Era de muy madrugada.
—¡VIEJA! —Rompió la puerta de una patada y se quedó mudo al verla con el cabello despeinado y un simple camisón, su cara lucía muy extraña, como preocupada y melancólica, pero todo pensamiento se borró al ver que dicho camisón estaba abierto y dejaba ver sus ropas intimas y bastante piel, sentada y de piernas cruzadas en medio del living con varias botellas de sake —¡¡AAAAH!!¡MIS OJOS! —se los cubrió con el brazo vendado.
— ¡PERVERTIDO! —se tapó sus partes y le lanzó las botellas vacías que hábilmente Naruto esquivó.
—¡NO, espera!! ¡Lo siento!¡Necesito tu ayuda! —Puso ambas manos a modo de súplica, aunque evitaba mirarla directamente con un enorme sonrojo de vergüenza. — Por favor necesito que me hagas estudios—y se señaló la cabeza con el dedo índice.
—¿Para qué?, todos sabemos que muy avispado no eres…
—No,¡¡ No!!...Escucha…—Y miró al techo dando un largo suspiro para luego decir serio —Yo… creo que tengo un… des..desorden de personalidad…
—¿AAAH?¿Cómo puedes saber qué es eso? —Naruto entrecerró sus ojos y observó con detalle el piso.
—…No soy tan tonto… Estudié en tus clases, ¿bien?...Lo estuve pensando… todo este tiempo….¡Lo necesito en serio-ttebayo!… —Ella se cruzó de brazos mientras lo observaba y luego suspiró.
—HAaa~…—y se frotó la frente con su mano reprimiendo la migraña alcohólica—no sé qué te sucede, pero yo no he notado nada raro, sigues siendo el mismo.
—Eso es lo curioso del tema, no lo manifiesto con…—se removió incomodó —… cualquiera… —Lo había estado meditando bajo las estrellas y luego de repasar estos últimas semanas llegó a la simple y firme conclusión.
—¿Qué tratas de decir?
—Eeehm…Siento que una parte de mí,…a veces—en realidad no quería dar detalles íntimos aun y divagó un poco —….no soy yo… y actúo —movió la muñeca girando la mano —… Mmm…¿mal?
—¡¿Ah?! —Tsunade levantó una ceja — Eso es normal en cualquier persona que tiene un episodio malo en su día, no entiendo a qué quieres llegar… —y observó extrañada por las palabras al chico en frente suyo, él la miró por primera vez con una expresión indescifrable en su cara, lucia mojado y algo cansado, sus labios apretados en una fina línea callaban algo.
…No me detendré y resolveré este enigma en mi mente...
Por un instante ella vio un destello de decisión en sus abatidos ojos y como si algo cambiara en él, Naruto tensó sus hombros y levantó la barbilla confiado, su voz monótona la sacó de su ensimismo:
—Necesito que me hagas pruebas Tsunade, en verdad quiero estar seguro sobre mi condición. Mañana comenzaremos a primera hora. —Y salió cerrando la puerta dejando con la palabra en la boca a la sannin.
…Porque a cada segundo, él se aleja más de mí…
Tsunade no entendía que pudo haber pasado, hace tan solo unos semanas atrás, suponía que Naruto era feliz con su prospera vida, aunque a ella no le agradaba del todo la chica Hyuuga pues creía que era tan tímida e invisible, que Naruto habría pasado de ella como a la verdura, sino fuera por el caso de los secuestros y ese clan milenario hace más de cuatro meses, “qué extraño” había pensado en aquel tiempo cuando se formalizó la relación, en verdad ni la registraba en la vida del rubio, eran muy opuestos, demasiados extremos, tal vez eso fue lo que los unió, pensó a su pesar, no tuvo la oportunidad de hablar con Naruto para saber el porqué de su decisión, simplemente la aceptó porque quería a Naruto como al nieto que nunca tuvo, pero no quería inmiscuirse tanto en su vida. A veces pensaba que Hyuuga más parecía una placa para adornar su actual puesto de Hokage.
