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Detrás del origen por Leila Bielefeld

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Notas del capitulo:

Aquí un cap. más espero les guste :D

Tengo algunos avisos que dar, así que por favor revisen las notas finales, sin más espero que disfruten de la historia.

-Ha llegado respuesta de Shin Makoku, al parecer llegaran mañana al medio día.

-Gracias por informarme-contestó de manera simple la chica sin apartar la mirada del inmenso jardín que estaba frente a ella.

Agradecía el poder haber llegado a un acuerdo con el rey del lugar aunque no haya sido tan fácil, claramente hubo algunos términos que simplemente no le habían agradado como el hecho de que tanto Telma como Keenan y Adalbert permanecieran en una especie de aislamiento en una de las habitaciones del palacio para, según ellos, asegurarse de que no causaran alguna clase de destrozo, era más que obvio para ella que ante esas personas, no era más que una pobre chica incapaz de actuar de manera independiente sin su pequeño grupo de compañeros, sería de lo más divertido hacerles ver que a quien tenían que haber encerrado por su propio bien era a ella y no a sus acompañantes sin embargo, debía permanecer tranquila o de lo contrario no sería capaz de regresar junto a su hermano.

-Sé de antemano que no soy a sus ojos la persona más confiable del mundo, pese a eso si tiene algo que decir le agradecería que fuera lo más directa posible, me incomoda el simple hecho de que solo me observe de arriba hacia abajo-dicho eso finalmente posó su mirada sobre aquellas orbes grisáceas que no dejaban de observarla, no tenía alguna clase de duda que ante esa mujer no era más que un problema, era por ella que tuvo que aceptar el encierro de los otros, el hecho de que solo pudiera verlos una vez al día y que tuviera a un par de soldados siguiéndoles los pasos como si de un delincuente se tratara, por supuesto que le molestaba no solo la mirada que le dirigía sino su presencia.

-Me alegra saber que no te andas con rodeos, me gustaría que así como eres de directa con estas cosas lo fueras para aceptar que eres realmente del maou-comento la castaña acercándose un poco más a la pelinegra.

-Soy su hermana, ya se lo he dicho.

-El maou no tiene hermanas.

-Pues me tiene a mí.

-Tienes suerte de que el rey sea tan benevolente, de lo contrario ya me habría hecho cargo de ti y de esa bola de delincuentes, junto con su supuesta aldea llena de ladrones.

Ante lo dicho Naomi no pudo más que tratar de controlar todos aquellos sentimientos que amenazaban con salir en forma de palabras, tan filosas y dañinas como cuchillas, no era el momento, ya le habían hablado acerca de controlar su temperamento, ella misma se había visto cara a cara con los resultados que una mala jugada podían traerle sin embargo, escuchar aquellas palabras, todo aquel desprecio por parte de esa persona la hacía querer írsele encima ¿cómo podía hablar así de toda esa gente? No los conocía de eso estaba segura y quizá ella tampoco al menos no del todo dado que solo pudo tratarlos por un lapso muy corto de tiempo, sin embargo no era tonta, sabía que algo estaba sucediendo en el lugar ya que la actitud de los habitantes se lo decía, estaban en pánica, se escuchaban rumores y las únicas personas a las que había visto hacer algo al respecto eran las mismas que en un intento de ayudarla en ese momento se encontraban cautivos entre cuatro paredes.

Se imaginaba que los otros no habían notado como ella se percataba de las órdenes que dejaban antes de partir hasta aquel palacio, de cómo incluso se les había dejado en claro a todos aquellos que montaban guardia que, de ser necesario, se concentraran en retener a aquellas criaturas que los amenazaban y que su prioridad fuese el ayudar a los habitantes de cualquiera de las aldeas contiguas que fueran atacadas, tampoco había pasado por alto el hecho de que muchos no concordaban con aquella idea alegando que, de ser ellos quienes estuvieran en problemas, ninguna de esas personas iría a socorrerlos pese a eso Adalbert con algunas palabras había logrado convencerlos; incluso recordaba cuanto había insistido por saber más del asunto pues todo eso de alguna u otra forma se le hacía de lo más similar por mucho que lo negara, tenía miedo de que otra tragedia fuese a suceder, no se creía capaz de soportar más peso sobre sus hombres al menos no sola pero, dadas las circunstancias lo único que había logrado conseguir fue un “no es de tu incumbencia” por parte de todo aquel que le preguntaba, realmente creía que si así se veía ella cada vez que mostraba su lado poco favorable, ya no cabía duda del por qué había terminado en aquella situación.

