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Sin ti no muero, pero tampoco vivo por MissTakarai

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Notas del capitulo:

Ahora la cosa se pone mas interesante jejejeje

CUANDO TE QUITÉ LA VIDA

 

Hyde levantó el rostro y sin que se lo esperara sintió los labios de Gackt sobre los suyos…

Por casi dos segundos su cerebro colapsó, no sabía qué hacer, se quedó paralizado sin reaccionar, entonces sus manos reaccionaron ante la pasividad de su psique y sin medir su fuerza, empujó a Gackt lejos de él haciendo que chocara con violencia contra la ventana, hubo un estruendo fuerte que hizo que el coche se detuviera.

— No pasa nada, continúa — ordenó a su chofer mirando a Hyde muy sorprendido, el auto volvió a andar.

Hyde tenía una mano sobre la boca con los ojos abiertos de par en par, no tanto por el beso, sino por lo que acababa de hacer ¿Cómo pudo empujarlo de esa manera? Solo le faltaba darle una cachetada, ¿Por qué había reaccionado así si era lo que siempre deseó? A lo mejor, pensó, era por lo que le había sucedido hace unos años.

—Lo… lo siento — fue Gackt quien se disculpó volviendo a mirar por la ventana.

Hyde comenzó a llorar nuevamente, pero esta vez sollozaba haciendo que Gackt se volviera nuevamente.

—No por favor… no llores, escucha yo no quise…

Entonces quien esta vez se quedó en shock fue Gackt, pues Hyde se había abalanzado contra él y lo había besado. El beso fue tierno pero poco duradero. Hyde se separó de él y agachó la cabeza totalmente rojo por la vergüenza y entonces volvió a llorar.

—No debí ser tan torpe, lo siento… lo siento… — se tapó el rostro con ambas manos.

— Hyde… — lo tomó de las manos y retirándolas pudo ver su rostro cubierto de lágrimas.

Se veía tan dulce, tan inocente. No se lo esperaba pero su corazón comenzó a latir fuertemente al ver a ese pequeño adolescente tan cerca de él, era realmente un ser angelical, lleno de pureza, una pureza que amenazaba con llenar su oscuro y vacio corazón.

— Ésta es precisamente la razón por la que te observo…— continuó.

— ¿Qué? — poco a poco se calmaba.

— Eres tan diferente a toda esa basura que estudia en el colegio, eres tan dulce y tierno, tan puro…

—Tan pobre…

Ambos rieron.

— Hyde… me gustas… me gustas muchísimo… — Estaba terriblemente cerca, tanto que casi podía sentir su aliento — creo que… te amo…

Por un largo rato Hyde se quedó en silencio, totalmente en shock, pero esta vez en lugar de reaccionar torpemente prefirió hablar y aunque tartamudeaba, decidió confesar sus sentimientos también.

—Yo…  yo también lo amo, desde que lo vi, y esto, esto es…

— Shuuu — acto seguido lo acalló con otro beso.

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

Al día siguiente fue al colegio con una sonrisa que casi le cubría todo el rostro, entonces cuando vio a sus amigos corrió hacia ellos y sin meditarlo abrazó a Tetsu con gran emoción.

— ¿Hyde? — preguntó Ken pues Ogawa se había quedado sin habla, nunca antes su adorado Hyde lo había abrazado.

— ¡HOLAAAA!

— ¿Qué pasa? — Ken sonreía — Estas muy feliz…

—Hy… Hyde… — finalmente Tetsu lograba hablar ahora que Hyde lo soltaba.

—Sip, la verdad hoy es un gran día.

— ¿A si? ¿Y eso…?

—No lo sé, sólo me parece que es fantástico.

El trió se dirigió a su aula. Hyde no se los dijo, y es que todo debía ser un secreto: Desde ayer se había convertido en novio de Gackt Camui.

De pronto, recordó que había dejado sus lápices en el casillero, realmente estaba despistado hoy, así disculpándose, se fue corriendo hasta su armario individual y al abrirlo encontró una gran cantidad de hermosas rosas.

— ¿Qué…? — se dijo totalmente atónito.

Observó una tarjeta y retirándola la leyó: “Que tengas un lindo día, nos vemos a la salida en el mismo lugar de ayer. G.C.”

