Por el progreso
Mamá, ¿puedes escucharme?
¿Dónde estoy? Esto está muy oscuro. No me gusta.
Ah, ya veo, es ese hombre de bata blanca de nuevo. ¿Estás enferma, mami? ¿Este hombre te sanará?
Oh, ya veo, me estás viendo de nuevo por esa máquina que a veces me mira muy de cerca. No me gusta cuando se acerca tanto.
¿Ya nos vamos? Eso fue rápido.
¿Qué es esa palabra, mami? La que dice el doctor. Ah, homosexual. ¿Homosexual? ¿Qué es eso mami?
¿Eh? ¿Por qué lloras? Ese señor de bata blanca te hizo llorar mami, es malo.
Qué bueno que ya estamos en casa. Mira, mi papi también está ahí.
Mami, ¿por qué le dices esa palabra a mi papi? El hombre que la dijo te hizo llorar cuando lo hizo, no quiero que mi papi llore también.
Tengo miedo mamá, papá está gritando y diciéndote cosas muy feas. No me gusta.
¡Espera! ¡No le pegues a mi mami!
¿Mami? ¿Estás bien? Papi no es malo, ¿estará de mal humor?
¿La culpa? ¿De qué tienes la culpa?
Esa palabra de nuevo. Papi la dice de una forma muy fea, me siento herido.
Ah, ahora entiendo, dice que me gustarán los chicos cuando sea grande. ¿Eso es malo, mami? ¿Por qué? No me gusta la forma en que papi habla ahora.
¿”Debería morir”? ¿Quién debería morir?
Mami, eso que dijiste del amor es lindo. ¿Por qué papi te ve con esa expresión?
¿Abortar? ¿Qué es eso? Mami, hoy ha habido muchas palabras nuevas, ¿me las explicas? Me gusta cuando lo haces.
¿Ya estás dormida? Seguro que el día en el trabajo fue muy duro.
¿Volvemos con el hombre de bata? Ya no quiero, él es malo, te hace llorar y hace que papi te golpeé.
¿Cita? ¿De qué cita? Ah, esa palabra de nuevo. “Abortar”, mami, aún no me dices que significa.
¿Es…? ¿Es mentira, verdad mami? Eso, eso no es matar, ¿verdad?
¿Quieres…? ¿Quieres matarme?
¡No lo entiendo! ¿Qué tiene de malo que me vayan a gustar los chicos? ¿Y si me gustan las chicas? Si me gustan las chicas, ¿entonces no me matarás?
Entonces lo haré. Me gustarán las chicas. Aunque aún no sepa lo que son.
No quiero que me mates mami, me gusta estar junto a ti.
¿Quieres saber lo que pienso siempre?
Cuando sea grande, iré a la escuela, tendré amigos y amigas como tú y mi papi. Jugaré al fútbol y tocaré el piano. Jugaré con mi prima a tomar el té, y con mi primo a estrellar los carritos contra la pared. Luego, aprenderé cosas aunque los profesores me regañen por no poner mucha atención. Escucharé música y saldré a dar la vuelta con mis amigos. Me enamoraré. Besaré a una persona que quiera, aparte de mi papi y tú por supuesto. Saldremos y hablaremos hasta tarde riéndonos de todo. Nos casaremos y entonces nos haremos compañía siempre. Tendremos hijos, si no podemos pues adoptaremos y les querremos como tú y mi papi me quieren. Cuando ya estén viejitos ustedes los cuidaré mucho más que cuando era pequeño, nunca los dejaré de lado y siempre estaré haciéndoles compañía. Secaré tus lágrimas si lloras y si mi papi está triste yo lo animaré. Quiero crecer y verlos envejecer, quiero que aprendamos juntos a ver el mundo como nuevo después de que yo nazca. Por eso, no mates mami. Aún si me gustan los chicos, ¿qué tiene de malo? Tú siempre estás hablando de que el amor no mira condiciones, ¿era mentira todo lo que decías?
¿Lo harás, verdad?
Entonces no importa.
Aun así te quiero. Recuérdalo siempre mami, los amo, a ti y a mi papi por ser quienes me dieron la vida aunque me la van a quitar ahora.
¡Máquina horrible! Te odio, por tu culpa no podré estar con mis papás. El señor de bata también es malo. No los quiero.
Ahora, que ya no puedo hacer nada por evitar que me quiten de su lado les digo esto: papi, mami los quiero mucho solo por ser quienes son, no me importa si papá tenía dinero o si mamá no había terminado el colegio. Son personas, son humanos, todos cometemos errores, ustedes siempre me dijeron que yo no era un error, bueno, eso hasta que ese hombre malo les dijo esa palabra y entonces no me quisieron más.
Los amo. A ambos. Y nunca me podría enfadar con ustedes.
— El aborto ha sido un éxito, le tomará un tiempo recuperarse pero es mejor este dolor a una vergüenza como esa. Hubiera sido una deshonra para su familia señores.
Una mujer estaba sentada en una cama de hospital, su esposo parado a su lado, no mostraban ninguna emoción en el rostro pero, en el momento en que la máquina que monitoreaba al ser que habían matado había dejado de sonar, sus corazones expresaron una tristeza que, juraban, no tenía cabida.
El arrepentimiento es lo que siempre queda al final de una mala decisión.
“Porque los juicios rápidos, los que nos llegan sin sentir dudas, son los que nos torturan para siempre.”
Quién sabe, quizá el bebé pudo ser un gran deportista o un científico de renombre o incluso quizá hubiera encontrado la cura para el cáncer. Quién sabe.
Lo que queda ahora es implorar el perdón de un ser que no nació por culpa de estúpidos prejuicios y una máquina cuyo propósito solo era saber. No fue creada para dar origen a matanzas indiscriminadas porque el mundo solo quería gente “normal”.
La ciencia no tiene la culpa, la tienen las personas que ignoran el propósito original y la usan para su beneficio.