Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Y llegó el final!!! Gacias por haberme acompañado hasta este momento, esta escritora les está muy agradecida :3

Capítulo Final

CUANDO EL FINAL ES SÓLO EL COMIENZO

 

Lo lamento mucho Takarai-san

Le había dicho, aquel hombre alto, gallardo, vestido prolijamente de blanco y que ahora estaba parado frente a él con la cabeza gacha. ¿Qué significaban esas palabras? ¿Pertenecían acaso al mismo idioma que él hablaba? Al parecer si lo era… pero entonces ¿Por qué su mente las rechazaba? ¿Por qué sentía tan claramente como las mismas le perforaban el corazón de forma salvaje? De algo estaba seguro, las palabras son en definitiva armas más efectivas que cualquier revólver o cuchillo, pues estas últimas que habían salido de la boca de aquel médico habían acabado por completo con su ser y su razonamiento.

Oyó que Ken gritaba algo así como un: “¡No!” bastante fuerte y con una voz cargada de dolor, luego lloró. Fue cuando el galeno se hizo a un lado dándole paso para entrar a la habitación. Sus piernas no le respondían, si no fuera porque podía sentir, aunque débilmente, a su corazón latir, podría jurar que acababa de morir. Nada le respondía, ni siquiera los parpados en sus ojos abiertos en su totalidad por el desconcierto.

Sin embargo, como una especie de prodigio sus piernas comenzaron a andar, y como una costumbre desde su infancia, juntó ambas manos haciendo tronar sus dedos; Hacía eso cada vez que se ponía nervioso. Vio a todos los doctores y enfermeras parados por toda la habitación los cuales con la cabeza gacha miraban el piso. Pronto todo pareció detenerse a su alrededor, el aire se hizo más denso y amenazaba con ahogarlo, comenzó a oír la presión de su sangre resonarle en los oídos junto a los latidos de su corazón, su respiración, sus pasos vacilantes. Era un hecho todo se había detenido, todo, excepto él mismo.

El tiempo trascurrió para él como si se tratase de años, desde que entró por la puerta y llegó hasta la cama. Vio con cuidado a la persona recostada, la cual dormía pacíficamente. ¿Quién era? ¿Quién era esa persona? Si bien la expresión de su rostro era dulce, tanto que parecía que sonreía, llevaba las marcas de un gran debilitamiento, de una dolorosa enfermedad. Entonces posó una mano sobre la frente de aquel hombre y acarició su cabello, pero la sensación era extraña, no se sentía normal, ¿Qué sensación era esa? Más cuando colocó su mano sobre la mejilla de esa persona, una especie de electricidad le recorrió el cuerpo, sí, él reconocía esta nueva sensación, era única, sólo transmitida por su amado.

“Ah, es verdad…” Se dijo, era Gackt, era su Gac-chan quien estaba recostado ahí, estaba durmiendo, y él, ¿Qué hacía? Lo recordó, vino a visitarlo. Ahora que estaban casados no podía separarse de él. Pero que descuidado había sido… llegó con las manos vacías, había olvidado comprar otra de sus gelatinas que a él tanto gustaba, a lo lejos oía a Ken llorar desesperadamente, ¿Qué le pasaba?

—Ken… ¿Podrías hacerme un favor? ¿Podrías ir a comprar algunas gelatinas Aiyu? Olvidé reemplazar las que hice caer ayer… y cuando Gac-chan despierte va a sentirse muy triste… por favor…

—Hyde…

—Mira que pacífico se ve… pero por favor, ve a comprar las gelatinas, y puedes comprarte una para ti también… — fue hasta el sillón de atrás y tomó su saco — ¿Dónde dejé mi billetera?

—Hyde por favor…

— ¿Eh? ¿No quieres ir? De acuerdo entonces iré yo… — tomó la billetera y trató de salir.

— ¡No Hyde! — se puso en su camino y lo detuvo pero Hyde estalló en ese momento.

— ¡ALÉJATE DE MÍ! — Ken lo abrazó aprisionándole ambos brazos, él comenzó a luchar — ¡DÉJAME! ¡SI TU NO QUIERES IR, IRÉ YO! ¡NO VOY A DEJAR QUE GACKT SE PONGA TRISTE!

— ¡HYDE BASTA!

— ¡NOOO! — se zafo con tal fuerza, que incluso sorprendió a Ken, se giró mirándolo con gran ira. — ¡¿QUÉ PRETENDES?!          

— ¡HYDE NO PUEDES HACERTE ESTO! ¡NO ACTUES COMO SI NO HUBIERA PASADO NADA! ¡GACKT NO PODRÁ COMER NADA NUNCA MÁS ¿ENTIENDES?! ¡Gackt está…!

— ¡CALLATEE!

Se le abalanzó, con el puño cerrado estuvo a punto de golpearlo pero Ken pudo hacerse a un lado, vio cuando Hyde perdía un poco el equilibrio y luego se daba la vuelta dispuesto a golpearlo esta vez, mas Ken se le adelantó, se irguió y le propinó un fuerte puñetazo que hizo que cayera sobre el sillón. Todo se calmó de pronto, algunas enfermeras quisieron correr y ver si Hyde estaba bien, pero el doctor las detuvo. Hyde se incorporó sentándose, Ken se le acercó respirando aún de manera agitada y se puso de cuclillas para mirarlo desde abajo levantando su mentón…

—Hyde…

—No por favor… por lo que más quieras… — ya algunas lágrimas comenzaban a caer — no digas nada…

—Hyde, ya basta… no hagas esto, no te metas una vez más en ese mundo de mentira… no seas tú quien se engañe ahora… Gackt ha muerto Hyde… está muerto… — No pudo evitar llorar también.

—No Ken… — lo miró con una sonrisa demente — quien quiere engañarnos es el doctor, acabo de tocarlo y sentí esa misma corriente que percibo cada vez que lo toco, cada vez que me acaricia, él está vivo Ken…

—No, no, no…

—Ken necesito ir a comprar…

— ¡Hyde! — el pequeño guardó silencio.

—Siente… — sujetó sus manos y las puso sobre su propio rostro

Lo hizo levantarse y lo llevó de nuevo hasta la cama y puso sus manos sobre el rostro de Gackt. En ese instante Hyde comenzó a temblar… pronto esas sacudidas se convirtieron en espasmos, parecía que perdería el conocimiento de un momento a otro.

—Gackt… — dijo con una voz ahogada. — No Gackt… No…

Ken lo abrazó por atrás envolviendo sus brazos alrededor de él, posando su cabeza sobre su espalda tratando de transmitirle algo de consuelo más Hyde empezaba a descontrolarse nuevamente.

— ¡Gac-chan! ¡NO POR DIOS! ¡NO!

Lágrimas comenzaron a caer copiosamente, sentía que su cabeza iba a explotarle, que su pecho iba a quebrarse, un dolor más fuerte que el de mil cuchillos atravesándolo se hizo presente en su corazón. Veía a Gackt, sobre aquella cama, nunca más oiría su dulce voz decirle “Te amo”, nunca más sentiría sus manos recorriendo su cuerpo, nunca más vería esa sonrisa, nunca más sería inundado por la luz de su existencia… entonces un grito desesperado salió desde lo más profundo de su ser, el cual resonó por todo el hospital.

— ¡AHHHHHHHH!

Pronto las personas empezaron a llegar, la primera en arribar fue la hermana de Gackt, detrás de ella You, incluso Chachamaru y otro grupo de gente cercana. Pronto los gritos y llantos inundaron el lugar, You corrió hasta la cama de Gackt y se petrificó mientras respirando con dificultad movía la cabeza con negación.

Hyde continuaba luchando y gritando.

