Hinata daba vueltas en su habitación y arrojaba los pocos libros de su mesita al suelo en un intento frustrado de eliminar su malestar mental ante el recuerdo de la cara de su esposo y aunque luego supo que era un clon, lo maldijo pues se imaginó que llegaría a lo mismo.
La casa matrimonial era grande y reconfortable, ideal para una familia tipo, pero ella estaba sola y angustiada.
Aunque le gritó, y juró entre dientes que no le dejaría marchar, muy dentro suyo sabía que solo eran palabras sin sustento, y ahora se sentía vacía, exhaló un largo suspiro y se detuvo a contemplar la ventana que ofrecía un modesto jardín aun sin ser estrenado.
Antes que nada tenía que poner su cabeza en orden.
Se sentó en la cama y paseó aburrida su vista en los libros desparramados en el piso. ¿Y si Naruto le mintió respecto de su noche de bodas? …él no es asi…pero prácticamente la abandonó desde el inicio de su matrimonio, suspiró. Debería al menos corroborar con alguien de confianza sobre su pérdida de virginidad.
Por un momento se le cruzó por la cabeza que él quería obtener algún tipo de beneficio por su apellido pero mirando hacia atrás, la situación actual era muy distinta, todo lo que consiguió Naruto hasta ahora fué por su propio esfuerzo.
—No me ama…—y molesta golpeó con sus puños el colchón, todo lo que obtuvo fue migajas de una ilusión falsa. —¡Mentiro-so! —¿Cómo haría para ver a la cara a su gente?
El rostro del Hokage-clon con la expresión desesperada le golpeó la mente y se levantó como un resorte se la cama, acusando al aire.
—¡¡Yo sabía!! ¡¡ Sabía que algo tenías con Uchiha!! ¡Sabía! —se limpió las pocas lágrimas de su rostro demacrado que se escapaban por el recuerdo de la noche bajo la Torre— ¡Pero se terminó! —Casi sonrió con prepotencia ante su afirmación pero parpadeó asustada llevándose ambas manos a la boca.
—¡Oh, no! —se dio cuenta de que Ibiki tenía el pergamino. …¿Y si Naruto… llega a le-erlo?..., sus dedos temblaron sobre su cara, debía averiguar cómo obtener el rollo.
Y destruirlo.
—AMATERASU
Y nadie dio crédito a lo que sus ojos veían. La orden junto con la mirada fue dirigida a las manos de su nuevo Jinchuuriki.
De todas las visiones posibles, eso era lo más inverosímil que Nara o que cualquiera hubiera imaginado, ni siquiera lo supusieron de un monstruo sin escrúpulos como Kyuubi, pero siempre había excepciones y hoy era una. Los ojos abiertos de par en par de todos los presentes no perdían detalles de lo que acontecía, paralizados ante el grotesco espectáculo que daba su protagonista que con rostro inmutable dejaba arder sus manos sin demostrar dolor.
El ruido del temblor no le impidió escuchar el murmullo de un gruñido que despertó a Kakashi de su estupefacción y sin pensar se arrojó hacia adelante, tomó ambas brazos de Sasuke y le llamó sin obtener respuesta, intentó sacudirle para que despertara y su desesperación aumentó a no recibir ninguna señal de lucidez, su exalumno permanecía absorto a su propio ataque, rápido de reflejo se dispuso a utilizar el kamui para desviar el fuego a otra dimensión con la esperanza de salvarle, pero su cuerpo se paralizó, el chakra naranja que le rodeó permitiéndole estar cerca de Sasuke le impidió dar otro movimiento.
El oscuro fuego eterno comenzó a crecer lentamente extendiéndose a los brazos.
—¡¡Ka-Karin!! —el sexto Hokage gritó su nombre, ella rompió el miedo en sus piernas obligándose a avanzar torpemente y ponerse delante de Sasuke, con la mirada llena de lágrimas sabiéndose imponente de hacer algo más que lo sensato sacó su kunai y se dispuso a cortarle los brazos al Uchiha, tenía que salvarle a como dé lugar pero su acción también quedó congelada ni bien alzó su arma.
