Sasuke abrió los ojos de sorprendido y sintió algo de calor en sus mejillas, y se quedó allí, petrificado ante las palabras y esa extraña mirada azul.
Naruto al instante lo soltó y se echó a reír, rascándose la nuca, el azabache parpadeó varias veces totalmente desconcertado. ¡¿Qué rayos fue eso?!
— ¿Qué…?
—¡BROMAS, BROMAS!¡ JAJAJAJAJA!— En un rápido movimiento se le tiró encima y lo abrazó fuertemente casi sin dejarle respirar.— ¡Gracias Sasuke por la idea y ser mi padrino-dattebayo! ¡Jajaja! —no cayeron al suelo porque la espalda de Sasuke tocó el paredón de la calle.
— ¡Naruto no te pases! —éste comenzó a forcejear para alejarse del ojiazul que reía bobamente.
El rubio se separó de inmediato y le tomó de los hombros, lo miró con su mejor sonrisa y de improvisto le dio un sonoro beso en la mejilla derecha haciendo que Sasuke quedara de nuevo en total sorpresa por la acción.
— ¡Nos vemos, hasta mañana! —Y tras decir aquello se separó, saltó a un techo aledaño y desapareció rápidamente.
Sasuke permaneció quieto por unos minutos. Cualquiera que pasara por allí vería una hermosa estatua del último de los Uchihas con cara de desconcierto. Lentamente llevó su mano hacia su cara, se tocó y sintió que ardía. Cerró los ojos con fuerza: Maldito ninja haciendo gala de su hobbie de sorprender a la gente, miro a su alrededor con un cierto temor y comprobó que no había nadie. Suspiró y tratando de calmarse comenzó a caminar nuevamente a su hogar con el rostro ensombrecido.
Solo fue una muestra de su atípico cariño, nada importante. Aunque se lo repitiera mentalmente durante todo el trayecto a su hogar, su corazón latía más rápido de lo normal.
Naruto saltaba los techos velozmente con una sonrisa que adornaba su rostro, se permitió cerrar los ojos rememorando su audacia, aunque lo anterior no lo comprendió del todo, ¿Por qué su cuerpo se movió solo impidiéndole marchar?¿ Y eso que se le escapó de sus labios? Negó suavemente, algo estaba mal con él pero lograría controlarlo, ya bastante vergüenza tuvo con inventar una pobre excusa, a pesar de lo ocurrido tenía que aceptar que logró que la habitual seriedad de Sasuke cambiara totalmente. ¡Jaja lo sorprendí-ttebayo! , y por ese recuerdo olvidó todo lo relacionado a su futuro, eso incluía estar en esos momentos reuniéndose con su novia. Solo quería sentir al viento rozar su cara.
…Tan suave como su piel… — ¿Ugh?—sacudió su cabeza de lado a lado confundido por dicho pensamiento y al hacerlo sus movimientos se descoordinaron, hizo un mal paso y casi tropieza con una canaleta pero rápidamente abrió sus piernas y logró impulsarse tocando el tejado de otro edificio.
Hinata paseaba por las tiendas de la aldea abstraída en sus pensamientos,vestida de remera gris sin mangas con una gran faja en su cintura que le acentuaba la figura, pantalón corto, largas medias oscuras más botas altas del mismo color, cargaba una bolsa con envases de ramen y verduras, le pareció un poco raro no encontrar a Naruto a la salida de la oficina donde estaba estudiando con uno de los consejeros, se suponía que iría con ella a comprar la cena, para festejar juntos el futuro casamiento y quizás hablar sobre la fecha, se ruborizó al recordar su tan osada hazaña, una vez más logro un paso más hacia su felicidad con la persona que amaba. Suspiró, si tuviera más determinación, si fuera más centrada, si tuviera más confianza, si hubiera un jutsu en el que pudiera quitarse esa cobardía de raíz, hace tiempo sería feliz, las cosas se harían más rápido pero no…tuvo que esperar pacientemente tres años una respuesta, agradecía a ese chico Toneri, y el gran problema que generó, pero ahora se sentía avergonzada de pensar que no fue Naruto el que se lo pidiera, de seguir así quizás no sabía cuándo el rubio se animaría. Entre ella y su timidez y el despiste de Naruto…seguro llegarían a viejos cuando el ojiazul le hiciera la pregunta.
