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La Orden Draconis por Vane7

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Notas del capitulo:

Hola (^-^) aqui con el ultimo capítulo de esta doble actualizacion, espero les gustaran los capitulos y disculpen por las tardanzas :(

 

 

Disclaimer: Los personajes del universo de Harry Potter pertenecen a J.K Rowling. No obtengo ningún beneficio monetario por escribir todo esto.


La historia es mía, pero nada más.

 
Capítulo 7: Reuniones, Chocolates, deseos y un Primer mejor amigo

Una joven pelirroja miraba la escena protagonizada por las serpientes y sus amigos, entre divertida y extrañada; es que en verdad todo estaba cambiando, lo cual le hizo recordar la "reunión" que había tenido en esa oscura aula abandonada.


%%%%FLASH BACK%%%%


-Ginny, debemos hablar- fue todo lo que escucho de aquella persona antes de poder distinguir claramente la figura frente a ella, o más específicamente las figuras.


-Son unos...IMBECILES- exploto la pelirroja- casi me matan de un susto idiotas- respiro agitada la menor de los Weasley, mientras se llevaba un mano al pecho tratando de tranquilizar los rápidos latidos de su corazón.


No es que ella fuera una cobarde asustadiza, DE NINGUNA MANERA, pero es que cualquier persona que es atacada de esa manera, tiene derecho a asustarse aunque sea un poco, ¿Verdad?; dejando a un lado el momentáneo susto que sea había llevado, se dirigió a los idiotas que la habían traído de forma imprevista y por demás brusca a esa... ¿Era un aula abandonada? idiotas, estaba toda llena de polvo.


-Pensé que eran alguna clase de locos psicópatas- les reprocho a los 4 chicos presentes en la habitación- mmmm, aunque pensándolo bien, ustedes son unos psicópatas, idiotas pero psicópatas- murmuro pensativa.


-Ey Ginny, bájale con tus halagos- hablo Fred con puchero.


-No te quejes, ¿Ustedes le bajaron con los empujones y demás?- reprocho la pelirroja.


-Bueno, bueno, cálmense todos- trato de tranquilizar la situación George- la manera de traerte a esta aula no fue lo mejor- acepto el pelirrojo- pero es que necesitábamos hablar contigo y tú estabas tan enojada y furiosa con nosotros, que puedo asegurar sin temor a equivocarme, que no hubieras aceptado venir, y es mas hasta nos habrías pegado y gritado antes de irte, sin siquiera dejar que te dijéramos algo- termino su explicación el pelirrojo.


Ginny izo un puchero, era verdad lo que su hermano decía, los hubiera agarrado a hechizos, gritado y para qué negarlo, un par de golpes a lo muggle no hubieran faltado, era una gran manera de sacar toda la tensión y furia que habitaba en ella, de forma efectiva y liberadora.


Método que solo la beneficiaba a ella, porque para la mala suerte de sus víctimas, ella era una luchadora nata, sus golpes eran de hierro, sus movimientos rápidos y precisos, además de tener una resistencia increíble para seguir con los golpes por horas, pero bueno ¿Quién los mandaba a hacerla enojar?, ya que provocaron ese terrible mal humor en ella, era justo que le ayudaran a sobrellevarlo ¿Verdad?


-Bueno ya, díganme de una vez que es lo que quieren antes de que me arrepienta de escucharlos y los golpee a todos- amenazo la pelirroja, con un puño en alto de forma amenazante.


Todos reprimieron un escalofrió, sabían que esa amenaza no estaba lejos de cumplirse, esa pequeña pelirroja podría mandarlos a la enfermería ella solita y sin necesidad de utilizar magia, si se enojaba lo suficiente con ellos, así que rápidamente Denis se adelanto para empezar con lo que querían decir.


-Buu..buueno ees queee- estaba terriblemente nervioso, pero debía decirlo él, Fred mantenía su puchero, George trataba de evitar una rabieta por parte su hermano, Colin estaba más nervioso que él, a pesar de ser mayor que Denis, Colin era un chico muy tímido y frágil, así que no podía dejarle la responsabilidad de tratar con una Ginny enojada, ella tendía a ser demasiado brusca y peligrosa cuando eso pasaba. Si, definitivamente era mejor que Denis se encargara de las explicaciones, tomando un hondo suspiro comenzó de nuevo con la explicación.


