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Diez años por Takaita Hiwatari

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Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 23: “Soy gay”:

 

Naruto regresó a casa desilusionado. Cuando llegó la hora en la que sabía que Sasuke salía del trabajo, se dirigió al apartamento de éste. Por más que tocó la puerta, no recibió respuesta. Le extrañó que Sasuke no estuviera allí, se preocupó preguntándose si le había ocurrido algo. ¿Quizá le había atropellado un coche? Pero sacudió la cabeza para sacarse los malos pensamientos y caminó de vuelta a su hogar.

 

Justo antes de salir de casa, Itachi había llamado para felicitarle por haber aprobado y mantuvieron una breve conversación, pero en ningún momento Itachi comentó que Sasuke no estaría en su propio apartamento, quizá ni el mismo Itachi lo sabía ya que según le había dicho Sasuke, el domingo era el día que solía ver a su familia.

 

A veces se sentía un poco miserable por robarle a Sasuke tiempo junto a su familia. Pero quizá era eso, tal vez Sasuke había pasado por casa de sus padres para visitarles, o a lo mejor estaba con unos amigos. ¿Pero qué amigos? Sasuke le había confesado no tener ninguna relación amistosa con sus compañeros de trabajo, y la relación con Karin y Suigetsu no parecía estar en su mejor momento. ¿Quizá estaba con ese Juugo al que todavía no conocía? No, lo mejor era dejar de divagar.

 

Pero realmente quería saber dónde estaba Sasuke. Inflando las mejillas en un mohín infantil, caminó al jardín, donde Kushina regaba algunas flores.

 

─Mamá, ¿y si le doy a papá parte de mis ahorros y me compra hoy el móvil’ttebayo?

 

Sus padres siempre le habían enseñado a no ser caprichoso y pedigüeño, pero ahora la situación lo ameritaba, ¡necesitaba tener más contacto con su novio!

 

Kushina contuvo un suspiro, pensando qué excusa darle a su hijo cuando la puerta se abrió y la voz de Minato anunciando que estaba en casa se dejó escuchar. Al instante Naruto sonrió y corrió a recibir a su padre.

 

El corazón de Minato se infló tanto en su pecho que sintió que explotaría de felicidad cuando vio, como si fuera a cámara lenta, a su hijo correr hacia él y recibirle con un efusivo abrazo. Por un segundo fugaz su mente le jugó una mala pasada y pudo verle como cuando tenía siete años y siempre le recibía con aquella alegría desbordante.

 

─¡Bienvenido a casa, papá!

 

En un acto quizá un poco dramático, Minato estrujó a su hijo entre sus brazos como si hubiera estado años sin verle. Ya no recordaba la última vez que Naruto le dio un abrazo como aquel.

 

¿Por qué los hijos tenían que crecer tan rápido?

 

─¿Cómo ha ido tu día? ─preguntó ayudando a su progenitor a desprenderse de la chaqueta, colgándola en un perchero de pared situado en el rellano de la entrada─. Luces cansado, te prepararé un baño.

 

El hombre sintió que se desmayaría ahí mismo de la felicidad. Actualmente Naruto siempre se mostraba tan ocupado en sus propios asuntos que parecía haberse olvidado de él.

 

─No es necesario, yo mismo lo haré.

─¡Oh, casi lo olvido! ─exclamó─. ¡He aprobado!

 

Un segundo abrazo de Minato junto con una orgullosa felicitación no se hizo esperar. La muestra de cariño fue tan intensa, que por un momento Naruto sólo alcanzó a tocar el suelo con la punta de los pies.

 

─¡Estoy tan orgulloso de ti, Naruto!

 

Cuando el contacto se disolvió, el menor esbozó la sonrisa más inocente de su repertorio.

 

─¿Ahora podemos ir al centro comercial para comprar mi teléfono móvil? ─Antes de que el hombre pudiera decir algo, se apresuró en continuar─. ¡Lo sé! Sé lo de los gastos inesperados este mes, mamá me lo ha explicado.

─¿Qué? ─musitó.