— ¡GAAAACKT! ¡POR FAVOR NO PUEDES HACERME ESTO! ¡DIJISTE QUE ESTARÍAMOS JUNTOS! ¡PROMETIMOS ESTAR JUNTOS PARA SIEMPRE! ¡NO ME DEJES SOLO POR FAVOR! ¡DESPIERTA! ¡DESPIERTA!

Podía sentir los brazos de Ken envolviéndolo, lo que le impedía arrojarse sobre Gackt, quería tanto hacer que despertara, que abriera los ojos y lo abrazara.

— ¡GACKT POR FAVOR…!

Entonces casi como un susurro perfectamente audible en medio de aquel caos pudo escuchar un: “Lo siento…”

Era Gackt… su Gac-chan, continuó mirándolo ahí inmóvil, sobre esa cama de hospital, entonces lo entendió, había sido su espíritu, había sido el adiós. Así, sintió cuando su propio espíritu abandonó su cuerpo y todo a su alrededor se tornó oscuro.

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

“Stay with me… doushitara ii?”

/ Quédate conmigo… Dime ¿Qué debería hacer?/

Lo siguiente que recordaba era estar de pie sobre un campo hermoso, de un verde espectacular, alrededor varios coníferos se alzaban imponentes sin dejar ver su verdadera belleza ya que no reflejaban los rayos del sol atravesando sus ramas, brindando un precioso sentimiento de paz. El día era lóbrego, el cielo estaba oscuro, totalmente encapotado por nubes negras que se ponían a tono con los trajes de todos los presentes. Entonces miró a su alrededor, un montón de gente que lloraba, que se abrazaba, toda vestida de negro. Así se vio a sí mismo, ¿Cuándo se había vestido así? Él también estaba de negro, una camisa blanca, un pulcro traje, unos zapatos de charol negros y brillantes. Su cabello rebelde prolijamente peinado, y en su rostro, nada, absolutamente nada, toda expresión había desaparecido, ni una lágrima, difiriendo totalmente del resto de los presentes. Entonces observó el ataúd en medio, rodeado por ese grupo de gente y por sí mismo… 

“…Yasashii me ga togiresou sa…”

/ …Parece que ya no veré más tus dulces ojos…/

 

Y esas palabras formándose en su mente, una a una se amontonaban y querían salir por sus labios, pero estos parecían sellados. Afortunadamente alguien sí podía hablar, era el sacerdote quien oficiaba la misa fúnebre.

Hablaba de muchas cosas que no podía comprender:

Que estaban reunidos para decirle adiós a Camui Gackt…” ¿Por qué la gente se reunía para decir “adiós”? Cuando nunca se reunieron para decir “hola”… quiso sonreír, pero una vez más nada le respondía a excepción de sus pulmones. Era paradójico ¿Cierto? Que todos vinieran a llorar su muerte cuando nunca celebraron su vida. Quiso una y mil veces gritarle a todos que se largaran, pero por enésima vez se daba cuenta de que estaba paralizado.

Que él vivirá por siempre en los corazones de los seres que lo amaron…” ¿Era esa una vida? Todos dicen que permanecerá por siempre gracias a los recuerdos albergados en ellos mismos, ¡Jaja! simples consuelos ridículos, ¿Lo creen estúpido para que se crea esa tontería? Eso es mentira, no puede estar presente si ni siquiera puede sentir su aliento cálido y acogedor cuando respirando amanecía a su lado, abrazándolo con protección. Y ahora nada, no podía sentir nada, ¿Era eso vivir?

“Que él velaría por todos desde el cielo, como un ángel protector, como una estrella que guía sus caminos…” Pero si él siempre fue una estrella, gozaba de una luz propia que iluminaba a cuantos se le acercaran, él era luz, él era vida, era su luz, era su vida, ¿Y ahora? ¿Necesitaba que lo protegiera desde el cielo? ¿Qué lo guiara desde las alturas? No, él lo necesitaba a su lado, presente en cuerpo y alma, no necesitaba un ángel guardián, sólo lo necesitaba a él abrazándolo, besándolo, protegiéndolo, cuando estuviera feliz, cuando estuviera triste, que lo guiara cuando se sintiera perdido…      

“…Meigo ni natta osanai toki no you dane...”

/ …Como en aquellos tiempos cándidos en que me convertía en un niño perdido.../

Entonces el Padre dejó de hablar, hizo una señal con la mano, la cruz seguramente, y entonces un grupo de hombres se acercaron al ataúd y sujetándolo por las cuatro esquinas comenzaron a descenderlo al lugar donde residiría de ahora y para siempre. Ya una vez adentro le instaron que se acercara, pero no podía reaccionar ¿Qué nadie lo entendía? Ken se le acercó y lo ayudó a moverse como un títere sin vida. Lo ayudó a tomar un puñado de arena e hizo que lo arrojara sobre el ataúd ya bastante debajo de él. Luego unos empleados del campo santo tomaron unas palas y comenzaron a cubrirlo. Por un instante quiso arrojarse, y dejar que lo cubrieran junto a su amor eterno, pero sus malditas neuronas no transmitían órdenes.

Pronto terminó, pusieron la lápida, todos dejaron sus flores, y una a una las personas comenzaron a retirarse sin decir nada, puesto que Ken los alejaba cuando querían acercarse a darle su pésame, no quería que se le acercaran, así que agradeció a su amigo que lo haya podido entender sin palabras.

Pasaron algunas horas y ya todos se habían ido, y él continuaba parado en el mismo lugar, mirando aquel sitio que había quedado maravilloso con tal cantidad de flores, pero que a su vez era horrible. No pensaba en nada en específico aún así no sentía cansancio, aburrimiento u otra sensación de estar ahí como una estatua, sí, se había convertido en una estatua. Y se preguntaba por qué no podía llorar, ni una sola lágrima desde que había perdido el conocimiento en el hospital, ¿Qué le estaba pasando?

Así las gotas heladas de la lluvia comenzaron a caer, como si el cielo le dijera que si bien no podía llorar, lo haría por él. La llovizna rápidamente se hizo un diluvial, y él no se movía, entonces escuchó el sonido de las gotas chocando contra un paraguas.

Era Ken quien cubriéndolo le decía que era hora de irse. Envolvió un brazo alrededor de sus hombros y lo ayudó a caminar. Le echó un último vistazo al lugar, y aquellas palabras se formaron en su mente, sin salir por sus labios paralizados de frio.      

“... sayonara wa…”

/…Es el adiós…/

(A Silent Letter)

 

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

—Pobre mi cariño… — decía Chachamaru sentado sobre uno de los sillones en la sala de Ken. — ¿Qué pudo hacer para que la vida se haya ensañado tanto con él? Cuando finalmente encontró la felicidad…

—Es verdad… yo… — se le quebraba la voz — Lo siento…

—Vamos Kitamura-san, ¿Puedo llamarte Ken? Bueno Ken, si deseas llorar simplemente hazlo.

—No puedo, debo ser fuerte por él… ¿Sabes? Hace años Gackt se sentó ahí también, donde lo haces tú, fue una víspera de navidad, cuando todo se salió de control y buscó la muerte…

— ¿Y mi cariño lo sabe?

—Claro que no, después de todo lo traje aquí para que las cosas no le recuerden a Gackt….

— ¿Dónde está ahora?

—En su habitación… la de visitas quiero decir… se está cambiando…

 

 

No supo cómo ni cuándo llegó hasta ahí, y la verdad no le importaba, lo único que sabía era que estaba en el cuarto que Ken había acondicionado para él, pues los oyó decir que no sería bueno que regresara a su departamento donde todo le recordara a… Sintió nuevamente esa ráfaga de dolor, presente en su pecho y que hacía metástasis por todo su cuerpo.

