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Notas del capitulo:

12-2-2017

Ay, ay ¡cuanto tiempo ha pasado! Bueno lo compensa lo extenso del capitulo :D, y no estaba enferma o la pc estaba fundida, no tenia inspiracion, pero luego, hace unas dos semanas cayó todo como lluvia y me puse a escribir y ordenarlo todo-todo. Qué mas decir ...agradecimientos a los que leen, a los que dejan rew (ya contesté-ttebayo!)

Los personajes son del maestro Masashi Kishimoto sensei

 

¿Quieren un resumen? bueno , lo ultimo...no hay mucho que contar, Ino es la afortunada dueña de las tierras Uchiha, celebren!!!

Al final hay notas, obvio!Nos leemos abajo!

 

 

 

 

 

El ruido de las pisadas resonaba en el pasillo de la torre. El silencio era incómodo, así que el septimo decidió hablar por hablar pues sentir el resoplido de ese hombre tras su espalda le crispaba los pocos nervios buenos que aun trabajaban dentro de su cabeza.

—…Antes que nada no estoy totalmente de acuerdo con lo sucedido…, pero viendo la conclusión de los hechos me siento… algo tranquilo-ttebayo.

—Deja de retrasar el asunto y respóndeme ¿Qué piensas hacer con mi hija? —Naruto  siguió caminando hasta su despacho ignorando la pregunta, abrió la puerta sin esfuerzo, rodeo la mesa  para después sentarse con parsimonia en su asiento y observó tranquilamente  todos los objetos sobre ella  para luego suspirar poniendo mala cara. Luego miró detenidamente a Hiashi. El hombre con el ceño fruncido lucía menos enardecido que la última vez que le recordaba gracias a su bunshin, los dias en que no estuvo le bajó los humos con seguridad o quizás ese tiempo lo usó para idear algún tipo de estrategia beneficiosa para su clan pero cualquiera que sea lo que pensara no estaba dispuesto a retroceder; con sus dedos tamborileó la madera pensando en las palabras  sin un ápice de emoción en su rostro, su postura le demostraba que él tenía el mando y que esos ojos traslucidos no le intimidaban.

Solo unos oscuros que recordaría cada vez que la luna no iluminara el cielo nocturno.

Optó por ser preciso y sincero. Se lo merecía y él también.

—Ya..., ella se lo ha dicho, pero si no lo entendió o por la edad se ha vuelto sordo se lo diré más alto: no quiero seguir atado a alguien a quien no amo-ttebayo. —Inmediatamente Ibiki tomó uno de los hombros del hombre y le impidió que éste saltase hacia su Hokage.

—¡¿Así NADA MÁS?!, ¡¿acaso no sabes lo perjudicada que saldrá por tu incompetencia?! ¡Ella es tu esposa por ley! —Naruto estuvo tentado de revolear sus ojos cielo pero se contuvo mientras  Hyuuga vociferaba  e intentaba separarse del jefe de Tortura e Investigación—…¡No permitiré que la deshonres, niño idiota!, ¡ y más cuando tú.. y ella…!—pero el golpe en la mesa proveniente del puño del séptimo lo acalló.

—Ella está tan blanca y pura como el día en que se casó, no le he tocado un solo cabello.

— ¡MiEnTES! —Hyuuga se soltó de Ibiki y se aproximó a la mesa con el puño en alto, Naruto se levantó de su asiento como un resorte enfrentándole, ese hombre era exasperante, bien que lo aguantó con sus exigencias de señor de clan, “que no haga esto, que no haga aquello, que se comporte con status ante sus familiares”. Se la pasó  casi como un sirviente tonto y sonriente en la reunión familiar del compromiso, soportándolo, todos esos recuerdos nada gratos e incomodos le barrieron la poca entereza de su mente.

—¡Cállese! Maldita sea!, — le apuntó con el dedo—¡¿eso quieres?!¡¡BIEN!! Solicitaré un examen para demostrar su castidad, traeré a los mejores médicos de la aldea, ¡no espera! —Acarició su mentón pensativo y frunciendo el ceño—¡…de las regiones más lejanas, así asegurarnos la imparcialidad y también haré un anuncio oficial! —Se cruzó de brazos con expresión retadora, aunque más era para ocultar sus nervios — ¡para que todos sepan que el prestigioso clan Hyuuga, no se vio afectado por la ruptura ¡TODO EL MUNDO SABRÁ LA VERDAD-TTEBAYO!—un tic en la cara del viejo surgió junto con la vena en la sien.

—….¡E-e- eso es…!—se pasó la mano en gesto cansado, nervioso y molesto por la afrenta del rubio.

—¡Usted fué el que quiso mantener “esto” del matrimonio y lo respeté, me comprometí! ¡y lo CUMPLÍ!…Ahora me sale con sus dudas, si no confía en la palabra de tu Hokage,  ¡bien lo aclararemos a mi modo! — llevó las manos a su capa y con gesto magnánimo la ondeó para volver  a sentarse en su asiento. El silencio rodeó el despacho, Hyuuga apretaba los puños y los labios incapaz de reprocharle, respirando fuertemente por la nariz, enfriando su mente, trató de leer en la expresión de su yerno alguna mentira burlesca, o la posibilidad de retracción  pero lo único que halló fue el cansado enojo que arrastraba desde la reunión del consejo, sin duda el Hokage haría todo lo que dijo y quizás más, el solo pensar sobre el ultraje de su clan bajo la exposición  de su hija frente a personas extranjeras le revolvió el estómago y esa sensación de futura  humillación le obligó a permanecer en su lugar, sin contar con la vergüenza de la anulación del matrimonio a solo pocas semanas de haberse realizado.

Cínico…—murmuró abatido.

—¿Gracias?. —Escupió el líder de la aldea y tamborileó otra vez la mesa con sus dedos vendados— ¿y bien?, ¿será a mi modo?

Se escuchó un resoplido y un chasquido de lengua. — No hará nada de eso, arreglaré los documentos de la abolición del matrimonio, sin embargo como es reciente… le…—el séptimo entrecerró sus ojos con su expresión no le dio lugar a más —…pido…—el hombre carraspeó antes de seguir, Naruto casi le sonríe victorioso por verle ceder pero se contuvo—…. que espere al menos un mes para tener todo… list... —No terminó de hablar  pues el rubio le cortó gruñendo y movió la mano despidiendolo:

—Lárguese, tengo asuntos importantes— y  giró su asiento dándole la espalda.

Esperó y esperó  a que el ruido de la puerta le indicara que se había marchado, soltó un largo suspiro y se llevó ambas manos temblorosas a la cara, se masajeó las sienes para aplacar la molestia en la cabeza, luego se los pasó por los muslos quitándose la transpiración restante, cerró los ojos y contó hasta diez.

Estaba cansado  de las menudencias de la aldea y sus problemas, casi sonrió irónico por estar mal cumpliendo su estúpido sueño y harto de que los altos jefes lo trataran como un idiota

Respiró profundamente encorvando la espalda resintiendo su pesada herencia.

 …Maldita sea…

Pasó su mano vendada por su rostro nuevamente, limpiándose la carga, no creyó que algún día se irritara tanto. Le gustase o no tenía que estar al pendiente de lo que ocurría a su alrededor por al menos algún tiempo,…mierda…ladeó el rostro observando el cielo  tras el ventanal, concentrándose en el paisaje celeste, obligándose a calmarse y tuvo algo de razón, destensó sus hombros masajeándose y preparándose para el futuro, porque lo único que habitaba en él era el remordimiento y el deseo de resarcirse pero ¿cuánto tiempo le llevaría encontrar a los verdaderos culpables? Estaba casi seguro que alguno de los dos consejeros tenía algo que ver, pues solo él y ellos eran aptos para tomar decisiones y coordinar las misiones anbus pero sin pruebas contundentes no podía hacer más que acusaciones basadas en sus instintos, y eso no servía, debió haberlos removido de su cargo ni bien asumió, esos viejos representaban lo podrido que aun habitaba la tierra y ya era  tiempo de que algunas cosas se renovaran, y si bien era algo que con una carta y apoyo del Señor del Fuego podría remediar, la vida de Sasuke no le sería devuelta.

