Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Detrás del origen por Leila Bielefeld

[Reviews - 59]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lamento la demora, pero ya esta aquí el capitulo diez, espero y les guste.

Un día había pasado desde la última vez que hablo con Wolfram, desde entonces, Yuuri se encontraba bastante decaído, no podía creer que le haya hablado de esa manera además de que jamás imagino que el rubio le contestase de esa forma, bueno aunque ¿qué más podía esperar después de las palabras que le había dicho? ¿Qué se lo festejara? Eso sería totalmente tono, además de que no se dirigían ni siquiera las miradas, cada vez que coincidían, él lo ignoraba totalmente.

Gran parte de las personas le preguntaban si todo se encontraba en orden y aunque el pelinegro tratara de decir que si, era todo lo contrario, su prometido ya no pasaba tiempo con él, de hecho por lo que veía y los rumores que le llegaban, estaba pasando mucho tiempo con su hermana, en un principio no tomo la suficiente importancia hasta que en una ocasión escucho a las empleadas del castillo, murmurando acerca de que se les había visto a ese par en una de las habitaciones del palacio y no salieron hasta después de unas cuantas horas, así como escucharon al rubio diciendo que al otro día se verían en el mismo lugar a la misma hora.

¿Acaso su prometido le estaba siendo infiel? No, eso debía ser imposible sobre todo no lo creería viniendo de su hermana, ella no podía ser capaz de hacerle algo tan bajo, con la duda carcomiéndolo, se dirigió  hasta la habitación donde supuestamente se volverían a encontrar, no es como si estuviera celoso o algo por el estilo, claro que no, solo quería saber que se traían entre manos, al estar en aquel sitio logro visualizar como aquella inmensa puerta de madera no estaba del todo cerrada,  pues había una pequeña abertura a la cual se acercó, al mirar hacia dentro notó que la rejilla daba frente a la cara de la chica la cual se encontraba sentada en un banquillo, con el pulso acelerado se posó a un lado de aquel hueco con la esperanza de por lo menos poder escuchar lo que decían.

-Gracias por aceptar lo que te propuse- dijo en un tono un tanto tímido la pelinegra.

-Al principio no estaba seguro si era bueno aceptar tu propuesta, pues creo que ya he aguantado bastante pero debo admitir que tus argumentos fueron válidos- fuera del cuarto, el maou comenzaba a inquietarse ante aquella conversación ¿Qué había aceptado Wolf de su hermana?

-No son simples palabras, de verdad lo creo estoy casi segura de lo que te dije.

-Aunque digas eso no puedo dejar de preocuparme.

-Tu tranquilo ¿de acuerdo?- dicho eso, Naomi se acercó de a poco hasta su compañero- creo que es hora de comenzar con todo-susurro en el oído del oji-verde el cual solo asintió, pues eso significaba que el moreno estaba cerca.

-Oye Wolfi, cambiando de tema ¿crees que sea bueno seguir escondiéndonos?

-¿A qué te refieres?

-Tal vez sea bueno que hables con Yuuri, ya me dijiste lo que ocurrió y he pensado en algo.

-¿Cómo en qué?

-En que tal vez lo mejor sea que rompas tu compromiso con mi hermano.

Al escuchar eso, el joven rey se sorprendió ¿realmente su hermana estaba diciendo eso? Eso debía de tratarse de una mala broma, sí debía de ser eso, Wolfram jamás se atrevería a hacer semejante cosa además ¿Por qué lo llamaba Wolfi? Ellos no eran tan cercanos como para llamarse de esa manera ¿o sí? No, eso era imposible, el rubio no se dejaba abrir fácilmente con cualquiera, mientras pensaba todo eso, logró escuchar como unos pasos se acercaban hasta él, por lo que corrió a esconderse en una de las esquinas que estaban cerca.

Ya tranquilo y con la esperanza de que no lo descubrieran logró ver como un soldado entraba en aquel sitio, suspiro más tranquilo al saber que esos dos ya no estaban solos, aunque su mente siguiera divagando en lo que escucho.

-¿Majestad?- escucho como una voz lo llamaba tras de él.

