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Diez años por Takaita Hiwatari

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Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 17: “Salvando los obstáculos”:

 

 

─Kiba, ¿has visto a Sakura-chan?

 

El nombrado giró, viendo tras él a su rubio amigo quien portaba una expresión preocupada. Él caminaba junto a Neji, Shikamaru y Lee. No le extrañó que Naruto y Sakura no estuvieran con ellos, esos dos a veces caminaban juntos hacia sus casas a la salida del instituto para hablar sobre sus cosas.

 

─No. Pensé que estaba contigo.

 

Naruto paseó la mirada por el flujo de estudiantes que caminaban hacia sus casas. Desde el día anterior, cuando discutió con Sakura, no había podido hablar con ella. Durante el día su amiga le había estado ignorando disimuladamente, y en los descansos desaparecía de tal forma que le fue imposible encontrarla.

 

─Yo la vi ─respondió Lee─. Salió de las primeras, dijo que tenía prisa por llegar a casa.

 

Sabiendo que no encontraría a Sakura, suspiró un poco desanimado. ¿Acaso ahora su amiga planeaba ignorarle? Al entrar en clase y saludar a todos con un “buenos días”, ella no le contestó, pero prefirió pensar que era porque no le escuchó. Ahora sospechaba que le ignoró deliberadamente.

Sakura-chan debía estar muy, pero que muy enojada para ignorarle de esa forma. Muchas veces habían peleado, pero jamás le había ignorado o había huido de él. Necesitaba hablar con ella, explicarle su situación con Sasuke con calma.

 

¿Hasta cuándo planeaba seguir ignorándole Sakura-chan?

 

Y ahora que pensaba, ¿dónde se había metido Suigetsu? Para ese momento ya debería de estar cerca, dispuesto a acompañarle hasta el parque. ¿Quizá estaba enfermo? Desde que se presentó por primera vez frente a él, no había faltado ningún día.

 

Se lamentó por un instante de no haberle pedido nunca su número de teléfono, o su dirección. A pesar de que no correspondía las intenciones de Suigetsu, empezaba a tomarle aprecio. No podía preguntarle a Karin sobre Suigetsu, sabía que ella no quería saber nada de él, le detestaba. Tampoco podía preguntarle a Sasuke, todavía no quería verle.

 

****

 

Sasuke bufó por enésima vez aquella tarde, sentado en el sofá de la sala de descanso. Estaba un poco preocupado por Karin. La chica había faltado ese día al trabajo, y ella muy rara vez lo hacía. Además, si pensaba faltar, Karin siempre le llamaba para decírselo y pedirle que no la echara de menos.

 

Había preguntado a otras enfermeras, pero ninguna sabía sobre Karin. La había llamado por teléfono al inicio del descanso, pero ella no contestó. No amaba a Karin, pero eso no significaba que no se preocupara por ella, era su amiga de toda la vida.

 

Quizá le había pasado algo, esperaba que no.

 

Antes de abandonar la sala de descanso, abrió su taquilla para revisar su móvil. Tal vez Karin le había devuelto la llamada. No fue así, pero en su lugar vio que tenía un mensaje, era de Suigetsu:

 

Te espero a la salida del hospital cuando acabe tu turno.

 

Se preguntó qué demonios quería ahora Suigetsu. Esperaba que no quisiera joder de nuevo con el tema de Naruto, pero tal vez él sabía algo sobre Karin.

 

Para colmo, no había vuelto a ver a Naruto desde la última vez que habló con él. El día anterior, tras hablar con Karin, fue al apartamento de Itachi para hablar con él sobre lo ocurrido en su encuentro con Naruto y para relatarle lo ocurrido con Karin, esperando un consejo de su hermano.

 

Itachi se había sorprendido un poco, asegurando que esperaba que Naruto se hubiera mostrado más desconfiado:

 

─Si lograste que Naruto-kun creyera en tus palabras, has avanzado bastante con él ─comentó el mayor, satisfecho.

─Eso pensé. Pero por alguna razón de pronto él dijo que estábamos yendo demasiado rápido, que quería conocerme mejor y que estaría unos días sin verme porque tenía mucho que estudiar. No entiendo nada.

─Tal vez quería meditar acerca de lo ocurrido.

─¿Unos días? ─preguntó molesto─. Ese tonto no ha parado de buscarme, y ahora que me tiene para él ¿necesita unos días para pensar?

 

El mayor sonrió ligeramente, mirando la frustración en su hermano.

 

─Sospecho que esperabas que Naruto-kun se lanzara a tus brazos sin más.

 

Sasuke apartó la mirada un poco incómodo. Siendo sincero consigo mismo, sí, había esperado que Naruto saltara a sus brazos sin más, que todo estuviera arreglado, y que Karin y Suigetsu dejaran de ser un problema.

 

Pero cada día que Naruto permaneciera lejos de él, era un día que Suigetsu podría acercar a Naruto a él. Aquel pensamiento le mantenía paranoico.

 

─Había pensado en llamar o buscar a Naruto ─confesó un poco inseguro.

─Mejor no─. Negó, aumentando la frustración del otro─. Naruto-kun te ha pedido tiempo, deberías respetar su decisión. Él aseguró que te buscaría.

 

Lo que mantenía a Sasuke con una preocupación constante, era no saber cuándo volvería a buscarle Naruto. Podían ser unos pocos días, semanas; semanas que se convertirían en meses. ¿Y él simplemente debía permanecer como si nada ocurriera, esperando sin más?

 

─Pero Suigetsu…

─Confía en Naruto-kun. ─Le miró─. Él confió en ti creyéndote ayer, ahora tú confía en él.

─Confío en Naruto, en quien no confío es en Suigetsu.

─Si de verdad confías en Naruto-kun, ni Suigetsu, ni cualquier persona que se acerque a él debe preocuparte.

 

Sasuke suspiró, viéndolo de esa forma Itachi tenía razón. Si confiaba en Naruto y en el hecho de que éste no prestaría atención a otro que no fuera él, no tenía de qué preocuparse.

 

Pero era tan fácil pensarlo y tan difícil hacerlo…

 

Porque en el fondo era consciente de lo injusto que había sido con Naruto, y que cualquier paso en falso podría alejarle de él.

 

****

 

Horas después, cuando su jornada laboral finalizó, Sasuke se encaminó con cierta prisa a la salida del hospital. No tenía ánimo para escuchar a Suigetsu quejándose sobre que le había hecho esperar mucho.

 

Le encontró cerca de la zona de aparcamientos.

 

─Suigetsu.

 

Al instante el nombrado giró, y con una sonrisa se acercó al otro.

 

─¡Sasuke, no vas a creer lo que ha pasado!

─¿Qué? ─Esperaba de verdad que no fuera una estupidez que le hiciera perder el tiempo.

─Lo he logrado, ¡Naruto y yo estamos saliendo!

 

La mochila casi se cae del hombro de Sasuke al escuchar la funesta noticia. Fue como recibir un golpe en el estómago.

 

─¿Qué…?