—JUJUJU…—la risa en el ambiente flotó fantasmagórica, burlándose de los inútiles intentos de esos dos. La fuerza de zorro aumentó tres veces más, el aire pesó y comenzó a sofocar a los que estaban a su alrededor.
—¡Noooooo! —el fuego negro envolvió de repente los cuerpos de los tres shinobis, sus gritos aturdieron a los demás, despertándoles de su horrible visión, Juugo encolerizado ante los clamores de sus compañeros corrió hacia ellos pero fue empujado por una de las colas de chakra, hiriéndole medio cuerpo, Suigetsu apenas pudo sostenerle antes que caer al suelo confundido ante lo que veía.
— ¡Que alguien lo detenga! —gritó desesperado, pidiendo ayuda.
Pero los otros shinobis permanecieron clavados en sus sitios, sabiendo que les era imposible con sus técnicas actuales hacer algo y con el temor a represalias.
Un último grito femenino se apagó y el fuego creció tomando el máximo de su altura dada por los objetos de combustión.
Yamato cerró los ojos para borrar la visión de la muerte de su antiguo camarada. Pero sabía que viviría con el recuerdo.
— ¡Oh, por… kami! …—Kurenai apenas susurró y cayó de rodillas, todo estaba fuera de lo que pensó que podría ocurrir, no sabía a quién culpar, a Sai, quien pasó por alto todas sus protestas y dudas,a Naruto y su extraña orden o su error mismo de no anticiparse a la eventualidad, miró a su alrededor asustada buscando algún tipo de apoyo emocional, su capitán estaba aún en el suelo desangrándose por los golpes, dos de sus compañeros inconscientes más allá, Yamato arrodillado escondiendo la cabeza, otro shinobi vomitando y cerró los ojos negando a seguir.
—…YA NADIE LO TENDRÁ…— la voz sin emoción se escuchó sobre el murmullo de la tierra y la cara del nueve colas se materializó por encima de las llamas mirando con desprecio a los demás, sus patas delanteras rectas en posición de alerta mostrando todos sus dientes mientras el fuego negro ardió poderoso envuelto bajo el manto del chakra naranja —¡MALDITA SEAS KONOHA!.... ROMPIERON MI CONFIANZA...—el miedo les recorrió el cuerpo a los aun conscientes. —TODOS…Y SU HOKAGE… — Kyuubi los miró uno a uno y en su forma de zorro elevó sus enormes e insustanciales colas hacia el cielo acompañado del ensordecedor rugidos similares a truenos que sacudieron una vez más todo el terreno, un remolino de nubes oscuras se formó sobre sus cabezas, las colas tomaron formas sólidas y dejó oír su voz rasposa una vez más a la vez que sus ojos brillaban como el mismo fuego.
—…¡MERECEN MORIR!. — y sin más las colas cayeron en todas direcciones, destrozando un radio de más de medio kilómetro.
—No me moveré... —se cruzó de brazos, estaba molesto por ser arrastrado de las narices sin saber más de lo que su bijuu decía, su inquilino no daba muestras de explicarle nada y la repentina exclamación lo hizo sospechar que había más de lo que se decía con respecto a la famosa libertad. —…hasta saber qué es lo que sucede.
—¡BAH!… MORIRAS DE INANICION Y LUEGO DE ARROJAR TUS HUESOS, BUSCARÉ OTRO CONTENEDOR. —Shukaku sonrió satisfecho ante el ceño fruncido del Kazekage.
—Y yo que creí que éramos camaradas…—le miró de reojo pero el un colas se hizo el desentendido y se concentró en el más allá.
—YA NO VIENE AL CASO. —resopló, Gaara miró a su alrededor, el lugar era desolado, se preguntó cómo estarían sus hermanos, si nadie de su pueblo se percató aún que el Kazekage que estaba en la aldea era una marioneta, eso y la actitud de su demonio, a cada segundo se cuestionaba si lo que estaba haciendo era lo mejor.
—Me obligaste a guardar mi chakra como si fuera un fugitivo. —le reprochó —¿Qué sucede con Kyuubi? — y con eso camufló su verdadero sentir con respecto a una persona.
