La noche pasó rápida como su andar frenético por los árboles a los cuales no les prestó atención, su mirada cielo y su único pensamiento tenían una sola meta, y aunque el desgaste en su cuerpo era mucho, tomaba energías de un solo sentimiento para dar más fuerte los saltos.
No se rendiría.
Estaba cada vez más cerca, lo intuía, su modo sannin más el pequeño excedente logrado de las reminiscencias del chakra de su antiguo inquilino lo habían ayudado a llegar muy lejos, pero el brillo dorado que bañaba su cuerpo se desprendía como luciérnagas marcando el camino recorrido, rogaba porque durara lo suficiente para llegar, por la noche cruzó a un grupo de tres anbus, a los cuales increpó y luego de enterarse de su misión, por poco les rompe las máscaras como así también sus caras de no ser porque estaba con la soga del tiempo al cuello.
Lo lograría.
Sin dormir, sus manos en puños y su mandíbula tensa dieron la bienvenida al amanecer, una fecha dorada atravesaba el cielo de los bosques con un rumbo fijo.
—¡Cuidado! —gritó Kakashi al notar que la tierra se abría y de sus extrañas la madera trataba de atraparles, cortó varias de ellas con su kunai y saltó hacia atrás….¡¿Yamato?!...¡¡maldición!!...el sexto observó con ojo crítico que los atacantes comenzaban a formar sellos en sus manos, uno a uno lanzando sus ataques:
Leones de papel fueron rápidamente destrozados por Suigetsu que se mofó por la fragilidad del ataque y corrió hacia su oponente. Estaba bastante aburrido y la emoción de calentar las piernas le hicieron desviar del propósito de la misión. Sai volvió a lanzar animales de diferentes tamaños, impidiéndole que se acercase, entreteniéndolo.
De nuevo largos troncos salieron del suelo, tanto el bunshin como Sasuke saltaron juntos y el clon tomándolo del brazo lo obligó a caer cerca suyo.
—¡Tsk! —se removió para soltarse, siendo inútil.
—No debes usar tu chakra Sasuke, recuerda lo que sucedió. —dijo serio el clon sin apartar la vista del anbu raro.
Otro de los anbus lanzó sus dagas explosivas a Juugo que torpemente logró esquivarlas, eso fue a propósito , dándole el tiempo suficiente a Karin de escapar. Shikamaru logró retener a dos de los atacantes con su jutsu de sombras y miraba atentamente a la que se le escapaba de su trampa.
—Kurenai. —dijo en tono cansado.—¿qué se suponen que hacen? —la kunoichi sorprendida de haber sido identificada, bajó su arma y a distancia prudente soltó.
—No pareces estar en un genjutsu. —El Nara levantó una ceja no comprendiendo. —Estoy en misión.
—si ya vi, ¿contra nosotros?¿Por qué? —ella negó y se quitó la máscara.
—¿No tienen nada que ver?
—No sé de que hablas. —Shikamaru de reojo vio que sus actuales compañeros estaban siendo separados. —¿Qué tipo de misión? —Kurenai hizo un gesto cansado hacia el Uchiha. En cierta forma estaba triste.
Conocía su historia y la de su clan, se había quedado anonadada al recibir la notificación de su misión junto con sus compañeros, estaba a punto de ir a pedir explicaciones , pero en la entrada de la oficina en la que estaban reunidos estaba uno de los odiosos consejeros, el cual confirmó la orden.
—Él es el culpable —y antes de que Nara dijera nada corrió hacia el peliceleste que luchaba contra su capitán….Mierda…pensó el Nara, no entendía, pero estaba seguro que todo se resumía a un solo nombre.
Sai casi sonrió al verla llegar y encerrar en un genjutsu al chico molesto, su descuido fue su error. Ahora solo quedaban menos obstáculos.