 

 Y nunca.

 

Nunca más le vería.

 

Su pecho se comprimió y se mordió los labios para evitar un sollozo.

Lo tuvo todo y ya no tenía nada.

Estoy solo

 

Su mirada se perdió en las nubes que se arrastraban lentas y tranquilas, apoyó su cabeza en el respaldo y movió sus ojos tristes hacia la pequeña habitación donde tiempo atrás estuvieron reunidos.

…Me siento vacío

 

Su mente lo trasladó suavemente a esa noche, esa noche inolvidable que azotó como un rayo su cordura. Eso que había hecho fue lo mejor y lo peor de toda su vida. Por momentos las imágenes  le parecieron irreales, como un sueño que cumplió bajo el dominio de sus instintos oscuros.

…Si...

…No…, negó mentalmente, jamás podría olvidar la textura suave que sus dedos acariciaron. Si aspiraba un poco más podría sentir aun los restos del aroma silvestre. Su propio cuerpo se tensó, su pecho se comprimió nuevamente.

El anhelo de revivir el pasado le impulsó a levantarse de su asiento.

…Tal vez aun esté ahí-ttebayo…

Con los latidos retumbando en sus oídos y algo indeciso dio unos pasos para comprobarlo pero se detuvo y desvió sus ojos hacia la persona que le veía silenciosa. La realidad le golpeó: estaba atrapado en ese lugar que despreciaba.

Se pasó la mano cubriendo sus ojos y volvió a su lugar, sintió la fatiga caer sobre él.

Varios minutos pasaron, mientras los dos hombres se observaban.

— Me gustaría saber que pasa por su mente—Naruto largó una mueca de disgusto  antes de que su rostro se volviera otra vez inexpresivo.

Mmm… todos se asustarían-ttebayo. —murmuró, el hombre lo miró buscando algún indicio de broma, pero no halló nada. El jefe de investigaciones torció la boca en respuesta a la voz falta de tacto y sacó con lentitud una funda de su ropa, la abrió y extrajo el pergamino que puso en la mesa, esperando las consecuencias.

—Este es el informe del incendio en el departamento de archivos. —Naruto salió de su estado y frunció el ceño, tomó el pergamino y lo leyó detenidamente. Después de un momento gruñó enderezándose para prestar más atención.

—Entonces…por eso….

—…Los jefes de clanes estaban ansiosos por proteger ese tesoro, como verás toda el área dos donde custodiaban las antiguas técnicas se vió afectada, aún no sabemos en cuanto, lo lamentable fue que la sección tres en la que se guardaban la información clasificada de las misiones fue destruida en su totalidad. —Naruto de masajeó las sienes, le daría migraña de tanto malhumor.

—Eso fue tres dias antes de mi llegada… — suspiró, el informe daba cuenta de la situación, los testimonios de algunos anbus  y de empleados del edificio, no leyó sobre alguna muerte, pero lo que le inquietaba era que según el informe no fue accidental— ¿Qué averiguaron?

—Eso sin duda tiene que ver contigo. —Naruto levantó una ceja extrañado ante la frase. El jefe suspiró sonoramente y se acomodó en su asiento.

—Me refiero más precisamente a la partida del sexto... — el séptimo se mordió el labio, lo que Ibiki le estaba sugiriendo era alguna clase de complot, era justo a lo que había vuelto a la aldea,…esos malnacidos de los consejeros de nuevo hurgando entre las sombras….pensó, sus puños se cerraron fuertemente y su mandíbula se tensó. … ¿por qué?…apretó los dientes en un intento de no gritar de frustración…¿fueron ellos ?... exhaló…no lo entiendo…y miró nuevamente al hombre frente suyo buscando respuestas. 

—¿Qué tienes?

— Eso…¿Sabías que Uchicha Sasuke ha estado yendo al hospital a ver a señora Tsunade durante más de tres meses? —Naruto se paralizó ante la bomba, nombrar a Tsunade y a Sasuke en una sola oración era un indicador de mal augurio, la quinta jamás vió con buenos ojos la relación de amistad que ambos acarreaban y sus intentos de traerlo a la aldea solo le provocaban que ella le mirara con molestia y, resignada a sus inútiles intentos de hacerle cambiar de parecer  se sumiera en la bebida para aplacar su frustración. —Le he preguntado a la quinta pero se rehúsa a hablar de más, ella asegura que era algo rutinario pero las entradas y salidas de Uchiha no están registradas, hablé con las enfermeras y confirman que se le vió seguido junto a Shizune. —Naruto bajó la mirada buscando alguna conjetura del porque ambos estuvieron reunidos tanto tiempo y a lo único que pudo concluir es que era algo relacionado con él. Además tantas reuniones ¿para qué?—No sé qué es lo que ambos estaban haciendo pero todo lo que tenga que ver con Uchiha es relevante y estoy seguro que las vacaciones del sexto es solo una excusa para algo más. Sin embargo esto confirma que tú no lo sabías.

El Hokage apartó sus ojos con pesadez, el contenido del pergamino K no podía revelarse aun—No, no lo sabía. Y lo que tiene que ver con la partida del sexto es algo que aún no debería comunicar  hasta pasada cierta fecha, pero dado que esto… ya… no… tiene... sentido… no creo que sea… necesario el saberlo. —agitó la mano como quitando importancia y sintió la necesidad de saber cómo Ibiki  conocía lo de Tsunade y los encuentros, tal vez estaba siendo vigilada sin su consentimiento y eso le ofendió, ya que él también podría estar sufriendo lo mismo, masculló molesto ante eso —¿quién dio la orden?¿Estuvieron… siguiéndolos?—terminó en murmullo.

—No. Hace aproximadamente un año atrás con autorización de su predecesor un grupo de anbus viajó a varias ciudades con el objetivo de instruirse y mejorar nuestra protección en la aldea, trajeron algunas cosas muy interesantes, precisamente tecnología—Naruto frunció las cejas tratando entenderle, Ibiki le aclaró—aparatos de vigilancia, procesadores y reproductores.

—Eso… ¿eso es bueno? —el Hokage apoyó las manos  juntas sobre la mesa. El jefe observó impasible el intento de su líder en comprenderle y le contesto como a un niño.

—Por supuesto, nuestros hombres trajeron pequeñas cámaras que pueden pasar desapercibidas al ojo humano y puestas  en lugares estratégicos una sola persona puede hacer el trabajo de tres o cinco, lo que nos lleva a  ahorrar personal que puede ser útil en otras áreas  —el rubio asintió y luego estrechó la mirada algo incómodo.

—Entonces… ¿Dónde…. están las cámaras? —un sudor frio recorrió su espalda al imaginarse que tales cosas estuvieran diseminadas en alguna parte de su casa o de la de Sasuke con el fin de comprobar  su lealtad y que hayan quedado guardadas algunas escenas…Estuvo tentado a tirarse el cabello pero se reprimió a último momento.

—En la entradas y lugares estratégicos de la torre, también del edificio del consejo, del hospital, de los departamentos de anbus, de la biblioteca y del edificios de archivo. Debe tener en cuenta que las imágenes son compartidas por lo que se ve  todo sincronizado—el rubio casi deja salir el aire contenido de alivio.—Lo que nos lleva a asunto principal. Estuve junto a dos anbus revisando las cintas y debo decirle que hay varios acontecimientos… inesperados. —el Hokage ocultó las manos bajo la mesa y se las fregó ansioso, se aclaró la garganta, con seguridad la reunión en la torre quedó registrado y tendría que decirle la verdad aunque ya no había nada que le impidiera anunciarlo. Luego desechó todo lo anterior, después de todo era de público conocimiento que el sexto se iría, podría inventar que la reunión se realizó a fines de terminar de ajustar algunas nociones sobre la partida y mantener oculta la misión K por más tiempo, supuso además que aún no estaban enterados de que Kurama los había abandonado, dejándolos sin la ventaja que siempre tuvieron con su presencia frente a otras aldeas, pronto comenzarían las habladurías basados en los informes o interrogatorios para conocer todos los movimientos de la misión a los sobrevivientes, ni no lo hicieron ya, o del porque el nueve colas hizo su acto de presencia mientras él estaba a kilómetros de distancia. El recordar la amenaza de su antiguo inquilino le entristecía más porque perdió a Sasuke y con eso a su vida.