─Pero he decidido que yo puedo pagar la mitad, ¿te parece bien?

 

El rubio adulto parpadeó lleno de confusión. Apenas abrió la boca para decirle que no entendía de qué estaba hablando, cuando vio a Kushina aparecer sigilosa a espaldas de Naruto. Su esposa gesticulaba tratando de decirle algo sin hablar, levantando los brazos y manoteando de forma exagerada mientras negaba frenética con la cabeza.

 

Se sintió sudar frío al no entender absolutamente nada. ¿Kushina y Naruto se habían vuelto locos?

 

─Ah… um… ─Sonrió tenso, sin saber qué decir. Su esposa sacudió los brazos de un lado a otro, indicándole que diera una respuesta negativa─. Más tarde hablaremos sobre ello, hijo.

 

Rebasó a su familia y subió presuroso las escaleras, huyendo. Sí, en esa situación era mejor huir. No entendía de qué hablaba Naruto, y tampoco lo que trataba de decirle Kushina. Si metía la pata, su esposa le haría conocer el dolor y la frustración cuando no le permitiera ponerle un dedo encima en el lecho matrimonial. No, no iba a arriesgarse a eso.

 

─Naruto, ¿podrías terminar de regar las flores por mí’ttebane? ─pidió antes de ir tras su esposo.

 

Como era de esperar para Kushina, su esposo se opuso en redondo al saber que Itachi y Sasuke pretendían regalarle a Naruto lo que él tenía planeado desde hacía largos meses. De ninguna manera iba a permitir que los hermanos Uchiha, especialmente Sasuke, volvieran a subir al pedestal de Naruto, ¡ese lugar era suyo! Sólo él podía ser el centro de admiración de su hijo.

 

Kushina le propinó un pellizco en una mejilla que al principio era cariñoso, pero conforme hablaba éste iba aumentando en fuerza.

 

─Minato, ese regalo es una disculpa de Itachi y Sasuke para Naruto. Nosotros podemos comprarle cualquier otra cosa, no es como si Naruto no fuera a recibir un regalo de nuestra parte por eso.

─Pero… ─trató de decir con dificultad por la mejilla que continuaba siendo pellizcada.

─¿Pero…? ─Le animó a continuar con un tono de voz amenazante y una seria mirada, soltándole.

 

Al instante el hombre se puso erguido, ignorando el dolor en su cara al sonreír nervioso. No, definitivamente no le convenía ganarse un golpe y quedarse sin sexo algunos días.

 

─Nada, nada, me parece una maravillosa idea que Itachi y Sasuke-kun quieran compensar a nuestro hijo. ─Era lo menos que esos dos podían hacer. Al menos esperaba que no fueran unos tacaños y le regalaran un teléfono bien caro.

─¿Verdad que sí? ─preguntó con una sonrisa de lo más inocente, totalmente estudiada─. Y ahora ve abajo, Naruto dijo que tenía algo que hablar contigo.

 

Él no tardó en obedecer, meditando entonces que su esposa no le había dado ningún beso al llegar.

 

─¿Sobre qué? ─curioseó caminando a las escaleras, deteniéndose antes de comenzar a bajarlas.

─No me lo dijo ─mintió con descaro─. Pero aseguró que era importante, así que tómate en serio la conversación con nuestro hijo ─ordenó.

 

El hombre arrugó el entrecejo en una mueca que reflejaba que el comentario le había ofendido ligeramente.

 

─Siempre me tomo en serio todo lo que Naruto me dice.

 

El rostro de Kushina cambió, dejando su seriedad a un lado y sonriendo ligeramente.

 

─Lo sé ─Se detuvo a su lado─. Sé cuánto amas a Naruto, y también sé que no le dejarías de lado pase lo que pase ─se atrevió a asegurar, tanteando el terreno.

─¿Por quién me tomas, mujer? Naruto es…

 

Un suave beso en sus labios silenció su réplica y suavizó su molestia ante el comentario de su esposa. Naruto era su vida. ¡Jamás!, bajo ningún concepto, le dejaría de lado.