─¿No me vas a felicitar? Lo he logrado sin tu ayuda. Mal amigo…

─Imposible ─sentenció cuando volvió en sí.

 

Naruto y él ahora estaban juntos. O algo por el estilo. Ni siquiera él sabía lo que tenía con Naruto, ya que el rubio se marchó sin dar oportunidad a que pudieran hablar más y desde entonces no le había visto. Pero juraría que le dejó sus sentimientos bastante claros, ¡era imposible que ahora Naruto estuviese saliendo con Suigetsu! ¡Ni hablar!

 

─¿Imposible?, ¿por qué? ─cuestionó curioso Suigetsu.

─Porque a Naruto le gusto yo ─escupió sin meditar si sería prudente decirlo.

 

La sonrisa fingida finalmente desapareció de los labios de Suigetsu, dando paso a una expresión más seria.

 

─¿Así que es cierto? ─Al notar el desconcierto en su amigo, prosiguió─. Que a Naruto le gustas, y que a ti te gusta él. ─Pero Sasuke no respondió, se limitó a guardar silencio, evitando decir algo que pudiera empeorar la situación─. ¿A pesar de que te he descubierto no vas a decir nada?

─¿Te lo ha dicho Karin? ─afirmó en una pregunta.

 

El entrecejo de Suigetsu se arrugó, afirmando los puños con coraje.

 

─Me has estado viendo la cara de idiota todo este tiempo, y lo único que te preocupa es si quien me lo dijo es Karin. ─Sin darle tiempo al otro de decir algo, continuó─. ¿¡Cómo puedes ser tan cabrón!? ─replicó acusador─. Te dije que Naruto me gusta, te pedí ayuda para conquistarle, y tú no tuviste los huevos de decirme la verdad. ¿¡Qué clase de amigo eres!?

─Iba a hablar contigo ─fue todo lo que dijo.

─¿¡Cuándo!? ─De verdad quería estampar su puño en la cara de bastardo de Sasuke.

─Cuando hubiera aclarado mi situación con él. Hemos tenido unos problemas.

─¡Ah, entiendo! ─respondió sarcástico─. Y mientras tanto vamos a dejar que el idiota de Suigetsu se ilusione con un imposible.

 

Sasuke guardó silencio, sintiendo la mirada fulminante que Suigetsu le estaba dedicando. Últimamente las cosas no le estaban yendo precisamente bien: los altibajos con Naruto, su charla con Karin, ahora discutía con Suigetsu… y presentía que aquello no acababa ahí, ya que si todo iba bien con Naruto, tendría que enfrentar a sus padres y a los de él. Su vida era más tranquila cuando se limitaba a ignorar a Naruto, como si algo le estuviera indicando que hacía lo correcto. Pero sabía, que sin importar los problemas que vinieran, prefería enfrentarlos para poder estar junto a Naruto.

 

─Deberías calmarte, Suigetsu.

 

Un tic sacudió una de las cejas del otro. Esa maldita tranquilidad que Sasuke usualmente mostraba le estaba sacando de quicio en ese momento. Si por él fuera, pisaría el cuello de ese bastardo hasta obligarle a ponerse de rodillas para que le suplicara por su perdón.

 

─Me has traicionado ─acusó con acidez─, y Karin me utilizó para que quitara a Naruto de su camino. Ya se lo dije a Karin, por mí ella y tú os podéis ir al infierno. Y Naruto…

─Naruto no tiene la culpa de nada ─rebatió de inmediato, casi perdiendo la calma por un instante fugaz. No importaban los insultos que le dedicara, pero no toleraría que hiciera lo mismo con Naruto.

─¿Cómo estás tan seguro?

─Lo sé ─afirmó─. Apenas hace dos días que Naruto ha descubierto que tú apareciste en su camino gracias a Karin. Él fue otra víctima, cómo tú.

 

Entonces Suigetsu se calmó paulatinamente al escuchar lo último. Recordó el momento en que Naruto le comentó que sabía que fue Karin quien le habló sobre él. Seguramente fue cuando Naruto había descubierto aquello. En su interior sonrió ligeramente. Sabía que Naruto no sería tan vil como sus supuestos amigos. Sasuke tenía razón, Naruto había sido otra víctima, como él.

 

─Karin y tú sois tal para cual ─dijo finalmente, un poco más tranquilo─. Igual de mentirosos y malos amigos. No mereces a alguien como Naruto.

 

A Sasuke no le gustaba hacia dónde se estaba dirigiendo Suigetsu con sus palabras. ¿De verdad pensaba que iba a olvidar a Naruto para ir con Karin sólo por él le dijera que eran tal para cual?

 

Pero debía mantener la cabeza fría. Suigetsu estaba dolido, hablaba sin pensar… o eso quería creer.

 

─Lamento lo que ocurrió. ─Sus palabras sorprendieron al otro que para nada esperaba una disculpa─. Pero no voy a alejarme de Naruto ─advirtió.

─Naruto sólo está cegado por tu físico, siempre ha sido así. ─Recordaba que las chicas en el instituto siempre alababan la belleza de su amigo, o su inteligencia, o su habilidad en los deportes, o su… ¡Estúpido Sasuke, siempre tan popular!─. Pero cuando te conozca realmente, huirá de ti.

─¿Para ir contigo? ─cuestionó socarrón, ladeando la cabeza y llevándose una mano a la cintura en una momentánea actitud de superioridad. Quería mantener la calma, pero Suigetsu se estaba metiendo en terreno peligroso.

─¡Sí! ─sentenció─. Para que lo sepas, ayer Naruto aceptó una cita conmigo… que Karin estropeó cuando me llamó para contarme todo. ¡Pero me debe esa cita!

 

La actitud de superioridad de Sasuke se desmoronó al instante, incrédulo al escuchar lo último. Seguro era una mentira de Suigetsu, no podía ser cierto.

 

¿Acaso Naruto quería estar unos días sin verle para decidirse entre él y Suigetsu?

 

Al instante sacudió la cabeza, eliminando cualquier pensamiento fatalista antes de que llegara. Pero Suigetsu notó aquello, y ahora fue su momento para sonreír con superioridad. En silencio, Sasuke le respondió con un severo ceño fruncido. Podría decirle que él había besado varias veces a Naruto, que Naruto le había besado muchas veces más a él.

 

Pero finalmente suspiró, tratando de serenarse. A este paso se pondrían a discutir como niñas de quince años enamoradas del mismo chico. ¡Tenían veintisiete años, por Dios! Se supone que podían hablar de cualquier tema, por espinoso que éste fuera, como los adultos que eran.

 

─Dejémonos de estupideces y hablemos claro. Ya lo sabes: Naruto me gusta, y yo a él ─habló sin tapujos. Hablar sobre sus sentimientos era incómodo, pero tenía que dejarle las cosas claras como el agua a Suigetsu─. Si sigues insistiendo con Naruto será tu problema lo que pase.

 

Los puños de Suigetsu se cerraron con coraje. Sasuke le estaba diciendo que se alejara de Naruto, estaba dando por sentado que éste no iba a aceptarle. Pero él sabía que aunque el panorama no pintaba muy prometedor para él, con un poco de tiempo más podría hacer que Naruto centrara su atención en él y empezara a verle de la forma que quería.

