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Notas del capitulo:

15-11-2015 ¿cómo estan?

Esto creo que es más larguito, bueno, tenia la idea de subir dos capis, desde el punto de vista de cada uno, pero era repetir lo mismo, asi que lo intercalé, espero se entienda.

¡¡Lo subí ntes de que termine el miercoles!!

Los personajes son de NARUTO de Kishimot Masashi sensei

Si hay errores los corregiré con el tiempo, a leer--->

 

Toc.toc.Toc.

Todo giraba lentamente a su alrededor al abrir sus ojos. Sentado y apoyado de espaldas en la pared de su pequeño baño con las piernas estiradas, descalzo y brazos caídos a ambos lados, Naruto contempló con la cabeza algo ladeada a un costado,  la ventanita de la que se filtraba el sol del mediodía.

—Uuhmm.Salió el sol…—susurró sólo para confirmarse a sí mismo de la realidad con ojos enrojecidos por el insomnio.

TOC.TOC.TOC.

Escuchó de nuevo los golpes, esta vez más fuertes, pero no le importó, estaba bastante cómodo. Unos sonidos extraños le hicieron fruncir el ceño, eran  pisadas,  habían entrado al menos dos personas…. Qué molestos-ttebayo….pensó.

—¡Naruto! ¡Oii!—la voz de Kiba se oía bastante clara, en un segundo levantó la mano y en silencio puso seguro a la puerta del baño, los intrusos se pasearon por su departamento, no eran nada corteses invadiendo su propiedad, incluso escuchó la manija de la puerta que giró pero no pudieron abrirla.

Ocultó su chakra  desde toda la noche y ahora solo quería descansar, de pronto algo llamó su atención, un pequeño polvillo en el aire flotaba y siguió su lento trayecto con absoluta calma.

—Parece que no vino a dormir…—la voz gastada de Shino se oyó y luego un chasquido.

— ¡Diablos! ¡¿Ahora qué?!—Los pasos se perdieron y oyó el cerrar de la puerta. Lo habían dejado solo.

 

Hoy era el día que soñó desde niño.

Y no tenía ganas de nada.

Estaba seguro de que no sabía cómo mirarle de nuevo a la cara.

…¿En qué estaba pensando-ttebayo?...

…Cierto…, desde hace algún tiempo tenia esos deslices que lo confundían,  y recordar  a Gaara junto a Sasuke  hizo que la sangre le hirviera de nuevo, contó hasta diez y soltó el aire tenso de sus pulmones  tratando  de calmarse, luego de unos minutos lo logró.

…¿desde cuándo-ttebayo?...

Intentó hacer memoria, pero lo único que le vino a la mente fué sentir un aroma dulce.

Se tocó los labios con la punta de sus dedos, besar a Hinata era bonito, pero desde hace un tiempo no sentía lo mismo, una insípida monotonía, pero … besar a…, lo había más que disfrutado y cerró sus ojos con el recuerdo de sus manos rozando la suavidad de aquella piel que recorrió, sonrió embobado …sé que no es justo lo que hice… un calorcito en su pecho lo hizo sentir  miserablemente bien, pero la visión repentina de sus manos sobre el cuello le causó escalofríos, sobresaltándole el corazón.

…. Algo no está bien conmigo… su respiración se volvió errática y se tiró de los cabellos dorados, meciéndose de adelante hacia atrás golpeándose en la pared, ya había perdido la cuenta de todas las veces que lo hizo.

El temor lo invadió de nuevo.

Si por algún motivo lo supiera, lo que quedaba de su amistad, se haría polvo.

...No puedo, aunque quiera

Lo único que tenía en claro, es que ahora estaba enamorado.

Y no sabía que rumbo tomar. ¿Podría dar marcha atrás?

Hinata… Torció la boca en una triste mueca. No sería justo para ella seguir con una farsa. Pero ella lo amaba,  se lo dijo un par de veces y él solo asintió, complaciéndola, un error grande.

¿Por qué la aceptó en primer lugar?

…¿Cariño?... ¿Confundí todo-ttebayo?

…¿Lástima?... ¿Por la mirada triste de la pérdida de su primo?...

…¿Por qué?...

 

El clan Hyuuga nunca se lo perdonaría, el deshonor de la familia sin motivo alguno sería una burla de la que no saldría indemne. Pero él era el Hokage, no creía que lo asesinarían por tener ese rango, no al menos desde la celebración del mediodía, celebración a la cual no había asistido.