Definitivamente estaba sobre las nubes, no le importaba si debía ser un secreto, aunque quería gritarlo a los cuatro vientos, pero estaba tan enamorado que aún si hubiera sido una sola rosa seca, puesto que venía de Gackt, era el mejor regalo del mundo.

 

Ya habían pasado dos meses, y todo se mantenía tal cual, al menos para Tetsuya quien aunque trataba, no era capaz de decirle a Hyde lo que sentía, esperaba que éste se diera cuenta por todas las cosas que le decía o por lo especial que era con él a veces, pero el pequeño ni cuenta se daba, sólo notaba que Hyde se veía más distraído y más sonriente que siempre. Sin embargo, lo que no sabía era que Takarai estaba enamorado, lo estaba más cada día que pasaba y ahora que Hyde sabía que era súper habiloso para guardar secretos sin que nadie llegara a sospechar nada, lo único que esperaba era estar al lado de su Gackt cada vez que sonaba el timbre de salida.

Afortunadamente Tetsu y Ken se fueron temprano hoy, pues tenían un concurso de ciencias en su club, así Hyde podía irse con Gackt sin tener que inventarse cada cosa para que no lo siguieran. Esperaba tanto volver a verlo y más que nada poder cantar junto a él, ya que desde hace un tiempo se la pasaban cantando en el auto de camino a su casa, Gackt tenía una voz maravillosa que se complementaba perfectamente con la suya.     

No obstante, durante esos meses las cosas habían cambiado radicalmente para Camui. Ese día se encontraría con Hyde y le diría que ya no… Dentro de su limosina, aquella donde tantas veces lo había besado, donde había compuesto canciones junto a él mientras le decía que cuando saliera del colegio –un par de años después que él – podrían formar un dueto de cantantes, que era muy posible que fueran muy famosos.

“Ah, esa voz”, pensó Gackt, ¿Cuándo había dejado que esa voz, que ese ser llamado Hyde Takarai se metieran en lo más profundo de su corazón? ¿Cómo pudo darse el lujo de perder?…  Si, había perdido, estaba totalmente perdido en ese cabello, esos ojos, esa sonrisa. “¿Por qué?”, si se suponía que eso no debía pasar, pero ahora, para evitar que las cosas se complicaran más debía decirle adiós.

— ¡Buenas tardes! — saludó Hyde entrando a la limosina al igual que siempre, sacándolo de sus pensamientos, entonces el coche comenzó a andar.

—Buenas tardes… — bajó la cabeza sin besarlo como acostumbraba.

— ¿Estás bien? — se preocupó tratando de mirarlo a los ojos.

—Si… estoy bien…

—Bueno… ¡Mira! — y le mostraba una mariposa roja disecada que había comprado ayer como parte de su tarea, hablaba y hablaba, mas él no lo escuchaba, pues sabía que Hyde terminaría diciendo alguna cosa hermosa como siempre.

Ese tipo sí que era alguien especial, un ser maravilloso, totalmente opuesto a quien era él.   

—Hyde… — entonces lo besó profundamente y sin que pudiera evitarlo, una lágrima resbalo por su mejilla.

—Gackt ¿Qué tienes? — estaba asustado.

—Nada… es sólo que… me duele…

— ¡¿QUÉ?! ¡Debemos ir a un hospital! ¡Debemos…!

—No Hyde, no hay cura para lo que tengo… mi dolor es… está aquí… — puso la mano sobre su pecho

—Gackt… ¿Por qué?

—Hyde…  Yo… — sin decir nada más se abalanzó contra Hyde y lo besó posesivamente, lo hacía con tal fuerza que casi lo lastimaba.

Por un instante, el pequeño sintió miedo, pero, conforme el beso se hacía más profundo, sus manos comenzaron a recorrer aquel cuerpo amado sin ningún tipo de prejuicio. Entonces Hyde comenzó a sentir que la cabeza le daba mil vueltas, pese a todo notó que el coche se había detenido, alejó suavemente a Gackt.

— ¿Qué pasa? — preguntó Gackt con extrañeza.

— ¿Por qué se detuvo el auto?

—No te preocupes por eso, supongo que trata de darnos más comodidad.

— ¡Eso significa que puede vernos! — se levantó rápidamente muy avergonzado.

—Si eso te incomoda… ¡Toshi, sal!

—Sí señor. — y salió cerrando la puerta con fuerza.

