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Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

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Notas del capitulo:

Actualizando.... ahora!

CUANDO COMO UNA CHISPA DE LUZ ILUMINASTE LA OSCURIDAD

 

—Entonces Doctor Kurosaki…  ¿Hace cuánto comenzó a actuar con tan poca ética profesional?

Parado frente a un grupo de galenos como si se encontrara en un juicio en los tribunales, estaba You totalmente expuesto ante las miradas reprochadoras del consejo médico del hospital, incluyendo al presidente del colegio médico del país. La noticia se había regado como pólvora dentro del sanatorio, todos comentaban que el mudo de la 666 había hablado por primera vez luego de 4 años de internación en el lugar. Algunos hasta lo consideraban un milagro y algunos extremistas llamaban “San You” al responsable. Incluso para los médicos era algo increíble, lo que un doctor no pudo conseguir en tantos años el “nuevo” lo hizo en una noche, razón por la que el afectado principal era quien presidía la reunión.

—Nunca actué sin ética profesional Doctor Smith…

— ¿A no? Hace cuanto que trata al paciente de la 666 a nuestras espaldas.

—Sólo fue anoche señor… la primera vez salí huyendo por razones que no vienen al caso… y aprovecho ahora para aclarar que fui yo el único responsable de esto, no tienen por qué responsabilizar al guardia, yo lo engañé.

—Por favor doctor, no trate de jugar al héroe ahora, preocúpese por sí mismo.

—Hace tiempo que dejé de hacerlo señor… es por eso que me convertí en Médico Psiquiatra, es por eso que hice lo que hice, sin preocuparme por mi propio pellejo, al igual que ustedes haciendo simplemente la mirada a un lado.

— ¡¿Cómo se atreve?! — Pronto los murmullos y golpes en las mesas no se dejaron esperar.

—Por favor… déjenlo continuar — intervino el presidente del colegio médico, un hombre canoso y de mirada amable, — Dígame, ¿a qué considera usted que “todos hacen la vista a un lado”?

—Yo pude sentir el dolor del paciente señor… no resistía estar ahí, fue la razón por la que hui la primera vez, pero volví porque pude entender que no ganaba nada simplemente con hacerme a un lado.

— ¿Qué fue lo que hizo? ¿Cómo logró que hablara? ¿Hubo algún medicamento de por medio? 

— No señor, sólo lo enfrenté con su problema… el diagnóstico estaba mal desde el principio, no tenía el Síndrome de Asperger, sino más bien un tipo leve de esquizofrenia paranoide o persecutoria.

— ¡¿Qué?! — Interrumpió el doctor Smith al percatarse de que estaban desprestigiando sus habilidades para diagnosticar — ¡Eso no es cierto! ¡¿Esquizofrenia?!  ¡¿En qué se basa para dar tal diagnóstico?!

—Cuando hablaba con él pude notar que ladeaba los ojos a un costado.

—Eso no significa que tenga esquizofrenia, yo noté ese gesto hace mucho, se trata de una simple reacción de “valerle un comino”, siempre que le hablaba hacía la mirada a un lado como si quisiera que simplemente lo dejara en paz.

—Yo también creí eso al principio, pues ese gesto es muy sutil, no parece la gran cosa, hasta que le pregunté si había alguien ahí… fue cuando estalló. — Los murmullos comenzaron nuevamente — Lo enfrenté a “esa persona” y se descontroló aún más, es claro que oye y ve a alguien en su mente.

Todo se quedó en un silencio sepulcral hasta que el presidente médico carraspeando habló.

—Doctor Kurosaki… el que haya dado un diagnóstico tan acertado en tan sólo una sesión, es la muestra de su gran capacidad como profesional, una tan grande que sería terrible para el cuerpo médico del país perderla, es por eso que, y si mis colegas están de acuerdo, pido que se levante esta sesión olvidando lo que pasó anoche, y pidiéndole a usted que trabaje de cerca con el doctor Smith en la recuperación del interno 666 y de otros que puedan requerir su asistencia.

Todos asintieron, y aunque Smith no estaba muy feliz tuvo que aceptar. Su padre le hizo una seña con la cabeza que indicaba su aprobación. Incluso Yamashita Kintaro estaba ahí, lo convocaron al ser el responsable de Satoru Okabe, éste sonreía feliz.