A momentos olvidaba dónde estaba, qué día era, quién era él… ya nada tenía sentido, ni siquiera el cambiarse, creía que le habían pedido que lo hiciera, pero estaba ahora ahí parado en medio de ese extraño lugar, nada familiar. Entonces sus pies lo guiaron hasta  donde parecía estar el baño, entró y lo primero que hizo fue verse al espejo, se miró con detenimiento, ya ni siquiera podía reconocerse a sí mismo, estaba pálido, ojeroso, todo su rostro carecía de vida. ¿Cómo era posible que él se encontrara aún ahí? Estaba siendo egoísta, no podía creer que había dejado sólo a… nuevamente el dolor. Abrió el botiquín detrás de ese espejo y lo esculcó, ¿Habría cigarros ahí? Que tonto, ¿Cómo podría buscar cigarros en ese lugar? O a lo mejor esa era sólo una excusa. Pero su búsqueda no fue en vano, encontró algo mucho mejor, algo que le traería aún más paz…

 

—Buenas tardes… — ingresaba You en el gran salón de Ken, encontrándose con el propietario y aquel nuevo amigo que había conocido, Chachamaru, ambos conversaban.

—You-san, buenas tardes…— contestó Ken.

—Buenas tardes.

— ¿Cómo está Ayana? — Preguntó Ken.

— ¿Ayana? — preguntó esta vez Chacha.

—Es la hermana de Gackt.

—Oh…

— ¿Cómo crees? Está muy mal… — contestaba You sentándose frente a ellos. — Acabo de acompañarla a su casa y en ningún momento dejó de llorar, sin importar lo que dijéramos su esposo o yo…

—Al menos llora — opinó Ken — No como Hyde… esa su frialdad… asusta…

—No es raro que algunas personas reaccionen así, después de todo Gackt era el hermano de Ayana, pero era la vida de Takarai-kun… este golpe fue más fuerte para él… por cierto, ¿Dónde está?

—En su habitación, mandé a mis sirvientes que la tuvieran lista para él.

— ¿Lo dejaron solo?

—Se está cambiando…

— ¡Pero Ken-san! ¿Cómo se les ocurre? — Se puso de pie caminando hacia los escalones.

— ¿Qué…? — decía Ken mirando a Chacha quien le hizo una señal de “quien sabe”, ambos se pusieron de pie siguiendo al doctor.

 

Sentado sobre una silla que había puesto en medio de esa habitación, estaba ahora él, con la mirada fija en el techo. Estaba casi recostado sobre aquella silla de madera, arrojado sobre ella como si él mismo fuera un muñeco roto al que habían arrojado a un rincón. Nuevamente aquellas palabras que su corazón creaba se hacían presentes en su mente, no sabía de dónde venía aquella inspiración, pero se amontonaba en sus labios, y esta vez, luego de tanto tiempo estos le respondieron, mientras sentía sus manos ardiendo.

—…Soshite nemuri o nakushita…  / Y entonces había perdido el sueño…/

Finalmente su voz se hizo presente formando entre suspiros aquellas palabras que su corazón necesitaba transmitir. Y entonces sintió nuevamente el calor ardiente de sus manos.

—…Soshite anata o nakushita… / Y te había perdido a ti…/

Las lágrimas se formaron también, estaba encantado, al parecer aquel dolor de sus extremidades le había devuelto sus principales funciones motoras así como la expresión de sus emociones. Y así una gota caliente le recorrió el dedo índice de una de sus manos y cayó al piso.

 —…Soshite tsubasa o nakushita…  / Y había perdido mis alas… /

El frio también reapareció, y recorrió todo su cuerpo haciéndolo temblar ligeramente, nuevamente, algunas gotas calientes de su sangre se precipitaron al suelo pasando por sus dedos los cuales ya estaban entumidos. Entonces la mirada se le hizo borrosa de a poco, serían las lágrimas o la debilidad, ya poco importaba, el hecho era que ya no había marcha atrás.

—…Soshite hikari o nakushita…  /Y entonces había perdido mi luz…/

(Natsu no yuu-utsu, time to say Goodbye)

Así su cuerpo tembló una vez más y la debilidad se adueño de su vida, la muerte comenzaba a enseñorearse sobre él, y eso de cierta forma lo hacía sentirse feliz. Su columna no pudo sostenerlo más, sintió cuando su cuerpo se ladeó y cayó impactando contra el piso y la silla cayó junto a él haciendo un sonido seco terriblemente fuerte.

 

Subían discutiendo por los escalones que llevaban al cuarto de huéspedes.

—Pero You-san, no entiendo por qué se molesta…

—Pero cómo no voy a hacerlo, ¡¿Cómo pudieron dejarlo solo?! ¡Hyde-san debe estar bajo vigilancia, no olviden lo que acaba de pasar, puede cometer alguna locura!

— ¡Ok! ¡Lo lamento! ¡¿Pero cómo podría yo saber eso?! Soy abogado no psicólogo.

Entonces lo oyeron. Un fuerte ruido venía desde el piso de arriba, como de algo que cae. Los tres se miraron con horror y sin más se pusieron a correr escaleras arriba gritando el nombre de Hyde. Llegaron a la puerta y trataron de abrirla pero estaba cerrada con llave, golpeaban y llamaban a grandes voces pero no había respuesta. A Ken no le importó más, al final de cuentas era su casa, así que se impulsó y pateó la puerta haciéndola prácticamente volar.

Los tres se horrorizaron por la escena y corrieron hacia él, el primero en llegar fue You quien lo levantó ligeramente del piso colocándolo sobre sus rodillas.

— ¡HYDE! — Gritaba Ken histérico — ¡¿QUÉ HICISTE HYDE?!

— ¡Debemos hacer algo! — gritaba Chacha.

—Claro… ¡Tú, llama una ambulancia! — Chachamaru salió corriendo — ¡Ken! ¡Tráeme unas telas, no importa de qué! ¡Ropa, lo que sea! ¡Necesitamos hacer un torniquete para evitar que se desangre más!

Hyde oía todos los gritos, pero poco a poco estos se hacían más débiles y lejanos, pronto las fuerzas lo abandonaron esperando que luego de todo esto, el rostro de su amado Gackt apareciera nuevamente frente a él.

  ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Hyde… ¿Por qué…?”

Despertó ante el sonido de aquella voz tan familiar, cargada de dolor. Abrió los ojos sobresaltado, asustado, la luz lo cegó de principio, pero poco a poco su visión se aclaró, ¿Dónde estaba? Entonces pudo reconocer aquel lugar cargado de “mundo”.

—No…

Dijo simplemente con débil voz, cuando se percató de que aún estaba vivo. Comenzó a sacudir la cabeza, negando la situación actual… ¿Por qué? ¿Por qué no había muerto? Lloraba con amargura, no podía mover nada excepto su cabeza. Podía sentir el dolor de sus muñecas mas el dolor de su pecho lo superaba.

—Hyde…

Hacía su ingreso Ken, detrás de él You y finalmente Chachamaru con la cabeza gacha.

— ¿Cómo se siente Takarai-kun? — preguntó You ya una vez los tres ingresaron a la habitación.

— ¿Por qué…?

— ¿Eh?

— ¿Por qué aún sigo aquí? — los miraba con ojos llenos de odio.

— ¿Por qué? — habló Chachamaru quien parecía temblar, alzó la cabeza — ¡¿Por qué?! ¡Es lo que tú deberías responder! ¡¿Acaso eres idiota?!

— ¡Chachamaru-san! — You quiso detenerlo.

— ¡El idiota eres tú! ¡Son todos ustedes! ¡Yo no les pedí que hicieran algo!

— ¡Cállate Hyde! — Fue Ken quien gritó esta vez — No puedo creerlo… — movía la cabeza con incredulidad — ¡¿Crees que es esto lo que Gackt hubiera querido?!

