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Every Story Has A Beginning por RobertPLZ

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Notas del capitulo:

Son exactamente las 00:00hs en Argentina así que... es martes de actualización~

Les dejo el segundo capítulo y les digo que sus RW me hicieron muy feliz y me dieron aún más ganas de seguir la historia, gracias por todo /o/

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a MARVEL, yo solo los utilizo para escribir historias sobre ellos para entretenerlos a ustedes.

Chapter 0.2

Era viernes muy temprano en la mañana cuando Loki despertó, él siempre solía despertar al amanecer, antes de que el sol siquiera apareciera en el horizonte. Se bañaba con agua fría y se vestía. Su ropa nunca se alejaba de los tonos verdes, dorados, plateados y negros, eran sus colores favoritos y se negaba a usar prenda alguna que no llevara en ella esos colores. No necesitaba peinarse, su pelo era lacio de naturaleza y con un simple ademán hacia atrás para despejar su rostro de molestos mechones era más que suficiente. Viéndose mejor en el espejo se dio cuenta de cuán largo llevaba el cabello, estaba pensando en si dejarlo de esa forma o cortarlo.

Se calzó las zapatillas y se acercó a su ventana, esta daba de frente con la ventana de su molesto vecino Thor. No había muchos en la escuela que supieran que los Laufeyson y los Odinson eran vecinos desde hace mucho, mucho tiempo, pero tampoco era como si tuvieran que enterarse.

Como todas las mañanas, Loki tenía una pequeña e inocente bromita especial para su vecino, la preparaba a la noche y la llevaba a cabo al amanecer. Thor era un muerto durmiendo, podía explotar una bomba en la calle que Thor era el último en darse cuenta. Y eso le hacía las cosas a Loki mucho más sencillas.

—Esta va por los pelotazos, cavernícola— susurró con malicia trepando la rama del árbol que dividía las casas. Con habilidad gatuna se deslizó hacia la rama más cercana a la ventana de Thor y entró como una sombra silenciosa, Thor siempre dejaba abierta la ventana, era un hábito de pequeño, no podía dormir a menos que una fuente de aire fresco estuviera disponible y no era que fuera claustrofóbico, simplemente le gustaba despertar con el aire fresco de la mañana, claro, menos en otoño-invierno. Eso le dejaba a Loki con posibilidades de jugarle bromas durante primavera-verano.

Al entrar lo primero que vio fue al rubio desparramado en la cama hecha un completo desastre. Las sábanas enredadas y tiradas al suelo, las almohadas hechas un revoltijo extraño-Thor solía abrazar con fuerza las almohadas al dormir-, lo que se podía llamar como “pijama” tan arrugado y desarreglado que casi le da un ataque a Loki y a su TOC por la limpieza y el orden. Pero se contuvo. Con malicia se acercó al cuerpo que roncaba tan fuerte que bien podía confundirse con el sonido de un terremoto y haciendo una mueca de asco al ver el charco de baba dejado en la sábana grisácea comenzó su labor. Tenía en la mano un marcador que se podía limpiar con agua y jabón-tampoco quería morir- y comenzó a rallar el rostro del rubio.

Escribió insultos, le dibujó bigotes, cosas obscenas, cicatrices, le dibujó pequeños Lokis en los brazos y mensajes obscenos en los pectorales-no resultaba un peligro mover su cuerpo dormido y luego levantarle la camiseta ya que no iba a despertarse, aunque sí pesaba toneladas según el juicio de Loki- y luego, con sigilo, entró al pequeño baño personal de Thor y metió dentro de la botella de Shampoo un colorante azul temporal. Por ese día Thor tendría el cabello azul y esa sería la frutilla del postre.

Guardando todo en su lugar, se fue tal y como entró. En silencio.

Una vez de vuelta a su habitación, cerró con seguro su ventana y bajó las persianas por si acaso, entonces vio la hora en su reloj digital: las “5:43” de la mañana. Satisfecho con lo que había hecho se recostó vestido en su cama ya tendida y poniendo la alarma se recostó a dormir unos minutos más, ese día sería de horror para todos los que se atrevieron a lanzarle con tanta fuerza esas pelotas y sería más horrible aún para los que no lo habían resguardado, menos a Víctor, él sí lo cubrió pero fue quemado enseguida y terminó con la nariz rota por lo que se retiró temprano a la enfermería. Sentía pena por él, pero a la vez envidia por librarse tan fácil de esa tortura.

Y mientras se imaginaba las posibles reacciones de sus víctimas del día, se durmió plácidamente una vez más.

Para luego ser despertado por un grito desde la casa vecina:

— ¡LOOOOOKII!—el estruendoso grito de Thor lo despertó de golpe y sonriendo satisfecho tomó su mochila y salió de su habitación hacia la cocina. Sus padres nunca estaban en casa a esa hora, ambos eran abogados y tenían un horario estricto, así que no fue raro encontrarse con el desmesurado desayuno que Helblindi solía tomar todos los días. Loki solo tomó una cargada taza de café sin azúcar y se fue a esperar a su hermano en el auto. Si sus cálculos no fallaban-y nunca lo hacían- Thor tardaría unos cuantos minutos en darse cuenta de su nuevo cabello y por eso tardaría en llegar a la escuela.