Luego de salir de la casa de la exHokage, Naruto caminó desganado directo a su propia morada. Algo pensativo con los últimos sucesos se detuvo en la entrada y rebuscó la llave en su bolsillo, luego de encontrarla y antes de colocar la llave en la puerta, frunció el ceño y ocultó su chakra. ¿Alguien más en su casa a estas altas hora de la madrugada?. Rodeó el jardín lindero y se adentró en silencio por una de las ventanas dispuesto a sorprenderlos.
Y los vio a ambos de espaldas sentados en la cocina compartiendo un té, hablaban en susurros así que no pudo escuchar su conversación, ella apenas le tocaba la mano en un gesto ¿cariñoso?...¿compasivo?... ¿Desde cuándo tan cercanos?...se cuestionó.
Ah, pero estaba bastante cansado de pensar en otra cosa por lo menos en este momento, de auto infringirse más confusión, se sintió un poco incómodo porque tenía que decirle a su esposa de solo tres días que no deseaba estar a su lado por un tiempo por motivos que él mismo no quería revelar y que ciertamente pondría más caos en su casi nula vida matrimonial, simplemente quería que llegara el mañana para salir de su casa y comenzar con sus estudios.
—Hola. —Dijo sin ganas, parado bajo el marco de la puerta, ambos presentes giraron en sus respectivos asientos.
—¡Naruto-kun! ..Bi-bienvenido a casa….—Hinata se alivió de tenerlo de nuevo a su lado, hasta casi olvidó lo que ocurrió en la cena, se preocupó por la apariencia desaliñada de su esposo, se levantó de inmediato y caminó hacia él, se puso de puntillas de pie y le dio un beso que terminó en la mejilla, debido a que Naruto giró su cara. Sai lo observó inexpresivo de arriba abajo y movió lentamente su cabeza devolviendo el saludo.
—Te ves horrible. —Naruto se dirigió a la alacena ante la vista desconcertada de Hinata y sacó un envase de ramen, luego tomó una tetera y la llenó con agua de la canilla desde el pico. Hinata y Sai solo lo veían hacer sin pronunciar palabra alguna, una triste y el otro expectante.
El que esté Shimura en su casa le alivió un poquito, así no tendrían que ventilar sus trapitos. Por ahora.
—Sí,…la lluvia…y correr me dio hambre… el trabajo…creo que volveré a la oficina…— prendió la hornalla y colocó la tetera bajo el fuego, contempló el recipiente suplicándole con su mirada que hirviera ya, dándole la espalda al mundo para que no notasen su nerviosismo, el silencio invadió la habitación y Hinata al oír esto se mordió los labios impaciente, si hacia bien las cosas su trampa no sería descubierta hasta ya demasiado tarde. O quizás nunca… ¿Qué pensarías de mí,… Naruto-kun?... pero debía seguir, por ambos, por su futuro, ya dio el primer paso, no podía echarse atrás.
—¡Qué-quédate!, es tarde, puedes dormir tranquilo en la habitación, yo… yo te llevaré el agua… —el Hokage tomó el envase de ramen sin siquiera verles y llegó hasta la puerta que comunicaba el pasillo a las habitaciones —Bien…te lo agradezco…—Y desapareció dejando a la pareja algo perpleja por su actitud casi desinteresada.
—Mmm…
—Lo ves, ha cambiado. —dijo con tristeza la pelinegra peinándose con nerviosismo. —Por eso creo que lo que ha hecho es extraño.
—Mmm…—Sai tenía poco tiempo de conocer a Hyuuga y se encogió de hombros, en realidad no le preocupaba esa relación , sino en la que fue dejado de lado, cuando Uchiha Sasuke regresó, ¿qué tenía él que provocaba que sus compañeros de equipo se desvelaban para tenerlo a su lado en el pasado? Ah, le dijeron que era la amistad. Esa palabra que al principio le fue tan insípida pero que junto a Naruto la conoció en toda su extensión, hasta que Uchiha Sasuke regresó.
Y fue dejado de lado.