— ¡NO HABLES DE ÉL! ¡No te atrevas a mencionarlo! ¡No tienes derecho a hablar de él, así como ustedes no tenían derecho a intervenir en mi decisión! ¿Quiénes se han creído que son?

—JAJAJAJAJAJAJAJA  — Chachamaru soltó una risa estridente — ¿Qué quienes nos hemos creído?  ¡¿QUIÉN TE HAS CREÍDO TÚ?! ¡Tomando decisiones estúpidas sin importarte nadie más que tú mismo!

— ¡Chachamaru-san por favor! — You lo sujetó de ambos brazos para que se callara pero sólo podía ver impotente como la situación se salía de control.

— ¡ERES UN MALDITO EGOÍSTA! — Terminó gritando aquel amigo vestido de mujer.

Entonces de pronto todo quedó en silencio. Incluso Ken no dijo nada pues de cierta forma Chacha había dicho lo mismo que él pensaba.

—Lárguense… — masculló finalmente Hyde — largo… ¡Largo! ¡FUERA DE AQUÍ! ¡FUERA!

—Como desee su majestad… — Chacha hizo una reverencia de forma pantomímica, se dio vuelta y salió arrojando la puerta con violencia.

Los otros dos salieron sin decir nada mientras Hyde lloraba sin consuelo. Chachamaru simplemente se fue desapareciendo por una de las esquinas del pasillo, Ken lo miró irse y suspiró. Él y You se quedaron afuera por un buen rato sin decir nada hasta que un hombre ya envejecido, bajito, vestido de traje y con un portafolio se acercaba a la puerta, pretendía entrar en la habitación de Hyde.

—Espere por favor… — lo detuvo Ken, You los miraba. — no quiero ser grosero pero no puede entrar ahí

— ¿Eh? Pero necesito hablar con Takarai-san… es urgente.

— Puede hablar conmigo.

— ¿Quién es usted?

—Soy su abogado, y más que nada su amigo…

 

Los días pasaban y nada mejoraba. Tenían a Hyde bajo vigilancia pero aún así él se negaba a comer, no recibía a nadie, y cuando entraban se quedaba en total silencio, se había aislado por completo, su única reacción era llorar por largas horas hasta quedarse dormido.

En esta ocasión estaba You, solo, sentado en las bancas de afuera de la habitación. Se quedaba a cuidar a Hyde muy seguido. ¿Por qué lo hacía? A momentos ni él mismo no podía explicarlo, pero cuando lo hacía, se daba cuenta de que era porque sentía un tipo de aprecio por esa personita, aquella a la que Gackt había amado tanto, era como una parte de él, Hyde era la constancia de la existencia de Gackt Camui en esta tierra. A momentos entraba y le hablaba, usaba sus métodos profesionales pero nada le servía, había ratos en que pensaba que había captado su atención, pero nada.

Y ahora él miraba a un costado, por donde tendría que aparecer Ken, ya se había retrasado. Así su mente viajó a tiempos pasados, y pensó que Hyde era un caso tal vez más serio que el de Gackt en su momento. Sonrió levemente recordando al Gackt de aquella época, indefenso, solo, triste, el mismo al que le había entregado su corazón. Y de pronto un par de lagrimas cayeron a su regazo, ¿Cuándo había comenzado a llorar? Seguramente cuando los recuerdos de Gackt volvieron a él.

Así ken apareció corriendo. Rápidamente se secó las lágrimas.

—Lo siento You-san… me retrasé.

—No importa, ¿Supiste algo de Chachamaru-san?

—Hablé con él, justo cuando estuvo a punto de irse al aeropuerto…

— ¿Cómo…?

—Eso no importa, ahora tengo algo muy importante que darle a Hyde…

Así ingresó a la habitación seguido de You, Hyde sentado sobre su cama los vio y revoleó sus ojos haciendo su cabeza a un lado.

—Lo sé Hyde, sé que esto es muy molesto para ti, pero en esta ocasión no vengo a darte un sermón, hay algo muy importante que debes saber… y es que Gackt… etto… él habría hecho un testamento, y dejó todo a tu nombre…

— ¡NO ME INTERESA!

—Hyde…

— ¡No quiero nada…! yo… — comenzó a llorar sin mirarlo. — No quiero un solo centavo…

—De acuerdo… Siempre están los centros de beneficencia, y sus niños huérfanos, sus ancianos y sus enfermos… ok Hyde, haré los trámites para que el dinero se traspase a ellos… — comenzó a salirse, You lo veía con perplejidad — Ah, casi lo olvido… — se detuvo— ¿Debo entregarles también este vídeo?

Hyde abrió los ojos y giró su cabeza hacia Ken.

— ¿Vídeo?

—Sí, éste… — en sus manos llevaba un CD. — Gackt lo dejó para ti… su mensaje principal es tuyo…

Hyde sentía una gran opresión en el pecho. No sabía que decir.

—Hyde… ¿Te parece bien que luego de mirar esto, puedas tomar tus decisiones? Me refiero a que si luego de verlo, si decides continuar con esto, lo entenderé y me iré sin decir nada, todos lo haremos, nos iremos y te dejaremos en paz.

—…

 

Así, como un pedido especial hicieron traer un televisor y un reproductor de DVD, y sin hacer tanta gala, lo introdujeron.

—Bien Hyde, — le alcanzó el control — con esto puedes reproducirlo… nosotros estaremos afuera… — comenzaron a salir.

—No… por favor — lo miraron con intriga — quédense… no quiero verlo solo…

—Claro Hyde.

Se acomodaron alrededor y le puso play.

 

De principio todo estaba oscuro hasta que se prendió la cámara, ahí estaba Gackt, sentado sobre una gran silla, su favorita, una rústica de caoba. Él llevaba puesto un traje fino de color plomo oscuro, una camisa azul, su cabello hacia atrás, simplemente fantástico, seguramente lo hizo antes de que ambos discutieran y se fuera, desapareciendo por un tiempo. Hyde sentía su pecho dolerle más que nunca, y el dolor se hacía más fuerte al sentir esos hermosos ojos azules sobre él, lo miraba directamente.

—“Hola mi amor…” — comenzó — “Espero esto no te sorprenda demasiado, conozco muy bien como sueles reaccionar” — sonrió, pero sus recomendaciones eran inútiles, Hyde ya estaba llorando al oír esa voz nuevamente —“Bueno… seguramente para cuando veas esto… yo ya no estaré presente, al menos no en cuerpo… porque mi espíritu estará por siempre contigo…”

Hubo una larga pausa.

—“Yo… lamento todo lo que hice… lamento haberme ido así nada más…es que… Bueno eso ya no importa, lo único que quiero es que me disculpes por todas las veces que te he hecho sufrir, cuando tú solo trajiste felicidad a mi vida… así es, tu iluminaste mi existencia, le diste un propósito… y es precisamente lo que vengo a pedirte ahora… sé que ambos teníamos un plan, que viviríamos felices juntos el resto de nuestras vidas, pero el destino dictó otra cosa… yo… te pido amor que… por lo que más quieras… seas muy feliz…” — se podían ver las lágrimas en su rostro — “muchos suelen decir que la muerte es un adiós, y estoy seguro que todos se despedirán de mí cuando sea el funeral, pero hay algo que no entienden, que no es un adiós, sino sólo un hasta luego…” — sonreía — “y tengo un deseo, uno que espero puedas cumplir como mi última voluntad… yo… quiero que vivas… vive Hyde, vive con toda plenitud, viaja, come, baila, canta, ríe, llora, ama… en fin, vive.”

Hyde se limpiaba las lágrimas que impedían que lo viera con claridad.

