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La pieza correcta del rompecabezas por lMisaki

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Notas del fanfic:

Los personajes aquí mencionados NO me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama. NO obtengo ganancia alguna con esta historia, salvo placer mental por poder shippear a mis bebés.

Notas del capitulo:

Cuando digo que shippeo vainas raras, no miento.

Esto no es nada más que una prueba de mis ships poco comunes. Espero que a alguien de aquí le guste el Jearmin o el Reimin y si no le gusta a nadie, pues fine.

Por otro lado, perdonen si tiene alguna falta ortográfica, la verdad es que no verifiqué la ortografía y justo ahora no hay ganas de verificarla. Luego editaré todo para que esté impecable.

Cabe destacar que esta historia contiene escenas de sexo y tal, pero creo que son leves, así que no sé si cuente como smut, recemos por que sea así. Posiblemente estén mal redactadas porque ya no me gusta redactar lemmon de hecho, solo disfruto leerlo. 

 Me disculpo por la forma en la que está escrita, leer fanfics en inglés deja una que otra manía.

En fin, a leer.

 

Las calles estaban iluminadas con la leve luz amarilla que desprendían las farolas. El silencio reinaba en el lugar y las luces estaban apagadas en la mayoría de las viviendas. Todo parecía estar en paz, o eso creía un hombre robusto y alto que se encontraba pasando por el lugar. El hombre robusto iba vestido de negro salvo por su cabeza, la cual cubrió con una máscara negra. Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie lo estaba espiando y cuando estuvo seguro, salió de su escondite.

El hombre caminó hacia una casa no muy grande, posiblemente era la más pequeña del vecindario. Sacó un alambre delgado y plateado de su bolsillo y se agachó a la altura de la perilla de la casa. Adentró el alambre en la perilla y lo giró un poco hasta que escuchó un 'click'. El hombre se sorprendió por la poca seguridad que tenía esa casa, pero no es como si él estuviera quejándose de ese hecho. Al abrir la puerta sintió como la oscuridad le daba la bienvenida y se adentró en la propiedad. Caminó con precaución por el lugar y se aseguró de que estuviese vacía, y así fue.

• • •

Por otra parte de la ciudad se encontraba un jóven de estatura baja y cabellos rubios que brillaban con las luces que golpeaban su rostro cada cinco segundos. Saltaba al ritmo de la música y dejaba que el ritmo fluyera por todo su cuerpo sin importarle que pudiera causar algún accidente por sus movimientos descontrolados. Frente a él había otro chico alto de cabellos marrón ceniza y ojos marrones con toques amarillentos que no bailaba mucho mejor que el rubio. Este le agarró las manos al más pequeño y lo arrastró hacia una de las esquinas del lugar.

El rubio estaba algo tomado -no del todo- por lo que no le importó ser arrastrado por el más alto. El castaño posó sus manos en la cintura del más pequeño y no esperó para apoderarse de de los labios del mismo. El rubio posó sus manos en la cintura del alto y según avanzaba el beso, metió sus frías manos por debajo de la camiseta del alto. El castaño subió la intensidad del beso, mandándole así corrientes por toda la espalda al rubio que comenzó a sentirse caliente.

''Ah...'' Gimió en los labios del otro que comenzó a rozar su entrepierna con la pierna del pequeño. ''Jean...hm'' trataba de comunicarse el rubio, pero el alto no lo dejaba.

En un abrir y cerrar de ojos los adolescentes se encontraban dentro de una habitación. El castaño, Jean, se encontraba bajo el cuerpo del rubio que ahora rozaba su miembro sobre el de Jean, estaban teniendo sexo con ropa. Cada roce mandaba golpes eléctricos en ambos cuerpos causándole gran placer a los dos chicos que estaban totalmente entregados al éxtasis del momento.

Jean acariciaba los gluteos del más pequeño y de vez en cuando los apretaba con sus manos temblorosas.

''A-Armin... mierda'' gemía entre gruñidos el mayor que comenzaba a perder el control. ''Ahmm, ¿Qu-quién—?'' no pudo terminar de hablar por el placer que le provocaba los movimientos del rubio, Armin. ''¿Q-quién te enseño estás cosas?'' la pregunta se quedó en el aire.

