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Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

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Notas del capitulo:

Gracias a todos por leer, y espero que este capitulo les aclare mejor el porque de muchas de sus preguntas :3

CUANDO SE CAYERON LAS MÁSCARAS

 

— ¡AHHHHHHHH!

— ¡HIDETO!

Y como ya algo rutinario en las noches, Hideto se levantaba sobresaltado por una pesadilla.

—Tranquilo… tranquilo… — Yun lo tranquilizaba acariciándole la cabeza.

—Yun… — lo abrazó.

— ¿Qué pasa pequeño…?

—Fue horrible…

—Últimamente has tenido muchas pesadillas, ¿Hay algo que te aflija?

—No… no sé por qué…

—Porque sabes que si hay algo que te moleste puedes decírmelo…

— ¿Algo que me moleste?

—Es que me parece muy raro que de pronto tengas tantas pesadillas… ¿No hay nada que debas decirme?

—No…Nada…

— ¿Seguro? —

Los labios de Yun ya estaban tan cerca de los suyos que podía sentir su aliento, su calor. Entonces, se besaron.

Este beso le envió a Tetsuya, bajo el pseudónimo de Yun, una descarga eléctrica a través de su cuerpo, había pasado tanto tiempo desde que estuvo con Hideto tan íntimamente que lo extrañaba. En cambio para Hideto, más que sentirse apasionado, hallaba en ese beso y esos brazos que lo envolvían con tal protección, la tranquilidad que necesitaba su alma, luego de tan horrible visión nocturna. Pronto aquel beso se hizo más intenso, hasta que ya ambos se encontraban semidesnudos, solo los dos, descontrolados por sus febriles hormonas. Yun se sentía en el mismo paraíso al tener aquel cuerpo pequeño y hermoso debajo suyo. Para él ya no había marcha atrás. Hideto sentía una mezcla de emociones, por un lado se sentía protegido y amado, pero por otro lado estaba asustado, ¿Qué le estaba haciendo a Yun? ¿Cómo podía ser tan cruel? Estaban piel con piel, a punto de consumar su amor por enésima vez desde que vivían juntos, pero su mente estaba muy lejos. ¡No! Debía mantener tanto su cuerpo como su mente junto a Yun, pero ni bien se hacía presente la visión de aquellos ojos azules en su mente, ya ésta se hallaba muy lejos, junto a aquel hombre que sin saber cómo, lo había cautivado. Veía tan vívidamente esos ojos, ese cabello, ese pecho, esos brazos… esos brazos que si lo abrazaban eran capaces partirlo en dos, esas manos; esas manos que podía sentir recorriendo todo su cuerpo; y esa boca, que, si bien sólo le había repartido castos besos al encontrarse y despedirse desde que se conocieron, podía jurar que ahora la sentía sobre la suya, sobre su cuello, sobre su clavícula, y descendía. Y sin más, en sus labios se juntaban algunas letras, las que se formaban en una palabra que él conocía muy bien:

—Sa…to…    

Abrió los ojos asustado, estuvo a punto de fastidiarlo todo ¿O ya lo hizo?

Ya Yun se había detenido,suspendido en sus brazos aún sin retirarse totalmente de encima de él, lo miraba pasmado.

— ¿Qué…?

—Yun…

— ¿Qué dijiste?

— ¿Yo? Nada…

— ¡No trates de engañarme tu dijiste algo! ¡¿Era un nombre?! ¡¿De quién?! — se aparto totalmente de encima.

— ¡Claro que no! — Se sentó también — No te entiendo, haces una montaña de un granito de arena, no era un nombre, sólo algunas sílabas al azar… — no podía verlo de frente cuando mentía y eso Yun lo sabía bien. — Y no sé por qué te comportas así luego de que tuve un sueño tan feo, no es lo que necesito ahora.

 — ¿Y qué soñaste? — preguntó con fastidio.

—Soñé con mi mamá…  ella estaba de pie frente a un barranco… nunca antes la había visto, al menos no recordaba su rostro, pero esta vez… la pude ver, corrí a abrazarla, pero entonces desapareció y yo caí…

— ¡Deja de soñar estupideces!

Y como de costumbre Yun volvía a enfadarse, al menos para Hideto, sin razón alguna. Luego se daba cuenta y se disculpaba.

— lo siento…

— ¡¿Para qué me pides que te cuente si luego te molestas?!