—“El mundo no se ha acabado, pero pronto lo hará, al final ¿Qué es una vida de 80 años? Una nada, hasta entonces yo estaré esperándote, con los brazos abiertos ansiando que me des un gran e intenso informe de lo que hiciste en vida, de las cosas maravillosas que aún puedes hacer, lo único que no quiero es verte sufrir, es verte llorar, sé que es inevitable, pero quiero que seas feliz, mi vida… “— guardó silencio por un momento, carraspeó — “Por otra parte quiero decirte que te dejaré todo lo que poseo, incluyendo la presidencia en el banco, sé que esas cosas no te interesan, pero déjame que haga eso por ti… mi hermana ya debería estar al tanto así que si no deseas presidir el banco, puedes hablar con ella, pero la riqueza que poseí y la mitad de las ganancias que generará el banco serán únicamente tuyas… en ese sentido, si Ken, Tetsuya  y You estuvieran contigo, quiero que sepan que les dejé a cada uno algunas propiedades… sólo espero que las acepten como un regalo de mi parte y un agradecimiento especial por todo lo que hicieron, hubiera querido hacer más… Ken… gracias por todo lo que hiciste por mi… fuiste un gran amigo, de hecho mi hermano… You… nunca dejé de amarte, eres una de las personas más importantes para mí, hiciste tanto por mí que jamás hubiera podido terminar de pagarte, y Tetsuya… lamento todo por lo que te hice pasar, y te agradezco por haberme devuelto la felicidad, nada de ella hubiera sido posible de no haber sido por ti… bueno es lo que quiero que sepan, y si estás solo Hy-chan quiero que se los transmitas…” — sonrió, — “por último… un regalo para ti…”

Así Ken, empujó gentilmente a un sollozante You para que salieran, esta parte era sólo para Hyde.

—“Fuiste, eres y serás siempre lo más importante para mí, mi amor eterno, y quiero expresártelo con esta pequeña composición, espero que te guste y la tengas presente el resto de la vida que quiero que vivas feliz a mi nombre, a mi cuenta…”

Entonces con esa preciosa voz, cantó:

Itami wa kie wa shinai

Eien ni ikiru kanashimi wo dakishimete

Kieta, kimi wo omoi

tsuzukeru koto shika dekinakute

Boku no kawaru

koto no nai

kimi he no omoi wa

Fukaku fukaku imamo

Sou...aishiteru…

 

/No siento devoción ni tristeza

Abrazándome a la pena de una vida eterna

No puedo hacer nada más que recordarte y recordarte,

Justo como en el momento cuando desapareciste

Entonces mis sentimientos hacia ti,

No cambiarán jamás,

Sino que se hacen más y más profundos,

Incluso ahora

Te sigo amando de esa manera… /

(Hoshi no Suna)

 

—“Te amo…”

 

La grabación terminó. Así, lloró como nunca antes en toda su vida, liberando su alma, liberándola de todos aquellos sentimientos opuestos a la vida y que se oponían a la voluntad del ser que más amó en su vida y que lo haría hasta el fin de la suya propia.

  ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

— ¿Están seguros de que es buena idea dejar que mi cariño lo haga solo? — Preguntaba Chacha, a sus dos nuevos amigos.

El trío de hombres miraban a Hyde a la lejanía, lo habían acompañado hasta el cementerio pero se habían quedado a por lo menos tres metros lejos de la lápida.

—Si Chachamaru-san — contestó You — es algo que Takarai-kun necesita hacer, a solas con Gackt…

—Pero por si acaso… — aclaraba Ken — nos mantendremos aquí.

 

 

Ya el sol se ponía en el horizonte, brindaba un hermoso color rojo que teñía todo cuanto tocaba, algunas aves brindaban su canto como una despedida para irse a dormir. Así Hyde parado de frente a la lápida de Gackt se sujetaba un brazo con una mano, la cabeza gacha. No pudo evitar llorar, así levantó la cabeza con celeridad secándose las lágrimas con la manga de su suéter, uno que a Gackt le gustaba mucho.

—Lo lamento… —comenzó diciéndole. — No quiero llorar, pero no puedo evitarlo… lo siento Gac-chan… — sonrió entre lágrimas. — Yo… perdóname… perdóname por favor… — su llanto se hizo más profuso, — perdón… ya no sé qué más puedo decirte, yo… atenté contra mi vida, yo… fui un idiota egoísta, me lastimé pensando que hacía lo correcto, pero… me equivoqué, y te lastimé a ti también… pero ahora lo entiendo, que de haberse dado, es decir, si hubiera conseguido acabar con mi vida… ¿Qué hubieras pensado de mí? Estoy seguro de que ahora debes estar muy triste, por lo débil que puedo llegar a ser… Tú no hubieras querido que esto pasara ¿Cierto? Y aún así lo hice.

Miró el cielo por un segundo, bajó nuevamente la cabeza y continuó.

—Sin embargo, ahora me siento renovado ¿Sabes? La vida me dio una nueva oportunidad, y estoy seguro de que tú tuviste algo que ver con eso… ¿Me equivoco? Gracias amor… gracias por protegerme, incluso ahora, desde el cielo… y te prometo algo, que a partir de ahora seré mucho más fuerte, y como dijiste, es inevitable llorar, pero cuando lo haga será por algo verdaderamente importante, así como lo de ahora… Nunca más sin sentido… y te prometo también que viviré plenamente, viviré todo lo que este mundo tiene reservado para mí, a tu nombre, cada vez que haga algo lo haré pensando en ti, en lo que tú podrías estar pensando. Prometo no volver a hacer estupideces, como lo que pasó, esperando el momento cuando podamos volver a reunirnos y estar juntos, esta vez para siempre… Te amé, te amo y te amaré por siempre, sólo espérame un poco más amor, una vida no es nada comparada con la eternidad reservada para nosotros, una eternidad donde nos la pasaremos hablando de todo cuanto vivimos aquí, de todo lo que viví contigo cuidándome desde el cielo… prepárate para mi informe, estará de infarto… — rió — te lo prometo, es más, te lo juro, seré feliz, por mí, por ti, por nuestro amor…

Ya había dejado de llorar, ahora el sol ya había desaparecido dándole paso a la oscuridad iluminada de a poco por la luz artificial. Sonrió una vez más, la paz, obviamente generada por su amado lo envolvió por completo, una brisa pasó y giró alrededor de él jugando con su cabello antes de desaparecer. Hyde cerró los ojos sintiendo aquella suave brisa, estaba seguro, aquel viento suave era el mismísimo espíritu de Gackt bailando de felicidad alrededor suyo y que luego de abrazarlo regresó al cielo donde lo esperaría sin importar cuánto tiempo pasara.

—Hasta pronto, mi amor…

  ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Varios años después…

Recogía algunos de sus materiales en aquel taller, les ponía las tapas a los oleos, acomodaba a un lado los papeles y los lienzos. Recogía algunos de los trabajos que debía revisar esa noche. Se estiró desperezándose y pudo sentir el dolor típico en la espalda de las personas que habían alcanzado su edad. No le importó, continuó con su labor, después de todo odiaba dejar todo desordenado. Sin embargo, debía darse prisa ya que había quedado con Tetsu, y su media naranja, Yuki, para ir a cenar mientras miraban la final del torneo de Beisbol en el campeonato Japonés. Entonces la puerta del aula se abrió.

—Konbanwa… Takarai-sensei.

—Ah, konbanwa Aki-chan. — Contestó ante el saludo de la alumna.

— ¿Aún sigue aquí?

— ¿Y qué es lo raro? Si éste es mi taller, donde les doy clases a ustedes, es mi santuario… — sonrió dulcemente continuando con su labor. — ¿Y qué te trae por aquí?