''Ah...ya-ya me—'' avisaba Armin quien comenzaba a tener espasmos en su cuerpo. ''voy a ... ahhhmm'' en ese momento Jean apretó los gluteos de Armin con más fuerza y ambos terminaron a la vez, el rubio con un gemido que sonaba como el canto embriagante de una sirena y Jean susurrando el nombre de su pequeño amante.

''Armin...''

Se quedaron recostados al menos veinte minutos en la cama y fue Armin quien se fijó en la hora. Se puso de pie no sin antes besar los labios de su acompañante.

''Jean, tengo que irme.'' avisó mientras se colocaba las Converse grises que se encontraban al lado de la cama. Jean le tomó la mano y comenzó a suplicarle en voz baja. ''No, Jean. Tengo que vigilar la casa de mi abuelo, recuerda que está de viaje...''

''¿Hm? no seas malo, Ar—'' el rubio lo calló con otro beso y tras eso salió de la habitación con las llaves de su auto en mano.

Armin sabía que era una mala idea el conducir con unos cuantos tragos de más, él sabía que podría traerle problemas, pero no tenía opción. Se subió a su Jeep Wrangler Sahara color verde y encendió el motor de la misma. El camino no era largo, pero se le hacía más largo de lo normal, tal vez era el efecto de los tragos que traía encima.

''Espero que nadie conocido nos haya visto...'' pensó Armin cuando ya iba llegando al vecindario en el que estaba la casa de su abuelo.

Era una casa pequeña, la más pequeña del lugar y fue la primera casa que construyeron en ese vecindario. Tal vez por eso era la más pequeña. Armin se bajó de la Jeep y se aseguró de cerrarla y de no dejar nada importante en ella. Al bajarse escuchó un maullido y al fijarse de dónde venía el maullido solo se encontró con un par de ojos color oliva que brillaban gracias a la luz de las farolas. Se acercó al par de ojos brillantes y tomó a la gata negra algo regordeta que se encontraba maullandole desde el suelo.

Armin comenzó a acariciar la parte baja del hocico a la gata y comenzó a hablarle como si ella le entendiera.

''¿Qué haces aquí, Prada? El viejo me mata si te pasa algo''. La gata solo le maulló de vuelta. ''Lo sé, lo sé. Lo siento nena, ya podrás entrar.'' seguía conversando con la gata mientras introducía la llave en la perilla de la puerta.

Al entrar, Armin no notó nada raro por lo que cerró la puerta tras de sí y dejó a Prada en el suelo.

''Lo siento, otra vez.'' se disculpó el rubio pensando que era culpa suya que la gata estuviera fuera de la casa a esas horas de la madrugada.

Armin siguió su camino hacia el baño para darse una ducha rápida y así eliminar su olor a sexo que cargaba encima, además para limpiarse ya que tenía sus calzoncillos mojados por la eyaculación que tuvo antes. Amin dejó correr el agua por su cabello y cerró sus ojos.

• • • 

En una de las habitaciones de la casa se encontraba el hombre robusto, rebuscaba en los cajones de la habitación. Llevaba quince minutos buscando en esa habitación y aún no encontraba nada. ¿Cómo es posible que en esa casa tan pequeña se pudieran esconder tantas cosas? se preguntaba el hombre. El hombre se retiró la mascara porque la calor comenzaba a sofocarlo, pero no detuvo su busqueda hasta que escuchó una voz en la casa.

''Lo siento, otra vez.'' se escuchó desde la sala de estar. Él se puso tenso y se escondió bajo la cama del lugar. Aguantó la respiración al escuchar algunos pasos cerca, pero se tranquilizó cuando escuchó una puerta cerrarse. Salió de debajo de la cama y pensó que había conseguido lo suficiente, que no necesitaba más y que era hora de salir de ahí, porque era ahora o lo agarrarían con las manos en la masa.
Su ambición le ganó a la lógica.