Con la mirada firme continuó analizando cada facción de aquella mujer, ya tendría otra oportunidad de cobrárselas como era debido, pero por el momento se limitaría a guardar silencio al menos hasta que su enojo desapareciera o de lo contrario eso terminaría muy mal.

-¡Mi señora!-dijo un soldado entrando de manera estrepitosa a la estancia y dirigiéndose a Laila, quien al parecer había comenzado a relajar sus facciones ante la presencia del recién llegado.

-¿Qué sucede?

-Los Faoladh mi señora, han sido vistos en las costas del sur.

- ¿Faoladh?-preguntó al aire la pelinegra sin tomarle importancia a la mirada poco agradable que la castaña le regalaba.

-Así llamamos a los seres enormes y de negro pelaje que han…

-¡Soldado!-exclamó de manera firme la mujer haciendo que el hombre guardara silencio y tomara una posición firme al instante-No creo que a nuestra invitada le interese esa clase de asuntos, que reúnan a un grupo de hombres y que partan al lugar y otros más se sumen a la guardia del rey, no quiero ninguna parte del castillo desprotegido.

-Si mi señora-fueron las últimas palabras del hombre antes de salir completamente de la habitación a la vez que el sonido de otras voces y el correr de otros pasos lo seguían.

-Los guardias están a fuera de la habitación, no haga nada extraño o de lo contrario me veré en la penosa necesidad de tomar medidas extremas-comentó fugazmente Laila mientras se encaminaba a la puerta, sabía que esa chica conocía más de lo que decía sin embargo no la obligaría, ya buscaría su oportunidad en cuanto el maou pisara esas tierras pues no creería que la farsa le durara mucho.

-Que ataquen cerca de la parte trasera del cuello, hace que se muevan más lento-dijo Naomi mientras observaba como la mujer se paraba en seco y la observaba nuevamente-No hay que ser un sabio para entender que está sucediendo, aunque no creía que llegaran hasta acá, probablemente la alianza no tarde en reunirse.

Dicho eso observo como su acompañante recuperaba su andar azotando tras de sí el inmenso trozo de madera, no había necesitado más que aquella descripción para saber que se trataba de aquellas bestias, las mismas que le habían causado la herida en uno de sus brazos, esperaba que por lo menos en esa ocasión la mujer la escuchara de lo contrario, serían otros los que pagaran las consecuencia.

-Espero que ya lo hallas notado Yuuri…

***

-De acuerdo con la información que hemos recibido el primer batallón se encargará de inspeccionar los alrededores y cubrir cualquier posible entrada hacia el territorio, es probable que el lugar esté totalmente cubierto para cuando lleguemos-dijo Gwendal mientras mostraba diferentes lugares y posiciones sobre un mapa de Francia.

-Con el segundo batallón nos encargaremos de cubrir la ciudad principal, que el tercero en cuanto llegue se encargue de las costas, no quiero que nada entre ni nada salga sin antes ser notificado de ello, de acuerdo a la información que nos dio Yozak ya han sido cubiertas las aldeas aledañas por diferentes grupos que formo y otros más que los pobladores han ido haciendo-dicho eso, el maou continuó observando todo el territorio en el cual en menos de un par de horas tendría que pisar, estaba consiente que como se encontraban las cosas sería de lo más difícil llevar a cabo su plan de la manera adecuada dado que las bajas obtenidas en Caloría no eran precisamente una cantidad para nada menor y aunque contaba con una cantidad de alrededor de ochocientos hombres, bien le hubiese gustado contar con el doble.