—PARECE QUE YA NO MOLESTA CON SU ACTITUD DE PENDENCIERO…—el un colas dijo sin ganas mirando hacia la nada. Gaara observó el semblante de su bijuu, en apariencia estaba molesto, pero dentro suyo sabía que algo más anidaba y si lo conocía tan bien como su vida, podía apostar que era miedo.
¿Por qué su demonio podría estar de esa manera?
Se frotó el puente de la nariz—Bien…—gruñó, si no iba a dar el brazo a torcer, emplearía otro método.
—¿QUÉ SE SUPONES QUE HACES? — dijo frunciendo sus cejas al ver a su contenedor caminar sobre sus pasos.
—Así que en esa dirección sentiste el chakra de Kurama….—el un colas le miró azorado, la idea de reunirse con el nueves colas, su nuevo contenedor y de viajar juntos le hizo sonreír.
— ¿QUÉ?¡¡OYE!!
Gaara se rascó el cuello un poco avergonzado mientras avanzaba haciendo oídos sordos a las quejas de su bijuu… una buena excusa….pensó, después de todo esperaba que Uchiha supiera algo más. — será mejor que acuerden un punto de reunión. Necesito preguntarle un par de cosas.
—¡DEJA DE DARME ORDENES, NIÑO!
—Has lo que pido si no quieres que arruine tu viajecito a la libertad.
—¡TSK!¡BASTARDO!
…Oh, que dulce…pensó y saltó unas rocas, su demonio resoplaba enojado, meditando su discusión. De cualquier manera con su colaboración o no y teniendo en cuenta la última “localización” del nueve colas podría buscar en los alrededores y si no lo encontraba, iría en la dirección opuesta a la trazada, entonces quizás solo quizás su bijuu lo complacería con algunas respuestas, después de todo a nadie le gustaría perder el tiempo desviándose de la ruta inicial.
¿Cuánto había pasado?
¿Minutos?
¿Una hora?,¿cuántas?
Abrió los ojos lentamente. Todo era difuso por el polvo a su alrededor.
Apenas tuvo la fuerza de levantar la cabeza, su pecho ardía apoyado en el suelo, o lo que creía que era, todas sus extremidades dolían, unos segundos fue suficiente para advertirles.
—Mierda…ese demonio…—movió los dedos de su mano derecha, de su otra mano, luego sus pies, suspiró ante el placer de tenerlos aun y de sentirlos. Su jutsu agotó su chakra en el intento desesperado de envolverlos a todos a tiempo y protegerles, o eso creía. Pues si él, siendo el usuario de la madera estaba así ¿cómo estarían lo demás? Trató de levantarse apoyando los codos y sus huesos crujieron, apenas levantó su torso y un mareo sobrevino dejándose caer al suelo. Sin chakra y sin más opciones que descansar malhumorado por su inutilidad se dispuso a cerrar los ojos, esperando que los demás estuvieran en mejores condiciones.
El sentir un poderoso chakra le hizo mover la cabeza en su dirección. Una silueta pasó a su lado, un destello fugaz y dorado, sorprendido, Yamato alcanzó a balbucear su nombre—…¿Na…ruto?....
El shinobi intentó otra vez levantarse sin éxito, las pocas fuerzas le abandonaban sumiéndole en la inconsciencia.
—¡Eeehh…!— el ocho colas suspiró ante la falta de pudor de su contenedor, le había dicho que escondiera su chakra, pero de saltar al acantilado sin la ropa para camuflarse con el ambiente, era demasiado, estaba seguro que no había nadie por lo menos a varios metros a la redonda.
Nadaba bastante despreocupado.
Casi se alegró de que fuera así.
Se preguntó si su jincuuriki había sentido el estremecimiento de la tierra, pero prefirió dejar ignorante a su contenedor. Y si lo hacía, culparía a Kurama, tendrían que reunirse pronto para saber de su hocico el porqué de tal acción que pudo causar algo más.
Tal vez era demasiado alarmista pero no estaba dispuesto a volver a repetir otro error.
Observó apacible a Bee dar brazadas en el agua, después de todo, mientras menos gente supiera, mejor.
