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Efímero por Leobluebox

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Hacía más calor del que hubiera imaginado. La camiseta se le pegaba al pecho, la gorra le aplastaba el pelo empapado de sudor y nunca se había alegrado tanto de su decisión de cortarse el pelo. Henry movía la pierna con nerviosismo a su lado, mientras la señora Gordon conducía delante y Clark cantaba la canción que se reproducía en la radio. Ya lo había avisado antes de entrar en el coche de que el aire acondicionado estaba estropeado, pero nadie pensaba que el sol iba a rebelarse aquella tarde. Miró a su amigo y no pudo evitar sonreír igual que Henry, ¡iba a ir a una fiesta en la piscina! Y a pesar de que algo lo preocupaba no recordaba exactamente qué.

 

Todo estaba saliendo bien. Había pasado toda la mañana dando vueltas en la cama mientras analizaba la situación, pensando y hablando consigo mismo. Mike estaba enfadado, no lo había llamado desde la noche anterior y tal vez eso daba por terminado su trato. Era justo eso lo que quería, ¿no? Entonces debía estar contento e ignorar esa diminuta parte de conciencia que le repetía todo el rato lo idiota que había sido al confesarle que lo creía infiel. Otra parte aún más pequeña le recordaba de forma molesta que se había quedado con las ganas de un beso; pero a esa prefería apartarla de un manotazo.

 

Sí, tenía que estar contento, tenía que olvidarse de Mike y pensar en que tenía un amigo. Henry era la clase de persona que él siempre había imaginado consigo, jugando a videojuegos, yendo a la playa, merendando, estudiando y todo lo que un amigo hace. Aunque aquella le había tardado en llegar no pensaba desperdiciarlo pensando en alguien que posiblemente ya lo había olvidado.

 

Además, ¡Brad ya no lo molestaba! Aprovechar era lo mínimo que podía hacer hasta que todo terminara.

 

-Llegamos. -exclamó Henry saltando en el asiento.

 

Salieron del coche y la señora Gordon abrió el maletero para que cogieran sus mochilas. Besó la mejilla de su hijo y la de Marc y les indicó que la llamaran cuando quisieran volver a casa. Clark sacudió la mano fuera de la ventanilla y su madre se marchó por el mismo camino que habían llegado.

 

Caminaron hasta la enorme casa y Henry llamó al timbre. Un escalofrío recorrió la espalda de Marc segundos antes de que la razón de su preocupación abriera la puerta con su pelo rubio empapado y un pequeño bañador floreado goteando sus piernas. Rory dio un trago a su granizado de color morado y miró primero a Henry mientras sonreía, después de verlo a él, frunció el ceño.

 

-¿Tú?

 

Henry ladeó la cabeza y sus gafas de sol le resbalaron hasta la nariz, dejando ver sus ojos confusos. Marc se encogió en el sitio, apartó la mirada hacia dentro de la casa y esperó que Kris, el cual paseaba por el salón, los viera antes de que el silencio fuera demasiado largo. Tuvo suerte.

 

-¡Hey! -saltó sobre Rory, pasando su brazo alrededor del cuello de este- Habéis venido. Espero que no te importe que los haya invitado.

 

-No...-el granizado morado ocultó lo que posiblemente fuera el rostro enfadado de Rory. Marc sabía de alguna forma que aquel chico no lo quería allí, aunque todo pareciera haber terminado bien con Mike- pasad.

 

Entraron y Henry tiró de su brazo, siguiendo a Kris hasta una enorme piscina donde tanto chicos como chicas desconocidos se bañaban. Sonaba música desde unos altavoces y en una esquina estaba el puesto de granizados y un hombre de gorro blanco los servía con una sonrisa mientras se tomaba uno. Una chica muy guapa y en bikini pasó por su lado y se chocó sin querer con él, su voz dulce se disculpó y Marc se ruborizó.

 

-Son guapas, ¿eh? Es lo bueno de ir a una fiesta donde le anfitrión es gay.

 

Henry pareció bastante sorprendido, pero lo que realmente dejó boquiabierto a Marc era que Kris supiera eso. Luego sacudió la cabeza y se golpeó mentalmente, no todos lo escondían como Mike o como...no, ¡él no era gay! Solo había aceptado un trato estúpido.