— ¿Qué le has hecho esta vez, Loki?— le preguntó su hermano no más llegar al auto y arrancar de camino a la escuela, Loki fingió inocencia y Helblindi ya no habló del tema por lo que el viaje-como todos los días- fue en silencio.

Al llegar Helblindi se fue directo con sus amigos y Loki tardó unos minutos en entrar, era cosa de rutina el empezar el día asesinando con la mirada el cartel de la escuela, era un cartel de piedra caliza tallada a mano, en ella se podía ver el nombre-horrible a gustos de Loki- y el escudo de la escuela. El mismo se encontraba incrustado en el césped frente al edificio y todos los días brillaba por recordarle a Loki lo miserable que era su vida.

— ¡Loki! Deja de flirtear con el cartel y ven ya ¡saco de papas!—la voz de Amora tan temprano a la mañana era algo que nadie podría soportar, pero Loki lo hacía, o por lo menos lo intentaba. El azabache le regaló una última mirada de odio al cartel y luego, con paso decidido, se acercó a su escandalosa amiga.

— ¿Saco de papas?— le preguntó divertido, Amora simplemente le quitó importancia elevando los hombros para luego tomar del brazo al ojiverde y dirigirlo hacia su casillero.

—Bien, tienes que contarme los detalles del plan, sabes que te ayudaré en lo que sea, pero para eso necesito que me lo expliques todo sin olvidar nada—le atacó suspicazmente nada más llegar al casillero de Loki, y mientras este se encargaba de tomar los libros y las carpetas necesarias para los primeros periodos de ese día, Amora lo atacaba con preguntas que Loki solo escuchaba, pero no respondía.

—Eres impaciente Amora querida… ya te lo contaré todo, primero déjame vengarme de los energúmenos que me provocaron estos moretones ayer—dijo señalándose un enorme hematoma redondo ubicado en la clavícula derecha, ni siquiera se había dignado en esconderlo, quería que los demás supiesen que ese día actuaría por venganza.

Amora hizo amago de querer tocar el moretón que aún se encontraba algo rojizo con apenas unos tonos de morado, Loki pudo entrever sus intenciones y cerró con fuerza el casillero para luego comenzar a caminar lejos de su amiga. Amora simplemente rió  con ganas para luego alcanzarlo para burlarse de él. No era cosa extraña que Loki luego de “sufrir” la tortura que era Educación Física terminara con algún que otro pequeño moretón y un obvio dolor y entumecimiento en las articulaciones, pero esto ya rebasaba sus límites de lo permitido. Bajo la camiseta verde que llevaba se podían ver al menos unos 5 moretones de diferentes tamaños y tonalidades, parecía como si hubiera ido a la guerra o algo. Y eso le hervía la sangre.

Y mientras caminaba con Amora contándole pequeños detalles sobre las bromas vengativas que llevaría a cabo ese día-y de que obviamente necesitaría su ayuda- del otro lado del pasillo por el que Loki caminaba, venían charlando tranquilamente Clint, Bruce y Tony. Ninguno se dio cuenta del otro hasta que estuvieron a una distancia considerablemente corta, en la que Clint sonrió preparándose para burlarse de Tony, Bruce lo ignoró y Tony ni siquiera se había dado cuenta de que Loki y Amora se estaban acercando a ellos. Loki saboreó el inicio de su venganza sonriendo con malicia, Amora no estaba segura de lo que Loki haría en ese momento, pero estaba segura de que iba a ser algo que la divertiría muchísimo.

—Buenos días Anthony—y eso era lo que Loki había hecho. Al llegar a su lado, cuando Tony a penas y pudo reaccionar, Loki le había saludado con su típica seductora voz y le había guiñado un ojo con coquetería. Todo lo que quedó después de eso fue un silencio de muerte, Loki ya se había alejado con Amora a quién sabe dónde y Clint-que se había preparado para lanzar algún comentario estúpido- se había quedado en completo shock, y al igual que Bruce, con la boca abierta complemente sorprendidos.

Tony no había reaccionado, ni siquiera se había movido de su sitio y un sudor frío comenzaba a recorrerle por la espalda. Porque ese gesto no era nada coqueto, como el pasillo entero pudo pensar, porque tanto Clint, Bruce y él sabían que cuando Loki te saludaba tan conciliador por la mañana nada más verte… significaba algo malo. Muy malo. Y era mejor huir.

—Ya te marcó—fue lo que dijo Clint nada más salir de su sopor—. Hoy te toca, seguro es por lo de ayer. No tendrías que haberle tirado tantas pelotas Tony—le dio una palmada en la espalda como si le diera el pésame por su propia muerte.