 

Sólo era cuestión de tiempo para que Naruto se diera cuenta del patán que era Sasuke.

 

─Está bien, hablemos claro ─concedió─. Cuando Naruto me prefiera a mí, de ninguna manera permitiré que quieras romper nuestra amistad de toda la vida.

 

Si Naruto le aceptaba a él, quería seguir manteniendo la amistad con Sasuke sólo para ver el sufrimiento de éste cada vez que le restregara por la cara que Naruto le había preferido a él.

 

Erróneamente, Sasuke pensó que Suigetsu dijo aquello porque realmente no quería perder su amistad. En el fondo él tampoco quería perder a Suigetsu, era una de las poquísimas personas que apreciaba realmente, aunque a veces lo demostrara de forma equivocada. En un movimiento más tranquilo, asintió, dándole a entender que su amistad estaría a salvo pasara lo que pasara.

 

Suigetsu alzó una mano, y con una tenue sonrisa, Sasuke la estrechó.

 

─Te perdono, maldito bastardo.

 

Ahora que ambos conocían los sentimientos del otro, podían ir de frente, sin ocultar sus intenciones. Para Sasuke, un poco más del peso que cargaba sobre sus hombros había desaparecido. Ya no tenía que esconderse de Itachi, de Karin, ni de Suigetsu; poco a poco los obstáculos eran salvados. Ahora sólo quedaba preocuparse por sus padres y los de Naruto… pero para eso primero tenía que volver a ver a ese dobe.

 

****

 

─¡Sakura-chan, espera’ttebayo!

 

Dos días después, por fin había logrado interceptar a su amiga a la salida del instituto. Su humor empezaba a tambalearse. Por momentos se enojaba con la chica y decidía no insistir más para obtener su atención, pero en cuanto la veía decidía que no quería vivir enfadado con su amiga y corría a intentar arreglar todo. El resultado siempre era el mismo: ella le ignoraba.

 

─¡Por favor, Sakura-chan! ─insistió.

 

La tomó del hombro cuando logró alcanzarla entre los demás estudiantes, deteniéndola. Sakura no iba sola, Hinata caminaba con ella. Por la mirada que le dedicaron los ojos verdes, por un momento temió recibir un puñetazo estando casi todo el instituto presente; por suerte, su amiga pareció contenerse.

 

─Hinata, mañana nos vemos ─dijo finalmente Sakura, despidiéndose de la chica.

─E-está bien. ─Miró al rubio, sonrojándose ligeramente─. Adiós, Na-Naruto-kun.

─Ah, adiós, Hinata. ─La despidió un poco avergonzado por apenas haber reparado en su otra amiga.

 

Cuando Hyuuga estuvo lo suficientemente alejada, Naruto suspiró hondo y volvió la mirada a su mejor amiga, quien indignada se mantenía con su atención puesta en cualquier cosa que no fuera él.

 

Incómodo, Naruto se rascó la nuca, sin saber por dónde empezar. Cuando Sakura estaba enojada, era difícil calmarla.

 

─Lamento lo que ocurrió, Sakura-chan.

 

Esas palabras consiguieron que por fin ella le prestara la atención que deseaba.

 

─Me alegra que hayas recapacitado, Naruto. ─Sonrió.

─¿Ah? ─musitó confuso─. ¿Recapacitar?

─Si lamentas lo que ocurrió es porque has recapacitado sobre la tontería que me dijiste el otro día.

 

A Naruto le incomodó que se refiriera a lo suyo con Sasuke como una “tontería”. Está bien, no tenían una relación sólida; es más, ni siquiera estaba seguro de que fueran novios, ¡pero sus sentimientos sí eran sinceros!

 

─Lo que lamento es no haberte contado todo antes. Nada ha cambiado entre Sasuke y yo, hace días que no le veo dattebayo ─explicó, a pesar de todo, con calma. La expresión de ceño fruncido volvió a Sakura al escuchar eso─. Entiendo que estés enojada, pero…

─No, si lo entendieses te habrías alejado de él. Deja de estar ciego, Naruto, ¡date cuenta de que te estás equivocando otra vez!

─Sakura-chan, estoy aquí para arreglar las cosas contigo, no para discutir sobre Sasuke.

─Si quieres arreglar las cosas conmigo aléjate de ese tipo de una vez por todas.

 

Ahora fue el turno de Naruto para arrugar el entrecejo. No le gustaba la forma en que Sakura-chan le estaba hablando.

 

─No lo haré’ttebayo ─sentenció, levantando un poco la voz─. Me estás dando a elegir entre Sasuke o tú, ¡y eso no es justo! ─Suavizando su expresión, se acercó un poco más a ella─. Te quiero mucho, Sakura-chan, eres mi mejor amiga. Pero Sasuke…

─Ya sé lo que sientes por Sasuke, y es eso lo que me enoja, Naruto. ¿Cuánto más tiene que burlarse de ti para que abras los ojos? Incluso preferiría verte con Suigetsu antes que con él.

 

Las manos de Naruto se posaron en los hombros de Sakura, sorprendiéndola por lo inesperado del acto.

 

─Sakura-chan, entiendo que te preocupes por mí, pero sé cuidarme. Si me equivoco, si tropiezo… me caeré, lloraré, sé que me enojaré… ¡pero también me levantaré! ─aseguró con tal convicción que Sakura no pudo evitar permanecer muda, sin saber qué decir─. Quiero intentarlo una vez más.

 

Resignada, Sakura cerró los ojos un momento, suspirando hondo mientras meditaba más tranquila. Realmente no quería pelear con Naruto, no quería estar alejada de él. Quería a ese cabeza hueca, era su mejor amigo, y precisamente porque le quería era que no deseaba verle sufrir más por alguien que no le merecía. Por eso se había mantenido enojada y distante con él, aunque fuera difícil, porque quería que Naruto abriera los ojos.

 

Pero era imposible. Naruto realmente quería a Sasuke si estaba dispuesto a intentar una vez más algo que a todas luces era imposible.

 

De nuevo Sasuke se burlaría. De nuevo Naruto terminaría humillado y deprimido.

 

─Está bien ─cedió─. Supongo que no hay forma de hacerte cambiar de opinión, y… ¡ah! ─Se interrumpió, sobresaltada, al recibir un inesperado y efusivo abrazo de Naruto─. ¡Suéltame, tonto! ─exclamó avergonzada.

─¡Gracias, Sakura-chan! Sabía que lo entenderías.

 

Sonrojada le alejó un poco para que la soltara, la efusividad de Naruto de pronto era abrumadora.

 

─No te equivoques. No lo entiendo, pero luchar contra tu terquedad es imposible.

 

Además, en el fondo no quería perder a Naruto. Y su tonto amigo necesitaría a alguien que le diera apoyo cuando Sasuke volviera a pisotearle. Una vez más, como siempre, ella estaría allí.

 

Dejó a un lado sus pensamientos pesimistas cuando Naruto la tomó del brazo y tiró de ella con energía, arrastrándola a quién sabe dónde.

