Naruto salió antes de su práctica con Iruka, tener que re-estudiar la historia de las diferentes naciones, así como sus gobiernos, repasar geografía, los nombres de actuales líderes, población, riquezas, etc, etc…,le daban ganas de correr hasta el Valle del Fin y tirar por el acantilado todos los pergaminos, romper en pedacitos los escritos y bailar y gritar como mono bajo una lluvia de papelitos. Fue un alivio para él, ya que sentía el nerviosismo a flor de piel de su maestro tratando de inculcarle lo que no pudo en la escuela, y esas clases extras al menos eran un poquito menos pesadas que las de Tsunade, la rubia lo tenía entre ceja y ceja con las cuestiones de papeleo, protocolo y dicción, aunque esto último a la exHokage no le importaba mucho, ya que al acabársele la paciencia era igual de bestia que él.
Sospechando que “nadie” lo esperaría, caminó directo a la torre del Hokage, supuso que sus amigos comenzaron a llegar, todos deberían pasar por allí y dejar sus informes y entonces el pasar de los días sería más entretenido, porque al menos en la última semana se le reducirían las clases, si, podría reunirse al fin y recordar anécdotas ninjas.
También necesitaba comentarle a Sasuke sobre el asunto de su casamiento, al plantearles al consejo sobre quien sería su padrino, los viejos se opusieron al principio alegando mala reputación y de verdad que si la tenía pero fue en el pasado, también creía que a cualquier arrepentido se le debe dar una oportunidad y un voto de confianza, por favor, si ellos no eran trigo limpio, pero como no se le podría probar nada caminaban con la frente en alto simulando ser los buenos ¿no era suficiente con mantenerlo vigilado día y noche?,¿para qué o con qué propósito? si no era una amenaza, y si algo salía mal siempre estaría él para llevarlo por el sendero correcto. Tuvo que remarla bastante con los argumentos para obtener la autorización, aunque pensándolo bien no necesitaba ningún papel, y de habérseles negado igual lo hubiera tenido a su lado en la ceremonia.
Suspiró, este asunto sí que trajo más de un dolor de cabeza, por suerte el jefe del clan Hyuuga no dijo nada sobre el asunto, aunque sí hizo una mueca desagradable, que por respeto a Hinata intentaría olvidar, ¡Por Kami-sama si era su casi hermano ahora y lo fue en el pasado!
Ahora se encontraba frente a la puerta de una oficina, miró a ambos lados y se percató del abrumador silencio. No había un alma, ¿Habría alguien por ahí? ¿O era que a estas horas el ajedreteo de los empleados era menor? Le restó importancia, recordó su idea de “formar equipo” son su excompañero. Sonrió y se alisó el chaleco. Ahora no se lo diría, se lo soltaría el mismo día de su anunciación. Eso sería realmente una gran sorpresa para todos.
—Sasuke…oi…—Golpeó suavemente un par de veces pero al no recibir respuesta abrió la puerta y adentró la cabeza silenciosamente —¿Hola…?— susurró, y se percató de que el secretario privado del Hokage estaba dormido y recostado en su asiento de brazos cruzados sobre el pecho y apoyando la cabeza en el respaldo casi cayéndosele hacia el hombro derecho, sus piernas también cruzadas sobre el escritorio, con pilas de informes que para su sorpresa estaban acomodados, caminó sigiloso hasta el escritorio y al levantar algunas hojas con sus dedos vio los sellos de firma en cada una. Contemplo el rostro con visibles ojeras,de improvisto se le pasó una idea por la cabeza,… ¿el teme tuvo a alguien mientras estuvo fuera?... Con lo bien parecido que es… pero la desechó rápidamente negando en su interior, mientras recorría la pálida cara concluyó que era imposible que Uchiha Sasuke se enamorara de nadie, era un ser reprimido en cuanto a cuestiones del “corazón” ya que en el pasado a pesar de tener para elegir a toda la batería poblacional femenina del mundo conocido de su rango de edad (y otras más) ni las miraba el desgraciado. Y estaba casi cien por ciento seguro que actualmente todo seguía igual….Qué tontería…
¿Quién pensaría que ese chico que dormía apaciblemente hace solo tres años atrás estaba queriendo matar a medio mundo en pos de la venganza?