— ¡No lo hice!... quiero decir, Thor fue el que más se ensañó con él, seguro que el que va a morir será el grandote. Además son vecinos ¿no?, si Thor no aparece hoy démoslo por muerto—fue todo lo que dijo, con un impresionante cambio de tonos de voz en cada palabra pasando de la indignación, al raciocinio para llegar finalmente al sarcasmo.

—Pues… yo creo que simplemente te gustó que Loki te guiñara el ojo Tony, digo, estás como un tomate—luego de un momento breve de silencio en el que el pequeño grupito se dignó a seguir su camino, fue Bruce el que cortó con la tranquilidad del momento dando un comentario gracioso. Tony gruñó en contra y Clint ya se encontraba riendo y afirmando lo dicho por Bruce.

En cuanto Tony estuvo por hacerles callar, por la puerta principal entró dando enormes y pesadas zancadas un Thor rojo de furia. Su cabello y barba estaban parcialmente celestes y aún podía notarse en sus brazos residuos del marcador que no pudo terminar de quitar con el jabón. Por suerte los rayones de la cara salieron, con mucho esfuerzo, pero lo hicieron y eso era algo. Los tres amigos se le quedaron viendo con la sorpresa reflejada en sus caras-ese día sería un día de grandes sorpresas- y no supieron si reírse en su cara o si callarse y preguntar lo que era obvio. Si se reían eran hombres muertos, pero si preguntaban seguro que también lo serían.

—Amigos míos, ¿han visto a la lagartija de Loki?—dijo Thor no más acercarse a ellos, su tono de voz era forzado, era obvio que quería gritar y vociferar insultos a todo aquél que se le cruzase por delante, incluso-por la presión que se veía hacía con sus puños- estaba a punto de golpear y mancillar a trozos irreconocibles el cesto de basura que estaba a unos metros en su derecha.

— ¡Sí! Y parece que hoy no serás la única víctima Thor, Loki acaba de marcar a Tony, lo va a hacer sufrir. Quiero ver eso—dijo Clint, más que nada, intentando calmar la tensión del ambiente.

—El único que será una víctima de mis puños aquí será ese mentiroso… díganme por dónde se fue— gruñó impaciente Thor, a cada segundo enojándose aún más. Loki le jugaba bromas casi todos los días, eso ya se podía contar como parte de la rutina y había sido así desde que eran unos niños, pero eso de ponerle un colorante en su Shampoo era bajo. Era ruin. Era un acto que debía ser castigado, porque Thor no solía quejarse de que Loki lo usara como conejillo de indias para comenzar su día de travesuras de forma interesante, tampoco era de ir y preguntarle el por qué se ensañaba tanto con él, ni siquiera pensaba en hacerle algo por cambiarle el timbre del celular por una canción infantil sobre gatitos o subirle el volumen a la alarma con una canción de Trash Metal de fondo. Pero esa era la gota que rebalsó el vaso.

— ¡Tranquilo hombre!, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir—ese fue Bruce, intentando tranquilizar a la bestia-antes rubia-ahora celeste—. Mira, si el problema es el cabello, de seguro es un colorante temporal. No creo que Loki haya querido que lo matases precisamente, así que lo que puedes hacer es ir al baño y enjuagarte lo que puedas antes de que toque el timbre… y yo que tú me apuro—le dijo con una voz tímida pero tranquila, como Bruce era en sí, y Thor se tranquilizó por un momento tomando conciencia de lo que estaba haciendo.

—Eso haré mi amigo, gracias por traerme de regreso de mi enojo—le palmeó el hombro de forma amistosa, un poco fuerte para el gusto de Bruce y se fue, aun dando fuertes zancadas como le era normal, pero ya no con esa aura asesina rodeando su cuerpo. Ese fue el momento de Bruce de suspirar con alivio.

—Uff~ eso fue horrible—silbó Tony rascándose la nuca viendo hacia donde el ex rubio se perdió de vista. Faltaban pocos minutos para que el timbre sonara y en ese momento Natasha, Pepper y María Hill entraron por la puerta principal donde los tres aún seguían ahí, pasmados por la explosión de Thor.

— ¿Lo vieron? Thor estaba… azul—fue lo primero que dijo Pepper al estar cerca de ellos.

—En realidad era celeste—le refutó Tony con un tono de voz rozando el sarcasmo, pero sin serlo exactamente. Pepper rodó los ojos y se fue con María hacia sus casilleros. Natasha los saludó a los tres y se les quedó mirando suspicaz por un momento antes de hablar.