 

─¡Hey, para! ¿Qué crees que…?

─Te invito a comer en Ichiraku ramen dattebayo.

 

Naruto estaba aliviado y feliz ahora que había recuperado a Sakura-chan.

 

Por un instante, de nuevo se preguntó dónde estaría Suigetsu. Hacía días que no le veía. Pero dejó de pensar en ello cuando Sakura-chan se liberó de su agarre para ser ella quien le tomara del brazo de forma amistosa, caminando juntos.

 

Minutos después, cuando se encontraban en Ichiraku y cada uno degustaba su tazón de ramen, Sakura miró a Naruto con repentina curiosidad.

 

─Naruto, quiero saber una cosa.

─¿Mn? ─balbuceó sin devolverle la mirada, terminando de sorber unos fideos.

─¿Por qué dijiste que Sasuke y tú sois algo así como novios?

 

Al escuchar la pregunta, dejó de prestarle toda su atención al ramen y la centró en su amiga. Se sonrojó ligeramente al recordar lo que estaba a punto de explicarle.

 

─Cuando hablé con Sasuke, bromeé con él acerca de aceptar a Suigetsu porque no tengo novio. Entonces Sasuke me besó y me dijo: ahora sí tienes.

 

Sakura rodó la mirada con cierto hastío.

 

─Qué engreído es ese tipo, en serio. ─Suspiró, removiendo un poco su ramen con los palillos─. ¿Y después qué?, ¿él te habló acerca de sus intenciones?

─¿Sus intenciones? ─reiteró, todavía con un suave color en sus mejillas.

─Sí, tonto ─respondió con paciencia─. ¿Te dijo que te quiere?, ¿que quiere una relación formal contigo?, ¿hablará con tus padres sobre ello?

─Bueno… no’ttebayo. ─Sintiéndose contagiado por ella, comenzó a remover también el poco ramen que le quedaba. Escuchó a Sakura bufar con disgusto, y eso le preocupó. ¿Había sido demasiado iluso con Sasuke? Pero de pronto sonrió, recordando algo─. Pero sí aseguró que hablaría con Karin para aclarar todo con ella y hacerla entender que no habría nada entre ellos.

 

Sakura suspiró una vez más. Naruto, siempre tan crédulo.

 

─¿De verdad crees que Sasuke hará algo así?

─Sí ─respondió firme─, porque ya lo hizo ─finalizó con una sonrisa, sorprendiendo a Sakura.

─¿En serio?

─¡Sí! ─Asintió─. Hace días escuché a Suigetsu hablando por teléfono con Karin. Ella le contaba que Sasuke le dijo que estaba interesado en alguien, y le dijo quién era ese alguien.

 

Nada más decir aquello, guardó silencio, reparando en algo que hasta ahora había ignorado debido a su problema con Sakura-chan. Desde aquella noche no había visto más a Suigetsu. Él le aseguró que Karin iba a revelarle el nombre de esa persona en la que Sasuke estaba interesado.

 

¿Suigetsu sabía lo que pasaba entre Sasuke y él?, ¿era por eso que no había vuelto a buscarle? Preocupado, se cruzó de brazos, meditando. ¿Suigetsu había perdido interés en él al conocer sus sentimientos por Sasuke? Lamentaba no haber podido conservar al menos una amistad con él, Suigetsu comenzaba a agradarle.

 

─¿Y Karin no ha intentado matarte? ─Rió ella.

 

Un escalofrío subió por la espalda del rubio, y después dedicó una mirada de reproche a su amiga.

 

─¡No bromees con eso, Sakura-chan! Y no, no he visto a Karin desde hace un tiempo.

─Y hablando de Karin, a quien tampoco he visto desde hace días es a Suigetsu ─comentó─. ¿Qué le habrá pasado?

─¿Tú también piensas que le ha ocurrido algo? ─cuestionó preocupado.

─Estas semanas se ha mostrado tan insistente contigo, que pienso que lo único que podría lograr que no se aparezca para molestarte es que le haya pasado algo grave. Quizá le atropelló un coche, o descubrió que tiene una enfermedad mortal…

 

Naruto pasó saliva con esfuerzo, imaginando a Suigetsu agonizando en una cama de hospital. ¿Pero cuál hospital? En Konoha había varios. Realmente empezaba a preocuparse, ¿qué le ocurría a Suigetsu?

 

─Debería llamar a Suigetsu, pero no tengo su número, tampoco sé dónde vive dattebayo.

 

Una enérgica palmada de Sakura en la espalda le arrancó la preocupación de golpe.

 

─Deja de pensar en eso. Seguro que tarde o temprano vuelve a aparecer para continuar acosándote.

 

En silencio, Naruto terminó sus fideos. No era que deseara ser acosado por Suigetsu, pero como amigo le caía bien. Tras pagar la cuenta, retomaron el camino a sus hogares.

 

─Naruto, volviendo a lo tuyo con Sasuke… ─Cuando su amigo la miró, continuó hablando─. Eso no puede llamarse “ser novios”. Bueno, no sé mucho sobre el tema, pero… ─Al notar la incomodidad en Naruto, guardó silencio un instante─. ¿Habéis hecho algo juntos desde entonces?

─No. ─Antes de que Sakura pudiera decir algo, la interrumpió─. Le dije que le buscaría dentro de unos días porque tenía mucho que estudiar. No es que sea del todo mentira, pero en realidad se lo dije porque necesitaba pensar sobre todo lo que hablamos.

 

Sakura le dedicó a Naruto una sonrisa llena de aprobación y orgullo.

 

─¡Bien hecho! Que ese tarado no crea que vas a saltar a sus brazos en la mínima oportunidad.

─Ya han pasado unos días ─comenzó a decir, reflexivo─. Pensé que Sasuke intentaría llamarme o buscarme, pero no lo ha hecho. No sé si eso es bueno o malo.

 

La chica abrió la boca con intención de animar a Naruto, pero ninguna palabra abandonó sus labios. En primer lugar porque no se le ocurría nada agradable que decir sobre Sasuke que pudiera justificar el hecho de que ese tipo hubiera seguido a rajatabla la petición de Naruto de que no le buscara. Después de todo detestaba a Sasuke. Además, tampoco quería crearle falsas esperanzas a Naruto.

 

─Si te soy sincero, tengo un poco de miedo’ttebayo ─añadió poco después, casi en un susurro. Incómodo consigo mismo, suspiró y bajó un poco la mirada. Le preocupaba que lo poco que tenía con Sasuke, de nuevo se desmoronara como un castillo de arena─. Siempre, cuando creo que todo va a ir bien con él, acaba saliendo mal. Quiero buscar a Sasuke, pero siempre me digo a mí mismo que mejor al día siguiente.

 

Justo en ese instante, Sakura no pudo evitar sentirse la peor amiga del mundo al estar satisfecha con las dudas de Naruto. Porque si dudaba, cabía la posibilidad de que finalmente no existiera nada serio entre ese tarado de Sasuke y él. En el fondo, una parte de Naruto sabía que no debía dar otra oportunidad. Ya había sido lastimado varias veces.