-¿Ah?... Dacascos ¿qué sucede?- dijo el pelinegro tratando de sonar lo más normal posible.

-Majestad, su excelencia Gwendal lo está esperando en su oficina, dijo que  necesitaba tratar un asunto de suma importancia con usted.

Dicho eso, el maou asintió y se dirigió hasta el sitio indicado, a lo largo del camino no dejo de pensar en lo que recientemente había acontecido, no se imaginaba a Wolfram rompiendo el compromiso y huyendo con su hermana para casarse furtivamente, no sabía por qué pero con esa sola idea algo muy dentro de su pecho le dolía, ¿acaso sentía algo por el rubio? No eso era imposible,  ¿cómo podía sentir algo por su mejor amigo? Además ambos eran hombres, con ese pensamiento rondando en su cabeza siguió su camino hasta llegar a su oficina.

Al estar frente a la puerta, tomó el pomo y se introdujo en aquel sitio llevándose la gran sorpresa de que todos se encontraban sentados en la inmensa mesa de madera, recorrió el lugar y se encontró con la seria mirada del mayor de los hijos de la ex maou, al notar  el semblante más firme de lo normal en él, supuso que algo, para nada bueno estaba sucediendo.

-Lamento la demora, ¿sucede algo?- preguntó mientras tomaba asiento en la silla principal.

-¡Oh! Majestad, Gwendal necesita informarnos de algo importante, por eso nos ha reunido a todos, aunque aún faltan su alteza y Wolfram- al escuchar las palabras de Gunter, Yuuri bajo la mirada tratando de ocultar su descontento.

Por su parte, un rubio acompañado de la hermana de su prometido caminaban por uno de los pasillos de pacto de sangre, dirigiéndose a donde los habían mandado llamar.

-¿Yuuri estaba ahí?- preguntó un poco decaído el oji-verde.

-Sí, tal parece que no estaba bien cerrada la puerta y estaba escuchándonos- dijo con un semblante serio la chica.

-Ya veo- la peli-negra giro su rostro para mirar a su acompañante, el cual se mostraba bastante decaído, sabía que lo que estaban haciendo no era para nada fácil, mucho menos para el chico que la acompañaba pero en verdad quería hacerlo feliz, tanto a él como a su hermano, aun si eso significaba ganarse  el odio del pelinegro, estaba dispuesta a correr el riesgo después de todo, no es como si nunca hubiese estado sola.

-No te preocupes, todo saldrá bien, te prometo que yo le mostrare a Yuuri Shibuya a apreciar lo que tiene- dicho eso, ambos jóvenes continuaron caminando hasta la oficina del maou, al entrar notaron la presencia de los más allegados a la corona, así como que ellos eran los únicos que faltaban.

Al entrar al lugar, Naomi logró ver como el joven rey no les quitaba la vista de encima, supuso que ya empezaba a hacerse conjeturas de lo que hacían tanto ella como su prometido, por lo cual, como una manera más de hacerlo enloquecer, tomo al rubio de un brazo y lo sentó muy cerca de ella.

Todos habían notado la manera de actuar de la chica, así como la reacción poco favorable del rey, aun y a pesar del tenso ambiente que se estaba formando después de la entrada de los recién llegados, el general Voltaire se dispuso a hablar, pues el asunto que tenía que tratar con todos los presentes debía ser enfrentado lo antes posible antes de que se le saliese de las manos.

-Bien, ahora que ya todos están aquí supongo que podemos empezar-dijo Gwendal mientras tomaba lugar a un costado del maou.

-Es muy extraño que nos mandaras llamar a todos, ¿sucede algo?- preguntó el castaño un tanto extrañado por la actitud de su hermano.

El peli-gris observo a su alrededor, en aquella mesa de madera se encontraba su madre, hermanos, el rey, su alteza, el consejero real, su santidad e incluso Yozak, pero lo que más le preocupaba, era que apenas el día anterior, el gran sabio le había pedido explicaciones acerca de un asunto que el mismo se había encargado de que fuera secreto, pero debido al semblante que el chico mostró, la única salida que encontró fue informar a todos acerca de la situación.

-Como recordaran desde hace algunos días atrás han estado llegando algunos reportes de los países que conforman la alianza.

