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Efímero por Leobluebox

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Sus dientes chirriaron. Cerró la puerta con fuerza y se tropezó con una mochila al entrar al comedor. Su madre dormía en el sofá. Suspiró. 
 
 
Se acercó a ella y se agachó a su lado, le acarició la cara, apartándole los mechones de la frente. Besó su mejilla y decidió dejar de pensar en Mike, iba a cocinarle a su madre la comida que se merecía. 
 
 
Ella se despertó mientras Marc cocinaba y le acarició la cabeza de su hijo con cariño. Era la primera vez que lo veía con ese nuevo peinado. Ambos se sonrieron y Marc terminó de cocinar antes de girarse a hablar con ella. 
 
 
  - ¿Qué tal el trabajo? -sirvió la comida, negándose a que ella lo ayudara y obligándola a sentarse.  
 
 
  - Como siempre. -se sentó también y comieron juntos. Hacía tiempo que eso no pasaba. Ella lo miró a los ojos y parpadeó- ¿otra vez?  
 
 
  - No es nada, mamá. Solo me caí...y me...golpeé. Ya sabes que soy muy torpe.  
 
 
Su madre no parecía muy convencida. Le cogió una mano sobre la mesa y se la acarició con el pulgar. Se le notaba de lejos lo agotada que estaba, sobre todo en esas ojeras oscuras y las arrugas de su rostro. 
 
 
  - ¿Seguro? Si ha sido otra vez Brad, puedo ir a hablar con sus padres y... 
 
 
  - ¡No! -sacudió la cabeza. No quería oír hablar de Brad, ni de sus padres, ni de su hermano...- Solo me he caído.  
 
 
Al final pareció creérselo y terminaron de comer sin volver a nombrar a los Smith, sin nombrar nada que le recordara a Marc su solitaria vida. Recogió la mesa y envió a su madre a dormir. 
 
 
Se recargó en la pared y miró al infinito. Podía decir que estaba acostumbrado a que se metieran con él, a que se burlaran, lo golpearan, y lo marginaran. Pero era la primera vez que lo traicionaban. O al menos él se sentía traicionado después de que Mike se fuera sin despedirse, sin disculparse, sin hablar siquiera. 
 
 
***
 
 
Dio media vuelta en la cama, con el calor agobiante haciéndolo sudar y sin poder dormir desde hacía una hora. No quería ni pensar en lo que ocurriría cuando llegara agosto. 
 
 
Bufó y se abanicó con las manos. Se levantó por tercera vez a beber agua y cuando volvió a la habitación, la pantalla del móvil estaba alumbrada. ¿Quien lo llamaba a las cinco de la mañana? 
 
 
Fue corriendo, con la ilusión de que su padre se hubiera olvidado de la diferencia horaria. Pero el número que aparecía en la pantalla era desconocido. Se debatió un poco, no sabiendo si contestar o dejarlo sonar. Tardó tanto que la llamada se colgó. 
 
 
Tiró el móvil en el colchón y luego se dejó caer a su lado. Lo miró de reojo, en el fondo deseaba que Mike lo llamara y quedara con él para tomar un batido de fresa, sin besos ni sonrisas burlonas de por medio. Y antes lo había llamado un desconocido que él. Pero claro, Mike era un universitario, era mayor y hacía lo que quería, no parecía el tipo de persona que daba explicaciones por sus actos. 
 
 
Cómo lo fastidiaba. 
 
 
Se levantó al final y se dio un ducha fría. Mientas el agua caía por su cuerpo, se observó la piel sin moratones y cuando salió y se miró en el espejo, ya no tenía el ojo morado. Hacía días que no salía de casa más que para comprar y no se había vuelto a encontrar con Brad. Eso era lo único bueno que se le ocurría en aquel momento. 
 
 
Se rascó la cabeza y se vistió. Puso una lavadora prácticamente vacía antes de abrir la ventana y suspirar contra el fresco aire de la madrugada. 
 
 
«No habrá nadie en la calle a esta hora, ¿verdad?» Cerró la ventana y cogió aire. No parecía mala idea salir a pasear un rato. 
 
 
El clima parecía justo como lo había respirado, frío y cálido a la vez. La calle estaba vacía y pudo caminar sin problema y sin rumbo. Solo siguió andando hasta llegar a un banco de madera y dejarse caer en él. 
 
 
Se dio cuenta cuando ya llevaba un rato mirando el cielo, de que estaba en el parque. Era tan cursi que el cielo se volviera naranja y los pájaros cantaran a su espalda, que cerró los ojos y se sintió en un vídeo musical. 
 
 
Entonces era cuando los abría y la chica de sus sueños aparecía frente a él. 
 
 
Estaba solo. 
 
 
Se levantó decidido a volver a casa. Mirando el suelo y pateando una piedra, su cabeza se chocó con un pecho y se disculpó de inmediato. 
 
 
  - Perdón. -alzó la cabeza un segundo, que pareció eterno. Mike le sonrió. 
 
 
  - Buenos días. -dio un paso hacia atrás y asintió. Estuvo a punto de salir corriendo, pero un brazo tatuado se lo impidió- He estado pensando.  
 
 
«Me alegro. Idiota.» Chasqueó la lengua. Miró con cansancio la flor del hombro y sus ojos se quedaron ahí mientras Mike bajaba el brazo y dejaba de prohibirle avanzar. Marc se enfadó consigo mismo por ser tan tonto. 
 
 
  - Rory -¿otra vez el chico ese?- ya ha aceptado que salgo con otro y se ha olvidado de mí. O eso espero. -lo miró a la cara. Mike estaba inmerso en algún lugar delante de él. Suspiró y lo miró- Lo siento.  
 
 
No podía ser cierto. ¿Se estaba disculpando? Una sonrisa floreció en Marc y se aguantó las ganas de abrazarlo. 
 
 
  - Oh -eso era lo único que salía de su boca en ese momento. No se lo podía creer.   
 
 
  - Entonces, ¿me perdonas?  
 
 
Asintió. No podía hacer otra cosa. Finalmente había conseguido lo que quería, una disculpa de Mike. Podía haberlo utilizado para deshacerse de Rory, pero al menos había sido bueno al decírselo y disculparse, ¿verdad? 
 
 
Aunque...¡¿por qué lo estaba besando?! 
Parpadeó sorprendido, con los brazos colgando inertes y la mano de Mike sobre la mejilla. Ahora sabía a menta y prefería no saber si llevaba un chicle en la boca. 
 
 
  - ¿Q-qué crees que estás haciendo?  
 
 
Mike sonrió sobre sus labios y él se puso rojo. No lo entendía. 
 
 
  - Besar a mi novio.  
 
 
Marc se apartó confuso. Sacudió la cabeza y no esperó que Mike diera un paso hacia él. 
 
 
  - P-pero tú...a-acabas de disculparte... 
 
 
Lo vio dar otro paso y subir el dedo índice, negando. Cuando su espalda chocó contra el respaldo del banco, tragó saliva y Mike se acercó aún más. 
 
 
  - Te he pedido perdón por lo de la heladería. Por utilizarte y luego irme sin dar explicaciones. Pero eso no quiere decir, que no quiera que seas mi novio.  
 
 
Movió el piercing con la lengua y se inclinó, besándolo otra vez. Estaba acorralado, el cuerpo de Mike se pegaba al suyo y el banco a su espalda, y sus labios se movieron solos. 
 
 
Cerró los ojos, pensando, ¿eso quería decir que, ahora, Mike y él estaban saliendo? 
Notas finales:

Me da rabia hacer los capítulos tan cortos >< actualizaré muy pronto, lo prometo ^^ 


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