-Majestad ¿qué haremos con lo de las desapariciones? Según el informe de Yozak no son muy diferentes de las que han presentado otras naciones además, hace referencia los Faoladh y a los Sluagh que sin duda representaran un problema sin mencionar la falta de apoyo en cuanto a las tropas del rey, según tengo entendido la mayor parte de esta se encuentra resguardada en el castillo-comentó Conrad mientras observaba como la mirada del pelinegro recorría el papel que se encontraba desdoblado frente a ellos de un extremo a otro, sin duda alguna podía notar como el chico trataba de analizar la situación y buscar todas las alternativas que cada acto podrían acarrear ¿realmente aquel chico tan serio y, de alguna forma imponente, era el mismo niño que había llegado meses atrás a Shin Makoku? Se alegraba, de eso estaba seguro, el hecho de ver como su ahijado comenzaba a evolucionar hasta lo que en esos momentos veía, un rey en el frente de batalla dispuesto a todo era de admirarse, sin embargo la sola idea de saber que el joven maou había llegado hasta ese punto solo por medio de una guerra no dejaba de perturbarlo a él y a sus reprimidos recuerdos de Rutemberg que desde lo ocurrido con la hermana de este no dejaba de desbordase de su mente.

-¿Qué son los Faoladh y  los Sluagh?-preguntó un rubio mientras trataba de evitar la mirada del mayor de sus hermanos-Nunca había escuchado hablar de ellos.

-Es normal que no conozcas sobre ellos dado que derivan  principalmente del folclor de la nación del Rey Antoni aunque también son conocidos en otros países humanos claro que con ciertos cambios-dijo el castaño mientras mostraba algunas ilustraciones que le habían llegado junto con algunos reportes de los soldados- técnicamente son seres místicos conocidos por su caza hacia los humanos en tiempos remotos, los Faoladh eran conocidos como bestias mitad lobo mitad humanos encargados de resguardas montañas o algunas clases de monumentos consagrados al dios titánico protector de los humanos, cuando estos fueron destruidos debido a la desaparición de sus seguidores se dice que estas creaturas fueron corrompidas ya que al no tener quienes oraran por ellos su parte animal los consumió convirtiéndolos en simples cazadores y tengo entendido que aunque atacan a humanos y a mazokus por igual,  el poder de quienes tienen maryoku les ayuda a mantenerse con vida por más tiempo y a regenerar sus energías.

-Sigo sin entender eso que tiene que ver con nosotros.-comentó de manera simple el ex príncipe.

-Ya te has enfrentado a ellos Wolf-soltó Yuuri observando la cara de sorpresa de su prometido el cual parecía más confundido que en un principio- son los seres que atacaron Pacto de Sangre y Caloria, solo que los habitantes de Francia decidieron nombrarlos de acuerdo a sus creencias y no los culpo, después de todo, las descripciones encajan bastante bien.

Levantando por primera vez la mirada el peligris no pudo dejar de pensar en lo anteriormente dicho por su monarca, era cierto, toda nación tenía sus propias creencias, sus propias costumbre y por encima de todo sus propias leyendas, no creía que fuera mera coincidencia que las descripciones de esos seres coincidieran de manera tan simple con la de los mitos que había escuchado de algunas tierras humanas, por supuesto que no sin mencionar que incluso todo eso había comenzado de esa manera, con una simple leyenda que hasta ahora no ha podido descifrar del todo.

-Entonces los jinetes que esas cosas llevaban encima ¿eran los Sluagh?

-Así es Wolf o bueno al menos creo que así los llaman.-notando la inseguridad en su ahijado Conrad acercó nuevamente hasta el menor de sus hermanos uno de los dibujos que había recibido.

-En los mitos humanos son mejor conocidos por su parecido a las aves y al constante robo de almas; normalmente se mueven en grupos por lo que si vemos a uno deberemos asumir que no está solo, como sabes siempre van con armaduras ya que según los relatos, se transforman en  soldados que existen solo para obedecer a quien sea más poderoso que ellos debido a que no pudieron robar su alma, en estos casos es preferible enfrentarse a ellos de manera directa, con ataques cuerpo a cuerpo o maryoku que no sea capaz de absorber como en el caso de Gwendal que puede manipular la tierra dado que, de lo contario, con cada ataque se llevará una parte de tu alma que es la que te da el poder mágico.

-Así que en mi caso lo mejor sería utilizar la espada-comentó de manera pensativa el rubio pues como había dicho el capitán Weller, el no poseía alguna clase de técnica que transfiriera su poder a algún material como en el caso del general lo cual representaba una clara desventaja en medio de la batalla pese a eso no pensaba rendirse, ya encontraría otras maneras de enfrentarse con aquellas creaturas, si bien no dudaba de sus capacidades como espadachín mucho menos cuando tuvo, a su parecer y aunque no lo dijera, al mejor maestro de todos cuando era niño y que en esos instantes los acompañaba sin embargo no quería confiarse, no después de lo sucedido en Caloria.