 

Sasuke…

¿Qué debería hacer? No tenia con quién consultar  tan penosa duda. Ni siquiera con Kyuubi, que solo resoplaba fastidiado cada vez que lo visitaba.

…Ja…como si Kurama tuviera la respuesta-ttebayo….

Se miró las manos, aquellas que utilizó para abrirse paso en el mundo ninja, las que usó para pelear por sus amigos, por los aldeanos, por el mundo shinobi, las mismas con las que intentó matarlo.

…Cobarde…

Naruto sacudió su cabeza un par de veces. No quería sentirse asi. La idea de pretender que nada pasó se estaba esfumando, y otra tímidamente crecía en su mente.

De todos los momentos que vivió, nunca creyó llegar a sentir esto.

Una mirada suplicante, un suspiro anhelante, un gesto demandante.

—…Dame una señal…—masculló entre dientes y golpeó su nuca contra la pared.

Una,  y torcería su destino.

 

 

Ya casi era casi la una de la tarde, Hatake Kakashi estaba formalmente vestido con su atuendo de Hokage, de reojo vió hacia abajo y observó a la gente que estaba reunida algo incómoda, luego se acercó  a Shikamaru y a otros dos de sus secretarios que estaban un poco más atrás del palco de un sector de la Torre.

—Al parecer no va a venir. — Dijo, Shikamaru bostezó asintiendo con  cansancio. El sexto no lo podía creer, su exalumno dando el faltazo más importante en su vida, incluso pensó que estaría muerto por ahí, pero lo dudó, Kyuubi no lo permitiría.

—Mmmm, ¿fue bastante buena la fiesta? —Y recibió como respuesta una mano alzada y cerrada en puño con el pulgar hacia arriba del jounin.

No fui invitado…—dejó salir un bufido de molestia.

Al instante llegaron Kiba y Shino secundados por Chouji, Lee, Sakura, Ino y Tentén. Akameru ladró a lo lejos. Algunos anbus y otros jóvenes gennins junto a Konohamaru, Udon y Moegi. Todos con cara de derrota.  Sai apareció con un gran moretón en la cara y levantó los hombros ante la muda pregunta.

Kakashi volvió a suspirar. —Vamos al plan “B”…. — y miró al nieto del tercer Kage que abrió la boca asustado.

—¡Pe-pero…!—Se retorció las manos ya sudadas.

—¡Lo harás de maravilla! —Lee levantó el pulgar con su particular pose. —¡Deslúmbranos! —Konohamaru asintió inseguro y luego de verlos a todos con miradas de aliento, aspiró el aire contenido y comenzó a realizar los sellos con sus manos. El sexto caminó hasta el frente y se colocó en medio de la tarima, bajó la vista y desde allí pudo ver a las altas autoridades de los países vecinos como al Señor feudal que le saludo con un leve asentimiento de cabeza y a su lado los cuatro Kages con sus escoltas, si, en la mañana había llegado el último, el Tsuchikage con sus quejas por el viaje y el acostumbrado dolor de espalda, por otro lado vio a Tsunade y su fiel compañera, más allá repartidos entre la multitud a los jefes de los clanes y al grupo de consejeros que estaba apegados en un sector. Respiró hondo.

—¡Ahora daremos comienzo a la toma de posesión del séptimo Hokage!¡Yo seré su anfitrión el sexto Hokage, Hatake Kakashi y le agradezco por su asistencia! —   La gente aplaudía y gritaba palabras de aliento.

— ¡A continuación recibamos en el escenario a alguien especial! ¡Estoy seguro que todos conocen al hombre que tomará el lugar como el séptimo Hokage! —y con su brazo derecho  indicó a la persona nombrada a avanzar al escenario.

—¡NARUTO UZUMAKI! —el nombrado vestido con su atuendo, se puso delante del sexto y levantó con alegría la mano vendada ante los gritos del pueblo.

—¡Gr-gracias!...¡Muchas gracias.. dattebayo-kore…!—   Konohamaru sudaba la gota gorda, y miraba con total nerviosismo a la gente que vitoreaba desde abajo mientras trataba de sonreír …Naruto-niichan discúlpame por usar el henge no jutsu por ti…

 

 

Estuvo toda la mañana tentado a salir de la aldea.

Miró el placar vacío y luego la  gran bolsa negra que tenía en sus manos, no había bajado en toda la mañana a pesar de que Karin se lo pidió, solo un gruñido y basto para alejarla. A esa hora solo había silencio y con eso como aliado se dispuso a cambiarse.