—Bueno… etto… la verdad vine a invitarlo a una premiación…

— ¿Una premiación? Vaya, ¿A quién premiarán? Seguramente a Moriyama-sensei, yo no entiendo mucho de eso, pero según dicen, su teoría sobre el origen de la tierra y la física de partículas fue sorprendente. Qué bueno, se lo merece…´

—No lo premiarán a él…

— ¿A no?

—No… lo premiarán a usted…

De pronto dejó caer varias hojas de exámenes en total estupor. Se giró para ver a la universitaria.

—Es broma ¿Cierto?

— No sensei…

Quiso recoger los papeles pero sintió nuevamente esa molestia en la espalda.

—Permítame ayudarlo… — ella se agachó a recogerlos.

—Pe… pero… ¿A cuenta de qué vendrán a premiarme?

—Por su aporte a la cultura japonesa, por todas las composiciones que realizó y que luego cantó, usted tenía una gran voz, pero era acompañada magistralmente por todas esas piezas de arte que usted compuso.

— ¡¿EH?! Pero…

—Hicimos estudios sobre sus escritos, y los enviamos a la asociación de Bellas Artes del país, ¿Y qué cree? Ellos también pensaron que son maravillosos, y por eso le harán un reconocimiento mañana mismo, a las tres.

Se sentó totalmente perplejo.

—Jeje… jamás pensé que… bueno, este es un gran honor pero…

— ¿Pero?

— Jamás compuse nada con el afán de ser premiado algún día… nunca creí que les gustara tanto… la verdad no creo que sean tan grandiosas como dicen…

—No diga eso sensei… yo creo que son lo máximo en este mundo, de hecho yo soy su mayor admiradora… lo soy desde hace mucho, y la verdad ahora me encuentro un poco nerviosa por estar a solas con mi ídolo… — se sonrojó.

—Pero que dices…

—Es cierto, de hecho no hay nada que quiera más en este mundo que ser como usted, de tener esa misma habilidad para componer, en ese sentido me gustaría pedirle… es decir… si fuera posible me dé un consejo de cómo llegar a ser tan buena como usted.

—Aki-chan yo…

—Onegaishimasu… — hizo una reverencia muy pronunciada.

— etto… no hay ningún secreto… lo único que debes tener presente es que las composiciones nacen de aquí — se señaló el corazón — y no de aquí… — se señaló la cabeza. — Aprovecha los momentos más intensos en tu vida, dolor, euforia, amor, odio… y entonces coge una pluma y un papel y deja que la magia fluya.

—Que la magia fluya… — rezaba anotando.

— ¿Qué haces?

—Anotando todo… Pero usted habló tan rápido que…

—Jejejeje, no es así como funciona.

—Lo sé, y lo entiendo, básicamente poner todos mis sentimientos en mis escritos…

—Deja que sea tu corazón quien le dicte a tu mano lo que debe escribir y no al revés…

—Muchas gracias sensei — guardaba su cuaderno. — Entonces lo esperamos mañana, mi clase y yo organizamos todo, así que no nos vaya a fallar ¿Eh?

—Por supuesto que no, y por cierto, gracias…

Ella estuvo a punto de salir pero se detuvo.

—Una pregunta más Takarai-sensei… ¿Recuerda cuál fue su primera composición…?

—Ummmm… — miraba el techo — en realidad sí…

Entró nuevamente entusiasmada.

—Si no fuera mucho pedir… ¿Me la puede recitar o cantar?

— ¡¿Qué?!

—Por favor… es que la verdad hoy es mi cumpleaños y… si pudiera escucharlo sólo una vez, sería el mejor cumpleaños que jamás haya tenido.

—Eh… de acuerdo, — luego de ese argumento no tenía otra opción, además de que amaba cantar, la joven tomó asiento más que feliz

Y tomando posesión del piano que había en el aula, comenzó. Las primeras notas del piano resonaron en aquella solitaria aula formando círculos alrededor de ambas personas, cubriéndolas con su magia.

 

“Nee, konna fuu ni omoinagara

Yoku nita te wo kasaneta no ka na

Kenban no ue tsumugi atteyuku melody

Ah, konnani mo aishite kureteite nante

Kizukanaide amarini mo ososugita

Nee, ame no hi wa yorisou youni

Piano wo hiite itsumo utatta yo ne

Onpu ga matte marude kyou to onaji youni

Anata ga ima ite kureta nara

Kitto sunao ni ieru no ni

Tengoku e wa todokanai yo

Nee, itsu no hi ka anata ni kaeru

Sono hi nara aeta nara ieru ka na

Ah, konna ni mo aishite kureteita nante

Kizukanaide ienakatta kedo

Arigatou…

Arigatou... “

 

/Me pregunto si hubiéramos juntado nuestras manos

Hasta ponerlas a la par, mientras nos sentíamos de esta manera.

La melodía va contando una historia sobre las teclas del piano.

Ah, de esa misma manera me amaste tanto,

Y no me di cuenta, pero ya era demasiado tarde.

Como si te acurrucaras a mi lado en los días lluviosos,

Yo tocaba el piano y tú solías cantar siempre,

Y las notas danzaban de la misma manera en que lo hacen ahora.

Si tan sólo ahora estuvieras a mi lado,

Sin duda podría decírtelo honestamente,

Pero para ello, no puedo alcanzarte allá en el paraíso.

Uno de estos días volveré a estar a tu lado,

Y me pregunto si ese día, cuando me encuentre contigo, ¿Seré capaz de decírtelo?

Ah, de esa misma manera me amaste tanto,

Y sin darme cuenta no pude decírtelo… pero…

Gracias…

Muchas gracias…/

(Piano Duet)

 

La joven simplemente lloraba, no importaba cuantos años se decía Takarai-sensei tenía, su voz era maravillosa, pura como el agua más cristalina, dulce, triste y alegre al mismo tiempo, y esa letra… nunca jamás en su vida se había conmovido tanto, ni ninguna otra letra había logrado alcanzar su corazón de esa manera. ¿Qué era esa sensación? Nunca antes la había vivido, y era la misma que muchos otros antes habían tratado de explicarle cuando le hablaban de Takarai Hyde-san, pero que en definitiva todos habían quedado tan maravillados con su ser, con su luz, que no habían sido capaces de definirlo, así pasaba con ella ahora, no podría explicarlo ni ahora ni nunca, aquella persona que tenía frente a ella, era simplemente un ángel.

—Pero Aki-chan… ¿Por qué lloras?

—Usted dijo que… — trataba de calmarse — que… en nuestras composiciones deben vivir nuestros sentimientos… en la teoría eso suena sencillo, pero ahora que lo escucho… yo… me doy cuenta de que es algo sumamente difícil, a menos para mí que soy tan cerrada en mi misma, tan poca cosa… y que si uno mismo abre por completo su corazón, sólo así podrá impregnar unas simples palabras, y las impregnará de humanidad… de vida… hará que las letras cobren vida y levanten, hundan, hagan feliz o enamoren a quien las oiga… es decir, cambiarán las vidas de las personas y las salvará…

—Lo que acabas de decir, es exactamente lo que pedí que hicieras…

— ¿Eh?

—Acabas de componer, Aki-chan, felicidades, no necesitas de ningún consejo más. Ve a casa y has que tus letras cambien las vidas y las salven…

—Arigatou… — se levantó hizo una reverencia y se dio la vuelta.

Sin embargo, antes de que se fuera  hizo una pregunta más.

—Sensei…

— ¿Um?

—Si en nuestras letras está nuestro corazón, si han sido guiadas por lo que habitaba en ese momento en él, la canción que acaba de cantar… — suspiró — fue para alguien especial ¿Verdad? Para alguien que ya no está más aquí… fue en un momento en que usted se sintió triste, pero a la vez esperanzado de volverla a ver ¿Cierto?