-O no enfrentarlos y mantenerte al margen como se supone debiste de haberte quedado-dijo el peligris observando nuevamente al ojiesmeralda. Estaba molesto y eso era más que claro pero de igual forma estaba preocupado ¿cómo era posible que el maou permitiera que el menor de sus hermanos, quien hasta hace poco había sido víctima de un gran ataque, se embarcara en lo que podría terminar como otra masacre? Simplemente no comprendía que pasaba por la cabeza de ese par y aun con todos los cambios que estaba mostrando el rey no terminaba de convencerse de que todo estaría bien, seguí latente esa duda de si realmente el chico resistiría lo que estaba por venir, aun y a pesar de eso haría lo que estuviera en sus manos para mantener fuera de juego al rubio y si le era posible, enviarlo de regreso en el primer navío que partiera de regreso a tierras mazoku.

-Hermano ya hablamos sobre esto, es mi deber como prometido del rey…-comenzó a decir el chico hasta que notó como su hermano se posaba frente él imponiendo cada vez más su presencia, como recordándole cuál era su lugar, trayéndole vagos recuerdos de su vida en la academia militar y los constantes recordatorios por parte de sus superiores de que él era el subordinado y ellos estaban en otra posición bastante superior a la suya, ahora entendía que aquel hombre de ojos tan azules cual zafiros no solo era el mayor de sus hermanos, sino también el general de todo un ejército y la cabeza de una de las diez casa nobles más importantes del reino, quizá, solo quizá en algún punto había olvidado la diferencia entre ellos, había borrado la gran brecha entre un hombre que era su orgullo y ejemplo a seguir a él, que no era ni siquiera el total heredero de una casa noble y solo era conocido como un ex príncipe que encandilaba con su parecido a su progenitora, realmente hace mucho que no recordaba esa gran diferencia.

-Tú deber como soldado al servicio de la corona es obedecer a tus superiores, así que en cuanto lleguemos a Francia tú y tu escuadrón personal permanecerán en los puertos a cargo de las embarcaciones y en caso de que la situación se torne catastrófica serán los primeros en partir junto con los refugiados-finalizó el mayor  sin apartar la mirada de quien estaba frente a él a la vez que de reojo notaba como el castaño solo había retirado la vista a otro lugar mientras permanecía en silencio, sabía que este no se entrometería en la conversación ya que de una u otra forma pensaba igual que él, estaba consciente de que estaba siendo por demás injusto y hasta cierto punto prepotente pero no se permitiría más errores ya había cometido uno al dejar marchar a su madre sin más confiando en una promesa que sabía no podría cumplir dadas las circunstancias y ahora, con las cosas complicándose cada vez más mantendría a Wolfram tan lejos del campo de batalla como le fuera posible aún si en el proceso debía destruir sus orgullo como soldado y noble, estaba dispuesto a correr el riesgo.

-Es cierto que  ese es su deber como soldado pero su deber como mi prometido y futuro rey consorte de Shin Makoku es permanecer a mi lado en toda situación-comenzó a decir Yuuri mientras empujaba a su prometido a sus espaldas, mentiría si dijera que estaba totalmente tranquilo por supuesto que no, jamás en su vida podría estarlo sabiendo que se estaba enfrentado a nada más y nada menos que Gwendal Von Voltaire sin embargo la manera en que había tratado al rubio le pareció de lo más ridícula si bien entendía la preocupación del mayor por lo que de antemano sabía, era el tesoro de esa extraña familia a la cual pertenecía su prometido sin embargo, aplastar de esa forma el espíritu del chicos, hacerlo añicos con tal de alejarlo no creía que fuera la manera correcta- y antes que soldado es mi prometido así que si hay alguna objeción con que este acompañándonos en este viaje recuerden que no es una sugerencia, es una orden, Wolfram permanecerá a mi lado por lo tanto su escuadrón formará parte de los soldados que nos custodiarán del puerto  hasta el castillo del rey Antoni.