Estaba confundido ante el cambio enorme de energía que sintió de su exinquilino, Naruto aceleró el paso presintiendo que algo malo ocurría, los latidos dentro de su cabeza lo golpeaban constantemente por la angustia que se agolpaba en él,… Kyuubi no haría algo como eso si no estuviera amenazado o…negó despejándose de malos pensamientos, pero el sentir del repentino estremecimiento en la tierra, ver que los pájaros que se resguardaban en los arboles a su alrededor revolotear asustados, lo puso más nervioso —Kyuubi…—susurró fastidiado ¿qué fue lo que enfureció al zorro?, ese nudo en la garganta crecía con cada salto y no le era bueno. Intentó calmarse a sí mismo imaginando que Sasuke lo había hecho adrede, desconociendo el motivo una sonrisa irónica afloró ante la idea del espectáculo, la suposición de que otro Uchiha controlara al zorro después de Madara causaría varios ataques de ansiedad en los viejos del consejo cuando se enteraran. —Teme…—suspiró, ya estaba muy cerca si pudo sentir ese chakra, alimentándose de la pronta reunión con Sasuke, vació su mente de las cuestiones pasadas, problemas y desencuentros, empujó todas sus inquietudes e injustificados temores y comenzó a preparar su perorata para enfrentarle, ¿qué le diría?. ¿Cómo reaccionaría?
Seguro que al menos le mostraría una cara diferente de la imperturbable que solía cargar.
¿Y si lo besaba?
Se sonrojó y se golpeó ambas las mejillas para mantenerse despierto, no detenerse todo un día ya lo hacía imaginar cosas que no debía, pero sentir de nuevo esos labios, la suavidad de la piel cuando lo recorrió esa noche, desvistiéndole, tocando y besando lugares donde ningún otra persona lo haría, poseyendo su cuerpo pálido bajo la luna, tan dócil ante sus arremetidas, embobó sus sentidos, le nubló la mente y la visión, por eso no vio venir el puño en su cara que lo arrojó hacia atrás partiendo un árbol joven por la mitad, su cuerpo tocó el suelo, dio un par de tumbos y por reacción de su entrenamiento se levantó rápidamente en posición de pelea, aturdido mirando a todas las direcciones ¿quién pudo hacerle eso?
Su atacante cayó al suelo de cuclillas y su capa se desplegó sobre él, le vio ponerse de pie lentamente, mirándolo con sus ojos rasgados de enojo en chakra dorado y con sus manos en puños, su rostro canela bañado de lágrimas que no dejaban de caer, apretando los dientes, esa cara con sentimientos revueltos le impresionó.
Naruto frunció las cejas ante su contrincante.
—¡Tu! —ambos hablaron al mismo tiempo apuntándose. Naruto se desconcertó ante su actitud pero luego lo observó intrigado de que su clon estuviera en este lugar. ¿No debería estar al lado de Sasuke?. No fue de su agrado que no lo obedeciera la vez que le llamó, así que se lo dijo.
—Te llamé…y no respondiste…
—¿Y qué…?— y observó como el clon hizo una mueca desagradable, Naruto se mordió la lengua ante su desconcierto, era como si su llamado fuera una molestia, algo sin valor. Su copia levantó su mano cerrada en un puño en posición de pelea.
Entrecerró los ojos cielo, casi sintió que...
¡Lo estaba desafiando!
¡A él!
Era un idiota si creía que podía hacer lo que le viniera en gana, era un clon que solo vivía para su servicio.
Caminó seguro hacia su doble que permanecía clavado mirándolo con desprecio, le haría desaparecer para poder saber todo lo que había sucedido y conocer la ubicación de los demás, no valía la pena seguir perdiendo el tiempo con una copia que se le había dado aires de algo que no comprendía.
— ¡Te odio! —le grito el clon y se lanzó a golpearle de nuevo, Naruto logró esquivarle el primer golpe pero su velocidad se redujo por estar gastándola en su carrera. Asombrado de que se moviera más rápido que él, Naruto retrocedió para mantener distancia y crear un rasengan, ya que notó que el clon estaba rebosante de energía extra, seguro sería difícil esfumarle con el poco chakra que cargaba pero no era imposible.