 Se aclaró la garganta y se recompuso rápidamente ante la mirada impasible del capitán. Suspiró.

—…Continúe.

—En primer lugar tomamos todas las grabaciones antes del siniestro y las revisamos una a una, obtuvimos tres  posibles sospechosos, lo que nos llevó a retroceder en sus pasos con los videos, por lo que solo quedó uno, de ahí que obtuve lo de Tsunade.

—Mmm…

Ibiki tomó nota mental de la respuesta, consideró que el Hokage no le importaba, que era la opción menos creíble o que sabía algo más. —Olvida eso, lo que estoy tratando de decirte es que, el que lo hizo sabía todos los movimientos de los empleados, eso fue un trabajo meticuloso, sin el apoyo de los videos nos sería casi imposible el haberlo identificado. Es un shonibi de nuestra aldea.

—¡¿…?! —el hombre suspiró cansado ante la gran interrogante de su Kage en toda su postura.

—Esa persona jamás había visitado la sección de archivos sino hasta después de tu partida y hubo dos ocasiones en las que se le vio cerca del edificio.

—¡Ibiki-san!…

El hombre alzó su mano deteniéndolo—Cuando anuncié a los shinobis y luego a los miembros de todos los clanes que la tres sección se destruyó en su totalidad busqué su expresión…y fue de completo alivio. —el rubio abrió la boca desconcertado. —Naruto, está identificado, estoy seguro que lo hizo con el único fin de…

¿Quién...? —gruñó interrumpiendo la oración, ...¡¿un traidor?!… pensó en la condena por la devastación de año y años de experiencia acumulados bajo los informes donde seguro sus propias misiones junto a Sasuke también se desintegraron como sus tontas ilusiones del pasado y las pruebas tangibles que le demostraban que lo que vivió no es un sueño y que tuvo un compañero a quien apreció más que a su vida desaparecieron devoradas por las llamas...

…¡no es un sueño!…

 Ibiki le miró expectante y notó que su líder era demasiado inocente.

 Demasiado.

 

Su mente se perdió en su niñez, en su paso por la academia, en sus misiones junto a…No..No…se obligó a mantener su respiración calmada, en frente suyo estaba un anbu con experiencia de años, no quería mostrarle a nadie más cuan mal le seguía afectando su muerte, ¡pero era imposible! Se acarició los cabellos frustrado ante sus tontos intentos de mantener la calma.

Al menos no estaba llorando.

 

…Aún está la mansión, las tierras, aún tengo los recuerdos…desvió la vista a su brazo, era la prueba más reciente, más duradera, más palpable.

…Esto no es un sueño…

 

El jefe de investigaciones chasqueó sus dedos llamando su atención, el rubio parpadeó recuperando sus estribos, a poco estuvo de sonreír bobamente como un modo de esquivar la interrogante del otro pero con rapidez y acopio de toda su voluntad volvió a mostrar la completa (falsa) serenidad, ambos se miraron largamente compitiendo en alguna clase de desafío, hasta que la tensa calma fue rota. —Naruto, el incendio fue provocado para destruir algo importante en la sección tres, ¿lo sabes? —el rubio se mantuvo silencioso hasta que dijo lo obvio.

 —Pero solo hay pergaminos de misiones…. —en un momento Naruto abrió los ojos como platos y sus manos temblaron de excitación, estaba tan cerca de averiguarlo que casi sonrió  pero lo que resultó fue una extraña mueca, el hombre le miró largamente sin perderse las expresiones de su líder.

—Si Hokage, el objetivo era un pergamino, tu pergamino. —las uñas del rubio se clavaron en la mesa y arañó con fuerza, descargando su ira. Cerró fuertemente lo ojos, se controlaría por su bien, porque necesitaba tener cara a cara al culpable.

Si …

… Esa persona podría ser quién…

Y  tener sus motivos.

Y luego…

Nunca creyó en el castigo físico, pero en estos momentos se lo estaba replanteando. Le habían quitado a la persona que más había apreciado, lo mínimo que se merecía era sus puños, antes de seguir cavilando sobre su propio juicio a impartir le surgió otra duda. ¿Y si no era? ¿O un cómplice?

…Podría saber quién fue…

 

 

Sus pensamientos se vieron interrumpidos ante la voz del anbu.

 

El rostro de Naruto se desfiguró al escuchar el nombre de la persona que aparecía en la grabación.

 

 

 

 

 

Saltó un par de veces, su cuerpo se movía solo, solo instinto, casas y arboles pasaban ante sus ojos que le escocían, impidiéndole ver claramente el camino, pero sabía el destino, atravesó media aldea en segundos, rompió las puertas con el aire de su chakra formado de su mano en pequeños bumerang que se desintegraron luego de alejarse, se apoyó en unos de los altos techos y captó cada uno de los chakras de los habitantes de la residencia, esa que había visitado tantas veces y en donde estaba su objetivo, ocultó su ser y con otro saltó llegó a la zona donde se hallaba el chakra que buscaba, oyendo a lo lejos la alarma de los custodias dirigirse a la entrada.

 

Hanabi vestía una yukata blanca simple con dibujos de sakuras en los bordes, su hermana se lo estaba acomodando mientras ella llevaba otro de color celeste con bordados de lirios, lo sabía por la textura de las telas, ella  tenía sus ojos vendados que le era permitido quitárselo por las noches donde la luz no le irritaba a pesar de haberse hecho la intervención  hace mucho tiempo atrás,  todos los de su clan la trataban sobre algodones ya que su hermana mayor al casarse había renunciado al liderazgo, particularmente estaba contenta de que su hermana pasara más tiempo con ella, aunque se le hacía raro de que estuviera más en la casa que con su marido. …Si pudiera verte la cara al menos…¿O estás avergonzada?...

Dejó escapar una pequeña risa y sintió que su hermana se detenía en su quehacer y resoplaba.—¿De qué te ríes? —escuchó…la voz… Hanabi se silenció y se disculpó levantando los hombros.

—Es que últimamente estás tan callada…

—Yo soy así…

—¿Algo está mal?…

Hanabi…—la voz parecía cansada

—Es que últimamente  te pasas el día aquí cuando deberías…

—Hanabi... —la muchacha agachó la cabeza incomoda ante el reto de su hermana. —Her…—Pero  el sonido de alarma de la campana  interrumpió su plática.

 

Lo podía sentir, estaba detrás de la puerta, caminó lentamente sintiendo que tomaba fuerzas de su interior para  recubrir su exterior, el martillo sacudía su pecho  fijó sus ojos nublados en la madera, casi podía imaginarse lo que estaba detrás,  dos personas que apreció por tanto tiempo, con las que compartió parte de su vida, una  riéndose a su costa, aprovechándose de su ingenuidad.

Algo bullía por dentro y le quemaba. No era su antiguo compañero. Era la rabia.

..No…

Nada de eso era un sueño, era la realidad, y debía afrontarlo como lo que era.

 

Irrumpió corriendo de un golpe la mampara, ella se giró sorprendida y su hermana menor junto a ella gritó por la sorpresa.

Hanabi tembló ante lo que sea que estuviera frente a ella, desconocía el chakra por momentos se le hacía familiar y por otro tenía rasgos oscuros, como si la venganza y la justicia pelearan por imponerse.

Los pasos plomizos resonaron en la habitación, estaba asustada, ¿Quién era esa persona para entrar así en la mansión del clan?

¡¡¡HINATAAA!!!

