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Una oración para la deidad de la tierra. por Eliann

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Notas del capitulo:

Bueno... este es un cápitulo bastante largo, pero espero le guste owo 

No es como parece

 

-Realmente que no te entiendo.

 

-Ciertamente nadie puede entenderme.

 

-Espero uno de estos días salgas del templo.

 

-Sin ningún familiar además de estos pequeños me temo que será un inconveniente.

 

-Deberías de buscar uno más poderosos que esos dos.

 

-No lo haré,  hasta estos momentos no deseo salir… tengo muchas ocupaciones.

 

-¿hacer que los humanos se enamoren? Acaso no lo logran ellos solos.

 

-Sí, pero algunos requieren ciertos empujones, tal vez cuando sea el tiempo… me dedique a salir un momento, tomar el aire que necesito y descansar… pero ahora… no es el tiempo, siempre habrá alguien que necesite mi ayuda ese pequeño empujón que le dé el motivo para confesar sus sentimientos a quien ama.

 

-Si así tú lo quieres amigo… no puedo hacer más.

 

-Realmente que no puedes…

 

-Suspiro –Nos veremos nuevamente.

 

-Dalo por hecho, nos vemos Rey dragón…

 

-Nos vemos…

 

-Quítate de encima –Se escuchó un grito por todo el instituto nuevamente el joven rubio estaba peleando–

 

Y allí estaba como madrugada o tarde, en la enfermería mirando los ojos ambarinos del doctor. Mostro una leve mueca observando como el mayor de brunos cabellos le ayudaba con unos moretones, lo que no sabía el enfermero era que en la mejilla nívea del joven se mostraba un muy ligero rubor.

 

-Bien… ahora ¿por qué estás aquí? –Pregunto, mientras con un algodón y alcohol desinfectaba una raspadura en su rodilla–

 

-Nuevamente pensaban que yo era Kagamine y me estuvieron molestando… si solo esa plaga desapareciera –Comentó realmente irritado –

 

-si te molesta tanto ¿por qué no cambia tu de escuela? –Contestó el enfermero, pues del joven que estaba hablando no era nadie más ni menos que su primo–

 

-. . . –El joven se quedó en un silencio incómodo para luego suspirar –Eso no es de su incumbencia…

 

-¿No es de mi incumbencia Magane? Soy yo quien te vive curando los moretones –Contestó mirándole serio y molesto –Estoy cansado de que vivas quejándote de Len en realidad…

 

-¡A usted que le interesa lo que yo pase! ¡Sabe que! ¡Prefiero curarme yo mismo los moretones antes de verle la cara de mierda otra vez! –Y se fue completamente irritado de allí – ¡Idiota!

 

El enfermero quedo estático era la primera vez que el joven Magane reaccionaba de esa manera. Soltó un suspiro volteando los ojos.

 

-“no entiendo por qué se pone de semejante manera, ni siquiera debía ser una reacción así… ¿a quién no le molesta que hablen mal del primo que vio crecer?” –Soltó un suspiro guardando las cosas, mientras tanto caminando por los pasillos completamente enojado se encontraba el joven –

 

-“¡Es un idiota! ¡Un completo y grandísimo idiota! ¿Qué es esa forma tan informal de llamar a esa alimaña rubia? ¡Ah! ¡Me irrita!... ¿Y. . . y si Kagane-san gusta de la alimaña rubia?” –De repente se detuvo, ese pensamiento le recorrió y carcomió completamente la mente, dejándolo pálido y paralizado como estatua en aquel pasillo donde caminaban personas –“¡No! ¡No puede ser posible! ¡…es que! ¡Él no parece que le gusten los menores! ¡No! Además…además… yo… ¿permitir que la alimaña rubia me quite a quien amo otra vez? ¡No! ¡No debo permitirlo!”

 

-¡Hey! ¡Magane! –Escucho la voz de su amigo azulino y levanto la mirada –Deja de estorbar en el camino como estatua, no eres tan bonito, mueve tu trasero o te perderás el almuerzo

 

-Ya voy –Respondió para seguirle, soltó un suspiro –“No puedo permitir que me arrebate a quien amo… ya me dolió bastante cuando me quito a Lui… no puedo permitir que me quite a otro… no más”

 

Y si… la única razón por la que Magane odiaba a Kagamine, es porque ambos se habían enamorado de Lui… ambos iguales, ambos dos caras de una misma moneda y solo uno gano la contienda por su amor… soltó un suspiro mientras las memorias volvían a su mente.

 

-. . . y bien –profirió – ¿Por qué me has traído a la azotea?