—¡Uuhg! —Un golpe de palma en el pecho, le obligó a darse cuenta que no solo era rápido sino también más fuerte, le quitó el aire, tambaleó y recibió otro en la cara, la sangre se escurrió entre sus dientes, una patada en las costillas lo obligó a apoyar las manos en la tierra. …¡qué golpes-ttebayo!…
Tosió y respiró profundo, realmente lo subestimó, sonrió irónico al pensar que era él el sorprendido, trató de ponerse de pie pero el clon le pateó el pecho estrellándolo de espaldas al suelo. No pudo siquiera intentar levantar la cabeza ya que su doble lo obligó a permanecer en el suelo, poniendo su peso sobre él, apretándole los hombros para evitar que se moviera.
—¡¿Cómo pudiste?!¡¡¡TU!!! —la rabia emanaba de la palabras, Naruto no sabía que le ocurría para atacarle, a él, su original. ¿Se volvió loco?, era su copia el que tenía por orden obedecerle—No te perdono. —y lo soltó alejándose varios pasos hacia atrás como si fuera una algo peor que una peste. —¡…Por tu culpa…!¡¡Por tu culpa …él…!! —El Hokage recordó el pergamino, un sudor frio le bañó y se sentó turbado buscando más respuesta con su mirada cielo. …¿Estaba así por eso-ttebayo?... Otra vez ese golpeteo creció en las sienes por culpa del palpitar…¿Alguien resultó herido?... Sus manos temblaron...¿por qué me siento así?...¿Acaso…?...
—¡¡Espera !! ¡¡¿Dime que ha…?!!
—BASTA…— Naruto entonces comprendió la fuerza que el clon llevaba. Ese brillo dorado no era solo por su propio chakra almacenado.
¿Por qué estaba el zorro en el clon y no en Sasuke?
¿Dónde estaba Sasuke?
Respiró profundo, calmándose,…esextraño…, si, nada malo podría haber pasado y que el nueve colas estuviera en el clon sería cuestión de capricho, eso se obligó a concluir.
Miró al bunshin que dejó el modo sabio, el chakra naranja cayó sobre él como peso muerto impidiéndole levantarse. Las garras naranjas se formaron y presionaron sus hombros la sangre escurrió por las heridas, hizo una mueca de dolor.
—ESTABA BUSCANDOTE, HOKAGE. —Se removió tratando de quitárselo de encima pero fue inútil, la forma del zorro se sentó sobre él. ¿Qué era lo que sucedió para que el nueve colas estuviera en su presencia? ¿Sasuke estaba herido? Eso lo puso en estado de alerta. Nada era normal. El miedo se trasmitió a los ojos del Hokage y el Kyuubi hizo más presión, Naruto dejó salir un gemido de dolor removiéndose en el suelo.
—TUVE QUE CAMBIAR DE CONTENEDOR, ESTE ES APROPIADO POR AHORA. —su hocico se frunció en evidente molestia.
—Sasuke,…¿ dónde está? — El nueve colas resopló hastiado de la voz de su antiguo compañero—¡¿Qué le pasó?! ¡Kurama!—el miedo en sus palabras fue percibido por el zorro que sonrió lacónico ante los pedidos. Su cuerpo animal se levantó en sus cuatro patas aun reteniendo al rubio. Sus ojos rojos casi se burlan de su cara preocupada, pero lo que tenía para decirle no era gracioso. Su expresión lo demostró.
—POR TU IDIOTEZ SE HA SUICIDADO.
Por un largo momento dejó de ver lo que tenía en frente, dejo de respirar. Todo se nubló, negro y turbio.
Como los ojos de Sasuke.
Mentira.
Casi rio ante la broma de su exinquilino, parpadeó queriendo despertar de un sueño extraño, se sentía como una flama que se movía por la brisa a punto de apagarse, y era inquietante, con la vista casi brumosa pudo captar la imagen de un enorme zorro que movía su hocico, hablaba, pero no le entendía, era como si alguien le prohibía que las palabras llegaran a sus oídos, luego de cerrar los ojos por unos momentos, se vio a si mismo forcejeando con un doble, ¿sería un clon? y luego una luz cegadora lo obligó a sacudir su cabeza para escapar de la irrealidad frente a él y se encontró recostado en la tierra con la mirada de Kurama.