—Fue cosa de Loki, ¿No? Puedo ver su firma en todo ese azul/celeste—razonó sin necesitar la respuesta de alguno de ellos, Clint comenzó a explicarle todo lo ocurrido el día anterior en clase de Educación Física y Natasha se mostraba escéptica, era un poco ridícula para ella que Loki tuviera una razón tan infantil para “vengarse”. Simplemente debió de esquivar las pelotas, después de todo, por lo que ella sabía, Loki era muy ágil y ligero. No entendía el cómo no había sido capaz de esquivar tales ataques… hasta que, claro, Clint le explicara que Thor era el que se encargaba de tirarle cuantas pelotas tuviera oportunidad, aun cuando Loki ya estuviera quemado desde hace rato. El juego había pasado a ser una guerra entre esos dos y, obviamente, Loki no se lo iba a perdonar.

El timbre del inicio de clases sonó y cada quién se fue por su lado. Ese día Tony se encontraría paranoico, se alejaría de las ventanas y de los lugares vacíos. No le daría la oportunidad a ese embaucador de hacerle nada… no como lo que le hizo hace unos años.

•••

Ese definitivamente no era su día, no solo se había olvidado de reparar su despertador sino que además había sufrido de insomnio e incapaz de dormir hasta por lo menos las 4:30 de la mañana se quedó dormido faltando así al primer periodo de clases. Maldecía su suerte y estaba seriamente enfadado consigo mismo, estas cosas no era algo que le pasaran a él. Steve se consideraba responsable y puntual.

Y no fue más que sorpresa colectiva cuando Steve-agitado por la carrera que tuvo que hacer desde la entrada de la escuela hasta el aula-entró a poco más de 20 minutos empezada la clase de arte del segundo periodo. El profesor lo dejó pasar ya que Steve no era de los que faltaban e incumplían con una tarea. Y claro, por llegar tarde ese día, su siempre habituado lugar al lado de Thor había sido ocupado por uno de los compañeros del Club de fútbol americano-del cual Thor era mariscal de campo-, Steve no recordaba el nombre de todos pero estaba casi seguro de que ese rubio era Frandal. Y entonces llegó la hora de buscar un lugar en el cual sentarse… y no fue hasta que lo vio que se quedó helado en su sitio sin ser capaz de moverse. El único lugar disponible era al lado de Loki, en el tercer banco de la primera hilera del lado de la puerta, por lo general Darcy se sentaba con él, pero al parecer ese día ella había faltado. Bueno, era eso o sentarse con Víctor y su desordenada mesa.

—Roberts siéntese de una vez y comience el proyecto o me veré obligado de bajarle la nota—fue lo que dijo el profesor con tono autoritario. Steve suspiró y caminó indeciso hasta el banco que Loki habituaba desde siempre. El ojiverde ni siquiera lo miró cuando Steve llegó a su lado y tirando su mochila al suelo se sentó en la silla vacía.

Estaba algo nervioso ya que nunca había estado tan cerca del incordio de la escuela, ni siquiera cuando había sido su víctima número 60 del día de los inocentes. Ese día tenía práctica con el club de Judo y, como siempre, sus pertenencias se quedaban en los vestidores-que todos los clubes deportivos compartían-. Cuando la práctica terminó y se fue a las duchas, al volver a su casillero por su ropa y mochila, se había encontrado con que esta había sido cambiada por ropa de niña. Incluso su mochila había sido cambiada por una de Hello Kitty. No tuvo otra opción y tuvo que caminar todo el camino hasta el estacionamiento a por su motocicleta vistiendo una muy apretada remera de Barbie, una falda estilo tutú rosada y unas zapatillas de bailarina rosa chicle-contando la mochila, claro-. Toda la escuela se rió en su cara, le tomaron fotos, lo grabaron caminando con sus celulares y luego esos videos fueron subidos a YouTube, Clint lo jodió por meses y Tony se reía en su cara cada que tenía la oportunidad-y era horrible si en unas de esas veces estuviera comiendo algo y el recuerdo le regresara a la mente provocando que le escupiera residuos a su rostro-. Pero fuera de todo pronóstico, Steve estuvo molesto por poco tiempo, incluso aunque las bromas hacia él a veces lo sacaban de quicio, el enojo por esa broma jugada no le duró mucho y pronto todos olvidaron ese pequeño detalle.

—Hey, deberías comenzar el dibujo, o no te quedará tiempo de entregarlo—y su incordio personal fue el encargado de devolverlo al mundo real. La voz de Loki se oyó tan lejana en su subconsciente que casi creyó haberlo oído. Pero no, definitivamente Loki le había hablado… y más que eso, lo miraba como si se estuviera divirtiendo a costa suya—. El tema es “Abstracto” Rogers, tengo entendido que prefieres el realismo— siguió al no ver una respuesta por parte del rubio. Steve carraspeó incómodo.

—Eh… no, la verdad es que no es de mis temas favoritos—intentó comportarse desinhibido, como si el hecho de mantener una conversación con Loki fuera cosa del día a día. Como si el hecho de que lo dibujara a escondidas no fuera considerado casi un acoso. Entonces, algo apresurado, se dispuso a sacar las hojas N°6, los lápices y todo lo que necesitase para hacer un “collage” abstracto de lo más sencillo. Loki rió por la actitud casi robótica que Steve estaba tomando a su lado.