 

-Bueno verás –profirió el joven algo sonrojado –

 

-Lui-chan he venido cuando recibí tu nota… ¿me llamaste? –Profirió el rubio haciéndole gruñir por molestia –

 

-Si… ustedes dos me pidieron ser su novio… pero yo solo puedo aceptar a uno –Ambos rubios se miraron entre sí, miradas retadoras, el joven a cuyos sentimientos iban dirigidos tomo aire y soltó un hondo suspiro –Ha sido difícil, pero… te elijo a ti… Len –Ambos se volvieron a mirar alzando una ceja –Len Kagamine

 

-¡¿Enserio Lui?! ¡Yo! –Sonrió feliz para abrazarlo –Te prometo que te haré muy feliz dalo por echo –Y allí en sus narices lo beso, Magane sintió la irá correr por todo su cuerpo, mirando cómo le besaba, se dio media vuelta y se marchó de allí –

 

-Y Magane estuviste perdido por largo rato ¿Dónde estabas? –profirió Kagura, mirando el paso un tanto apesadumbrado e irritado del joven ¿Cómo dos sentimientos tan opuestos podían notarse en alguien? –

 

-No te importa –Respondió –

 

-Bueno si estabas cogiendo obvio que no me importa pero para la próxima por lo menos invita y hagamos trio… eso es ser malo con los amigos –Contestó con una sonrisa burlona el joven de morados cabellos, el joven rubio solo sonrió por el vano intento de su amigo por animarlo –

 

-Créeme, prefiero invitar a Isamine primero a hacer un trío que a ti –Contestó –

 

-Auh… justo en el corazón –Respondió poniendo la mano en su pecho –Y yo que te considero tan bueno –Soltó una ligara risa, pero la mirada de su amigo mostraba que deseaba explicaciones –Bueno… ¿me dirás? ¿O te obligo?

 

-Ninguna de las dos, mejor llamo a un amigo –Contestó, el joven peli morado le miro arqueando una ceja, para que el rubio hiciera una mueca –Lui me rechazo prefirió a Kagamine antes que a mí

 

-Auh –Contestó –

 

-Si… lo sé –Respondió –

 

Esa tarde camino desolado largo rato sin regresar a lo que era su hogar, estaba lloviendo, mientras tanto él se encontraba caminando en la gran ciudad, intentado encontrar en la lluvia el refugio a aquella pena que deseaba ocultar.

 

-“Desee hacer tantas cosas… tantas cosas a tu lado, desee probar tus labios, admirar tus ojos que me mostraran amor y admiración hacia mí, desee besarte bajo la lluvia y hacer estremecer a tu piel caliente con mi gélido tacto… desee tantas cosas… tantas… que jamás se cumplirán” –Soltó un suspiro, mirando hacia el cielo, las gotas de lluvia hacían que no se mostrara que derramaba gruesas lágrimas de soledad – “los tontos como yo, no se deben atrever a soñar… eso me dijiste ¿no?” –Sonrió de manera irónica –

 

-Alto allí –De repente escucho una voz mientras era arrastrado hacia un callejo –Dame todo lo que tengas –Alzo las manos mientras su cuello era apuntando con una filosa navaja y comenzaba a revisar sus bolsillos – ¿acaso no tienes nada?

 

-¿qué esperabas de un pobre miserable como yo? –Profirió mirándole con ojos vacíos –

 

-No me sirves –Se alejó de él, pero no sin antes darle una puñalada –Eso se merecen los seres inservibles –

 

-Ah –Se quejó sosteniéndose donde le habían apuñalado –Maldición –Comenzaba a perder sangre, nadie pasaba por aquel lugar –“acaso… ¿moriré así?” –Se quedó tirando en el suelo sintiendo como el vital líquido escapaba de su cuerpo –“¿Cómo un perro?” “no quiero… no quiero morir…no ahora…no aun” –Se levantó tomando aun su herida para caminar a paso lento –A…ayuda…ayuda –pidió pero no había nadie que le escuchara, se desplomo en el suelo por la pérdida de sangre –

 

-¡Oye! ¡Oye! –Se auscultó, chapoteo por pasos veloces que llegaron hasta él – ¡Resiste! ¡Resiste! –Unos ojos ambarinos y cabello bruno, era lo único que podía ver su visión borrosa, aquella piel nívea y sonrió –

 

-“…al menos… al final… logre ver un ángel” –Y cayo en la inconciencia –

 

Cuando el joven se despertó, una fuerte luz blanca, ilumino sus retinas que no estaban acostumbrada a dicha iluminación y se cerraron fuerte, intentado acostumbrarse al cambio, de la oscuridad a la luz.

 

-¿dónde estoy? –Murmuro – ¿he muerto?

 

-No –Escucho una voz, pero no le era nada familiar, hasta que aquellos recuerdos, de su pronta inconciencia volvieron, para voltear a mirar a quien le hablaba, cabello azabache, ojos ámbar, piel nívea era hermoso –

 

-Oh… el ángel –profirió para que el mayor sonriera –

 

-No soy ningún ángel –Contestó –Soy un enfermero, por suerte te encontré y pude ayudarte a tiempo… si no estuvieras muerto…

 

-oh…–Contestó –

 

Aquellos recuerdos se apartaron fugazmente de su memoria, para volver a la realidad donde se encontraba almorzando con sus amigos. El peli morado y el azulado conversaban tranquilamente.

 

-“Y pensar que ellos dos se hicieron pareja y yo no tengo” –Repasó mirándoles y un temblor le recorrió todo el cuerpo al recordar cómo se enteró de que ellos dos eran pareja – “Hubiera sido más fácil decirme” –Comenzó a comer su almuerzo –“¡Demonios otra vez se me vino el recuerdo!”

 

Era una tarde calurosa, sin querer se había causado una pelea hace unas semanas atrás “sin querer” y como castigo le obligaron a limpiar con el conserje, el piso y los casillero además de algunos pizarrones… por que él había hecho un desastre ese día.