Ver a esos dos que pregonaban esa tan marañosa amistad en los primeros días luego de la cuarta guerra, le producían lo que los libros llamaban celos, bien que lo buscó en varios tomos, pero no sabía si eran buenos o malos para su crecimiento espiritual, ya que según las circunstancias podía ser de una u otra manera dependiendo de la persona, y para su suerte Hinata acabó escuchándole hablar solo y se empeñó a explicarle que no eran del todo malo, pues era una forma escondida de proteger a Naruto de salir herido nuevamente y le propuso ser junto a ella los que protegieran esa sonrisa, del cual quiso inmediatamente participar, ese fue el motivo que lo impulsó a mantenerla informada de las actividades del Uchiha. Y luego verlo irse en un viaje de tres años lo alegró a tal punto de casi decirle a Naruto sus actos con orgullo, queriendo ser felicitado por no opacar el brillante semblante del rubio. Pero Hyuuga lo convenció de que eso no era bueno para la pequeña y pujante relación que tenía con el futuro Hokage, recordándole la anécdota de su misión cuando encontraron al Uchiha en una de los escondites de Orochimaru y la reacción de Naruto para con él, al principio no lo entendió del todo , y le dijo que si se lo explicaba a Naruto sin duda lo entendería, pero ella le advirtió que tal vez la floreciente amistad con él se esfumaría al saber que era uno de los causante de no dejar que Uchiha y Naruto estuvieran juntos y le exigió que dejara pasar mucho tiempo. Él le preguntó “¿Cuándo seria eso?” a lo que ella contesto “cuando tengamos hijos, porque la llegada de uno era la máxima expresión de amor y alegría, cualquier culpa es perdonada y olvidada si eran los motivos de sus llegadas”.
Eso lo alegró enormemente.
Actualmente se había ofrecido a vigilar su estadía en Konoha y hoy era su día libre. Sabiendo que los examigos ya no estaban juntos, quería, además de seguir ayudando a Hinata, confirmar por sí mismo la “extraña atracción” que el Uchiha emanaba produciendo diferentes tipos de reacciones. Y se dio cuenta que las personas más próximas presentaban a la vista un abanico de sensaciones dispares. Concluyendo que todo era difícil.
Pero si sabía una cosa, si Hinata, no era suficiente para alegrar el corazón de Naruto cuando este se alejó del Uchiha, él lo haría, por su floreciente amistad.
Hinata se levantó presurosa y tomó la tetera que comenzó a hervir. Sabía lo que hacía, se lo planeo de una y mil maneras desde que llegó a su casa, por eso aún seguía despierta. Apenas observó a Sai tomar de su té cuando salió de la cocina rumbo a la habitación matrimonial. Se mordió los labios, completamente nerviosa y al entrar, giró su vista a la puerta del baño del cual se escuchaba el sonido del agua correr. Sacó con dedos temblorosos un pequeño sobre de sus ropas y abrió la tetera dejando caer el polvillo dentro del recipiente. Y como no tenía el valor de verlo a los ojos nuevamente, solo dijo en voz alta.
—Te dejo el agua, Naruto-kun, ¡bu-buenas noches!—y salió disparada de allí, como si el lugar quemara. Rogando para que el tiempo esté de su lado.
La mañana comenzaba y un grupo de jounnin recorría los pasillos de la torre del Hokage. Un par de ellos se detuvo en una gran puerta, uno de ellos se adelantó y le dio un par de golpes, al no obtener respuesta, el más joven la abrió confirmando que el séptimo no se encontraba allí.
—Así que aún no llegó…—suspiró el más joven y vio el reloj que marcaba ya más de veinte minutos de retraso.
—Mira, allí hay contenedores de misiones—señaló el mayor, el más joven asintió.
—Tal parece que ayer estuvo trabajando hasta tarde…vamos—le dijo el primero tomando los rollos encerrados en los estuches y revisando los nombres para entregarlos.
—Hay una rojo. —Dijo asombrado el más joven —¿Tan pronto?
—La guerra terminó pero aún hay escorias rondando y aprovechándose del más débil. —Suspiró el mayor. —Y es su deber protegernos. —El otro asintió con orgullo ante las palabras y ambos salieron del despacho llevando en sus manos varios contenedores dispuestos a entregarlos a sus destinatarios.