— ¡Detente Yamato! —el sexto activó su kamui y el ataque hacia él cambió hacia su oponente el cual eludió a duras penas. —¡están en un error! — ¿Qué fue lo que sucedió en la aldea para que un grupo fuera en su búsqueda? ….¿Naruto acaso?...reprimió tan absurda idea, Hatake estaba seguro que si bien el nuevo Hokage cometería algunos traspiés en el futuro, no dejaría que nada malo sucediera a ninguno de los habitantes y por ende a ninguno de sus ninjas, era el héroe de la villa, de firmes convicciones y creencias. Por eso trataba de buscar el error de la presencia de sus camaradas. Ningún anbu, a menos que sea traidor, atacaría a sus compañeros.
Un jalón en su pie le devolvió a la realidad, siendo arrojado con brutalidad al suelo. Kurenai lo había atrapado en el aire y ahora estaba sobre su espalda.
Nara veía irritado y bastante lejos, los esfuerzos inútiles del sexto que quedó atrapado en una enredadera de madera. No podía hacer más que seguir reteniendo a los dos anbus. Observó al pelinaranja que era empujado y alejado con los innumerables explosivos que le arrojaba el anbu con quien peleaba, más allá la chica de rojo solo atinaba a tratar de esconderse en los altos pastos.
El clon esquivó una espada de doble filo y golpeó con fuerza a un anbu detrás de él. Por poco y desaparecía, sonrió ante su atacante que trastabilló y antes de caer de sentón al suelo juntó los sellos en sus manos y empujó al clon con un repentino golpe de aire, cayendo a varios metros lejos. Antes de que Sasuke pudiera hacer algo sus pies quedaron atrapados por las ramas del jutsu.
—¡Sasuke! —el bunshin se levantó y chocó contra una pared marrón que emergió delante, la cual golpeó con su puño, más paredes lo rodearon y antes de que saltara por arriba un techo lo cerró, logrando golpearse la cabeza. —¡¡Ay, Ay!! —quedó sentado en el suelo de su prisión. Molesto y asustado al no poder saber nada del exterior. —¡¡NO!! ¡¡NO!!—pero los gritos no se oían del otro lado.
Estaban siendo separados.
Sasuke sacó con lentitud la katana de su cintura mientras veía aproximarse con cautela a su contrincante, con un seco movimiento se desprendió de las ramas en sus pies, estas seguían creciendo a su alrededor pero sabía que no eran impedimento y esperó.
No le demostraría debilidad.
—¿Qué es lo que quieren? —soltó sin emoción en su voz.
Cuando aceptó la misión supuso que algo así sucedería pero el sexto juró y perjuró en poner toda la confianza en Naruto y en su cargo, …¿Cómo pudo habernos fallado?... hizo una mueca de desagrado ante el anbu….Naruto idiota…mientras esa gente estuviera en las penumbras jamás estaría tranquilo.
—Sasuke-kun, las ordenes son irrefutables y debo cumplirlas. —Sai se quitó la máscara la arrojó hacia un lado. —Pero me intriga más lo que nuestros espías me han contado que tu traición. —El ojinoche miró por el rabillo de su ojo derecho, otro anbu con su máscara de zorro estaba detrás de él en pose de pelea.
Tanto Yamato como Kurenai esperaban encontrar las respuestas a las interrogantes que les rondaban en sus cabezas y muy en el fondo deseaban que todo fuera un malentendido. Lo habían replanteado al grupo y salvo Sai y otro anbu, los demás estaban de acuerdo en detener la misión sin obtener las palabras de los implicados. El simple hecho de no haber hablado personalmente con su Hokage ya les parecía sospechoso, si no fuera por la presencia de uno de los consejeros aprobando la orden y dado el tiempo que les aventajaba el grupo, uno de los dos habría ido a pedir las explicaciones adeudadas, y el encuentro y reporte días antes con el primer grupo de tres anbus enviados para vigilarles había sido por demás insólito por lo oído.
No lo creían, era imposible.
Y esperaban saciar sus dudas con la revelación.
El asunto podría ser aún más grave de lo que pensaban.