 

Soltó un suspiro era la hora del almuerzo y él tenía que limpiar un pequeño desastre que hicieron en la cafetería, el conserje le había mandado a buscar los limpiadores además del trapeador. Al abrir la puerta de aquella habitación, se encontró a sus dos amigos besándose y toqueteándose, se había quedado pasmado mirando la escena hasta que se dieron cuenta de su presencia.

 

-¿te importa? –Profirió Kagura arqueando una ceja –Estamos ocupados

 

-Y que ocupados –profirió aun intentado salir de su sorpresa, movió la cabeza en negativa intentado sacárselo –Solo necesito ese limpiador que está a la derecha de Isamine –Se lo pasaron –. . .me lo fueran dicho antes ¿no?

 

-Lo íbamos a hacer esta tarde, pero no debías estar aquí –Contestó Isamine –

 

-Como sea –Cerró la puerta –“Mierda” –Volvió a abrirla la puerta –

 

-¿te gusta mirar o qué? –Profirió Kagura con una expresión sería en su rostro –

 

-Se me olvido el trapeador –Contestó para tomarlo y ahora si cerrar la puerta –“por alguna extraña razón esto no es lo más perturbarte que he visto en mi vida” –Y siguió su camino hacia la cafetería –

 

Soltó un suspiro por recordar tantas cosas a la vez, miro a sus amigos tranquilamente, ha… a veces deseaba tener el comportamiento tranquilo e inalterable de ambos, aun encontrándose en una situación penosa no les importaba… les miro de nueva cuenta y ambos ojos, azules cielo y azul zafiro intenso le miraron… analizándolo.

 

-¡¿Qué?! –Profirió con cierta incomodidad de tener esas dos miradas penetrantes puesta en las suyas la mirada de dos machos alfas – Que coste que no haré ningún trio con ustedes –Pronunció de manera seria –

 

-¿Qué te ocurre? –Isamine fue el primero en hablar –No has tocado mucho tu almuerzo, estuviste como estatua en el pasillo y te encuentras pensativo mirando a la nada

 

-Ese no es su problema –Respondió –

 

-Si es nuestro problema Magane, tu eres nuestro problema –Contestó de manera seria Kagura –Ahora dinos qué demonios te pasa

 

-¡Yo no soy su problema! –Exclamo serio –

 

-¡Si eres nuestro problema! –Prorrumpieron los dos levantándose y golpeando la mesa al mismo tiempo, se quedó sorprendido por ambas miradas serias, estoicas ante él –

 

-Aunque no lo desee, ¿tengo que recordarte el hecho de que ambos te mantenemos? –Comentó Kagura cruzado de brazos –Que cuando te vimos en problemas, nosotros te ayudamos, que estamos trabajando para que tengas algo de pan en tu cena –Su expresión era seria y eso solo le hizo suspirar… porque era verdad –

 

Sus amigos eran quienes le mantenían, su madre decidió abandonarlo el día que le dieron la puñalada y casi muere se llevó a su gemela consigo y él se quedó solo en aquella casa… una simple carta dejándole ver lo inútil e inservible que era para su madre y su hermana. Después de todo no tenía padre… él los había abandonado por otra mujer cuando aún era muy niño. Sus amigos se enteraron y ellos le ayudaron… se parten el lomo trabajando por él que aún no puede hacerlo… que no logra conseguir ni trabajo como repartidor así de fuerte eran la amistad que ambos le profesaban a él… eran sus amigos… sus hermanos mayores… eran todo lo que él tenía.

 

-perdón –Contestó bajando la mirada –Es solo que… es cosa amorosa… y no soy bueno para hablar de ello…

 

-¿Has escuchado hablar del templo? –Profirió Isamine, Kagura se cruzó de brazos –

 

-¿qué templo? –Contestó –

 

-Hay un templo, no muy lejos de aquí, en realidad pasamos toda las tardes por allí al salir del instituto –Redacto Kagura –En el cual se dice… que si oras por la persona que amas y que ella te amé de regreso, ese deseo se hará realidad…

 

-Y creo que así es –Profirió Isamine –

 

-Yo lo hice… Isamine lo hizo… hay algo en ese templo… porque cuando… pensaba retractarme escuche una voz que me dijo que lo hiciera que no temiera –Contestó Kagura –

 

-Igual que yo… no creo que pierdas el tiempo intentándolo –Profirió Isamine –

 

-¿Chicos… están ustedes hablando enserio? –Comentó la mirada que le mandaron decía que si… soltó un suspiro por ello –Lo intentare como dices… no pierdo nada con intentarlo…

 

Esa tarde se encontró con el enfermero pero miro hacia otro lado aún seguía enfadado ¿o eran celos? Igual… sus esperanzas eran completamente nulas a aquel hombre de cabello azabache y ojos ámbar.

 

-Magane –se ausculto su nombre más no quiso mirarle estaba… ¿celoso? Es que…ah… no quería perder nuevamente el amor de su vida –

 

-¡Magane! –Escucho otra voz… una voz que jamás pensó proferiría su nombre de nuevo… pero allí estaba, mirándole con sus ojos miel –. . . puedo… ¿acompañarte a casa?