—Pero déjeme advertirle que ésta será la última vez, no vuelva a tener esos arranques socratianos ¿Entiende?

—Si doctor — e hizo una reverencia al más puro estilo japonés. 

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— Ja, Okabe-san… Kyou wa ogenki desuka?

    /Entonces, Okabe-san cómo está hoy?/—…

 

Y otra vez aparecía You junto al doctor Smith. Pero Satoru estaba mudo de nuevo. You lo entendió, así que carraspeando hizo salir a Smith quien tuvo que entender que no era bien recibido allí, así que salió para dejarlos que hablaran tranquilos. Desde que había vuelto a hablar, sacaron a su paciente de su habitual lugar a otro más amplio, iluminado con grandes ventanales, un lugar diseñado para observar el comportamiento de los pacientes. Alrededor había una gran cantidad de médicos junto a un intérprete que les decía de qué estaban hablando ambos nipones.

—Bien, Satoru-san… — continuó — ¿Está bien que te llame por tu nombre? — lo vio asentir levemente. — Gracias, ayer nos dejaste muy sorprendidos cuando hablaste, ¿Podrías hacerlo de nuevo?

— ¿Qué quieres oír…?

Afuera todos estaban maravillados. Más él sintió algo extraño, era la tercera vez que lo veía, aun así, estaba encantado con Satoru, es más, su voz era increíble, bastante masculina y grave. Aquel tono vocal le produjo un ligero escalofrió, entonces con una bofetada mental trató de controlarse.

—Me gustaría que me contaras acerca de esa persona, a la que mirabas anoche.

— ¿Para qué? Si tú también crees que estoy loco.

—Claro que no, es más, yo te creo, es por lo que quiero saber por qué esta persona viene a tu habitación a hacer lo que te hace, es decir, porqué esa persona…

— ¿Quieres dejar de llamarlo “esa persona”? Su nombre es Hyde…

—De acuerdo, lo lamento, deseo saber por qué le temes a Hyde, porqué te atormenta así, ¿Me lo dirías? Quiero saber ¿Quién es Hyde?

—Era…

— ¿Era?

—Sí, era. Porque… — hubo una gran pausa seguida de un suspiro— porque yo lo maté.

You simplemente se petrificó. ¿De qué estaba hablando? ¿Era posible creerle debido a su condición mental?

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—Así como lo oyes… yo lo maté… — respondió ante la mirada atónita de su nuevo doctor —pero no quiero hablar de eso ahora.

—De acuerdo… entonces, cambiemos la pregunta… Dime ¿Has vuelto a verlo?

—No… —sintió un gran dolor en el pecho, este entrometido había tocado la herida—  No desde ayer, no puedo verlo, en ninguna parte.

—Vaya… pero eso es bueno ¿No?

— ¡No! ¡No lo es! — Se había exaltado sin razón — Es decir… yo… ya no lo sé… — apoyó sus codos en las piernas y se sujetó la cabeza con desesperación, pero entonces sintió una presión suave en su hombro, era ese tipo, le mostraba su apoyo.

—Satoru-san, hace un momento dijiste que él “era”, pues si era, ya su cuerpo no está más entre nosotros, es hora de que lo dejes ir…

— ¡No! Eso no… no quiero… — comenzó a llorar ¿Cómo se atrevía a pedirle eso? — si lo hago se sentirá muy solo, y me sentiré muy solo también…

—No será así… no estarás sólo porque yo estaré a tu lado — eso lo dejó sin habla — al igual que Yamashita-san, el doctor Smith, las enfermeras… todos estaremos para apoyarte, y en lo que respecta a Hyde-san… yo no soy supersticioso, pero, si respeto mucho las costumbres de nuestros antepasados y ellos decían que si uno le guardaba luto a un ser querido durante mucho tiempo, más del recomendable, no estaría dejando que pueda encontrar el descanso eterno, ¿Entiendes? Lo estas manteniendo aquí, donde realmente está sólo, no es lo que quieres ¿o sí?

—No…

—Déjalo libre entonces, no te pido que lo olvides ya, eso será imposible, pero demos un paso a la vez, yo te ayudo ¿Quieres?

Asintió. De forma inesperada una nueva etapa se estaba iniciando para él.