—¡Oh, por todos los cielos! — gritó confundida la menor de las hermanas Hyuuga, llevándose ambas manos a su boca, el chakra pertenecía a su actual cuñado, el Hokage de Konoha, ella no entendía el porqué de la presencia tan perturbadora, había escuchado el jadeo a su lado y temerosa tanteó con sus manos donde creía estaba su hermana, rozó la tela y tocó su brazo, sintiendo la agitación en el cuerpo contrario.

…¿Por qué?...

¿Porque alguien con un chakra con un carácter tan vivaz, alegre y personalidad decidida portaba en estos momentos esa clase de turbulencia de emociones?

Un nudo en la garganta le impidió hacer nada más que quedarse en silencio, sus instintos le gritaban prudencia.

 

 

Sentía flaquear las piernas, ella estaba de pie delante de su esposo con el corazón en la boca,  si no fuera por la mano de su hermana no habría reaccionado y se habría caído al suelo por el miedo, Naruto estaba a cinco pasos delante suyo respirando fuertemente, los hombros tensos, las manos en puños, su cabeza gacha pero que no le impedía ver sus ojos cielos cristalizados, su mirada irradiaba destellos oscuros e impacientes bajo su cabello dorado, analizándola como si no la conociera, demostrando con su silencio que esperaba algo de ella,...¿qué?...y su inquietud se hizo más grande ….él… ¿sabe?...el palpitar golpeó  su cerebro más fuerte, el nudo en el estómago se hizo más pesado ...¡¿EL SABE?!...

 

Cerró fuertemente los ojos, con la absurda idea de que podría desaparecer en ese instante.

O volver el tiempo atrás.

No, ¿cómo podría saber?..., ella se mordió la lengua…¡es imposible!..., nadie pudo verle, fue cuidadosa, estudió los alrededores, a los anbus, los empleados,… ¡¿C-cómo?!...esperó, esperó pacientemente el día en que hubo menos vigilancia y entró al edificio por una alcantarilla vieja en que puso poco esfuerzo en romper los barrotes ya oxidados, usando sus ojos comprobó la ausencia de chakras en las mediaciones y después de recorrer los largos pasillos arrojó varias bombas incendiarias de papel hechas por ella en el lugar en el que suponía estaba la prueba de su culpabilidad. No pensó que el fuego se expandiría  a la otra sección, pero se consoló con que era un daño colateral que lo valdría.

Ese día se sintió liberada, por un tiempo.

¿Entonces cómo?, Naruto no podía acusarla sin prueba alguna, eso solo lo llevaría al bochorno, observó de reojo a varios hombres que se aproximaban por el largo pasillo, su padre incluido, tendría que permanecer en su propio esquema y fingir inocencia hasta ver si su esposo traía consigo algún fundamento palpable.

 Que no existía.

Mantuvo la calma, y junto las manos sudadas. Tal vez solo esté molesto por alguna otra cosa, quizás por su discusión con su padre. Esperaba que con la figura paterna y su posición hiciera en el séptimo recapacitar sobre su decisión, el pasar de los dias hacia crecer su esperanza.

Olvidaría sus discusiones, todo lo malo en estos últimos dias y se dedicaría de lleno a su matrimonio. Porque no podía concebir que no sintiera nada por ella, porque al menos la tuvo que querer un poquito para casarse ¿no?

 

—…Tu…—la voz ronca le sacó de sus cavilaciones y se quedó contemplando el tatami como si con eso encontrara la solución a su problemas, No quería verle y el ambiente se volvió más pesado.

—…lo entregaste…—ella levantó la vista pálida, pero solo llegó hasta su barbilla la cual notó rígida,… ¿có-cómo podía decir algo si?...Hinata, apretó ambas manos, pues temblaban y no quería que los demás vean su debilidad …solo quería salvar lo… que quedaba de nuestro ma-matrimonio...sus nudillos estaban blancos y se mordió la lengua hasta sangrar, desde antes de su boda flotaba la sensación de que todo se le escurría de las manos y esa noche, allí bajo la torre había tenido al intención de hacer algo, primero lo de dar aviso a los consejeros, y luego al no quedar satisfecha pensar en otra solución tan sencilla como escribir un pergamino.

—… ¿Por qué?

…¿Por qué?...Toda su vida cuidadosamente planeada  junto a la persona que más amaba, todo su tiempo aprendiendo, practicando ser la perfecta esposa, tiempo perdido por el rechazo de su esposo, porque aun lo era, sin importar que no la haya tocado más que en los labios o dado leves caricias.

 

Él lo había arruinado con su sola presencia, él no debió volver, lo supo desde siempre, con esa mirada que bien conocía porque era igual que la suya, esa mirada maldita que le lanzó en su boda, si muy en el fondo escondida estaba la tristeza y no quería verla, la odiaba, lo odiaba, porque estuvo más tiempo con su esposo, toda su niñez, y luego el calvario que la hacía sufrir cuando Naruto juraba y perjuraba que lo traería y luego la declaración de labios de Sakura, el  “moriremos juntos”

…incluso ahora…

…Lo odio…

 

—Lo odio…—el rubio la observaba bajo sus pestañas, su hermana menor  aturdida la soltó lentamente y retrocedió un par de pasos hasta chocar con una silla donde terminó cayendo.

—Ahora sé lo que siento, le odio. Él me… quitó la felicidad a tu… lado. Todo lo que toca lo maldice.

—Cállate, —gruñó el rubio, usando toda su concentración en no salir de sus casillas —¡No sabes nada, no insultes su memoria con tus especulaciones!

—No sé nada.... ¿Qué hacían en la torre por la no-noche?, ¿qué es lo ocultaban? —el rubio frunció las cejas, y por primera vez se miraron, ella dispuesta a no dar marcha atrás aunque sus pupilas se dilataban del nerviosismo y el concentrado en enfrentarla, manteniendo una falsa calma externa, entendió que ella posiblemente había estado cerca, muy cerca… ¿me estuvo siguiendo?...

— ¡¿Qué tiene que ver esto con lo demás?!

—Estuviste encontrándote a escondi-didas, aunque intenté separarte, no..no se rendía, —…mentira…Naruto cerró los ojos buscando entre sus recuerdos alguna prueba que refutara o rectificara los dichos, pero no los halló, no tenía más que lagunas, y en los pocos en los cuales estaban juntos , jamás vió más que amistad, siendo él,  lo habría notado, ¿no? lo habría sabido, ¿no? porque lo conocía, era su amigo, era su hermano, era su némesis, era su complemento, Hinata deliraba ensuciando su memoria —hubo un tiempo en que no le veías y supe desde entonces lo que realmente sentía. ¡Porque te miraba igual que yo!

— ¡MENTIRA! ¡Deja de desviar la conversación! —angustiado ante la posible aseveración Naruto se sintió perdidamente molesto…¿hizo tal cosa?... si se ponía a pensarlo en los pasados meses prácticamente no se encontraban por las practicas intensas…¿acaso Tsunade le ayudó?…, guardó la información para más tarde, tenía que  ir a verla,  averiguaría todo, sea como sea, miró a Hinata que  sudaba y se refregaba ambas manos, pensó que las palabras que salían de su boca solo era para dañarlo más, ¿y qué importaba, si ya estaba roto? Y con respecto a lo último ¿Cómo podía siquiera pensar que Sasuke le mirara de otra forma?, él era de otro nivel, uno intocable, donde desde niño casi lo idolatraba en silencio expresado en los celos infantiles colocándolo como objetivo a superar, inalcanzable como la aves, que con sus manos y anclado en la tierra le tocaba cuando bajaba y arrancaba las plumas hasta lograr que no volara  más…Sasuke era su compañero…Mi compañero…ahogó un gemido en su garganta, la culpa de sus errores por los cuales debía pagar se hacía más grande y arrastrar a La Hyuuga volvía a pesarle, pero eso no le daba el derecho a hacer lo que hizo. Refunfuño apuntándola son mano vendada—…tu… escribiste el pergamino, ¡su ejecución! —Las personas presentes  jadearon en sorpresa ante las palabras.