 

-¿A mí? por qué no te vas con –su nombre no podía salir de su boca sin que fuera un insulto –Con ese –Profirió con cierto desdén –

 

-él y yo terminamos por eso… deseo acompañarte–Contestó –

 

-“ah, así que ustedes deciden terminar su relación a pesar de que prometido hacerte feliz ¿cuán bajo caen tus promesas alimaña? Pero yo no soy su remplazo” –pensó miro a Lui de manera seria casi con cierto desprecio –Lo lamento, pero no, la última vez que estuve contigo y me diste semejante desplante termine apuñalado y casi muerto ¿por qué me miras con esa cara? ¿Acaso no lo supiste? Me lo imagino estabas de tortolo bien enganchado con la alimaña esa para preocuparte por alguien que una vez dijiste llamar tu amigo… pues no… no me mires con una cara compasiva… odio esa cara… y odio mi perra suerte… pero tengo verdaderos amigos que me ayudan a sobrevivir día a día en este mundo cruel… no te necesito ya Lui… mi amor por ti se marchito ese mismo día que le dijiste si a él y no a mí… no soy tonto… no es como si fuera amarte por siempre… por la eternidad... ¿o pensaste que me tenías de remplazo? Qué lindo que te tire de la nube… como tú lo hiciste conmigo –Con eso se marchó de allí dejando al rubio de ojos miel confundido y sobre todo deprimido y el enfermero de ojos ámbar y cabello azabache le miraba con sorpresa así que ¿por eso odiaba tanto a su primo? –

 

El joven de cabellos rubios camino fastidiado, Kagura e Isamine habían seguido su camino a casa, ellos se iban juntos… a veces uno se quedaba en la casa del otro… así eran ellos… aunque sus padres poco aceptaban su relación… pero a ellos le daba de más y si lo sacaban de sus casa de seguro buscarían un departamento para vivir ellos… o simplemente vivirían en la casa del rubio… tampoco los iba a rechazar después de todo… ellos eran lo que traían comida a su alacena.

 

Se quedó pensando en lo que ellos le habían dicho, soltó un suspiro, miro los altos escalones que te dirigían al templo, soltó un suspiro y siguió su camino, aun no estaba listo para marchar a ese lugar. Pero alguien no… el joven de cabellos azabaches que le siguió no lo hizo así camino hasta aquel particular templo del que toda colegiala hablaba.

 

Mientras tanto el joven se acercaba a su casa… estaba un poco deteriorada por que no podía darle los cuidados necesarios, pero por dentro era otra historia estaba bien cuidada… camino hasta la cocina para poner a tostar un pan… al estar cocinado el pan se lo comió con jugo de naranja… comenzó a hacer la tarea por que le era imprescindible no perder su beca escolar… por eso cada vez que le castigaban buscaba un método, para no perder su beca… no podía perderla, los chicos no podrían con el pago de sus estudios, apenas y podía con la comida, el agua, la luz y el gas.

 

Al terminar su tarea se fue a dormir… intentado soñar tranquilamente, pero algo se sintió extraño dentro de él por alguna razón.

 

Al día siguiente nuevamente se sentía extraño, esa sensación de ansiedad por volver a ver al enfermero estaba aumentada… intento ignorar aquella extraña sensación como si le cosquillara todo el cuerpo y se levantó, se bañó, se vistió, desayuno y se marchó de allí sabiendo que sus amigos le comprarían el almuerzo.

 

Salió camino hacia el instituto, allí se encontró a la alimaña saliendo del auto del enfermero… Soltó un gruñido un nudo se le hacía en el estómago, los miro hablándose sonriéndose y eso le hacía molestar más. Siguió de largo sin decir más nada.

 

-Magane –Nuevamente escucho la voz del enfermero decir su nombre –

 

-¡¿Qué demonios quieres?! –Exclamo encolerizado – ¡No ves que no quiero interrumpir tu momento de tortolo con la alimaña! –Prorrumpió para luego irse corriendo lo más rápido que daban sus piernas de allí –“maldita sea…por qué… otra vez” –Se adentró al jardín que estaba en el patio del instituto rodeado de árboles y arbustos y se escondió en uno de ellos echándose a llorar –

 

La campana del inicio de clases comenzó a sonar, pero no asistió se quedó allí no quería que nadie viera el dolor que abastecía su pecho, dos veces… dos veces ese rubio le había quitado el amor de su vida… aquel enfermero… que lo salvo… que lo cuido… le brindo sonrisas y cariño… que se alegró porque lo encontró nuevamente en su instituto…. Era feliz… porque lo veía… una y otra vez… podía verlo.

 

-Hey –escucho una voz y miro hacia arriba allí estaba Kagura mirándole con aquellos zafiros intensos que solo él tenía – ¿Por qué faltaste a clases? ¿Por qué lloras?

 

-Esa maldita rata –profirió con el hilo de voz quebrado –

 

¿Otra vez? –Contestó para sentarse a su lado él solo asintió –Ven –Paso los brazos por los hombros del más pequeño intentado consolarlo –

 

-Es un maldito… primero me quita a Lui… dice que lo va amar… que lo va a hacer feliz y no es así… maldita sea… tuve que sacarlo de mi corazón superar todo el maldito dolor sólo tragándome todos los nudos en la garganta que se me hacían al verlos besarse… luego llego él.. Aquel ángel que me salvo la vida… ¡¿Y ahora también me lo quita?! ¡¿Quién se cree ese mal nacido para siempre quitarme a quienes amo?! ¡No es justo! –apoyo la cabeza en el hombro del más alto quien solo dejaba que se desahogara – ¡¿por qué?!