—Hideto yo…

Furioso salió de la cama arrojando las cobijas a un lado y se fue a la sala.

Yun se quedó allí, sin saber qué hacer, no fue tras él pues algo lo carcomía por dentro cuando veía su rostro. Ya no podía ocultar el hecho de que esta situación lo estaba matando, ¿Por qué de pronto su maldito subconsciente le traía a la memoria sus recuerdos, así fuera en forma de sueños? Y no sólo eran las pesadillas, Hideto, su Hyde se estaba alejando, lo sentía, algo o alguien estaba interfiriendo,  estaba seguro de que aquel era un nombre, pero para su desgracia no pudo escucharlo bien, así que tenía que averiguarlo.

Hideto se sentó muy molesto en el sillón, prendió un cigarrillo y fumando trató de calmarse un poco. La reacción de Yun lo molestaba, pero no tanto como aquella situación. Algo le había pasado, ¿Qué era todo esto? ¿Por qué de repente todas esas pesadillas lo atormentaban? Pero estaba consciente de algo, que todos esos malos sueños iniciaron justo cuando había comenzado a verse con Satoru, y esa no podía ser una coincidencia. Una parte le decía que se alejara, pero otra le decía que si lo hacía, moriría.   

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

 

Al día siguiente el reloj apenas marcaba las cinco de la mañana y Gackt ya tenía una visita. Su mayordomo fue a abrir, aun así él se levantó y miró desde arriba de los escalones a la persona que llegaba tan temprano.

— ¡Buenos días! — Hacía su ingreso un muy buen humorado You con un lindo ramo de flores en las manos.

— ¿You…?

— ¿Esperabas a alguien más? —hablaba con ironía.

—No, claro que no, es sólo que es muy temprano…

De pronto él prácticamente se le arrojó y abrazándolo lo besó, con tanto amor que él mismo sentía como si tocara el cielo con las manos, teniendo esos labios amados fundidos a los suyos, era casi como si no hubiera pasado nada, como si ayer no hubiera visto nada, pero para Gackt la cosa era distinta. Ese beso se sabía a culpa, a remordimiento, no estaba respondiendo al beso de su prometido con la misma intensidad que él, y eso no pasó desapercibido para You.

—Es para ti… — le dio el ramo y lo soltó, prefiriendo hacerse al desentendido y dirigiéndose a la sala. — ¿Desayunamos?

—Oh, gracias, eh, ¿Desayunar?

—Claro, quiero hablar contigo de la reunión de esta tarde…

— ¿Reunión…?

Entonces la expresión animosa de You se transformó por completo. Era como si algún tipo de espíritu maligno y sombrío lo hubiera poseído.

— ¿Olvidaste la reunión que teníamos hoy con mi padre?

— ¿Eh? ¡No! No, no, no… — quiso abrazarlo pero él se hizo a un lado con violencia. — You… por favor…

—Ok. — Volvió a sonreír — no te preocupes, después de todo creo que sería mejor posponerlo a una cena en lugar de un almuerzo.

— No, You no es necesario, si quieres…

— ¡No se trata de lo que yo quiera es lo que ambos queremos! ¡No se supone que vamos a casarnos!

Y sin más salió corriendo de la mansión, Gackt corrió tras de él y lo detuvo de un brazo.

— ¡Suéltame!

— ¡Vamos You! ¡¿Qué te pasa?! ¡No tienes por qué hacer esto, si lo admito se me olvidó pero aún podemos hacerlo!

—No gracias.

— ¡You! ¿Qué tienes? ¿Por qué te comportas de esta manera? Tú no eres el You que yo conocí…

—Pues éste es el You que tú creaste… y es el mismo con el que vas a casarte ¿Te sirve o no?

Gackt lo soltó, asustado.

—Cancelaré la cita con mi padre y si te dignas puedes venir esta noche a mi departamento para hablar.

Sin más salió y subiendo a su automóvil se fue.

 

Varias horas más tarde You conducía por una de las calles más aterradoras de Nueva York, se detuvo y saliendo del auto entró en una especie de bodega. Adentro había un grupo de sujetos muy mal encarados, lo vieron y sonrieron.

— ¿Debemos suponer entonces que sí requerirá nuestra información y servicios? — habló el que parecía el líder.

—Déjate de estupideces — arrojó una gran cantidad de billetes sobre una mesa en medio, los tipos rieron.

—Bien, averiguamos acerca de ese tipo, vive en un condominio del Bronx… en esta dirección — le dieron un papel.

