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Orgullo, venganza y amor por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de KnB no me pertenecen son solo usados por diversion, sin ningun animo de lucro.

Notas del capitulo:

Bueno muchos sabran que perdí el fic original hace unos días y hoy lo reescribí... agradecer a mi beta Naho, por su ayuda, no solo con su revision si no con el apoyo y los gritos para que me ponga escribir.

 

Pero este fic es un regalo!!! Una persona muy especial esta de cumpleaños y quiero cantarle y dedicarle el fic de principio a fin.

CUMPLEAÑOS FELIZ, QUE LOS CUMPLAS FELIZ, CUMPLEAÑOS !!!!! QUE LOS CUMPLAS FELIZ 

KURE FELIZ CUMPLEAÑOS (UN POCO ANTES DE LO QUE DEBÍA SER EL SALUDO PERO BUENO ME TOCABA HOY) 

Gracias por todo Kure, te debo mucho en estos meses has sido parte importante y unica del fandom, bueno y la verdad es que creo que te deseo el mejor día de tú vida, que lo pases genial y que lo disfrutes.

 

FELICIDADES EN ESTE ESPECIAL DÍA, EN EL QUE LLEGASTE AL MUNDO !!! Y GRACIAS POR SER PARTE DEL MISMO MUNDO QUE YO, ERES UNA AMIGA SIN IGUAL!!!

¿Cuantos años habían pasado desde que había reído por última vez? Si, había olvidado todo lo que podía alegrar su vida, todo lo que llenaba sus días, todo eso se lo había llevado Atsushi cuando lo dejó, pero ese era su minuto de cobrar venganza, de quitarle todo aquello que llenaba su mundo, después de todo tendrían que ponerse a mano con todo lo que les estaba pasando.

 

Los últimos 4 años solo había sentido odio, dolor, solo clamaba por la venganza y ahora estaba frente a sus ojos, mientras veía a esos dos arrastrarse, se había aferrado con uñas y dientes a que el gigante pagara y por fin estaba logrando, por fin había igualado el marcador.

 

En silencio continuo guardando sus pertenencias, los últimos cuatro años de su vida, su esfuerzo, su lucha, todo se había acabado, ya no había nada que hacer, limpio con furia la lagrima que bajaba por su rostro cuando el sonido de algo golpeándose contra el suelo llamo su atención.

 

-Muro-chin…- se acercó rápido al cuerpo del mayor quien había dejado caer las bandejas que llevaba.-…aun debes estar en cama Muro-chin, tus heridas aún no se encuentran curadas…- murmuro, levantando las bandejas.

 

-No te preocupes, solo nos queda un día más para sacar las máquinas y los muebles… no quiero que lo perdamos todo.- le respondió, sonriéndole ligeramente al de cabellos purpuras, quien le veía con tristeza y preocupación.

 

-Muro-chin…-susurro, colocando las bandejas en otro lugar y yendo hasta el lado del moreno.

 

-Que conmovedor… pero honestamente no les queda mucho que perder- el pelirrojo hablo desde la puerta, en su tono se podía ver el rencor, la rabia, la angustia, todo el dolor del pasado era expresado en esas palabras, la verdad es que para Akashi esos dos hombres frente a él, en el suelo, eran quienes habían producidos el peor dolor de su vida, la perdida.

 

-mañana terminare de sacar todo, como lo prometí, hoy Muro-chin debe descansar- Agrego el gigante levantando a su compañero, ignorando completamente las palabras del pelirrojo. El emperador no pudo creer como el gigante no lo había mirado ni una vez, como se había mantenido alejado, no había levantado la cabeza, no había cruzado su mirada con él ni una sola vez, incluso había sido Himuro quien había hablado cuando había llegado con los papeles para el desalojo del negocio.