…¿Sasuke no puede haber muerto o sí?...en el suelo un azote de emociones invadió su estómago, incrédulo ante lo oído. Pero no halló nada más que la roja mirada iracunda.
Era casi como si…
Mentira.
El zorro varias veces jugó con su mente cuando no eran del todo compañeros. Se centró en buscar alguna señal que le permitiera deducir que fuera una sucia mentira, una broma de mal gusto.
No era verdad, simplemente porque su cordura se negaba a creerle.
Mentira.
No le creería porque Sasuke era su némesis, su contraparte. Diferentes pero con un solo destino.
Mentira
Los “compañeros” de Sasuke, no los creía fuertes pero si leales y Kakashi era un experto en cubrir los puntos débiles y por eso cuando supo que él los acompañaría, se convenció de que todo saldría bien aunque estuviera molesto por su partida. Su clon era otro punto y ni hablar de Kyuubi…
—…Mentira…—dijo poco confiado de sus propias palabras. ¿Cómo iba a creerle si no lo había visto con sus propios ojos? Sasuke siempre tenía la manía de caer bien parado como un gato de las situaciones más horribles. Su hermano, Orochimaru, Danzo eran un buen ejemplo.
—MÁS ALLÁ ENCONTRARÁS A ALGUNOS SOBREVIVIENTES —…¿de qué habla?...Entonces con malestar supo que el grupo que tenía la misión tipo S había dado con ellos.
—¡¡Sasuke nunca haría algo asi!! —el grito fue casi de reproche, el zorro ¿qué sabia sobre Sasuke?. Le taladró con sus ojos cielo, esperando la rectificación. Todos eran excelentes shinobis, sin duda alguno habría dudado de la misión, y esperaba que no llegaran a mayores pero sin dudas, Sasuke los detendría.
—NO LE CONOCES…—Kyuubi acercó su hocico frente a Naruto que no salía de su estupefacción ante la oración, el nueve colas, ¿en tan pocos días tenía la osadía de declarar como si fuera su amigo?...¡Sasuke jamás atentaría contra su vida porque…!, porque…¡Kurama tampoco lo permitiría!, ¡para qué fue todo eso de la misión K-ttebayo?! —FUE CONCENSUADO—soltó como respondiendo a la pregunta muda, el rubio quedo tieso ante lo oído, …Sasuke jamás…la mentira que estaba oyendo solo lo enfureció, pateó el cuerpo del zorro con una pierna que logró liberar, pero Kyuubi ávido de la reacción le esquivó levantando su pata y se sentó sobre su cuerpo, otra vez, suspiró pesadamente viendo la furia en los ojos de su excontenedor que se negaba a entender lo obvio, la respiración errática se hacía más audible — Y CUMPLIENDO LA ULTIMA VOLUNTAD DEL UCHIHA—…¿de qué estaba hablando?... Naruto forcejeó inútilmente, quería que lo dejara en paz.
No seguir escuchando toda esa patraña de ese demonio.
Y llegar a Sasuke.
Él estaría sentado en alguna roca o tronco descansando y observando el amanecer, siempre silencioso como en los viejos tiempos cuando eran niños e iban a los entrenamientos.
Era una sensación gratificante cuando se encontraban.
Porque se sentía completo.
El zorro estaba jugándole otra de sus bromas, ¿no?
— …ME IRÉ COMO ACORDAMOS, SI ALGUNA VEZ POR TU ESTUPIDEZ ME ENCUENTRAS, TE MATARÉ. —…si, es una broma de mal gusto-ttebayo…Naruto sonrió ante las palabras del zorro, completamente seguro de que era otra de las mentiras que salían de sus hocico. El zorro levantó una ceja ante el rubio —NO ME CREES…
—No tengo por qué creer en tus mentiras, estoy seguro que todo lo que dices, son para evitar que encuentre a Sasuke.
—…BIEN…DE TODAS FORMAS YA LO SABRÁS…
El nueve colas dejó su forma para dejar paso a los ojos del clon que lo miraban con enojo y tristeza. Naruto se quedó tendido en el suelo, su corazón latía aprisa, aunque su mente lo reprimiría muy dentro suyo algo le decía que todo era verdad.