-Así es, reportes del comercio con nuestro reino- comentó el rubio.

-No precisamente, al inicio fue así pero después de algún tiempo, en los reportes venían algunas peticiones de ayuda en donde los gobernantes nos informaban acerca de algunas desapariciones extrañas, en un inicio no creí que fuera tan grave y envié a algunos soldados a investigar, pero todo cambio cuando la misma situación se comenzó a presentar pero en lugares distintos, primero fue el reino de Maika, después Kusakusa y así se ha estado expandiendo por otros reinos, al ver que la situación empeoraba, decidí enviar a investigar a Yozak, pero tal parece que no se obtuvieron los resultados esperados.

Tras decir todas aquellas palabras, el resto de los presentes se quedaron en silencio, pues seguían sin entender del todo lo que estaba sucediendo, además, el hecho de que el peli-naranja no lograra conseguir algún avance era bastante alarmante, aunque debían suponer que aún le faltaba más al general por contar, pues de no ser así no los hubiese reunido.

-Aún hay más, ¿no es así, Sir Von Voltaire?- exclamó Murata recargado en uno de los libreros mientras miraba fijamente al mencionado, pero para la sorpresa del chico, no fue él quien contesto.

-Así es su santidad, lo que el general les ha dicho hasta ahora, es solo una parte de todo lo que ha acontecido, honestamente ni siquiera yo puedo entender toda esta situación, pues como ya se dijo, su excelencia me envió a investigar pero con lo único que me encontré fue con miles de personas asustadas y a punto de enloquecer, pues ya no solo eran desapariciones, sino que también asesinatos, los hogareños en más de una ocasión encontraron partes de cuerpos en sus sembradíos o cerca del río, los reinos son un caos a causa de esta situación.

Al terminar de decir todo aquello, el peli-naranja apretó fuertemente sus manos ya hechas puño, se sentía realmente impotente, pues aun que él mismo estuvo presente en aquellos lugares, no pudo hacer nada por todas esas personas que desesperadas buscaban ayuda en los soldados, implorando en que los protegieran.

-Pero debe de haber alguna pista, alguna clase de conexión o de secuencia que nos permita saber dónde atacaran de nuevo,  porque no puede ser una sola persona quien haga todo eso- comentó el castaño mientras miraba de reojo a Yozak.

-Hasta ahora nuestros hombres no han encontrado nada por el estilo.

-El general tiene razón, no hemos podido dar con ningún indicio que nos aclare esta situación, además concuerdo con usted capitán, es imposible que se trate de un solo individuo, pues algunas de las desapariciones ocurrieron casi en el mismo momento, pero aun así, las acciones de esos individuos son totalmente impredecibles.

-¿Por qué alguien secuestraría a campesinos si al final terminaría por eliminarlos?-Con esa duda en su mente el consejero real comenzó a buscar algunos documentos en el escritorio del maou el cual permanecía en silencio, pues no dejaba de mirar cómo tanto su hermana como su prometido se susurraban cosas, acción que lo estaba molestando, ¿Por qué diablos se secreteaban? ¿Qué no sabían que eso era de mala educación?

-¿Cómo se supone que debemos actuar ante un enemigo que ni siquiera conocemos?- preguntó un tanto confundida cierta rubia.

-Aún no lo sabemos madre, pero debemos parar con todo esto antes de que sea demasiado tarde.-

-Tal vez lo mejor por ahora sea solo investigar- dijo Naomi mientras observaba al general.

-¿Qué quiere decir alteza?- preguntó Conrad.

-Pues según con todo lo que han dicho hasta ahora, la información que tenemos sobre el enemigo, es casi nula por no decir que inexistente, entonces siendo la situación como es ¿Cómo pretenden acabar con algo que no conocen? Sin datos o alguna pista siquiera no estaremos cerca de detener todo esto.

-¡Pero alteza! Hay gente que está corriendo peligro haya fuera, no podemos simplemente dejar que mueran con el fin de obtener información.

-Eso es algo que ella tiene muy claro, Von Christ pero concuerdo en que de otra manera no avanzaremos con esta situación-comentó el gran sabio.