 

-Vayan a su casa, según parece no les queda más…- Murmuro el pelirrojo al voltearse, el moreno se acercó a su oído susurrando algo solo entre el emperador y él, dejando con una ceja levantada al más bajo, quien solo asintió sin más, saliendo del establecimiento…

 

Al siguiente día, la limusina llego a la pequeña casa del gigante y él moreno. Himuro le había pedido que se presentara en su casa a la mañana siguiente, que le explicaría todo, antes que les quitará la casa también. La puerta fue abierta por un hombre ojeroso y pálido, por primera vez Akashi le dio razón al gigante, ese hombre debía descansar.

 

La casa no era grande, no tenía muchos muebles, había juguetes repartidos por todos lados, pero no en desorden, en su mayoría cosas de una niña, muñecas y peluches.

 

-Solo te puedo ofrecer café instantáneo, no nos queda mucho…- murmuro Tatsuya, en un intento de comenzar una conversación trivial antes de lo que hablarían.

 

-No es necesario, ahora Tatsuya, explícame que era lo querías hablar conmigo.- le exigió el pelirrojo, cruzándose de brazos y entrecerrando sus ojos al moreno.

 

-yo…- el timbre sonó cambiando repentinamente el rostro del moreno, abrió la puerta sorprendiendo al emperador, una pequeña niña de cabellos morados sonreía alegremente a los dos hombres.

 

-¡Mudo-chin!- exclamo la infante alegremente entrando y aferrándose al mencionado.

 

-Shio ¿no es temprano aún?-cuestiono confundido, mirando a la niña quien le sonrió radiantemente.

 

-Papi-chin no dijo, hoy nos taedian tempano del gadin…- agrego brincando alegremente.- ¿qué haces levantado, Mudo-chin? Papí dice que sus edidas no han mejodado, que debes mumid…- El pelirrojo se quedó en silencio, observando a la pequeña, su cabello era largo, llevaba dos coletas y dos lindos listones, el moreno se acercó para llevar a la pequeña con el emperador.

 

-Shio, ven, quiero presentarte a alguien, él es Akashi, es amigo de tú padre.- dijo , presentándole al pelirrojo quien aun sin salir de su sorpresa miraba a la pequeña y adorable niña de cabellos purpuras, ella le miro curiosa, inclinando la cabeza hacia un lado.

 

-¿Aka-chin…?- la niña hablo quebrando al pelirrojo, sus ojos eran rojos, llenos de vida y de amor.

 

-Shio… ¿tú nombre es Shiori?- sus ojos se llenaron de lágrimas, los recuerdos bombardearon el corazón del menor, esa era su promesa, eso era algo que Atsushi le había dicho una vez hace mucho, “…nuestra hija se llamará como tú mami Aka-chin, le diremos Shio, nuestra pequeña Shio…”

 

La niña fruncio el ceño preocupada, acercándose al emperador -No llode, Aka-chin, me llamo Shio, y estaba espedando conócete…- se abrazó a la pierna del pelirrojo entregándole amor, cariño, ternura.

 

-Akashi ella es Shiori, la pequeña hija de Atsushi.- le aclaro Himuro, sin quitar la vista de la tierna escena frente a sus ojos. Seijuuro fruncio el ceño, levantando su mirada hacia el moreno.

 

-¿Ustedes…?- el nudo en la garganta del emperador aumentaba a cada segundo, ante las palabras que quiso decir a continuación, pero fue interrumpido por Tatsuya.

 

-No, solo somos amigos y solo soy un tío para esta pequeñita…- continuo aclarando, dirigiendo su vista a Shiori-amor ve a jugar, te llevaré la comida en un rato.- le dijo con suavidad y con una pequeña sonrisa en su rostro.

 

-pedo…  no pedes cocinar, tas femo…- dijo la niña frunciendo el ceño y haciendo un mohín infantil a su tío, quien rio suavemente.

 

-no le diremos a papá.-murmuro, colocando un dedo sobre sus labios, dando a entender que no quería que ella dijera nada. La pequeña, algo insegura, asistió, y salió del lugar, dando una última mirada a los dos hombres. Ambos adultos se sentaron esperando corregir las faltas del pasado.