 

Pero una punzada molesta en su pecho la incomodó cuando los atormentados ojos azules la enfrentaron. Naruto suplicaba sin palabras ser confortado por ella.

 

Suspirando hondo y tragándose todo su odio por Sasuke, pasó un brazo por los hombros de su amigo.

 

─Seguro que todo irá bien esta vez ─le animó, esforzándose en mostrar una sonrisa.

 

Y aquella simple frase pareció disipar todas las dudas en Naruto, quien sonrió ampliamente y la abrazó agradecido.

 

****

 

En casa, Minato respondió al teléfono, pensando que quizá sería su esposa para pedirle que fuera a ayudarla con sus pesadas compras. Kushina aprovechaba las ofertas y a veces compraba como si una catástrofe estuviera a punto de llegar.

 

─Esperaba tu llamada ─comentó con una ligera sonrisa.

 

Un corto silencio fue su respuesta, desconcertando a Minato.

 

─¿En serio?

 

El hombre se ruborizó ligeramente al reconocer una voz masculina y juvenil al otro lado de la línea.

 

─A-ah… Sasuke-kun ─balbuceó al reconocerle─. Lo siento, pensé que eras Kushina. ─Esperó que Sasuke explicara el motivo de su llamada, pero sólo hubo silencio─. Y… ¿querías algo?

─¿Naruto está en casa?

─No ─respondió raudo. De cualquier forma no quería que su retoño hablara con él, así que agradecía que no estuviera en casa en ese momento.

─¡Estoy en casa’tteba!

 

Minato reaccionó tarde para cubrir el teléfono con la mano y que así Sasuke no pudiera escuchar. ¡Qué oportuno era su hijo!

 

─Ahora sí está. ─Escuchó decir a Sasuke.

─¡Oh! ─exclamó Minato, fingiendo sorpresa─. Lo siento, número equivocado. ─Con brusquedad, colgó.

 

Con su acostumbrada energía, Naruto se desprendió del calzado que acompañaba al uniforme estudiantil y le dedicó una sonrisa a su padre, acercándose a él.

 

─¿Alguien se equivocó? ─preguntó con una pequeña sonrisa divertida.

─S-sí… Una anciana que preguntaba por su nieta, y… ¿Cómo ha ido tu día? ─Se rascó la nuca, inquieto, no dudando en cambiar de tema.

─Como todos supongo. ─Se encogió de hombros─. No comeré ─avisó─, ya he comido en Ichiraku con Sakura-chan.

 

Con interés por lo escuchado, Minato se acercó y tomó la mochila de su hijo.

 

─¿Una cita? Siempre supe que acabarías siendo novio de Sakura. Desde que la conociste siempre ha sido todo Sakura-chan y Sakura-chan.

 

El menor abrió los ojos de par en par, mirando sorprendido a su progenitor.

 

─¿Novia? ¿Qué…?, ¡no! ─casi gritó, alarmado─. Es una amiga, ¡mi mejor amiga!

─Oh… ─musitó un poco confuso por la negación tan efusiva. Naruto se encaminó a la sala, y él no tardó en seguirle, abrazando la mochila contra su pecho─. Aprovechando que tu madre no está en casa, podemos hablar de hombre a hombre. Dime, ¿hay alguna chica bonita que haya captado tu atención?

 

Tratando de no mirar a su padre a la cara, Naruto tomó asiento en el sofá. Palideció ligeramente, recordando que Minato no sabía sobre su orientación sexual, mucho menos sobre sus sentimientos por Sasuke. ¿Sería buen momento para decírselo?

 

─No ─fue todo lo que dijo.

 

Al instante, Minato se sentó junto a él, dejando la mochila a un lado.

 

─No le diré nada a Kushina ─aseguró, pensando que Naruto no quería decirle la verdad por eso─. Será un secreto entre tú y yo.

─Es que… estoy tan centrado en mis estudios que no me he fijado en las chicas’ttebayo. Quiero decir, sabes que me cuesta sacar buenas notas…

 

Casi se sentía sudar frío. Parecía mentira que hubiera podido hablarle a su madre sobre su orientación sexual y sus sentimientos por Sasuke con algo de soltura, y a su padre no fuera capaz de decirle nada. Quizá fue la situación lo que le empujó a confesárselo a Kushina, o tal vez en ese momento reunió valor quién sabe de dónde. Valor que ahora no encontraba.

 

─Creo que lo entiendo. Ya llegará tu momento. Seguro que la chica de la que te enamores, caerá rendida ante ti.

 

Minato no concebía que existiera alguna niña capaz de rechazar a su hijo. Naruto era un buen chico, era apuesto y agradable. Y no es que le estuviera mirando con ojos de padre, ¡claro que no! Cualquiera vería esas cualidades en Naruto.

 

─Pa… papá ─balbuceó repentinamente nervioso. Podría tantear el tema, explicarle “lo especial” que era Sasuke para él, y ver cómo reaccionaba Minato.

─¿Qué?

─¿Sabes? Sa-Sasuke es… bueno, nos estamos entendiendo. Yo…

─¡Ah! ─exclamó, alarmando a Naruto que casi se abrazó al brazo del sofá─. ¿Ya está todo arreglado? Me alegra. Sé que estabas teniendo algún tipo de problema con él y con Itachi.

─¿Proble…? Oh, eso. ─Mostró una tensa sonrisilla─. Sólo fue un malentendido, todo está bien ahora ─fue todo lo que dijo, sin querer entrar en detalles.

─Me alegro ─insistió. Le devolvió la sonrisa, una sincera─. Podemos dejar de preocuparnos por esos hermanos ahora. ─Antes de que Naruto pudiera decir algo, continuó─. Hace tiempo que no pasamos un momento de calidad juntos. ¿Te parece si hacemos algo?

 

Naruto suspiró, sintiendo que el poco valor que había reunido se evaporaba. Quizá para la próxima.

 

****

 

En la sala de descanso del hospital, Sasuke chasqueó la lengua mientras guardaba su teléfono móvil en la taquilla, junto a sus demás pertenencias. No podía creer que Minato hubiera hecho algo tan infantil para no pasarle el teléfono a su hijo. Él había escuchado claramente que Naruto había llegado a casa en ese momento.

 

Por un momento había dudado si llamar de nuevo, pero si volvía a contestar Minato podría tener problemas. No le interesaba eso, ahora menos que nunca. Pero por otro lado, había sentido la necesidad de preguntarle a Naruto cuándo demonios iba a dar señales de vida. Naruto no había aparecido por el hospital, tampoco por su apartamento. Pero para no hacerlo muy obvio, llamó teniendo en mente la excusa de decirle que necesitaba de vuelta su tarjeta del hospital. Pero con Minato y Kushina custodiando el teléfono…

 

Esperar a Naruto a la hora de salida del instituto era imposible, a esa hora él trabajaba. Quién sabe si quizá mientras tanto Naruto había aceptado nuevamente una cita con Suigetsu. Había tratado de hacer caso al consejo de Itachi y esperar a que fuera el propio Naruto quien le buscara para respetar su decisión, pero era difícil. Saber las intenciones de Suigetsu no ayudaba.