...No hay marcha atrás…

 

 

Naruto se pasó toda la tarde encerrado, consideró varias opciones, pro y contras y cada una de ellas no eran más que disparatadas, otras con un mal final, pocas  satisfactorias, aun así lo único que pudo hacer es quedarse ahí, con suerte nadie lo buscaría hasta dar con la respuesta, si era posible nunca saldría de su escondite hasta…

—Oi, Naruto.—casi salta del piso por el susto, oyó la voz que menos quería escuchar, y venía  detrás de la puerta de su baño. Se tensó, el muy maldito fue tan sigiloso que ni ruido hizo al entrar. Maldijo a todos los ninjas de las generaciones pasadas.

—Sé que estás ahí. Puedo oirte.

—¡¿Qué?!¡¿Eres un murciélago-tteba-?!—gritó sobresaltado y luego se tapó la boca, se había delatado solo.

—Sal de una jodida vez...— la voz se oía sin matiz, Naruto dejó salir un suspiro y al levantarse sus huesos crujieron. Aún estaba con la misma ropa de anoche, la cara que reflejaba su espejo lo hacía ver irreconocible, sus ojos cielos lucian cansados y la maraña de pelos no lo ayudaban mucho,  así  que abrió la canilla y se lavó la cara  con esmero pasando sus dedos por los cabellos dorados intentando peinárselos.

No podía huir.

¿O si?

 

Sasuke dejó de apoyar la frente en la puerta del bañito al oir el ruido del agua y luego se giró para ir al otro lado. Había entrado dudoso al notar la puerta del departamento semiabierta.

Antes se tomó todo su tiempo en cambiarse y luego de bajar para marcharse de su casa, sus inquilinos lo vieron y  quedaron mudos por unos segundos, a Suigetsu  se le cayó un pedazo de carne de la boca, Karin se acomodó los lentes y un hilito rojo se le caía de la nariz, hasta  Juugo contuvo el aire, el silencio se rompió por los comentarios  casi empalagosos de todos, …qué escandalosos…,pensó, se puso la capa negra que traía en su antebrazo y no les prestó más atención, con porte elegante salió de su hogar  y caminó a paso lento, contradiciendo a su palpitar que aumentaba, contemplando de reojo las calles que estaban adornadas con guirnaldas en las puertas y ventanas por motivo de la celebración,  la tarde se presentaba nublada y el frio viento primaveral azotó la aldea moviéndolo todo, la capa al levantarse reveló lo que escondía y  los pocos transeúntes al verlo se asombraron, se quitaron de su paso y los hombres más osados simplemente asentían conformes. Las mujeres mayores y las jóvenes con ropas finas que también pudieron verle lo puesto, cuchichearon entre ellas.

—… ¡Se ve magnifico!…                           —¡Oh, mira! ..                                — ¡Nunca vi nada igual!…   

                                                            —… ¡Es hermoso!….

Maldijo por lo bajo, la chusma haría el resto y pronto toda la aldea se enteraría.

 

 

El silencio solo le anunciaba la soledad que arrastraría desde ese día, pero se prometió a si mismo ser fuerte. Siempre lo fue desde niño, desde que su hermano le dejó la carga, hoy nada lo derrumbaría. Levantó la barbilla y caminó despacio observando con melancolía todo el lugar, estaba algo desordenado,… típico de Naruto…, llegó hasta el dormitorio.

Y vió las dos cajas.

Dos ataúdes, pero solo necesitaba uno, uno para su sentir.

Tembló como una hoja por unos instantes, pero se recompuso  y se irguió recto,…no caeré…

Se lo prometió.

 

Arrastrando los pies tomó el pomo de la puerta y le quitó el seguro. Con la vista al piso notó que no había nadie esperándolo, levantó su mirar cielo y salió lentamente buscándolo con su chakra.

Guiado por eso pasó el pequeño living y cruzó la cocinita hasta llegar a su habitación, la puerta estaba abierta y vio a Sasuke  parado en medio dándole la espalda. Llevaba una larga capa negra que le cubría todo el cuerpo.

 Algo dudoso caminó hasta estar a su izquierda y comprendió porqué estaba ahí, en su cama reposaban dos cajas cerradas, las dos cajas que contenían sus ropas de novio.

—Bu-buenos días….—Puso su mejor cara y le miró, pero no pudo ver nada más que un gran mechón negro ocultándole el perfil al igual que la gran capa que le cubría todo.

—…Tardes, querrás decir, son las tres y media, dobe— el azabache avanzó y se colocó en frente de las cajas, se agachó un poco  y comenzó a abrirlas con brusquedad y sacar su contenido. Naruto solo se limitó a ver con tristeza cómo Sasuke desenvolvía cada prenda y las acomodaba a un lado de la cama en cierto orden. Se refregó las manos impaciente, abrió la boca y la cerró un par de veces, sin dejar salir sonido alguno.