 

-Cuando te dejó, ese día Shiori llego al mundo, ella es hija de la hermana de Atsushi, creo que su color de cabello te lo dice.- una pequeña sonrisa se formó en los labios del moreno, dejo la tasa de café sobre la mesa, apoyando sus manos en sus costillas, con un gesto de dolor.

 

-¿Qué tienes?- cuestiono Akashi, disimulando su muy pequeña preocupación por el moreno.

 

- hace un par de días me asaltaron saliendo del trabajo…- respondió- perdí mi paga y varios días de trabajo, me rompieron un par de costillas, es mi culpa los problema de dinero que estamos teniendo, pero ese no es el tema central.- Se sentó con cuidado, mientras el más bajo notaba como aquella mueca en el rostro del otro disminuía.

 

-Atsushi me contó que su madre le dijo que debían entregar a Shiori en adopción, que esa niña no crecería en su hogar- comenzó a narrar-Atsushi no lo permitió, creo que se enamoró de ese bebé antes de que llegara a este mundo, es realmente hermosa- una pequeña sonrisa se mostró en su rostro- Atsushi me pidió ayuda, me dejó a la pequeña y fue a reunirse contigo.- la comprensión llego al pelirrojo como si le tiraran agua fría, eso significaba que…

 

-No me dejó por ti.- murmuro Seijuuro, comenzando a entender la situación.

 

-No… yo estaba enamorado de alguien más, pero nunca me confesé, creo que me aferré a Atsushi y a Shio para poder tener algo por lo que vivir. Estos 4 años, Atsushi se aferró a Shio y a tú recuerdo para seguir viviendo, la pastelería es lo que ayuda a mantener esos sueños en alto…- murmuro Himuro, viendo como Akashi fruncía el ceño, y le miraba con los ojos entrecerrados.

 

-Si me dices esto es que buscas algo, dime la verdad, Tatsuya.- siseo el pelirrojo, cruzándose de brazos esperando la respuesta del moreno, quien suspiro.

 

-Te ama, aun sueña con verte al despertar, aun quiere tener hijos contigo, pero no quiere ser una carga para ti…- El silencio reino en la sala y la tensión parecía que podía ser cortada por un cuchillo, se observaron un par de segundos hasta que el moreno hablo nuevamente.- no le quites todo, sé que te dañó, sé que lo hizo, pero te pido…- intento continuar, siendo interrumpido de nuevo por el más bajo.

 

-no lo comprendo, dejarme… ¿qué cree que le haría daño?…- los ojos del pelirrojo se anegaron, comenzando a sentirse frustrado al no saber la razón de su abandono.

 

-eso es él quien debe decírtelo.- respondió Tatsuya encogiéndose ligeramente de hombros. Viendo las próximas reacciones del emperador.

 

-Lo siento, pero ya no hay nada que hacer con la pastelería.- se levantó, dejando las lágrimas salir, correr libres por su rostro. Se le apretó el pecho, le había quitado el único ingreso a una familia, Himuro aún estaba delicado, es probable que debiera estar con medicación, en cama, la pequeña Shio era un sol y Atsushi, el de verdad había crecido en esos años.

 

Camino hasta el parque hasta que frente a sus ojos, en el mismo lugar que hace 4 años, Atsushi estaba de pie, mirando el cielo buscado algo. -Atsushi…- murmuro, viendo como Murasakibara no apartaba su vista del cielo.

 

-Hola, Aka-chin-saludo el de cabellos purpuras con suma tranquilidad.

 

-yo… conocí a Shio, ella es un ángel, tiene tu cabello- susurro el pelirrojo, sin dejar de mirar al otro.

 

-y tus ojos… no es nuestra hija Aka-chin, pero es bella, cuando la miró te veo- suspiró pesadamente.- ya no me queda nada en la pastelería, es tuya, ahora te lo llevaste todo, te llevaste todo, sabes Aka-chin, tienes todo de mí, mi sueño de ser pastelero se fue con esa tienda, mi amor con el basquetbol se quedó en Teiko a tú lado y mi corazón se fue contigo en este mismo parque Aka-chin hace 4 años.- Le dio la espalda, tomando una caja donde llena de libros, recetarios.