-Nosotros estuvimos hablando y creemos que tienes razón, lo que le hicimos a Malfoy no estuvo bien, en su momento no sabíamos nada de lo que pasaba con él, pero debido al hechizo ahora todos tenemos aunque sea una idea de por lo que ha pasado Malfoy, así que queríamos saber qué es lo que piensas hacer, ya sabes ¿Para...ayudarte?- termino dudoso, ya que en realidad ellos no querían ayudar en sí, era más algo como copiar su idea, actuar y así librarse del gusanito de la culpa.


Situación en la cual se encontraban todos en esa habitación y es que hasta los gemelos se sentían mal por la broma, así que ahora habían quedado en buscar a Ginny, que era la única que se había declarado en contra de dejar pasar el asunto sin decir nada y saber de su plan, quien sabe tal vez ellos también podrían participar en él y librarse de la culpa.


-Bueno, pues no es que tenga un plan definido en verdad, lo cierto es que lo primero que iba a hacer era averiguar sobre el estado de Malfoy, tal vez entablar una conversación con él y depende de cómo se desarrolle todo, ver cómo puedo decirle que estuve involucrada en la broma- explico Ginny.


-Excelente plan hermanita- hablo de inmediato Fred pasando un brazo sobre los hombros de la pelirroja, aparentemente ya olvidado el asunto de su rabieta.


-Algo digno de un Weasley- le siguió George, con su buen humor.


-¿Qué?, ¿Plan? ya les dije que...- decía confundida la pelirroja, porque la verdad para ella eso no era un plan, aunque al parecer para sus hermanos y amigos sí.


-No te preocupes hermanita, ya averiguamos y al parecer Malfoy estará en observación por las próximas 24 horas, tal vez no sea tan grave, ya cuando este mejor...- la interrumpió Fred, que estaba francamente aliviado, pues para las bromas eran unos genios, para las disculpas y eso no tanto.


-Actuaremos y pondremos en acción la segunda parte del plan, hablar con Malfoy- completo George, también aliviado de encontrar si bien no un plan muy elaborado, siquiera una guía para saber qué hacer de ahora en adelante.


-Pero yo...- hablaba confundida la pelirroja, ¿En qué momento había aceptado que ellos se le unieran en su improvisado actuar?


-Bueno, nos veremos luego hermanita, te mantendremos informada si algo nuevo pasa con esto de Malfoy- la interrumpió Fred, dando por finalizada la conversación y dirigiéndose junto a los demás hacia la puerta, para salir de la habitación.


-Esperen- los detuvo Ginny cuando vio que ya se disponían a irse de allí- ¿Y Cho?, ¿Ella también quiere confesar y disculparse?- pregunto curiosa, ya que la asiática no estaba allí.


-No, ella dijo que de ninguna manera lo haría- respondió George- pensándolo bien, esa chica es demasiado extraña y hasta un poco loca con todo esto de Malfoy, en verdad que es demasiado extremista con respecto a él- termino pensativo George, y es que esa chica en verdad era demasiado rara, todos asintieron a lo dicho por él, ya que todos habían podido ser testigos del profundo odio que esta parecía tener por Malfoy, y para corroborarlo solo había que recordar las "ideas" que tuvo para hacerle una broma a Malfoy, aunque para ellos eso era más un ataque que una broma, por eso nunca accedieron ni la apoyaron en ninguna.


Después de esas palabras los 4 chicos salieron del aula abandonada, dejando a una pensativa Ginny que a pesar de la extraña reunión estaba más tranquila, al menos los chicos la apoyaban en todo ese asunto, luego de unos minutos ella también salió de allí, con dirección a la torre Gryffindor, necesitaba pensar en lo sucedido.


%%%FIN DEL FLASH BACK%%%


Desde aquello había pasado un día, 2 a lo sumo, se habían enterado que Malfoy ya estaba mejor, y que ese día iría al Gran Comedor, tenía planeado intentar hablar con él, primero seria ella sola para tantear el terreno, y después los demás, pero lo que nunca se espero es que este ahora fuera amigo del trió dorado de Gryffindor.


Al parecer Malfoy en verdad era un buen chico, pues sino no se explicaba cómo era que había logrado hacerse amigo de Hermione, Ron y Harry tan rápido, en especial de Ron, pues aunque quería mucho a su hermano, debía aceptar que él no solía ser una persona muy fácil de tratar, más que nada por su terrible carácter, pero al parecer Malfoy había logrado llevar una buena relación con ellos.