—Sacate todo. Será mejor que te pongas eso.—el azabache sin mirarle le señaló un par de prendas blancas de la cama. Naruto notó que sus manos estaban ocultas por guantes blancos, hizo un mohín.

…No quiero…

Bien…—y las tomó de mala gana para ir a vestirse al otro lado de la habitación, contemplando como el ojinoche de espaldas estiraba una de las telas de la manga del kimono negro sobre la cama.

Así debe ser…

Naruto chasqueó la lengua, ¿por qué tenía esa terrible sensación de estar haciéndolo todo mal?, ¿no era lo que quería?

—...Sasuke…—susurrró.¿Pero qué le diría?  “Ey, teme, ¿sabes? estoy enamorado de ti, jajaja, tan torpe soy, que hoy a minutos de casarme, me di cuenta-ttebayo”

Se mordió la lengua.

...Asi va a ser…

Negó un par de veces, no quería seguir pensando, pues él no era de esos…soy impulsivo…soy impulsivo…

…Y así será…

Automáticamente se puso las telas con lentitud, se acercó nuevamente quedándose detrás de su padrino y en medio de su cuarto. Solo unos segundos y Sasuke se volteó con el kimono en sus manos, le rodeó y al colocarse detrás de él, dijo sin emoción.

—Levanta un poco los brazos y no los bajes. —Naruto así lo hizo y el azabache pasó las mangas por cada uno de sus brazos.

…No tiembles….                                                                                            …No tiembles-ttebayo…   

Contuvo el aliento al sentir las caricias de la tela pasar por sus brazos.

No pudo evitar acariciar levemente con la yema de sus dedos enguantados  el borde de la tela.

Estuvo tentado de apoyar su frente en la espalda del rubio,…no caeré…instintivamente llevó sus manos al cuello del kimono  oscuro y lo arregló, luego a paso veloz se dirigió al borde de la cama tomando una faja del mismo color y el adorno blanco. Por un momento miró a la ventana, el cielo se estaba volviendo plomizo. Como su interior.

—No debes hacer muchos movimientos, no te agaches bruscamente, roperías la tela.—Se acercó quedando en frente suyo ocultando sus ojos. Naruto trató de verle la cara pero sus largos mechones negros se lo impidieron.

Y con precisión acomodó los bordes sobrantes, doblándolas sobre su pecho.

Estiró el obi y apenas se inclinó un poco para pasarlo por la cintura  del ojicielo para después atarlo.

 

…No tiembles...                                                                                            …Huele bien-ttebayo…

Apenas el cabello azabache le rozó la nariz sintió un embriagante aroma.

Su corazón latia con más  fuerza y se mordió los labios para no gritar. Se estaba desquebrajando.

…No caeré…

Volvió sobre sus pasos a la cama y tomó el hakama gris, lentamente se giró y se puso en frente de Naruto, se agachó quedando de rodillas y acomodó el pantalón en el piso.

—Ponte aquí—Señaló y Naruto obediente lo hizo, posicionó sus pies desnudos en las aberturas del ancho hakama, Sasuke tomó los extremos y se levantó despacio arrastrando la tela.

 

 …¡Maldita sea!…                                                                                        …¡WAaaaaa!…

Naruto se coloreó más al sentir el deslizamiento de las telas por sus piernas medias desnudas.

Sasuke respiró hondo y antes de ver la toda musculatura de las rodillas cerró los ojos.

 

Llegó al final y lo ató en su cintura ocultando el obi que le había puesto antes. Aunque el nerviosismo de cometer un error lo atormentaba por dentro, lo ocultaba perfectamente bajo su fría apariencia.

 

Naruto miraba las diestras manos enguantadas moverse al colocarle el pequeño, blanco y redondo haori himo en el torso quedando colgado.

—Ya puedes ponerte el haori y lo demás— El rubio miró hacia la cama, solo faltaban esa prenda que parecía un saco, las sandalias y las medias. Se acercó y se la puso el haori, se sentó con cuidado y se acomodó las medias. La curiosidad lo atacó.

— ¿Có-cómo sabes…? Digo…— Vió al azabache hacer una mueca mientras tomaba las tapas de las cajas y las cerraba.

—…Cuando era pequeño…., vi a mi madre hacerle lo mismo a mi padre…, teníamos que estar presente en el casamiento de un familiar.—Se giró y el rubio solo vio un medio  rostro serio que desviaba la vista hacia la ventana.