El ruido de las explosiones continuaba y el par se alejaba más y más,… al parecer no le da tregua…, pensó Nara y suspiró, no sabía que hacer más que esperar a que se le acabara su tiempo.
—Atacándonos en medio de la nada, mientras cumplimos nuestra misión, ¿quiénes son los traidores? — sonrió de lado dando un golpe a su arma con el puño.
—¿quiénes?... —susurró, un desagradable gesto surcó la pálida cara del anbu. El solo seguía órdenes aunque sus líderes estuvieran equivocados, él ya no les fallaría. Porque era un anbu, un ninja de elite.
Y la orden de Naruto era casi un deseo concedido. Al diablo cualquier circunstancia que sobreviniera.
O cualquier represaría.
Porque estaba en el camino correcto.
El de la felicidad de su amigo.
—Nosotros cumplimos también nuestra misión. Y esa es …—murmuró con cierto deje de burla sin terminar la frase.
—Pues parece que hay un malentendido. —dijo Kakashi acostado en el suelo con la anbu inmovilizándole el brazo, de verdad no quería luchar y herir a sus camaradas, si podía arreglarlo con palabras lo haría—Su misión es acompañarme a las termas por mi retiro y luego obtener via libre luego de llegar, asi está descripto, el pergamino aún está en mi poder. Aquí sin duda hay contraposición de órdenes, dígannos ¿quién fue el idiota y qué tipo de misión les han dado?. —soltó ya a regañadientes.
—Nuestra misión es matarte, Sasuke-kun. —lo dijo sin tapujos, sorprendiendo al sexto y a Sasuke. —y fue Naruto-kun quien nos lo ha ordenado.
Crack.
Crack.
Crack.
Si su corazón fuera un cristal ese sería su sonido al romperse, cayendo paulatinamente a pedazos, quebrándose en añicos al tocar el suelo.
Su faz seria adquirió un tono ceniciento.
El rojo de su ojo se esfumó.
Algo presionó su pecho y le fué imposible respirar, por lo que se llevó lentamente una mano y estrujó las ropas.
…¿Na…ruto?...
Esto no era nada comparado al baño de muerte de su clan y funesta traición que padeció por su hermano antes de conocer la verdad.
La espada resbaló de sus dedos dando un golpe sordo en la tierra.
Quiso retroceder, huir de esa fracción de tiempo en que su escasa entereza claudicó, pero le fue negado, sus piernas estaban envueltas en madera.
…¿Naru…to…. nos ?...
Su mente revuelta de compunción de sí mismo por creer que alejándose no estaría mejor, pero si en paz, augurando un futuro en donde el pasado ya no lo perseguiría y olvidándolo con el correr de los días, paralizó todo su cuerpo, y lentamente toda su coraza también se desintegraba con el golpeteo del pulso acelerado.
¿O era su alma?
La visión de su atacante que aún permanecía en frente suyo se desdibujó.
…¿ me…?...
¿De qué mierda era toda esa palabrería durante sus encuentros?
¿Para qué quería estar a su lado?
¿Qué era la amistad?,¿qué significaba su amistad?
…¿me… trai-cio…nó?..Apenas movió los labios sin emitir sonido alguno.
Una pequeña lagrima escapó de su ojo oculto, desarmándose y dejando un camino por la pálida mejilla, tan cristalina que brilló antes de caer al suelo, una efímera esfera que expresaba todo, como queriendo ser libre.
¿Cómo se llegó a esto?
Sai quedó estupefacto ante la reacción del Uchiha, al parecer algo le sucedía, pues su cara cambió a una que jamás vio.
Recordó una tarde en que le preguntó a Sakura el porqué de la tristeza de Naruto y de ella misma. Él era la fuente de dolor de ambos: …¿Por qué no cortarla de raíz?...se preguntó una vez.
“Por amistad”, entonces creyó en la respuesta que recibió aunque no lo entendía del todo.
Pero aquella orden rompía el significado de esa palabra.