 

Volvió en sí al escuchar la puerta de la sala de descanso abrirse, dando paso a Karin. La chica apenas le había hablado desde que le confesó la verdad. Lo entendía, era normal que ella estuviera enojada.

 

Sin mostrar su efusividad de siempre, Karin se detuvo en la taquilla junto a la suya, abriéndola.

 

─¿Un mal día? ─No le dio a Sasuke oportunidad de contestar─. Déjame adivinar, ¿mi prima Kushina te prohibió acercarte a su hijo? ¿O puede ser que ocurrió lo inevitable y Naruto ya se cansó de ti?

─Karin… ─musitó con paciencia. Miró a su alrededor, alguien podría escuchar.

─¿Qué?, ¿todavía no has hablado con mi prima? Y yo que creí que pretendías ir en serio con Naruto. ─Continuó hablando con cierta sorna, cerrando la taquilla cuando terminó de revisar su móvil.

 

Aunque en el fondo aquello la alegraba. Le confirmaba que los “sentimientos” de Sasuke sólo eran debidos a un estado de confusión. Sabía que Naruto tarde o temprano terminaría pateando lejos a Sasuke, cuando su capricho por él se terminara. Era cuestión de tiempo que Sasuke volviera a ella.

 

─No voy a hablar de esto contigo, Karin ─fue todo lo que contestó.

 

Ella se encogió de hombros. Teniendo lazo familiar con la familia Uzumaki, tarde o temprano acabaría enterándose de lo que ocurriera entre el mimado de Naruto y Sasuke.

 

─Por cierto, el lunes es San Valentín. ─Sasuke la miró. Ni se habría acordado de no ser porque ella se lo acababa de decir. Aunque no es que esa fecha fuera importante para él─. Podemos quedar cuando terminen nuestros turnos ─propuso.

 

Sasuke la miró con cierta curiosidad. No había esperado que Karin volviera a las andadas tras la última conversación que tuvieron. ¿Acaso Karin no iba a rendirse nunca? No quería ser severo, después de todo, aquellas situaciones eran su culpa… pero su paciencia empezaba a agotarse, y su humor iba en decadencia cada día que pasaba y ese mocoso dobe no se ponía en contacto con él.

 

─No ─respondió tajante.

─Oh, claro, seguramente tienes planes con “tu novia” ─se mofó, ganándose una dura mirada de Sasuke─. ¿Qué? ─cuestionó inocente. Antes de que él pudiera decirle algo, se encogió de hombros y se alejó─. Bien, volveré a mi trabajo. Adiós ─dijo sin más, marchándose.

 

Tensó la mandíbula y respiró hondo, contando hasta diez. Sabía que Karin decía todo eso porque estaba herida, con el tiempo volvería a ser la amiga de siempre, la que él quería de regreso.

 

Sólo debía ser paciente.

 

****

 

─¡Gané! ─exclamó Minato con efusividad, casi saltando en el sofá.

 

Su alegría no era para menos, por primera vez había logrado ganar a Naruto en ese videojuego de ninjas. Durante años le había sido imposible ganar a su hijo, daba igual qué tipo de juego fuera.

 

Desde que Naruto había ingresado en el instituto, sus momentos de calidad padre e hijo se habían visto mermados, y fue peor cuando su retoño tuvo que empezar a preparar su primer examen de admisión a la universidad. Y pensar que todavía le quedaba preparar un segundo examen… Y sospechaba que cuando ingresara en la universidad sería peor. Inevitablemente cada vez se estaban distanciando un poco más. Naruto ya no le contaba cómo habían sido sus días de clases como hacía cuando era más pequeño, tampoco le hablaba sobre sus problemas o risas con sus amigos, tampoco le pedía ayuda con los deberes, ni salía efusivo a recibirle con un abrazo cuando llegaba del trabajo. Suspiró con pesadez. El tiempo pasaba demasiado rápido.

 

Al menos no trabajaba los fines de semana, y los sábados Naruto salía antes del instituto. Los fines de semana podían verse un poco más. Y pensándolo más fríamente, era mejor que Naruto no tuviera novia ni estuviera interesado en chicas. De otra forma, Naruto dedicaría el fin de semana a la chica de sus sueños y a él le dejaría de lado.

 

Entonces se sintió mucho más contento de lo que ya estaba. Era afortunado. Su hijo adolescente, su único hijo, no estaba interesado en chicas, podría acaparar a Naruto para él un tiempo más.

 

─¿Q-qué? ¿En qué momento me has ganado’ttebayo?

 

La alegría de Minato se evaporó casi por completo, mirando sorprendido a su hijo.

 

─¿Acaso no estabas prestando atención a la pelea de nuestros shinobis?

─No, lo siento. Estaba distraído ─confesó.

 

Ya decía él que era extraño que el ninja de Naruto estuviera tan poco participativo en la pelea. Pero por un momento pensó que su habilidad en el juego había aumentado tanto que había pateado a su hijo en tiempo record sin darle oportunidad a hacer algo. El sueño de todo padre de ganar a su hijo en un videojuego, acababa de ser pisoteado.

 

─No puede ser… ─se lamentó por un instante, pero recobró pronto el ánimo─. ¡Vamos a jugar otra vez!

 

En cuestión de segundos estaban enfrascados en otra pelea. De nuevo el ninja de Naruto estaba poco activo, así que llevó la mirada a su hijo, quien parecía estar mirando a la nada. Dejó de teclear los botones con su desesperación habitual y encaró a su hijo.

 

─¿Hay algo que te preocupa?

─¡Estoy en casa’ttebane!

 

La voz de Kushina sonó con cierta pesadez, lo que les hizo entender al instante que debía de venir cargada de bolsas. Ambos salieron a recibirla, comprobando que estaban en lo cierto. A Kushina se le había ido un poco la mano con las ofertas. Si una catástrofe ocurría, podrían sobrevivir sin problemas durante un tiempo.

 

Cuando terminaron de colocar todo en su lugar, Naruto vio que Kushina tomaba una caja blanca de rayas rojas con montones de corazones rosas estampados. Curioso se acercó, descubriendo a través del plástico transparente que poseía en la parte superior que se trataba de un gran chocolate con forma de corazón con un “Te amo” escrito en el centro.

 

─¿Y eso? ─le preguntó, mientras Minato ajeno a ellos colocaba unos huevos en la nevera.

 

Kushina le mandó callar posando un dedo en sus labios y se acercó a susurrarle confidente.

 

─El lunes es San Valentín ─le dijo como toda respuesta, sonriendo ligeramente.

 

Lo primero que llegó a la mente de Naruto, fue que pasado mañana probablemente varias chicas le regalarían a Sasuke sus chocolates, coquetearían con él… La sola idea le fastidiaba terriblemente. Sasuke era su novio ahora, o algo parecido, no quería a chicas pululando a su alrededor con intenciones amorosas.

 

Cuando Minato abandonó la cocina, vio a su madre esconder el chocolate en un rincón de la nevera.

