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Diez años por Takaita Hiwatari

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Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 21: “Te quiero”:

 

 

─¿No vas a decir nada, Itachi?

 

El silencio reinaba en el apartamento del mencionado. Después de salir del trabajo, Sasuke no había podido esperar más para ir al apartamento de su hermano y contarle lo ocurrido el día anterior con su impetuoso novio.

 

Pero el relato ya había terminado, e Itachi se mantenía en silencio, como si estuviera procesando la información recibida.

 

─¿Tienes preservativos en casa, o te presto?

─¡Itachi! ─exclamó enrojeciendo de vergüenza y coraje. Itachi rara vez hacía alguna broma, y justamente ahora hacía una. Demasiado inoportuno─. Esto es serio.

 

El mayor se encogió de hombros, como si no tuviera nada importante que decir tras el relato de Sasuke.

 

─No sé qué quieres que te diga. Tienes un novio, y él quiere ir más allá. Lo normal en las relaciones de pareja ─comentó con obviedad.

─Te recuerdo que mi relación con Naruto no es normal. ─Indignado ante la falta de apoyo recibida por parte de su hermano, se cruzó de brazos y desvió la mirada─. Es un niño.

─Pero es un niño que te gusta. Es tu novio después de todo.

─No he venido aquí a escuchar cosas que ya sé, Itachi ─protestó.

 

Bufando con molestia, se puso de pie y caminó a la ventana más cercana, observando a través de ella el atardecer. Las luces comenzaban a encenderse, y pronto todo sería un espectáculo de luces y colores.

 

─¿Qué es lo que te tiene preocupado, Sasuke?

─¡Ya te lo he dicho! Naruto es un niño. Además, nuestros padres y los suyos no saben nada.

─Si ese es el problema, puedes solucionar una parte si hablas con nuestros padres y los de Na…

─¡No! ─sentenció sin mirarle. Hablar con ellos sólo traería problemas a su recién empezada relación. Minato y Kushina se entrometerían especialmente. No quería perder a Naruto cuando apenas había conseguido estar con él─. No es una opción.

─Sasuke… ─Suspiró Itachi. Se puso de pie y despacio se acercó. Al parecer su preocupación era realmente seria, y él había bromeado pensando que quizá era un ataque de pánico ante la nueva experiencia que suponía una relación con alguien del mismo sexo─. Apenas llevas… unas semanas saliendo con Naruto-kun, y ya estás así de tenso y preocupado.

 

¡Por eso estoy aquí!, pensó con frustración, y aunque quiso decírselo no lo hizo. Necesitaba desahogar sus preocupaciones. Desde que había notado las intenciones de Naruto queriendo ir más allá de los besos y las caricias superficiales, su mente colapsó.

 

El problema no era que Naruto quisiera avanzar, él también lo deseaba pero… saber que su novio era menor de edad le paralizaba. Su mente le gritaba que se detuviera. Y entonces se preguntaba a sí mismo si sería capaz de frenarse hasta que Naruto cumpliera los veinte; o peor, se preguntaba también si Naruto podría soportar hasta los veinte estar con un novio que parecía no desearle físicamente.

 

Naruto podría cansarse, podría pensarlo mejor e ir con Suigetsu, quien estaba dispuesto a darle al rubio todo lo que éste quisiera. Como el propio Suigetsu decía, no le haría a Naruto nada que éste no quisiera, y si Naruto quería sexo Suigetsu no se iba a detener.

 

Liberando un gruñido de molestia, inquietud y celos, recargó la frente en el cristal de la ventana mientras trataba de sacarse la imagen mental de Suigetsu con Naruto. Viendo el exterior sin verlo realmente. Estaba sumido en su caótica mente.

 

¿Y qué hacer con sus padres y los de Naruto? Suspiró tenso. Todo era un desastre.

 

Lo peor era que a pesar de las constantes preocupaciones que esa relación le estaba trayendo, dejar a Naruto no estaba entre sus opciones.

 

─Sasuke. ─Una mano descansó en el hombro del mencionado, intentando captar su atención. Un ligero movimiento de cabeza le hizo entender que lo había logrado─. ¿Has hablado con Naruto-kun sobre lo que te preocupa?

─No ─musitó. Y de nuevo suspiró, agotado mentalmente.

─Deberías hacerlo ─aconsejó con seriedad. Ahí estaba, pensó Sasuke aliviado, la faceta de Itachi que había querido ver desde que le contó sus preocupaciones─. Si te limitas a darle negativas sin más, Naruto-kun puede pensar mal. No creo que quieras verte de nuevo a ti mismo buscando su aceptación.

─Claro que no ─respondió al instante, recordando con cierto mal humor las veces en que trató de acercarse a ese dobe y éste le rechazaba sin más─. Hablaré con él.