Se puso a su lado y dispuesto a jugarle una broma, tomo un bolígrafo del lapicero y lo destapó, se agachó a la altura de la cara y apoyó la punta del boli sobre la mejilla izquierda, pero se detuvo, vio que el moreno abrió los labios secos, se relamió y movió su cabeza hacia el lado contrario de dónde estaba el rubio. Naruto le observó detenidamente, dejó el boli en la mesa y se acercó lentamente al oído del azabache
— Sasuuuke…oee~ — Murmuró cerca de su oreja.
Sasuke apenas movió los hombros en su asiento ausente de la realidad, Naruto sonrió y sin darse cuenta aspiró fuertemente el aroma de la piel……..¿dulce …? se quedó perdido en esa posición, algo dentro suyo comenzó a moverse……dulce…..dulce…dulce… elcerebro del futuro Hokage estaba casi en línea muerta repitiendo esa palabra, parpadeó un par de veces intentando volver en sí y sin poder evitarlo recorrió con la vista el cabello negro con reflejos azulados que terminaba en la base del cuello, parecían “taaan” sedosos que alargó su mano vendada llevada por curiosidad y acarició los mechones enredándolos entre los dedos.
—Mmmm… —el aludido se giró nuevamente quedando esta vez de cara al rubio quien puso distancia al instante. Naruto llevó la vista hasta arriba del mentón y sintió un cosquilleo en su boca que aumentó a tal punto de querer morder algo pero instantáneamente tensó la mandíbula, sintió la respiración acompasada y por instinto clavó su vista hacia la rosada boca semientreabierta. …Sasuke es más bonito de cerca…
De un momento a otro olvidó para que había ido, solo sentía calidez: se encontraba rozando sus labios sobre los contrarios, con los brazos flexionados sobre los costados de la silla, una corriente similar al chidori le atravesó por completo todo el cuerpo El toque lo sintió tan sublime que creyó dejar escapar una lágrima de felicidad.
Eso, eso era el paraíso. Y lo había encontrado.
—Uhmm…—Sasuke dio un manotazo al aire que el ojicielo esquivó alejándose un par de pasos hacia atrás casi tropezándose,al instante perdió esa ardiente impresión y un frio vacío lo reemplazó, se dio cuenta que su respiración era acelerada y que su corazón bombeaba tan rápido que todo el palpito golpeaba en su cabeza, incluso se percató de que sus manos le temblaban, y algo “ahí” abajo hormigueaba, se negaba a entender qué fue todo eso, es decir: “casi” besó a su mejor amigo, su semi-hermano, sintió sus mejillas arder, a su mente le llegó aquel bochornoso accidente en la academia…no, nada que ver…. esto fue…
...Perfecto...
Se enderezó como resorte… ¡¿Qué me sucede?! …gritó mentalmente, abrió los ojos a más no poder y caminó hacia atrás aturdido y jalándose el corto cabello dorado con ambas manos chocando contra la pared de la oficina, respiraba por la boca tratando de calmarse, y en ese momento lo percibió, recordó que algo antes se movió dentro de su ser, como un gusano rompiendo en partes a su raciocinio, eso que lo llevó a realizar esas acciones sin sentido,no, algo realmente estaba mal, muy mal en él, o eso creyó.
Sin tener real conciencia, la punta del iceberg de su “problema” estaba emergiendo.
Sasuke se desperezó alzando ambos brazos y se estiró felinamente, luego de frotarse los ojos miró a su alrededor bajando los pies del escritorio —Qué extraño…— dijo a la nada, pues notó que el boli estaba en la mesa y no en el lapicero como recordaba haberlo dejado. Alguien estuvo allí y no se dio cuenta. Frunció las finas cejas negras, la próxima vez cerraría con llave.
El día daba paso a la noche, algunos aldeanos hacían las últimas compras y otros volvían de sus jornadas, sin contar con los turistas que fisgoneaban la hora esperando algún espectáculo. Naruto caminaba perdidamente abrumado entre el gentío que al parecer no lo notaban sumidos en sus propias vidas. Luego de vagar sin rumbo por un buen rato sus pies se detuvieron y al alzar la vista puso cara de circunstancias ya que se encontraba parado en frente de la residencia Uchiha. Volteó para volverse sobre sus pasos.
—¿Naruto?—el aludido giró la cara sobre su hombro y vio a una rubia en la puerta de entrada.
—¿I-ino? ¿Ho-ola..?
—Eheem jejeje…, no pensé encontrarte aquí…—La rubia kunoichi vestía una remera corta y un larga falda, ambas de color violeta, salió a la calle cerrando antes la puerta de la entrada y pasó a su lado dando un par de saltitos alegres con sus manos tomadas detrás de su cadera descubierta, Naruto la observó detenidamente, sabía que algo ocultaba y la manera de moverse de ella lo delataba. Además ¿qué hacia dentro de la vivienda del Uchiha? Abrió la boca pero la de coleta dorada se le adelantó.