Entonces Gackt se abalanzó sobre Hyde nuevamente, pero éste ya no reaccionaba como antes.

— ¿Hyde?

—Es que no me siento bien sabiendo que tu chofer…

—El jamás diría nada.

—Lo sé… pero…

— ¿Es que acaso no me deseas?

Hyde no se esperaba esa pregunta, ¿Cómo contestar? Si su mente decía que no, pero su cuerpo que sí y la mirada de Gackt no le hacía más fáciles las cosas.

—Sólo dime que no me deseas y entonces te dejaré en paz… — comenzó a levantarse.

—No me dejes… por favor…

Entonces Gackt lo miró por unos segundos, esa mirada, ese rostro lleno de inocencia y lujuria, todo al mismo tiempo. Volvió a devorar los labios del pequeño y éste sólo sucumbía ante él.

Hyde sabía que aquello estaba mal, pero ¿Cómo decirle que no? Si su sola presencia, su sola fragancia lo volvía loco, sin mencionar que lo amaba demasiado. Además le había dicho que sentía dolor y pensó, que tal vez su dolor se debía que lo deseaba, pero no quería lastimarlo. Mas Hyde sabía que no sería así, que él no era tan frágil como todos creían, él también lo deseaba y era por eso que no le importaba todo lo que se decía de Gackt: que era un demonio, que siempre hacía lo que quería sin importarle a cuantos pisara en el camino. Sin embargo Hyde ahora sabía que todo eso era mentira, lo único verdadero era que lo amaba más que a nada en este mundo.  

Por otro lado, Gackt empezó a descontrolarse, nunca le había pasado antes, pero ese pequeño lo estaba volviendo loco. Jamás había conocido a alguien como Takarai, se decían muchas cosas de él, que era un pobretón, que su familia era un desastre, que su padrastro era un ebrio y que era el causante de muchas de las heridas y moretones que se le veían en la clase de gimnasia, que su madre estaba enferma y que poco hacía para defender a su hijo, no obstante, aunque su vida era triste, siempre llevaba una sonrisa hermosa en su rostro que iluminaba todo su entorno.

Y pese a que ahora sentía que su cabeza giraba como nunca y que su mente le decía que se detuviera, porque sabía muy bien lo que estaba pasando a su alrededor, su corazón le decía que siguiera, pues ese niño lo había cautivado por completo, no estaba en los planes pero era así, entonces mandó todo al demonio. Esto estaba mal, y lo sabía, pero ese pequeño cuerpo se le había vuelto adictivo, lo era todo y ya no había marcha atrás.

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

— ¿Cuándo se lo dirás? — preguntaba Ken a su querido amigo Tetsu. — Ya no soporto verte así.

— Es que simplemente no puedo…

Ambos estaban reunidos en el yate privado del padre de Ken y pese a ser menor de edad, Tetsu tomaba como un loco, tratando de olvidar su pena.

— ¿Qué es lo que temes?

—Que me rechace…

— ¿Cómo sabes que lo hará?

—Presiento que lo hará y que si me acepta será sólo por pena o por ser buena persona, como siempre, él es capaz de sacrificarse con tal de hacer felices a los demás.

— ¿Y qué tal si comienzas haciendo algo lindo por él?

— ¿Algo lindo?

—Todos saben que su situación familiar y económica es muy mala… ¿Por qué no le ofreces uno de tus médicos para que ayuden a su mamá? ¿O un especialista que se ocupe del bastardo de su padrastro? O algo por el estilo.

—Ummmm… — se quedó pensativo mirando hacia el horizonte ya totalmente oscuro, luego miró el gran reloj de péndulo en el rincón y notó que ya eran más de las 10, su querido Hyde estaría durmiendo ya.

— ¡Tienes razón! — Se levantó muy entusiasmado — haré una llamada…

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

En la oscuridad más profunda de aquel callejón, estaba Hyde tratando de meter la llave en la puerta de su casa y abrirla sin hacer ruido. Entró y de repente una sombra estaba de pie justo delante de él.

— ¿Mamá?

Se escuchó un click y la luz se encendió. Frente a él, estaba su padrastro apestando a alcohol, con los ojos sanguinolentos por la ira.

— ¿Dónde estabas?

Por un segundo Hyde se paralizó del miedo, pero ahora él ya no era el mismo, así que reaccionó como nunca antes.