Eso solo confirmaba una vez más que Draco Malfoy era todo un misterio para Hogwarts, porque aunque ciertamente habían averiguado mucho de su vida por el hechizo de la broma, Ginny sentía que había muchas cosas más que no se sabían de él; últimamente Ginny había sentido más fuerte el poder mágico de Draco, a pesar de su frágil apariencia podía sentir que se estaban produciendo cambios en el, que incluso el propio rubio podría ignorar.


Dirigió una mirada más hacia el rubio y suspiro con aire cansado, por ahora no podría acercarse a Malfoy, sus amigos lo tenían demasiado protegido, no permitían que nadie se le acercara, solo habían podido acercarse Harry, Ron, Hermione y Neville porque aparentemente eran amigos de Malfoy, a propósito ¿Desde cuándo Neville también se había hecho amigo de Malfoy?, ¿Que acaso no le temía?, todo estaba cambiando, y de una manera tan rápida, solo esperaba que fuera para bien.


***********-***********


Los Slytherin habían terminado ya de cenar y se dirigían a su sala común, en compañía de los Gryffindor, habían estado de acuerdo en que ya no servía de mucho mantener las distancias cuando todo el colegio había sido testigo de que los Gryffindor habían acudido a la mesa de los Slytherin cuando habían escuchado el grito de Draco, dejando en claro después por sus acciones y palabras que ahora eran amigos.


Al llegar a la sala común de las serpientes, estas dijeron la contraseña y los invitaron a pasar, no era que los Gryffindor esperaran ver, pues se imaguinaban algo asi como un ejército de magos oscuros, pero definitivamente no esperaban ver a un grupo de chicos haciendo la tarea, platicando, riendo o simplemente jugando, todos allí eran como en la sala común de los Gryffindor, simplemente chicos normales, estudiando y conviviendo con normalidad.


Sin embargo al percatarse de la presencia de los Gryffindor, estos pararon toda actividad y endurecieron sus facciones, volviendo sus rostros fríos y serios, dirigiendo su mirada sin excepción hacia los leones, cosa que los puso nerviosos y por demás incómodos, pero antes de que cualquiera pudiera decir algo, Draco se adelanto y con una gran sonrisa se dirigió a sus compañeros de casa.


-Yo los invite, por favor no se enojen ni actúen diferente, ¿Sí?- les dijo dulcemente y con una tierna expresión.


A lo que todos asintieron lentamente para luego volver a sus actividades, como si nada hubiera pasado, Draco volteo hacia sus amigos y los Gryffindor, les sonrió ampliamente, pero cuando Harry estaba a punto de hablar alguien, o mejor dicho muchas personas aparecieron frente al rubio, con muchos regalos.


-Que gusto que estés bien Draco- le dijo una compañera de casa que parecía estar en 2do año- mira compre estos chocolates con nueces para ti, espero que te gusten- se los ofreció con una gran sonrisa.


-¡Que rico!- exclamo contento el rubio, aceptando gustoso el regalo- gracias Ani, me encantan- le sonrió ampliamente.


-Draco, yo te compre chocolates con relleno de dulce de leche, son muy ricos, espero que te gusten- le sonrió un chico que parecía estar en tercero, extendiéndole su regalo al rubio.


-Ya los he probado y son deliciosos, gracias Peter- le sonrió el rubio recibiendo los chocolates.


-Yo te compre unos caramelos de diferentes sabores, todos de frutas, son muy ricos- le sonrío una niña de primer año- espero que te gusten.


-Que rico, dulces con sabor a fruta, los comeré todos- le sonrío con alegría, mientras tomaba los caramelos, para después girarse hacia Daphne y con una voz traviesa y divertida decirle- ahora no puedes decir que no como frutas.


-Eso no es justo- lo regaño Daphne- no es lo mismo una fruta que unos dulces de fruta, aun debes de comer muchas frutas y también vegetales- sentencio Daphne con voz seria.


-Que mal- se quejo Draco, pero después volvió a sonreír para la niña- no importa Mary de todos modos me los comeré, se ven muy ricos, por lo demás, al menos lo intente- dijo divertido Draco, la verdad es que no le molestaba comer fruta, de hecho era muy rica y le gustaban mucho las manzanas, pero si podía comer más dulces en el día, con la escusa de que sabían a frutas, no dejaría pasar la oportunidad.


Así pasaron los minutos, mientras el rubio recibía muchos regalos, la mayoría dulces, a lo que Draco les sonreía y agradecía, los Gryffindor no podían ocultar su desconcierto, en verdad todos lo trataban de manera diferente a como se lo habían imaginado, y muchas veces presenciado en los salones, comedor, pasillos, etc.