Aun así se alegraba de estar en esa nueva posición. Pronto seria la esposa del séptimo Hokage y en el futuro tendrían hijos, al instante sus mejillas se tiñeron de un fuerte rojo al pensar en eso, se llevó una mano a su caliente cara, algunos aldeanos la vieron y murmuraron, ella les miró de reojo y ocultó su rostro entre sus flequillos, caminó más apresurada en dirección a otra tienda de comida. Su nerviosismo apareció como por arte de magia, su intuición le decía que hasta que no estuviera casada esa sensación de inseguridad no se esfumaría. Por eso hizo la pregunta, quizás fue muy pronto, aun ni vivían juntos, pero pensar en los tres años esperando una respuesta a su declaración ya era demasiado.
El pálpito en su corazón que a veces tenia, sentir ese esporádico miedo irracional no justificado…. ¿Por qué tuvo esa ligera molestia cuando Uchiha Sasuke regresó? sacudió la cabeza un par de veces a fin de despejarse de esas ideas que pronto serian irrelevantes, ya no quería seguir pensando en eso.
Alzó su perlada vista y vio un destello naranja cruzar entre techo y techo. —¡Na-Naruto-k..! —Apenas pudo terminar la frase, sin embargo la mancha naranja siguió su camino perdiéndose entre los coloridos tejados de los edificios.
Hatake Kakashi estaba recostado en su mullido asiento en su gran oficina, viendo sin ver aburrido y con cierta amargura los últimos papeles que debía firmar, añorando los días cuando solo era un simple sensei con mucho tiempo libre para disfrutar de sus libros pervertidos.
— ¿ABURRIDO HOKAGE?
— ¡Aah! —Saltó de su tan cómoda posición.
— ¡Casi me das un infarto, ya no estoy tan joven, maldición! —aunque lo que dijo no era cierto, si se sorprendió, se giró a la ventana donde él lo observaba sonriendo y mostrando sus blancos y amenazantes dientes, su cuerpo bastante diferente para uno simple de su especie, era tan grande como un león.
—SI, SI, POBRE EXCUSA… PERO SI VES UNO DE ESAS COSAS QUE TE GUSTAN NO DUDAS EN SALTAR POR LA VENTANA PARA CONSEGUIRLO, ¿NO? JUJUJU…
Kakashi lo miró entrecerrando los ojos, el muy malnacido ocultó su chakra otra vez, sospechaba el porqué estaba ese ser sentado en su ventana, pero igual preguntaría:
— ¿A qué se debe el honor de tu visita?
— ¿LO OLVIDASTE HOKAGE?…PARA ALGUNAS COSAS SI ESTAS VIEJO— El peligris lo miró feo pero el otro no se inmutó.
El sexto suspiró cansadamente—… Da dolor de cabeza el solo mencionarlo…
— TODO POR LO GENERAL ESTÁ MARCHANDO MUY BIEN... —Kakashi asintió algo inquieto, sabía lo que se venía y quiso atrasarlo.
—Pero…
— ¿AUN? — Hizo una mueca tras la máscara por la pregunta.
—…Si, aun en la aldea. Trabaja en las oficinas en administración y realiza tareas diplomáticas ya que trajo información importante respecto de los lugares en donde estuvo.
El otro cambió su semblante serio a uno aún más animado. —EXCELENTE.
— Sabes lo que dirá Naruto.
—JUJUJU…ME LO VA A AGRADECER TARDE O TEMPRANO.
Kakashi lo miraba sonreír socarramente mientras se desvanecía dejando una estela de color naranja, recordó el día que sucedió aquello:
—HATAKE KAKASHI.
— ¡Aaah!
— ¡MALDICIÓN! ¡NO GRITES QUE RETUMBA EN TODO EL LUGAR!…YA BASTANTE TENGO CON LOS CHILLIDOS DEL MOCOSO IDIOTA—Lo dijo gruñendo.
— ¿Qué…? ¿Kyuubi? —El peligris miró asombrado a su alrededor percatándose que se encontraba al frente de la jaula, la cual estaba abierta, vio que el sello estaba roto y al nueve colas acostado delante de él con un aire cansado.
—EL MISMO. Y SI, ESTÁS DENTRO DE NARUTO, PERO AHORA QUE EL SELLO ESTÁ ROTO PUEDO MOVERME A DONDE SEA, HACER LO QUE QUIERA CUANDO QUIERA, Y ESO EL CHICO NO LO SABE.
— ¿Entonces ya no te controla? Eso es…
— LO QUE SUCEDIÓ ANTES FUE UN ACUERDO MUTUO DE SUPERVIVENCIA, PERO CALLA Y ESCUCHA, YO DORMIRÉ PARA DESCANSAR DE TODO ESTO POR UN CORTO TIEMPO, PERO ANTES QUIERO QUE HAGAS ALGO, HAS UN SELLO FALSO SOBRE EL MOCOSO…
— ¡¿Eh?!¡¿Qué pretendes?!—Kakashi se tensó, aun no procesaba de anterior.