 

-Si quieres lo golpeamos por ti –profirió Isamine que recién llegaba pero que había escuchado todo lo que dijo y exclamo –

 

-Sería bueno –Contestó sonriendo –pero no me daría felicidad, luego Kagane-san se enteraría que lo golpearon por mí y me odiaría

 

-oh, eso es lo menos egoísta que has dicho en estos momentos –respondió Kagura, para suspirar –pero tal vez… no sea como parece

 

-Ni que yo fuera tan tonto –Contestó mirando hacia el cielo, soltó un suspiro –muchas gracias

 

-para eso estamos –Contestó Isamine –

 

-Son los mejores amigos que alguien podría pedir –Respondí mirándole a ambos que le sonreían de vuela –“Solo tengo que hacer como antes… borrón y nueva cuenta…pero tal vez… esta vez sea más difícil”

 

-Ven vamos a almorzar –profirió Kagura, los tres se levantaron de allí para ir a almorzar, sus ojos se encontraban rojos de tanto llorar, pero no le importaba ya, que le miraran en ese estado, después de todo, estando con los chicos más rudos del instituto nadie le haría burla no estaban tan locos –

 

Almorzó tranquilamente con sus compañeros, para terminar de recibir las otras clases con sus amigos, aunque recibió un reclamo de por qué falto a sus primeras clases que alguien como él, con una beca no podía dignarse a estar perdiendo clases. Era la hora de irse… allí en el estacionamiento estaba el enfermero. Soltó un suspiro para salir por otro lado donde no le viera, pero de ese otro lado estaba Len… gruño… y fue hacia los jardines trepo un árbol y saltó la pared. Cobarde si… evitarlo mejor.

 

Caminando hasta su hogar nuevamente miro el templo… se le quedo mirando un rato, de repente pensó ver un hombre parado en la cima, su cabello era azul y tenía una bufanda se veía joven y le sonreía. En un pestañeo ese hombre ya no estaba…

 

Negó con la cabeza intentado sacárselo, tal vez se estaba volviendo loco… si eso era… se estaba volviendo completamente loco. Regreso a su casa repitió la rutina y nuevamente en la mañana esa sensación terrible de querer ver al enfermero… nuevamente lo encontró hablando con Len Kagamine… tenía unas terribles ganas de correr a abrazarlo pero desistió y siguió de largo.

 

Y como si se tratase de un conjuro o un hechizo, todas las mañanas, de todos los días se estaba despertando con esa sensación terriblemente ansiosa, de ir a por el enfermero y correr a sus brazos, de besarle… o sin hacerlo, solo mirarle, sentir sus mimos en su piel mal trecha. Pero no…no y no lo haría tenía orgullo. Un orgullo herido por los celos y la rata amarilla.

 

Soltó un suspiro para caminar hasta su el instituto, aun con esa sensación recorriéndole como un molesto y nada gratificante cosquilleo, que no le dejaba en paz. Nuevamente paso por lo que era el templo, toda la tarde miraba hacia arriba, allí nuevamente se encontraba el mismo hombre de cabello azul y bufanda sentado en el primer escalón mirando hacia abajo con una sonrisa en sus labios.

 

-Amar no es tan malo… profesarle tu amor al ser que va encomendado no es tan difícil, cuando corresponde a los mismo… el orgullo solo hiere cuando se trata de cosas que solo el corazón puede hablar.

 

Vio moverse sus labios y las palabras como susurros llegaron a su oído, al pestañar el hombre de cabello azul y bufanda había desaparecido como si jamás fuera estado allí, si estaba enloqueciendo, primero el cosquilleo y luego un hombre en el templo que aparece y desaparece a su gusto.

 

Siguió de largo hacia el instituto al llegar estaba bajando de su auto el enfermero, el cosquilleo se intensifico y como un gorjeo en su oído estaba las palabras de aquel hombre… mariposas fuerte revoloteaban en su estómago por ver esos ojos ámbar fijarse en los suyos y sus mejillas se coloraron, o al menos eso él sentía. El enfermero le había sonreído de vuelta… pero cuando vio a la alimaña salí del auto de este…aquel leve cristal se hizo millones de pedazos pequeños y esparcidos por todo el lugar.

 

Aquella expresión por demás adorable que había visto el enfermero en él, se cambió a una seria, una mirada en esos ojos azules que te lanzaban su mismísimo odio que te calaba hasta los huesos. Una criatura que puede verse tan indefensa en un instante, completamente adorable, como un gato entre tus brazos, luego se vuelve un fiero león que quiere hacerte pedazos con su sola mirada fiera.

 

Siguió de largo ignorando todo contacto de miradas, el enfermero estaba deductivo sobre los sentimientos de joven estudiante… aunque los sentimientos hacia este eran perfectos… no estaba seguro si sus horas de orar en el tiempo estaban dando resultado, aunque si se mostraba… algunos cambios en él.

 

Siguió ignorándolo todo el día milenariamente, su odio y desagrado por el ser de cabello amarillo idéntico a él, su otro lado de la moneda aumentaba día con día noche con noche, metió algunas cosas en su casillero. Y se fue a sus clases., todo el resto del día fue relativamente normal hasta que la hora de almuerzo llego y con esa hora un nuevo pleito hace tanto que no tenía un enfrentamiento con idiotas. ¿Qué era? Muy sencillo un grupo disque rebeldes de otro instituto vinieron a apedrear el suyo, para enfrentarse a los más fuertes, en  este caso Kagura, Isamine y él.