Los allí presentes, no parecían tratarlo como un príncipe al que temer y mantener distancia, mas bien, era como un amigo, un hermano, alguien cercano a quien acudir, cuidar y por el cual se preocupaban y protegían, era en cierto modo su príncipe, pero no por la sangre o por algo que estableciera su superioridad sobre ellos, más bien por elección, por eso que con solo verlos podías captar.


Draco era especial para cada uno de ellos, algunos podían verlo como un hermano, un amigo, un confidente, un aliado, un amor platónico, en fin como miles de cosas, pero todos lo veían como alguien especial, que era amable, dulce, tierno, inocente y cariñoso con todos, no era que Draco fuera perfecto, de hecho muchas veces era mimado, manipulador, caprichoso, enojón, rencoroso, y demás, pero en el no existía esa maldad de querer hacer daño porque si, si llegaba a sentir algo negativo por alguien, siempre era por una razón, un hecho que tuviera su peso, pues tampoco se enojaba por cualquier cosa, tenía que ser algo de verdadera importancia lo que lo llevara a eso.


Los Gryffindor esa noche comprendieron que Draco Malfoy era alguien especial, para todo el que llegara a conocerlo en verdad, siempre seria es rubito hiperactivo que les había robado el corazón, pues ese rubio inocente se hacía querer tan fácilmente, que cuando te dabas cuenta, ya no podías escapar y te habías convertido en un protector mas de ese alocado rubio llamado por todos "Draco Malfoy, El Príncipe de las Serpientes"


*************-*************


La mañana había llegado, trayendo consigo un esplendido sol, que te llenaba de energía y positivismo, era un maravillosos día, un esplendido y...


-Maldito Black, no puedo creer que por tu culpa hayamos perdido el traslador- refunfuñaba un oscuro pocionista, mientras camina por los pasillos de Hogwarts con un animago mas que cansado detrás de él.


Se dirigían hacia la dirección del colegio, ya que aun debían reportarse con Dumbledore, he informar de lo sucedido en la misión que les habían encomendado.


-Tuvimos que esperar toda la noche para que pudieran darnos uno nuevo- seguía con su acusación Severus, misma que había iniciado desde el momento en el que perdieron el traslador, hasta ese mismo instante, aunque bueno...estaba el periodo intermedio en el que el pocionista se había quedado dormido, tan solo de recordar lo que había pasado el animago se sonrojo, cosa que Severus noto de inmediato- ¿Estas sonrojado? espero que sea de vergüenza, por tu culpa no podre ver a mi ahijado hasta la hora de la cena- lo reto el pocionista.


Severus estaba muy enfadado con el animago, ya que posiblemente tardarían mucho con el reporte de la misión, y después necesitaba dormir un poco, debido a que durante toda la misión se la había pasado despierto con pociones, no debían perder el tiempo que tenían en aquella ciudad, debían buscar e investigar, era de vital importancia saber más acerca de esa misteriosa Orden, que ahora se empezaba a manifestar en el mundo mágico, o más específicamente en el continente europeo, pues no solo Inglaterra estaba teniendo reportes de la aparición de esta Orden, sino también los diferentes países que limitaban con ella.


-Ya te dije que no fue mi culpa, enserio que esa mujer me ataco- se explicaba por...ya había perdido la cuenta, pero estaba casi seguro que era entre la 127 o 132 vez que el animago lo explicaba- es más, sino hubieras llegado, seguramente me habría violado.


-Sí, porque se nota que estabas muy incomodo con esa rubia encima de ti- comento irónico y sarcástico Severus.


-Oye que en verdad se me tiro encima, iba a quitármela de encima cuando justo apareciste tu- le explicaba de nuevo Sirius, ya hasta parecían una pareja de enamorados, al que habían encontrado en una infidelidad, cuando en verdad esa chica si se le había tirado encima, un momento...¿Pareja?, ¿Infidelidad?, no podía ser cierto, Snivellus no podía estar...celoso ¿Verdad?- oye tu...no estás celoso ¿Verdad?- se le salió preguntar a Sirius.


Grave error ya que Severus al escuchar eso inmediatamente se paro y lo enfrento, ¿Celoso?, ¿El?, ¿Del chucho? por favor, ni que le importara que ese enfermo sexual, ese pervertido declarado y confirmado, ese maldito imbécil que no podía estar un segundo sin follar como un miserable animal, que por cierto era, se anduviera acostando con cuanta cosa se le pusiera en frente.