 

Al separarse, ella le dijo con una sonrisa que iría a preparar la cena mientras ellos hablaban, y sin querer prolongar más el momento, bajaron. Justo en ese instante Naruto entraba en casa con aire despistado, bajando las mangas que se había remangado para regar las flores.

 

─Naruto, mamá me ha dicho que querías hablar de algo importante conmigo. ─No recibió respuesta, sólo vio que su hijo se detenía en seco, sin mirarle─. ¿Te parece bien ahora? ─preguntó acercándose─. ¿Naruto? ─Le tomó del mentón al no obtener respuesta de nuevo, notando el normalmente bronceado rostro un poco pálido─. ¿Todo bien?

 

El menor se liberó del agarre y retrocedió un paso, sonriendo un poco nervioso. Pero se había prometido armarse de valor y hablar con Minato, retrasar el momento sólo alargaría más la tortura de no saber cómo tomaría su padre la noticia.

 

─Todo bien ─respondió.

 

Antes de que pudiera decir algo más, Minato intervino, tomándole del hombro en un abrazo amable y guiándole a la puerta.

 

─Vamos, hablemos fuera. La brisa te sentará bien para esa palidez en tu cara.

 

¿Palidez?, se preguntó Naruto tocándose una mejilla. ¿Qué palidez? Al salir de casa, los últimos rayos de sol habían muerto y ahora las farolas brindaban luz en su lugar.

 

Caminaron en silencio. Naruto no pudo evitar clavar la mirada por un momento en la casa de los Uchiha, preguntándose si Sasuke estaría allí. De verdad quería verle, le ilusionaba contarle la noticia.

 

Para romper el hielo, Minato comentó lo agotador que había sido su día de trabajo y la suerte que tenía Naruto al estar de vacaciones. Tras avanzar unos metros más, Naruto se adelantó pidiéndole a su padre que le esperara en una intersección para tomar camino al parque. El hombre obedeció, viendo a su adorado retoño hurgar en el bolsillo del pantalón frente a una máquina expendedora de bebidas frías y calientes. Justo entonces un grupo de tres adolescentes pasó junto a Naruto, y en silencio vio cómo le dedicaban furtivas miradas y sonreían entre ellas. Frunció el entrecejo con disgusto, pensando que aquellas mocosas se estaban burlando de Naruto. Pero no fue así.

 

─¿Te has fijado? ─cuchicheaba una con nula discreción─. ¡Es guapísimo!

 

El enojo de Minato se suavizó entonces. Incluso él que estaba a varios pasos las escuchaba.

 

─Yo le he visto varias veces en el instituto ─comentó otra.

─¿Estaba en nuestro instituto? ¿En serio? ─cuestionó la tercera, realmente sorprendida.

─Este invierno le escribí una carta, pero me rechazó ─se lamentó la segunda que había hablado.

 

Después el hombre no pudo escuchar más porque ellas se habían alejado demasiado. Sin embargo, su pecho se mantenía inflado de orgullo, sonriendo con la cabeza bien alta y sintiendo ganas de ir tras ellas para presumirles que él era el padre de ese chico guapísimo sobre el que hablaban.

 

─¿Papá? ¡Papá!

 

Pero el llamado impetuoso le hizo despertar de su nube de orgullo. Al girar, Naruto le ofrecía una lata de té que les haría entrar en calor. Conforme anochecía la brisa se estaba volviendo más fresca.

 

─A mamá no le gustaría saber que te dedicas a mirar a las chicas de esa forma’ttebayo ─comentó despreocupado, abriendo su propia lata de té─. ¿Siempre lo haces?

─¡¿Qué?! ─gritó alarmado, sacudiendo la cabeza─. ¡Claro que no! ¡No es así! Las miraba porque ellas hablaban sobre lo guapo que eres, ¿no te diste cuenta? No eran nada discretas, es más, incluso pienso que ellas querían que lo notaras ─explicó calmándose gradualmente.