 

Todo era culpa del usuratonkachi dominante. A veces sentía que tras esas sonrisas inocentes se escondía un Naruto perverso que quería hacerle creer que tenía el control de la situación cada vez que estaban juntos cuando en realidad no era así.

 

Y ahora se sentía patético. Su novio, un niño de diecisiete años, era capaz de dominarle a su antojo con unos simples besos, unas bellas sonrisas y una mirada encantadora.

 

Ciertamente, el amor vuelve idiotas a las personas.

 

****

 

Las farolas del parque se encendieron cuando el partido de fútbol finalizó. Naruto y sus amigos se animaban unos a otros por haber dado su mejor esfuerzo, aunque el equipo contrario había marcado dos goles más y se habían marchado de allí eufóricos.

 

Suigetsu, quien había estado viendo el partido casi desde el inicio sentado en las gradas, se acercó corriendo y estrujó a Naruto en un abrazo sorpresivo por la espalda.

 

─¡Bien jugado! ─animó, y después le susurró confidente─. Tu equipo ha perdido por culpa de los demás, son unos inútiles, tú eres el mejor.

 

Con disimulo afirmó el abrazo, pegando el pecho a la espalda del menor. Debido a la brecha de edad entre ellos, Naruto era más bajo por varios centímetros, por lo que lamentó interiormente que sus caderas no encajaran a la perfección con la curvatura de los glúteos del rubio.

 

¡Sasuke bastardo…! Y pensar que el rubio entre sus brazos era suyo… Todos los idiotas tenían suerte.

 

─¡Hey!, ¡hey! ─exclamó Kiba un poco alterado. Algunos estaban sonrojados y otros habían apartado la mirada─. Nada de roces gays en nuestra presencia.

 

Totalmente ignorante a los pensamientos de Suigetsu, Naruto se había alejado al instante con naturalidad, señalando acusador a Inuzuka.

 

─Es un abrazo amistoso, no “roces gays” dattebayo ─rebatió.

─En tus sueños. ¿Crees que no he notado como su “delantera” buscaba tu trasero?

 

Suigetsu se sintió sudar frío. Quizá había sido algo evidente. Pero sonrió aliviado al ver que Naruto se limitó a rodar la mirada, pareciéndole exagerado el comentario de Kiba.

 

─¿Entonces qué hay de ti?

─¿Yo qué? ─Frunció el ceño.

─No paras de tocarme el culo en cada partido. Eso también son “roces gays”.

 

Un intenso rubor coloreó el rostro de Inuzuka en cuestión de dos segundos, recordando que evidentemente, en cada partido le tocaba el culo a su amigo como mínimo una vez.

 

─¡Pero es diferente! ─replicó en su defensa─. Yo no soy gay, ¡joder!

 

Suigetsu rodó la mirada y resopló, soltando una risita jocosa mientras se llevaba las manos a la cintura.

 

─Esto es gracioso. Yo decía lo mismo a tu edad, o quizá un poco más joven─. Se aclaró la garganta, tratando de adoptar una voz más aguda e infantil─. ¡No soy gay, no soy gay…! ─dramatizó, y después rió despreocupado─. Y era cierto. No soy gay, soy bisexual.

 

Todos miraron sorprendidos al adulto ante la confesión. Pero Kiba además de sorprendido estaba realmente incómodo. ¿Y si siempre tocaba el culo de su amigo porque una “vena gay” en su interior estaba despertando? ¡No podía ser! A él le gustaban las chicas, pero no cualquier chica sino las de cuerpos desarrollados como Hinata. O como esa chica rubia mayor que ellos que le gustaba a Shikamaru… ¿cómo era su nombre? Ah sí, ¡Temari! Incluso en secreto pensaba que la madre de Naruto tenía su punto. Por eso era imposible, ¡definitivamente no le gustaban los hombres!

 

─Oh Dios… Kiba realmente está dudando de su sexualidad.

 

El comentario le hizo despertar y estudiar su alrededor, buscando el responsable de ese comentario para partirle la cara de un puñetazo. Pero había estado tan ensimismado que ni atinó a reconocer la voz.

 

─¡No estoy dudando! ─les gritó a todos─. Bien, ¡es cierto! A veces toco el culo de Naruto…

─Siempre ─le corrigió éste cruzándose de brazos.

─Siempre ─concordó a regañadientes, sintiendo un tic en una ceja─. Pero ¿no lo hacen acaso los futbolistas en la tele? ¿Eh? ─Los miró a todos con la esperanza de que estuvieran de su parte.

─Lo cierto es que… ─comenzó a decir Rock Lee, titubeando─. Kiba tiene razón. Ellos se tocan, a veces incluso se besan en los labios.

─¡Claro! ─exclamó con cierta desesperación Inuzuka, sonriendo ligeramente entre nervioso y aliviado. Al menos Lee estaba de su parte.