• • •

El vapor había poseído todo cristal del lugar y Armin ya se sentía relajado. Limpió el espejo con su mano y se quedó mirando su reflejo por unos segundos. ¿Se sentía culpable? La verdad no. El rubio se lavó los dientes y terminó de secarse el cabello. Salió del baño y caminó hacia la habitación en la que se estaba quedando, era suya de por sí, siempre la usaba de pequeño cuando sus padres decidían irse de viaje y tal. Al entrar a la habitación notó algo raro pero no logró identificarlo al momento, su mente trabajó lo suficientemente rápido y Armin lanzó un grito cuando notó al hombre alto de espaldas.

''¡Ah!'' gritaron ambos a la vez, parecía irreal la situación cuando ambos se vieron las caras. El hombre robusto abrió sus finos ojos como platos cuando vio a Armin y Armin se tapó la boca cuando vio al alto.

''¿Reiner? ¿Qu-qué haces aquí?'' preguntó asustado Armin cuando pudo reconocer al hombre que tenía de frente. ''Además a esta hora...''

''¿Qué quieres decir con '¿qué haces aquí?' ¿Qué haces tú en esta casa y peor, qué haces en la calle tan tarde?'' le dijo el ladrón, que casualmente era un conocido cercano de Armin, muy cercano.

''Reiner, eso no imp—'' se detuvo y comenzó a negar con la cabeza. ''¿Qué haces aquí?'' le insistió al ladrón que comenzaba a tragar fuerte y varias gotas bajaban por su frente.

''Escucha, Arm, no es lo que parece.'' fue lo único que pudo decir Reiner, Armin le miró inseguro.

''No recuerdo haberte dicho que cuidaría la casa del viejo... ¿O sí te lo había dicho?'' se rascó la cabeza, al parecer el efecto de las bebidas aún seguía en su cuerpo, le hacía sentir como un tonto, tal vez estaba actuando como uno en ese momento, pero no podía hacer nada al respecto.

''Ah sí, Arm, me lo dijiste. Yo quería darte una sorpresa. Ven aquí.'' Reiner abrió sus brazos para recibir a Armin quien sin dudarlo se abrazó al alto.

''Me asustaste~'' le cantarrureó Armin a Reiner quien le sonreía ampliamente y le levantaba del suelo. ''¡No, no, no, bajame!'' dijo asustado Armin.

''Hmmm ¿Me vas a decir que hacías en la calle a estas horas?'' le habló Reiner al oído, y luego depositó un beso juguetón en el cuello de Armin quien negó con la cabeza.

''Rei, estoy cansado'' la voz de Armin sonó tan dulce que le causó ternura al más alto. Este lo depositó en la cama y sin pedir permiso se acostó al lado de él. ''Gracias. Hmm... ¿Te lo respondo mañana, sí?''

''No hay problema, Arm'' dijo antes de tomar el rostro de Armin entre sus grandes manos. ''Buenas noches.'' terminó de decirle y le depositó un beso delicado en los labios a Armin. Armin sonrió.

''Te amo, Rei."

• • •

Armin se despertó por el ruido de una máquina podadora que seguramente estaba usando la vieja chismosa que su abuelo tenía por vecina. Armin no la soportaba por eventos del pasado. Cuando tuvo todos sus sentidos despiertos pudo notar unos labios en su cuello, estos le besaban con hambre y más abajo en su abdomen unas manos grandes y un poco más blancas que las suyas le dibujaban siluetas transparentes y únicas. Armin suspiró y se abrazó al chico de apariencia mayor que estaba a su lado.

''Rei, si no te detienes ahora, será imposible que me detenga luego.'' Le dijo Armin al chico de su lado con un tono de voz seductor. El rubio posó su mano en la entrepierna de Armin como respuesta. Armin soltó una carcajada juguetona. ''¿Y si desayunamos primero, hmm?'' esta vez rodeó a Reiner con sus brazos y comenzó a depositarle besos en las mejillas hasta llegar a la boca del otro.

''Puedes ser mi desayuno.'' comentó Reiner quien seguia besando el cuello de Armin y comenzaba a rozar su gran mano sobre la entrepierna de Armin que se encontraba cubierta con la tela del bóxer.

El rubio de pequeña estatura se volteó al sentir la mano de Reiner y rodó por la cama hasta llegar al borde de la misma. ''Ah... Quisiera, pero necesito ir al baño.'' tras decir eso se puso de pie y dejó en la cama a un Reiner algo excitado.

