Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sólo un sorbo de leche por Lemonie

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Son veinte para las cuatro de la madrugada y yo aquí terminando de escribir :'D La inspiración llegó un poco tarde pero bueh, espero que lo disfruten, 

 

Como casi siempre, un myungjong u v u<3

En la habitación de ambos se respiraba la tranquilidad. Los dos chicos se habían ido a la cama cansados luego de un día de extenuante trabajo que no les había dejado con la más mínima pizca de energía.


 


Bueno, eso era lo que creían ambos.


 


El chico de cabellos castaños se removió ligeramente antes de abrir con levedad sus ojos, cayendo en cuenta que aún era de noche. Con torpeza, comenzó a mover a quien estaba a un lado de él, siendo suave en un principio al igual que pausado para luego pasar a ser constante, tan insoportable que Myungsoo no tuvo otra opción más que despertar.


 


— Sungjong… Son… —Hizo una pausa mirando el reloj sobre la mesita de noche-. Son las tres de la madrugada, ¿Qué te ocurre?


 


— Tengo sed… —Le respondió en un susurro, colocando la cara más inocente y persuasiva que pudo hacer en esos momentos


 


— Pues ve a beber agua —Espetó el pelinegro, un tanto enfadado por haber interrumpido su sueño para escuchar una excusa como esa por parte del menor.


 


— ¡No! Quiero leche, ve a buscar ahora —Le ordenó el castaño, empujándole un par de veces para que este le escuchase, cosa que contra todo pronóstico, logró.


 


— ¿Si voy te dormirás? —Preguntó cabreado, con el ceño fruncido mientras que Sungjong sólo se limitaba a asentir repetidamente sonriendo. Esa expresión derretía de cierta forma a Myungsoo, pero no le hizo correr a la cocina precisamente; caminó lentamente, casi como si tuviese todo el tiempo del mundo. Al estar en la cocina, buscó una de las botellas de leche de tamaño mediano que solía tomar el menor de vez en cuando.


 


Al sacar la botellita la observó con cierto odio, como si fuese la culpable de todos sus males—: Más vale que con esto duerma de una vez  —Pensó retomando nuevamente el camino hacia la habitación, encontrándose con un Sungjong bastante despierto y chispeante.


 


— Aquí está, ahora duerme y déjame dormir… Estoy tan cansado como tú —Le entregó la botellita la cual el menor recibió y miró de soslayo, como si no supiera lo que era aquel líquido. Hizo una mueca y la dejó de lado, a un lado de la cama.


 


— Está muy fría —Comenzó a regañar cuando Myungsoo intentaba meterse bajo la cobijas, lo cual quien había hablado por última vez, no permitió—. Además… Se me antojó otra cosa.


 


— ¿Qué quieres ahora? —Alzó una ceja, incorporándose al notar que el chico no le dejaría seguir durmiendo—. ¿Quieres que vaya a calentarla acaso? Sungjong ve tú yo-


 


— Myungsoo~ deja de ser tan gruñón —Con un tono sospechosamente aterciopelado se acercó a su pareja con una sonrisa casi permanente—… Además, lo que quiero no tienes que ir a buscarlo, yo lo haré —Hizo una breve pausa y cuando estuvo sentado a horcajadas sobre el contrario le dedicó una traviesa mirada y prosiguió—. Quiero lo tuyo ahora, Myungsoo.


 


No tenía idea de cómo el menor podía decir tan sólo una frase para hacerle olvidar el sueño y el cansancio, sin mencionar el pequeño detalle de aumentar un poco la temperatura del ambiente.


 


— Sungjong…


 


— Nada de peros. Aquí y ahora. Anda, tengo sed. —Le recalcó sin darle opción a negarse y no es que el chico quisiese hacerlo de todas formas.


 


Las palabras desde ese punto ya no fueron necesarias. El menor tomó los labios de su pareja con los suyos en un beso apasionado y tan rápido que a Myungsoo no le quedó otra opción más que corresponder, quedándose sin aliento en el acto. Los brazos del pelinegro habían tomado de forma firme la cintura del menor así como Sungjong se había aferrado a su cuello como si su vida dependiera de ello. Los suspiros provenientes de sus bocas no se hicieron esperar al igual que el juego que sus lenguas comenzaron a entablar de una forma casi magnética, tan necesaria que cualquier segundo la una sin la otra resultaba una tremenda pérdida.


 


La boca del pelinegro poco a poco había comenzado a abandonar aquellos gruesos labios que tanto disfrutaba besar para probar su cuello, olvidando, con su sabor, todo el estrés que había acumulado esos últimos días. Mordisqueó y succionó su nívea piel con claras intenciones de marcarle como suyo además de demostrarle que también se encontraba sediento de su pequeño maknae.


— ¿No que estabas sediento? —Preguntó luego de lograr que Sungjong jadeara con levedad por sus deseos y por sus manos que habían comenzado a masajear su bien formado trasero. El menor le sonrió, olvidando completamente que había estado a merced de sus caricias.


 


— Calma…–Atrevido, una imagen que nunca mostraba en público, así era en la intimidad. Sus miradas se conectaron mientras el castaño dejaba que una de sus manos bajase desde el cuello hasta la entrepierna del mayor, quien de inmediato suspiró debido a ese cambio un tanto repentino—. ¿Quieres que te pruebe de inmediato? —Preguntó alzando una ceja mientras que su voz se tornaba un poco más ronca, bastante más sensual en la opinión del mayor entretanto su mano volvía a subir, ubicándose en su cuello nuevamente. Este último no supo que responder porque nuevamente se vio sorprendido por los labios de Sungjong que le besaron con lentitud, casi intentándole seducir a cada roce que era ejecutado a destiempo y con delicadeza, muy distinto a lo que esperaba él.


