La música estaba tan alta que amenazaba con romperle los oídos, la gente se agolpaba intentando bailar. Varias veces había estado a punto de ser rociado con alguna bebida alcohólica mientras apartaba a las personas buscando un hueco donde poder respirar. Henry iba detrás de él, aún preguntándole porqué había cambiado tan repentinamente de opinión.
No contestó, fingiendo que no lo oía a pesar de tenerlo casi chillando en su oreja. Llegaron al final de la barra y se sentaron en unos taburetes.
-¡Henry! -varias personas movieron la mano y se acercaron a él empujando a los demás. El chico con un gorro de cumpleañero sacudió la bebida que llevaba entre los dedos y la dejó temblorosamente en la barra. Golpeó el hombro de Henry- Pensaba que no vendrías.
Henry miró a Marc y otra vez a su amigo. Se encogió de hombros y eso pareció ser suficiente para Kris, que estiró la mano hacia Marc y sonrió ampliamente. Era la primera vez que Marc lo veía fuera de la optativa, pero nunca había hablado, puede que el otro ni siquiera supiera de su existencia.
-Christian O'brien a tu servicio -le sacudió la mano y después de soltarla pidió dos bebidas para ellos- Aunque todos me llaman Kris.
-Marc Ferguson.
Tal y como pensaba, no reconoció su nombre, pero era muy simpático. Se fue bailando hacia la pista, y Marc y Henry se negaron a ir con él. Después de todo solo estaba allí con la intención de encontrar a Mike rompiendo la última y más importante de las reglas. Dejó que Henry le hablara de algo que no escuchó y entrecerró los ojos en busca de una cabeza negra o un jazmín tatuado.
Se llevó sin pensar la bebida a los labios y la garganta le ardió. Tosió, dejándola de nuevo en la barra, y Henry comenzó a reírse. Era la primera vez que bebía alcohol y estaba asqueroso, como si bebiera colonia caliente. Frunció el ceño y pidió un zumo que le quitara ese horrible sabor.
-Henry, ¿quieres bailar?
-Oh...-se negó, mirando a Marc, pero la chica volvió a insistir con una cara adorable y las manos juntas.
-No te preocupes por mí.
-¿Seguro? -Marc asintió, moviendo la mano para que se fuera con la chica y Henry saltó del taburete. Ella lo tomó del brazo y se lo llevó de allí, metiéndolo en el montón de gente que se movía incómodamente.
Cruzó los brazos sobre el pecho después de terminarse el zumo, buscando y buscando sin encontrarlo en ningún lado. Al final decidió levantarse y arriesgarse a salir sucio o herido de allí, o ambas cosas. Se pasó las manos por el pelo y se adentró en el peligro, encogiéndose cuando tenía que pasar entre dos personas, esquivando gotas de bebida, asustándose cada vez que alguien lo rozaba de repente.
Para su mala suerte, la canción cambió a ser mucho más marchosa y la gente se volvió loca gritando y saltando, tanto que lo empujaron y estuvo a punto de caer al suelo varias veces. Bufó. Todas las heridas que no había tenido por culpa de Brad y sus secuaces iba a conseguirlas aquella noche.
Se quedó quieto hasta que terminó y el DJ puso una canción lenta. Suspiró aliviado y dio un par de pasos antes de que unas manos lo tomaran de la cintura.
-Hola. -tragó saliva, no conocía esa voz absolutamente de nada- ¿Bailas conmigo?
Movió la cabeza, con el no atorado en la garganta. Se intentó apartar las manos pero estas solo se hicieron más fuerte y un poderoso olor a alcohol lo azotó desde atrás. Frunció el ceño, moviéndose para que el chico lo soltara.
Las manos bajaron hasta la cadera y lo empujaron hacia atrás. La gente bailaba a su alrededor sin darse cuenta de nada y Marc comenzaba a tener miedo. No quería bailar con él, no quería bailar con nadie, solo quería encontrar a Mike. La voz grave volvió a repetirle la pregunta mientras pegaba el pecho a su espalda.
-D-déjame.
Movió los brazos, intentando darle algún codazo que le hiciera el suficiente daño como para soltarlo. Logró golpearle el estómago y el chico dio un paso atrás, chillando un insulto que se perdió entre la música.
Corriendo, Marc salió de la pista de baile y llegó a la puerta de los baños. Se llevó una mano al pecho y empujó la puerta, entrando. Se lavó la cara pálida.
Definitivamente odiaba esos sitios, odiaba las fiestas y odiaba el alcohol.
Se quedó un rato mirando el techo sin hacer nada más que oír el agua del grifo cayendo a su lado. Suspiró y cerró el grifo cuando la puerta se abrió y un par de chicos entraron riendo. Lo saludaron y él correspondió, saliendo al instante.
Todo estaba igual que minutos antes, excepto porque cuando miró a su derecha, Mike hablaba con un chico, ambos apoyados cómodamente en la pared. Era de la misma altura que el universitario, vestía con el mismo estilo y cuando vio que Marc los miraba curvó su sonrisa de lado.
-¡Eh, tú!
Maldición, era la voz que lo había insultado minutos antes. Se dio media vuelta, rezando por que Mike no lo hubiera visto o reconocido. Salió corriendo hasta ver a lo lejos como Henry bailaba con Kris y un par de chicas. Intentó llegar hasta ellos.