Armin se miró en el mismo espejo de la noche anterior, comenzó a analizar lo que veía en él, realmente buscaba la culpa que se supone que sintiera, buscaba la culpa que se supone que se reflejara en sus ojos, pero no encontraba nada. Suspiró e hizo lo que tenía que hacer. Lavó sus dientes y se dió una ducha rápida, esta vez fría ya que se encontraba duro gracias a lo que Reiner le había hecho momentos antes. Antes de salir que colocó los bóxers de antes y amarró su larga cabellera en una pequeña dona. Se miró otra vez en el espejo y negó con la cabeza.

• • •

Reiner estaba en la cocina y escuchó agua en el baño por lo que supuso que Armin se estaba bañando. Para sorprenderle abrió la nevera de la casa y tomó cuatro huevos y unas cuantas tiras de bacon. Antes de comenzar a cocinar se retiró la camiseta, dejándo al aire sus grandes músculos y su pecho definido. Se apresuró al escuchar que el agua se había detenido en el baño y preparó la mesa antes de que el pequeño rubio pudiera salir. Colocó un plato con un par de huevos y dos tiras de bacon, ambas cosas fritas. También llenó un vaso transparente de vidrio con zumo de naranja. Hizo lo mismo con lo suyo, solo que con menos dedicación.

Armin al salir del baño recibió el olor a comida y decidió asomarse para percibir mejor el aroma. Al entrar a la cocina se encontró a Reiner sin camiseta, su mirada se posó en el torso del más alto y no pudo evitar mirarle con lujuria. Tremendo novio que tenía y él engañándolo con uno de sus amigos. Armin negó con la cabeza al ver por dónde iban sus pensamientos y sonrió naturalmente mientras se acercaba a Reiner quien se mordía el labio superior.

''Huele rico... Aún me cuesta creer que sabes cocinar.'' le decía Armin a Reiner quien se sonrojó levemente. ''Me encanta cuando te sonrojas.''

''Ay, cállate y desayunemos.'' dijo Reiner, sentándose en la silla vacía que estaba al lado de la de Armin. Armin se sentó después de Reiner y suspiró con pesadez. Rezó rápidamente y comenzó a comer tranquilamente. Reiner le miró de reojo. ''¿Ya me dirás qué hacías en la calle tan tarde?''
Armin se tensó un poco y soltó lo primero que le vino a la mente.

''Necesitaba salir a tomar aire, estar aquí me trae recuerdos y no necesariamente buenos recuerdos.'' Reiner se dio cuenta de que estaba mintiendo.

''¿Y a dónde fuiste? me hiciste esperar mucho...'' al parecer Armin no era el único que le ocultaba algo a su novio, ambos se mentían mutuamente.

''Fui al café ese que es veinticuatro horas, tomé cappuccino.'' mentiras.

El silencio se apoderó del lugar, ninguno sabía que decir ya que ambos sabían que estaban mintiendo, tal vez Armin no sabía que Reiner le mentía, pero Reiner estaba consciente de las mentiras que Armin le había dicho y de las suyas propias. Terminaron de desayunar en silencio y lavaron los platos en silencio. Armin alimentó a Prada en silencio y se sentó en el sofá en silencio. Reiner por otro lado se colocó su camiseta y planeaba irse, pero el móvil de Armin sonó anunciando que tenía una nueva notificación. Armin miró por encima de sus hombros y Reiner tomó el móvil en sus manos.
''¿Lo miro?'' preguntó Reiner, rompiendo así el gran silencio que antes se había apoderado de los dos.


''Ajá, seguramente es el viejo.'' dijo despreocupado Armin.

Reiner trató de desbloquear el móvil que tenía en las manos pero era imposible. Se acercó a Armin y se lo dejó en el regazo.

''Es de Jean y no puedo verlo, le cambiaste la clave.''
''¿Sí? no recuerdo haberla cambiado, seguramente metiste los dedos mal.''

''Lo traté varias veces, pfft.''

''Sigo pensando que metiste los dedos mal...'' Armin introdujo la clave en el teléfono, pero Reiner no le prestó mucha atención.