Lo que le molestaba, lo que le enfurecía y hacia hervir su sangre era que por eso precisamente, habían perdido el traslador, habían tenido que pasar la noche en la terminal mágica y él había tenido que dormir en esas incomodas bancas a la espera de uno nuevo, ahora que por fin habían llegado, tendrían que hacer el reporte, también tenia que reponer el sueño perdido, pues no quería llegar con el cansancio pintado en la cara, lleno de ojeras y demás signos de cansancio que en definitiva no eran nada bonitos.


Eso solo lograría que su pequeño Dragón se preocupara, por lo cual no podría ver a su lindo Dragón hasta la cena, que aunque sabía (por los reportes de Dumbledore y los Slytherin) ya se encontraba en perfecto estado, no podía dejar a un lado su preocupación hasta que lo viera con sus propios ojos, eso era lo que lo tenía así, no que ese chucho andará de calenturiento, no que lo haya encontrado con esa rubia encima de él, para nada, la rabia y la sangre que le hervía al pensar en ellos no era por eso, claro que no....¿Verdad?.


-¿Celoso?, vaya chucho parece que la falta de sueño en esta misión en verdad te está afectando, jamás- se acerco al rostro del Gryffindor, a solo 5 centímetros de sus labios, para después hablarle con frialdad y hasta indiferencia- jamás podría sentir celos de ti, para que eso pase tendría que estar loco- completo alejándose de él.


"Otra vez ese olor" pensó Sirius, maldita sea sino era el olor mas delicioso que jamás había sentido en su vida, ese maldito de Snivellus lo volvería loco con esos acercamientos, y es que no lograba entender como era que ese murciélago ojeroso lo podía desestabilizar con solo el aroma que emanaba.


No era normal que quisiera tomarlo entre sus brazos y hundir su rostro en la curva de su cuello, quedándose así por horas, solo apreciando el olor de ese cuerpo enemigo, pero lo peor era que ahora no solo era eso, ahora a su lista de obsesiones insanas debía sumarle sus labios, yendo y viniendo siempre hacia él, con palabras acidas, sarcásticas o teñidas de ironía, a las que siempre había logrado sacarles la vuelta y rebatirlas hasta hacerlo enfadar, pero que ahora, después de mirarlos tan de cerca, solo podía pensar en devorar esos labios y comprobar si eran tan suaves y carnosos como se veían; si su aliento era tan fresco y con ese sabor mentolado que había podido dilucidar con la anterior cercanía del pocionista, o si eran dulces como su olor.


A decir verdad había estado a punto de descubrirlo antes, sino hubiera sido porque Snape se había apartado, ahora esa serpiente sabría la pasión, deseo y desenfreno que podía haber en un beso, bueno al menos en un beso dado por Sirius Orión Black; pero ahora solo podía ver como la oscura, delgada y frágil figura del pocionista se alejaba caminando rápida pero elegantemente por los pasillos de Hogwarts, "Como solo una serpiente puede caminar" pensó con una sonrisa en el rostro, no entendía que le estaba pasando con Snape, pero solo esperaba que fuera producto del cansancio por no haber dormido en casi dos días, porque estar empezando a gustar de Severus Snape era algo para lo que Sirius Black no se encontraba preparado....


aun.


**********-**********


Draco estaba más que feliz, por la carta de su amigo, sabía que llegaría hoy, se había levantado temprano ya que casi no había podido dormir, ansiaba ver a Ian; hacía años que no lo veía y ya quería ver qué cambios se habían formulado en su primer mejor amigo.


Siempre había visto en Ian a su protector, aun en la distancia le escribía y contaba todo de su vida, Ian muchas veces le había escrito que si él se lo pedía vendría por él, pero Draco no deseaba que Ian cargará con sus problemas; no quería ser una carga, aunque él sabía muy bien que para Ian jamás lo seria, no deseaba significar solo problemas en la vida de su primer mejor amigo.


Draco deseaba ser muchas cosas, compañero, confidente, aliado, etc. pero no alguien de quien solo podía recibir problemas, responsabilidades y enemigos, porque sabía que Ian, haría cuanto enemigo hiciera falta, si con eso se aseguraba que Draco estuviera bien, y es que desde niños había sido así.