— ¿Están seguros?

—Por supuesto, hay un buzón ahí con su nombre y todo.

— De acuerdo, ahora mismo voy por él…

— ¿Usted? No es necesario señor, si desea podemos traerlo por usted.

—No, quiero hacerlo yo mismo, quiero ver su cara cuando le apunte con un arma y lo obligue a subir a mi auto… después lo traeré aquí y entonces podrán encargarse de él…

—Como usted guste.

Salió del lugar en camino a su objetivo. Era todo, le había dado una oportunidad a Gackt esa mañana, pero lo arruinó, ¿Cómo pudo olvidarse de algo tan importante? Claro, como ahora sólo tenía mente para el rubiecito aquel.

—Lo siento Gackt, tú me orillaste a esto…

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

 

Hideto llegaba de la universidad, Yun no estaba pues se había ido a trabajar muy temprano así que para cuando despertó ya no lo vio. Habían peleado la noche anterior así que ahora se sentía triste, fue hasta la cocina y se encontró con un obento sobre la mesa. Delante había una nota que decía: “Lo siento… te amo, atte: Yun” sonrió y desde ese momento comenzó a sentirse basura, ¿La razón? No podía creer lo que le estaba haciendo, era cierto, no era nada nuevo que lo engañara escondiéndole su trabajo, pero ahora, había conocido a alguien con el que se sentía condenadamente feliz cada vez que estaba a su lado. No sabía decir si estaba enamorado, pues temía a este sentimiento, pero esa sensación era realmente especial. Sin embargo había algo más, y eran esas pesadillas, era claro que Satoru las estaba causando… rió divertido, que tonto, ¿Cómo era posible que una simple persona le provoque pesadillas? Pero no sabía cómo explicarlo…

Luego de comer se cambió de ropa, ya estaba listo para salir rumbo a la casa de Satoru. Bajó las escaleras, y luego de saludar a un vecino en el camino llegó a la puerta, ahí había un auto estacionado, se preguntó qué haría un auto ahí. Se acercó más y más a la puerta, hasta que una vez que estuvo muy cerca, la ventana polarizada del chofer se deslizó poco a poco, cuando Hyde lo vio se quedó petrificado.

    ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Miraba por la ventana, preguntándose cómo había llegado a esa situación, dentro de un auto desconocido con un tipo que, mostrándole un arma y amenazando con quitarle la vida lo había obligado a subir. Lo habían estado siguiendo, era un hecho, pues si no ¿Cómo dieron con él? ¿Cómo pudo ser tan descuidado? ¿Dónde habían quedado sus habilidades? Seguramente ya se estaba poniendo viejo, si un simple jovenzuelo, y más específicamente el prometido de su cliente era capaz de secuestrarlo de esa forma, ya su carrera como detective se había terminado.

— Y bien Akira Matsumoto-san… no le parece que el Bronx es un barrio muy pobre para un inversionista, es lo que dijo usted ¿Verdad? Jajajaja, mentira, resultó ser un simple detective…

— ¿Detective? No sé de lo que habla. — se detuvieron.

— ¿A no? — You se dio vuelta y lo amenazó nuevamente con el arma — Bájese…

— ¿Y qué si me niego?

Sonrió con sarcasmo. De la bodega abandonada en la que se estacionaron salieron un grupo de pandilleros, abrieron la puerta con violencia y lo sacaron a empellones, lo siguiente que supo era que dentro de ese lóbrego lugar, estaba sentado sobre una silla, atado de pies y manos siendo golpeado despiadadamente sin saber la razón. Y frente a él, You Kurosaki sentado sobre una elegante silla de madera de caoba mirando de palco todo el espectáculo.

—Por favor ya basta… — suplicó con algo del aliento que le quedaba — ¿Por qué…? ¿Por qué hace esto?

Los golpes cesaron cuando él se puso de pie y caminó hacia el preso.

—Bien… Matsumoto-san, ¿Quiere que esto se detenga? Sólo hay una forma, y es contestando unas simples preguntas, pero debe hacerlo con total sinceridad, pues de lo contrario los golpes no habrán sido nada. — se apoyó sobre los brazos atados del sujeto acercando su rostro lo más que podía al del hombre como una forma de amedrentamiento — pues aquí tengo algo mucho más efectivo… — le mostró una jeringa con contenido desconocido — aunque no menos doloroso…

— ¿Qué es eso…? — Preguntó aterrado mirando fijamente la inyección.   