-Siendo así lo mejor será que aumenten la cantidad de soldados que enviemos en cada reino, que obtengamos información no significa que dejaremos que se pierdan vidas inocentes.

-Pero hermano, si enviamos más hombres el castillo quedara vulnerable- dijo con voz preocupada el oji-verde.

-Aún hay soldados en la academia militar que están dispuestos s dar su vida por su pueblo, además nuestra prioridad por el momento es acabar con todo esto.

Después de algunos minutos en los cuales, se acordó que el plan de recolección de información se llevaría a cabo ese mismo día y que tendría una duración de tan solo una semana, una a una de las personas que se encontraban en aquella habitación se marchaba para continuar con su rutina.

-¡Wolfy! espera tienes algo en tu cabello- dijo Naomi al momento que se levantaba de la silla y recorría con sus finos dedos aquellas hebras doradas.

Por su parte, para Yuuri todo paso en cámara lenta, desde el momento en que la chica lo llamo de forma tan cariñosa a su prometido, hasta el momento de que toco el rubio cabello del otro, aquellos cabellos que a él mismo le encantaba acariciar, aquella melena que desprendía un aroma tan dulce que lo embriagaba, que lo volvía loco, que lo… ¿enamoraba?, acaso ¿él estaba enamorado de Wolfram? Por supuesto que no, pero al ver como su hermana tenía aquellos acercamientos con el oji-verde simplemente lo enfurecía.

-¡Naomi! … ¿podemos hablar?-terminó por decir el joven maou mientras golpeaba la mesa con las palmas de sus manos, no sabía por qué pero necesitaba aclarar todas aquellas ideas que rondaban en su mente, en eso estaba hasta que observó como la pelinegra se acercaba hasta el rubio y le susurraba algo, a lo cual el otro solo respondió con un notable sonrojo en las mejillas.

-¡Ahora! Me gustaría que habláramos ahora, a solas- exclamo el moreno mientras con una mirada, les indicaba al resto que lo dejaran  solo con ella, ya completamente solos, ambos chicos se miraron a los ojos, el rey le dedicaba una mirada llena de desconcierto y un poco de enojo, mientras la chica lo observaba de una manera bastante burlona.

-Dime, ¿Qué quieres hablar conmigo?- preguntó la chica mientras se recargaba en uno de los respaldo de las sillas.

-Bueno, solo… quería preguntarte algo- por alguna extraña razón, todo aquel coraje que hace algunos minutos lo había invadido, en ese instante lo había abandonado, pues el moreno estaba comenzando a tartamudear.

-¿Qué?

-Tú y Wolfram… han estado pasando mucho tiempo juntos ¿cierto?

-Tal vez.

-No sabía que fueran tan cercanos.

-Bueno, no es algo que sea de tu incumbencia- tras aquella palabras, el maou quedó sorprendido, pues no entendía lo que trataba de decirle.

-Como Wolf es mi prometido pues…

-¿Tú prometido? Pero si tú mismo me dijiste que solo eran amigos- dijo la chica mientras soltaba una risilla.

-Sólo somos amigo, pero también prometidos.

-Realmente no te entiendo Yuuri, primero llamas a tu compromiso un error y luego lo sacas a relucir, ¿qué pretendes?

 -¡No! ¿Qué pretendes tú? ¡Primero preguntas acerca de mi relación con Wolfram, él y yo peleamos y luego tú comienzas a acercarte más a él!

-Ese no es asunto tuyo, además ustedes solo son prometidos legalmente, pero no hay sentimientos de por medio, sobre todo por parte tuya, así que no hay ningún problema en si decido acercarme a él o no.

-¡¿ESTAS ENAMORADA DE WOLFRAM!?-terminó por gritar el joven rey mientras miraba fijamente a la chica frente a él, la cual solo sonrió y comenzó a caminar en dirección hacia la puerta.

-Sabes, él es un chico realmente encantador pero no, no estoy enamorada de él y mi objetivo no es seducirlo, sino hacerlo feliz.

-¿Qué quieres decir?

-Quiero decir que quiero ver a Wolfram ser feliz con un verdadero hombre, no con un intento de tal- dicho eso, la chica abandonó la estancia.