—…La vieja va a matarme…—dijo con voz ronca apenas vio el reloj en la mesita de noche, se desperezó y miró a su lado. Estaba vacía. Recordó que ella le dijo que lo dejaría descansar tranquilo…Vaya… cumplió lo que dijo… Se rascó la barbilla pensativo mientras se sentaba…debo hablar con ella sin que parezca un abandono de mi parte, aunque como me comporté anoche si lo pareció-ttebayo…—¡Aaaarg! — Ya se le ocurriría algo. O mejor... ¿Y si lo dejo así?… Sacudió la mano delante de su cara como despejando esa última idea. No, tenía que hablar con la verdad. Ella se merecía eso al menos. Pero antes debía sacarse esa espinilla de su mente.
Pasaría por el despacho y luego compraría algunas botellas de sake antes de ir con la sannin.
Ya había pasado cinco días desde la partida y el zorro seguía dormido, Sasuke usualmente se mareaba al levantarse y vomitaba el desayuno, así que las últimas dos mañanas se la pasó sin probar bocado, lo peor es que en vez de disminuir los mareos matinales, aumentaban, los demás solo se limitaban a observar, ya que era el efecto de poseer otro chakra en su cuerpo, explicación provechosa dada por Kakashi, aunque la mirada de la kunoichi del grupo indicaba que ella no estaba totalmente de acuerdo con la conclusión, Sasuke maldecía tener que cargar no solo con el peludo polizón sino también con aquello, aunque ahora que lo pensaba los síntomas no los tenía, y por si fuera poco, no creía que ese malestar mañanero fuera por la presencia del Kyuubi, él mismo se lo había dicho, y aunque rehusaba ayuda alguna, Karin estaba presente a no más de dos pasos detrás suyo expectante, era difícil ingerir al momento las pastillas recetadas sin que ella lo notase, sin duda estaba seguro que sospechaba de que algo no estaba bien.
Kakashi junto a Juugo salieron a inspeccionar los posibles caminos que los llevarían a cruzar las montañas del oeste y aun no volvían. Shikamaru y Suigetsu guardaban las mantas y limpiaban el lugar, éste último a regañadientes y el clon estaba arriba de uno de los árboles vigilando los alrededores.
—Tsk…Me siento cada vez peor...—susurró limpiándose la boca.
—Sasuke-kun, se fuerte, en unos días más se te pasará, te lo aseguro. —Ella solo atinaba refregar sus manos algo incómodas, se sentía inútil y más si Sasuke no le permitía acercarse para revisarle de que estuviera bien.
¡¡PUF!!
— ¡Chicos, es hora de seguir! —gritó Kakashi en un santiamén frente a ambos, Karin dio un brinco y gritó y Sasuke se tambaleó hacia atrás, no, no se había asustado, no lo admitiría jamás, pero antes de caer sentado al suelo por el desliz, el clon lo tomó de los hombros.
—¡¡Kakashi-ExHokage, tenga más cuidado-ttebayo!!
—Perdón, ¿los asusté? —apenas los miró y se rascó la cabeza despreocupadamente—y se dicen “ninjas”… — murmuró al aire y sacó un pequeño libro de la nada con el cual comenzó a caminar alejándose y leyendo sin importar la expresión de reproche de los tres.
— ¿Estás bien? —el rubio preguntó con voz conciliadora.
Sasuke se separó del clon sin mediar palabra, éste hizo un puchero decepcionado otra vez de la poca amabilidad de su objetivo para con él.
…¿Por qué no me presta atención,-ttebayo?...también soy parte del grupo…... tensó la mandíbula en signo de enfado y cerró las manos en puños…No lo entiendo…Estaba harto de que no lo tomara en cuenta en todos estos días, nunca le habla y siempre le miraba con hastío. A los del grupo con el que tenía más cercanía era Kakashi pero era porque ambos eran guías y debían discutir las opciones de las rutas a tomar. Los demás parecían floreros andantes pero por lo menos el objetivo les respondía algunas preguntas o les daba simples indicaciones, y a él, nada de nada.