— ¿Quiere saberlo? Como quiera…

Uno de los pandilleros lo sujetó fuertemente así You clavó la jeringa en el brazo del hombre.

     ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Decía Hideto a su “amigo” quien lo veía divertido desde el asiento del piloto de su elegante automóvil, miraba a todas partes.

Gackt, alias Satoru estaba parado frente a la puerta del condominio sonriéndole como si nada, cuando eso era sumamente peligroso para Hideto, los vecinos podrían verlo y eso sería terrible para su ya malograda relación con Yun.

— ¿No te alegras de verme?

— ¡Claro que no! No deberías estar aquí, conoces muy bien las condiciones de nuestra relación…

—Lo sé, pero entonces no debiste darme la dirección de tu casa, vamos, no te preocupes tanto, tu novio no se enterará… mira, — tomó un CD y se lo entregó — es un nuevo videojuego para Wii.

—Aish… — sonrió y sin refutar más, se subió al coche en el asiento del copiloto.

Una vez dentro se le acercó y lo besó con todo el amor que le podía transmitir, Satoru se sorprendió, sonrió y sin más arrancó rumbo a su casa, como todas las tardes hacia casi tres semanas. Hideto se reclinó abrazándose fuertemente al brazo de Satoru, que se encontraba libre. Se sentía tan feliz de sentir ese calor tan cerca suyo que mientras miraba por la ventana a las nubes en el firmamento, se puso a pensar lo ocurrido la noche anterior, claro, jamás le diría a Satoru que había pensado en él mientras estaba junto a su novio, pero ahora estaba tan feliz de estar con el real y no el que habitaba en su cabeza que todos esos remordimientos se habían ido a algún lugar lejano del universo. Era algo terrible pues esto iba en contra de sus convicciones, pero ya no había más dudas, estaba total e irremediablemente enamorado de Satoru Okabe.

     ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

 

— ¡AHHHHHHH! — gritaba el detective de Gackt retorciéndose de dolor.

Había pasado así unos minutos hasta que el dolor comenzó a disminuir, aún así rogaba por misericordia.

—Tranquilo Matsumoto-san, sólo fue una gota, pero créame, si es toda la dosis los efectos se multiplicaran y es más, sería letal…

— ¡¿Qué es lo que quiere dígame de una vez?!

—Buen chico… — arrastró la silla hasta ponerse bien de frente al sujeto — ¿Cuál es el trabajo que le hace a Gackt Camui? Si usted es detective, ¿Qué está investigando para él?

—Por favor…

— ¿No me lo dirá? Entonces… — acercó de nuevo la inyección.

— ¡NO! ¡NO POR FAVOR! — Le hincó la aguja sin presionar— ¡ME PIDIÓ QUE INVESTIGARA A HIDETO KITAMURA! 

Retiró la aguja mirándolo con total asombro.

— ¿Hideto Kitamura? ¿Cómo es él?

— ¿Có… cómo? Tengo una foto de él en mi chaqueta, en el bolsillo interno.

Uno de los pandilleros lo esculcó y encontró la foto, se la pasó a You. Entonces sus ojos casi se salen de sus órbitas, se levantó dándole la espalda al prisionero y llevándose una mano a la boca, no cabía duda, era el tipo rubio que había visto, besándose con Gackt.

—Continúe… — ordenó sin darse vuelta mirando aún la foto, — ¿Quién es él? ¿De dónde lo conoce Gackt…?

—No sé cuál es el interés de Camui-san en él… — el hombre sollozaba aterrado— ni de dónde lo conoce, pero si sé que él… él es estudiante, estudia en la universidad de New York, diseño y remodelación de interiores… tiene 20 años y vive con un hombre que responde al nombre de Sawada Yun… además, es un sexoservidor…

You se dio vuelta con una expresión mezclada entre sorpresa e ira, ¿Cómo era posible que Gackt lo estuviera traicionando con un gigoló de cuarta? No, debía haber algo más.

— ¡¿Está diciéndome que Gackt lo contrató para que averigüe la vida de un tipo como ese?! ¡¿Para qué?! ¡¿Sólo para tener sexo seguro con él?!

—Es todo lo que sé… ¡Lo juro!

