Love and Pride
Otro día aburrido de un agosto parcialmente tranquilo.
Un nuevo viernes igual de sociable, pero esa vaga descripcion ya era una excusa muy usada, algo monótono solo para no aburrirse tanto en la preparatoria. Era algo con nuevas mentiras que rondaban en su cabeza asta el fin de la semana; y para colmo, fingir que tienes algo por que seguir viviendo y eso era derrotar al perfecto Sasuke Uchiha, el joven que, se podría decir, le consideraban repulsivamente perfecto.
No es que fuera alguien que odiara al chico de cabellos negros y porte elegante e intimidante, la verdad era que odiaba esa insoportable forma en que se comportaba. La manera en que buscara formas de burlarse de él, pelearse en plena clase, y lo peor era actuar misterioso; una cualidad que las chicas de su clase, y tal vez las de todo su instituto, amaban.
¿Y para que fingir? Naruto solo quería terminar el año escolar para no verle la cara al Casanova, y justo ahora, pretendía caminar por los pasillos de la vieja escuela serenamente; olvidando el maldito raspón que no dejaba de notarse cerca de sus labios. Un golpe dado por el mismo Sasuke días antes.
Trataba de no pensar en Sasuke, al menos antes de que vomitara por decir su nombre; lleegó asta la puerta de su aula de clase en donde tendría que verse con la única persona en todo el curso que le daba más confianza; su gran amigo, Kiba Inuzaka, quien era más hiperactivo, más sociable, y claro, más idiota; o al menos él pensaba que actuaba imbécilmente, por que le conocía bien, mucho más que a sus otros camaradas.
Kiba era su compañero de tonterías. Su colega con quien podía robar exámenes, montarse a un taxi sin tener dinero, ir a un auto cine y colarse en el para ver la estúpida película. Era su mejor amigo, y lo apreciaba como si fuera su propio hermano.
—Viejo —escuchó la voz de aquél chico acercandosé. Naruto tomo asiento en la primera fila suspirando—. ¡Wow! Mirate, tenés una cara horrible.
Soltó un bufido de malestar al escucharle dramático, y término por verlo a su rostro algo serio.
—¿Pero que te paso?, ¿alguien te ah puesto de malas o qué?
—¿Y que te hace pensar que es por alguien? —contesto molesto.
Kiba casi se echaba a reír, pero se rasco la cabeza al notar las pronunciadas ojeras debajo de los ojos azules de su rubio amigo.
—Tío, Sasuke si que te trae.... ¿como lo diría? —dijo poniendo una mano en su cabeza, tratando de ser algo dramático—. Mira que te ah puesto competitivo.
Una mirada de furia se poso en él al decirle aquello, cosa que pareció ignorar puesto que Kiba se echo a reír como un maníaco.
—Mejor cállate —poso sus ojos azules en la ventana del salón. Quería terminar rápido con los deberes y ir de una buena vez a su casa para echarse a dormir.
Tras unos segundos, o quizás milenios, el castaño había parado de reírse y tomo asiento al lado de Naruto. Solo esperaba que el rubio no le diera un estaté quieto, en su cabeza. Odiaba que algunas veces el rubio le diera por enojarse tan fácilmente.
Y es que aún era raro. Naruto últimamente se había puesto muy insorpotable.
—¡¡Chicos!!
Los dos dirigieron toda su atención en las jóvenes que entraban muy animadas al aula: Sakura Haruno, e Ino Yamanaka.
Ese par era demasiado bromista, y molestas verdaderamente. Eran demasiado pesadas, y claro que amaban bromear con ellos, pero los traían hartos con sus indirectas a cierta persona que odiaban, y más cuando hablaban mucho de lo “perfecto” que era Sasuke, solo para molestarlos. Si, en especial a Naruto.
—Ah, hola —saludo el Uzumaki secamente mientras sacaba un libro de su mochila.
Las chicas se miraron entre ellas, y tras un momento incomodo, terminaron por interrogar a Kiba con sus gestos raros.
—Esta de chulito por estudiar anoche —contesto el castaño encogiendose de hombros.
—O más bien por Sasuke —comento divertida Ino, quién se ganó el fruncir de ceño por parte de Naruto—. Dale Naru, no seas aguado.
El susodicho les término por enseñar un sonrisa fingida, para después sacarles el dedo medio con fastidio. Acto seguido todos comenzaron a reír escandalosamente.