Su paciencia se estaba agotando, y eso que se enorgullecía de tener mucha.
—Al menos éste es más considerado que el oxigenado de Konoha —señaló Suigetsu acercándose con su tosco comentario y recibió un codazo de Karin. — ¡Auch! — no era noticia que luego de eso comenzaran otra discusión sin sentido, yendo ambos hacia donde estaba apostado el pelinaranjo de sus camaradas.
Se oyó a lo lejos un bufido—…Problemáticos.
Shikamaru cargó su mochila al hombro y pateó una pequeña piedra. Observó pensativo a su alrededor. Era aburrido tener que “pasear” con un grupo desconocido del cual no tenía muchas referencias. Excepto por el clon aunque éste último no se separaba del pelinegro más de diez metros en las caminatas y era cansador llevar una conversación decente con él en el almuerzo, en la cena y en cada descanso, era como un niño esponja, quería más y más de todo, se llenaba de curiosas preguntas y por si fuera poco de los temidos “¿por qué?”…¿Cuánta energía le diste Naruto?...pensó y al ver la cara molesta del clon mientras buscaba sus cosas, suspiró, al parecer se estaba contagiando del aura irritable del Uchiha.
—Qué problemático…—rodó los ojos.
—¿Por qué decidiste venir? —Shikamaru vio a su lado a Sasuke que se acomodó la capa, y un poco más alejados de ellos al clon que iba hacia el árbol donde dejo su equipo y levantaba del suelo la mochila, comenzando a arrastrarla en su dirección y luego se la puso al hombro, se dio cuenta que ellos estaban rezagados del grupo.
—Ehm, me aburro de las misiones. —dijo y al instante casi se golpea la cabeza con su propia mano por su tropiezo mental, no era del todo cierto, pues tenía sus momentos buenos, malos, aburridos y problemáticos, como ahora, pero no debió dejar salir de su mente esa frase, el pelinegro alzó una ceja.
—¿Cómo? Si es otra misión. — ya, si lo sabía, la cagó. En frente del Uchiha.
—…
—…
—PFF~¡Te cerré la boca, tonto genio de la aldea! —Shikamaru se asombró de escuchar la risa desinhibida del azabache que se tapó la boca para evitar seguir y volver a su actual semblante y comenzó a reír él también aunque más bajo…se ve más humano…pensó y se avergonzó al mismo tiempo. Desde su estadia en Konoha no había día en que Sakura fuera la que tratara de sacarle una sonrisa al Uchiha, cuando lo encontraba, claro. El clon abrió sus ojos asombrados al quedar más cerca y oírlo …A él si le habla…¡¡¡y se rie-ttebayo!!!.... Los demás giraron sus cabezas y los miraban como si fueran dos locos. Cambió de tema al ver a sus espectadores.
—…Ehm…¿Estas…? —Se rascó la nuca y con la otra mano hizo una seña con el dedo pulgar hacia arriba sobresaliendo de su puño. Sasuke volvió a su semblante serio y le contestó mientras se acomodó la katana.
—…Debe ser por el choque de chakras al despertar cada mañana. —No quiso pensar más pues ya tenía muchas complicaciones con su rara enfermedad para agregarle otro problema. Así que simplemente optó por adornar lo dicho por Kakashi —Seguro necesitaré a eseclon más adelante porque comienzo a cansarme en mantener estable la energía del Kyuubi. — El aludido notó el modo en que fue nombrado y se tragó las ganas de lanzar una rabieta. —Vamos.
Su objetivo era cruel.
Pero no se rendiría.
—Tsk—el bunshin con un puchero en su cara, se cruzó de brazos y caminó dando pesados pasos como queriendo hacerse notar. Sasuke miró de reojo la infantil actitud y le ignoró de nuevo.
—…—Shikamaru meditó esas palabras, pareciera que de verdad Sasuke se esforzaba por la misión. Pero aun no sabía el destino final. Ese era uno de los motivos por lo que seguía con ellos. No le convenció lo que escribió el sexto en la hoja de salida.
—Bien…
—Es una lástima que tengamos que quedarnos aquí –Kakashi encendió una pequeña fogata y arrojaba algunas ramas para avivar el fuego.