—Es verdad, así fue, pero te equivocas al decir que ya no está más aquí… — se puso de pie y fue caminando lentamente hasta la ventana donde levantó la cabeza y miró con fijeza la luna, —esa persona está en el aire, en las plantas, en la sonrisa de un niño, en mi corazón…

—Usted amó a esa persona, y aún lo hace ¿Verdad?

—Así es… — contestó mirando ahora aquel anillo es su dedo, aquel que jamás volvió a quitarse mostrándole a todo el mundo que él le pertenecía a alguien por todo lo que le restara de vida. — Yo lo amo aún como el primer día que lo conocí… y… lo haré… hasta… que muera

Súbitamente comenzó a sentir un dolor agudo en el pecho, no era tristeza, de eso estaba seguro, sí sentía nostalgia por su ser amado, pero ese dolor era distinto, pero así como llegó, se fue.

— ¿Está bien Sensei?

—Sí, no  te preocupes…

 

El día siguiente se hizo presente muy rápidamente, había invitado a sus mejores amigos, pero desgraciadamente ni You, ni Chacha podrían estar presentes en su premiación. La ceremonia fue muy linda donde incluso un grupo de alumnos cantaron a coro una de sus mejores canciones: Anata.

Soltó algunas lágrimas cuando una alumna dio un discurso y hablo de que hace poco había perdido a su padre y que desolada la misma letra de aquella canción la habían salvado. “Misión cumplida.” Pensó. Así lo llamaron para recibir su reconocimiento, se puso de pie y subió por las escaleras, se lo entregaron, todos aplaudían con euforia, y cuando finalmente guardaron silencio y estuvo a punto de hablar comenzó a sentir nuevamente aquel dolor en su pecho, el mismo de ayer sólo que más profundo. Todo se quedó en silencio y podía mirar los flashes de las cámaras girar alrededor suyo hasta que finalmente reconociendo aquella sensación dejó a su cuerpo desplomarse.

  ._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Corrían desesperados, y aunque no habían visitado uno hace muchos años, aquel lugar les traía malos recuerdos, Ken y a Tetsuya, habían vivido tantas malas experiencias dentro de algún hospital. Ken hablaba con la recepcionista para averiguar en qué sala estaba Hyde Takarai y qué tenía. La señorita les dijo la sala más le explicó que el médico los vería ahí para aclararles sus dudas. Llegaron al lugar a toda prisa y una vez frente a la puerta no decidían quién debía entrar primero, y era que les daba miedo lo que podrían encontrar.

—Tú primero… — dijo Ken.

—No, tu primero… — Decía Tetsuya.

— ¡Déjense de tonterías y ya entren de una vez que no estoy agonizando…! — gritó desde dentro Hyde.

Ken abrió la puerta entrando nervioso, seguido por Tetsu, Yuki lo había acompañado en la ambulancia y ahora estaba a su lado.

— ¡Hyde! — Entró Tetsuya casi empujando a Ken, — ¡¿Qué pasó?!

—Nada grave… están haciendo mucho revuelo por nada…

Entonces ingresó una joven, con un par de gelatinas.

— ¡Ah! Lo siento, no sabía que tenía visitas.

—No te preocupes Aki-chan, ellos son mis mejores amigos, Tetsuya Ogawa, Ken Kitamura, y Yuki Awaji… Chicos, ella es Sunao Akira, una de mis alumnas en la universidad. — Todos se saludaron haciendo una reverencia — Ella fue quien organizó lo de mi premiación, siento haberla arruinado Aki-chan...

—No diga eso Sensei…

—Por cierto Hyde… ¿Ya te dijo el doctor lo que tienes?

—No… y ya les dije que no se preocupen tanto… sólo fue un desmayo.

— ¡Un desmayo no es precisamente nada!

Los tres lo miraron y pese a todo lo que decía Hyde, que no pasaba nada, se lo veía bastante débil, puede que ya todos tengan sus buenos años encima, pero Hyde estaba realmente endeble.

—Buenas noches… — ingresaba el doctor — Me alegra mucho que estén aquí sus familiares Takarai-san… él me ha hablado mucho de ustedes…

—Doctor — tomó el control Tetsu — ¿Podemos hablar con usted?

—Por supuesto, síganme por favor.

Todos salieron dejando a Hyde y su alumna dentro.

— ¿Qué tiene doctor? Por favor díganoslo…

— Es su corazón… — bajó la cabeza.

— ¿Cómo?

—Hace ya mucho tiempo comenzó a sentir molestias, y le hicimos algunos análisis, y encontramos que su corazón está muy débil. Luego de leer su expediente médico y de conocer su historia lo entiendo bien, sin mencionar que fumaba como loco, esa era la única cosa que le faltaba a su corazón para terminar de esa forma…

—Pero doctor… — preguntaba Ken incrédulo — usted dijo que fue hace tiempo… ¿Por qué no hicieron nada entonces?

—Porque él se negó… le dije claramente que debía informar a sus familiares pero me dijo que lo solucionaría solo, le dije que debíamos operar y él se opuso… no pude hacer nada más, es su derecho, sin mencionar que se desapareció.

— ¿Y ahora? ¿Qué pasará?

—Debemos operar, eso no es indiscutible, pero hoy su corazón estuvo a punto de detenerse por completo así que primero debemos estabilizarlo, yo calculo que mañana podremos operar a primera hora. Necesito que alguno de ustedes se haga responsable y firme la aprobación de operación.

—Doctor… — preguntó Ken — ¿Qué posibilidades hay de que la operación sea un éxito?

—Ahora… muy pocas…

— ¿Y si no se opera?

—Nada bueno pasará… se los aseguro, no le daría una semana si no llega a operarse, aunque los riesgos son altos si lo hace, si tuviéramos éxito, puede llevar una vida normal por algunos años más.

Todos se miraban.

—Yo lo haré, yo firmaré— estipuló Tetsuya, sollozando.

Así le dieron unos papeles, los firmó, el doctor se retiró y ellos se soltaron en llanto, esperaron un buen rato para calmarse y luego de discutir algunas cosas más entraron.

— ¿Por qué Hyde? — preguntó Ken con dolor.

—Etto, yo me retiro —dijo la alumna, hizo una reverencia y se fue.

—No te entiendo Ken-chan…

— ¿Por qué nos escondiste algo tan importante?

— ¿Qué iba a decirles? ¿Qué muy posiblemente iba a morirme? ¿Qué debía operarme con un alto riesgo de que todo salga mal? Ya hemos pasado por mucho, ¿Por qué no dejar que las cosas simplemente sigan su rumbo?

—Hyde… — decía Yuki — si hay una oportunidad, por muy insignificante que fuera debemos jugarnos por ella, ¿Me entiendes? Así luego no habrá remordimientos…

—Lo entiendo…

—Así que ya firmamos, mañana será tu operación…

— Ummmm, de acuerdo… pero…

— ¡Nada de peros Hyde! — lo reprendió Tetsu.

—No estaba tratando de excusarme… yo sólo quería pedirles un favor.

—Lo que quieras Hyde-kun — afirmó Yuki.

—Que si las cosas no salieran bien… prométanme que no se pondrán tristes… deseo que el día de mi muerte sea un día feliz, que todos celebren lo que fue mi vida y no que lloren por mi muerte, por favor…

—Hyde… — dijeron en coro.

—Quiero que sean felices, pues tarde o temprano nos volveremos a encontrar, esto no es definitivo…

—Hyde… — Decía Tetsu sin poder evitar las lágrimas— Hablas como si ya dieras por hecho que…

—No Tet-chan, hace mucho que dejé de dar las cosas por sentadas… y déjenme decirles que yo tengo todos mis deseos puestos en vivir pues aún tengo muchas cosas que hacer, pero si la fortuna dicta otra cosa, odiaría saber que por mi causa perdieron la alegría… así que… ¿Es una promesa?