 

El menor arqueó una ceja y ladeó la cabeza mientras procesaba las palabras escuchadas, pero después se encogió de hombros restándole importancia. Sólo había una persona de la que le emocionaría recibir halagos, pero el bastardo a veces transmitía el mismo sentimiento que una piedra.

 

En ocasiones se preguntaba si no atraía a su novio físicamente, pero prefería sacarse esa duda cuanto antes para no enturbiar sus momentos juntos.

 

─No lo noté ─fue todo lo que dijo, retomando el camino al parque.

─Siempre sospeché que debías de ser popular con las chicas, pero ahora puedo afirmarlo ─comentó orgulloso.

 

Naruto soltó una suave risita divertida mientras negaba con la cabeza.

 

─No soy tan popular. Aunque he recibido algunas cartas en el instituto ─confesó.

 

Minato tuvo sentimientos encontrados tras aquella confesión. Por un lado le alegraba saber que Naruto atraía las miradas y el interés de las féminas. Pero por otro lado no quería que nadie le robara a su hijo. Su único hijo. Esas mocositas tratarían de enredar a Naruto en sus redes de miradas pícaras y sonrisas coquetas, y su pequeño era tan inocente que acabaría cayendo finalmente.

 

─Papá ─El suave llamado captó su atención─, ¿a qué edad empezaste a salir con mamá?

 

Aquella duda le tomó por sorpresa. Naruto nunca había sentido curiosidad por saber sobre ese tipo de asuntos, tal vez porque era demasiado niño, o quién sabe por qué.

 

─Pues… ─Guardó silencio un instante, haciendo memoria─. Creo que cuando cumplimos los dieciocho… No, ¿quizá con dieciséis? ─Se rascó la nuca un poco avergonzado por su mala memoria─. Francamente no lo recuerdo muy bien. De lo que sí estoy seguro es que cuando tenía tu edad, ya estaba perdidamente enamorado de tu madre ─explicó con una boba sonrisa, rememorando aquellos años de adolescencia.

 

Al entrar en el parque, tomaron asiento en el primer banco que vieron. Minato lanzó su lata vacía a una papelera cercana, la de Naruto estaba casi intacta y reposaba a un lado suyo en el banco.

 

─¿Y cuando…? ─comenzó a preguntar, pero finalmente guardó silencio, apartando la mirada.

─¿Mn? ─Le miró con curioso interés─. ¿Cuándo qué? ─Le animó a continuar.

─¿Cu-cuando empezaste a salir con mamá, pasó mucho tiempo hasta que…? ─De nuevo guardó silencio, inclinando el rostro. Podía sentir el calor acumularse en sus mejillas.

─¿Hasta qué? ─insistió. Naruto actuaba extraño, ¿por qué no le preguntaba con confianza?

─¿Hasta que tuvisteis vuestra pri-primera vez? ─balbuceó terriblemente avergonzado.

 

Las alertas de Minato se activaron de inmediato, gritando peligro en su mente. Ahora fue él quien palideció y sintió que el alma se le caía a los pies. No, ¡no podía ser…! Su pequeño ya empezaba a tener dudas de aquel tipo. Y eso sólo podía significar una cosa: Naruto tenía interés en el sexo.

 

─Tu madre y yo esperamos hasta el matrimonio ─mintió con descaro, hablando acelerado. Con energía posó las manos en los hombros de Naruto para que éste le encarara. Un rubor cubría las mejillas de ambos─. Naruto, escúchame. Entiendo que puedas sentir curiosidad por esos temas y querer experimentar, de verdad lo entiendo, yo pasé por lo mismo. Pero no, tienes que centrarte y actuar con la mente fría ─explicó con torpeza, queriendo decirle muchas cosas de golpe, formatear el cerebro de su hijo con ideas puras y castas, ¡incluso retroceder el tiempo si fuera necesario hasta el momento en que Naruto tenía ocho años!─. ¿Entiendes? ─Sonrió un poco tenso. ¿Quién era la mocosa que había despertado los instintos dormidos de su pequeño? ¡La patearía a la otra punta del país sin miramientos!

