Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espro que lo disfruten!!

CUANDO CONOCÍ TU DOLOR

 

 

Casi dos semanas habían pasado luego de aquel incidente, y no existía un solo segundo en que el doctor Kurosaki no pensara en aquel paciente. Ahora, caminaba por entre los pasillos del hospital luego que cumpliera con su ronda en el pabellón de personas con desorden bipolar. Andaba cabizbajo, sabiendo que no había sido capaz de ayudar a alguien que lo necesitaba. ¿Lo necesitaba? Era la pregunta, si Okabe-san ya tenía un médico, a lo mejor sólo lo hizo por sobresalir… se sentía basura por haber sido tan egoísta ¿Lo fue…?

—Buenas tardes señorita, soy Kintaro Yamashita y vengo a visitar a un amigo.

— Claro… al paciente 666 ¿Verdad? Pase a la oficina del Doctor Smith y él lo llevará.

Perdido en sus cavilaciones, no se dio cuenta de cuándo, pero estaba frente a la recepción donde pudo escuchar esta pequeña conversación. Entonces sin dudarlo siguió a dicho sujeto quien ya se dirigía a la oficina de Smith. Era un hombre ya de edad avanzada, las canas cubrían casi la totalidad de su cabello y sus bigotes, aunque sus cejas permanecían de un negro prieto; Era bajito pero muy elegantemente vestido, ¿Era esta la persona que dijeron visitaba a Okabe-san dos veces al mes?

—Ojayou gozaimasu… /Buenos días…/­—Ya lo había alcanzado, y a sabiendas de que él era japonés lo saludo en su idioma.

 

—Doumo. /Hola/ — le contestó, sin sorprenderse de encontrar a un compatriota allí y sin dejar de andar.

—Disculpe… ¿Podría robarle un minuto?

— ¿Ummm?

—Por favor, prometo no quitarle mucho tiempo.

Estaban ya en el jardín, así que caminaron hasta una mesa con sombrilla y asientos de metal de los que allí había.

—Esto… — ahora que lo tenía en frente no sabía que decirle — mi nombre es Kurosaki You, y bueno me gustaría hacerle unas preguntas con respecto a Okabe Satoru-san…

— ¿Es acaso usted su médico? Porque de ser así, demandaré al hospital, ya que tenían órdenes estrictas de no andar cambiando de doctor cada vez que se les ocurriera.

— ¡No por favor! Discúlpeme, debí explicarme… yo no soy el médico de… ¿Su hijo…?

—Es usted un hombre astuto Kurosaki-san… pero yo no soy el padre de Satoru, y no trate de averiguar cosas conmigo porque no lo conseguirá.

—Jeje… que tonto, es cierto… No puede ser su padre porque no llevan el mismo apellido… Bien, le decía que yo no soy su médico, pero desde que llegué he tenido un fuerte interés en el caso de Okabe-san.

— ¿A sí? Bueno, entonces no entiendo porqué viene a mí, si puede compartir su historia clínica con su doctor. Y si él lo autoriza, puede ayudarle en su tratamiento. Ahora si me disculpa tengo prisa… — sin más se levantó y se dio vuelta dispuesto a irse.

—Lo intenté… — le dijo antes que se fuera.

— ¿Perdón? — se giró nuevamente hacia él, el doctor miraba la mesa.

—Yo… no obtuve permiso alguno, pero… pero yo… ahg… — sin más, apoyó con fuerza sus codos sobre la mesa haciendo que sus dedos se enredaran en sus castaños cabellos, se sujetó la cabeza con fuerza como si quisiera arrancarse algún tipo de pensamiento de su mente.

— ¿Pero usted qué?

— Fallé… ¡Maldición fallé! No pude hacer nada por él…

Entonces, aquel hombre avejentado se volvió a sentar, como si de pronto le contaran algo muy interesante, esto no pasó desapercibido por You, quien retirando sus brazos y dejando su cabello despeinado sin levantar el rostro, continuó.

—Yo… entre en su habitación sin que nadie me lo autorizara… desde un principio me conmovió mucho su situación y quise hacer algo como medico que soy, con especialidades y toda esa basura… si, ahora lo considero basura porque ¿De qué me sirve ser tan preparado si no puedo ayudar con ello a quien más me necesita? Es más, salí corriendo como un idiota…

— ¿Por qué huyó?

— ¿Eh?

—Dijo que corrió como un idiota… ¿Por qué?

—Porque… yo no quise estar más a su lado… — Yamashita-san abrió bien los ojos sujetándose la barbilla, — cuando estuve ahí, sentí algo, como un aire denso terriblemente cargado de… de dolor… no podía respirar, no podía pensar, no al menos en nada que no se relacionara con la muerte… hasta ahora, no he sido capaz de volver.

—Kurosaki-san, usted lo siente también ¿Verdad?  

— ¿También?

—Es difícil estar a su lado… eso lo sé muy bien, yo he notado eso mismo que usted, todas las veces que lo visito, es terrible.

El galeno se quedó atónito, había alguien más que lo entendía.

—Usted me cae bien You-san… ¿Puedo llamarlo You? — dijo de pronto sonriendo.