—¿Eh?…—La primogénita quedo petrificada…¡¿lo-lo sabe?!...su cara cambió auna de terror, tragó la saliva y trató de recomponerse…. No, no es más que divagaciones…¡si. E-eso!... —Yo-yo…—Naruto tomó aire y antes de que su voz se quebrara gritó

 — ¡POR TU CULPA ESTÁ MUERTO! — Naruto liberó algo de su tensión con su voz estridente y delgadas ráfagas de viento  azul saltaron como cristales a su alrededor esparciéndose, revotando en el piso y desapareciendo antes de rozar las paredes y quebrar las mamparas que separaban el exterior, los presentes retrocedieron confundidos, Hiashi corrió desesperado para cubrir a su hija menor que no fue alcanzada, el cuerpo del exJinchuriki aún se mantenía erguido pero frágil, a punto de volverse polvo, su mente era el soporte, su cordura concentraba todo su dolor y odio hacia la persona que quiso alguna vez más que una amiga, pero que no pudo amar,  Hinata retrocedió asustada unos pasos hacia atrás cubriéndose la cara, el viento silbante al tocar su traje  rajó algunas partes, sin dañarlo del todo, bajó sus brazos y su rostro se volvió tan pálido como sus ojos, ante la visión decadente del Hokage que largó su lastimera voz—….muerto …y  Kakashi también…—las lágrimas que contenía se les escaparon al fin como un pequeño torrente, el nudo en la garganta se aflojó aliviándole el respirar, se pasó el brazo por la cara limpiándosela bruscamente, pero no se movió de su lugar. Hinata dejó salir unas cuantas lágrimas de impotencia, había lastimado a su amor de toda la vida, casi se impulsó hacia adelante para reconfortarlo, como siempre quiso hacerlo, escuchaba los espasmos, el ser su mayor apoyo era su deseo, sus labios temblando permanecieron mudos, ella también estaba herida, se obligó a recordar que su matrimonio estaba muerto como todos sus sueños, que era inútil ilusionarse, quería gritar toda su frustración, descargar su pena pero lo que saldría no sería más que maldiciones hacia una persona que ya no podría defenderse, avergonzada de sí misma  trató de guardar su poca compostura mientras veía a Naruto respirar profundamente, aparentemente calmándose.

Él era fuerte, otra de sus virtudes que admiró desde niña y por eso siguió su ejemplo, lo sería también, no  demostraría flaqueza, la niña tímida estuvo siendo enterrada durante su duelo matrimonial. Y debía demostrarles a todos que aceptaba las consecuencias de sus propios actos, por más erróneos que hayan sido, pero sólo si la hallaban culpable ya que tenía su pequeño orgullo y hasta ahora solo era la palabra de él en su contra.

—No lo creo… —susurró el jefe del clan mientras negaba —… una calumnia…Hija… — por primera vez desde que se casó él la miró esperanzado, casi convencido. Ella se limpió las lágrimas,  aspiró fuertemente.

— No ...no... es…  no es… ci-cierto…Padre…Naru…—ella dio un paso para acercarse al rubio que al oír su nombre giró su rostro, pero se detuvo ante la mirada del jefe de investigaciones que había aparecido entre los presentes y la interrumpió.

—No lo creo, hay pruebas. —Todos le miraron recelosos escrudiñando las palabras, porque no les entraba en la cabeza que una integrante del clan más prestigioso junto con el extinto Uchiha, y más precisamente la primera hija, alguien que con devoción acataba las ejemplares normas fuera culpable de asesinato de un Kage, ya sea directa o indirectamente, era una mancha imborrable, ¡inconcebible!

En silencio el rubio analizaba toda la información y se había puesto en estado catatónico, incapaz de realizar movimiento alguno mientras su mente saltaba de un lado otro ahondando en el pasado, comenzó a separar aquellas situaciones en donde su mente tenía baches y en donde sus emociones le dominaban, buscando escarbando, donde el angustioso torbellino de sus descuidos se hacía más grande.

—¿Esto es lo que buscabas? —Ibiki sacudió un pergamino que sacó de entre sus ropas ante la vista hipnotizada e interrogante de los presentes, los ojos perlados de Hinata se abrieron en asombro —es la misión de rango S escrito de tu puño y letra.

—Es im…posibl…—balbuceó y retrocedió hasta tocar la pared,  si no se apoyaba en algo de seguro caería al suelo, se obligó  a tomar bocanadas de aire por el golpe invisible que sentía en su estómago. —el experto casi se felicitó al ver su reacción, ahora todos también la vieron, testigos involuntarios y aunque la Hyuuga lo negara o su padre la protegiera, podría hacerle confesar con otros métodos.

—Querías deshacerte de esto, pero lo tuve todo el tiempo, lo que estaba en la sección tres era una copia, sabía que algo raro pasaba cuando le llevé el pergamino al Hokage,  utilizando un jutsu de sellado contuve la energía de todos los que la tocaron y luego los separé: tu chakra en mínima proporción aún está presente.

—¡Eso no significa nada, pudo haber sido tocado accidentalmente!¡ debe haber otros implicados…! —gritó Hiashi espantado.

—Es cierto, la hoja es especial y absorbe el chakra como si fuera una huella digital, también sospeché de los consejeros pero no lo han tocado, solo hicieron lo que mandan las normas: dar el visto y reunirse con el capitán de la misión, —él la observó impávido — de todas las personas, eras la única con la autorización de permanecer en el despacho de la torre en ausencia del Hokage, y los videos me respaldan —Ibiki guardó el pergamino.

— ¿videos? —preguntó uno de los presentes. El jefe de los anbus asintió.

—Los tiempos te comprometen, y tu declaración de ahora te incrimina. Odiabas a Uchiha Sasuke y decidiste acabar con su vida, eso sin contar con el fallecimiento durante la misión del sexto Hokage. —un resoplido se escuchó, Hinata no se atrevió a moverse de la pared, ver a su líder con los hombros caídos y la cabeza gacha era un mal presagio, desvió sus ojos perla a cualquier lugar, menos a los rostros que la observaban con diferentes expresiones. Su boca temblaba, ¿qué podría decir a su favor? miraba  a todos lados buscando algo que le ayudara, ella era la ejemplar hija del clan más tradicional de la aldea,… ¿qué debo hacer?... Pero nada se le ocurría. Hasta casi se arrepintió de haberlo hecho.

—Hija,…¿es cierto..? El sexto…¡Eso es traición! —alzó la voz el jefe del clan enojado ante la vergüenza y decepción que le invadía. Ella sacudió frenéticamente los brazos negándolo.

—No, no es cierto, yo no… — ¿Qué más podría hacer sino negarlo? Hinata alzó su voz quebrada— No soy… ¡de esas personas!, créeme, Pa-pad—se calló al escuchar un sonido proveniente del Hokage que permanecía de pie tan quieto como una estatua.

—Yo…— Naruto estuvo a punto de retroceder pero no por ser dubitativo, sino por la fuerza con que apretaba su puño, las uñas se clavaban en la piel a tal punto de sentir el calor de su propia sangre que se escurría lentamente, su cuerpo  temblaba por la concentración de chakra. —Mi error fue haberte querido — su respiración era más fuerte, había rearmado esos momentos efímeros, en los que por alguna razón no podía ver de qué color eran exactamente los ojos de Sasuke y por ende no pudo notar nada, algún cambio, ¡y los había pasado por alto! —Mi error fue haberme engañado a mí mismo— esa fue la conclusión a la que llegó, si Sasuke estaba mintiéndole en alguna forma no pudo verle, y si no… El pecho le dolía. —  Mi error fue entenderlo tarde— ¿acaso Hinata se había aprovechado de su ingenuidad? Y ahora todo estaba perdido, ¡por culpa de su propia ceguera!