Cuando la tarde dejó paso a la noche, el grupo liderado por el sexto estaba reunido alrededor del fuego, excepto uno, que se encontraba recostado en la base de un árbol seco mirando dentro de su bolso.
—Ya estoy aburrido–ttebayo, ¿Cuándo vamos a llegar a las termas?
—Mmm… — Kakashi se rasco la barbilla cubierta bajo la máscara, pensativo —…Falta mucho según nuestro dedicado guía —Y miró de reojo al Uchiha que no se inmutó ante el llamado de atención y siguió contando los pequeños paquetes.
—Ese viejo que crucé, nos dijo que había un pueblo cerca, nos engañó, no se ve más que rocas y más rocas. –Suigetsu se subió a un árbol seco intentando divisar humo u otra señal de civilización.
—Es que vio tu cara. —Karin sentada en un pequeño tronco a unos pasos de Kakashi, masajeaba unos de sus pies y siguió con la acusación— De seguro pensó al ver tu cara que les ibas a robar y nos desvió de la ruta por tu culpa.
— ¡Cállate bruja! — con esto bajó de un salto y comenzó a acercarse a la pelirroja que reía —Al menos soy más útil que tú, no me paso todo el día pegado al Uchiha diciendo “Sasuke-kun~Sasuke-kun~”.— Karin le miró seria y al instante tiró una sandalia dándole en la cara y noqueando al tiburón. Todos los espectadores tenían una gotita en la cabeza.
—¡¡Jajajaja!!¡Qué buena kunoichi resultaste ser-ttebayo! —El bunshin se acercó y se sentó a su lado preguntándole sobre si tenía otras habilidades ocultas, a los cuales algo sonrojada giró la cara molesta, pero luego de su insistencia acabó cediendo, luego de terminar de curiosear con la pelirroja siguió el interrogatorio con Juugo que amablemente contestaba las tontas ocurrencias que se le venían a la mente. Ese momento de descanso era su oportunidad de hacer crecer la amistad con los otros miembros, de satisfacer su curiosidad. Al ver a Suigetsu y como estaba aún inconsciente, desvió su vista hasta Kakashi que hábilmente clavaba unos palitos a la carne de la presa que anteriormente habían cazado, se preguntó el porqué de su máscara pero un destello le hizo mirar hacia el lado de su objetivo que, alejado del resto sacaba su katana para darle una limpieza.
Se levantó y cauteloso se sentó frente al Uchiha que ignorándolo como hizo en todo el día y obviamente toda la semana siguió con su quehacer.
Luego de observarlo en silencio, su paciencia comenzó a menguar, y las dudas atacaron su mente…¿Por qué conmigo no y otro si?...Hizo un puchero…Yo no tengo culpa de que con el original hayas quedado en malos términos...¿O siempre eres así?...Bueno, recordar lo que sucedió la última vez junto a su otro yo lo puso molesto…Yo no haría algo así…¿verdad?...y buscaba con la vista la respuesta en los movimientos de su objetivo que deslizaba lentamente un paño por la hoja del arma.
…Yo no soy él-ttebayo…Ladeó su cabeza pensativo y triste, Sasuke levantó la vista de la limpieza a su espada y lo vio, mal a su parecer, casi abatido. Pero demostrarle algo de compasión era inútil, no quería que cuando desaparezca, Naruto viera su lado amable. Ya no se rebajaría. Así que siguió con lo suyo.
El clon se rascó el cuello molesto.
…Oh… ¡no!…¡No soy igual a él!...¡no!...¡Yo prometí-ttebayo!...
...¡NO!...
— ¡NO!
— ¡Qué mierd…!—el bunshin le quitó la katana de su mano en rápido movimiento y se plantó de pie delante suyo con mirada iracunda, la tomaba desde el mango sin mucha delicadeza. Y golpeó el pie en el suelo levantando polvo a medida que alzaba la voz:
—¡Yo- no-soy- co-mo- él-tte-ba-yo!! — Ya exteriorizó su amargura y hasta sintió que ese peso se esfumó, y espero a que la reacción de su objetivo le sea favorable. Pues creía que eso era lo que lo llevaba a actuar mal con él.