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Pasaron los días, los que se convirtieron en semanas y a su vez en meses y las cosas habían mejorado mucho. Ya podía pasear, ver la televisión junto a los otros internos, ya su vida parecía estabilizarse, incluso reía. Aunque no todo era color de rosa, eso estaba claro, había días en que recaía, pero You estaba siempre para ayudarlo, ese sujeto sí que era grandioso. 

Por su parte, para You cada día que pasaba con Satoru le parecía inigualable. Se sentía tan condenadamente feliz cuando estaba a su lado, nunca antes le había pasado lo mismo, su felicidad era tanta que creía que si lo perdía, algún día moriría. Y ese era el pensamiento que lo atormentaba también, era inevitable que su Satoru saliera algún día del hospital, y aunque podrían quedar como amigos, no sería lo mismo. ¿En qué estaba pensando? Si esto que sentía podría ser considerado como falta de ética profesional, podría ser visto como una situación en la que estaba tomando ventaja de una persona indefensa por su inestabilidad emocional.

Pensaba en estas y muchas otras cosas más conforme ingresaba en su hogar luego de un día agotador. Fue a la cocina y se preparó una taza de café, era ya muy tarde aun así su teléfono sonó.

— ¿Aló? 

Luego de unos segundos oyendo la voz al otro lado de la línea, dejó caer su taza de café, la que ante el contacto con el suelo se hizo trizas mientras el salía de nuevo corriendo como un loco. Cerca de media hora más tarde se hallaba corriendo dentro  del sanatorio hacia la terraza de un pabellón. Trataba de llegar hasta el último piso pero era casi imposible, pues una tropa policial y los curiosos inundaban las escaleras, aun así luego de mucho esfuerzo lo logró, llegó hasta la puerta que unía la terraza con las escaleras, donde había un grupo de galenos y otro de policías fuertemente armados y protegidos con chalecos antibalas, cascos y escudos blindados.

— ¡¿Qué pasó?! —

— ¿Qué cree usted que pasó? — Contestó con ironía el doctor Smith — ¡¿No dijo que ya se estaba recuperando?! ¡No me pregunte cómo, pero Okabe se robó el arma de uno de los guardias, ahora está ahí apunto de volarse la cabeza!

Se quedó un buen rato en silencio con el corazón destruido. ¿Qué había pasado? ¿Por qué él…? Entonces decidió hablar con el oficial al mando.

—Disculpe… ¿Podría acercarme a él?

— ¡¿Acaso está loco?!

—Yo soy su psiquiatra y su amigo, él confía en mí… por favor, sólo yo podría detenerlo.

El agente lo pensó muy bien, analizando los pros y contras, ese plan era descabellado, pero luego de casi una hora tratando de persuadir al suicida no sabía que más hacer, así que accedió. Lo equiparon con un chaleco antibalas.

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Un oficial estaba parado frente a él, ¿Por qué hacían tanto escándalo? Si quería morir que simplemente lo dejaran, ¿en qué podía afectarles eso?

—Señor por favor baje el arma… — suplicaba, mientras él la pegaba más al costado derecho de su frente.

Entonces el policía se retiró, “al fin” pensó. Así vio entrar a You en su lugar.

—Satoru…

— ¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¡Déjame en paz… quiero estar solo! —No separaba el arma de su cabeza.

—Satoru… ¿Por qué?

— ¡Deja de llamarme así! … Soy Gackt…

— ¿Cómo…? — eso pareció noquearlo

— ¡Que mi nombre no es Satoru, maldita sea! Soy Gackt… Gackt Camui…

— ¿C…Camui? — Su expresión de casi terror no le sorprendió. —Pero… pero si los Camui son…

—La segunda familia más poderosa de nuestro lindo país luego de la del emperador. Cuando me internaron, lo hicieron bajo el nombre de Satoru Okabe, para no echar por la borda el buen nombre de la familia — terminó haciendo mofa.

You se tomó unos minutos para procesarlo todo. Ahora definitivamente ya no conocía a la persona que estaba frente a él. 

—Todo este tiempo… engañando a todos, incluso a ti, todo fue una mentira, comenzando con mi nombre y terminando en el hecho de que me estaba recuperando, y ahora que lo sabes no te culparía si me odiaras y no quisieras verme nunca más, es lo que siempre pasa con todos lo que me rodean, siempre termino arruinándolo…

Lo siguiente que esperó era que Kurosaki diera vuelta y se fuera, desapareciendo de su vida para siempre. Sin embargo no lo hizo, se quedó ahí, es más, caminó hasta la orilla de la terraza y miró hacia el oscuro firmamento, luego suspiró y se giró nuevamente hacia él.