Todos amaban a Ian, era divertido, sincero, inteligente, amable, risueño, alguien con mucha alegría, que contagiaba siempre a su alrededor, pero Draco por otro lado era un niño tímido, reservado, distante, desconfiado y muchas veces demasiado temeroso por el trato que recibía de su padre, no podía confiar mucho en la gente, temía que le hicieran daño, si su padre lo hacía, ¿Por qué los demás no?.


Por esa razón no tenía amigos, la mayoría de los niños pensaban que era un engreído, que se creía superior a ellos, por lo cual se alejaba y no les respondía a una sola de sus preguntas, en las reuniones a las que lo llevaba su padre; cuando niño a los 4 años conoció a Ian por una visita de negocios que le izo su padre a Lucius, Draco se alejo de él inmediatamente, tomando la misma actitud distante, tímida y reservada.


Draco no le hablaba, y si lo hacía era para responderle con monosílabos, Ian era muy alegre, le contaba muchas historias divertidas, mientras corría a su alrededor, moviendo las manos y algunas veces hasta actuando las escenas de su historia, Draco quería reír con él, jugar y participar, pero la desconfianza y el miedo estaban muy arraigadas en el, a pesar de ser solo un niño, no podía solo confiar como cualquier otro, temía...e Ian podía verlo.


Durante las próximas visitas Ian no se rendía, seguía con sus juegos, chistes e historias, Draco ahora participaba mas, no confiaba en el por completo, pero le agradaba demasiado ese niño tan alegre, parecía tener una fuerza y energía muy distinta a la de él, para Draco, Ian era un ser brillante, siempre alegre y de buen humor, no lo reprendía, golpeaba ni trataba mal, no le decía que era raro o un inútil, Ian era amable, lo incluía en sus juegos aun cuando el no hiciera mayor esfuerzo por participar, le contaba historias divertidas y chistes, aun cuando Draco nunca reía de ellos, era muy bueno y Draco empezaba a confiar de nuevo en que podían haber personas que no lo dañaran, que no lo odiaran como su padre.


Pero lo que consolido la amistad y la entrega completa de su confianza hacia Ian fue un día cuando sus padres lo llevaron a una reunión de sociedad, el fue junto a los más pequeños, y como siempre solo se sentó lo más alejado posible de ellos, un grupito de niños que ya conocía y siempre lo molestaban se acercaron a él, y empezaron a decirle de cosas.


Draco no los miraba, fijo su mirada a lo lejos y se perdió en sus pensamientos, había aprendido a hacer eso para algunas veces alejarse de su realidad, sobretodo lo utilizaba en las reuniones, pues cuando lo intentaba durante las golpizas que su padre le daba, este se enfurecía mas y lo golpeaba con más ímpetu hasta dejarlo inconsciente, pero algo lo saco de sus pensamientos, un golpe en su mejilla, se toco el rostro con la mano, como atrapando el acto.


"Pobres tontos", pensó con tristeza, estaban tan felices porque ese niño lo había golpeado, lo podía ver en sus rostros que mostraban sonrisas burlonas, "Si supieran" pensó de nuevo, dejando que esa tristeza que ya era parte de su vida lo invadiera por completo, "Si tan solo supieran que este golpe es nada comparado a los que recibo a diario".


Los volvió a mirar, estaban tan satisfechos por el golpe "¿Estarían tan felices si les digo que ni siquiera pude sentirlo debido a la poción que me dieron para no sentir nada absolutamente y aguantar esta reunión? ¿Y todo esto por la paliza del día?" los miro con curiosidad, tal vez si lo estarían, porque después de todo había sido golpeado mas por...


-¡¿Qué te pasa imbécil?!- se escucho un fuerte grito, que Draco de inmediato reconoció, hasta ellos llego un niño de 5 años de cabello castaño y ojos azul cielo, que miraba a los demás con furia, mientras se interponía entre Draco y los niños, cubriéndolo con su cuerpo de tal manera que estos no pudieran siquiera acercarse- si vuelves a tocarlo te sacare los ojos- lo amenazo con voz fría.


-Ian, pero...pero ¿Por qué lo defiendes?, ¡Es Malfoy!- le dijo ya enfadado, todos conocían a Ian, eran un niño muy lindo y amable con todos, siempre sonriendo y muy alegre, no podía creer que aquel niño frente a él fuera el mismo, Ian se veía tan enojado, a pesar de su tono frio y falto de emociones se podía notar que la amenaza no era en vano.