 

─Por cierto, Naruto, esta mañana encontré algo que quiero enseñarte.

─¿Qué es? ─preguntó dirigiéndose ambos a la sala, con Minato.

─Espera aquí.

 

Naruto se encogió de hombros y volvió a tomar asiento en el sofá junto a su padre, quien jugaba solo tratando de vencer a su abandonado ninja.

 

─¡Hey! ¡Eso es trampa dattebayo!

 

Apenas tuvo tiempo de agarrar su mando cuando Kushina regresó con una pequeña sonrisa en los labios, extendiéndole un papel doblado y algo arrugado.

 

─¿Qué es esto? ─preguntó abriendo al papel.

 

La nostalgia le invadió al ver el contenido. Era un dibujo que hizo cuando tenía siete años. Un día de clase, Iruka les mandó como tarea que dibujaran sus tres cosas preferidas junto con una breve explicación. En una esquina dibujó su adorado triciclo, en el otro extremo dibujó varios girasoles y en el centro, como no podía ser de otra forma, dibujó a Sasuke.

 

Recordaba que esa tarde de sábado, hace diez años, estaba recostado en el suelo de la sala, terminando el dibujo al que le estaba poniendo todo su empeño mientras Minato veía la tele sentado en el sofá:

 

─¿Qué estás dibujando, hijo? ─Se interesó el adulto.

 

Con efusividad, Naruto se puso de pie y corrió hacia su padre, mostrándole el papel lleno de garabatos que Minato era incapaz de descifrar.

 

─Mira, papá, este es mi triciclo dattebayo ─explicó señalando el dibujo y después señalando su juguete abandonado en un rincón de la sala─. Estos son mis girasoles ─continuó señalándolos en el papel─, y este…

─¡Ah! Este soy yo ─se aventuró a decir Minato, interrumpiendo a su pequeño mientras sonreía orgulloso de ser una de las tres cosas preferidas de su hijo.

 

El pequeño le miró confuso y un poco fastidiado de que no hubiera entendido su dibujo.

 

─Claro que no, ¡es Sasuke nii-chan! ─señaló en tono obvio.

─¿Qué? ¿Sasuke-kun?

 

¿Ese mocoso de instituto era una de las cosas preferidas de su hijo? Sólo hacía unos meses que Naruto había empezado a tratar a Sasuke, y su hijo ya tenía a ese chico en un pedestal desde el primer día.

 

─Sí. Mira, le he dibujado con esa ropa que usa para ir al colegio.

─Instituto ─le corrigió.

 

Por más explicaciones que diera Naruto, él sólo podía ver un monigote deforme con un pie más grande que otro, un brazo más largo que otro, con las piernas gordas y la cabeza demasiado pequeña, y el cabello era una maraña de rayas negras. Llamó su atención ver que alrededor de Sasuke, había dibujado unas manchitas extrañas.

 

─¿Has dibujado moscas alrededor de Sasuke-kun? ─cuestionó sofocando una risita.

─¡No son moscas! ─respondió ofendido─. Son estrellas. Cada vez que veo a Sasuke nii-chan, hay estrellas a su alrededor’tteba. ¡Sasuke nii-chan brilla! ─exclamó con una gran sonrisa.

 

Minato se sintió turbado ante la profunda admiración que su pequeño parecía sentir hacia el adolescente. Los ojos de Naruto brillaban, sus mejillas estaban un poco sonrosadas, y su sonrisa no podía ser más amplia.

 

¿Qué tenía Sasuke que hacía que Naruto le admirara tanto?

 

─¿Por qué te agrada tanto Sasuke-kun? ─Hasta donde él sabía, el adolescente no era precisamente la simpatía personificada, y menos cuando Naruto estaba alrededor.

 

Pero su hijo no pareció tener que pensar mucho la respuesta.

 

─Es que Sasuke nii-chan es tan mayor…

─Sólo tiene diecisiete, Naruto.

─¡Y se ve tan cool! ─continuó sin escucharle, apretando los puños contra su pecho con efusividad─. ¡De mayor quiero ser como él!

─Ojala que no ─se susurró Minato.

 

Kushina, que escuchaba entretenida la conversación desde hacía segundos, se acercó hasta situarse tras Minato, recargando los codos en el respaldo del sofá.

 

─Pero cariño, tienes que dibujar cosas. Sasuke no es una cosa’ttebane ─explicó con una ligera sonrisa divertida.

─¡Cierto! ─exclamó Minato─. Amas el ramen. ¿Por qué no borras a Sasuke-kun y dibujas un bonito tazón de ramen en su lugar? ─propuso.

 

El pequeño miró un poco desanimado a sus padres y después a su dibujo. Al instante negó y se abrazó al papel, arrugándolo.

 

─¡No borraré a Sasuke nii-chan’ttebayo! ─sentenció─. Además, ya dibujé un tazón de ramen la semana pasada. Kiba y Sakura-chan dicen que no sé dibujar otra cosa ─explicó con cierto fastidio.

 

Pensativa, Kushina se llevó una mano a la barbilla, haciendo memoria.

 

─Cierto, la semana pasada Iruka sensei os dijo que teníais que dibujar lo que queréis ser de mayores.

─¡Sí! Yo seré un vendedor de ramen ─celebró, alejándose de sus padres para ir junto a sus lápices de colores abandonados en el suelo y terminar su dibujo.

 

Naruto abandonó sus recuerdos mientras sonreía con nostalgia. El dibujo estaba titulado como “Mis tres cosas preferidas por Uzumaki Naruto” Su escritura era espantosa, pero al menos se lograba entender.

 

─Todavía no alcanzo a comprender que dibujaras a Sasuke-kun y no me dibujaras a mí ─comentó Minato con cierto tinte de celos.

─Lo siento ─atinó a decir, sonriendo ligeramente nervioso.

 

Kushina le arrebató el dibujo a Naruto para leer el pequeño texto que se encontraba entre el titulo y los dibujos:

 

─Me gusta mi triciclo porque es muy divertido. Sasuke nii-chan una vez montó mi triciclo y jugó conmigo. ─Rió, tratando de imaginar a Sasuke en el pequeño triciclo, pero le parecía imposible─. También me gustan mucho mis girasoles, un día se los mostré a Sasuke nii-chan y creo que le gustaron mucho. Y mi cosa más preferida de todas es Sasuke nii-chan, él me ha cuidado, me ha llevado al cine, al parque, he dormido en su cama, y soy amigo de su mamá. De mayor quiero ser como Sasuke nii-chan.

 

Cuando les mostró su dibujo finalizado años atrás, Naruto les contó brevemente sobre el día que su Sasuke nii-chan jugó con él montando en el triciclo, y cuando durmió en su cama.

 

─Siempre has sobrevalorado a Sasuke-kun, hijo ─dijo Minato─. Pero en el fondo puedo entenderlo, sólo tenías siete años. Por suerte esa etapa de alabanzas a Sasuke-kun ya pasó. ─Tras su comentario quedó un prolongado silencio por parte de Naruto, así que giró para mirarle─. ¿Ocurre algo?