Ni medio minuto había trascurrido, cuando el típico murmuró de chicas, se escuchaba entremezclado al ver entrar a un pelinegro. Todos guardaron silencio al ver como el joven decidía sentarse lejos, o al menos en una esquina, mientras ignoraba, como de costumbre, a todas las personas.
—Y hablando del Casanova —murmuro Ino dándole un codazo a Sakura, quién le sonrió a la chica.
—Pues a ese Casanova, me re-gustan sus ojos...
—Deja eso —interrumpió Ino—, a lo que le voy es al paquete.
Naruto y Kiba rodaron sus ojos. Odiaban eso de ellas; que les molestaran por gusto.
—¡Joder ya! —exclamó Kiba—, largense a fantasear con él Uchiha a otra parte.
—Hay, Kiba. ¿Acaso estas celosito de MI Sasu? —Sakura habló más melosa.
Tras pensarlo rápido, el castaño entrecerro los ojos seriamente.
—Tú Sasu —dijo tratando de imitar el tono chillón de su voz—, es un gran Idiota presumido —susurro.
Antes de poder contraatacar, Ino se vio obligada a callar cuando el profesor de historia entro al aula; ella guardo asiento junto a su amiga.
—Buenos días —pronuncio el hombre de cabellos castaños—. Como sabrán, en dos semanas se ha programado una excursión, por ende, sabéis que necesito sus pases firmados por un tutor, y más vale que sean realmente autorizado por ellos. No quiero la misma escena de hace un año.
Todos guardaron silencio casi sepulcral; habían recordado el incidente, en especial la madre eufórica vociferando cosas sin sentido.
—Y como saben, los grupos los asignare yo —por un momento los rostros de todos palidecieron—. Empezando por ti, Kiba.
Al verle seriamente, supo que nada iba ser bueno.
—Venga ya profe.... —murmuro audible y resignado.
—A ti —reviso los treinta nombres de distintos estudiantes, terminando solo en uno—, sera con Sai, ¿vale?
El joven castaño suspiro de alivio. Al menos no le toco con alguien tan rarito, según él.
Sakura, sin esperarlo más, alzo la mano rápidamente, atrayendo la atención de su profesor.
—¿Y se supone que Sasuke esta vez estará solo verdad? Ya sabe, la otra vez término... —anunció parando en seco al ver la expresión enojo de Sasuke.
—¿Por que no me sorprende que hables del imbécil? —musitó Naruto sin ser escuchado por nadie.
—Esta vez las parejas con chicas están prohibidos, y va para todos —comentó con una expresión demasiado seria, tanto que se habían quedado espantados por su rostro—. Ya que estáis calmado, ¿alguno os interesa en estar con Sasuke?
Nadie dijo ni una palabra. Tal vez por que Sasuke daba más miedo que envidia, o quizá por que éste les amenazaba con la mirada a quien se atreviera a hablar.
—¿Y bueno? ¿Enserio nadie? —preguntó intentando animar la clase—. Bien, lo pondré yo —no solo observaba con la mirada a todos, ignorando las esperanzadas de las chicas—. Shikamaru...
—Nisiquiera me tome en cuenta —comentó el chico que daba de que temer, solo siguió apoyado en su asiento con el rostro firme y serio.
—¿De nuevo a detención por la aptitud? —amenazó harto de ese joven que, a pesar de sus buenas calificaciónes, era todo una molestia.
Solo se encogió de hombros restandole importancia. El profesor Yamato por fin se había cabreado, pero no montaría escenas por un estudiante que le daba dolores de cabeza.
—Uchiha —llamó sin más remedio—, y Uzumaki. No quiero peros.
De un momento a otro a Naruto se le deformo la cara, vio a Sasuke que también parecía sorprendido más ignoro esa idea y le levantó de su asiento atrayendo las miradas de todos.
—¡Me niego! —gritó alarmado, deseando matar a su estupido profesor que lo odiaba demasiado para ponerlo con la única persona en el universo que le jodia su mínima existencia.
Ino y Sakura comenzaron a reír bajito, cabreando más a Naruto que seguía confuso, emputado con el profesor y muy sorprendido.
—¡Ni loco pienso a juntarme con ese [*]mamarracho! —señalo hacía Sasuke alterado.
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