Solo lo intentó.
-¿Crees que puedes huir de mí? -el chico le hizo daño en la muñeca mientras tiraba de él y lo giró- Solo quiero un baile.
Estuvo a punto de decir algo, aunque no sabía qué. Así que agradeció mentalmente la llegada de Mike.
-¿Este es el niño que te ha puesto de tan mal humor?
Mike se apoyó tranquilamente en la pared, lo miró fijamente y se puso a jugar con el piercing. El chico que lo sujetaba del brazo lo soltó y puso las dos manos en su cintura, con una sonrisa socarrona en su fea cara.
-Ahora vamos a bailar.
Marc frunció el ceño. Se removió bruscamente queriendo soltarse de nuevo, pero el chico no pensaba caer de nuevo y casi le clavó las uñas para que dejara de moverse. Lo pegó a su cuerpo y se rió mientras hacía lo que fuera menos bailar, porque tenía un ritmo espantoso.
Lo empujó una y otra vez, y terminó golpeándole el pecho cuando una de esas manos llegó más abajo de lo que debía. Luego la otra le hizo compañía y el tipo asqueroso se rió mientras le tocaba descaradamente el culo.
-¡Suéltame!
-Tom. -dijo Mike con voz ronca- Ya.
Pero el tal Tom negó con diversión. Marc siguió con intentos fallidos de apartarlo, apretó los ojos, y cuando menos lo esperaba, lo consiguió.
-Haberlo dicho antes.
Tom se apartó, sonriente, le guiño un ojo y se fue. Marc se quedó paralizado y confuso,¿qué acababa de pasar? ¿quien tenía que haber dicho qué antes? Miró a su alrededor y encontró a Mike con el labio inferior entre los dientes.
-¿Qué haces aquí?
Lo tomó con fuerza de la cintura, clavándole los ojos azules como estacas. Marc se quedó mudo, no sabiendo qué decir ni qué hacer. Apartó la mirada y buscó a Henry, pero no encontró a nadie que los observara, a nadie que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.
Mike se lo llevó de allí y lo empujó dentro de un baño. Cerrando la puerta, apoyó la espalda en ella y se cruzó de brazos, recorriéndolo con la mirada, esperando una respuesta. Marc se rascó la nuca con nerviosismo.
-Le he dicho a Tom que eres mío. -¿suyo? Él no era de nadie, ni aunque un papel lo nombrara como su novio. No le pertenecía por mucho que lo hubiera salvado del otro chico- Así que nadie entrará ni saldrá de este baño hasta que me digas porqué me has mentido.
Su cara pasó por varios colores hasta quedarse blanca y tembló. Mike daba miedo, sus ojos, su voz, la forma de estar delante de la puerta impidiendo que escapara. Pero se iba a enfadar si le decía su plan, y tenía aún más miedo de su reacción que de lo que pudiera hacerle en ese momento de impotencia.
El silencio era incómodo. Después de tanto tiempo saliendo con él debería estar acostumbrado a los silencios, a las miradas de Mike y a esa forma de cambiar de actitud sin avisar. Pero era imposible no estar nervioso si le era imposible saber cual iba a ser el siguiente movimiento del mayor, era tan imprevisible, tan repentino.
-Marc -levantó la mirada y no duró nada sobre la ajena, llevándola hacia el espejo. A través de él pudo ver a Mike caminar hacia él-, no me gusta que me mientan.
-N-no te he mentido. -los pies de Mike se acercaban cada vez más a los suyos, así que comenzó a caminar hacia atrás- He venido con Henry.
Su espalda chocó contra la pared y las puntas de sus zapatillas ya se rozaban con las de Mike. Estaba muy cerca, mirando al frente se encontró con su cuello, con su clavícula y con que estaba totalmente limpio, ni una marca.
Pareció pensarlo bastante y al final sacó la lengua y rodeó el piercing con ella. Se inclinó hacia él hasta respirarle en la boca, cerrando los ojos, cogiéndole las muñecas sin ejercer fuerza.
-Dime porqué has venido -susurró sin besarlo, haciéndole cosquillas con el piercing.
-Y-yo...-estaba tan cerca- quería -ya podía saborearlo, sentirlo- pensaba que tú -esos labios sobre los suyos, besándolo otra vez- estabas con otro.
Una sonrisa cínica curvó los labios de Mike. Se separó de él y lo soltó, y por primera vez Marc se quedó con ganas de tener los labios ajenos presionados contra su boca.
-Comprendo. -esperó y esperó, temeroso de lo que Mike pudiera hacerle en ese momento. Sin embargo, este solo le dio la espalda y salió del baño sin decir ni hacer nada.
¿Se había enfadado? Al menos no le había gritado, o golpeado, o quién sabe que otras cosas se esperaba de él. Miró la puerta abierta sin moverse y tragó saliva. Henry pasó por delante.
-Hey, ¿qué haces ahí? -salió del baño y buscó a Mike con la mirada, no encontrándolo por ningún lado- ¿buscas a alguien?
-A...-lo vio, saliendo de la discoteca con el tal Tom- No, a nadie.