-Sean, no te vuelvas a meter con Draco y menos a golpearlo- hablo seriamente el castaño- porque no importa que, si vuelves a siquiera ponerle un dedo encima- le indico levantando su dedo índice, con la mirada llena de furia -te juro que no descansare hasta darte la paliza de tu vida- amenazo esta vez con un tono demasiado peligroso, para después dirigir su mirada hacia los demás- y esto va para ustedes también, si veo que molestan o golpean a Draco, los moleré a palos ¡¿Entendieron?!.


Todos asintieron frenéticamente ante lo dicho por Ian, incluso Sean, pues sabía que la amenaza de Ian era verdadera, después de eso los demás niños se retiraron, Ian se volvió hacia Draco y le regalo una dulce sonrisa, Draco estaba desconcertado, al parecer Ian conocía a Sean, al igual que a los demás niños, pero envés de unirse a ellos, lo defendió de estos.


No entendía lo que pasaba, ¿Qué no sabía qué protegerlo le traería problemas? había visto la mirada de Sean antes de irse, ahora veía a Ian como lo veía a él, con odio, rencor y malos sentimientos, de pronto Draco se dio cuenta, Ian ahora tenía un enemigo, aquel niño amable, divertido y alegre, tenía un enemigo, y todo por protegerlo.


-¿Estás bien?- le pregunto Ian arrodillándose en el suelo, a la altura de Draco, ya que este se encontraba sentado en una silla- ¿Te golpeo muy fuerte?, ¿Te duele mucho?- acerco su mano para acariciar la mejilla del menor, que mantenía la mirada en el suelo.


-¿Por qué?- pregunto derrepente Draco, no entendía porque hacia todo esto por él, casi no participaba en sus juegos, no reía de sus historias o chistes, la mayoría del tiempo solo permanecía en silencio junto a él, pero aun así Ian siempre estaba con él, lo trataba bien, y ahora lo defendía, aun a costa de ganarse enemigos, no lo entendía, ¿Por qué lo hacía Ian?, su pad...Lucius lo lastimaba, insultaba y golpeaba, era su padre y lo trataba así, si él no lo quería ni cuidaba, ¿Por qué Ian si?.


Su madre lo quería, pero no podía protegerlo, siempre pensó que solo su madre lo quería, que solo en ella podría confiar, que solo alguien tan buena y linda como ella, podría querer a alguien tan malo y horrible como él, porque sino ¿Por qué mas lo trataría así su padre y los demás? solo podría ser porque era malo, todos lo sabían, por eso lo trataban así.


Draco no lo comprendía ¿Qué hacia mal? tal vez también era tonto por no saberlo, pero el caso es que él era malo, sin embargo al parecer Ian no lo sabía, ¿Debería decírselo? muchas veces trato de decírselo pero le daba miedo que al saberlo se alejara, que ya no lo quisiera y dejara de hablar con él, que lo insultara y no le volviera a sonreír, que el...fuera como los demás.


-No entiendo tu pregunta Draco- le dijo cariñosamente Ian, le causaba mucha ternura ese niño tan lindo, tímido e inocente- ¿Por qué, qué?


-¿Por qué eres así conmigo? ¿No sabes que soy malo?- le pregunto directamente Draco, mirándolo a los ojos, había tanto dolor y tristeza en su mirada, que Ian se pregunto qué era lo que habían hecho con ese pobre angelito, que se veía tan mal, tan frágil y desprotegido.


-Tú no eres malo Draco, eres alguien muy lindo, tierno e inocente, además claro de demasiado tímido, por lo cual yo como tu mejor amigo del mundo entero debo protegerte- termino su sencilla pero significativa explicación, porque así era como lo veía Ian, Draco era un niño que merecía ser cuidado y protegido, desde el principio supo ver atravez de su aparente indiferencia; Draco no era nada de lo que decían, eran muy dulce e inocente, pero su timidez era demasiado, por eso siempre trataba de hacerlo jugar, de hacerlo reír, y es que ese pequeño angelito rubio, siempre parecía tan triste y lleno de dolor, que solo quería verlo feliz.


-¿Mejor amigo?- pregunto curioso Draco, ¿Ian era su amigo?, no, ¿Ian era su mejor amigo?, no sabía qué hacer, jamás había tenido un amigo, ¿Que se supone que debía hacer?.


-Sí, mejor amigo- confirmo el castaño con una gran sonrisa- tu eres mi mejor amigo y yo soy el tuyo, por eso siempre te protegeré y cuidare, ¿De acuerdo?.