—No es de tu incumbencia… — pasó por un lado tratando de irse a descansar.

— ¡¿A dónde crees que vas?!  — lo sujetó del cabello y lo jaló hacia él.

— ¡Suéltame! —Pero aquel hombre ya lo tenía sujeto con su brazo, presionando el rededor de su cuello, mientras su otra mano halaba fuertemente su cabello.

—Te hice una pregunta, mocoso asqueroso,  ¡¿Dónde estabas?!

— ¡SUELTAME! — En vano luchaba, mientras lo ahorcaba, lleno de ira y con la voz ahogada le respondió — estaba… estaba en casa de unos amigos haciendo la tarea, no sabía que había vuelto la luz…

— ¿A quién crees que engañas? ¿No estabas más bien revolcándote con alguien por ahí?

—Claro que… claro que no… — ya casi no podía respirar.

Lo soltó arrastrándolo violentamente de un brazo hasta su cuarto. En el camino, de reojo pudo ver a su madre parada en medio de la habitación donde dormía con ese cerdo y lo miraba con lágrimas en los ojos pues no nada podía hacer para ayudarlo. Una vez en su cuarto, lo empujó contra la cama, se fue y volvió con una cubeta de agua la cual vació por completo sobre él y su cama.

—Esto es para que aprendas a respetar esta casa, bastardo idiota. — Sonrió ampliamente apagando la luz —…buenas noches “cariño”.

De golpe cerró la puerta, apagó el resto de las luces y se fue a dormir. Hyde se quedó parado al lado de su cama totalmente empapado, lloraba de rabia, hasta que decidió ir a su armario y cambiarse de ropa,luego se quedó mirando su cama pensando que sería imposible dormir sobre ella, era casi una piscina. Tomó algunos de sus ositos de felpa de cuando era niño y acomodándolos en un rincón se recostó sobre ellos tratando de dormir un poco. Miraba al vacio en la total oscuridad, pensando en lo que dijo su padrastro: “¿No estabas más bien revolcándote con alguien por ahí?” Era imposible que él se hubiera enterado, sin embargo, eso no era lo que le molestaba, pues el infeliz siempre lo trataba como a un perdido que se la pasaba acostándose con todo el mundo. Lo que le molestaba realmente era que esta vez si había estado con alguien de verdad y el que lo compare con “revolcarse” lo enfurecía. Su padrastro sabía muy bien lo que le había pasado hace unos años, con unos tipos que lo emboscaron en un callejón y… pero eso no fue su culpa, él jamás pidió eso, aún así ese tipo lo fastidiaba con ello haciéndolo recordar ese terrible día, reviviéndole aquel sentimiento de querer morir. Sin embargo, ahora no quería recordar ese instante, pues no quería empañar con esa basura lo que había pasado con Camui, pues lo que había tenido con él había sido algo sagrado, algo que ese tipo debía respetar y que si se atrevía a decirlo de esa forma nuevamente, esta vez sí tendría el valor de matarlo. No sabía cómo pero Gackt le había dado una fuerza que jamás supo que tenía.

Por otro lado, estaba lo de la luz, era más que seguro que Camui la había pagado pues su padrastro no tenía ni un quinto, estaba muy conmovido por el lindo gesto que había tenido.  Cerró los ojos muy feliz, recordando lo que había pasado y que al día siguiente vería de nuevo a su amado Gac-chan, así era como lo había bautizado a lo cual aquel joven sonrió, diciendo que nunca nadie le había dicho así y que le gustaba.

 

._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

 

Caminaba por entre los pasillos con parsimonia, notando que muchos se reían al verlo. Eso no era nada nuevo, pues muchos se burlaban de él cada vez que pasaba junto a ellos, pero esta vez, lo raro era que todos parecían murmurar algo entre sí antes de reírse. Un par de chicas hicieron un gesto, como si de pronto lo reconocieran, se taparon la boca y comenzaron a reír mirándolo fijamente hasta perderse por la esquina del pasillo. No le importó. Hoy nada podía contra su buen humor. Hoy todo era simplemente perfecto esperando sólo encontrarse con su querido Gac-chan.

Entonces a unos pasos, aparecieron sorpresivamente Ken y Tetsu, ambos estaban muy sobresaltados, tanto que parecía que estaban discutiendo, pero cuando vieron a Hyde ambos abrieron los ojos muy asustados, como si no hubieran esperado encontrárselo allí.