 

El resto se limitó a encogerse de hombros o simplemente no decir nada. Preferían no entrar en ese asunto. Suigetsu se acercó a Naruto y le rodeó los hombros con un brazo, sorprendiendo a éste una vez más por el inesperado abrazo.

 

─Si ese es el caso, Kiba... ─Alzando su mano libre posó un dedo en la barbilla de Naruto, incitándole a alzar el rostro. Los ojos azules le observaron con confusión ante su acción, expectantes. Hermoso, pensó─. En el próximo partido jugaré con vosotros, y en cada gol voy a manosear y besar a Naruto. Y no será algo extraño porque lo hacen los futbolistas de la tele, ¿no es así? ─Sonrió entre dientes.

 

Antes de que Kiba o cualquier otro pudiera decir algo, una mano de Naruto se estampó en su rostro y le empujó hacia atrás con energía. El manotazo había sido tan brusco, que su pobre nariz hormigueaba de dolor.

 

─¡No! ─sentenció el rubio antes de alejarse en dirección a la fuente, donde estaba Sakura.

─Mi nariz… ─lloriqueó en un susurro, acariciándose el puente con toques sutiles.

 

Unas risitas de los amigos de Naruto captaron su atención, mirándoles todavía adolorido. Quienes menos podían aguantar la risa eran Chouji, Lee, y como no podía ser de otra forma, Kiba, quién soltó un comentario mordaz.

 

─Ahora sabemos quién lleva los pantalones en esta relación. ─Las risitas aumentaron. El único inteligente fue Shikamaru, quien carraspeó para obligarse a serenar su expresión y se alejó de los demás al ver el rictus en el rostro de Suigetsu ante el comentario─. Naruto te dice lo que puedes o no puedes hacer. Ahora entiendo por qué no quieres nada de sexo con él… ¡Ese es nuestro Naruto, todo un macho!

─¿Qué? ─preguntó con voz grave, confundido por los comentarios mientras avanzaba un par de pasos.

 

De inmediato los tres que no paraban de reír se pusieron alertas y emprendieron la carrera, huyendo para salvar sus vidas. Lleno de fastidio gruñó. Pero prefirió ignorarles y caminar hacia Naruto, quien hablaba con Sakura.

 

Mocosos idiotas e ignorantes… No tenían idea de la homosexualidad, tenían implantados en sus microscópicos cerebros los típicos estereotipos de toda la sociedad: el que lleva los pantalones en la relación es el hombre, el otro es “la mujer”. Eran unos palurdos. No es que quisiera desearle el mal a Kiba, pero ojala que en el futuro fuera gay y adorara ser un pasivo sumiso, así se reiría de él cada día.

 

Cuando estaba por llegar suavizó la intensidad de sus pisadas para no hacer ruido y disminuyó su velocidad. Por los efusivos movimientos de los brazos de Sakura, y las expresiones serias de sus rostros, ella y Naruto parecían estar hablando de algo delicado.

 

─Sakura-chan, es vergonzoso hablar de esto dattebayo. ─Trató de finalizar la conversación. Suigetsu deseó que no fuera así, quería saber de qué estaban hablando.

─Deberías haber sentido esa vergüenza antes de contarnos en la azotea del instituto que tu novio no quiere quitarte la virginidad, ¡tonto!

 

Ante el impacto de la noticia, Suigetsu casi cae fulminado en el suelo por un ataque al corazón. De acuerdo, ahora pensaba que era mejor no haber deseado saber de qué hablaban esos dos. Pero por otro lado, la envidia fue tan intensa que un repentino ardor de estómago le asaltó. Apretó los puños lleno de rabia y sus dientes chirriaron por un instante.

 

Siempre lo supo, pero ahora estaba más convencido que nunca: Sasuke era un idiota bastardo, y la edad le había vuelto un frígido.

 

─¡Lo siento! ─escuchó decir al rubio─. Estaba desesperado por ayuda. No imaginas cómo se siente ser apartado así por tu novio.

─¡Oh! Gracias por restregarme por la cara mi nula vida sentimental, Naruto ─dijo ella totalmente ofendida y ceñuda, llevándose las manos a la cintura.

─¡No! ─Sacudió las manos mientras agitaba la cabeza─. N-no era mi intención’ttebayo.

 

Ella suspiró resignada y relajó su postura. Por ende, Naruto se relajó también.

 

─Sea como sea, Naruto. ¿Por qué no simplemente esperas un poco? ─aconsejó sin rastro de mal humor─. Apenas llevas unas semanas saliendo con Sasuke.

─¿Crees que me estoy apresurando?

 

Un movimiento de cabeza afirmativo junto con una expresión de preocupación fue la respuesta que obtuvo.

 

─En vez de pensar en… “eso”, deberías centrarte en estudiar. La segunda ronda del examen de admisión a la universidad está a la vuelta de la esquina y estás un poco flojo en inglés.