''¿Puedo bañame aquí?''

''Obviamente, aunque no tienes ropa tuya aquí.''

''No importa.'' dijo Reiner y se metió al baño. Su mente no daba para más, no soportaba ver como Armin le mentía tan descaradamente. No soportaba ver como su novio no confiaba en él y decidía mentirle. Ya se iba a meter a la ducha cuando descubrió una bola de ropa en una esquina del baño. Con mucha confusión la tomó y se encontró con ropa interior, un skinny jean negro y con una camiseta gris. Eran de Armin.

Reiner no se consideraba un novio celoso y mucho menos un psicópata, pero la superficie fría y viscosa del calzoncillo de Armin le causó sorpresa. Tomó la camiseta y la olfateó. Olía a humo de cigarrillo y a perfume, un perfume que no eran de Armin pero que tampoco le resultaba desconocido, él lo había olido antes. Decidió que no era una buena idea bañarse, era hora de enfrentarlo o de seguirle el juego. Iba a salir del baño pero escuchó la voz de Armin. Abrió la llave de la ducha y se quedó pegado a la puerta.

• • •

Armin seguía acostado en el sofá y esta vez tenía el móvil pegado en su oído. No tenía la mínima idea de que estaba siendo escuchado por su novio.

''¿Te gustó? No puedes decir que no...'' molestaba Armin a Jean que se encontraba al otro lado de la línea.

''Hmm, podríamos repetirlo hoy.''

Armin sonrió de manera juguetona y soltó la dona de su cabello. Comenzó a jugar con varios mechones del mismo mientras respondía.

''No, estoy con Reiner... no sé ni cómo supo que estaría aquí, no recuerdo haberle dicho.''

''¿Y hablas del tema con él estando ahí?''

''Se está duchando, tonto... ¿Qué tal mañana?'' preguntó Armin sin darse cuenta de que el agua del baño no sonaba ni de que Reiner se encontraba justo detrás de él. ''En el mismo lug—'' suspiró con pesadez y se atrevió a soltar uno que otro sonido de placer al sentir unos labios en su cuello. ''Hmmm Rei...''

Jean escuchaba todo desde la otra línea y se debatia en colgar o seguir escuchando.

''Me lo debes'' dijo Reiner en el oído de Armin quien dejó el teléfono a un lado, pensando que había colgado la llamada pero realmente lo había puesto en alta voz. ''Me gusta cuando te pones así tan fácil, Arm'' dijo Reiner, deslizando una de sus manos por dentro del bóxer del rubio.

''Ah, Rei... la tienes fría,'' comenzó a hablar Armin cuando sintió la mano de su novio al rededor de su miembro. ''¿T-tenías... aghm, maldit... hielo?'' comentó Armin de manera incoherente.

Reiner ya se encontraba duro y estaba listo para pasar al próximo nivel. Agarró a Armin y lo acomodó en el sofá. Él se sentó sobre él y le retiró los boxers, dejando al aire el miembro erecto del otro. Armin le miraba con lujuria y Reiner le sonrió maliciosamente. El mayor le introdujo tres dedos en la boca a Armin y el menor los mojó con su saliva. Tras eso, Reiner comenzó a preparar al menor con sus dedos y al sentir que ya estaba listo, reemplazó los dedos con su miembro.

Reiner no tardó mucho en encontrar el punto de Armin y desde que lo hizo, siguió golpeando el lugar con la punta de su miembro. Armin se retorcía de placer bajo el cuerpo de Reiner y enredaba sus dedos en los rubios y cortos cabellos de Reiner.

''Dios, Rei... uhmm, ah, no-no puedo más.'' logró terminar de hablar con coherencia el más pequeño de los dos.

Reiner no le hizo caso, al contrario, siguió embistiendo el cuerpo del otro hasta que sintió una sensación caliente, algo dolorosa y placentera en su miembro y supo que era el momento. Besó con desesperación los labios de Armin y le apretó las muñecas con sus manos. Ambos gemían desesperadamente, y Armin derramaba un par de lágrimas por el placer que estaba sintiendo. Como era de esperarse, Armin terminó primero y ensució sus torsos con su semilla. Poco después Reiner terminó dentro de Armin y se dejó caer hacia atrás. Armin se recostó en el pecho del más grande y esperó a que su respiración volviera a la normalidad. Ninguno de los dos había notado que Jean seguía al teléfono.