—Nunca creí que el chico por el que las chicas de la escuela babean se ponga tan nervioso por estar a mi lado~ en serio Rogers, no creí que me tendrías miedo—la risa de Loki en oídos de Steve era algo… atrayente. Adictiva como una droga. Quizá fuera más que nada porque no sonaba con malicia como solía hacerlo.

—Si te tuviera miedo Loki, estoy seguro de que ya lo sabrías y sacarías provecho de ello—le contestó intentando ser un poco más como siempre era. Sin nerviosismos baratos ni tembladeras de voz. Porque así no era él. Porque él no se ponía nervioso ante nada ni nadie.

—Claro… sí, bueno creo que tienes un punto ahí. Pero enserio, tienes que hacer el trabajo o reprobarás—le había dicho elevando una ceja con diversión, enseguida se puso él en hacer su trabajo que ya estaba empezado y parecía ser algo parecido a una cara hecha con formas geométricas y abstractas… casi podía decir que ese rostro era muy parecido al de Thor, solo que en el dibujo parecía estar sufriendo.

—Y yo puedo notar en qué tan buen estima tienes a Thor—a pesar de ser la primera vez que mantenía una charla casual con Loki, no parecía forzada. Siempre había creído que Loki era alguien difícil a quien llegar, alguien del cual sería muy difícil sacar conversación, el tipo de persona que te mira con desdén, como si fueras un bicho aplastado por su suela y que el tan solo mirarte le diera asco. Y aunque sí era así en ciertas ocasiones, en ese momento Loki no se mostraba a la defensiva con su lengua de plata despachando mordaces comentarios e insultos. Y no sabía cómo sentirse al respecto.

Loki lejos de contestarle como Steve esperaba que hiciera, simplemente elevó los hombros como quitándole importancia, como si el hecho de que Thor no le caía bien desde hace años no fuera noticia vieja. Sonrió como dándole a entender que no le respondería semejante obviedad y siguió con su trabajo. Steve en ese momento se resignó de seguir conversando, además, claro, que cabía la posibilidad de que el profesor se diera cuenta de que no estaba dibujando, sino charlando. Y mientras intentaba pensar en algo sencillo y rápido para dibujar siguiendo la indicación de Abstracto, no se podía sacar de la mente, precisamente, el rostro de Loki que estaba muy cerca suyo. Nunca lo había visto de tan cerca y estaba impresionado con lo suave que se podía apreciar era la piel blanquísima de Loki y lo increíblemente negro que era su cabello. Pero lo que más idiotizado le traía era ese casi imposible brillo verde que poseían sus ojos.

—Si no tienes ninguna idea de qué dibujar y quieres dibujar mi rostro, te doy el permiso—fue sacado de su ensoñación con un cachetazo de la realidad, otra vez se había quedado apreciando como un maldito acosador al pelinegro como quién quiere la cosa. Por su suerte, Loki se lo había tomado de forma graciosa y no se había enfadado… no parecía molesto ni incómodo con que lo vieran. Pero entonces Steve recordó lo que Tony y Clint dicen de él todo el tiempo, que es una Diva que espera ramos de rosas rojas recién cortadas y aplausos y ovaciones al salir de cada salón. Disfrutaba que lo vieran, lo tomaba como un halago.

Y entonces Steve comenzó a dibujar, por primera vez en su vida, el rostro de Loki-de forma abstracta- sin sentirse un acosador obsesionado. Porque claro, había obtenido el permiso del “modelo” en cuestión y eso… simplemente ese detalle había mejorado, por mucho, su horrendo día.

•••

El almuerzo había llegado y esta vez el ambiente en la mesa de los “raritos”, como comenzó a decirles Loki desde el día anterior, era algo pesado. Tony estaba paranoico e hiperactivo, nadie sabía exactamente cuántos energizantes había tomado desde el primer periodo para mantenerse alerta y “frustrar” los planes malévolos de Loki, pero el caso era que estaba insoportable. Hablaba más rápido de lo normal, gesticulaba exageradamente e incluso había pequeños momentos en los que comenzaba a gritar sin razón alguna. Natasha estaba dispuesta a molerlo a golpes si no fuera porque Clint la detenía cuando estuviera por hacerlo.

Steve estaba alejado en su propio mundo contestando alguna que otra pregunta con monosílabos y Bruce estaba seguro de que le habían practicado una lobotomía, pero solo Thor sabía el por qué su amigo se encontraba perdido en las nubes, unas nubes de color verde… claro que no tenía la intención de decir nada.

Thor estaba seriamente pensando en vengarse de forma poco convencional de Loki, se encontraba tenso, poniendo especial fuerza contenida en su mandíbula y en sus puños haciendo que las venas de sus brazos se asomaran-menos mal que no llevaba un chaleco o algo que mostrara sus brazos sino más de una fémina habría caído desmallada al suelo- y sus ojos destilaban especial furia. Pero nadie reparaba en él, ni en Steve, todos estaban pendientes del molesto accionar de Tony.