-¿Qué hacen los mejores amigos?- pregunto curioso el rubito, ignorando la pregunta del castaño, deseaba saber más sobre ser un amigo, no, deseaba saber más sobre ser un mejor amigo.


-Pues un amigo te cuida, escucha, anima, protege y muchas cosas más- le explicaba cómo podía, pues ser un amigo era algo muy difícil de explicar- pero un mejor amigo es alguien muy, muy especial, un amigo es especial, mucho en verdad, pero un mejor amigo es alguien extrasuperespecial, porque es alguien con quien siempre puedes contar y en el que siempre puedes confiar, no importa lo que sea, un mejor amigo verdadero nunca te abandonara, ni te dejara solo- completo contento con su explicación el castaño.


-Aun no lo entiendo, pero... ¿Eso quiere decir que siempre puedo contar contigo y confiar en ti?- pregunto algo dudoso Draco.


-¡Pues claro!- le dijo feliz, sabía que su explicación no era muy clara, pero esperaba que lo más importante, si lo hubiera explicado bien- somos mejores amigos, siempre estaré de tu lado, te escuchare, cuidare y mimare, no sé cómo explicarte con exactitud qué es ser un mejor amigo, pero si te puedo decir que significa para mi ser tu mejor amigo- le ofreció Ian.


A lo que el rubito asintió entusiasmado, dándole a entender que prosiguiera con su explicación.


-Bueno, para mi ser tu mejor amigo es hacer todo lo que pueda para hacerte feliz, que sonrías, te diviertas y juegues mucho- le dijo con una sonrisa, para luego poner una expresión seria- también es cuidarte, que no te lastimes en los juegos, no hagas nada peligroso o arriesgado innecesariamente, y claro también es protegerte, como ahora, que no te digan nada feo, que no te golpeen o cualquier otra cosa que te ponga triste o lastime, es estar siempre contigo y hacerte muy, muy feliz- completo con una sonrisa.


-Me gustara ser tu mejor amigo- le dijo Draco sonriendo también, su primera sonrisa para con Ian, desde entonces fueron inseparables, lo hacían todo juntos, incluso Lucius no le pegaba tanto, ya que Ian siempre estaba con él, pero eso solo fue hasta que cumplió 5, entonces el padre de Ian se lo llevo y los golpes volvieron.


Ian nunca lo abandono, siempre estaba en cartas y demás, por eso aun ahora Draco seguía viendo a Ian como su primer mejor amigo, aquel que lo ayudo en una época oscura de su vida, y por el cual pudo volver a confiar en las personas, en cierta manera, era gracias a Ian que tenia a sus amigos de ahora, de no haber tenido antes a Ian, jamás hubiera podido entablar una amistad con nadie y hubiera seguido solo.


-Gracias Ian, junto a ti aprendí que era ser un mejor amigo- sonrío Draco, perdido en sus recuerdos -espero con ansias tu regreso...mi primer mejor amigo- termino con una sonrisa, mientras bajaba a la sala común, en donde ya lo esperaban sus amigos, amigos que sin ese primer amigo, jamás podría haber tenido.


*********-**********


En la terminal mágica un castaño de ojos azul cielo, acababa de llegar con un traslador.


-Por fin he llegado- dijo con una sonrisa- ya estoy aquí mi pequeño Dragón, solo espera un poco mas- susurro a la nada, faltaba tan poco para ver a su niño, un hombre de cuerpo robusto, cabello negro con abundantes canas se acerco al joven.


-¿Ian Leblanc?- pregunto el mayor, a lo que el castaño solo asintió- por favor sígame, necesitamos tomar sus datos y hacer un registro de su ingreso al país, después de todo el proceso, podrá irse a su colegio- indico el mayor.


-¿Tardara mucho?- pregunto con un tinte de ansiedad en su voz, no quería ser una molestia para el señor, después de todo estaba haciendo su trabajo, pero aunque trato de cubrir su ansiedad, esta simplemente se desbordaba en el.


-Para la tarde le garantizo que estará pisando Hogwarts- le respondió el señor con una sonrisa amable- por aquí por favor- le indico el camino, a lo que Ian solo le siguió.


-Solo un poco mas- susurro para sí mismo- falta tan poco para verte mi pequeño Dragón.

Notas finales:

Y termino la doble actualizacion, espero les gustaran y no olviden comentar :D

En cuanto consiga tiempo y computadora subo mas capitulos, bye (^-^)/


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