 


Las manos de Myungsoo no pasaron mucho tiempo inmóviles ya que se enfocaron e buscar los bordes de la playera de su pareja, los cuales una vez pudo sostener, comenzó a subir sin desaprovechar la oportunidad de acariciar su tersa piel. Pudo sentir cómo el menor sonreía contra sus labios y se detenía por un momento para mover su cuerpo sobre el del moreno, generando más roce y un delicioso contacto entre sus entrepiernas. La temperatura definitivamente estaba subiendo.


 


Sungjong alzó sus brazos, abandonando con pesar el cuello de su amante para que el otro pudiese quitar por fin la playera. Luego de ello, sus labios continuaron provocándose cada vez con más pasión y brusquedad; entre mordidas y lamidas que iban impregnadas de lujuria y adrenalina. Los jadeos del menor pronto hicieron acto de presencia y Myungsoo tembló por escuchar a su menor de esa forma tan poco inocente que no siempre tenía el privilegio de disfrutar. Las inquietas manos de Myungsoo recorrieron la cintura ajena una y otra vez sin descanso mientras descendían cada vez más hasta llegar al inicio de su ropa interior. El amante del negro tenía todas las intenciones de provocarle, pero se vio sorprendido cuando Sungjong le apartó la mano al separarse y sonreírle con malicia.


 


— No tan rápido —Advirtió el castaño que de un momento a otro hizo notoria la presencia de ambos al hacerse lugar entre las piernas de su pareja esta vez—. Aún estoy sediento —Sentenció aún con esa sonrisa enmarcada en sus carnosos y levemente hinchados labios.


 


Lo único en lo que podía pensar el mayor en esos momentos era en como su pareja había bajado lentamente mientras que sus manos se encargaban de deshacerse de su ropa interior. Las delgadas manos del menor acariciaron la entrepierna con fingida timidez que pronto se vio extinguida por una calidez abrumadora que rodeó su palpitante erección. El pelinegro cerró los ojos por un momento pero luego, la curiosidad le había ganado a pesar de saber muy bien lo que estaba pasando. Relamió sus labios de sólo ver cómo Sungjong recorría su longitud con su lengua, dejando tenues lamidas en un principio para después succionarle con toda su cavidad bucal su miembro. Myungsoo echó su rostro hacia atrás pero por alguna razón esa agradable sensación se detuvo por lo que se vio obligado a mirar al menor con una expresión interrogante y pesados suspiros escapándose a través de sus pares.


 


— Hey, mírame —Exigió con un tono juguetón el castaño que sostenía la base de su entrepierna. Al ver como éste asentía, el de cabello largo se dispuso a retomar su labor sin despegar su mirada de la ajena. Bastaba decir que Myungsoo se sentía morir por tales estímulos, por tal hormigueo que parecía más intenso a cada lamida y succión. Los roncos jadeos del mayor llenaron la habitación pero pronto se contuvo; por más que quisiera, debería ahogar un poco esos sonidos al no estar solos en casa.


 


Las manos del pelinegro llegaron a las castañas hebras de su novio, las cuales tomó en un intento por apresurarle, para marcar un ritmo más apresurado, pero bien sabía que no sería algo fácil al recibir una mirada por parte del menor que le indicaba que le dejara hacer las cosas a su paso y eso significaba un suplicio para el mayor. Sungjong se tomó su tiempo para humedecer toda su erección con su saliva y sin siquiera esperar otro momento, una de sus manos se había comenzado a mover en la parte baja de su extensión mientras que su boca se enfocaba principalmente en su glande, dibujando círculos con la punta de su lengua antes de succionarle. Sin poder aguantarlo por más tiempo, cerró sus ojos y perdió el contacto con su pareja pero sus manos, por otro lado tiraron de los cabellos ajenos al sentir como se corría sin siquiera haber podido hacer algo más que gemir el nombre del aquel chico tan provocador casi sin voz, sin querer causar un escándalo.


 


El mayor pudo apreciar, una vez que abrió sus ojos, las mejillas sonrojadas de Sungjong quien estaba ocupado relamiendo sus labios, saboreando su esencia sin perderle de vista por un segundo.


 


— Ya… no tengo sed —Dijo finalmente el menor, degustando los últimos restos de la semilla de su amado quien todavía no parecía repuesto para exigir algo a cambio—. Eres delicioso —Recalcó.


 


— También estoy sediento —Logró articular finalmente Myungsoo, buscando aire para recobrar el aliento mientras se encontraba con la sorprendida mirada de su novio—. Pero quiero otra cosa —Continuó a pesar de su respiración irregular.


 


El castaño enderezó su postura, alzando su rostro de forma que sus labios se juntasen nuevamente.


 


— Será para otra ocasión —Susurró Sungjong luego de haberse separado un par de centímetros, guiñándole un ojo antes de volver a su lugar para dormir.


 


— Espera.


 


— ¿No que estabas cansado? —Murmuró el menor antes de bostezar y entregarse al sueño, sabiendo muy bien que su pareja no se tomaría muy bien ese gesto y se vengaría. Por el momento Sungjong cerró sus ojos y pudo sentir claramente cómo Myungsoo se ponía en pie de mala gana e iba al baño. No había necesidad de saber para qué.

Notas finales:

Podría... Podría llegar a escribir una continuación de la venganza de Myungsoo, pero será a pedido del público (?) Nah, mentira. Todo depende de mi inspiración que es bastante escurridiza(?)

 

Espero que les haya gustado uvu<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).