Ese día Loki no estaba almorzando en la cafetería, se encontraba en quién sabe dónde y ese simple detalle hacía temblar de impaciencia a Tony. Si iba a hacerle algo, que lo hiciera de una buena vez. No podía seguir de esa forma por otras cuantas horas más… necesitaba acabar con la adrenalina que le provocaba sentir la presencia y la penetrante mirada de Loki en todos lados. Como si Loki fuera el aire que respira, como si fuera la sombra de su espalda o los insectos del alrededor. Se estaba volviendo loco.

Y si Tony supiera lo que realmente Loki tenía pensado para él, seguramente se enojaría. Porque Loki no iba a hacerle nada. Porque su plan era simple, le haría creer que le esperaba una pesada broma del tipo asesino, entonces su paranoia lo perseguiría hasta el final del día y luego… luego su gran plan se llevaría a cabo al finalizar las clases. Llevaría a Tony a la más horrible paranoia, jugaría con su débil mente y luego le daría el toque final.

—Espero que lo que tengas pensado hacer sea algo realmente divertido, Loki, porque me estoy aburriendo—le dijo Amora mirándolo como si quisiera aplastarlo como a una mosca. Loki la ignoró y siguió comiendo su helado de frutilla—. Loki… ¡eh! Loco desquiciado no me ignores—enojada le quitó el pote de helado de las manos y se levantó poniéndolo en lo alto, lejos de él.

— ¡Ey! Eso es mío Amora; y ya te dije que sí sería algo divertido, siempre mis planes lo son. No puedo creer que te hayas enojado solo porque no te conté de qué va la cosa. Ya te conté lo de la fiesta así que ya déjame en paz— y se levantó a perseguirla queriendo de vuelta su helado.

Sigyn los ignoraba como siempre, esa vez, como pocas veces ocurría, se habían ido a almorzar al techo del ala sur de la secundaria, a pesar de que Loki y Tony se pasaran sus días quejándose del establecimiento, la realidad era que la secundaria S.H.I.E.L.D. era una escuela de gran prestigio. Con 4 establecimientos y diferentes clubes con actividades extracurriculares S.H.I.E.L.D. era la primera opción de todo padre que viviera en la zona. El ala norte y el ala este son los edificios donde están las aulas, laboratorios y salas de clubes cuya actividad se dé bajo techo, como el club de fotografía, o el periódico escolar, entre otros. El ala sur se utiliza para los entrenamientos y juegos oficiales y extraoficiales de los diferentes clubes deportivos en caso de que el campo no pueda utilizarse. En el ala oeste se encuentra la pileta climatizada para el club de natación que al mismo tiempo se utiliza como salón de actos y fiestas de fin de curso. La cafetería se encontraba en el primer piso del ala Norte.

Loki no pertenecía a ningún Club, no le interesaba nada que tuviera esa escuela para ofrecerle más que miles de posibles bromas hacia todo aquél que se cruzase por su camino, y ese día tenía preparada una muy especial. Y mientras lograba arrebatarle a Amora, por fin, su preciado helado, el timbre que anunciaba el final del almuerzo y el inicio de otra ronda de aburridas clases se oía en todos los rincones de la secundaria. Loki estaba enojado, el almuerzo había terminado y él no había podido acabarse su helado solo porque Amora estaba algo indignada con él. En ese momento tenía matemática y no podía estar más irritado por eso.

•••

Llegó al aula acompañado por su amigo Rhodey observando con paranoia hacia todos lados, inspeccionó la puerta antes de abrirla e ingresó con cautela, como si estuviera entrando al cuarto donde se encuentra la bomba en esas típicas películas de acción. Una vez que se convenció de que todo estaba en su lugar, se fue a sentar en su habitada mesa. Rhodey suspiró con resignación y se sentó a su lado, en la silla del lado izquierdo. Una vez que tomó su lugar, Tony comenzó a contarle todos sus “magníficos” trucos para “imposibilitar” que Loki le jugara la tan esperada broma que él creía que le esperaba.

Y mientras los segundos avanzaban y el aula terminaba de llenarse a la vez que el profesor aún no aparecía, Loki llegó tranquilo y a la vez aburrido. Como siempre, Matemática era una materia que no compartía con ninguna de sus amistades-que no eran muchas- y hacer tantos ejercicios y cuentas y ver tantos números le hastiaba. Pero no fue hasta que Loki reparó en Tony que su cabeza comenzó a funcionar como los engranajes de una máquina. Había olvidado que compartía esa materia con el multimillonario y que, al parecer, tampoco estaban todos sus “amiguitos” de la mesa del almuerzo… solo Rhodey.

