—Yo tampoco—
—Sálvame—
—Sálvame tú a mí—el pitcher aprovechó el despiste y empujó de nuevo al campo corto que terminó frente al de tercero, el cual lo haló de la camisa e inició un acalorado beso.
Kuramochi movía los brazos como intentando agarrarse de algo, tenía los ojos cerrados y un enorme sonrojo, estiró la mano hacia atrás buscando apoyo hasta que el menor se compadeció y lo jaló de las manos del Kominato.
— ¿Qué tal fue? —preguntó Sawuamura a un demasiado sonrojado Kuramochi, que tenía los ojos abiertos y labios rojos.
—Pues... No fue tan malo — ante esto se escucharon chiflidos que les recordaron que tenían audiencia, por supuesto el par de criminales disfrutaba de lo lindo— Te toca— y como venganza, el castaño terminó rodeado por los brazos del cátcher sin posibilidad de escape.
— ¿Ah? — dijo cuándo se vio allí y luego el beso no se hizo esperar. Sawuamura al igual que el de cabello verde tenía los ojos cerrados y un violento sonrojo. Sintió como el otro lo besaba con maestría y terminó... Contra su voluntad, hay que aclarar. Respondiendo el beso, que se ganó un aplauso.
— ¡Suéltame!— gritó nervioso y sonrojado, volviendo a los brazos del traidor.
— ¿Y?— preguntó Kuramochi, el pitcher se sonrojo a un más.
—Nada mal—susurró.
— “Nada mal”—repitió Miyuki con una sonrisa, su mirada se encontró con la cómplice del Kominato— ¿les gustaría mejorarlo?
Ambas víctimas se miraron rojas, ¡Oh Por Dios!, sabían la respuesta. Con cierta timidez miraron a sus respectivos senpais y asintieron y se acercaron en medio de los gritos del equipo.
¿Qué? se había sentido bien.