Aún con aquellas palabras rondando en su mente, el moreno se dejó caer en la silla más cercana, no podía terminar de asimilar lo que su propia hermana le acababa de decir, un verdadero hombre, eso era lo que ella creía que era lo mejor para su prometido y tal vez fuera cierto entonces ¿Por qué no podía aceptar una escena en la cual Wolfram estuviera al lado de otro hombre que no fuese él?

-¿Aún sigues si creer en lo que te dije?- dijo cierta pelinegra mientras salía de la habitación en la cual había estado con su hermano.

-Simplemente… no puedo creerlo… yo nunca creí que él dijera cosas como esas- al decir todas esas palabras, el menor de los hijos de la ex maou comenzó a caminar en dirección a los jardines, pues seguía sin creer todo lo que había escuchado de boca del moreno.

-Entiendo el hecho de que lo dudaras- comentó la chica haciendo que su acompañante detuviera su andar, pero sin dejar de darle la espalda- sé que tu corazón está muy herido, rechazos, palabras hirientes, desplantes, sé que lo que has vivido en este compromiso no ha sido fácil y es por eso que me ofrecí a ayudarte.

-¿Por qué?

-¿Por qué, qué?

-¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué quieres verme feliz?

La joven guardo por un momento silencio, analizando cada una de las preguntas que él otro le había hecho ¿Por qué? Esa era la misma pregunta que ella se hacía ¿Por qué ayudar a alguien que recién conoces? Y no es como si pudiese decir que lo hace por su hermano, ya que realmente no lo veía del todo como aun familiar, lo creía cercano pero solo eso, tal vez se debía a que se veía reflejada en aquel chico de rubios cabellos, pero a diferencia de ella, él no estaría solo.

-No lo sé, por gusto, para des aburrirme, realmente no tengo idea, lo único que si te puedo decir es que tú no estás solo, ya no más porque ahora yo estoy contigo, aun si eso significa el desprecio de algunos-Dicho eso se marchó en dirección contraria a la del oji-verde, perdiéndose en la inmensidad de los pasillos.

Dos día habían pasado desde aquella charla que había tenido con Naomi y aquellas palabras seguían atormentándolo, además de que seguía distanciado de su prometido, cosa que para los habitantes del castillo no pasaba desapercibido, ya que no dejaban de preguntarle acerca del comportamiento de ambos, además para colmo, ya no solo era con el rubio sino también con su hermana la cual ni se inmutaba en hacer notar su molestia hacía él.

Con la cabeza agachada y miles de ideas rondando por su mente, Yuuri decidió adentrarse por los inmensos jardines de pacto de sangre, necesitaba distraerse, aclarar su cabeza, pero simplemente no podía, además estaba preocupado de que la situación empeorara ya que hasta su querida hija Greta  comenzaba a cuestionarle acerca de una posible separación entre él y el oji-verde y aunque rápidamente la tranquilizaba diciéndole que eso no pasaría, parecía que no convencía del todo a la castaña.

Caminando sin rumbo alguno y con sus ideas revueltas, el joven rey alzo su mirada, encontrándose con cierto castaño, el cual se encontraba frente aquel círculo de flores que su madre les había dedicado, así se mantuvo por algunos minutos, solo observando cada uno de sus movimiento hasta que una idea cruzo por su mente ¿podría pedirle un consejo a su padrino? Si bien, tal vez no se lo mejor, ya que era un asunto relacionado con su adorado hermano menor, aunque no necesariamente debía decirle que él rubio estaba relacionado, además lo único que necesitaba era que le aclarara una pregunta, la cual no lo dejaba en paz.

-¡Hey! ¡Conrad!- gritó mientras se acercaba de a poco hasta él.

-Buenos días majestad, ¿Sucede algo?- pregunto un tanto extrañado el mayor.

-Es Yuuri, ya te lo he dicho y bueno… no realmente… yo… solo quería… preguntarte algo- tartamudeo el pelinegro mientras desviaba la mirada.