— ¡MI ERROR FUE ESTAR CIEGO! —Avanzó tan veloz que nadie pudo preverlo y antes de que ella pudiera gritar una mano vendada le tomó del cuello de la yukata levantándola del suelo, empujándola más contra la pared, Hinata cerró los ojos antes de escuchar el murmullo —¡Mírame! — tanto Ibiki como Hiashi se abalanzaron hacia su Kage ni bien reaccionaron y tomaron ambos brazos para separarlos pero sin esfuerzo él se los quitó, la ráfaga que surgió como remolino de sus propios pies los empujó hacia atrás. Las cortadas en sus ropas fueron superficiales pero se dieron cuenta de que eran su mecanismo de advertencia, de que no intervengan, entonces se quedaron inmóviles pero impacientes—¡¡Mírame!! —volvió a gritar y la sacudió para que reaccionara, el aire giraba en la habitación moviendo las ropas de las personas, su hermana ciega sollozó su nombre pero alguien la tomó de la mano y la sacó del recinto para evitar que la dañaran. Hinata no quería ver sus ojos, esos que trasmitían sus emociones como espejos del alma, los que para ella en el pasado no eran más que de cariño y quería recordarlos así y, con la visión aterradora de los ojos cielo cuando leyó el pergamino, algunas lágrimas cayeron de su rostro contrito.

Si pudiera volver el tiempo atrás.

 

¡¡MIRAME!! —una voz gutural resonó y puso a más de uno los cabellos de punta, ellos creyeron que se trataba del mounstro que guardaba en su interior, pero provenía del pozo sin fondo de desesperanza que el Hokage portaba, ante la orden inquebrantable ella abrió los ojos enrojecidos lentamente, llevó la vista primero a su boca, la cual le mostraba sus dientes  apretados en una línea, subió a su nariz, suyas fosas se abrían  y cerraban con exageración, llegó a sus ojos, contempló el color e hinchazón alrededor de los parpados, el color de iris cielo, que tanto admiró cuando él estaba distraído, más oscuro de lo normal, sus pupilas vibraban expandidas, le daban un aire más amenazante junto a su ceño y su frente arrugada. Su cabello dorado agitado ante el viento se opacaba y brillaba a la vez, tal visión la dejó verdaderamente  pasmada.

Lentamente su mano izquierda se levantó y se dirigió al pálido cuello que apenas notaba oculto tras la tela que él mismo sujetaba, para cerrase a su alrededor.

 

…Tan blanco...

 

Y se detuvo.

La imagen de que había intentado ahorcarlo, lo congeló.

 

Él era tan culpable como ella, la había engañado, la reunión de la torre había sido un disparador.

¿Qué mujer soportaría la infidelidad de la persona que ama? Hinata había actuado bajo los celos.

¿Y si supiera lo de esa noche?

¿Acaso él no estuvo tentado a dañar a su amigo Gaara? ¿Por el solo hecho de estar en el mismo lugar? ¿Juntos?

Ella era tan culpable como él al ocultar la verdad, pero no por eso debía morir, él estaba pagando su error al soportar su ausencia, el ardor en el pecho que no lo abandonaba era lo más tangible que tenía.

Ella también debía pagar su pecado.

Tal vez no sería tan triste como la de él, pues vivía y ella podría verle cada día.

 

Debía ser más agonizante.

 

Tan torturante como el lento paso del tiempo.

 

Su propia idea lo sorprendió. Acercó su cara a la de ella, dispuesto a realizarla, el aliento le rozó la oreja, Hinata siguió sus movimientos con sus perlados ojos y se estremeció ante su cercanía, él habló con lentitud saboreando cada palabra expulsada.

—Mientras vivas, luto guardarás en SU nombre…, y a mi lado: no me hables, no me toques, no vuelvas a verme a la cara,… si no cumples,….no importa lo que pase después… TE MATARÉ. sus desorbitados ojos eran la expresión de lo absurdo que oía. Naruto sonrió en respuesta complacido de que la entendiera.

 

La soltó como si quemara y retrocedió mirándola con asco. Hinata le contempló y supo por primera vez que la amenaza se volvería verdad  en el momento en que dejara de mirarle, ese sería la última vez que vería su rostro, uno totalmente irreconocible y el recuerdo la acompañaría toda su vida, imposible de soportar más su expresión se cubrió la cara descompuesta para evitar que la siguiera observando.  Su llanto interrumpió el tenso silencio.

 

Naruto giró sobre sus talones, y miró a todos las personas con un rostro indescifrable calmadamente dijo —Son testigos de la culpabilidad de Hyuuga, el castigo por traición se los dejaré al consejo, como el Hokage sugiero que le perdonen la vida que sin duda no es nada comparado con las que arrebató. —Sin mirar atrás abandonó el cuarto que jamás visitó en el pasado, comenzó a caminar a más aprisa por el pasillo, el sofocante ardor en el pecho volvió a crecer, estaría dentro de él por mucho tiempo.

Demasiado.

 

 

 

 

 

El hospital no estaba muy lejos y haciendo cálculos supondría que estaría en su oficina o atendiendo a algún paciente, esperaba encontrarla sola para tener un poco de privacidad, antes de que todo se hiciera de dominio público, a su alrededor, los aldeanos le saludaban y quedaban preocupados al ver la indiferencia de su líder. Naruto llegó al edificio y buscó el conocido chakra, localizándolo en la oficina central, entrecerró los ojos al notar que no estaba sola.

 

La rubia estaba sentada hojeando varios informes mal ordenados en su escritorio. Sakura estaba enfrente ayudándola a clasificarlas, incomoda, mordiéndose el labio pensando en su futuro ¿qué haría ahora?, no tenía metas, su profesión había alcanzado su punto máximo gracias a las enseñanzas de la quinta, a menos que por casualidades de la vida se topara con otro médico experto en otra rama de la  medicina y la tomara de aprendiz; suspiró y se inclinó sosteniendo el informe y fijando sus ojos intentó leerlo, desde ahora  sería una diaria rutina, salvo si ocurriere una epidemia y dudaba que una guerra se desatara en un futuro cercano, pues las naciones estaban en paz, dejó los papeles y se concentró en mirar la mesa, todo le vino de golpe, el enterase de boca de su padre sobre lo sucedido en la misión, de la muerte de Sasuke, su todo y  Kakashi, su mentor le provocó un sollozo que no pasó desapercibido a la quinta.

¿Cuánto tiempo le llevaría superar el dolor?

Ella la miró en silencio un buen rato mientras su pupila acallaba su congoja, pues cualquier palabra sería inútil, de repente el ruido de la puerta al abrirse las sorprendió a ambas y se quedaron extrañadas ante la desaliñada presencia  de su Hokage.

— Tsunade, dime que no es lo que pienso. —la aludida entrecerró los ojos  incapaz de leer su rostro y de dar una respuesta. Se cruzó de brazos,…algo no está bien…—Saluda antes de entrar, mocoso.

Sakura le limitó a limpiarse la cara y mirar a la quinta y luego Naruto, confundida —Naruto ¿por qué luces así?

El rubio levantó una ceja y luego se miró a sí mismo admirando su ropa donde en algunos puntos había cortadas en la tela, instintivamente se llevó una mano a la cabeza donde notó que su cabello era todo un embrollo a pesar de tenerlo corto y se peinó con pereza. —eso no importa, quiero una respuesta, Tsunade.  

—Si ni me dices a qué te refieres…, dudo que pueda decirte algo…

—Claro, porque tu único motivo era que esté capacitado para ejercer el cargo, no te importó mis propios sentimientos —El rubio rodeó la mesa y se puso a un lado de la quinta —Ahora dime, ¿porque me ocultaste las juntas con Sasuke? —Tsunade ladeó la cabeza disgustada, internamente estaba sorprendida.

—¿Qué es lo que sabes?

—Lo básico y obvio. Lo que quiero averiguar es que es lo que obtuviste.— Sakura trataba de seguir la conversación pero dentro se formulaba sus propias preguntas y más si tenía que ver con Sasuke. La quinta frunció el ceño— soy medica ¿cómo crees que puedo sacar provecho de una situación así?...