─¡Oye! Hablas como si hubiese descuidado mis estudios, y no es así. Tengo muy claro mi objetivo dattebayo, y no voy a rendirme.

─Más te vale. ─Fingió una expresión severa, pero no pudo evitar sonreírle a su amigo─. En serio, deja de pensar en… “esas cosas” ─reiteró con cierta vergüenza─. A lo mejor Sasuke está estresado con el trabajo, o no se siente preparado.

 

Entonces Naruto quedó mudo, meditando las palabras de su amiga. Ciertamente no había pensado que tal vez Sasuke le había rechazado porque no estaba preparado, o porque estaba estresado con el trabajo. Quizá le había hecho sentir presionado. Había dado por sentado desde el principio que Sasuke estaría preparado, y que tendría las mismas ganas que él.

 

Se encogió de hombros, dándole la razón a Sakura. Se centraría al cien por cien en sus estudios y dejaría de presionar a Sasuke. No quería atosigarle.

 

Al escuchar un ruidito giró, viendo a Suigetsu bastante cerca que en ese momento se daba la vuelta con intención de marcharse. El rubor subió a sus mejillas al instante. ¿Había escuchado todo?

 

─Su-Suigetsu… ─balbuceó, llamando la atención de Sakura quien entonces también le notó.

 

El adulto se detuvo en seco un segundo y después les encaró con una amplia sonrisa, rascándose una mejilla mientras trataba de disimular el ambiente incómodo que de pronto había entre ellos.

 

─Venía a buscarte, pero te he visto hablando con tu amiga la mamá gallina y he pensado que mejor te busco después.

─¡Deja de llamarme así! ─protestó Sakura de mal humor.

─Ah… Suigetsu… ─balbuceó el rubio, inseguro─. ¿Has escuchado algo? ─preguntó directo finalmente.

─¿Qué?, ¿yo? ─Se señaló con un movimiento sobreactuado─. ¡Claro que no! Justo estaba acercándome ahora.

 

Sakura y Naruto se observaron por un instante, desconfiados con la respuesta del mayor. Pero decidieron darle el beneficio de la duda.

 

─Como sea ─retomó Suigetsu la conversación ante el pesado silencio─, venía a invitarte a Ichiraku…

─¿Y a mí no? ─se ofendió la chica.

 

La mala cara que puso Suigetsu ante la pregunta, no dejaba duda a que ella no estaba incluida en aquella invitación. Naruto rió ligeramente, mientras que Sakura frunció el ceño.

 

─Qué remedio ─respondió finalmente, chasqueando la lengua. No quería quedar mal frente al chico que le gustaba─. Puedes venir también. ─Adiós a su intento de coquetear discretamente con el rubio.

 

Se había prometido permanecer junto a Naruto tal y como éste deseaba: como un simple amigo, a pesar del desliz de minutos antes en el parque. Pero ahora, descubrir que Sasuke no quería complacer a Naruto había crispado sus nervios.

 

¿Acaso Sasuke era idiota?, ¿frígido?, ¿era un ciego que no había visto el cuerpo que poseía el rubio?, ¿quizá todo junto? Sí, probablemente era todo junto. ¿Cómo era capaz de negarse a un momento de placer con Naruto? Era incapaz de comprenderlo por más que lo pensara. Siempre pensando que Sasuke era un tipo inteligente, y ahora venía a descubrir que era un grandísimo idiota.

 

¿Y si en realidad a Sasuke no le gustaba Naruto y sólo estaba con el rubio para joderle, porque sabía que él sí quería estar con Naruto? Sabía que en Sasuke siempre había latido esa vena de traidor, era capaz de todo para obtener lo que se proponía sin importar a quien tuviera que pisotear en el camino. Pero… ¿en serio alguien que no es gay podría mantener una relación con un chico sólo para molestar a un tercero? No, eso no tenía sentido. Aunque… ¿qué tipo de relación mantenían Sasuke y Naruto? El sexo entre ellos era nulo, ¿y si quizá tampoco había besos? En ese caso sería sencillo “mantener una relación” con otro hombre.

 

Las dudas le corroían. Quería saber todo. ¿Ellos se besaban como cualquier pareja haría, o simplemente mantenían una relación más parecida a una amistad íntima? Si la molesta de Sakura no se hubiese auto invitado podría haberle preguntado y sonsacado información a Naruto.

 

Si apenas llevaban unas semanas y la relación estaba tan fría, era cuestión de tiempo que Naruto terminara todo. Y cuando eso ocurriera ahí estaría él.

 

O eso quería creer.

 

Durante la comida su mal humor creció. Sólo había tres taburetes libres en Ichiraku, y la molestia llamada Sakura se obcecó en sentarse en medio, arruinando su oportunidad de una deliciosa cercanía con el rubio.

 

En serio, esa Sakura le empezaba a caer realmente mal.