—No todo fue mentira… Sato… digo… ya no sé qué decirte… ya no te conozco… — bajó la cabeza por un segundo — Pero hay algo que mi corazón me dice que es verdad, y es todo lo que se refiere a Hyde-san… tú… tú lo amabas ¿Cierto? Y es verdad también que tú lo mataste…

Eso fue suficiente para ponerlo fuera de combate, incluso bajó el arma.

— No quiero hablar de eso — ladeó el rostro para ya no mirarlo.

— ¡Ya deja de hacerlo! — Ante el grito volvió a mirarlo — ¡Deja de cargar con el mundo tú solo, cuando hay personas que queremos ayudarte! Fue por eso que quisiste matarte ¿Verdad? Por lo que pasó con Hyde-san… ¿Por qué no me lo dices?

—Ya el doctor Smith lo sabe, ¿Por qué no se lo preguntas a él?

—Porque a él se lo contaron, no fuiste tú quien se lo dijo… Hazlo tú ahora, dímelo y veras como ese peso se te quita de encima al instante…

— ¿Por qué haces esto? Estuviste a punto de perder tu trabajo la primera vez y ahora estás aquí hablando conmigo en lugar de salir corriendo ¿Por qué simplemente no te vas? Pues ya que te convenciste de que yo lo maté ¿No temes que haga lo mismo contigo?

— ¡No! No… yo no te dejaré, no puedo hacerlo, porque… porque… yo te amo… — se quedó boquiabierto ante la confesión ¿Sería esa una técnica para distraerlo de su propósito? No, You no era así, hubo un largo e incómodo silencio. — No me preguntes cómo pasó porque ni yo lo sé… Bien, ya conoces mis sentimientos y si no puedes corresponder a ellos no me importa, yo te apoyaré y estaré a tu lado siempre, es por eso que debes dejarme ayudarte, cuéntame de Hyde-san… por favor…

Ya no había más argumentos. Gackt estaba acorralado. 

Miró al cielo y comenzó a contarle todo, para él era como si una avalancha de dolor, ira, frustración y culpabilidad contenida, todas esas cadenas se fueran rompiendo de a poco. Lentamente comenzó a sentirse libre. No dejaba de llorar y temblar, no podía creer que alguien estuviera dispuesto a oír las monstruosidades que había cometido.

Por otro lado, estaba You, quien escuchando, pensó que la cosa sería grave, pero no tanto. Trataba de concentrarse en que no se le cayera la mandíbula por el estupor, pero no podía, pues lo que oía era simplemente increíble. Sentía nauseas. Pasó un rato y Gackt llegó al clímax de su historia.

—Y entonces… esa noche, según dijeron los investigadores, cuando llegó a su casa su padrastro lo estaba esperando, y el maldito… abusó de él… su madre lo vio, así que tomó un arma, la que los oficiales nunca pudieron hallar, y le disparó a su marido y luego se disparó, todo en frente de él. Hyde huyó, se robó un auto, se emborrachó, se drogó y entonces…

— ¿Y entonces qué? ¿Qué pasó Gackt?

—No me hagas decirlo…

— ¡Vamos Gackt! ¡Hazlo!

— ¡SE FUE A MÁS DE 100 CONTRA LA BARDA DE UNA CURVA! ¡CAYÓ A UN PRECIPICIO! … ¡EL AUTO SE INCENDIÓ Y EL MURIÓ AHÍ, SOLO, TOTALMENTE SOLO, CARBONIZADO DENTRO DE LA CARROCERÍA! ¡¿AHORA LO ENTIENDES?! ¡TODO FUE MI CULPA!

—No Gackt… no fue tu culpa — trataba de calmarlo ahora que lo había visto poner el arma de nuevo sobre su sien.

— ¡CLARO QUE SÍ! ¡NO TRATES DE SER CONDESCENDIENTE! ¡FUE MI CULPA Y AHORA DEBO PAGAR POR ELLO!

You vio con horror cuando bajó el arma y se la puso en la boca, así que sin importarle nada, corrió y le sujetó las manos, llegando a tomar el revólver también, y alejándolo de su cara, ambos comenzaron a forcejear por el control.

— ¡YA LO PAGASTE GACKT! ¡MORISTE! ¡¿NO LO ENTIENDES?!