Sonrió para sí y caminó hacia ellos. Ese día no le apetecía-nunca lo hacía en realidad-sentarse con Víctor. Tony lo vio acercarse y tembló, Rhodey no se dio cuenta y le siguió contando sobre el cómo había impresionado a esas chicas del club de natación-cuento que Tony no escuchaba ni cuando había comenzado a hablar-.

—Hola Tony, ¿cómo has pasado el día?—le saludó no más al haber llegado a su lado. Rhodey se calló al instante y lo miró con ojos grandes e impresionados, Tony fingió no sentirse intimidado.

—Pues hermosamente horrible Lokes, ¿qué tal ha estado el tuyo?… entretenido jodiendo a muchas personas, me supongo—le contestó con sarcasmo, su tan usada pantalla para resguardarse del mundo. Loki sonrió con sorna.

—No, Tony, lo mejor lo guardo para ti lo sabes—le sonrió seductor, aunque todo lo que Tony vio en esa sonrisa fue maldad. Maldad pura—. Oye, muévete, hoy me sentaré al lado de Stark—le dijo a Rhodey, el cual se le quedó mirando con impresión para luego mirar a Tony con esa típica mirada que dice “¿es en serio?”.

—Déjalo Rhodey, siempre nos sentamos juntos, un día no hace cambio—le dijo, muriéndose de miedo en el interior, con poderío por fuera. Rhodey no se lo creía.

—En serio…—dijo y tomando su mochila del suelo se levantó y se fue a sentar en el único lugar disponible. En la mesa de Víctor. Justo en ese momento el profesor ingresó en el aula saludando como de costumbre. Loki se sentó victorioso en la silla anteriormente ocupada por el pobre de Rhodey y Tony se enderezó en su lugar.

—Te veo algo más hiperactivo que de costumbre Stark, me da curiosidad el por qué—le susurró para que el profesor no los escuchara mientras se ponía a copiar las ecuaciones del día, ese profesor era de los que nada más entrar al aula se pone a la labor de dar tarea sin explicar nada referente a ella.

—Oh~ ya sabes, de camino a las máquinas expendedoras de la cafetería vi esa nueva bebida energética sabor pomelo y ¡qué diablos! Me gasté todo el dinero de la semana en ellas, ya ves son muy ricas pero son energéticas, te dejan más alerta, más persuasivo Lokes, deberías probarlas, de seguro las amarías… sí de seguro son muy tu estilo— comenzó a divagar moderando el tono de su voz para no ser escuchado por el profesor pero asegurándose de que Loki le seguía la pista, aunque este se viera muy concentrado copiando lo que se encontraba en el pizarrón.

—Veo que no escatimas tu dinero, chico millonario—le contestó sin mirarlo, Tony aún seguía esperando a que Loki hiciera su movimiento y le hiciera lo que fuera que le tenía planeado hacer.

—No sé, dímelo tú Laufeyson~ tus padres, ambos, son abogados—Loki chistó los labios y miró a Tony con una ceja elevada y una sonrisa torcida. Pero no le contestó y siguió en lo suyo.

Tony no podía concentrarse en la clase aunque lo intentara, copiaba robóticamente sin saber exactamente lo que estaba escribiendo y ni siquiera pensaba en cuán fácil sería resolver esos problemas. Todo lo que circulaba en su mente era el hecho de tener a Loki tan cerca, era como estar en el ojo de la tormenta, donde todo parecía calmo y seguro. Pero desde fuera se podía ver la destrucción que había provocado a su paso. Y Loki seguía sin hacerle nada, ni siquiera lo miraba, era como si para él no existiera… eso estaba irritando a Tony más de lo que podía darse cuenta. Odiaba ser ignorado. Se irritaba más a cada segundo y el hecho de tener aún en su sistema el efecto de las bebidas energéticas no ayudaba a su exigente hiperactividad.

Entonces fue imposible evitar que explotase…

— ¡Ya está bien Laufeyson has tu jugada! Estuve esperando todo el maldito día para que hicieras lo que fuera que tuvieras planeado en contra mía sin ningún éxito. ¡Si vas a tirarme por la ventana como hiciste en 7mo grado hazlo! ¡Te reto cuernitos!—se había levantado estrepitosamente de su asiento y había comenzado a gritar graduando su tono de voz, toda la clase se había detenido y Loki, por un segundo, se le quedó mirando impresionado, con los ojos abiertos de par en par y la boca ligeramente abierta. No se lo podía creer, el hecho de que Tony explotara en medio de la clase, justamente, cuando no le había hecho nada para pincharle el globo de la paciencia-a conciencia-.

—Stark siéntate o me veré obligado a enviarte con el director—dijo el profesor irritado con ese tono típico de amargado de la vida.

—Con Fury no—contestó al instante Tony tirándose a la silla como saco de papas y así quedar sentado desparramadamente.

—Entonces cálmate—el profesor cerró la conversación golpeando el borrador contra el escritorio como si fuera un juez dictaminando una sentencia. Tony bufó y Loki contuvo una risa. Todo ese asunto de volver a Tony un paranoico había terminado mejor de lo que se esperaba. Y aún faltaba el final.