—DÉJAME TERMINAR…DESDE QUE ESTE CHICO NACIÓ HA TENIDO QUE SOPORTAR EL DESPRECIO DE LA GENTE, Y ESTOY SEGURO QUE AHORA VALORAN MÁS SU DETERMINACIÓN, INCLUSO SU FUERZA ES SUPERIOR A MUCHOS NINJAS DE ELITE, PERO ESO NO QUITA QUE SIGA SIENDO UN JINCHUURIKI, Y ESO, AMENAZA LA PAZ DE ESTA TONTA ALDEA. AUNQUE PASE EL TIEMPO, SIEMPRE HABRÁ UN MOTIVO PARA ATACAR O ALGUIEN RESENTIDO O EN BUSCA DE PODER. ESTÁ EN LA NATURALEZA DE LOS HUMANOS.
Kakashi meditaba las palabras frías pero con razón del Kyuubi. Lo que decía era muy cierto.
— POR ESO HE DECIDIDO ABANDONAR A MI JINCHUURIKI. COMO SABES NO CREO QUE A NADIE LE GUSTE VER A UN ZORRO DE MÁS DE DIEZ METROS PASEANDO AHI, MI CHAKRA ES MUY GRANDE Y PUEDO OCULTARLO SOLO POR UN CORTO PERIODO DE TIEMPO, PERO ESTAR DENTRO DE UN HUMANO ES DIFERENTE, TOMARÉ A OTRO TEMPORALMENTE PARA DESAPARECER DEL MUNDO. EL SELLO FALSO ES SOLO PARA APARENTAR ANTE LOS DEMÁS QUE EL MOCOSO AÚN TIENE DOMINIO SOBRE MÍ. CUANDO LLEGUE EL MOMENTO ME ENCARGARÉ DE NARUTO, Y ÉL SERÁ ENTONCES PROCLAMADO HOKAGE Y TENDRÁ LO QUE SIEMPRE QUISO, LA APROBACIÓN COMPLETA DE LA GENTE.
—No, no, eso es imposible, la extracción de un Bijuu provocaría la muerte de…
— EL SELLO EN SÍ ERA EL IMPEDIMENTO QUE ATABA LA VIDA DE LOS CONTENEDORES A LOS BIJUUS, PERO AHORA... ¿CÓMO CREES QUE PUDE TRAERTE AQUÍ SIN QUE EL MOCOSO NO LO SEPA? ÉL ESTÁ CONSCIENTE Y MÍRALO, HABLANDO CON LOS OTROS DOS, NO SABE QUE ESTAS PARADO DENTRO DE ÉL. SI ESTUVIERA EN CONDICIONES PODRÍA IRME PERO LUEGO MEDIO MUNDO SENTIRÍA MI CHAKRA, ADEMÁS ESTOY TAN CANSADO QUE PREFIERO DORMIR UN TIEMPO.
— ¿Entonces lo que dices es que quieres liberar a Naruto de su responsabilidad y dárselo a otro, todo por su bien?—Kakashi no sabía si dudar de la “sinceridad” del nueve colas.
— Y QUE DEJEN DE UTILIZARME COMO ARMA, SER LIBRE. —Kakashi cerró los ojos y creyó que era una mala idea, Kyuubi tenía razón: es un arma y una muy buena. Naruto logró ser su compañero y dejar que se marche de alguna forma debilitaría a la aldea. Además si se marcha ¿qué garantiza que no sea capturado por otros que desean el poder? Pero también está el deseo de Naruto de ser Hokage, algo que…
—No puedo hacer eso porque Naruto será Hokage contigo. Al igual que ese chico Gaara, que tiene a su bijuu y ha sido aceptado, Naruto también lo será, estoy seguro.
—SE DEBERÍA EXTERMINAR UNA O DOS GENERACIONES PARA QUE AL MENOS SE OLVIDEN DE LO OCURRIDO HACE DIECISÉIS AÑOS ATRÁS, AQUÍ O SON RENCOROSOS O SON ABDULADORES —Kakashi frunció las cejas —Y SI SUCEDE LO QUE DICES, Y SI LLEGAN A ACEPTARLO, LUEGO DE NARUTO, ¿QUÉ?, OTRO CONDENADO JINCHUURIKI QUE DEBERÁ SER PROTEGIDO HASTA QUE PUEDA CONTROLARME… LA DEBILIDAD SE MOSTRARÁ, YA PASÓ ANTES, NO HAY SEGURIDAD, NUNCA LO HABRÁ.
El peligris bufó ante tales palabras y se cruzó de brazos aun tenso por la situación.