¿Por qué tuvo que amarlo?
Ese temeroso sentir que obligó a congelar, que ocultó con disimulo, que no quiso darle nombre, que le carcomió las entrañas colándose por cada una de sus células, que al final le venció y el cual no tuvo oportunidad de desatarlo, se desvaneció como el agua dulce evaporándose en el seco desierto de su ser.
Estúpido e inocente amor que no pudo crecer.
—¡Déjalos! —le gritó la pelirroja al Nara, el pelinegro pestañeó y giró su rostro hacia atrás de donde provenía la voz, la mirada roja de chica aun semiescondida en la hierba le inspiró confianza y salió de su concentración rompiendo el jutsu, notando que sus enemigos caían al suelo, desmayados.
—Vaya…
—¡Hay que ayudar a los demás! —Shikamaru asintió, apenas pasó junto a los cuerpos y notó dardos en sus cuellos,…mmm…Ambos corrieron separándose, al ver al chico pelinaranja que estaba ganándole a su contrincante dobló en dirección a Hatake, ella siguió su camino, sacó un frasco de su bolso y le abrió la tapa, arrojó su contenido, un polvo azul, a la cara del peliceleste que permanecía en el mismo lugar, el cual al reaccionar cayó al suelo en un grito de dolor. Se retorció de un lado a otro con las manos en la cara.
—¡¡Maldita brujaaa!!
—¡Idiota! —y le pateó los tobillos—¡distrayéndote caíste como el pescado que eres!
Kakashi , no lo pensó más, todo seguía su curso y si no hacía nada, algo malo pasaría, lo sintió en su ser. Usando la técnica que copió de Obito empleó toda su concentración y la tierra comenzó a tragarlo, liberándose del agarre, asustando a la anbu que no pudo hacer más que saltar hacia atrás.
No fue en vano aprender y practicar esa técnica.
¿Qué esperaba?
¿Por qué no siguió su camino en búsqueda de esa anomalía que lo incomodaba?
Su mente dejó de pensar, ya no tenía sentido alguno seguir.
¿Para qué?
… estoy tan cansado…
De pronto sintió una punzada por debajo de su tórax.
Lo que faltaba.
La reacción inoportuna de su cuerpo enfermo.
Un dolor indescriptible se extendía como la onda de un espeso líquido, inundando sus sentidos ya atrofiados. Llevándolo a la inconsciencia, obligándole a cerrar los ojos, estaba harto de Naruto, y de sí mismo.
De todo lo que vivió.
¿No era un buen momento para dormir?
Un quejido de sus labios escapó débilmente.
Los oídos le pitaban fuertemente.
Era la misma sensación, pero Madara no estaba en frente suyo, estaba agonizando y su cuerpo perdió la fuerza para sostenerle.
¿Esto era morir en vida?
— ¡SASUKEE! —gritó el sexto al aparecer a un metro de este, se congeló ante la escena. Sai uno de los que formó el grupo siete había apuñalado a Sasuke en su estómago, con lentitud su cuerpo se reclinó y apoyó sobre el hombro del anbu.
Era todo inadmisible ante sus ojos.
Incomprensible.
Ante el grito todos voltearon a ver y quedaron petrificados.
Los anbus Kurenai y Yamato abrieron sus ojos como platos, ¿todo lo hablado con su grupo fue en vano?
—¡Nooo! —gritó Karin y corrió hacia su antiguo líder Taka. Juugo dejó de esquivar las explosiones y abrió su mano en miles de puntas atravesando al anbu con quien peleaba. Ya no tenía sentido.
—¡¡¡Mierda, mierda!!! —dijo descontrolado el Nara.
Un fuerte golpe en el pecho de Naruto y del clon los dejó sin aire.
El original se detuvo, tratando de recuperar el aire, mirando a su alrededor.
Asustado ante la sensación.
—No…—negó varias veces, nada podría vencer a Sasuke, era poderoso como él.