— ¡Nos vemos Naruto!—Y saltó a uno de los amplios tejados de los edificios abandonados desapareciendo al instante.
Naruto se quedó congelado con el brazo apenas extendido queriendo retener a…a nada, la rubia ya no estaba y se encontraba solo junto con la estela de tierra que ella dejó al impulsarse. Se rascó la cabeza algo contrariado y notó que la puerta no estaba realmente cerrada, así que dispuesto a hacerlo como buen ciudadano se acercó y al tomar el picaporte escuchó algunas voces lejanas, se extrañó por eso y se adentró a la residencia con pasos cautelosos ocultando su chakra.
Llegó hasta la sala de estar y oyó gritos femeninos que lo pusieron nervioso, ya que conocía la voz de la persona.
—… ¡¿Eres retrasado?! ¡Ensuciaras todo con tus sandalias!
— ¡¿Cómo quieres que deje estos tomates en la mesa si no puedo entrar?!
— ¡Dámelos!
— ¡Ja! ¡Si estas igual de mugrosa que yo!
No muy lejos se oía a Juugo que sugería quitarse las sandalias para no dejar barro en la cocina, o que se podía limpiar el piso, pues no era de cristal, pero era obviamente ignorado por el par.
¿Qué hacer?, no debería estar allí, pero… ¿por qué estaba ESE grupito aquí?.... Rodeó la habitación de la cocina y caminó hacia otro pasillo que daba al jardín y pudo observar que las plantas que antes cubrían gran parte del terreno ya no estaban, solo había tierra removida, caminó hacia afuera asombrándose por lo desolado que quedó el lugar, vio los restos de las plantas tiradas para secar en un rincón formando una pequeña montaña, de inmediato se dio cuenta de lo que hizo, delatarse, se giró para entrar nuevamente a la casa pero casi choca con Juugo que estaba parado frente a él y lo miraba expectante.
— Naruto –san, no lo había visto…—El rubio algo tenso dio unos pasos hacia atrás, su torpeza le ganó.El grandulón con su seriedad imponía respeto y de alguna forma las palabras en las que le habló fueron algo reprobatorias, como que no le alegraba que estuviera allí, pero el Uzumaki no se dejó intimidar por aquel semblante
—Eeeeh, jejeje, hola…ehm ¿Juugo?—le apuntó con el dedo índice derecho tratando de ser agradable, el pelinaranja asintió.
— ¿La señorita Ino –san le dejó pasar?
—Pues….,eeh… claro, Ino… Inoooo…¡Ino fue-ttebayo!¡Jajaja!—se rascó la nuca, pero al ver que el otro chico estaba serio dejó de reírse y optó por imitarlo.
—….
—….
— ¿Algún recado para Sasuke-sama?—Sí, parecía que no le quería allí, ya lo estaba echando sin decirlo… ¿qué hago-ttebayo?...
Sabaku no Gaara apoyaba el último informe firmado en una pila de papeles, el cansancio en sus ojos era evidente pero al fin tendría un dia libre de las presiones de oficina para disfrutar del calor de Suna durmiendo….como si realmente pudiera…Se masajeó la frente y se levantó lentamente de su asiento, acomodó su capa de Kage sobre sus hombros y tomando el sombrero ceremonial sin ponérselo, se encaminó a la puerta, la abrió y asomó lentamente su cabeza del despacho mirando a ambos lados, contuvo la respiración, hoy quería estar solo de sus hermanos y camaradas, los anbus custodios no importaban, suspiró y salió cerrando con llave arrastrando los pies hacia la salida. A pesar de verse tranquilo por fuera en su interior una batalla de conciencia estaba dándose desde el día en que Shukaku le comunicó que pretendía marcharse con o sin su consentimiento.
El día en que se enteró de propia boca de su bijuu, también supo algo más.
—Uhmm…—Asintió nuevamente ante la decisión de su bijuu, no había que meditarlo mucho, pues estaba de acuerdo con que se merecía un largo momento de tranquilidad. Y en cuanto al Uchiha…
—OYE, QUIERO VERLO ¿CUÁNDO PIENSAS VOLVER A KONOHAGAKURE NO SATO? —el joven Kazekage levantó la parte en donde debería haber una ceja un poco incrédulo por lo dicho.