—No te creo ¿qué es lo que sacaste de todo esto? — El Hokage se acercó al rostro de Tsunade que permanecía sentada vacilante ante su cercanía —porque estoy seguro que Sasuke no vino por dolor de muelas durante tres meses seguidos.

—¿Tsunade es cierto?¡No me he enterado! —incrédula la pelirrosa  hacía memoria de los dias en que ella no la veía por estar siempre ocupada por órdenes de la rubia en otra ala del edifico.

—Vamos Tsunade: conteste… estoy siendo condescendiente, tal vez no te castigue como a Hinata…chan… —La rubia internamente se sorprendió que el gesto cariñoso hacia su esposa era más de burla, levantó la ceja dándose cuenta de algo…¿me amenaza?¡¿a mí?!... pero verle a los ojos directamente  la hizo arrepentirse, empujó hacia atrás el asiento separándose prudentemente de su líder que observaba cada movimiento como a una presaLa ayudaste a separarnos. —Apretó la mandíbula ante la aseveración, mientras ojeaba a Sakura que cambió su sorpresa a inquietud.

—Tsunade –sa-ma…responda… —balbuceó la chica con la tensión en todo su cuerpo. No sabía a qué se refería pero por el semblante de Naruto no era nada bueno.

La rubia quiso masajearse las sienes, Naruto sabía una parte por el lado de Hinata y  no tendría que explicar nada. Ella sospechaba que la petición de la ojiperla para aumentar sus horas de estudio venía con algo más implícito. Pero no se atrevió a averiguarlo pues estaba más pendiente de la nueva situación que se la había presentado.

Y era más importante. También sabía que algún día él lo averiguaría y desconocía que tipo de actitud tomaría al conocerla, pero lo intuía.

No se imaginó que ese día llegaría tan pronto. Y menos ver el porte que traía consigo, además del aura extraña que emanaba escondida en su rostro duro. Se dio valor, de todas formas ella era una persona vieja que con los años aprendió a tolerar las diferentes facetas del Hokage, desvió la mirada hacia la ventana y con un susurro le dijo:

Sasuke estaba desahuciado. — Naruto se quedó estático, los ojos abiertos incapaz de mover un músculo buscando el significado. Sakura abrió la boca, las palabras no salían de ella. —Un año, a lo sumo dos, las probabilidades eran mínimas, no hay cura ante la enfermedad. Jamás traté algo así, y solo intente aliviar su dolor. Ese cáncer de chackra, es algo que no se ve, nunca…Lo siento.—el rubio retrocedió hasta caer sentado, sus piernas gelatinosas no pudieron soportarlo más….desahuciado…moribundo….muerto en vida…muerto…cáncer…muerto… su cuerpo estaba separándose de su mente, estuvo a punto de desequilibrase y caer de costado al suelo sino fuera por las palabras de Sakura.

—¡¡Estaba enfermo!! y tú ..,¡¿ Tú -lo DE-JASTE …ir?! —su grito entrecortado mientras se levantaba y tiraba la silla incomodó a la quinta que ocultó sus ojos algo apenada.

—Eso era algo que respeté. Era mi paciente

—Pero, pero…

Naruto tomó fuerzas de su alrededor, mareado apoyó su mano en el piso y se impulsó a levantarse. ..¿Qué era lo que verían los demás de ahora en más?.. .se preguntó internamente, no estaba seguro pero sin duda algo parecido a un muerto en vida, …¿Sasuke estaría igual al enterarse de su situación?...estaba seguro que sí,…el maldito lo ocultó muy bien-ttebayo… se dijo al verle tan usualmente reservado, incluso en su boda no lo notó. Miró a Sakura que sollozaba y decía algo, pues le veía mover los labios, se concentró en la quinta, ella al menos debería haberle dicho, advertirle…¡¡Por todos los cielos!!... se mordió los labios. No había nadie de la aldea con dos dedos de frente que no conociera su cruzada, sus dedos adoloridos se movieron en garras…¡ le hubiera prestado más atención, pasado más tiempo, hablarle más, decirle lo que sentía-ttebayo!…, no las estúpidas palabras de despedida que tuvo que oir de sus labios aturdidos el “¡VETE DE UNA MALDITA VEZ!”, la frase rebotó en su memoria una y otra vez instalándose muy al fondo de su conciencia llena de nueva culpa. Apretó los labios en una línea y la miró nuevamente con otros ojos, era otra desconocida. ¿Qué podía esperar de los demás? Se sorprendió de que su voz saliera ronca y pausada.

—Tsunade, ocuparas mi lugar por una semana, y no es una petición es una orden. —Se marchó sin escuchar ninguna queja de parte de la rubia, a lo lejos escuchó los gritos y retos de Sakura, …ella tiene buenos pulmones…pensó, , miró el cielo que comenzaba a oscurecer, en algún momento quiso creer que la quinta estaba arrepentida de su actuar, por ocultárselo, pero lo desechó, ella no quería a Sasuke y aunque su intención fuera buena con eso lo lastimó a él, rompiendo todo la estima por la médica.

Y si lo que dijo era cierto le arrebató la última oportunidad de poder haber compartido sus últimos dias con Sasuke. Se acarició el pecho, pesadez en su corazón necesitaba aliviarse y lo que haría solo sería momentáneo.

 

…Sasuke…

…Sasuke eres

 

 

 

 

 

Era noche estrellada

Estaba sentado en el piso de su pequeño refugio iluminado tibiamente por la luz nocturna de la luna, agotado de tanto llorar, el cuerpo le pesaba y su mala postura en su baño no era lo más cómodo del mundo. Se sorbió los mocos y se pasó el brazo limpiándose los ojos.

Oyó una risa melancólica y se dio cuenta que provenía de su garganta.

Sasuke, eres un maldito…—musitó. Ahora entendía, era un cobarde que abandonaba otra vez la aldea que lo cobijó. Pero debía darle una parte de razón, el lugar ya no era digno para personas como él, señaladas de por vida como una fruta rancia que no se podía de recuperar.

…¡Pero  lo intentó!, mierda…,¡lo hizo-ttebayo!...

 

Él también estaba pudriéndose.

Por dentro algo le corroía, era la culpa, la ira, la desesperación ante todo.

Se anidaba y crecía, se mesclaba.

Los cabellos fueron jalados, sus manos lastimadas se clavaron en el cuero cabelludo, se masajeó la nuca y luego las sienes pero el dolor de cabeza y permanecer en ese estado, no lo estaba ayudando.

 

Oyó los suaves golpes en la puerta y gruñó antes de cerrar los ojos intentando aislarse en sus recuerdos, no quería a nadie cerca, así que con voz pastosa ordenó —Largo.

—Escuché de tus andanzas. —…¿Nara?... Naruto frunció el ceño, estaba punto de preguntar el motivo de su visita pero lo desechó, su cansancio le invadía y apoyó la cabeza en sus rodillas flexionadas, lo que quería era perderse en sus propia amargura, en sueños incompletos, donde lograba corregir sus faltas ante Sasuke.

Shikamaru se sentó apoyando la espalda en la puerta, estiró las piernas y se masajeó la vendada, no necesitaría muletas pero estaría apartado de las misiones por una semana. Miró a su alrededor, pudo ver al entrar que la habitual “desordenada” habitación de antaño estaba dada vuelta, la mesa patas para arriba, las sillas y las pocas cosas que conocía estaban desperdigadas en el piso, sin contar con la ropa rasgada. Lo único que pareció no sufrir la tormenta fue la cama en la que el traje de su casamiento estaba orgullosamente extendido. Tamborileó sus dedos en el piso ante el interrogante. Luego de varios minutos silenciosos, sabiendo que del otro lado no habría signos de comunicación carraspeó.

—Era un maldito cabrón, pero eficiente en lo que hacía. Una vez estaba en mi despacho bostezando frente a mi partida de Shoogi cuando entró tirándome a la cara los informes ya clasificados, me desorientó y arruinó mi jugada, dijo “ mueve el culo, Nara” antes de romperme la puerta. No se disculpó el desgraciado.