—Eso no es cierto, no le creo, le dije que fuera sincero así que faltó a las reglas… y ya sabe las consecuencias de ello…

Sin más volvió a clavarle la aguja y está vez presionó un poco, el hombre sintió el dolor así que gritando suplicó de nuevo.

— ¡ENTONCES DÍGAME! ¡DÍGAME QUE ESTÁ PASANDO EN REALIDAD! ¡¿QUIÉN ES ESE TAL HIDETO Y QUE QUIERE GACKT CON ÉL?!

— ¡POR FAVOR YA BASTA! ¡SE LO DIRÉ, SE LO DIRÉ…! —lloraba descontrolado por el dolor que sentía. —Al principio Camui-san me contrató para que averiguara todo sobre él, su vida, sus familiares, todo lo que le acabo de contar, pero… luego me lo dijo todo, me envió a Japón, investigué ahí y encontré algunas cosas importantes para Camui-san… en los registros Americanos el figura como Hideto Kitamura, pero ahora no cabe duda, luego de hacer un análisis de ADN que cotejé con una muestra que me dio Camui-san y una que pude robar de las pruebas policiales en Japón, esta persona es Hyde… Hyde Takarai…

You retrocedió aterrado, trastabilló y entonces cayó al piso sentado luego de que la sangre se le subiera a la cabeza. Todo alrededor daba vueltas en un vórtice sin control.

— ¡Señor! ¡¿Está bien?! — los delincuentes a sueldo trataban de ayudarlo mas él los apartó de forma brusca.

Arrastrándose se arrodilló frente al detective, y sujetándolo de ambos brazos lo zarandeaba sin mucha fuerza.

— ¿Qué ha dicho? Por favor… por favor, eso no puede ser posible… ¡¿Acaso trata de engañarme de nuevo?!

— ¿Qué ganaría yo con eso? Volví para darle esa información a Camui-san y a decirle que ya infiltré a algunos de mis compañeros en la policía Japonesa para saber cómo es que Hyde Takarai aparece como muerto allá y está vivito y coleando aquí… pero hay algo más, el muchacho no parece recordar nada acerca de su vida en Japón ni cómo llegó aquí, vive creyendo que es hijo de unos japoneses que murieron cuando tenía dos años y que creció en un orfanato siendo luego protegido por una tal Yun Sawada, que no es más que Tetsuya Ogawa, miembro de una de las familias más poderosas de Japón después de los Camui, y al parecer es quien le dio sus nuevas memorias…— temblaba horrorizado.

Luego de unos minutos tratando de asimilarlo todo, You se puso de pie con algunos espasmos nerviosos.

— Y Gackt… ¿Él sabe todo esto?

—Lo supo desde el principio, él me dijo que siempre supo que esa persona era “su” Hyde, está consciente también de su amnesia y de la existencia de Ogawa, lo único que aún no sabemos es cómo está vivo… esa era mi misión…

—Pues esa misión se acaba ahora, al menos para mi novio, ¿Entendió? — Se volvió a aproximar amenazante — Desde ahora trabaja para mí, desaparecerá totalmente de la vida de Gackt sin decir nada y sin dejar rastro, me informará a mí todo lo que averigüe acerca de la supuesta muerte de Takarai y su “resurrección” ¡¿Entendido?! — el hombre asintió — más le vale porque si trata de pasarse de listo mandaré a algunos yakuza a que se encarguen de usted y su familia, tengo el dinero suficiente para hacer que lo hagan desaparecer, y le consta que la mafia japonesa es peor que unos simples pandilleros neoyorkinos ¿Verdad?

Sin decir más el hombre asintió débilmente y perdió el conocimiento.

     ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Ya era de noche, y caminando despacio ingresaba a su departamento, el tiempo se le había ido volando, al estar junto a la persona a la que, y ya no sin tener prejuicios, podía decir que amaba. Aún así esperaba no despertar a su novio. Dejó las llaves y de repente la luz se encendió. Pero algo raro pasó. Cuando vio a la persona que estaba frente a él, esperaba encontrarse con un Yun muy molesto, pero en su lugar estaba un tipo alto, robusto que apestaba a alcohol y que lo veía furioso.

Estuvo a punto de gritar ante la visión del extraño, pero de pronto algo en su mente le decía que esto ya lo había visto antes, que conocía a ese tipo y que por alguna razón le tenía un pánico incontrolable.

— Mocoso asqueroso…  ¡¿Dónde estabas?! —Preguntó ese hombre.