Ante aquella acción, el soldado mostró una pequeña sonrisa que adornaba su rostro, pues desde hace un tiempo esperaba a que su ahijado viniera a consultarle acerca de su problema con su pequeño hermanito, aunque conociendo la personalidad del moreno, tal vez no se lo diría directamente.

-Claro, dígame.

-Para ti… ¿Qué es un hombre de verdad?

Sorprendido ante la pregunta, el mayor guardo silencio, pues de todas las posibles dudas que creyó que tenía el menor, nunca creyó que le preguntase algo como eso, quería saber más para poder ayudarlo pero tal vez el chico aún no estaba listo, por lo cual se limitaría a contestar su pregunta.

-Supongo que eso depende mucho del punto de vista de cada persona, pero si pregunta acerca del mío, puedo decir que un verdadero hombre es aquel que defiende sus ideales, que trata a los demás como un igual, para el cual no existen los imposibles cuando se trata de defender lo que él cree como correcto pero sobre todo, es el dar el todo por las personas que ama, ser capaz de desafiar a la muerte misma con tal de estar con la persona dueña de su corazón.

-La persona que amas- dijo en un leve susurro el pelinegro mientras posaba su mirada en el infinito, esa frase realmente le había dado mucho en que pensar ¿Realmente amaba a Wolfram? Sí, los dos eran chicos pero ¿realmente eso importaba? ¿Qué acaso lo más normal no era estar con esa persona especial fuese como fuese? Y si se ponía a pensar más a fondo, el rubio si era alguien de suma importancia en su vida, era el otro padre de su hija, su mejor amigo, su protector, su compañero de aventuras,… su prometido, pero ¿realmente podría estar con él sin alguna clase de duda?

Al ver el rostro del joven rey, el castaño supo que lo mejor era dejarlo solo ya que al parecer, acababa de hacer que el otro por fin se diera cuenta de sus propios sentimientos, por lo que, de la manera más sigilosa posible se fue retirando del lugar, ya habría otra ocasión en la cual pudiera hablar a su ahijado, por lo mientras, lo mejor era dejarlo reflexionar ya que era demasiado lento en algunos aspecto, específicamente en su vida.

Recorrió algunos de los pasillos del inmenso castillo en dirección a la oficina de su hermano mayor para poder informase del cómo iba la investigación en cuanto a las desapariciones, seguía sin poder creer que pese al aumento de seguridad en las áreas afectadas, las desapariciones no cesaban y para empeorar las cosas, los responsables del acto no daban algún indicio, como si todo eso fuera el crimen perfecto, en eso estaba hasta que escucho una voz desconocida proveniente de los patios de entrenamiento, al dirigir su mirada hasta la persona dueña de aquella voz, se encontró con un peli-rojo dando órdenes a otros soldados, lo observo por un rato más, pero no logró reconocerlo, además de que aquel patio específicamente, estaba reservado para los soldados de más alto rango, como los integrantes de las escoltas personales de los nobles o allegados al rey.

-¡Soldado!- exclamó Conrad, llamando la atención del chico, el cual se acercó rápidamente hasta su superior.

-Dígame, Sir Weller- contestó firmemente el mencionado.

-¿Cuál es tu nombre y quien te ha puesto en ese rango?

-Mi nombre es Kilian Bythesea y quien me ha dado este puesto fue el general Voltaire.

Dicho eso, el castaño le indico que podía marcharse y continuo su camino, supuso que el peli gris debió de haberlo recluido no hace mucho, ya que no lo había visto jamás aunque le era bastante extraño que teniendo poco tiempo en las tropas reales, ya tuviera un cargo como ese, por lo cual lo mejor era preguntarle a su hermano, pero lo que más llamó su atención, fueron ciertas marcas que sobresalían de su uniforme aunque no les tomo importancia.

Ya en la oficina del general llamo algunas veces a la puerta, hasta que escucho la aprobación, al adentrarse en el lugar, se encontró con el mayor de sus hermanos rodeado de papeles en compañía de cierto peli naranja que lo miraba con una sonrisa divertida.

-¿Aún no tenemos nada?- pregunto el castaño al estar dentro de la habitación.

-No, tal parece que no hemos avanzado ni un poco en estos días- contesto el espía.