 

-No creo que eso tenga mucho que ver. -dijo alguien a su espalda y cuando se giró la misma chica que se había chocado con él permanecía allí- Perdón por lo de antes.

 

-Oh, n-no importa -intentó sonreír sin que se notara que estaba nervioso, girándose a mirar a Henry para disimular su sonrojo. Hablar con una chica simpática, guapa y desconocida era muy raro e intimidante para él, y si encima iba en bikini ni siquiera iba a poder hablar bien. Su amigo le guiño un ojo de forma juguetona.

 

Kris dio un par de aplausos al aire para llamar su atención, pasó entre ellos corriendo y se lanzó de bomba a la piscina. La chica había desaparecido cuando Marc la buscó de reojo y Rory seguía con su granizado a muchos metros de distancia, hablando con aquella chica que lo acompañaba tanto el día del supermercado como en la heladería. Ella lo miró de pronto y giró la cara, ¿estaban hablando de él?

 

-¡Vamos, Marc!

 

Henry le lanzó agua desde dentro de la piscina. Cogió aire y se centró en pasarlo bien, quitándose la camiseta y la gorra y lanzándolas junto a la ropa de Henry, se lanzó despacio al agua.

 

Fueron probablemente las horas más divertidas que Marc había pasado en mucho tiempo. Jugó con una pelota hinchable y se tragó tanto agua que su estómago tenía la piscina entera dentro. Se bebió un granizado de mora y frambuesa, uno de kiwi y en ese momento, mientras jugaba a las cartas con Henry y otro chico del cual aún no sabía el nombre, uno de melocotón se deslizaba por su garganta. Tenían el cuerpo blanco, lleno de protector solar, una sombrilla hacía de techo y una pequeña mesa provocaba que sus rodillas se chocaran con el mínimo movimiento. Y todo aquello le encantaba.

 

-¡Venga ya! -gritó Henry- Seguro que has hecho trampas.

 

-No soy un tramposo. -se defendió, fingiendo estar indignado por esas palabras. Henry sonrió de lado y los dos se pusieron en pie bajo la divertida mirada del otro chico- Pero creo que he visto un As escondido bajo esa toalla.

 

Henry alzó las cejas y se quitó la toalla que le cubría el bañador chorreante. Se la mostró y dio varios pasos hacia él.

 

-¿Sabes como castigamos a los tramposos en mi barrio?

 

Aquello tal vez era demasiado ridículo e incluso digno de una película de comedia, pero realmente fue divertido correr por toda la piscina mientras huía de Henry y las sacudidas de su toalla. Se tropezón y cayó en el agua. Henry se carcajeó desde arriba.

 

-¡Patoso!

 

Tosió, sintiendo como el agua hacía compañía a los granizados y le eliminaba el tinte blanco de la piel. Estiró los brazos fuera de la piscina y cuando estaba a punto de coger los tobillos de Henry entre risas y tos, unas piernas se pararon justo al lado de los pequeños pies de su amigo. Levantó la cabeza e intentó distinguir a la persona con el sol dándole directamente a los ojos.

 

Había un bañador negro y encima un torso, con unos tatuajes que se le hacía quizá demasiado familiares. El jazmín en el hombro fue lo único que necesitó para afirmar sus primeros pensamientos. Era Mike. Y no lo había visto, sino que cubría su frente con una mano y miraba hacia algún lugar a su espalda, con un granizado rojo casi vacío en la mano derecha.

 

-¿Estás bien?

 

Frunció el ceño, mirando el bordillo y notando como los pies de Mike se movían lejos de él. ¿Cuánto tiempo llevaba en la fiesta? No lo había visto en toda la tarde y el cielo pronto iba a amenazar con volverse negro sobre ellos. Sin embargo, por la forma en que pudo ver su cuerpo mojado, como el bañador chorreaba y caminaba descalzo, y sobre todo por lo roja que tenía la espalda, Marc supo que llevaba bastante tiempo allí.

 

-¿El agua te ha afectado al cerebro? -Henry le revolvió el pelo desde arriba. Parpadeó, movió la cabeza y le sonrió tranquilizadoramente antes de hundirse bajo el agua.

 

¿Qué le estaba pasando?