—Por supuesto. — era todo, se había ganado la confianza de aquel hombre.

—Usted es alguien especial, porque todos en este lugar han perdido esa sensibilidad. Enfermeras, doctores nadie más parece sentir eso mismo que usted siente ¿O me equivoco?

—No señor.

—Es que todos ya se han fosilizado, tratan a las personas como números, como objetos, pero usted… pudo sentir eso que envuelve a mi querido Ga… Satoru…

—Es precisamente eso de lo que quería hablar con usted, necesito entenderlo aún más como persona, como aquel ser que lleva sobre sí mismo un peso terrible, ¿Qué pudo haberle pasado para que haya terminado así?

El hombre mayor se quedó pensativo unos minutos. Luego lo miró fijamente.

—Esa información la tiene su médico.

—Entiendo… — bajó la cabeza, que se lo diga así sin más, hubiera sido demasiado bueno para ser verdad.

—Pero siento que puedo confiar en usted...

You levantó la mirada ahora radiante, ahora lo sabría todo.

—Hace cinco años, el joven Satoru vivían en Japón, y allí el cometió un terrible error, uno que aún hoy no puede perdonarse… pero antes debe saber usted que su nombre… su nombre es…

— ¿Yamashita-san? —De la nada apareció el doctor oficial. — Me informaron que había venido, lo esperé y usted no llegó a mi oficina.

—Esto… lo siento… yo… — se puso de pie

—Yo lo distraje Doctor Smith — You también se levantó — lo lamento, es sólo que he pasado tantos años lejos de mi país que se sentía bien hablar un poco en japonés, con alguien que me contara como va todo en casa.

—Ya veo, bueno Mr. Yamashita ¿Nos vamos? Tengo que mostrarle el informe de Mr. Okabe.

—Claro. — Se puso a andar pero se dio vuelta rápidamente como si olvidara algo — Ah, Kurosaki sensei,  Satoru o tasukete kudasai, osewa ni narimashita

/Doctor Kurosaki, Por favor salve a Satoru, le estaré muy agradecido/— hizo una reverencia marcada, se giró y se fue.

 

— ¿Qué le dijo? — preguntó Smith.

— ¿Eh? Ah, me dijo que fue un placer y que ahora visitaría a Satoru.

—Bueno, será mejor que continúe con sus rondas.

—Sí señor.

Le dio una palmada en el hombro y se fue tras de Yamashita.  

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

—Mata, Konbanwa Okabe-san… /De nuevo, buenas noches Okabe-san… /

Ya era de noche, y sin saber porqué, ese tipo estaba nuevamente dentro de su habitación de aislamiento, mirándolo de frente. Sin embargo, parecía que una vez más ese dolor, como un fantasma invisible lo rodeaba de pies a cabeza.

—Etto… — nuevamente ese doctor se quedaba sin habla.

Satoru lo miraba fijamente, sonrió, casi imperceptiblemente, pues estaba seguro de que el cobarde aquel saldría huyendo nuevamente. Después de todo, nadie que fuera tan perceptivo duraba tanto con él, era la razón principal por la que Kintaro lo visitaba sólo un par de veces al mes, lo quería, eso sí, pero no soportaba estar a su lado, y aquello era bueno porque prefería que lo dejaran en paz, que lo dejaran morirse en paz.

—Deberías hacer eso más seguido…

¿Cuándo había bajado la mirada? Seguramente mientras pensaba en todo lo anterior, el hecho era que aquel tipo estaba ahora de frente, muy pegado a su rostro mostrándole una linda sonrisa. Una muy hermosa, debía admitir. Se paralizó un momento hasta que de pronto miró a un costado.

—Deberías sonreír con más frecuencia…

Volvió a mirarlo sorprendido ¿Se dio cuenta de su sonrisa? Pero si sólo fue una mueca. ¿Quién era este tipo?

—Sonreír, llorar, enojarte… — ya se había alejado de él, y ahora jalando una silla que había allí se sentó frente a él. — cuando sonreíste, yo también lo hice… y sé que no necesitas a un metiche más que se entere de tu vida pero… yo estoy aquí para fundirme contigo…

¿Fundirse? Qué estaba diciendo. Una vez más miró al costado.

— ¿A qué me refiero…? — contestó sonriendo.

Volvió a mirarlo ¡¿Leyó su pensamiento?! ¿Cómo…?

—Me refiero a que si quieres llorar, lo haré contigo, si quieres reír lo haré también, y si no puedes, si ya olvidaste como hacerlo yo lloraré y reiré por ti.

Con total estupor lo miraba, nunca había conocido a un doctor como éste. Quería seguir oyéndolo, pero aquella voz le decía que no lo hiciera, que no lo oyera más, así, como por costumbre volvió a mirar a un costado.

— ¿Hay alguien ahí? — Kurosaki estaba mirando al mismo lado que él.

¡¿Se dio cuenta?! ¡¿Lo podía ver también?!

—“No seas tonto Gackt… o mejor dicho “Satoru” él no puede verme” — le dijo mofándose.

—Esa persona está ahí ¿Verdad?