 

Y esa tarde termino peleando con un grupo de cinco contra tres nada más, lejos del instituto para no molestar a los maestro y dañar su beca, si era lejos de allí mejor para él, miro a los agresores tendidos en el suelo, golpeados por ellos tres. Kagura se encontraba sentado recobrando la respiración tanto como Isamine, le habían llamado maricas a ambos por ser una pareja, lo cual aumento la furia relativa de ambos adolescente hormonales y lo hicieron añicos… allí estaban estirando la pata. Literalmente uno movía el pie como si estuviera muriendo, pero sus golpes no eran de muerte.

 

Se quedó mirando sus nudillos heridos, había recibido golpes en su mejilla, labio, estómago y espalda, pero también lo había devuelto por lo tanto le dolía bastante los nudillos y las rodillas. Soltó un suspiro porque no tenía ganas de ver al enfermero ese día, pero al ver. El estado en que se encontraba creo que eso no podía ser posible.

 

-Vamos –profirió Kagura levantándose de donde estaba y dándole una patada al desgraciado que se había atrevido a llamarle débil marica, por solo amar a Isamine –Vayamos a la enfermería –Y lo decía más por Isamine que por él o por Magane, Isamine se encontraba un poco herido, su labio estaba sangrando, su cabeza estaba un poco rota donde corría un pequeño hilo de sangre, porque él imbécil que acababa de patear le había dado duro con un bate, sus nudillos estaban sangrando, además tenía moretones ya morados que se notaban en los blancos brazos, estaba peor que Kagura… quien también le habían dado con el bate e incluso con una piedra pero eso no pudo dejarle inconsciente cuando se puso como fiera, porque el malnacido ese dejo inconsciente a su amado por un minuto máximo, eso lo hizo enloquecer de irá y golpear a cuanto hombre se pusiera en su camino –

 

No era bueno desatar la furia de Kagura, el cual mayormente se encontraba tranquilo, bromista, charlatán, mal humorado o fumando, él era así era su personalidad, pero tenía también una personalidad sobreprotectora, lo era mucho con Isamine, Isamine era suyo, de su pertenecía, nadie le dañaba, ni física ni mentalmente, nadie tenía que tocarlo de manera más que amistosa, nadie tenía que verlo de manera lasciva o simplemente se ganarían una paliza de su parte. También era sobreprotector con Magane, lo veía como su amigo, como su hermano… y muy rara vez hasta sentía un instinto paternal por quien era más bajo que él… y se veía más frágil, pero más nada que eso.

 

-No necesito tu ayuda –profirió Isamine irritado cuando Kagura se había ofrecido como apoyo para caminar –

 

-No había pedido tu opinión –Contestó con cierta irritación en su voz tomó a Isamine, para cargarlo como si se tratara de un saco de papas –

 

-¡Bájame idiota! ¡Te he dicho que no necesito ayuda! ¡Puedo caminar perfectamente solo! ¡Me estas escuchando! ¡Suéltame! ¡Preocúpate por tus propios moretones! ¡Joder que me bajes! –Le gritaba golpeando la espalda del más alto de ellos tres… aunque no demasiado fuerte, Magane solo sonreí ante aquella vista esa era su familia –

 

-Sí, sí, solo escucho lo mucho que me amas –Contestó Kagura ignorándolo –

 

-¡Está no es la manera de tratar a tu novio! ¡Como si fuera un costal de papas! –Comentó irritado –

 

-Bien mi querido novio –Dijo acomodándolo en sus brazos cargándolo estilo nupcial – ¿así está mejor? –Pero no espero que respondiera cuando ya lo estaba besando, Isamine comenzó a golpear en su pecho irritado, pero al poco tiempo correspondió al beso, Magane solo suspiro mirando a los tortolos amarse a su forma –

 

-Prefiero ser el costal, gracias –Profirió mientras un ligero sonrojo cubría sus níveas mejillas a veces le irritaba pero ya estaba acostumbrada a la actitud de su pareja –

 

Siguieron hasta el instituto y llegaron a la enfermería aun le quedaba media hora antes de que terminara el almuerzo, entraron los tres y el enfermero se sorprendió de semejantes magulladura, jamás había visto a los tres de semejante forma.

 

-¿Qué paso? –Pregunto –

 

-Créame, no quiere saber –profirió Kagura dejando a Isamine en la cama, Magane se fue a sentar al lado de Isamine, y al lado de Magane tomo asiento Kagura, era como su propia barrera de protección estar entre esos dos, que sus amigos, como sus hermanos y casi padres –

 

El enfermero no dijo más, irritándole la forma en que se encontraba magullado el joven rubio. En todo el momento que los atendió Kagura no despego su mirada del enfermero. Una mirada analítica, en aquellos zafiros que dejo intrigado a su pareja tanto como a su amigo, para que una sonrisa surcara sus labios asustando a ambos. ¿Qué estaba tramando?

 

Al marcharse de allí el joven Magane con el corazón latiendo a mil una idea surcaba en una mente, en la cual nadie quería que surcara malos pensamientos sobre ello o maldades… porque sería lo más horrible que podría pasarles. Esa tarde Magane miraba sorprendido como Isamine le estaba esperando en la entrada.