***

Solo el sonido del constante traqueteo del carruaje lo mantenía sujeto a la realidad pues finalmente tras miles de cosas se sentía aliviado de saber que dentro de poco regresaría al templo, esperaba que en el tiempo que había pasado entre su investigación en cuanto a Élian Von Grantz, el ataque a Caloría y el secuestro de Naomi se haya hecho algún avance con lo concerniente a Shinou, ya finalmente sabía que estaba sucediendo o al menos eso creía sin embargo no entendía como después de todo, ese espíritu no era capaz de volver, ya el cazador de sueños no estaba, aquellas bestias no habían sido vueltas a ver en territorio mazoku, ya no había ninguna clase de bloqueo entonces ¿dónde rayos estaba ese tonto rubio? Sobre todo ahora que más necesitaba de él, pues era el único que era probable conociera mejor al enemigo.

Ya finalmente frente a la inmensa construcción de ladrillos agradeció al soldado que lo había llevado hasta el lugar y comenzó a adentrarse, aún tenía demasiadas cosas por hacer entre ellas revisar algunos escritos que el joven Grantz le había proporcionado y que, a pesar de no estar el chico totalmente seguro de que contuvieran algo realmente valioso, le había asegurado le ayudarían a entender mejor las cosas y quizá ver algo que ante los ojos de una persona normal podrían pasar desapercibido.

-Oh su santidad que bueno que ha regresado, no lo esperábamos hasta dentro de dos días-comentó una de las sacerdotisas que caminaba por uno de los pasillos laterales a un par de metros del gran sabio.

Tratando de caminar lo más rápido posible el chico solo comenzó a reír de manera nerviosa ya que si mal no recordaba, esa era una de las chicas que normalmente solo le hablaba para arreglar algún desperfecto del templo y como veía las cosas, hacer de jardinero o constructor no estaba precisamente en sus planes de “salvar al reino” o mínimo a su persona.

-Espere alteza-gritó la chica al notar como el de anteojos comenzaba a alejarse cada vez más de ella- la gran sacerdotisa está en el cuarto de meditación y pidió que en cuanto pisara un pie aquí fuera llevado con ella, dijo ser algo realmente urgente.

-Deja esto en la habitación que normalmente ocupo por favor-soltó el chico de manera apresurada acercándose nuevamente a la mujer mientras le entregaba el montón de papeles y libros a la vez que salía corriendo hasta el lugar que le habían indicado, su pecho comenzaba a sentirse cada vez más adolorido como si tratara de advertirle de algo, por un momento pensó que se trataría del rey original pero había descartado la idea al no notar rastro de alegría en la chica con la que minutos atrás había hablado sin mencionar que de haber sido el caso él hubiera sido el primero en ser visitado por ese demonio travieso, ya frente a la puerta no se inmuto en siquiera pedir permiso pues algo muy dentro de él le hacía tener un deja vú pero no cualquiera, sino uno en particular, el de la llegada de la hermana de Shibuya.

-Su santidad, gracias a Shinou que por fin llega-pronunció una pequeña peli plateada la cual se encontraba frente a la inmensa esfera que mostraba las estrellas pertenecientes a los reyes de aquella nación que aún permanecían vivos.

-¿Qué sucede Ulrike?

-Un cataclismo su santidad, uno de grandes proporciones en las estrellas.

Dicho eso el estratega finalmente se acercó hasta aquella esfera la cual parecí que dentro de ella se llevaba a cabo una tormenta de grandes proporciones que permanecía algunos instantes para luego desaparecer y reaparecer como si fuera un ciclo sin fin.- ¿No se trata de algo referente a la hermana del rey?-preguntó pensando que era probable que se debiera a que quizás por fin despertaran sus poderes.

-No su santidad observe bien.

Percatándose mejor de lo que la pequeña sacerdotisa decía pudo notar como en el centro de ese pequeño universo que era enfrascado en ese trozo de cristal, la estrella característica del actual maou comenzaba a pasar por una especie de metamorfosis, como si el astro estuviera a punto de sufrir una supernova, fue entonces que cayó en cuenta de lo que realmente estaba sucediendo.

-Se está formando una nebulosa a partir de la supernova que está pasando la estrella de Shibuya, pronto surgirá una nueva estrella.

-Su santidad ¿Se encuentra bien?-pregunto la más pequeña alarmada al notar el recio semblante que presentaba el pelinegro.

-¿Cómo demonios se te ocurre hacer esto ahora Shibuya?