Pero el miedo se colaba en su interior.
El clon se quedó estático, estaba con las manos lastimadas de tanto golpear las paredes, cansado de arrojar chakra en formas de esferas sin lograr hacer gran daño. Temía desaparecer pero más le asustaba que lo lastimaran a él.
—¡Sasuke!… —Algo estaba mal y tembló de rabia cayendo de rodillas.
El debería estar a su lado, cuidándole, ¿y qué hizo? …¡Torpe…soy torpe…!...Golpeó su cabeza al suelo llevándose ambas manos a la cara, arañándose por no poder resolver salir de su encierro…¡Sasuke...aguanta por favor-ttebayo!...fué su muda suplica. .
Las manos en puños golpeó el suelo varias veces.
. —¡Tsk!
Lo haría, reuniría todo el chakra que le quedaba y rompería su celda. El escozor en los ojos le impidió abrirlos, después de todo estaba oscuro.
Aunque desapareciera, quería verlo una vez más.
Verle y acariciar su mano.
Se sentó y se concentró.
Pero un murmullo lo obligó a levantar la vista, miró a su alrededor y aunque estaba oscuro supo de quién era.
Un horrible gruñido de la garganta del Uchiha resonó entre los presentes. Extendiéndose como el aire mismo.
El chakra del Kyuubi rápidamente envolvió su cuerpo casi laxo enderezándolo y rompiendo las ataduras de Yamato. Una mano naranja velozmente aferró el brazo del anbu obligandolo a sacar el kunai del cuerpo de Sasuke, Sai trató de liberarse pero notó con horror que la garra se clavaban en su piel, miró el rostro del Uchiha, pero los cabellos azabaches se lo impedían, la garra dió un giro que le desgarró la piel y destrozó los músculos del anbu.
—¡Aaaarg! —el brazo de chakra lo levantó y lo estrelló al suelo, lo volvió a levantar y lo arrojó a varios metros de su posición. Su cuerpo rebotó como un saco de papas.
Todos no evitaron moverse de la impresión.
—Y YO QUE PENSÉ QUE NADA ME IMPRESIONARIA MÁS…—de los labios del Uchiha se escuchó la voz del nueve colas cargada de odio haciéndose eco— SIEMPRE TRAS LOS UCHIHAS, TRAS MI PODER….
—Kyuubi…—apenas pudo decir el sexto. el anbu que estaba detrás de Sasuke retrocedió con inconfundible temor. Una sombra anaranjada en forma de zorro comenzó a extenderse del cuerpo del Uchiha. Las colas aparecieron lentamente.
Una…. dos,… tres.
—ME HE CANSADO DE SER INDULGENTE —el gruñido era cada vez más ensordecedor, produciendo el temblor en la tierra.
Cuatro,… cinco,… seis.
—NO TENDRAN LO QUE QUIEREN, JAMÁS.
Siete,… ocho…
Naruto levantó la mirada y se detuvo, lo sintió, era chakra de su antiguo inquilino. Muy lejos de su posición. Pero era muy fuerte
…Pero ¿por qué Kurama…?…un escalofrió recorrió su espalda.
—¿Qué rayos? —Gaara se detuvo, sintió el estremecimiento en su ser. El un colas gruñó.
—¡¿QUÉ HACES KURAMA?! —lo dijo al aire. —¡NOS DELATAS! —el pelirrojo miró asombrado a su bijuu.
En otro lado el ocho colas suspiraba con fuerza.
—BEE…— llamó a su contenedor que volteó a verle con una ceja alzada—...ESCONDE TU CHAKRA....—el aludido iba a decir un par de cosas sobre estar caminado sin un rumbo fijo pero ante la mirada seria de su bestia asintió.
El rostro inmutable del nuevo contenedor del zorro de nueve colas se dejó ver. Sin brillo en los ojos como un muerto. Un zombie que sonrió siniestramente.
La voz combinada resonó en los oídos aturdiéndolos.
—AMATERASU.