Sus ojos fuertemente cerrados trataban de contener las gotas que querían escapar de sus preciosos ojos azules, las manos al igual que las piernas le temblaban por el miedo que sentía correr por todo su ser, atrás de la puerta en donde se encontraba paralizado le esperaba su cruel destino de siempre, al cual ya debería estar acostumbrado pero se le hacía difícil aceptar su realidad.
Desde muy niño jamás supo el sacrificio que hacían para poder criarlo bien, sin que nada le faltara en la vida y que las preocupaciones fueran más que un chiste para él, con el paso de los años a causa de unos problemas que le trajo la dolorosa muerte de sus padres, se vio obligado a tener que vender su frágil cuerpo a diferentes personas solo para poder sobrevivir, la maravillosa vida que antes tenía ya no podía volver a existir para el pobre rubio, aquel adolescente solo tuvo que salir adelante y que mejor idea que el mismo para poder empezar su negocio, bastantes hombres desagradables pagaban un valor muy alto solo por una noche con el rubio.
Un recuerdo invadía su mente para poder olvidar el siguiente trabajo que tenía esa noche, aquel hombre alto que se había topado con él una madrugada, el único que había logrado cautivar a aquel difícil rubio desamorado, pero para su mala suerte aquella persona también estaba ahí para lo mismo, ofreciéndole una bolsa repleta de dinero para poder ahogar sus penas en una aventura de una sola noche. Alois se había encargado de hacer de esa oscura noche una de las mejores para ambos, y así fue, el moreno pagaba por el todas las noches, algunas de ellas solo se las habían pasado conversando averiguando la vida de cada uno, llenándose de empalagosas palabras y abrazos que demostraban cuanto querían estar juntos, pero les era imposible, la vida simplemente no jugaba a su favor y eso era lo que más rabia le invadía. Solamente una frase dicha por su primer amor calmaba su furia. -“No importa lo que hagas así yo te aceptare, dame solo un poco de tiempo y ambos escaparemos a vivir nuestro romance”-
Una sonrisa aparecía en sus labios, se llenaba de ese pensamiento y ese sentir, aquellos sentimientos inundaban su corazón haciéndolo derramar lágrimas por la frustración que le causaban las palabras antes dichas por su persona.
-Claude, este es mi trabajo, tu mereces a alguien mejor…- Cerraba los ojos dándose media vuelta lamentándose por lo dicho.
-Yo solo te quiero a ti Alois… No es necesario que sigas haciendo esto.- Aunque le dolía en el alma tener que dejarlo para poder cumplir su trabajo, solo lo seguía haciendo para poder reunir el dinero que le faltaba a Claude y así escapar lo más rápido posible del pueblo en donde vivían, ya que a él todos lo conocían como un juguete, alguien fácil que se regalaba por un par de monedas.
ROXANNE
You don't have to put on that red light
Walk the streets for money
You don't care if it's wrong or if it is right
ROXANNE
You don't have to wear that dress tonight
ROXANNE
You don't have to sell your body to the night.
-Por favor entiéndeme, no me hagas las cosas más difíciles…- Suplicaba el rubio dispuesto a seguir su camino de la perdición y lujuria, conteniendo sus lágrimas trataba de respirar hondo para que así su voz no sonara quebradiza.
-Si así lo quieres está bien, no seguiré rogando tu compañía.- Aquello le punzaba en lo más profundo de su ser, él no lo hacía por simple placer o avaricia, lo hacía para poder estar juntos. Aun así no detuvo su andar, tomo aquella resignación como una oportunidad para seguir con su trabajo.
Caminaba por las angostas calles en busca de alguien que quisiera satisfacer sus deseos con él, y así fue, un hombre que le triplicaba la edad se encontraba dispuesto a pagarle por solo unas cuantas horas de su servicio. Aunque le diera asco no iba a desaprovechar esa oportunidad, ya que ese viejo le estaba ofreciendo demasiada plata más de lo que un cliente le pagaba normalmente. La sonrisa de aquel morboso hombre le repugnaba. Tragándose la poca dignidad que le quedaba se disponía a seguir a ese hombre hasta el lugar en donde completaría su trabajo. Llegaron hasta una gran mansión un poco sombría a su parecer, le hizo un ademan para que entrase, siguieron su camino por las escaleras hasta llegar a un cuarto, ambos entraron aquella persona con todas las ganas de querer devorárselo. Alois coquetamente se dirigió al cuarto de baño que poseía aquella habitación dispuesto a despojarse de su ropa, quería acabar de una buena vez y así volver a ver a Claude.
Se quitó toda prenda quedando en perfecta desnudez, aunque sentía su cuerpo temblar ya era muy tarde para arrepentirse. Salió de su escondite observando el asqueroso rostro de esa persona. Aquel hombre le extendió los brazos, con sus manos hizo un ademan diciéndole así que se acercara hasta la cama en donde se encontraba sentado con solo su camisa. Alois hizo caso y camino hacia el moviendo las caderas en su coqueto caminar. Con solo verlo ese viejo ya la tenía bien dura, se relamía el labio ansioso de tener al pequeño debajo de él.
His eyes upon your face
His hand upon your hand
His lips caress your skin
¡IT'S MORE THAN I CAN STAND!