 

-¿qué ocurre? –Le pregunto al joven de cabellos azules –

 

-No lo sé, Kagura dijo que nos adelantáramos –Comentó para comenzar a caminar seguro de que el rubio lo seguiría –

 

-qué extraño –profirió –

 

-y que lo digas –Respondió –

 

-Kagura… ¿no te montara los cachos con Kagane-san? ¿O sí? –Pregunto, el entrecejo de Isamine se frunció esas palabras no le habían gustado en lo más mínimo un aura oscura le rodeaba, era de esperar, pues era posesivo y celoso con lo suyo, una sonrisa siniestra surco los labios de él, para luego sonreírle –

-no lo creo, tenemos un pacto en realidad –Respondió sonriéndole de la misma manera casi haciéndote poner la piel de gallina –Tengo un contrato con él, de que si me traiciona tengo derecho a castrarlo de la manera más lenta y dolorosa posible, mi madre es abogada así que are cumplir el papel… firmado por él

 

-Bien –profirió el contrarió mientras le corría un escalofrío, si él fuera Kagura tampoco querría traicionarlo –y… ¿tu padre?

 

-Se fue de casa… ya sabes siempre buscaba una excusa para irse, para divorciarse de mi madre y esas cosas, recuerda que mi madre acepta mi relación pero él no… así que… se fue con esa mujer suya que tiene desde hace cinco años, está bien por nosotros, ya que mi madre no quería darle los motivos para irse… se los busco en mí, pero ya qué más da… mi madre se quedó con la mayoría de su dinero, no te metas con una abogada –profirió –

 

-¿te hiere? –Le pregunto, miro al suelo, como si le doliera el pecho para suspirar y sonreír –

 

-un poco sí, no lo niego… no te lo negare, pero… ya se me pasara… era mi padre, crecí con él, obviamente me va a doler… pero ya se me pasara –Sonrío, sonrisa nostálgica y dolida, pero no quería que nadie se metiera mucho en su dolor o en su vida, apenas se lo permitía a él y a Kagura –

 

-la vida es cruel –pronunció mirando hacia el cielo mientras comenzaba a caminar –

 

-Y que lo digas –Comentó siguiéndole, pero era la realidad así mismo era la vida –

 

Mientras tanto el joven de cabellos violetas se encontraba con el enfermo, no había ni tocado la puerta y la cerro tras de sí, mirándole, ojos zafiro intenso y amar se miraban fijamente.

 

-¿Qué quieres Kagura? –Pregunto de una manera seria arqueando su ceja, no le agradaba mucho ese chico, que se la pasaba con Magane –

 

-Quiero hablar muy seriamente con usted –profirió igual de manera seria –

 

-… y… ¿qué se supone que quieres hablar? –Contestó –

 

-Sobre Magane –Respondió sentándose en la silla mirando directamente y desafiante al de ojos ambarinos –

 

-Escucho –Se cruzó de brazos sin apartar la mirada de la mirada zafiro del contrarió –

 

-Magane, es mi mejor amigo, es como mi hermano y hasta de cierta forma, tengo un sentimiento paternal por él, pero llego usted –contestó –Y en algún punto llego a tener ese enamoramiento suyo, que le está haciendo sufrir demasiado, es orgulloso, terco, ignorante, pedante, amargado y arrogante, no lo niego, como tampoco niego, que es leal, como ninguno, que ha pasado por mucho, que ha sufrido mucho y aun así sigue en pie, usted mismo curo la puñalada que le dieron –el enfermero asintió –pero usted jamás supo, que cuando el regreso a su casa, se encontró solo y abandonad por su madre –Esas palabras sorprendieron al enfermero –Que su padre lo abandono cuando él tenía cinco años para irse con otra mujer… pero no está solo, me tiene a mí y tiene a Isamine para ayudarlo a subsistir en este mundo que no es fácil que es cruel con muchos, dañinos con otros, lo mire a usted, sé que usted está enamorado de él, tan locamente como yo lo hago por Isamine, pero está haciendo malas jugadas para ganarse su amor… como ya dije él es orgulloso y su primito –Dijo esto con desgano –Ha lastimado bastante a Magane

 

-¿Cómo así? Yo sé que se quedó con Lui pero…

 

-No solo se quedó con Lui –Interrumpió –También lo lastimo, no con puños, en eso Magane fuera ganado, lo hizo con palabras, yo mismo lo presencie y hasta a mí me dolieron, “los tontos como tú, no se deben atrever a soñar, infestan al mundo con vagas ilusiones, date por vencido, no serás más que un vil ladrón en este mundo, ¿enserio crees subsistir? Alguien que ni pudo mantener unido a sus padres, que es odiado por su madre e ignorado por su gemela, terminaras en algún callejo muerto algún día, jamás serás un buen prospecto para Lui o para nadie, ¿Por qué no te rindes de una vez?” –Miro la cara de sorpresa del enfermero –Si no me quiere creer está bien por mí, yo sé que ese primito suyo le dirá, eso no es cierto él miente, porque sabe que es verdad y va a tratar de ocultarla, Magane intento golpearlo, él es así impulsivo, pero se tuvo que contener por que llego Lui, amo a Lui… pero creo que más lo ama a usted, sé que se está confundiendo al pensar que usted tiene algo con su primo, no lo sé, realmente si sea verdad o falso, solo quiero decirle, por mi parte tiene el camino libre de amar a Magane como usted desee, porque se le nota en la sola mirada, sus ojos brillan cuando lo ve y si esa no es una mirada de amor, entonces no es una mierda sobre el amor, pero le voy a decir algo y que le quede bien en claro, como ya dije antes Magane es para mí como mi hermano, pero también como mi hijo… y si usted se encarga de lastimarlo, le juro que le haré la vida de cuadros y créame que lo prometido es deuda.