—Eh… yo… yo…

— ¿No estabas revolcándote con alguien por ahí?

— ¿Qué…? Yo…no…

Entonces aquel tipo se le acercó con la mano en alto, dispuesto a golpearlo, Hideto lo vio aproximarse con terror, así que sin más se puso a gritar como loco tapándose los oídos y cerrando los ojos rogando por no ser golpeado.

— ¡HIDETO! ¡HIDETO! — al escuchar esa voz abrió los ojos y se encontró con Yun quien lo zarandeaba para que saliera de su trance.

—Yun…

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué gritabas?

—Yo… creo que tuve una especie de alucinación…

—Cuéntame.

— ¿Para qué? ¿Para que luego te molestes?

Se hizo a un lado y sin más se dirigió a la habitación.

—Estoy muy cansado, y mañana tengo que madrugar, vámonos a dormir…

Se fue dejando sólo a Yun, se sentía muy mal, estaba seguro de que ya había vivido esto, de haber conocido a aquel hombre, pero le exasperaba no recordar dónde ni cuándo. Por otra parte, no tenía el suficiente valor de ver a la cara a Yun por todo lo que estaba haciendo y sintiendo ahora. No, no podía seguirle haciendo esto, después de todo siempre había velado por su seguridad y le había salvado la vida al salir del orfanato, debía hacer algo, y debía hacerlo ya.

En medio del pasillo estaba Yun, paralizado, era un hecho, Hideto… Hyde había visto a su padrastro en su lugar… estaba recordando, y era alguien más quien lo provocaba, seguramente estaría con él ahora, por eso había llegado tan tarde, se fue hacia la pequeña mesita que había en medio y tomó un par de tiquetes de avión… así comenzó a hablar solo.

— No te preocupes mi dulce Hyde, ya lo pensé bien, y mañana mismo nos vamos de aquí para muy lejos, no tengas miedo porque tu Yun… mejor dicho, tu Tetsuya siempre piensa lo que es mejor para ti…

     ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

— ¿You?

Ya dentro del departamento de su prometido estaba Gackt, entraba en el despacho donde You solía trabajar algunas veces que revisaba historiales. Lo encontró, sentado allí en una silla con la luz apagada mirando el cielo nocturno iluminado por la luna. Y esta misma luz le permitió ver lo que hacía éste.

—Vaya, así que te dignaste a venir…

—You… ¿Qué crees que haces?

— ¿Yo? Nada como podrás ver… —arrastraba las palabras, entonces se puso de pie y tambaleándose se le acercó, con su copa llena de vodka lo abrazó enredando sus brazos alrededor de su cuello y lo besó, — sólo bebo un poco, pero ya que estás aquí puedo tener algo de acción… — y lo volvió a besar esta vez con pasión cargada.

Pero Gackt lo apartó gentilmente. 

—No You… estoy muy cansado… — se alejaba de él — por favor deja de beber, has estado haciéndolo mucho últimamente.

—Claro… estás cansado… — hablaba con furia disimulada de dolor — tu también has estado muy cansado últimamente ¿Eh?

—He tenido mucho trabajo.

— ¡Y yo he tenido mucha sed! ¡Así que estamos iguales! ¡Yo te dejo dormir así que tú déjame beber!

—You… No hay nada que hacer cuando te pones así, yo vine aquí a hablar pero creo que no será posible, además como te dije estoy casi muerto… me voy a dormir, te espero en la cama.

Y salió de ahí. Una lágrima corría por su mejilla. ¿Qué estaba haciéndole a You? ¿Por qué no tenía el valor suficiente para terminar con esa mentira? Era un cobarde.

“Claro, debes estar muy cansado… cualquiera lo estaría si tuviera que cargar con una doble vida al igual que tú…” pensó, totalmente solo en esa habitación. Estuvo a punto de decirle eso mismo, pero se reprimió. Se mordió la lengua y trató de controlarse para evitar lanzársele encima y golpearlo. Si, ya lo sabía todo, ya sabía todo acerca del tal Hyde Takarai y su nuevo romance… así que prefirió calmarse, no era tiempo aún de decírselo, no, aún no… había que jugar un poco más, sólo un poco, al igual que él jugaba con su sentimientos, con su corazón, con su ser, si, había que jugar un poco más antes del final.

—Ya pronto… muy pronto, se acerca la jugada final, mi amor… — y de un trago se bebió el resto del vodka de su copa.

Continuara…

Notas finales:

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