 

─Así que han empezado las vacaciones ─comentó Suigetsu en tono casual, inclinándose hacia delante para poder ver a Naruto.

 

Ensimismado, observó al rubio abrir la boca, capturar los fideos y sorberlos. Si Naruto fuera su novio y éste le insinuara que quería mantener relaciones con él, sin duda haría que esa boca apetecible sorbiera varias cosas interesantes. Un suave escalofrío trepó por su espalda al imaginarlo. Naruto envuelto en situaciones nada castas con él.

 

Una inesperada patada de Sakura le provocó un respingo y le hizo parpadear confundido, volviendo en sí.

 

─Deja de mirar así a Naruto ─le masculló ella, conteniendo el enojo─. Es desagradable.

─Y tú deja de ser una molestia, mamá gallina. Sólo le estoy mirando.

─¿A quién pretendes engañar? Casi se te cae la baba por la comisura. Eres un pervertido baboso ─acusó.

 

No entendía la actitud de Suigetsu. Últimamente se había estado comportando como un amigo, sin mirar de aquella extraña forma a Naruto. Pero ahora de repente había regresado esa mirada hambrienta, y con más fuerza. ¿De verdad Naruto no se daba cuenta?

 

Al percibir el cuchicheo, Naruto se inclinó hacia delante, mirándoles confuso.

 

─¿De qué estáis hablando? ─preguntó cuando tragó lo que tenía en la boca.

─Me estaba preguntando cómo podré verte ahora que han empezado las vacaciones ─habló Suigetsu en tono jovial antes de que la chica pudiera decir algo─. ¡Ya sé! ─Sonrió─. Dame tu número de móvil, y así…

─No tengo ─interrumpió con una sonrisilla que delataba su incomodidad.

─¿Qué? ─preguntó incrédulo. Parecía inconcebible que en aquella época, un adolescente no tuviera un teléfono móvil. Le miró con desconfianza─. ¿No tienes?, ¿o no quieres darme el número?

─¡No es eso! ─aseguró sacudiendo las manos─. Mis padres aseguraron que un móvil me distraería en mis estudios, así que prometieron comprármelo si aprobaba los exámenes de admisión a la universidad’ttebayo.

 

Dudando, Sakura suspiró y salió a favor de su amigo. No quería que quedara como un mentiroso cuando estaba diciendo la verdad.

 

─Naruto dice la verdad ─comentó─. En realidad fue idea de Kushina, ella suele tener un carácter más firme…

─Da miedo ─aseguró Naruto, asintiendo con la cabeza.

─Minato quería consentir a este tonto y comprarle uno, pero Kushina se impuso. ─Se encogió de hombros─. Es cierto que no tiene móvil.

 

La mirada de Suigetsu se iluminó. Así que los padres de Naruto se llamaban Minato y Kushina. El nombre de la mujer lo conocía gracias a Karin, pero el del hombre no. Acababa de recibir una preciosa información.

 

─Bien, te creo ─respondió finalmente el mayor.

─Algunos días estaré por el parque, búscame por allí ─dijo finalmente para resolver la duda del mayor.

 

****

 

Los siguientes días transcurrieron bastante tranquilos.

 

Después del encontronazo incómodo que tuvo con Naruto el domingo, el lunes Sasuke no supo nada de su novio, cosa que le inquietó. Había esperado que el rubio hubiera ido a visitarle tras su jornada laboral, pero eso nunca ocurrió. Quiso pensar que Naruto no le visitó porque no pudo y no porque no quiso ir al estar enfadado con él.

 

Pero para su alivio el martes Naruto apareció. Y el miércoles, y el jueves… y el resto de días. Su atolondrado novio actuaba como si aquel momento incómodo jamás hubiese ocurrido, en un principio no supo si eso era bueno o malo, pero con el paso de los días se inclinó a pensar que era bueno. Todo marchaba bien entre ellos. Sus saludos y despedidas eran como siempre, con efusivos abrazos de Naruto a veces acompañados de algún que otro beso.

 

Nada había cambiado, por lo que no tocó el tema tal y como le había aconsejado su hermano aquel lunes. Si Naruto no había insistido en sus acercamientos no era necesario hablar sobre lo que le preocupaba.

 

Con el trascurso de los días Naruto empleaba más tiempo en su apartamento estudiando. Los momentos donde éste le narraba cómo había ido su día o quería indagar acerca de cómo había ido el suyo se redujeron. Al igual que los besos, los momentos para ver la televisión mientras Naruto se acurrucaba junto a él, brindándole calor… El menor estaba inquieto porque la fecha para la segunda ronda de exámenes estaba muy cerca.

 

Si no recordaba mal, el día catorce era la fecha indicada. Casi al instante en su cabeza susurró una voz, recordándole que ese día haría un mes que empezó aquella relación clandestina. Una relación mal vista a los ojos de los demás. Al menos no habían llegado demasiado lejos como para que su conciencia le torturara doblemente.