—¿Lo…lo recuerdas?—Naruto se mordió el labio y agachó la cabeza —Lo sient…

—Hay cosas que no se olvidan… —Se encogió de hombros.

En ningún momento Sasuke le vió a la cara. Naruto se levantó y se quedó viéndolo. La penumbra de la habitación por las oscuras nubes le impedia verle por completo y tampoco ayudaba  sus oscuras ropas.

 

Nada. 

Ambos parados, uno en frente del otro se quedaron en silencio un buen rato.

…Dame una señal…

Sasuke desvió la vista y recorrió la figura de Naruto. Se veía bien, más que bien. Una fugaz idea cruzó por su mente.

…Huiría contigo…

De su rostro inmutable una mínima sonrisa apareció, el ojicielo abrió sus ojos ante tal actitud. Esperando.

— Soy bueno, dobe.—Y salió de la habitación.—Date prisa, creo que es hora.

Si, solo habia el toque  de amistad en sus palabras.

—Tsk.

Cerró sus puños conteniéndose en gritar, y dando pesados pasos lo siguió.

En la base del edificio un carruaje con techo los estaba esperando, Naruto se sorprendió al ver a los dos caballos que tiraban de él y a un joven bien vestido con un kimono negro que estaba sentado adelante con las correas.

—Sube, ¿o pensabas caminar hasta el templo?—Sin esperar la respuesta Sasuke se subió seguido por Naruto, que se sentó a su lado. El cochero tiró de las riendas y los caballos comenzaron a trotar.

 

Naruto, miraba a su alrededor a la gente que le saludaba a su paso y solo atinaba a mover levemente la cabeza, de reojo miraba a Sasuke que desde su asiento no había dicho nada más. Solo miraba al frente. Otra vez solo podía verle el mechón que le cubría el ojo y si bajaba la vista podía contemplar los labios sellados.

El cielo plomizo amenazaba con derribar la gran fiesta de la tarde-noche. La gente precavida llevaba paraguas y otras simplemente largas capas en sus manos, algunas caminaban a la par del vehículo que avanzaba a paso lento.

Por un momento tuvo la necesidad de tocarle. Levantó su mano vendada y la acercó a la  pálida cara.

—Naruto/Sasuke…

Ambos se miraron al decir sus nombres al unísono y verse a los ojos.

El Uchiha luego de su pequeño salto interior de impresión a ver la trigueña mano del rubio casi en su cara que quitó de inmediato, levantó la ceja y suspiró desviando su mirar, Naruto tenía un peculiar brillo en sus ojos. ¿… es ansiedad?... Sus manos ocultas se cerraron en puños. …Su casamiento…Y eso le daba unas ganas terribles de saltar del carruaje en movimiento.

…No mires así...es molesto…

El Uzumaki salido de la misma reacción se retorció las manos sudadas y agachó la cabeza ocultando sus ojos cielo, resopló.

…Dime algo que me permita luchar…

…Yo soy el que siempre dió el primer paso…

 

Sasuke se enderezó lo mejor que pudo, ante todo debía demostrar su orgulloso semblante.

—…Escúchame.—El ojicielo le miró conteniendo la respiración, una brisa meció sus mechones negros y al fin pudo verle la cara completamente seria.

 

Tenía que decir algo, recordaba vagamente a sus familiares decir un discurso para agasajar a la pareja, pero él no era de muchas palabras, y menos diría algo en frente de los demás, sólo tenía esta oportunidad, lo estaba meditando desde que salieron del edificio, si debía comportarse como un padrino, lo haría.

.pero duele escoger las palabras correctas…

 

Estaba preparado, una palabra, un sonido, un sutil gesto que hiciera y rompería las reglas. Sus manos se apoyaron a los lados listas para el próximo movimiento.

Todo su cuerpo se tensó inclinándose un poco hacia adelante. Mirándolo

 Esperándolo.

 

…Te quiero…

—…Quiero...—Cerró su ojo negro y el del rinnnegan y luego volvió  a abrirlos— No,… espero que la nueva vida que enlazarás con la persona que has elegido para continuar tu camino sea maravillosa…—El rubio detuvo su respiración, eso no era lo que quería oir.

…¡Oh.no..no.no., por favor-ttebayo!...Estuvo por abrir la boca, pero el ojinoche alzó su mano.—Deja que termine…—Y el rubio se recostó derrotado, mirándolo sin emoción.