¡No era posible! ¡Podía verlo! ¡¿Podía ver a… a Hyde?!

Comenzó a sudar frio, al fin alguien se había dado cuenta de la presencia de Hyde.

—“Sólo está presumiendo, él no me ve… Sólo tú puedes hacerlo, sólo tú…” — comenzó a andar y a dar vueltas grácilmente bailando y tarareando con esa dulce voz suya para él, como hacía siempre.   

—Se dice que cometiste un error… — el tal You volvió a llamar su atención, — ¿Ahí está la persona que recibió las consecuencias de ello?

Hyde se detuvo en seco guardando silencio. Se irguió y caminó hacia el nuevo visitante, Satoru lo siguió con la mirada, hasta que éste posó sus manos sobre los hombros del doctor.

—“¿Ves? Hay alguien más que me entiende, alguien más que sabe que fui yo quien pagó por tu maldad… ¿Sabrá también que fuiste tú quien me mató…?” — sonreía con malicia.

Entonces se llevó con brusquedad las manos a los oídos presionando con fuerza su cabeza mirándolo aún, quería que se callara, que dejara de atormentarlo. Que alguien lo calle por favor.

—Esa persona está tras de mí… culpándote ¿verdad? — dijo You.

En ese momento él se sacudió con tal fuerza por el asombro que cayó de espaldas junto a la silla. Trató de incorporarse pero estaba tan sedado que no podía hacer nada más que retorcerse y arrastrase por el piso hasta llegar a la pata de la cama, con esfuerzos logró agarrase de ésta y ascender hasta quedar sentado en el piso abrazándola, trataba de huir.

— ¿Qué pasa Okabe-san? ¿Quieres irte? Pero si apenas comenzamos… — se aproximó a él agachándose ligeramente hasta arrodillarse a la par — ¡Okabe-san… despierta… despierta, esa persona te está destruyendo, esa persona es el problema!

—“¿Me llamó problema? ¿Cómo se atreve?” — Hyde estaba tras del médico mirándolo con ira.

— ¡Esa persona es cruel, y no tiene ningún derecho! ¡NINGUNO! ¡No dejes que te destruya!

— “¡No permitas que me hable así!

Ahora respiraba furiosamente, mirando a ese tipejo con los ojos inyectados en sangre, ¿Cómo se atrevía a hablarle así a su Hyde?

—  Esa persona lo único que busca es matar no sólo tu cuerpo sino también tu alma, ¿Se cree acaso la victima? Si lo que hace ahora contigo es mil veces peor… es un ser despreciable…

—“¡QUE SE CALLE, QUE SE CALLE! ¡YO TE AMO Y SI ME AMAS HARÁS QUE CIERRE LA BOCA!”— gritaba Hyde tapándose los oídos y cerrando los ojos totalmente descontrolado.

Sumido en la ira se abalanzó sobre You pero estaba tan drogado que no pudo hacer nada más que caer al piso mirándolo con ira homicida. You se puso de pie mirándolo desde arriba.

—Quieres matarme ¿Verdad? Piensas que soy un maldito hijo de perra ¿cierto? —  Él asintió con vehemencia. — No eres el primero en hacerlo, créeme… y debes creerme también cuando te digo que no debes prestar atención a las personas que no te aman, y la persona en esta habitación no te ama, sólo quiere tu mal…

Poco a poco se pudo sentar nuevamente, y ahí en el piso, comenzó a llorar.

—“No lo oigas más… él sólo quiere separarnos” — le decía Hyde ahora arrodillado a su lado.

—Nadie que ame le desea mal al ser querido… sin importar lo que le hubieras hecho…   

Entonces levantó el rostro mirando a Hyde con dolor, como diciéndole “Él tiene razón”. Así Hyde bajó la cabeza sonriendo con resignación y simplemente desapareció.

Pronto se oyeron unos pasos que corrían y sin más abrieron la puerta.

Un grupo de médicos se hizo presente en el lugar, incluyéndolo al doctor Smith, You se preguntaba, ¿cómo era que él estaba ahí? pero luego no le importó, ahora tenía otras cosas más importantes de las que preocuparse, como por ejemplo, que su carrera había terminado. Se excedió, era obvio que el escándalo los había traído hasta ahí.

— ¡You! — para empeorar la situación su padre estaba ahí.

— ¡¿Qué cree que hace Doctor Kurosaki?! ¡Yo le dije que no tenía permitido tratar a los pacientes de este pabellón! Esto que hizo es muy grave.

—Estoy consciente de mi culpa señor… — bajó la cabeza listo para lo que fuera.

Se dio vuelta y comenzó a salir del lugar mientras los galenos lo miraban con furia y desconcierto. De pronto tuvo una sensación extraña en la parte de atrás de su mandil médico, algo que le impedía seguir andando. Miró hacia atrás y luego hacia abajo, Satoru lo había tomado de la punta de la prenda blanca impidiendo que avanzara más.

—i… ikanaide… (No te vayas…)— dijo con voz temblorosa. — Ikanaide… kudasai… (No te vayas… por favor…)

Continuará…

  

 

 

 

Notas finales:

Espero sus comentarios :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).