''Arm'' comenzó a hablar Reiner en un tono de voz algo bajo, pero lo suficientemente alto para despertar al rubio que se había quedado dormido en ese momento.

''¿Hmm?'' abrió los ojos pero no me movió, Reiner le resultaba demasiado cómodo.

Reiner acariciaba la espalda de su novio pero realmente no lo miraba, realmente miraba el cuello del menor que tenía la prueba del 'crimen' cometido.

''¿Sabes que mentir no se te da nada bien, verdad?''

''¿De qué hablas, Rei?'' le respondió Armin quien seguía algo dormido.

''Sé lo que hiciste con Jean.'' le dijo a secas y sintió cómo se tensaba Armin sobre él.

''Rei, yo—''

''¿Qué excusa piensas darme? Déjame ver... hmm 'No hicimos nada, me lo encontré en el café y tomamos café juntos' ¿Pensabas decirme eso?''

''Rei, escucha...'' Armin se sentó sobre las piernas de su novio y le miró fijamente con el arrepentimiento reflejado en sus ojos. Él sabía que al momento no lo sentiría, pero lo que no sabía es que lo llegaría a sentir unas horas después. ''Rei... no hicimos nada.''

''Claro, no hacen nada pero bien que te corriste en tu ropa interior.''

''¿De qué... de qué hablas?'' Armin comenzaba a sentir el nudo en la garganta y sentía que la culpabilidad lo aplastaba.

''No te hagas, además, tienes una marca enorme en tu cuello. Así que no me mientas más, Armin.'' El tono de voz de Reiner había subido demasiado, Armin estaba seguro de que los vecinos estaban escuchando la discución.

''¿Para qué le mientes, Armin? Después de todo no lo quieres... Ah sí, sigo aquí.'' una voz salió del móvil de Armin, la voz de Jean. Ahí fue cuando Armin se dio cuenta del error que había cometido.

Reiner quien aún seguía dentro de Armin, salió de golpe y se puso de pie. Se vistió lo más rápido que pudo y salió de la casa sin decir nada. Armin se había puesto de pie para seguir a su novio, pero en cambio se quedó de pie sintiendo como el semen de su novio bajaba por sus piernas. Seguramente era la última vez que lo sentiría.

''¿Armin, sigues ahí?'' Jean volvió a hablar cuando no escuchó nada más. ''¿Ar? ¿Hola?'' Nada, Armin no le contestó.

Armin desganado no le respondió a Jean ni tampoco se dignó en colgar la llamada, en cambio caminó hacia el baño y se sentó en medio de la ducha. Abrió el agua caliente y dejó que el agua se llevara sus penas. Armin lloró y lloró y no encontró consuelo en nada. Era cierto que él no quería ya a Reiner, pero no quería lastimarlo, no así. Se odiaba a si mismo, odiaba todo su ser. No quería salir del baño pero sabía que tenía que salir, pero no lo haría en ese momento. Dejó de llorar cuando escuchó unos golpes suaves en la puerta del baño, y pensó que era Reiner.

''Pasa...''

Cuando la puerta se abrió lo único que Armin vio fue la cabellera marrón ceniza de Jean y comenzó a llorar nuevamente. Jean conmovido se agachó al lado de la ducha y colocó su mano en la cabeza del rubio.

''Sh...sh... Ya está bien todo, Ar.'' tató de consolarlo, pero fue imposible.

''¡Él me odia ahora! ¡Yo me odio! ¡Me odio!'' gritaba Armin sin consuelo y a Jean se le formaba un nudo en la garganta al ver a Armin en esa condición. ''¡Todos me odian! ¿Cómo miraré a Reiner a la cara? ¿Quién me va a querer ahora?''

''Ar... Yo no te odio, de hecho, te amo.'' se confesó Jean, quien realmente no era nada más que un amigo para Armin, ambos solo se acostaban por la calentura del momento, pero eran solo eso, amigos. Jean era el único enamorado ahí -según él- y le dolía ver a su amigo así. Armin le miró fijamente y hasta había dejado de llorar.