— ¿Y marchándote crees que si?
— LA ALDEA YA NO SERÁ UN OBJETIVO. SOY EL MÁS FUERTE DE LOS BIJUUS. MIS HERMANOS TAMBIÉN ESTÁN DE ACUERDO Y AL IGUAL QUE YO, PRONTO ABANDONARAN, SINO NO LO HAN HECHO YA, A SUS COMPAÑEROS. LOS CONTENEDORES TEMPORARIOS SERÁN SOLO HASTA QUE NADIE SEPA DÓNDE ESTEMOS. MIS HERMANOS LO HARAN A SU MANERA, YO TENGO LA MIA, Y ASÍ RETORNAREMOS A LA NATURALEZA, COMO DEBE SER.
—La idea de tomar un cuerpo prestado para marcharte sin perjudicar a Naruto es buena, pero… ¿no has pensado que aquel que tomes sabrá tu ubicación?, esa persona estará luego en peligro. Además los del consejo sospecharan y los buscaran…
— HE PENSADO EN ESO, Y POR ESA RAZÓN QUIERO QUE ME AYUDES.
Kakashi suspiró pesadamente, se frotó la frente con frustración, un sentimiento de amargura se apoderó dentro de él, en cierta manera el nueve colas tenía razón, siempre va a pasar algo que ponga en peligro no solo a Naruto sino también a los que lo rodean, la partida del Kyuubi garantizaría al menos la paz a largo plazo, y estaba seguro que los bijuus se irían al otro lado del mundo con tal de no volver a ser usados jamás por intereses mundanos y egoístas. A pesar de que Naruto los podría controlar al igual que Sasuke, si algo les llegara a suceder a alguno de los dos, o si de nuevo el peligro acechara por culpa del dominio de los bijuus, las vidas en la aldea se perderían otra vez y la confianza ganada se iría directamente al caño. Miró al trio que seguía allí sin percatarse de lo que sucedía, el problema no solo sería el consejo, o los otros kages que no estarían dispuestos a dejar ir a sus queridas mascotas, o quizás la misma gente que creen que teniendo a un bijuu estarían a salvo a pesar de ser demonios casi incontrolables, sino también lo que pensaría el propio Naruto, porque estaba casi seguro que alguien cercano estaría implicado en los planes del zorro. Habría que prepararse y se aseguraría que todo salga bien, cubrir todos los puntos débiles de esta empresa. Volvió a mirar al trio.
—Está bien, entiendo tu punto… explica…
Hatake Kakashi suspiró con pesar y se recostó en su ya no tan cómodo asiento apoyando las manos entrelazadas sobre su estómago, miró a su alrededor, el despacho le pareció pequeño, pensó que nunca debió volver a aceptar el puesto de Hokage, hizo una mueca de desagrado añorando los días en que solo era un simple sensei y ese tipo de preocupaciones lo tenía otro.
Llegar, ir directo al baño, abrir el botiquín y sacar la bolsa llena de blísteres y frascos para hacer un conteo de los medicamentos no era la mejor alternativa para completar su día pero sin duda era necesaria, quería dejar de pensar, cerró con desgano la puertilla del mueble cuyo espejo empotrado le devolvió un rostro cansado y frustrado, se acercó lentamente a su reflejo y se observó con detenimiento, movió la cabeza quedando casi de perfil, luego hizo lo mismo para el otro lado pero sus largos mechones negros le impedían ver al completo y volvió a plantarse de frente suavizando su mirada.
“… ¿Sabes? Tu cara es cada vez más bonita de cerca…”
Levantó las comisuras hacia arriba, mostró sus blancos dientes. Hizo una sonrisa.
“…más bonita de cerca…”
Se acarició la mejilla, ahí donde Naruto le dejó la marca de “su amistad”. Golpeó con su frente el espejo, esa sonrisa ahora no era más que una tonta mueca… ¿no ves… que reflejaba su interior….que me dejas vacío…? agachó la cabeza intentando ocultar los aguados ojos,…¡basta!, se prometió olvidar, golpeó el lavamanos con el puño derecho...seguir, seguir sin ti…, me lo prometí,—… por mi...— se dijo a sí mismo en un débil susurro.
Pero para eso debía ser fuerte, negó moviendo apenas su rostro de lado a lado ya no parezco ser yo…tengo que ser aún más fuerte, se recriminó triste, entonces aspiró y elevó la vista, se centró en el solitario ojo oscuro del reflejo en el espejo, rearmó la coraza de fría indiferencia de antaño, apretó sus manos en el borde del lavamanos y soltó con valor las palabras junto con el aire contenido.
—Pero lo lograré.