 

— Naruto,… estoy seguro que Hinata es la indicada, la elegiste,… cuídala  y confía, sobretodo confía en tus amigos, sé que podrás lograr grandes cosas, me los has demostrado.—El ojicielo agachó la cabeza y ocultó su faz asintiendo a las palabras.

Hermosas palabras… debería agradecerle, nadie le dijo algo así, pero no las quería escuchar como tal, solo mataba sus tontas esperanzas.

Estúpidas ilusiones.

 

Cerró sus ojos cielo, ya no quería escuchar nada más, volteó su rostro y miró a la gente que a su paso le saludaba.

Se estaba enojando, ¿Por qué debería haber guardado ese deseo?...¿Acaso Sasuke nunca me mirará más allá de la amistad?...

…A pesar de que te tuve…Apretó su mandibula a tal punto que sintió la sangre recorrer su lengua….¿qué pensarías si te digo lo que hice con tu cuerpo?...Hizo una mueca de una  irónica sonrisa.

…Y  luego de ver tu expresion te mataría…

 

Sasuke notó el repentino cambio de aptitud de Naruto. Frunció el ceño… ¿Qué le pasa?...

—¿Naruto…?—el aludido pestañeo varias veces  saliendo de su ensoñación. Ese último pensamiento no le gustó  nada.

No debería estar enojado con él, sino consigo mismo. Por albergar algo que no sería.

 Le miró apenado y luego se recompuso.

—Gr-gracias-ttebayo…—se llevó una mano a la nuca  — de verdad…, me llegaron tus sentimientos…¡jajaja!

El azabache levantó su ceja y apoyó  su mano en el hombro del ojicielo. El rubio quedó petrificado ante la acción.

—Naruto, siempre…— Tomó aire y le sonrió,…gracias… quería dejarle en claro algo más, aunque Naruto ya lo sabía  —Siempre seré tu amigo…. No olvides eso.

…Gracias…

 

Una mirada  sin otra emoción que la sinceridad acompañada con una leve sonrisa en su rostro, fue más doloroso que los golpes recibido por todos sus contrincantes.

 

Cuando la desolación cubrió su corazón luego de semidespertar sobre la espalda de Kakashi mientras era llevado a Konoha tras la pelea en el Valle del Fin, pensó que fue lo peor que pudo sentir en sus años de niño inmaduro.

Luego, ya siendo un joven, lo sucedido con Hinata, le hizo creer que tanta angustia por el solo pensar en perder a alguien querido, sería lo más doloroso que pudo haberle pasado. Desplazando asi lo anterior.

Qué equivocado estaba.

Esto sin duda lo superaba.

 

Solo pudo responderle con una tonta sonrisa, ya no quería verle, desvió sus ojos para observar el cielo nublado.

Su esperanza se rompió, una sola creencia creció.

Desde ahora en más, su mentira  de vida cobraba sentido.

 

Sasuke se quedó perdido contemplando el perfil de su compañero, tratando de retener todas sus facciones, su expresión seria y decidida le dolió más que el malestar en su estomago, se lo acarició creyendo que asi lo disminuiría.

… Y no me olvides…

 

 

 

El carruaje se detuvo.

Ambos bajaron en silencio cada uno por un extremo del coche.

Naruto tenía los ojos aguados y a pesar de todo sonrió ante la multitud que lo recibía en la entrada del templo. Más allá una novia de blancas ropas tradicionales también descendía de otro coche ayudada por su padre y su hermana, sus familiares la rodearon en un gesto de bienvenida. Sus amigos  presentes hicieron lo mismo rodeando a Naruto al verlo, todos vestidos con sus elegantes ropas, reían felices. Naruto les sonrió.

Varios escalones más arriba estaban esperándolos el Kazekage con sus hermanos, junto a otros funcionarios.

Sasuke se sostuvo en el apoyacodos y se llevó la otra mano al estómago.

Un dolor punzante, tirante lo obligó a doblarse, casi estuvo a punto de dejarse caer si no fuera por la voz.

—¡Sasuke!—La voz de Sakura a su lado lo sorprendió y la miró casi suplicante. Ella rodeó con sus manos su cintura y lo ayudó a enderezarse.— ¿Qué te sucede?—preguntó bastante aturdida al verle la palidez en el rostro.

Un mareo…— solo atinó a decir con una débil voz, mintiéndole, la pelirrosa asintió confundida. Levantó la vista y vió a Naruto rodeado de la gente mientras  se acercaba a Hinata. Se la veía bastante feliz.

Por un momento ambos cruzaron miradas.

Por un momento creyó que ella lo miraba con ojos de victoria.