─Sa-Sasuke me… ─balbuceó el menor. Kushina contuvo el aliento, ¿Naruto iba a decir lo que ella pensaba?─. Me agrada mucho. Somos amigos.

─¿Amigos? ─reiteró un poco confuso─. No es que no te crea, pero, nunca te veo con Sasuke-kun. Y no sé qué tipo de amistad podrías llevar con alguien diez años mayor que tú.

─Sasuke y yo nos entendemos bien’ttebayo ─aseguró al instante.

 

Sin querer intervenir hasta ese momento en la conversación, Kushina había guardado silencio, escuchando atenta lo que Naruto decía sobre Sasuke. Había sido una buena oportunidad para sacar información sobre la relación de su hijo con Sasuke.

 

─Querido ─habló ella─, ¿Fugaku no es nueve años mayor que tú? Y siempre te has llevado bien con él.

─¿En serio? ─Se sorprendió Naruto. Ahora que lo pensaba, ciertamente Fugaku se veía mayor que su padre. Pero no imaginaba que la diferencia de edad entre sus padres fuera casi la misma que la de Sasuke y él.

─Pero es diferente ─respondió Minato después.

─¿Por qué? ─preguntaron Naruto y Kushina casi al unísono.

 

Pero Minato no contestó, sólo apartó la mirada. Kushina le estudió con una mirada curiosa, pero no tanto como lo hacía Naruto. Finalmente, ella le extendió el dibujo a su hijo, quien confundido lo tomó.

 

─Naruto, ¿por qué no llevas esto a tu habitación y lo guardas como recuerdo?

─Pero…

─Así puedes mostrárselo a Sasuke’ttebane.

 

La mirada de Naruto se iluminó por un instante. Nunca llegó a mostrarle ese dibujo a Sasuke, y aunque el dibujo fueran unos simples garabatos, a una parte de él le hacía ilusión enseñárselo.

 

─Está bien. ─Asintió marchándose.

 

Kushina esperó hasta que escuchó a su hijo subir las escaleras. Entonces, con calma rodeó el sofá y se sentó a su lado.

 

─¿Qué ocurre? ¿No te agrada Sasuke? ─medio afirmó en la pregunta.

─Como dije, Naruto siempre ha sobrevalorado a Sasuke-kun. No digo que sea un mal chico, de hecho él nos ayudó aquella vez que Naruto cayó por la ventana y después le estuvo visitando, no olvido eso. Pero… sé que cuando Naruto era un niño a Sasuke-kun le desagradaba. Y hasta hace poco nuestro hijo se había estado comportando extraño porque tenía problemas con Sasuke-kun y su hermano.

─Pero ya está todo arreglado entre ellos. Es normal entre los amigos tener problemas alguna vez, lo sabes.

─Claro que lo sé. Pero tengo la sensación de que Sasuke-kun no valora a nuestro hijo ni la mitad de lo que Naruto le valora a él. ─Suspiró hondo─. Lo siento, estoy diciendo tonterías. ─Sonrió un poco avergonzado.

 

Ella respondió con una sonrisa divertida, posando una mano sobre la de su esposo.

 

─Cuando Naruto era pequeño, sé que siempre sentiste celos del cariño que nuestro hijo le tenía a Sasuke.

 

Un suave calor acudió a las mejillas de Minato al verse descubierto. Kushina lo supo todo el tiempo y nunca le había dicho nada, probablemente para no incomodarle. Pero era cierto, cuanto más crecía la admiración de Naruto hacia Sasuke, menos tiempo pasaba con su hijo. Naruto ya no quería que fuera él quien le llevara al parque a jugar con sus amigos, al cine, o simplemente a dar un paseo o jugar en casa; siempre les rogaba para que fuera “Sasuke nii-chan” quien hiciera todo eso.

 

¡Un mocoso que ni siquiera apreciaba a su pequeño Naruto le estaba robando su papel de padre! El poco tiempo que tenía para dedicárselo a su retoño, Sasuke se lo robaba. Por eso, cuando un día Kushina le comentó sobre el evidente desagrado que Sasuke sentía hacia Naruto y que no sabía cómo hacer que su hijo dejara de ir por casa de los Uchiha, sintió una mezcla de enojo y alivio. Enojo porque ese niñato engreído no sabía apreciar a su hijo. Alivio porque era cuestión de tiempo que Naruto se diera cuenta por sí mismo y por fin despreciara a Sasuke.

 

Por suerte, ese momento no tardó en llegar. Naruto volvió a colocarle en el pedestal del que Sasuke le había pateado vilmente. Su hijo era sólo suyo de nuevo.

 

Y ahora, años después, Naruto afirmaba que Sasuke era su amigo. No lograba entender qué clase de admiración le profesaba Naruto para querer de nuevo ser su amigo, incluso después de haber tenido problemas con él recientemente.

 

─Claro que no, Kushina ─respondió finalmente─. Yo, sintiendo celos de un niño de diecisiete años…

─A mí no puedes engañarme’ttebane.

 

Dándose por vencido, Minato suspiró. Una mano de su esposa le acarició los cabellos de la nuca, serenándole. Sólo esperaba que Sasuke no le robara la atención de su hijo una vez más. Sasuke tenía toda la pinta de ser alguien hosco, poco sociable, seguramente una amistad con alguien tan carismático y extrovertido como era Naruto jamás funcionaría.

 

No había de qué preocuparse. La amistad de su hijo con Sasuke tenía los días contados, sólo tenía que esperar una vez más y todo terminaría.

 

Tan sumido estaba en sus pensamientos, que no notó la expresión de ligera inquietud en Kushina, quien en ese momento meditaba sobre los sentimientos de su hijo hacia Sasuke. Quizá sería buena idea que Naruto le contara pronto sobre su orientación sexual, y después, con el tiempo, hablarle sobre sus sentimientos por Sasuke; así la noticia no sería tan impactante como lo fue para ella.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola! Este capítulo iba a ser un poquito más corto, dieciséis páginas. Pero después de preguntar en mi facebook, todas prefirieron que el capítulo fuera de veinticuatro páginas (que era la otra opción) en vez de dieciséis :)

 

En este capítulo se ha podido ver un poco más sobre Minato y su opinión sobre Sasuke. ¿Qué tal? ¿Esperabais que Minato guardara en su interior celos hacia Sasuke?

 

Sé que ha pasado un tiempo desde la última actualización. Quienes me siguen en Facebook o me dejaron review con login, saben el motivo de este parón. Para los que no tienen idea de lo que hablo y quieren saber el motivo del retraso en la actualización, pueden ir a mi perfil y leer donde pone “AVISO 23-Junio-2016”

Para los impacientes (?) que siempre quieren algún pequeño spoiler, sólo puedo decir que para el próximo capítulo ya viene el SasuNaru :D

 

Según mis fuentes, sí, Fugaku SÍ es nueve años mayor que Minato. Minato y Kushina son de la misma edad. Mientras que Mikoto es cuatro años mayor que Minato y Kushina, y cinco años menor que Fugaku.

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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