Cerró los ojos, no prestaría más la atención, no era lo que necesitaba en estos momentos, solo verle y saber que estaba bien.
Sasuke lucia bastante nervioso por la manera en que agachaba la cabeza ocultando sus manos en los bolsillos de su chaleco, caminó por delante mio sin emitir más palabras. Antes entrar a la casa Uchiha, noté que no podía introducir la llave en la cerradura, un chasquido y un bufido me hizo levantar una ceja y sonreí detrás de él. Las puntas de sus orejas estaban rojas, …¿por un error-ttebayo?... Como quisiera pasar más tiempo contigo…
Escuchó la voz en sus oídos antes de verle desaparecer entre los árboles.
—HOKAGE…LO PERDISTE TODO.
Naruto entonces supo que Kyuubi sabía sobre sus sentimientos.
—¿Naruto-kun?—me di vuelta y me sorprendí de que todos sus amigos estuvieran a varios pasos detrás, con sonrisas de alegría.
—¿Chicos?
—¡Viejo, al fin te encontramos!— oí a Kiba gritar casi del mismo tono que usualmente lo haría Lee—¡¡Tenemos una gran sorpresa!!
—¿Eh?
—¡Vámonos!, ¿Ah, estas con Uchiha?—todos miraban expectantes detrás mío, y me giré. Sasuke estaba mirando hacia un lado.
—También puede venir—escuché decir a Shikamaru.
—Pe-ero, tal vez a Uchiha-san no le agrade…—no entendí en ese momento lo que quiso decir Hinata-chan, mirándome y luego agachando la mirada, el silencio se formó en torno a todos. Era algo incómodo.
—No me interesa. Puedes ir.—fruncí los labios ante los murmullos de mis amigos, pero luego sonreí internamente, Sasuke no cambiaría, sin embargo yo estaba allí por algo.
—Pero…—….¿no era que quería hablar algo importante conmigo?...
—Ve…—dijo revirando los ojos, esa manera altanera de ser, cuanto lo había extrañado.
—¡Prometo que volveré y terminaremos esto-ttebayo…!—levanté mi mano en puño, como una promesa, yo no rompo las promesas, …¿lo sabes Sasuke?... entonces sonreí.
—Puedo esperar…— y él me devolvió una sonrisa pequeña pero sincera.
—¡Vamos, vamos!! —sentí que me jalaban lejos de ese lugar, un lugar al cual no regresaría por mucho tiempo, pues después de tres días te marchaste por un largo tiempo. Solo pude alcanzar apenas a despedirte
Había olvidado volver.
Algo dentro suyo se quebró.
Aspiró fuerte para evitar dejar que sus ojos se aguaran, se frotó el pecho ante la fuerte opresión y se quedó ahí recostado, calmándose.
…¿Por qué lo olvidé?...
...¿Por qué no regresé?...
Estuvo en la misma posición, su cabeza al cielo sin ver un buen rato….¿por qué ese recuerdo ahora-ttebayo?...sus manos peinaron el suelo,…¿de qué quería hablar?..
“HOKAGE…LO PERDISTE TODO”.
Maldijo entredientes, solo había una forma de asegurarse.
Se levantó y limpió el hilo de sangre que estaba escapando de su labio partido. Se centró en correr a todo pulmón obligándose a tener la mente en blanco. No lloraría porque no había ningún motivo.
Porque todo era mentira ¿no?
Shikamaru estaba sentado viendo como Kurenai realizaba un torniquete en su pierna izquierda que resultó lesionada por alguna roca filosa cuando divisó a Naruto a lo lejos, escombros por doquier y polvo fino que caía del cielo no le impidieron saber que era él. Agachó la mirada cuando este le vio y corrió a su encuentro.
—¡Shika, Kurenai…!— Nara vio como la shinobi ante el llamado tembló pero luego volvió a ajustarlos pedazos de tela de lo que quedaba de su capa, ella no se animó a levantar la cabeza y verla a los ojos, estaba mal herida pero eran superficiales. Naruto se detuvo ante los dos. Al notar que no le prestaban atención volvió a llamarles
—¡SHIKAMAR..!