 

Era más que probable que Rory hubiera invitado a Mike a la fiesta y este, después de lo de la noche anterior, no era de extrañar que hubiese aceptado. Pero es que no podía relajar al ceño, de solo pensar que por su culpa los labios de Mike iban a estar sobre otra boca. ¡Pero eso era lo que quería, ¿no?! Que Mike le fuera infiel para poder terminar con todo.

 

Se tapó la cara con las manos y pataleó al agua con frustración. Odiaba no sentirse bien por algo que él mismo había planeado exactamente para ello. ¿Por qué estaba tan molesto? Si segundos antes no podía dejar de reír delante de Henry.

 

Cuando salió y respiró un poco el otro chico y Henry jugaban a las cartas otra vez y le hicieron señas para que fuera. Pero prefirió quedarse solo, con el agua envolviéndolo y sus estúpidos y confusos pensamientos. Echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos después de ver como el sol se empezaba a alejar y no le molestaba más.

 

No supo cuanto tiempo llevaba ahí, pero seguro que si seguía un poco más iba a quedarse dormido. La gente aún nadaba, jugaba, bailaba y se lo pasaba bien a su alrededor y él se sentó en el bordillo, con solo los pies hundidos y el pelo pegado a la frente y al cuello. Suspiró otra vez.

 

-¿No estas con Henry? -miró a su lado, con algo de miedo por esa voz tan neutra. Mike estaba sentado igual que él, pero con el agua casi hasta la rodilla- O tal vez estás pensando si me acabo de liar con Rory.

 

Enrojeció, apartando la mirada y dirigiéndola a las chicas que jugaban justo enfrente. Sonaba terriblemente a reproche, pero tenía razón. Apretó los dedos en el bordillo y aquella parte de su conciencia que tanto lo molestaba se hizo muy grande.

 

-Mike...

 

-Te di mi palabra -ahora Mike si lo miraba, y el piercing estaba tan húmedo como el resto de su cuerpo. Tragó saliva cuando se dio cuenta de que lo primero en lo que se había fijado era en sus labios, aunque fuera de las pocas veces que el mayor tenía la lengua escondida- y no he incumplido ninguna norma. Ni siquiera recordaba que esta era la casa de Rory. -balanceó las piernas, riéndose- No suelo acordarme de cosas como esa, pero me sé el camino hasta tu casa de memoria.

 

Marc no supo como reaccionar, así que se quedó mirándolo mientras su cara se calentaba. Clavó las uñas en el bordillo y se volvió a mirar los pies. ¿Qué significaba aquello?

 

-Marc -el chico que jugaba con Henry llegó corriendo y se agachó a su lado sin percatarse de la presencia de Mike-, ¿podrías buscar los antihistamínicos en el piso de arriba?

 

-¿Eh?

 

-Henry es alérgico a las picaduras de avispa y acaba de picarle una en el hombro.

 

Iba a preguntar porqué tenía que ir él, porqué si había tanta gente que conocía mejor aquella casa que él, pero antes de que pudiera abrir la boca, Mike se levantó y tiró de su hombro. Lo siguió y el chico gritó un gracias mientras se iba corriendo hacia un escandaloso Henry.

 

Mike lo llevó cogido de la muñeca todo el camino. Entraron en la casa y aunque Marc sintió el miedo de encontrarse con Rory en algún momento, pudieron subir las escaleras sin el menor de los problemas. Había varias habitaciones en las que podrían estar los medicamentos que Henry necesitaba, se rascó la nuca y miró a Mike titubeante.

 

-Allí. -señaló la puerta del baño y lo arrastró. Una vez dentro lo soltó por fin y Marc abrió las estanterías bajo el lavadero, buscando un botiquín o algo parecido. Escuchó un portazo a su lado.

 

-¿Cómo es un antihistamínico?

 

-Esto. -levantó la cabeza y vio el brazo tendido de Mike con una caja blanca en la mano. Se levantó y trató de coger la caja, pero el mayor la apartó de su alcance- Me gustas, Marc. Y si quieres curarle el hombro a tu amiguito, tendrás que convencerme para que te lo dé.

 

 

Notas finales:

ya es hora de que la cosa se caliente, ¿no?

Como disculpa por la tardanza, voy a subir dos capítulos más :3 


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