Efímero por Leobluebox

El golpe resonó por toda la habitación y Brad jadeó. Mike clavó los ojos más negros que azules en el rostro aterrorizado de su medio hermano.
 
-¿Qué hacías en casa de Marc?
 
Brad frunció el ceño y trató de empujarlo, pero Mike no pensaba dejarlo hasta conseguir una respuesta que lo dejara satisfecho.
 
-¿Qué hacías TÚ en casa de Marc?
 
Después de apartarse un mechón de la frente con la mano libre, Mike volvió a golpear la pared a centímetros de la cara redonda y entrecerró los ojos. Quería golpear la cara de ese niño malcriado, enseñarle lo que dolía ser la víctima de un abusón y gritarle que no se acercara a Marc nunca más en su vida; pero se contuvo porque no pensaba rebajarse a su nivel.
 
-Soy su amigo -la voz le salió más ronca de lo que había planeado- y estaba preocupado, por eso entré. Pero no pensaba que me encontraría a una sabandija como tú.
 
-¿Y por qué eres amigo de Ferguson?
 
Sintió sus dientes friccionarse y cogió aire por la nariz; si no se relajaba iba a ser capaz de golpear a su propio hermano. Dio varios pasos atrás y se sentó en su cama. Había cerrado la puerta con llave, así que Brad no podía salir.
 
-No te importa quién es o no mi amigo. -se frotó el puente de la nariz, mirando de reojo como Brad intentaba abrir la puerta- ¡Solo dime porqué demonios intentaste abusar de él!
 
Apretó un puño sobre las sábanas y contuvo su agitada respiración en silencio. Brad se dio por vencido, encogiéndose de hombros y apoyando la cabeza en la puerta.
 
-Él me dijo que mi odio a los homosexuales podía ser porque en el fondo yo también lo soy.
 
-¿Él?
 
Mientras asentía, Brad se sentó a su lado y frunció el ceño. A veces Mike se olvidaba de lo fácil que era influir en ese cerebro tan débil. Brad no era más que un abusón y por lo tanto su cerebro era el de alguien que veía su vida solucionada con la violencia.
 
-Él...vino al parque con sus amigos, y me dijeron que odio a Ferguson porque me gusta pero no lo acepto.
 
-Pero, ¿quién es “Él”?
 
Brad se encogió otra vez de hombros; parecía muy confuso.
 
-No me dijo su nombre. Era un chico cómo Marc, pero con una personalidad muy diferente. Solo me dijo que te conocía y que no eres lo que pareces.
 
Mike alzó las dos cejas cuando Brad saltó para ponerse en pie y corrió otra vez a intentar abrir la puerta. Las bajó de nuevo y frunció el entrecejo; ¿un chico parecido a Marc, que lo conocía bien y sabía seguramente el secreto de su sexualidad? Sabía perfectamente quién estaba detrás de eso.
 
-Brad -dijo lentamente, levantándose-. A ti no te gusta Marc, es todo un plan de Rory para...
 
-¡También dijeron que dirías eso! -lo acusó, señalándolo con un dedo. Sin embargo y para sorpresa de Mike, al segundo pareció darse cuenta de algo y cambió completamente de exaltado a avergonzado- Aunque dijeron que a ti te gusta Marc y solo lo dirías para alejarme de él. Pero tú no eres gay.
 
Bueno, en parte era verdad; Mike no era gay ni hetero ni bisexual, solo se consideraba una persona libre. Una persona que adoraba el sexo y llevaba más de dos semanas sin demostrarlo. Pero la otra parte verdadera era que le gustaba Marc, y no sabía si sería buena idea contárselo a Brad.
 
-¿Y si fuera verdad? -preguntó de repente, pero Brad lo tomó como una simple situación hipotética.
 
-Me enfadaría. Porque eso querría decir que me gusta Marc y...
 
Chasqueó la lengua y vio como se pasaba las manos por el pelo rubio con cara de total frustración. Brad no era de los que pensaban demasiado, así que le hacía gracia ver como estaba a punto de tener humo saliéndole de los oídos. Apoyó el codo en una rodilla y dejó que su cabeza descansara sobre la mano mientras esperaba a que terminara la frase.
 
Lo que estaba ocurriendo era algo que Mike había llegado a sospechar cada vez que veía como Rory miraba a Marc, era algo que le había pasado más de una vez, pero también era la primera vez que realmente le importaba. Había salido con tanta gente que su lista de ligues vengativos ocupaba una hoja. Y llegaba a arrepentirse (mínimamente) de haber salido con el inteligente y malicioso Rory justo antes de confesarle a Marc que le gustaba.
 
Sí...tal vez no había sido buena idea dejar así a Rory. Pero ya estaba hecho y le faltaba muy poco para conquistar a Marc; no pensaba darse por vencido.
 
-Puede que tenga razón -masculló Brad, y Mike levantó los ojos que tenía fijos en la nada.
 
-¿Razón?
 
-La profesora de psicología nos lo dijo...algo de...homosexualidad lasente...
 
-Latente. -lo corrigió, sintiendo como su cuerpo se ponía recto sin pensarlo, como se enfadaba por segundos- A ti no te gusta Marc.
 
-¿Cómo lo sabes?
 
-Lo odias.
 
Apretó los puños y cogió aire por la nariz. No, Brad no podía estar diciendo eso.
 
-En realidad siempre me ha parecido guapo.
 
-¡No te gusta Marc! -se levantó, con la mandíbula totalmente marcada y se quedó quieto porque el cuerpo le pedía a gritos que golpeara a su hermano- ¿de acuerdo?
 
En cuanto se dio cuenta de su situación, supo que se había ido a la mierda eso de disimular. La cara de Brad demostraba tanto sorpresa como enfado y luego lo apuntó otra vez con el dedo.
 
-¡Era verdad! -gritó- ¡quieres quitarme a Marc!
 
Y eso solo terminó de enfurecer a Mike, pero se supo controlar. ¿«quitarme»? Marc era suyo, había sido suyo desde que eran niños, desde que lo cuidó en el hospital, desde que lo besó frente a Rory y cada marca en su cuello demostraba lo mucho que pertenecía a Mike. Marc era suyo y Brad no tenía el menor derecho de poner un posesivo en ese verbo.
 
-Me gusta Marc. O, mejor dicho, salgo con Marc.
 
Sabía que ya no era verdad, pero se regocijó y lamió sus labios por lo bien que sabían esas palabras saliendo de su boca. Quería coger a ese chico castaño y hacerle mucho más que lo de la otra vez, quería ver ese rostro contraído de nuevo.
 
-Lo sabía. -gruñó Brad entre dientes al mismo tiempo que intentaba abrir la puerta- Sabía que Ferguson era un maricón. 
 
-Tú también lo eres, ¿no? 
 
En lugar de contestar, Brad dio golpes en la puerta. El picaporte se movió solo de repente, el sonido de una llave girando y luego el señor Smith apareció limpiando sus gafas. 
-¿Todo bien? 
 
-Claro. -respondió Mike, viendo como Brad salía cabreado de su habitación. Su padre se encogió de hombros sin darle mayor importancia y volvió a cerrar la puerta; a Mike no le gustaba que lo vieran cada vez que cruzaban el pasillo. 
 
Se llevó las manos a la cabeza y chilló en silencio. Respirando de forma muy agitada se sentó en la cama con la guitarra. Después de tocar un par de notas y recordarse que, después de lo que había hecho, Marc odiaría a Brad aún más, se relajó. 
 
-Es mío. -le dijo al instrumento y este respondió con una suave escala de Mi.