Se dio un tiempo de silencio, más carraspeando y secándose las lágrimas Ken lo prometió, y luego lo hicieron los otros también sonriendo entre llantos. La velada continuó por un rato más con las risas y conversaciones amenas de aquellos amigos de toda la vida.

 

 

Ya todos se habían ido, y ahora estaba solo. Y así en la soledad de su habitación dejó a su mente viajar muy lejos, recordando lo maravillosa que había sido su vida, todo lo que había hecho antes y después de… suspiró, ya no sentía dolor al pensar en esa persona, sólo felicidad, entonces un extraño sentimiento de emoción lo inundó. ¿Por qué sentía emoción? Si podría morir mañana mismo, pero la verdad era que hacía mucho tiempo le había perdido el miedo a la muerte.

Miraba fijamente el techo, no podía conciliar el sueño, y eso de cierta forma era también bueno porque así tenía tiempo para meditar en toda su vida y preparar su informe... o porque no mejor hacer aquello que tanto amaba, componer y cantar… si, al menos una estrofa…

“So beautiful, I've never known this joy,

When the trip is over, I want to share with you…

Konna hibi wo sugoshite kitayo

hanaretemo kanjiteru

Hitori ni nattara kimi wo omoi hanashikakeru mou netakana?”

 

/ Es tan hermoso que nunca antes había conocido esta felicidad,

Cuando este viaje termine, quiero compartirla contigo…

Días como estos pasaron muy rápido,

Y aunque estamos separados, puedo sentirlo

Cuando estoy sólo, pienso en ti y te hablo

Y me pregunto si ya estarás durmiendo/

   (Sweet Dreams)

Ahora estaba listo, para todo lo que el destino le pudiera deparar, lo recibiría con los brazos abiertos.

 

Todo a punto, la sala de operaciones estaba llena de doctores y enfermeras, y en medio estaba él.

—No se preocupe Takarai-san, todo estará bien…

—No estoy preocupado… — sonrió con mucha paz.

— ¿Qué hace esto aquí? — preguntó un interno algo molesto, señalando un anillo en la mano del paciente.

—Es mi posesión más preciada.

—No puede estar aquí… — quiso quitárselo pero Hyde cerró con fuerza el puño.

—Si quiere quitármelo, antes deberá cortarme la mano…

—Pero…

—Tranquilo doctor… — dijo el jefe de médicos, eso no hará nada, Takarai-san desea que no lo separen de ese anillo jamás.

—Gracias doctor…

Entonces lo anestesiaron, todo quedó en oscuridad.

—Comencemos…

Pasaron varios minutos y la operación siguió su curso, todo parecía estar bien hasta que…

La sala se volvió un caos, las enfermeras corrían y los doctores daban órdenes mientras hacían todo lo posible por estabilizar al paciente.

 

Todo estaba negro, como en una especie de muerte, nunca pensó que la muerte sería así, ¿O no estaba muerto? A lo mejor sería la anestesia, que mas daba, lo único que sabía era que estaba solo y que tenía miedo, como un niño que le teme a la oscuridad. Temblaba pues comenzó a sentir mucho frio, y de pronto las lágrimas se hicieron presentes… si tan solo hubiera algo, una sola cosa que le diera más tranquilidad, pero flotaba sobre la absoluta nada. Así de pronto una luciérnaga aparecía inesperadamente, volaba por un lado y por el otro, para terminar alejándose, él comenzó a seguirla, pero estaba tan cansado… no podía seguirle el ritmo y pronto sintió frustración y miedo nuevamente de quedarse solo, pero la luciérnaga pareció detenerse volando como un colibrí que lo miraba de frente, ¿Lo estaba esperando? Entonces caminó hacia ella y cada vez que se acercaba más y más, el insecto de luz se iba haciendo más y más grande, hasta que refulgiendo como una estrella se convirtió en un espejo. Se observó bien, de pies a cabeza, y ahí estaba él, con la luz de su vida apagándose, vivió bien, eso sí, pero tarde o temprano la vida le cobra a uno la factura y eso se reflejaba claramente en su cansado cuerpo.

Estiró una mano y tocó el vidrio del espejo, y éste como si fuera de agua le dio paso a sus dedos. Los quitó asustado, ¿Qué era eso? ¿Por qué sus dedos se hundieron en el espejo? Lo volvió a hacer, y esta vez introdujo toda su mano. Alrededor, el cristal se movía como ondas de agua que al ser tocada forma anillos, así, esta vez no quitó la mano sino más bien introdujo el antebrazo, el codo, y todo el brazo, luego el hombro y una pierna hasta que finalmente traspasó por completo el espejo, y una vez que lo hizo comenzó a caer en picada hasta terminar cayendo sobre un lago, y en lugar de ascender, como era de esperarse, se hundía cada vez más y más.

Rodeado totalmente por el agua veía imágenes alrededor de él, todas pertenecientes a su vida, cuando era niño, luego en el colegio, sus amigos, los momentos tristes y alegres, en fin, su vida pasó ante sus ojos. Finalmente como si hubiera estado nadando en una burbuja de agua salió de ahí, a la intemperie donde cerró los ojos con fuerza pues una luz lo cegó cuando hizo su transición del agua al aire fresco. Estaba de pie, entonces abrió los ojos poco a poco, y lo primero que vio fue un sendero sobre el que había una vía de tren, era como si se encontrara en un túnel pues podía ver una luz a lo lejos, caminó hacia ella y cuando en un momento bajó la mirada se vio las manos. Ahora totalmente impactado las veía, y se tocaba el rostro con sorpresa, se examinaba con premura, todo su cuerpo había cambiado, volvió a ser un joven de veinte años.

—Ha pasado tiempo cariño…

Levantó la mirada ante el sonido de aquella voz. Pronto las lágrimas lo inundaron nuevamente pero eso no le impidió correr hacia ella. Su madre estaba frente a él. Corrió y terminaron abrazados con gran felicidad.

— ¡Mamá!

—Te extrañé mucho mi pequeño… — le besó la frente.

—Yo también mamá… tanto tiempo añorando verte, ¿Sabes? Gracias a ti pude tener una gran vida, me convertí en cantante y estudié…

—Shuuu... — lo acalló con un dedo sobre sus labios. — Ya tendremos mucho tiempo para ponernos al día, una eternidad de hecho… pero… ahora hay algo más importante que debes hacer… él… él te está esperando…

Hizo una seña con la mano indicándole el lugar donde la luz refulgía más, donde se hallaba la salida de ese túnel, él miró hacia el lugar pero no había nada, volvió a mirar a su madre pero tampoco estaba, había desaparecido. Miró a todos lados tratando de buscarla hasta que mirando nuevamente a la salida del túnel ya había una sombra ahí, alguien estaba apoyado de espaldas y con los brazos cruzados en el umbral de aquel lugar.

Caminó un poco más y esta persona retrocedía, entonces caminó hasta salir de aquel túnel y ser inundado por la luz de aquel hermoso lugar. Pronto pudo ver con claridad todo, incluyendo a la persona frente a él.

—Okaerinasai… Itoshii… /Bienvenido… mi amor/

Sonrió y ladeó su cabeza mirándolo con ternura y gran amor.

—Tadaima… Gac-chan… /Estoy en casa… Gac-chan/

FIN   

  

Notas finales:

Una Vez más muchas gracias a todas y todos por leer, los quiero un monton por todos sus lindos comentarios y espero que este fic haya sido de su agrado, espero poder contar con su apoyo en proyectos futuros

Sayou...

MissTakarai


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).