***

 -Tome majestad, Sir Weller ha pedido que se le entregue-comentó un soldado mientras se acercaba al moreno el cual no hacía más que observar a la lejanía mientras que de reojo, se percataba del objeto que le era entregado.

-Así que tú también viniste al viaje ¿no?-dijo el chico con una leve sonrisa escuchando los característicos sonidos de Morgif el cual no paraba de hacerlos, como reclamándole el hecho de que no lo tomara mucho en cuenta-lo sé, no te he llevado conmigo pero ahora tendremos que permanecer juntos más seguido así que hagamos un buen trabajo ¿de acuerdo?-preguntó mientras escuchaba nuevamente aquellos extraños ruidos y observaba al soldado hacer una reverencia y marcharse por la misma dirección de la que había venido.

Colocándose por sobre uno de sus costados aquella particular espada se mantuvo observando la intranquila imagen de los tripulantes que lo acompañaban, al parecer la mayor parte de los soldados se alistaban con sus armas y se repartían en medianos grupos que si mal no recordaba, eran los que primero bajarían del barco; regresando una vez más su mirada hacia la infinidad del mar dejó que su mente volara por todos aquellos recuerdos que desde hace días no lo dejaban, desde la masacre de Caloria hasta la partida de Greta, pero lo que más intranquilo lo mantenía era aquel extraño recuerdo que no lo dejaba ni en sueños, aquel en el cual se encontraba a él como mero espectador, primero en un bosque jugueteando con una persona a la cual nunca podía verle el rostro y que sin embargo lo sentía realmente cercano, luego aquella melodía tan dulce, deprimente y nostálgica que siempre sonaba cuando la escena aparecía en su mente.

-Seguiré buscando el camino que me lleve hasta ti, combatiendo a tu lado el monstruo que se formó en mí-dejó salir en un susurro aquella parte de la canción que continuaba rondando en su cabeza, había algo en la letra, algo más que una simple composición que podría retornarnos a los fatídicos tiempos de guerra pero no sabía qué, sin mencionar que a pesar de tener la melodía constantemente resonando en sus memorias, la letra le era confusa, pues cada vez que aquella extraña voz la entonaba en sus sueños especialmente, le era difícil comprender lo que decía, como si hablara otra lengua o murmurara gran parte de las estrofas.

-Ustedes se encargaran de la parte noroeste, ya estando ahí tomen sus posiciones y esperen el resto de las instrucciones por parte del general Von Voltaire- escuchó decir a una voz no muy lejos del lugar en el que se encontraba junto con el estruendoso ¡Si, señor! Por parte de los soldados.

-¿Y usted de que parte se encargara Sir Granzt?-comentó el joven maou mientras apartaba la mirada del océano y la posaba sobre los firmes ojos del chico- pues veo que se acomodó muy bien en esta embarcación.

Sabía de antemano que su actitud no era la mejor pues el chico realmente no estaba haciendo nada malo pese a eso, no podía dejar de sentirse un poco molesto por el desacato a la orden que había dado, quizá no tanto por que hayan pasado por sobre su autoridad ya que realmente eso le importaba muy poco, sino porque creía que estando el chico en el primer batallón podría reducir cualquier peligro pues tenía entendido que en cuanto a tácticas era un verdadero prodigio.

-Realmente la comodidad en esta clase de viajes queda en segundo plano majestad-dicho eso se permitió acercarse al moreno el cual no le apartaba la vista-Y verdaderamente me tiene sin cuidado la molestia que pueda representar mi presencia en este barco ya que mi misión no es la de ser servicial con los tripulantes, esa es la de los criados.

-Al menos ellos saben cuál es la suya ya que usted, por lo que parece, no conoce la que le corresponde como soldado, pues sobrepone sus necesidades personales por las de la nación.

-¿Y usted no? Trayendo de un lado a otro a su supuesto prometido y moviendo a los soldados solo con el afán de encontrar a su hermana.-dijo el ojiazul mientras notaba como el joven rey se ponía cada vez más imponente, no le tenía miedo y ya se lo había hecho saber en la junta con la mesa redonda y esa no sería la excepción, se había propuesto una meta y no pararía hasta cumplirla incluso si en el trayecto perdía sus títulos.