 

Bufó de forma sonora, tratando de apartar esos pensamientos. Cerró el libro de medicina en sus manos y lo dejó a un lado en el sofá. Bajó el rostro, observando al dueño de sus constantes preocupaciones, sus prejuicios y deseos. Naruto estaba recostado en el sofá, con la cabeza apoyada en sus muslos a modo de almohada. No podía verle el rostro porque el libro que el menor estaba leyendo en ese momento se lo impedía. Arqueó una ceja y ladeó la cabeza en un movimiento sutil, tratando de ver el título del libro.

 

─Has estado muy callado. ¿Todo bien con el inglés?

 

Naruto movió el libro lo suficiente para dejar al descubierto sus ojos azules. A pesar de estar ligeramente ojerosos por las intensas horas de estudio de los últimos días, Sasuke sintió que por un instante fugaz le robaron el aliento.

 

─Bien ─fue su escueta respuesta. No pasó desapercibido para Sasuke el tono de voz ligeramente desanimado.

─De acuerdo, te pondré a prueba. Dime algo en inglés, como por ejemplo… ─Medito un momento, recargando un brazo en el respaldo del sofá─: He estado dos horas fingiendo que estoy estudiando inglés. Pero soy tan dobe que no sé disimular y tengo el libro al revés.

 

De inmediato Naruto dio un respingo y clavó la mirada en las páginas del libro, percibiendo después de dos horas que efectivamente el libro estaba al revés. Chasqueó la lengua con enojo hacia sí mismo. Le había sido imposible concentrarse.

 

Las ligeras caricias de los dedos de su pareja contra su cabeza, captaron su atención de nuevo. Sasuke le observaba con semblante serio desde arriba.

 

─¿Qué te preocupa, tonto?

 

El menor pensó que la muestra de preocupación habría sido perfecta de no ser por el insulto. Pero no estaba de ánimo ni para replicarle que era un teme.

 

─Hoy estuve con mis amigos en Ichiraku y… ─Suspiró afligido.

─¿Y? ─Le animó a continuar, empleando un tono de voz suave─. ¿Has peleado con alguno de ellos? ─Quizá el retrasado de Kiba había hecho algo que había deprimido a Naruto una vez más. El entrecejo se frunció de forma sutil al pensar en la posibilidad. De confirmarse su sospecha, ese mocoso iba a conocer el dolor.

─Estuvimos hablando sobre nuestros sueños, lo que queremos ser en el futuro. ─Clavó una mirada más acongojada, si se podía, sobre los ojos negros─. Me he dado cuenta de que mi camino se va a separar del de mis amigos dattebayo.

 

Sasuke contuvo el deseo de rodar la mirada. ¿Sólo por eso se veía tan devastado? ¿Ahora venía a darse cuenta de eso? Al parecer la realidad le había golpeado en la cara.

 

─¿Eso es todo?

 

Naruto fulminó con la mirada a su novio al notar la forma en que le restaba importancia a su preocupación.

 

─Sí, “es todo” ─farfulló con ironía─. Nada va a ser igual a partir de ahora, teme

─Es ley de vida, dobe. Cuanto antes lo asimiles, mejor.

 

Conteniendo un bufido de enojo, Naruto dejó caer el libro abierto sobre su rostro para sofocar un insulto hacia su pareja. Sasuke era un idiota insensible y sin rastro de empatía.

 

─No puede ser tan malo ─añadió Sasuke al notar el estado del rubio. Realmente se veía afectado─. Quizá varios de ellos vayan a la misma universidad que tú, o tal vez algunos quieran estudiar lo mismo que tú.

 

Alejando el libro de su rostro y dejándolo reposar en su torso, Naruto negó desanimado.

 

─Sakura-chan quiere ser médica’ttebayo, Chouji estudiará gastronomía y montará su propio restaurante, Kiba sueña con ser veterinario, Lee quiere ser entrenador personal y tener su propio gimnasio…

─¿Ninguno de tus amigos quiere estudiar magisterio? ─interrumpió la perorata del otro.

─Sí ─susurró haciendo énfasis en su desánimo─. Shino.

 

Sasuke palmeó la cabeza de su novio como si éste fuese un cachorro en busca de mimos, como si con aquello todo estuviese arreglado.

 

─Entonces perfecto. Uno de tus amigos estará contigo.

─¡No lo entiendes! ─exclamó─. Estamos hablando de Shino. ¡De Shino!

 

El mayor se encogió de hombros. No estaba seguro de saber quién es ese Shino, pero tampoco le interesaba mucho saber quién era.

 

─¿Y…?