Un segundo, le vio serio.
Otro segundo, le vio fruncir el ceño.
—No sé qué cable se te rompió pero no me jodas, estúpida copia. —le dijo molesto y estiró su mano junto con su mirada dura en signo evidente de que le devolviera la katana. Los que estaban alrededor del fuego se quedaron más quietos que las mismas piedras, atentos a cualquier indicio de pelea.
— ¡Ya te lo dije yo no soy igual a él! —y arrojó hacia atrás la katana, gesto que a Sasuke enfureció.
—¡JA! ¡Eres una copia tonta, un clon idiota, un bunshin usuratonkachi, y todo son sinónimos de lo mismo! ¡ERES UN MAL RECUERDO DE NARUTO! —se levantó con los puños apretados, poniéndose a la misma altura que el clon, ambos quedaron a pasos midiéndose en silencio.
Sus compañeros de misión contuvieron el aliento y luego buscaron la aprobación del líder para detener la futura pelea, pero Kakashi aprovechó ese segundo de distracción para acabarse su ración, gesto que descolocó otra vez a sus colegas ya que de nuevo perdieron la oportunidad de verle la cara, luego de sentirse derrotados volvieron a centrarse en el par de más allá que aún estaban muy quietos.
El bunshin sonrió internamente ante la revelación…si, era eso-ttebayo…Ante él estaba un joven de su misma edad, pero que cargaba con mucha historia sobre sus hombros, lo presentía, su pasado era un misterio que ninguno de los presentes le revelaba pese a sus insistencias, parecía un pacto de silencio y eso le obligó a centrarse solo en su objetivo, esperando alguna migaja de su parte.
Tal vez si dejaba de lado el pasado turbio de su original y su objetivo, podría acercarse y lograr así congeniar y obtener la atención tan buscada, así que dijo lo primero que de verdad sintió.
Porque era tan fuerte como su fuerza de voluntad.
—Yo te protegeré-ttebayo. —Un tic nació en las cejas Uchihas, como si no bastara el increíble argumento, le agregaba más sal al asunto. Ese bunshin solo era un bucle que lo encerraba en el pasado que deseaba olvidar. Sabía que si lo ignoraba ese imitador haría algo extravagante para llamar la atención, lo que lo sorprendió era que pasaron varios días, sin duda ese clon tenía mucha paciencia. Dejó salir el aire de sus pulmones y exclamó.
—¡Deja de ridiculizarte!
—¡NO soy ridículo!, ¡ese es mi camino ninja! —Sasuke casi se lleva la mano a la cara al oír ese eco lejano del recuerdo. Estaba harto de soportar lo mismo, quería olvidarlo y esa cosa repetía sus palabras, lo desaparecería. — ¡Tú eres mi objetivo! —de improvisto el clon le tomó con ambas manos del cuello de la capa y sus narices chocaron, —mío y solo mío, — si tenía que gritarlo o haría una y otra vez para que se le quedara grabada en la memoria. —¡¡ERES MIO!! ¡¡MIO!! ¡¡¡MIO!!! —el aliento del bunshin golpeó la piel de Sasuke dejándolo completamente descolocado por sentirle tan cerca. Sus ojos cielo mostraban decisión y compromiso, eran tan puras palabras que al simple instante de oírlas su corazón saltó de su pecho completamente complacido.
Por un momento olvidó quien era y quien estaba ante sus ojos.
…Naruto…
Y quiso abrazarlo y no dejarlo marchar.
—¡¿QUÉ?! —dijeron los miembros de la misión apostados alrededor del fuego perplejos ante la desvergonzada declaración dejando caer sus cenas.
—...¿Qué? ...—Sasuke soltó con voz temblorosa luego de despertar por el grito de los demás.
—...¡¡¿Qué?!!... —dijeron a varios metros escondidos y completamente estupefactos los ninjas espías de Konohagakure.
—…me duele la cabeza…—el peliceleste aun en su sitio de impacto lentamente abría sus ojos.