 

-Atsushi…-intento decir, pero fue interrumpido por el gigante.

 

-Hoy no Aka-chin, hoy no… ya no quiero perder nada más.-le dijo Murasakibara, yéndose del lugar con la caja, dejando a Akashi con la palabra en la boca…

 

Habían pasado 4 días cuando él pelirrojo se presentó nuevamente frente a la casa, la verdad es que las repetidas llamadas del pelirrojo habían sido rechazadas, el dolor del de cabellos purpuras aún era grande y su orgullo no lo dejaba perdonar.

 

-Necesito que vengan conmigo.- dijo Seijuuro en cuanto la puerta fue abierta por el más alto, quien suspiro pesadamente y miro al más bajo.

 

-Aka-chin… Muro-chin está enfermo, no debe…-intento negarse apartando su mirada de Akashi quien se cruzó de brazos con seguridad.

 

-Tranquilo, iremos en la limusina, y Shio también debe venir.- dijo, esperando a que el otro avisara a todos en la casa y saliera con él. El gigante rehuía la mirada de su compañero, hasta que el vehículo se detuvo frente a un edificio.

 

-Está tienda es mía, la compre hace algunos años, quiero que seamos socios, que armen una nueva pastelería aquí, Atsushi…- el gigante miraba sorprendido las instalaciones eran hermosas, pero no respondía nada, Himuro le dio un empujoncito a su compañero, era minuto de rehacer su vida, de que ambos pudieran estar juntos.

 

-Atsushi… es minuto de que hagas lo que desea tú corazón.- le susurro Tatsuya al de cabellos purpuras, quien le miro sorprendido.

 

-Muro-chin… ¿de qué hablas?-cuestiono confundido al moreno el cual solo le sonrió suavemente.

 

-Ve… aférrate al amor de verdad, no cometas mi errores, Atsushi- se giró mirando al emperador sonreír delicadamente, una extraña calidez comenzó a crecer en su pecho su pecho, Himuro tenía razón... El gigante rodeo el cuerpo del menor depositando un beso en sus labios- Aka-chin, quiero estar contigo, ¿me perdonas?...

 

-Atsushi… soy yo quien debo pedir perdón…- comenzó a decir, arrepentido- no debí quitarte la pastelería, yo no pensé… yo solo…- se apoyó en su pecho, este era su nuevo comienzo, esto era lo que necesitaba. Ambos se aferraron al otro cuan salvavidas en medio del mar, la verdad es que había un largo camino que recorrer, pero ambos podrían ir de la mano, juntos por el mañana.

 

Himuro se sintió incomodo hasta que el pelirrojo agregó.- Tatsuya, lo lamento, te juzgue mal…- El moreno solo sonrió acercándose a la pequeña para darle un tiempo a la pareja.

 

-Mudo-chin, quiedo un emanito, ¿quees que Aka-chin me lo de?-cuestiono a su tio, mirándole con curiosidad, el moreno solo le sonrió a Shiori.

 

-Si se lo pides con esa carita es seguro que si…- le respondió, viendo como la niña celebraba alegremente, y iba corriendo hasta Murasakibara a hacerle la pequeña e inocente petición. Himuro miro a esa pequeña familia, se les venía una larga y hermosa vida, todos juntos, como una gran familia.

 

Se sintió un poco celoso, pero bueno, no todo se puede tener en la vida ¿verdad?- Tatsuya…- la voz del pelirrojo llamo la atención de Himuro.- ¿qué te parece si por ahora te aferras a esta familia? ¿Qué te parece si somos todos una familia y nos aferramos a ser felices?- los ojos del moreno se ampliaron, sorprendidos por la petición, su mirada se suavizo, sonriéndole al más bajo.

-…Me encantaría Akashi, me encantaría- ese era su nuevo comienzo.

 

 

Notas finales:

jijijiij lo logre !!!


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