Se apoyó en Sasuka, ella vestía un kimono rosa palido con rojas sakuras que iban rodeándola en espiral.

Naruto tomó la mano que Hinata le ofrecía tímidamente, la ojiperla le sonrió y todos aclamaron con viva voz.

“¡Qué vivan los novios!”.

Desde ahora su vida cambiaba. Trató de devolverle la sonrisa pero solo fue una mueca. Ella solo le apretó la mano en un gesto de ánimo. Miró hacia adelante, hacia su destino.

Respiró profundo.

Juntos comenzaron a subir las escaleras del templo, dentro  lo esperaban el sacerdote y los invitados. Pasó al lado de Kakashi que con su ropa ceremonial lo miró con algo de reproche…de seguro es por mi faltazo-ttebayo… divisó a Tsunade que, con una mirada maternal le sonrió con ojos aguados, un lindo kimono negro la envolvía. Vio a Gaara bajar lentamente las escaleras con sus ropas ceremoniales de Kage, ambos se cruzaron, él le sonrió  pero el Kazekage ni lo miró, siguió bajando, Naruto confundido por esa acción giró su cabeza y vio entre toda la marea de gente que lo secundaba,  las manos de Sakura a los lados del rostro de Sasuke, ambos tenían sus frentes apoyadas.

…Traidor…

Hizo una desagradable mueca de disgusto  y ocultó su semblante, apretó con más fuerza la mano de la Hyuuga que desfiguró su cara en un gesto de dolor,arrastrandola consigo, ella dudosa siguió caminando a su lado.

Estaba furioso por  ver tal escena, alguien estaba a su lado y no era él, furioso consigo mismo, por ser un cobarde, furioso por perderlo todo por un si vacio, por no tener lo que tomó a la fuerza.

 

 

—Uchiha…—el azabache al verle acercarse rodó los ojos y se enderezó separándose de la pelirrosa. Sakura a su lado saludó a Gaara con una sonrisa.

—Se ve bien Kazekage.

—Gracias, tu también…—El pelirrojo se plantó en frente de ambos — Noté que algo no estaba bien,…

—Ah, bueno,… pensaba llevar a Sasuke-kun a la enfermería, no parece tener fiebre pero…

—No es necesario, fue una recaída.—Soltó el ojinoche retrocediendo para apartarse  —No he comido nada.

—¡Pero..!

—Iré a mi casa. Aquí ya hice lo que correspondía.—Miró hacia arriba de las escalinatas, Naruto y Hinata estaban pasando por las puertas seguidos por los familiares de la ojiperla, los amigos y la gente curiosa.

Ya había hecho demasiado, ya había soportado  demasiado. No iba estar en primera fila muriendo mientras otros vivían.

Sus ojos se aguaron, tanto Sakura como Gaara vieron su expresión.

Ella abrió sus ojos verdes, al fin entendió todo.

 El Kazekage cerró sus manos en puños y se tensó. Comprendió algo que estaba enterrado en su interior.

Las nubes anunciaban que el aguacero estaba próximo a largarse, pero al Uchiha no le importó, se giró, dejando atrás a quienes se preocuparon por él, mientras las personas trataban de ingresar al templo él fue en dirección contraria, las primeras gotas comenzaron  a mojarlo.

La capa se mecía por el viento que levantó el poco polvo de las calles.

Algunas transeúntes se detuvieron a  verle mientras trataban de abrir sus paraguas.

—…¡Qué lindo!...

—…¡Es un príncipe!...

 

 

Sasuke alzó la vista y cerró los ojos dejándose humedecer la cara con las gotitas de la fría primavera.

La  tímida lluvia  ocultaría sus lágrimas.

 

…Adiós…mi amigo…

 

…Adiós…

 

…Mi amor…

 

 

 

 

 

 

 

La ceremonia fue bastante corta, bebieron el sake mientras el sacerdote decía las palabras de compromiso y luego todos se marcharon a festejar, el aguacero no fue tan fuerte y la aldea pudo festejar las dos grandes celebraciones antes de terminar el día.

Esa misma noche varios de los grandes señores  se marcharían, asi como los Kages, ya habían prolongado demasiado tiempo su estadía. Las reuniones protocolares también habían acabado.

El volver a la rutina para ellos, era aburrido, ya no habia amenazas de  guerra,  se acostumbraron a los conflictos por la tierra, negocios oscuros entre clanes,  robo de información entre pueblos,  lo cotidiano.

Como extrañaban la guerra. La emoción de vivir  al filo de la muerte.