─Shino es muy raro. Una mañana olvidé saludarle en clase porque quería que Shikamaru me prestara su libreta para copiar los ejercicios de matemáticas antes de que las clases empezaran. Estuvo semanas mirándome de forma siniestra desde las sombras y recordándome que olvidé saludarle porque una libreta era más importante que él. ¡Da miedo!

 

Naruto no esperó bajo ningún concepto la pequeña risa sincera que escapó de los labios de su pareja. En el tiempo que llevaban saliendo, se había fijado en que Sasuke no sonreía con facilidad, era toda una proeza arrancarle una sonrisa. Y en ese momento, sin proponérselo, lo había logrado.

 

No pudo evitar responder con una boba sonrisa, olvidando el tema de conversación. Guardaría esa imagen en su mente. La sonrisa de Sasuke era hermosa.

─Simplemente no olvides saludarle y todo estará bien ─comentó. Apenas empezaba a conocer a su novio, pero se daba cuenta de que el tonto era alguien fácil de asustar.

 

Sin responder algo más, Naruto se incorporó ligeramente sobre un codo al tiempo que llevaba la otra mano hacia la nuca del mayor, atrayéndole hacia él. Sasuke no se hizo de rogar y se inclinó, permitiendo que sus labios se encontraran en un beso suave. No comprendía el repentino cambio de Naruto, pero tampoco dijo nada, no iba a negarse a un beso. En cambio profundizó el contacto, rodeando los hombros del menor con un brazo para ayudarle a mantenerse alzado.

 

El contacto entre sus cuerpos dejó en blanco la mente de Naruto, haciendo volar su preocupación y que recuperara la sonrisa perdida aquella tarde. Torció los labios en un mohín infantil cuando Sasuke se alejó lo suficiente para verle, quería más.

 

─¿Mejor, idiota?

─¡No me llames idiota! ─protestó.

─Sólo un idiota se deprimiría por algo así. Estás haciendo un castillo de un grano de arena. ─Restó total importancia a la preocupación de su novio.

 

Naruto gruñó con fastidio. Sasuke era más simpático y lindo con la boca cerrada.

 

─¡No es verdad, yo…!

─Ninguno de tus amigos va a estudiar al extranjero ─interrumpió sereno─, ni siquiera van a salir de Konoha. A no ser que hayas olvidado decirlo.

─Oh, eso es cierto dattebayo ─comentó como si apenas hubiera reparado en ese detalle.

─Podrás seguir viendo a tus amigos. ─Le hizo ver lo obvio─. ¿Ves como sí eres un idiota? ─Antes de que Naruto pudiera decir algo, prosiguió─. Además, no has visto el lado positivo.

 

El comentario se ganó una mirada de puro interés del menor. ¿Qué lado positivo podía haber en que todos, excepto Shino y él, quisieran estudiar cosas diferentes?

 

─¿Cuál es?

─Con una amiga médica, otro con su propio restaurante, otro veterinario, otro con un gimnasio… puedes salir muy favorecido, dobe. ─Junto al insulto le brindó un pellizco en una de las bronceadas mejillas, haciendo que el insultado frunciera el entrecejo─. Tu amigo del restaurante te puede invitar a comer gratis en su local, tu otro amigo… Lee… ─Nombró dubitativo. Si no le fallaba la memoria, Lee era ese tipo horrendo de ojos saltones─, te puede dar entrada libre en su futuro gimnasio…

 

Al comprender lo que Sasuke decía, una ilusionada y amplia sonrisa apareció en los labios de Naruto. ¡Aquello era maravilloso!

 

─¡Es cierto! ─exclamó eufórico─. Incluso si alguna vez necesito un abogado puedo acudir a tu hermano y me saldrá gratis porque soy tu novio… ─fantaseó.

─Tampoco te pases, cabeza hueca. ─Rodó la mirada.

 

Lo bueno es que su intento por animar al tonto deprimido había sido todo un éxito. Al parecer el cambio que se avecinaba en su vida le tenía un poco sensible. Después de todo acababa de cerrarse un ciclo importante en la vida de Naruto para dar paso a otro más importante: la universidad.

 

─Y cuando esté enfermo no tendré que ir al hospital ─continuó fantaseando, sonriente. De verdad podía visualizarlo en su mente─. Vendré a ti y me atenderás.

─¿Y qué pasa con tu amiga? Ella también será médica.

─Pero todavía faltan muchos años para eso’ttebayo ─dijo como excusa, volviendo a recostar la cabeza en los muslos de su pareja. Largó un hondo suspiro, ligeramente melancólico─. Me habría gustado que hubieras estado en mi ceremonia de graduación.

 

Sasuke le dedicó una mirada comprensiva. A él también le habría gustado asistir. Mikoto había encontrado un momento para reunirse con los Uzumaki el día de la graduación y tomó fotografías. Lo supo porque por alguna razón ella no había dejado de comentarle cada vez que tenía oportunidad lo “hermoso y brillante” que lucía Naruto ese día. No es que su madre no tuviera razón, ya que vio algunas fotos que el propio Naruto le mostró una tarde; su madre también le mostró sus fotos otro día, pero a veces Mikoto hablaba de Naruto como si fuese una chiquilla enamorada; o quizá estaba exagerando.