Los policías alejaron a los curiosos, pronto el caos gobernó el lugar, gente gritando despavorida, los oficiales pegando gritos, ordenándoles que se detuvieran mientras les apuntaban. Ellos no cedían y de pronto, el estruendo de un disparo resonó en todo el edificio.

Ambos tenían los ojos bien abiertos y respiraciones agitadas, los policías no sabían quién era el herido, hasta que el doctor cayó de rodillas sujetándose el costado izquierdo, la sangre comenzó a salir en grandes cantidades, llevaba un chaleco antibalas, pero debido a la distancia en que se realizó el disparo, la bala logró alcanzar su destino.

— ¿You…? — Gackt con el arma aún en las manos estaba aterrado, ¿Qué había hecho?

Entonces Kurosaki se desplomó. Los oficiales corrieron pidiendo una ambulancia tomándole el pulso al herido mientras enmanillaban al responsable. Pronto You estaba camino al hospital y Gackt camino a la delegación. 

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Paso un día entero en una celda de máxima seguridad, sin saber que había pasado con You. Deseaba tanto desaparecer pues estaba convencido de que no estaba en este mundo más que para traer dolor a los que se atrevían a creer en él. Entonces, un oficial entró y sin decirle nada lo sacó de ahí, lo llevó por entre los pasillos sin decirle nada, subiéndolo a una patrulla y yéndose a algún destino desconocido. Tal vez lo iban a fusilar, ya no le importaba, es más, creía que era lo mejor.

—Tienes una suerte increíble… — dijo al fin el oficial dentro de esa patrulla. — el doctor no murió. — Gackt abrió los ojos como platos — ya salió de operación y al parecer está bien… pidió verte.

—Pe… pero…

—Será mejor que cierres la boca si lo que quieres es inculparte, ya balística demostró que fue Kurosaki-san quien se disparó, él tenía el dedo en el gatillo, él mismo lo corroboró, así que te llevaremos al lugar y ya serás responsabilidad del psiquiátrico.

Una hora más tarde, Gackt estaba dentro de la habitación de You, luego de pasar por las miradas de odio y miedo de sus familiares y colegas. Un aparato hacía un pequeño “pip” cada vez que latía su corazón. ¿Cómo pudo arriesgarse hasta ese extremo por él? Una lágrima se escapaba por su mejilla. Justo en ese instante You se despertó.

—Gackt… qué bueno que viniste…

Se acercó a él con mucha parsimonia, una vez frente a su cama lo miró llorando, todo estaba en silencio sólo cortado por los lamentables sollozos de Camui. Lloró por varios minutos, jamás había llorado tanto.

— ¿Ahora lo entiendes? ¿Ves todo lo que hice? —  Habló finalmente Camui — Destruí la vida de un ser que me amaba, y casi lo hago con la tuya ¿Aún puedes decir que me amas? ¿Puedes amar a un ser tan despreciable como yo?

—Gackt…

Sin más, y con trabajo You levantó una mano y le acarició una mejilla, Gackt la tomó, la acunó y sin que se lo esperara se recostó suavemente sobre él, inclinándose aún de pie y abrazándolo con ternura. Entonces sintió algo extraño, era como si una especie de calor lo recorriera de pies a cabeza, así, un hermoso sentimiento se apoderó de su sombrío corazón, lo reconoció de inmediato, no se había sentido así desde que estuvo con Hyde. Eso lo asustó así que sin ser brusco se alejó sutilmente del doctor.

— ¿Qué pasa…?

—You… ¿Acaso no me oíste?

—Gackt… yo… — lo miraba con ternura — Te oí, y creo que eres una persona muy buena Gackt, cualquier otro simplemente hubiera hecho la mirada a otro lado sin importarle lo que causaron sus acciones, pero tú… todos estos años has pagado por ese pecado, ¿No crees que ya es tiempo de perdonarte? Y si me lo permites déjame que yo sane esa herida… no es mi intención ocupar el lugar de Hyde-san pero permíteme que te ayude a olvidar todo lo malo que pasó con él y que recuerdes sólo lo bueno,  sólo lo bueno…

Ambos se miraron por un rato más hasta que se hizo evidente que ambos sentían lo mismo, poco a poco Gackt se fue acercando y así, se fundieron en un beso.

Continuará…

Notas finales:

Comentarios por fis...


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