-Conozca su lugar soldado que no solo está hablando de mi hermana y mi prometido sino, de la encargada de los asuntos sociales del reino y una de la integrantes de la familia real, además también se está refiriendo al futuro monarca de Shin Makoku y por consiguiente su rey a quien le debe respeto-finalizó Yuuri mientras pasaba por uno de los costados del joven-No sé qué relación tengas con Naomi, pero más vale que te mantengas al margen, ya se han perdido muchas vidas y no necesitó cargar con otra-tras decir aquella palabras se fue perdiendo entre la multitud de hombres que se movían de un lugar a otro.

-Julia, dime que se supone que haga ahora-comentó el chico mientras sostenía aquel anillo que días atrás había recuperado y dirigía su vista hacía las nubes.

***

Faltaba poco de eso estaba segura pues ya era capaz de escuchar el sonido constante de las olas del mar chocando unas con otras, el canto lejano de algunas gaviotas y el característico olor marino del océano; no estaba del todo convencida de que era lo que podría suceder en tan solo unos cuantos minutos más pues si bien, había logrado llegar a un acuerdo, no creía que las cosas resultaran así de simples como podrían sonar en un principio.

-Bajen- fue la orden de uno de los hombres que los había estado escoltando hasta el muelle.

Con la cabeza en alto fue bajando uno a uno cada uno de los pequeños escalones que tenía la carrosa que hasta entonces los había llevado, percatándose del gran grupo de soldado que mantenían su mirada fija en ellos, como tratando de calcular si cada uno de sus pestañeos era normal o alguna clase de código tal parecía que no querían perder de talle de su persona.

-No los mires y solo sigue caminando.

-No les tengo miedo, Telma-respondió Naomi mientras esperaba a que terminaran de bajar el resto de sus acompañantes.

-Miedo o no, es cuestión de supervivencia, ya tenemos suficientemente apretada la soga al cuello como para que terminan de estrujarla.

Tratando de ignorar aquel comentario se decidió a continuar el recorrido pues de alguna manera aquella mujer tenía razón, después de todo lo que había pasado terminaron con sus vidas pendiendo de un hilo, si bien comprendía que lo más seguro es que aquellos tres tuvieran un plan con el cual salir vivos de la situación, ella no contaba con la misma suerte, solo podía confiar por primera, y esperaba no fuera la última vez, en su hermano.

-Si yo fuera ustedes comenzaría a rezar por mis pecados-comentó una castaña que iba algunos pasos por delante de la pelinegra.

-Y si yo fuera tú, prepararía una disculpa larga y tendida hacia la familia real de Shin Makoku.

-Eso ya lo veremos niña.

Fue lo último que la mujer dijo antes de dar algunas órdenes más a los soldados y adelantarse a lo que suponía sería el lugar de arribo de la embarcada mazoku; comprendía que a esas alturas lo mejor era no enfrentarse a esa mujer, la cual parecía tener más convicción que el mismo rey sin embargo, ya la había aguantado lo suficiente en todo ese tiempo que permaneció en el castillo como para seguir soportándola un minuto más además de que se encargaba, en cada ocasión que tenía, de recordarle que su vida y la del resto dependía de si el maou pisaba esas tierras o no.

-Creí que ya tenías más control de tu temperamento-dijo Adalbert posándose a uno de sus costados.

-Lo tengo, ya no le digo vieja u anciana a Telma, creo que es un avance abismal.

-Sabes a lo que me refiero-comentó el hombre mientras observaba a la chica, la cual al parecer ni se inmutaba con lo que le decía-Creo que ya has jugado lo suficiente con tu vida y con la de los demás como para seguir con esto.

-Nunca he jugado con…-trato de decir la chica sin embargo fue interrumpida por la imponente voz de su acompañante.

-El maou ha movilizado a toda la alianza para encontrarte, incluso después de lo ocurrido en Caloria pues de antemano sé que estuvo involucrado, intentaste hacernos escapar sabiendo que si lo hacíamos solo les daríamos razón suficiente para atacar nuestra aldea y ahora, teniendo un pie en el otro mundo te encargas de poner la mitad del otro también retando a esa mujer a sabiendas que escapar ilesos es prácticamente imposible. Estas sola y lo sabes y no haces más que complicar las cosas en un intento de persuadirte a ti misma, no te importa a cuantas personas te lleves entre tus acciones, incluso teniendo la disposición de ayudarte de ese chico que nombraron maou, no haces más que abrir más tu herida como si trataras de acostumbrarte al dolor así que ahora cállate y haz lo que te dicen, por una vez en tu miserable vida deja de auto compadecerte y darte en sacrificio que eso ahora, realmente no nos sirve-finalizó el hombre mientras se ponía en fila frente al muelle con el resto de los soldados y sus acompañantes, con aquella mujer de ojos grises delante de ellos.