 

─Ya lo hablamos, Naruto. Por mi trabajo era imposible que pudiera ir.

─Lo sé. ─Asintió, torciendo los labios en un mohín infantil─. Pero eso no significa que no te echara de menos en la ceremonia de graduación. Me habría gustado que en mis fotos de recuerdo también aparecieras tú.

 

Ahora fue el turno de Sasuke de suspirar, sintiendo un ligero peso en su pecho ante aquella confesión. En un primer momento se sintió mal por no poder acompañar a su novio en su día especial, pero no había nada que pudiera hacer al respecto por más que quisiera.

 

Vio a Naruto tomar el libro de inglés que se había deslizado a un lado cuando se incorporó, y abrirlo con intención de retomar su intento de estudio.

 

─Intentaré compensarte ─pronunció antes de pensarlo siquiera. Después se mordió la lengua por imprudente. ¿Cómo demonios se supone que iba a hacer eso?

─¿En serio? ─cuestionó con palpable ilusión en su voz, como si con aquella simple frase ya le hubiera compensado por completo. Con euforia de nuevo se alzó y abrazó al mayor con firmeza─. ¡Gracias’ttebayo!

─Todavía no he hecho nada, tonto. ─Señaló lo obvio.

 

Curioso percibió que los segundos pasaban y Naruto no le liberaba de su abrazo, ni siquiera había respondido al insulto. Entonces lo entendió. Por más que trataba de evitarlo, su revoltoso novio estaba inquieto por la inminente ronda de exámenes para ingresar en la universidad. El rendimiento en dichos exámenes decidiría su futuro. Si lograba aprobar, daría un importante paso en su vida: la universidad.

 

Vagamente podía recordar que a pesar de ser un estudiante modelo, él también estuvo intranquilo hasta que logró ingresar en la universidad y adaptarse al nuevo ritmo de vida y estudio.

 

Comprensivo, llevó una mano a los rebeldes cabellos de la nuca, acariciándolos. Su otro brazo, le rodeó la cintura, atrayéndole hacia su cuerpo para confortarle.

 

─Todo irá bien ─aseguró. Como respuesta, el abrazo de Naruto se afirmó ligeramente, agradeciendo en silencio sus palabras─. Aprobarás los exámenes, entrarás en la universidad, y cumplirás tu sueño. ─Parpadeó confuso al escuchar un pequeño sollozo. Su novio liberaba los nervios y la tensión acumulada en forma de silenciosas lágrimas. Le vendría bien desahogarse, aunque él era todo un incompetente cuando de consolar a alguien se trataba. Nunca le había importado demasiado, pero ahora era Naruto quien le necesitaba, así que intentó dar lo mejor de sí mismo─. Dobe… te has esforzado mucho, es imposible que algo salga mal.

 

Apenas dijo aquello cuando el rubio se alejó lo suficiente para encararle con los ojos llorosos, pero a la vez una pequeña sonrisa adornaba sus labios. Era una sonrisa de agradecimiento. Se pasó el dorso del puño por las mejillas, retirando los rastros de lágrimas.

 

Juraba que en ese instante, los sentimientos hacia Sasuke habían crecido tanto que llenaban su pecho de calidez. Ya no era un simple gusto; le quería, realmente le quería.

 

Tomó el blanco rostro entre sus manos, acercándose hasta presionar sus labios en un cariñoso beso superficial que apenas duró unos segundos. El apoyo de Sasuke significaba mucho para él.

 

─Gracias.

 

Una de las comisuras del mayor se curvó en una sonrisita de suficiencia.

 

─Eres un gatito asustadizo. ─Contra todo pronóstico, Naruto no replicó sino que le dedicó una sonrisa más amplia que la anterior, ahora sin rastro de lágrimas en sus mejillas. Un poco afectado por la radiante sonrisa de su pareja y el brillo especial en su mirada, carraspeó y tomó el olvidado libro de inglés─. Te ayudaré a estudiar. Si continúas haciéndolo tú solo, harás un desastre en inglés.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

¡Hola! :D Gracias a todos por leer y comentarme desde qué país me estáis leyendo. Incluso he recibido comentario de personas que en mi vida había visto por aquí. No esperaba que esa sencilla pregunta pudiera sacar de su escondite a algunos lectores fantasma, jaja…

 

Y tal como pronostiqué, de mi país hay poquísimos. Apenas una en Fanfiction y una en Amor Yaoi :’) Me siento sola, buuu…

 

Aviso importante: en breve empezaré a trabajar, así que durante noviembre y diciembre las actualizaciones serán más lentas.

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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