— ¡Hola! — los saludó con gran efusividad.

Sin embargo ambos lo miraron con cierto asombro sin contestar nada. Entonces, Tetsu frunció el ceño y se le acercó cmo si fuera a golpearlo, Hyde retrocedió de a poco.

— ¡Tetsu! — Ken lo detuvo y en ese momento la expresión de Tetsuya cambió bruscamente parecía que iba a llorar, hizo la mirada a un lado y salió corriendo.

 — ¡Tetsu! — Ken fue detrás de él.

— ¿Qué fue eso? — Hyde los vio alejarse.

Justo en ese momento alguien lo envistió, fue tan fuerte el golpe que cayó de espaldas y del pasillo fue a dar al interior de otro ambiente. Abrió los ojos y notó que estaba dentro de la conserjería y que el tipo que lo había empujado acababa de entrar cerrando la puerta tras de sí. Era un alumno de último año.

— ¡¿Qué demonios crees que haces?! — estaba muy adolorido por el golpe.

El sujeto solo sonrió y detrás de éste aparecieron otros dos estudiantes, los tres reían maliciosamente.

— ¿Qué está pasando? ¿Qué…?

Entonces los tres se abalanzaron contra él, lo levantaron del piso y lo estrellaron contra la pared.

—Lamento que este lugar no sea tan lujoso como a los que estás acostumbrado… — se burló uno de ellos.

— ¡¿De qué estás hablando?! ¡SUELTENME! — forcejeaba, pero ellos eran más así que sin problemas lo redujeron comenzando a quitarle el saco del uniforme.

Pronto entendió la situación, así que empezó a gritar pidiendo ayuda, pero nadie lo oía. Ya habían empezado a desabotonarle la camisa así como el cinturón del pantalón.

—No te hagas al inocente… si sabemos que esto te encanta…

— ¡AYUDENME!

— ¡SUELTENLO!

Al escuchar esa voz pensó que se trataba de Gackt, pero no era así, era Ken. Cayó al piso cuando lo soltaron y se dio cuenta de que Ken había entrado en la conserjería y ahora lo ayudaba golpeando a esos tres. Él era muy fuerte así que ellos terminaron por salir huyendo.

— ¡Hyde ¿estás bien?! — se arrodilló.

—Ken… ¿Cómo es que…? ¿Por qué?

— ¡¿Qué crees que estás haciendo?!  No debiste venir hoy…

— ¿Qué? ¿Por qué no debía? — ambos se pusieron de pie.

—No puedo creer que actúes como si nada…

— ¡¿De qué estás hablando?! ¡¿Qué está pasando aquí?! Todos se ríen de mí, murmuran, luego Tetsu me mira con odio y ahora me atacan…

—Es que ya todo el mundo lo sabe.

— ¿Sabe? ¿Qué cosa?

—No lo puedo creer… ¿No lo sabes?

— ¿El qué? ¡Dímelo de una vez!

—El video…

— ¿Video? ¿Qué video?

—Por dios Hyde… no puede ser…

Ken sacó su celular, desplegó la pantalla, puso play a un video y le entregó el dispositivo. Los ojos de Hyde casi se salen de sus orbitas, era un video de la tarde anterior cuando estuvo con Gackt. Lo habían filmado dentro de esa limosina.

De pronto sus manos empezaron a sudar, su boca se secó y podía sentir su estómago revolviéndose mientras su corazón parecía salírsele  por la garganta, su cerebro colapsó al momento que la sangre se le subió hasta la cabeza, y entonces el corazón se le hizo mil pedazos. Escuchó decir a Ken que alguien le había enviado ese video por mensaje al igual que a Tetsuya y a muchos otros y el hecho era, que ya todos tenían una copia y que no cabía duda de que era él aunque no se veía con quien estaba…  escuchó ya más difuso que lo reprendía y le preguntaba ¿En qué estaba pensando? Y… entonces escuchó  el sonido del celular destrozándose al caer al suelo, luego el sonido seco de su propia cabeza chocando contra la loza fría, mientras todo se ponía oscuro, a lo lejos oyó la voz de Ken gritando su nombre.

— ¡HYDEEE!

Continuará… 

Notas finales:

Esperen por el capitulo tres, ya esta terminado pero me faltan algunas revisiones , y dejen sus comentarios plis


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