Escuchó un débil sonido y sospechó que se reía desde el otro lado y sonrío, Naruto estaría imaginando la escena, estaba seguro y se preguntó si debería contarle sobre esos ultimas dias, antes de la intercepción, fueron “interesantes”….quizás… Pero luego se puso serio.

No vino para eso.

Buscó en la tarde la manera más apropiada de decírselo, pero darle tantas vueltas al asunto no lo llevaría a nada, pues sus palabras lo herirían igual.

—Creo que está de más decirte que ambos se lo merecen. —Naruto dio un respingo ante la acusación de su compañero, su mente asintió de acuerdo — Aunque me sabe mal por ellos. —  recordando que Nara fue compañero de trabajo de Sasuke, estaba seguro que el tiempo que pasó a su lado le hizo cambiar la opinión que tenía cuando eran críos. Su vivencia lo demostraba, hablaba con añoranza. Torció la boca hacia abajo,... Qué estúpido he sido-ttebayo… pensando que otra persona pudo compartir su tiempo mientras él le huía, le irritó, aquellos dias perdidos le carcomía la lucidez, se rascó las mejillas, estaba celoso, molesto consigo mismo a tal punto que no se dio cuenta que se lastimó la piel, sino hasta oler el dulzor de la sangre, se miró las manos ensangrentadas…lo que daría por recuperarlo…pensó, volviéndose a perder en sus anhelos mientras resbalaban gotas rojas por su mejillas ardiéndole a su paso y humedecían su pantalón.

Saber que las traiciones de las personas que estimaban lo golpearon tan duro lo hizo desear abandonar el mundo persiguiendo una vez más a su escurridizo compañero de aventuras.

Tal vez  y esta vez ya no se le escaparía más, no había ningún lugar más a donde huir.

Sonrió mostrando a la pared todos sus blancos dientes.

 

—Te daré un consejo. —Escuchó desde el otro lado que Nara le hablaba pero el dolor de cabeza le hizo cerrar los ojos, anhelaba dormir por mucho tiempo —Sigue adelante. —Naruto arrugó su nariz y se preguntó… ¿cómo?... Si ya no había pilar del cual sostenerse y esperó sin ganas alguna aburrida respuesta proveniente del otro lado—Si abandonas, todo lo que queda de su existencia se perderá. —Nara suspiró esperando alguna replica y al no escucharle continuó — Creo que no es necesario que permanezcas aquí. ¿Lo entiendes? —…si…contestó mentalmente, lo que decía era verdad absoluta, la aldea le causaba un inmenso dolor por la presencia de las personas que lo mutilaron por dentro, había luchado tanto que se había olvidado de que no era un perdedor a pesar de que se lo gritaran, tuvo la oportunidad de voltear cada insulto y ganarse la más alta estima y reconocimiento, por su testarudez infantil había llegado muy lejos enfrentándose a enemigos muy poderosos, dioses inclusive, por eso no podía dejarse vencer tan fácilmente, no ahora que su vida estaba unida al recuerdo y al pasado que se perdería si se rendía, enderezó su espalda como así también su curvada determinación...¡no, no les daré el gusto-ttebayo!...Abrió lentamente sus ojos, sus manos recobraron la sensación y levantó el peso muerto que parecía su cuerpo, abrió la puerta y el de coletas casi se cae de espaldas. Ambos se miraron, hasta que Nara habló —Estás hecho una mierda.

—Qué sincero…—susurró. Y salió arrastrando los pies, el otro se movió para dejarle pasar, Naruto se detuvo en su cama y se dejó caer en frente de ella, contemplándola. Al poco Nara apareció y se puso a su lado imitándolo.

—La pierna duele. ¿Te importa? —Le vio mover sus hombros despreocupado con la mirada perdida en alguna parte de la cama.

Shikamaru lo admiraba, después de todo el Hokage tenía una fuerza sobrehumana que provenía de su propio interior aparentemente infinita, pues retrocediendo a los sucesos y si se ponía en su lugar, no estaba realmente seguro de comportarse de la misma manera si la persona que amaba le era arrebatada, por un momento se perdió en una persona que estaba a miles de distancia de él.

Estuvieron mucho tiempo, sentados y perdidos en sus propias reflexiones, El de coleta estuvo a punto de cabecear y caer hacia adelante, pero los primeros rayos que empezaron a iluminar a habitación  le devolvieron la conciencia y después de tanto silencio casi se sobresaltó por las palabras que provenía de su lado.

—Es la prenda que más odio, pero no puedo deshacerme de ella. —Nara silenciosamente esperó. Sentía el chakra agitarse a su alrededor —No puedo romperlo sabiendo que lo tocó

—Ya veo…—Shikamaru contempló la prenda con otros ojos. Escuchó el golpe en el piso y busco extrañado la causa.

Un puño y luego otro. —No lo dijo, pero… deseó—otro golpe…—… mi felicidad…— El moreno hizo una mueca y llevó una mano al hombro del rubio para calmarle al verle temblequear — ¡Estaba muriendo y me deseó felicidad! —Con ambos puños golpeó el piso que se fracturó —…¡A MI! …a mi…— No tuvo más opción que abrazarle para impedir que siguiera dañándose, pero el rubio se debatía en soltarse. Diciendo incoherencias inentendibles entre gastados  lloriqueos.

—Siempre supiste reponerte a las adversidades. — Nara le estaba obligando un nuevo comienzo… — Busca la felicidad, cumple el último deseo de Sasuke… —…un objetivo a largo plazo, pues sabía que Naruto desde ahora desconfiaría de las personas, por eso buscó estar solo— Sé feliz… por ambos… —…una razón aunque fuera falsa para mantenerlo con vida, porque su intuición al verle tan desecho no se equivocaba, alguien tan bueno como él no merecía acabar así y utilizaría el último recurso, al mismo Sasuke.

 

Naruto intentaba pensar…Caminando solo… ¿buscando lo imposible?...

…Solo yo…

No, no  olvidaría las muchas noches que compartieron en sus misiones, las discusiones, los reencuentros, las peleas, el día a día. Viviría por eso.

Y concluyó que su mundo futuro podía unirse al pasado, no, él no buscaría la felicidad.

Naruto luego de calmarse asintió lentamente.

—Shika…—ambos se separaron y el rubio volvió a contemplar la yukata negra. Se limpió el demacrado rostro y luego pasó las manos por sus sucios pantalones, serio admiró el amanecer y  susurró — Dime… de tus encuentros con… Sasuke…—Nara sonrió tristemente.

 

 

 

 

 

…No te olvidaré…

 

 

…Tus recuerdos serán mi felicidad…

 

 

…Y así….seguiré…

 

 

 

….Adelante por ti…

 

 

 

…Te lo prometo…

 

 

 

 

 

 

…Mi… perdido…am….

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Hola de nuevo!!!TERMINO AL FIN!!! SIII!!! no, no, no el fic, podría decir ¿la primera parte? ah, no importa, dejaremos Konoha y al pobre de Naruto con su problemas  y veremos a un zorro y sus... les dejo algunos dibujos ( si ya lo vieron pasen de largo, si no,y si les tienta la curiosidad hagan clik XDDD) Naruto y sasuke cap 4 baño1o.oen lapiz y baño2digital>-< y tambien: es el capu 14 D;, me falta el dibujo que alguien me pidió, no me acuerdo el nombre, supongo que el proximofinde lo subo.:D tambien estoy comenzando con el mismo nombre en Tumblr y me hice cuenta en wattpad (aunque en este ultimo subiré el fic cuando la historia está terminando, creo), bueno, no tengo más noticias, nos leemos en la proxima actualizacion, que de seguro no tendrá tantas hojas ( en word eran aprox 19) y espero no tardar mas de tres meses,jajaja!!(no se enojen que tengo ideas pero borro y reescribo y no quedo conforme y borro, ah, inspiracion ven a Mi.. ¡¡¡ besotes, gente!!!!:3


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