Tony se acomodó en la silla y se puso en la tarea de terminar de copiar lo que había dejado a la mitad y de darse cuenta de que, en realidad, lo que tendría que resolver sería algo sencillo que no le tomaría nada en hacerlo. Loki se le quedó mirando, examinándolo con especial intensidad, Tony sentía esa verdosa mirada como un pinchazo de abeja en la sien y se concentraba en ignorarla, pero Loki le hacía la tarea cada vez más difícil. Al final Tony dejó el lápiz contra el papel y se giró a verlo con los ojos entrecerrados, como retándolo a una competencia de miradas en el que el primero en pestañear perdería.

Tony pestañó. Maldijo por lo bajo y Loki se burló.

— ¿Qué es lo que quieres ojos verdes?—le preguntó por fin, Loki comenzaba a creer que Tony nunca lo confortaría, se alegró al ver que era tan, o más, infantil de lo que aparentaba.

—No iba a tirarte por la ventana Stark, esta vez no hay un colchón inflable esperándote abajo. Y estoy seguro de que morirías desde esta altura, no quiero ir a la cárcel ¿sabes?—le dijo con ese tono de superioridad que hacía sentir insecto aplastado a todo aquél que lo oyera.

—Sí… bueno, pero estoy seguro de que algo tienes planeado. La única vez que me saludaste en el pasillo fue hace años y déjame decirte que aunque me guste volar, no me gusta caer precisamente—le contestó moderando su tono enfadado al recordar esa vez en la que creyó que moriría. Aún seguía teniendo pesadillas por las noches.

—Relájate, no tengo pensado hacerte nada Anthony—y de nuevo estaba ese tono de voz, Tony sabía que cuando Loki lo llamaba por su nombre completo, definitivamente estaba pensando hacer algo, aunque lo negara.

—No te creo nada, pero puedes estar seguro de que arruinaré todo lo que intentes, excepto lo que tengas planeado hacerle a tu hermano en la fiesta. Eso definitivamente quiero verlo, ya ves, incluso llevaré mi cámara para tenerlo todo perfectamente grabado y para la posteridad—Loki sonrió y Tony creyó que el fin del mundo se acercaría si llegase a admitirse a sí mismo que esa simple acción de parte del pequeño mentiroso  le había parecido la cosa más adorable del mundo. Porque claro, no le había parecido nada, porque él era Anthony Edward Stark. Y él no creía que las palabras adorable y Loki fueran bien juntas.

Luego de eso Loki ya no dijo nada y Tony tampoco intentó crear ningún tipo de conversación. Simplemente se quedaron mirando como si fuera normal que eso ocurriera entre ellos, de un momento a otro el hecho de que el profesor les llamase la atención fue lo que provocó que volvieran al mundo del tedio secundario y se encasillaran cada uno a resolver esos problemas matemáticos que para sus inteligentes cabezas no eran más que un simple juego, y es que a pesar de que Loki era más de libros, en los números tampoco le iba tan mal, pero tampoco era tan “perfecto” como Tony en ese tema.

La clase siguió su curso como la rutina habitual del día a día.

Entonces llegó la hora de salida para aquellos que no pertenecieran a ningún Club, los que sí lo hacían se quedaban una hora extracurricular en el colegio con sus respectivas actividades. El toque final del plan de Loki estaba por concretarse y Amora se estaba comiendo las uñas esperando a que el maldito llegase a su encuentro. Se suponía que se encontrarían en el techo del ala sur, donde a veces solían almorzar o escabullirse cuando se saltaban alguna que otra clase. Sigyn no estaba con ella, como siempre, no participaba en nada que tuviera que ver con los planes “maestros” del ojiverde y se había ido ya a casa.

Entonces cuando estaba a punto de arrancarse sus rubios cabellos, Loki apareció dando un fuerte empujón a la puerta-de la cual habían robado la llave hacía ya unos dos años- y entró caminando con la sutileza y elegancia propia de un felino, Amora siempre lo comparaba con un gato caprichoso, casi podía ver las orejas y la cola sobresalir de su delgado y elegante cuerpo.

— ¿Lista?—le preguntó.

—Siempre, idiota. Ahora suelta todo lo que tengas que decir o te arrancaré los ojos y te coceré la boca—le contestó. Loki la miró con ojos enojados pero no hizo nada que provocara una pelea-una más- entre ellos. Entonces juntos tomaron unos bolsos negros que se encontraban escondidos en la terraza y salieron por la puerta cerrándola tras de sí.

Tenían una hora exacta para llevar a cabo lo que harían y luego se irían cada uno a su casa. Se enterarían de los resultados el día de la fiesta, que justamente, sería el día siguiente.

Y así, otro día en la vida de Loki terminó…

 

Notas finales:

Gracias por leer~

Nos vemos el martes que viene.


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