Después de tres años y medio de tanto mirar a Minho, era su momento de tenerlo.
El baile de graduación estaba siendo perfecto, tenía el mejor vestido que había visto, las mejores zapatillas, el peinado más fresco y el maquillaje más natural.
Era perfecta.
Y la noche se estaba poniendo mejor después de que la nombraron la Reina del baile, pues las chicas y los chicos se acercaban a ella con la intención de bailar a su lado.
Sin embargo a Sulli no le afectaba eso, en una canción se giraba para la derecha y bailaba con quien estuviera, en otra se volteaba a la izquierda y en ese juego de pasos llegó hasta donde estaba Minho.
De repente el Dj creó una atmosfera diferente, poniendo canciones movidas y con ritmos repetitivos que inducían a que las caderas lo siguieran.
Por arte de magia, las manos de Minho estaban sobre su cadera, Sulli se movía al ritmo de los compases impuestos por esa canción, sentía el miembro semi erecto de Minho restregarse contra su piel y las manos de él aferradas a su cadera.
Sulli se irguió, haciendo que su espalda chocara con el pecho húmedo de Minho, sintió la respiración contraria sobre su cuello por lo que intentó buscar esos labios y así besarlos.
¡Hasta que los consiguió tocar!
Eran los labios más carnosos que había probado en su vida, se iría al infierno mismo pero Minho besaba mejor que Amber.
Quizá ella la estaría mirando desde una mesa, molesta porque estaba besándose con un hombre. Pero qué va, era el último día y tenía que comerse a ese jugador de futbol.
Así que no perdía tiempo, al sentir los labios contrarios ella abría los suyos y asomaba su lengua, Minho la presionaba contra su entrepierna logrando una atmosfera más sexual.
Sulli terminó sonriendo después de finalizar el beso más húmedos y pervertido de su vida, la canción acabó, las manos de Minho la soltaron y ella dio un par de pasos leves para separarse, aun se limpió la comisura de sus labios de la saliva que escurría por ellos.
Volteó como toda una campeona para ver a Minho.
Sólo que ya había llegado Taemin.
Sulli ladeó esa sonrisa, sus comisuras estaban hacia abajo en una muestra de asco y decepción.
Taemin se estaba atascando a ese jugador de futbol.
Y lo que era peor, ese jugador de futbol también se atascaba de Taemin.
-Sulli.- escuchó su nombre así que se giró para encontrar a Amber, ya con su ropa desarreglada, la camisa estaba mal abotonada y semi fajada del pantalón.
Sin duda, Amber podría decir que la atropelló un avión de lo cansada que ya estaba.
-Qué estabas haciendo.- preguntó seria.
-Nada.- contestó caminando hacia Amber, tomando su mano y tirando de ella para regresar a la mesa.
-No te pases de verga.- susurró Taemin sobre los labios de Minho.
-Sabes que puedo besar a cualquier araña.- contestó Minho. –Un palo no se lo niego a nadie.-
-Estúpido.-