—Te oímos la primera vez —arrastró las palabras. —Te rompería la cara pero no tengo fuerzas en este momento…y parece que alguien se me adelantó—dejó lo que hacía y se pasó una mano por el cabello alborotado y sucio, bufó
— Yo …—miró a su alrededor, todo estaba devastado, grandes surcos marcaban la tierra.
…Hubo una pelea…
— ¿Cómo pudiste? —un dejavu, sus ojos cielo se concentraron en el Nara endurecidos, Kurenai resopló angustiada. Pareciera que hoy, todo el mundo ya lo había sentenciado. Frunció el ceño.
—No, todo fue un error…—resopló seco observando el terreno maltrecho. Buscando con la mirada.
—“Error, error”, si, como sea…—Nara se quedó mirando al suelo, pensativo, Naruto sin saber que decir decidió concentrar su chakra reconociendo a algunos de sus camaradas, estaban muy débiles, le era imposible saber sus ubicaciones exactas, pero no estaban lejos, los restos del chakra del nueve colas permanecían en el lugar impidiendo ubicarlos adecuadamente, pero no había nada sobre Sasuke, respiró profundo antes de hablar. Debía saber.
—Shikamaru, debo saber…
—Sí, claro, es tu deber ¿no? —Naruto arrugó más su ceño pero ignoró la molestia que percibía del Nara.
La esperanza era lo La último que se perdía ¿no?
—¿Sasuke…dón..?
—Junto a Kakashi y Karin. —Los ojos cielos dejaron de ser fríos y un destello de alivio surcó su cara, dejó salir el aliento que contenía—Podemos recoger lo que quede cuando el amaterasu se extinga. —el rubio volvió sus ojos al Nara que lo veía sin emoción alguna desde el suelo. —si hay algo que salvar. —el de coleta desvió su cara a su herida.
Era por impulso que corrió buscando el jutsu del que habló Nara.
A cada paso su miedo crecía.
Todo se tambaleaba, ¿o era la tierra bajo sus pies?
Era mentira que el zorro dejó morir a Sasuke y se marchó.
No debió dejarle ir.
Era mentira ver el fuego negro que se alzaba imponente en un lugar, comiendo, consumiendo lo que le dio origen.
¿Por qué lo hizo?
Era mentira que cayó de rodillas y todo lo que contenía escapó mojando su cara, extendió los brazos en un intento de tocarlas para sentir algo de Sasuke, que Nara llegó junto a Kurenai y uso lo que quedaba de su técnica para inmovilizarle.
Era mentira que cada chisporroteo del fuego lo obligaba a recodar los momentos de su juventud. Con el equipo siete, con sus encuentros devenidos en peleas, en esos pequeños instantes que compartió antes de verle marchar y no verlo por tres años, recuerdos que comenzaron a caer como el polvo a su alrededor, despajando su mente, recuerdos que se completaron dejando escapar un sollozo amargado ante la evidencia de que Sasuke estaba intentado acercarse y el en su ceguera lo evitó, lo evitó porque algo lo obligó. Algo que le insinuó a realizar ese acto del que estuvo de acuerdo, no era él, creyendo que era su propia conciencia y pensamientos en su mente, que tenía que ver con su relación con Sasuke.
Esa vez que lo tuvo y fue suyo esa noche.
Que lo besó a la fuerza
Esa vez que quiso matarle.
Fueron tan nítidos que quiso arrancarse los ojos. Ese no era él, susurrándole, animándole. Encendiéndole en un extraño amor-odio desmedido.
Era mentira que lloró desconsolado durante los restantes días contemplando la extinción lenta del amaterasu. Ya nada le importó, ni las presencias de otros shinobis que socorrieron a los heridos, ni los intentos frustrados de sus ninjas de hacerlo regresar.
Era mentira que su corazón se consumió en las llamas eternas.
Si alguna vez sonrió por amor a todos, eso murió.
Era mentira que deseo con todas sus fuerzas seguirle una última vez.
El frio de sus mejillas húmedas le recordó que aún estaba vivo.
Que su mirada llena de vida y verdad se apagó.
Era mentira que lo perdió todo.
Y que alguien tendría que pagar.
Era mentira….Que a partir de ese momento todo cambió.
Que su mundo se desmoronó