-Conocen el trato, si el maou niega lo que juraron como verdadero u este no aparece, serán sentenciados a ser fusilados, lanzados al mar y la aldea que protegen será destruida-comenzó a decir Leila mientras se mantenía firme junto con otro grupo de soldados custodiando al rey.

-¡Majestad! ¡Mi señora! ¡Se acercan los navíos!-se escuchó decir a uno de los soldados.

Tras aquel potente grito, todo comenzó a pasar como en cámara lenta para ella, desde los susurros de los aldeanos que se encontraban cerca, hablando sobre su raro aspecto, hasta las pláticas de los soldados que se encontraban a sus espaldas, conversando acerca de aquellas criaturas extrañas que rondaban por algunos pueblos, todo ello hasta el momento en que finalmente los tripulantes de aquel inmenso barco comenzaron a descender primero algunos soldados que rápidamente de dispersaron por el pueblo, algunos más que pudo reconocer como la tropa personal de Wolfram y finalmente, aquella figura que resaltaba por sus oscuros colores y que la miraba detalladamente hasta percatarse de los grilletes en sus manos y la presencia de las otras tres personas en sus mismas condiciones.

-Yuuri…-trato de decir antes de notar como una silueta se escabullía a espaldas de su hermano; reconociendo aquella vestimenta blanca, los ojos azul y claros como el cielo pero cubiertos por una neblina pudo percatarse de quien se trataba, aquella mujer que desde hace tiempo no veía y que la había supuestamente preparado para ese mundo, esa persona que en esos instantes la observaba con un rostro preocupado y por demás aterrado, moviendo sus labios en un intento de emitir algún sonido.

-Observa el cielo-fue lo único que alcanzó a descifrar antes de escuchar aquel chillido ensordecedor que recordaba muy bien.

 

Notas finales:

Primero que nada una enorme disculpa por el gran lapso de tiempo que tarde en actualizar, de verdad lo lamento sin embargo siempre estoy pentiente de la historia, de los leídos y comentarios que dejan, creanme que nunca me olvido de la historia y mucho menos de ustedes, también gracias porque a pesar del tiempo sigo notando que continuan leyendo la historia y eso me hace realmente feliz.

Segundo. Estoy a punto de entrar a la universidad así que se vienen tiempos realmente complicados y más que nada el que estaré ocupada,por lo que las actualizaciones pueden tardar un poco más, ojo, esto NO quiere decir que es un anuncio de que dejaré o pausaré el fic, de hecho este mes y el que viene estaré más activa, lo que me lleva al tercer punto.

Es probable que debido a que en estos meses este con más tiempo, llegue a subir hasta dos capitulos, me gustaría que fueran más pero como han notado normalmente son largos así que no creo poder subir más de dos a menos de que estos sean demasiado cortos, todo dependerá de como se vaya desarrolando la historia, así que recuerden estar checando los cap. para no confundirse o hacerce autospoilers, de cualquier manera en las notas iniciales trataré de siempre avisarles pero nunca está de más.

Por último muchas gracias a Hinakoizumi por el dibujo que me hiciste, de verdad creeme lo ví y casi lloré de la emoción, ahora noté que el link no está y no tengo la menor idea de po rqué pero quería que supieras que lo ví y estoy realmente agradecida, de corazón gracias. Y nuevamente mil gracias a Ivonne Gpe. por el comentario en cuanto al extra que hice, creeme que me emocionas con tus comentarios, siento que me pongo a fangirlear con una amiga y claro, mil gracias a todos los que leen, aunque no comenten creanme que llevan un lugar importante en mi pequeño y helado corazón :3

Una cosa más, tengo algunos dibujos de los personajes nuevos de la historia hechos por amigos, como de los sluagh, me gustaría saber si quieren verlos y organizar algún grupo o página.

Sin más, los quiero de verdad, gracias y nos leemos pronto Bye Bye.


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