 

 

 

 

—Naruto…yo…

—Brindemos Hina-chan….—El rubio  sirvió más sake a la pequeña copa que Hyuuga tenía en sus manos. Ella solo atinó a sonreír.

—P-por nosotros…—y ambos bebieron.

 

Si debía fingir su felicidad lo haría. Estaba seguro de que al menos la compañía sería agradable, aunque se propuso mantenerse alejado de aquellos suaves brazos que le intentaban atraer  a la cama y más, no llegaría más lejos hasta tener la seguridad de que lo que haría con ella, fuera por amor.

Lo construiría con el tiempo, pero lo haría a su manera. Así que antes de que su esposa ya algo bebida por el sake que le ofreció, le sonriera con motivos más que elocuentes junto a un par de mejillas totalmente sonrojadas, hizo lo más sensato en el día, empleó su jutsu “amnesia”.

La orden fue sencilla y su flamante mujer lo cumplió dignamente.

Se dejó caer en el sofá de su nuevo hogar, las ropas le ajustaban pero no tenía ánimos de quitárselas y lentamente  se llevó la botellita de sake a la boca.

Estaba vacía, hizo una mueca y se levantó arrastrando los pies para ir a dormir  en el mismo lecho con su ahora esposa.

 

 

 

 

El día después llegó, y con él las nuevas responsabilidades.

 

 

Temprano en la mañana, minutos antes de que el horario de trabajo comience, ya estaba parado en la entrada de la torre. Había prácticamente huido de su nuevo hogar antes de que su compañera abriera sus ojos.

Soltó el aire y se dispuso a empezar el dia con su mejor cara.

Luego de tener una pequeña charla con el Nara que lo esperaba, se encontró con Kakashi dentro del despacho cuando abrió la puerta.  Ambos Kages, uno entrante y el otro saliente sonrieron, aunque a Kakashi eso no se le notó demasiado con su máscara pero si con su mirada, luego se puso serio y con un movimiento de cabeza indicó al de coleta a retirarse, se quedaron solos en segundos y el exsensei dijo:

—Antes que nada déjame repetirte que estoy feliz por todo lo que ocurre a tu alrededor, siempre tendrás mi apoyo mientras actúes con sabiduría.

—Gracias sensei, pero me sorprende que esté aquí a estas altas horas de la mañana y no creo que sea para darme el sermón por mi falta.—sonrió apenado por el faltazo y la mirada  de reprimenda del sexto.

—Te has vuelto astuto pero, no, no es eso, esto…—saco de entre sus ropas un rollo rojo y se lo tendió serio— Es mi última orden, ya sabes, de acuerdo a la tradición o “Voluntad de fuego” luego de dejar mi cargo y es tu primer deber dejar que se cumpla, es en honor al cumplimiento de mi gestión, creo que eso es todo, me retiro, necesito hacer unos arreglos.

— ¿Eh?—Naruto lo tomó sorprendido y luego de recordar algunas cláusulas, sonrió burlón— ¿no me digas que quieres la colección completa del Icha-icha?

—Ja ja, que gracioso, SEP-TI-MO HO-KA-GE.— El peligris avanzó hacia la puerta y dijo tomando el pomo y sin girarse— Que tengas una larga vida.—Y salió cerrándola  dejando algo desconcertado al rubio.

Miró el pergamino, lo que le dijo su exsensei comenzaba a hacer eco en su mente, algo preocupado por aquellas palabras.

“…Es mi última orden, ya sabes, de acuerdo a la tradición o “Voluntad de fuego” luego de dejar mi cargo y es tu primer deber dejar que se cumpla…”

Lo desenrollo y comenzó a leer su contenido, los segundos pasaban y la tensión envolvió el despacho, retrocediendo a pasos lentos se dejó caer en el asiento, el sudor en sus manos como el reciente temblor aumentó. Sintió elevarse un chakra conocido detrás de sí en el ventanal que ofrecía una vista panorámica de la aldea, se giró lentamente con el asiento cambiando su expresión de aturdimiento en uno de rabia.

— JUJUJU…, SIGUE LEYENDO MOCOSO,….

 

 

Notas finales:

¿Y? ¿qué les pareció? las dejo con sus dudas, jua jua, jua!!!(?)

ah, la parte en que pega el faltazo a su nombramiento y lo reemplaza Konohamaru es parte del capi especial del manga arreglado a mi manera xD.

¡¿qué?!. ¿qué ropa lleva Sasuke?, aaah...ya lo sabran...

besitos y nos leemos en otra actualizacion...:3


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