-Ya veo, por cierto, Gwendal quería preguntarte ¿Quién es ese soldado llamado Kilian Bythesea?

-Creí que tú lo habías reclutado- dijo un poco intrigado el mayor.

-Si no lo has hecho tú ¿Por qué le has dado ese cargo?

-Bueno, aun pudo haber sido Gunter y eso no tiene nada que ver, ese joven ha demostrado tener las habilidades necesarias para contraer la responsabilidad del puesto que tiene, de hecho he estado pensando en integrarlo a mi guardia personal.

-¡Ha! Conrad, que bueno que estas aquí, ¿sabes algo de Carlos y Joel?- preguntó un agitado peli lila que entraba inesperadamente en la habitación.

-Deben de estar dando su ronda diaria por el palacio- contestó con simpleza el mencionado.

-Eso es imposible, he estado preguntando por ellos ya que no los he visto y el resto de los guardias me has dicho que hace días que no los han visto.

-Ahora que lo dice, hace poco he escuchado acerca de algunos soldados que se han encontrado heridos y ahora se encuentran inconscientes bajo la vigilancia de Gisela.

-No puede ser…- dijo el general mientras se levantaba de su asiento.

 

Una semana se había cumplido desde el día en que se había llevado a cabo la reunión en la cual les habían informado acerca de las desapariciones y en el cual, también había discutido con su hermano, desde entonces lo ignoraba o simplemente lo evitaba, aún seguía frecuentándose con Wolfram, aunque últimamente se formaban ciertos momentos incomodos que no podía eliminar.

En ese instante, Naomi se encontraba yendo rumbo a su oficina para realizar sus deberes, ya que desde hace un tiempo sus días eran realmente pesados, en las mañanas, antes de que saliera el sol entrenaba con Conrad, gran parte del día se la pasaba estudiando, a medio día iba a sus sesiones con el rubio y por las tardes se encerraba a firmar cientos de papeles.

Aún seguía pensando en todo lo sucedido con su hermano, no estaba segura de que lo que le haya dicho haya sido lo mejor, en eso estaba hasta que observo una puerta medio abierta, se acercó de a poco y notó que dentro de ella se encontraba el ex príncipes sentado frente a un escritorio con cientos de sacos llenos de papeles.

-Hola- dijo la pelinegra mientras entraba al lugar.

-Hola.

-¿Todas esas cartas son para ti?- pregunto la chica al observar miles de sobres sobre la mesa con el nombre de su acompañante.

-Sí, bueno no son cartas, son peticiones de matrimonio y esas cosas- contesto un tanto cohibido el rubio.

-Sí que son bastantes.

-Y eso que ya algunos se rindieron.

-¿Qué quieres decir?

-Desde que me comprometí con Yuuri, los obsequios y cartas disminuyeron, aunque debido al rumor de que mi compromiso con el maou fue solo un accidente, algunos pretendientes siguen tratando de acortejarme.

La chica estaba a punto de hablar hasta que escuchó un pequeño rechinido proveniente de la puerta, entonces recordó que no la había cerrado del todo y que él único capaz de interesarse en su conversación, era cierto moreno.

-Mira a este de aquí, no lo sé, es realmente atractivo y de buena familia, deberías tomarlo en cuenta- dijo con una sonrisa en su rostro tratando de darle una señal a su acompañante.

-Tal vez tengas razón.

-Y dime ¿Ya has pensado en lo de romper tu compromiso?- antes de que él otro contestara, un potente golpe invadió el lugar, pues el joven rey acababa de hacer acto de presencia aventando violentamente la puerta.

-Wolfram te estaba buscando, ¡oh! Naomi no me di cuenta de que estabas aquí, como sea Gwendal te ha estado buscando deberías ir a verlo y bueno, vámonos Wolf hay cosas que debemos hacer- termino de decir Yuuri mientras jaloneaba fuera del lugar a su prometido.

-Siempre tan oportuno hermanito…

Notas finales:

Lamento no averlo subido ayer, pero por eso trate de hacerlo lo más temprano que pude hoy, espero que les guste y me dejen sus lindisimos comentarios.

Bye Bye :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).