''¿T-Tú me...?''

''Sí, pero no pensaba decirtelo... O sea, si dije lo que dije en el teléfono es porque bueno... Porque quería que ya rompieras con él, quería sentirme con más esp—'' unos finos labios le hicieron callar. Él le besó de igual manera y no se separó hasta que el rubio lo hizo.

''Yo también, Jean, yo también...''

''¿Lo dices para no quedar mal?''

''¡No! yo... yo de verdad estoy... Jean, dejé de sentir cosas por él porque me había enamorado de ti.'' se confesó finalmente el rubio.

Las palabras no fueron necesarias después de eso.
Un beso fue necesario para hablar por ellos.

• • •

El día estaba soleado pero la calor no era tanta, se podría decir que el día estaba fresco. El ambiente olía a carne a la parrilla y a sal. El viento soplaba fuertemente y a lo lejos se escuchaba agua chocando contra las rocas y sobre la arena. No muy lejos de ahí se encontraban cuatro chicos sentados en una mesa, comían hamburguesas y tomaban cervezas.

''Esto es vida, eres tan bueno cocinando...'' dijo Armin con la boca llena, los otros tres chicos restantes se comenzaron a reir por el comentario y por la forma desesperada de comer que tenía el rubio.

''Hey, yo cocino mucho mejor que el cabeza de chorlito ese.'' dijo Jean algo celoso.

''No le digas así, este cabeza de chorlito puede noquearte en un dos por tres y si lo hace me llevaré a Armin y te dejaremos los tres aquí tirado.'' bromeó Reiner, quien después de tanto tiempo se veía feliz y sonriente.

''¡No lo golpearé, no me gusta la violencia!'' reclamó alterado un chico alto y delgado de cabello negro.

''Estaba bromeando.'' dijo Reiner y besó la mejilla del pelinegro.

Armin, Jean y el pelinegro sonrieron a la misma vez.

''Tú y Bert hacen una linda pareja.'' habló Armin aún con la sonrisa en sus labios.

''Pero tú y Jean se ven lindos juntos...'' dijo Bert sonrojándose.

''Están hechos el uno para el otro y estoy seguro de que ningún otro chico sería capaz de hacerlo tan feliz. Nadie lo ha hecho tan feliz como lo haces tú.'' dijo Armin con un tono de voz nostálgico pero sin dejar de sonreír. Jean rodeó la cintura de Armin en señal de apoyo y Armin le sonrió con dulzura.

''Lo sé... Nadie podría hacerte más feliz que Jean, ustedes dos son como las últimas dos piezas que completan el rompecabezas. Una pieza puede encajar con dos piezas pero solo hay una que encaja tan pero tan bien, que hace posible que el rompecabezas se complete.'' Esta vez fue Reiner quien habló, él sabía que Bert no sabía lo que había sucedido entre Armin y él, pero sí sabía que tanto Jean como Armin le habían entendido a perfección.

 

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer :)

Recuerden que la gente siempre trabaja para recibir algo a cambio, los escritores de fanfics también, al no recibir dinero ni cosas materiales, recibimos el amor de los lectores y tal so... Siéntanse libres de comentar y tal (y) cuando comentan me dan ganas de seguir escribiendo y eso. Bueno chau, xoxo.


Nota final, esta sí:

Para los que puedan pensar que los personajes están súper OOC, les digo que es mi forma de verlos a ellos normalmente. Sí, veo a Armin lo suficientemente capaz de ser top al igual que bottom, sí, lo veo suficientemente capaz de ser infiel y sí, lo veo suficientemente capaz de no decirle lo que siente a Reiner por protegerlo. Realmente me siento identificada con Armin, so, sí.

Jean siendo tan nice... bueno, Jean puede ser chevere con la gente que realmente le importa. Marco es un buen ejemplo. Igualmente sigue siendo un hijo de puta al decirle a Armin que dejara de mentir. Jean sigue siendo un egoísta.

Reiner creo que sigue siendo muy Reiner y Bert,.. bueno, Bert tiene poca auto estima, que sea tímido con Armin y Jean tiene sentido.


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