—…NI QUE FUERA A COMER TRAIDORES, AUNQUE SERIA BUENO PROBAR EL SABOR DE SU SANGRE MALDITA…—Gaara arrugó la frente y sin cambiar de voz le respondió:
—Creo que no será posible, ya que según sé por el Hokage, parte a un viaje que le tomara un tiempo.
—PUES MANTENTE INFORMADO DE SU LLEGADA A LA ALDEA, CUANDO REGRESE QUIERO VERLO. —El pelirrojo, volvió a mirarlo, ¿tan importante era el Uchiha?¿No podría hacerlo otro? Oh, bien, no sería nada fácil convencer a quien pueda prestarse como contenedor. Tal vez la personalidad algo oscura de ese chico similar a la que fue él en el pasado sea lo que buscaba el bijuu, tampoco se iba a quemar las pestañas profundizando en la razón, ya tenía suficiente con no tener las cejas. Levantó lentamente los hombros como restándole importancia al asunto, sin embargo, ese chico Uchiha le llamó la atención desde la primera vez que se encontraron, ladeo la cabeza y recordó la vez que le vio en tan mal estado: fue en aquella camilla de una carpa improvisada lleno de vendas y dormido por el cansancio y la ingesta de medicamentos para apaciguar el dolor de la batalla y del brazo izquierdo cercenado, quería verificar que aun respiraba, pues a simple vista estaba hecho un cadáver, se agachó a la altura de la cara dándole una mirada importante, comprobando los dichos de la Mizukage, a pesar de los parches y curitas, si, en verdad era un hombre bastante hermo—¿ME OYES?
Se coloreo completamente y agachó la cabeza para que el un colas en su interior no notara su aturdimiento —¿Eh?... Uhmm…— qué raro pensar en el Uchiha y su cara de porcelana amoratada por la pelea contra Naruto, en vez de prestar atención a su alrededor, se llevó una mano al cuello y se lo refregó tratando de destensarse por lo anterior.
—Supongo… que se podría arreglar.
—NECESITO HABLAR CON KURAMA. —Gaara quedó pensativo. Ah, la curiosidad esta vez fue más fuerte, Naruto atraía a todos por su personalidad generosa y abierta y ¿el Uchiha?, siempre tuvo gente a su alrededor porque...¿Por qué?...se preguntó mentalmente.
— ¿Por qué Uchiha?
—SIMPLE, SERÁ UTIL. —Le creería sino fuera que al decirlas la lengua del un colas se deslizaba lentamente por las comisuras y luego hacía una mueca de una manera un tanto rara imitando a una sonrisa. Pero por el momento prefirió callar y esperar a que se den las cosas.
El problema no era dejarlo libre, era el hecho de que su bijuu aun quería al Uchiha como contenedor para emprender su ”huida”, la pregunta del millón era si el ninja renegado estaría de acuerdo con esa petición, aunque desde el día que se reencontraron los bijuus, cuando fue de visita a Konoha ya hace más de dos años, casi podría apostar todo el territorio de su aldea a que el Kyuubi amenazó al Ichibi con que sabe qué, ya estaba cansado de oír los lamentos y largos suspiros que creía él que eran de resignación de la bestia, hasta parecía un alma en pena, supuso que el nueve colas ganó la discusión o algo así …bijuu llorón…. Solo quería dormir un par de horas sin esos ruiditos incomodos, luego preparar el viaje a la aldea como invitado para las celebraciones y volver a ver a su primer amigo convertirse en lo que siempre soñó, también si podía hablar sobre eso con el Uchiha, …convencerlo …pffff,… tal vez ya estuviera enterado aunque no creía que aceptara, desde que fue notificado de su vuelta a la aldea y en una de sus visitas ambos habían hablado un par de veces sin tocar el tema y realmente le notó cambiado, más comunicativo al menos con él, y eso le agradó…¿qué clase de presente sería bueno para Uchiha?...
¡Tuk-tuk-tuk-tuk!
Se golpeó la cabeza contra la pared de los corredores,… ¡Baka-baka-baka!, ¡el regalo es para el casamiento de Naruto!…dejó salir el aire de sus pulmones y luego se masajeó la frente adolorido, sin duda dormir mal todo este tiempo y los ya incontables insomnios le estaban cobrando facturas, pensaba seriamente en ofrecerse él mismo en acompañar a su bijuu a tierras desconocidas para dejar aguantar los gemidos lastimeros y al fin dormir tranquilo y sobre todo dejar de pensar en cosas absurdas…