 

-Entiendo –Profirió el enfermero sin dejarse intimidar –

 

-bien y para la próxima que quiera hablar con Magane, no ponga a su primo de por medio, mala jugada –Con esa palabras dichas se levantó –Hasta luego… enfermerito, espero no olvide lo que le dijo –Con eso se marchó de allí dejándole sorprendido, jamás pensó que Kagura podría pensar de esa manera –

 

-“entonces… tengo que buscar una forma de arreglar las cosas… que he retrocedido” –pensó el enfermero para levantarse de donde estaba, mientras tanto –

 

-Magane –profirió Isamine cuando pasaban por el templo – ¿quieres subir? –Pregunto –

 

-Si ya sé que no se hará realidad, no lo entiendo –Contestó iba a seguir de largo si no se fuera visto arrastrado por Isamine escaleras arriba –“esto no tiene él más mínimo sentido” –caviló pero ya estaban en la sima, un joven con un kimono azul con mariposas en violetas se encontraba barriendo el lugar –“…se parece a…”

 

-Buenas tardes –profirió de manera cortes –

 

-Buenas tardes –contestaron ambos –

 

-pasen tranquilos, no los interrumpiré –Dio paso a ambos jóvenes mientras se quedaba barriendo el lugar –

 

-“esto…es tonto” –pensó avergonzado de estar allí

 

-tonto es que te niegues a amar profundamente, a devolver el amor que se te puede dar, tonto es temer a perder aun sin el primer paso que dar

 

-¡¿Qué r…?! –Miro hacia el joven que se encontraba cantando una tonada, no… él no podría haber sido, sonó más a un susurro cerca y él estaba a veinte pasos lejos de él –“bueno…ya qué” –Razonó, para soltar un suspiro juntado sus manos –“por favor, deseo que él me ame, que me dé una oportunidad, que su amor se llene con mi amor, que podamos estar juntos… que pueda ser feliz a su lado”

 

El joven que se encontraba limpiando el templo sonrió mientras ambos, adolescentes se marchaban del lugar, al llegar a bajo se encontraron con Kagura, su seño estaba fruncido, se encontraba demasiado pensativo.

 

-¿Hey? –profirió Isamine Kagura le miro para sonreír –

 

-Hey –Lo devolvió llegando a su lado, para tomar la mano de su pareja –

 

-¿qué estabas haciendo? –Contestó Isamine arqueando una ceja –

 

-Te lo diré cuando lleguemos a casa –Respondió Magane arqueo una ceja pero suspiro, no era la primera vez que le ocultaban algo y se enteraba poco después –

 

Sus amigos se separaron de él y se dirigió a la cocina nuevamente una tostada un jugo, la tarea y a dormir. Al día siguiente nuevamente el cosquilleo más fuerte…

Al llegar al instituto observo que el enfermero salía del auto esta vez solo y le sonrió, aquel cosquilleo, aquel, hormigueo, sus mejillas se sonrojaron.

 

-“¡Rayos! ¡¿Por qué no puedo evitarlo cada vez que me mira?! ¡¿Qué soy una colegiala enamorada?! ¡¿Y Tsundere de paso?! –Pensó, nervioso –

 

-¿y qué harás? ¿Te acercaras? ¿O te alejaras? Ya no tienes que se interponga o tu orgullo es tan fuerte como para perder al amor de tu vida

 

Se quedó mirando como el enfermero se acercaba a él, no quería salir corriendo más sus piernas no respondían, quería salir rápido de allí, más lo único rápido era su corazón que aceleradamente latía. Lo sentía demasiado cerca y eso solo le hacía poner nervioso cada vez más y más.

 

-R… –Y alguien fue callado por Kagura quien le tapó la boca, mientras Isamine le sostenía –

 

-Lo siento tiempo en que no se puede interrumpir –Con eso Isamine tomo cinta adhesiva y lo ataron todo hasta dejarlo en el cuarto de conserje –Linda tarde hasta que el conserje te encuentre –Y ambos se fueron riendo –

 

-… ¿yo? ¿Te gusto? –contestó aun si poder creerlo –

 

-Y mucho –Contestó sonriendo el pelinegro –Y me preguntaba si deseas tener una cita conmigo ¿Qué te parece?

 

-No es… ¿poner en peligro tu trabajo? –Pregunto el enfermero se encogió de hombros –

 

-Vine aquí por ti en primer lugar, así que el riesgo vale muy bien la pena –Contestó, el rubio solo sonrió –

 

-Está bien, después de clases –Respondió –            

 

-Estaré esperando con ansias –profirió viéndole marchar a clases –

 

La vida es dura, todos los saben, para ninguno es fácil ni práctica, muchos dicen que el orgullo daña y en las cosas del corazón cuando habla el orgullo más difícil son, el camino que circularan tampoco será fácil, pero… en la vida ¿Qué es factible? Solo puedes elegir un camino.

 

-los humanos en el amor… son tan problemáticos

Fin.

Notas finales:

Como siempre espero les haya gustado y por favor comenten 


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