Una traviesa lagrima bajaba por su mejilla, mantenía su vista clavada en una de las ventanas de su habitación, sentía impotencia por haber dejado que su pequeño se fuera de su lado hacia aquel oscuro camino la cual él se había prometido que lo iba a sacar, se sentía devastado de pensar en que Alois dejara que alguien más tocara su cuerpo con lasciva y perversión, el solo quería protegerlo pero aquel terco niño se rehusaba. Tan solo había pasado una hora desde que se había ido y ya quería que regresara, sentía la necesidad de tocar su piel y besar cada parte que había sido manoseada por cualquier hombre que le haya tocado esa noche.
Why does my heart cry?
ROXANNE!
Feelings I can't fight!
You're free to leave me but
Just don't deceive me!
...And please believe me when I say
I LOVE YOU!
Los labios de aquella desagradable persona rozaban con su blanca piel causándole asco y decepción de sí mismo, sentir esas frías y secas manos acariciar su entrada le hacían dar ganas de llorar pero lamentablemente tenía que tragarse esas ganas de salir corriendo hacia los protectores brazos de su amor, el cual había dejado botado en aquella casa en donde consumían su amor. Mil veces repetía cuanto lo lamentaba, esa noche era la última que él estaba planeando tener después de este desagradable recuerdo que se sumaba a los demás dejaría ese miserable trabajo, ya lo había decidido y no se echaría para atrás en esta ocasión.
Gemidos y jadeos involuntarios escapaban de su boca al igual que las espesas lágrimas por sentir como lo empezaban a embestir con furia, casi como con odio, no tenía ningún cuidado con su cuerpo algo que lo llenaba de más indignación.
“Y yo que te quiero tanto que voy hacer
Me dejaste, me dejaste por un montón de monedas
El alma se me fue
Se me fue el corazón
Ya no tengo ganas de vivir
Porque no te puedo convencer
Que no te vendas corazón.”
Pensaba Claude aun esperanzado de que volviera su rubio, seguía mirando a través de la ventana en su espera, no estaba enojado con él ya que entendía que así era como él se había acostumbrado a sobrevivir, lo que le dolía era que en esa fría noche así como ambos se habían encontrado y habían unido sus corazones aquel ser que él amaba encontrara a otra persona por medio de su trabajo, justo como ellos se habían conocido. Sentía temor de que alguien llegara y se lo arrebatara y así el volver a sentir aquella soledad que había curado Alois, remplazándolo con el amor que sentía ahora por esa persona.
Su mente no dejaba de crear estúpidas ideas sobre cómo lo dejaría aquel rubio, aunque él se convencía de que eso jamás sucedería ya que estaba muy seguro de que su amor era mutuo y que seguiría de largo.
ROXANNE!
You don't have to put on that red light!
You don't have to wear that dress tonight
ROXANNE!
You don't have to put on that red light
ROXANNE!
You don't have to wear that dress tonight!
ROXANNE!
Después de haber pasado una desagradable noche con aquel tipo que le había pagado una considerable suma de dinero se disponía a regresar a ver a Claude, quería sentir sus brazos alrededor de su cuerpo, y aunque tuviera que suplicarle de rodillas lo haría, total su dignidad ya se encontraba por los suelos y si era por recuperarlo a él lo haría ya que en verdad lo amaba. Caminaba por las calles sintiéndose sucio como todas las noches de su existencia, quería llegar lo más rápido posible.
Al encontrarse a unos metros de la casa de Claude, tanto lo extrañaba que hasta se lo imagino parado en uno de los vidríales esperando por su regreso, era muy cruel por parte de su mente imaginar eso. Al estar lo suficientemente cerca pudo darse cuenta que no era parte de su imaginación el que Claude se encontrara ahí, en verdad velaba por su espera, algo que hizo su corazón saltar de alegría.
Con todas sus fuerzas comenzó a correr hacia donde él se encontraba, Claude hizo lo mismo dándose prisa ya que quería estrechar entre sus brazos a aquel adorable rubio que derretía su corazón. Ambos con emoción se acercaron dándose un abrazo calmando sus temores, sus dudas y despejando cualquier pensamiento negativo que pudiera dañar la hermosa relación que tenían.
-Claude… Perdóname… Perdóname, te amo…- Con la mirada empapada en lágrimas Alois se atrevió a mirarlo, susurrándole con su voz quebradiza.
-Está bien, no tienes por qué andar culpándote… Te amo más mi pequeño ángel…- Se sentía satisfecho de haber encontrado a una persona que lo sacara de aquel suplicio que sufría cada noche por una par de monedas. Se sentía por primera vez amado por aquella persona que había llegado a su vida por un poco de diversión sin saber ambos que esa noche los marcaria de ahora en adelante.
Sus ojos se encontraron y se observaron por unos segundos, analizando el dolor que su supuesta separación les había causado. Cansados de esperar unieron sus labios en un beso que comenzaba a encender sus cuerpos, esa noche se dejarían en claro que ambos se pertenecían. Solo ellos, sin terceras personas comenzaban a amarse una y otra vez.
Why does my heart cry?
Feelings I can't fight!
ROXANNE…