 

Naruto inclinó el rostro, y en un intento de apaciguar los nervios y la vergüenza jugueteó con sus propias manos sobre su regazo. ¿Realmente se estaba precipitando con Sasuke?

 

─Yo… claro’ttebayo… ─respondió en un suspiro de resignación.

 

No quería pensar que había sido molesto presionando a su novio, aunque en el fondo sabía que así había sido. Pero Sasuke y él no tenían intenciones de casarse, al menos nunca habían hablado sobre ello, ¿entonces cuánto tendría que esperar?

 

─Pero… ─añadió Naruto─. ¿Y si nunca me caso?

 

La exclamación de sorpresa y horror escapó de la boca de Minato antes de que pudiera siquiera pensar en silenciarla. Incrédulo miró a su hijo. ¿Realmente Naruto había preguntado eso? Ahora sí que necesitaba saber quién era esa mocosa que había despertado ideas revolucionarias en su pequeño. ¿Sexo a los diecisiete?, ¿no casarse? ¡¿Qué era todo eso?! ¿Qué sería lo siguiente?, ¿planear embarazar a la mocosa antes de llegar a la mayoría de edad?

 

Definitivamente todavía no estaba en sus planes ser abuelo. ¡No!

 

Guardando la compostura a regañadientes para no hacer un drama, inspiró hondo y suavizó su expresión. Naruto le observaba atento, esperando un consejo o algo que pudiera orientarle.

 

─Na-Naruto… ─balbuceó al tratar de contener las ganas de despotricar contra aquella mocosa que no conocía pero que ya odiaba profundamente─. La primera vez es… especial. No hay que tomar el momento a la ligera, espera a que tu persona indicada llegue. Conoce a esa persona, tomate tu tiempo, cásate con ella y después ya… puedes dar el paso. ─Trató de sonreír, pero sólo obtuvo una mueca que delataba sus nervios.

 

El menor inclinó el rostro. Todo eso se escuchaba muy aburrido y complicado. ¿Casarse con Sasuke? No estaba en sus planes casarse, y francamente jamás se había preguntado si estaba en los de su novio. Aquello no le parecía algo relevante por ahora.

 

Él sólo quería saber si quizá el motivo por el que Sasuke rechazaba sus acercamientos es porque iba demasiado rápido, y al parecer así era. Se sintió patético y avergonzado. ¿Qué pensaría Sasuke de él? Bueno, en realidad sí lo sabía, el teme pensaba que era una hormona con patas. Pero es que de verdad tenía tantas ganas de probar el sexo con Sasuke… No era sólo por el sexo en sí, era por el hecho de que lo haría con Sasuke, la persona que le robaba el aliento desde hacía tiempo.

 

Pero por momentos no entendía nada. No sabía si Sasuke se negaba porque no estaba preparado, o si le rechazaba porque no le deseaba físicamente. Apenas tenía diecisiete, su cuerpo no terminaba de desarrollarse, quizá Sasuke prefería cuerpos más… maduros. Pensar eso le agobiaba terriblemente. Sería un golpe duro lograr confirmar que no despertaba deseo en su novio, al final Sasuke le acabaría dejando.

 

¿Qué tenía que hacer?, ¿insistía?, ¿esperaba a que su pareja diera señales de querer ir más allá? ¿Y si por mostrar una actitud pasiva Sasuke se fijaba en alguien más y le dejaba? ¡No tenía ni idea de qué hacer, después de todo era su primera relación!

 

─Hey, hijo… calma.

 

Las suaves palabras de su padre captaron su interés. Entonces fue consciente de su propia respiración, era un poco agitada y pesada, delatando sus crecientes nervios. Respiró hondo para serenarse y formó una sonrisa.

 

─En-entiendo dattebayo, iré con calma.

 

El alivio invadió al hombre y al instante le dedicó una sonrisa de aprobación a Naruto, satisfecho por haberle llevado a su terreno tan fácilmente.

 

─Realmente sí era un asunto serio el que querías tratar conmigo. ─Rió, mentalmente agotado con aquella conversación. No le deseaba a ningún padre tener que pasar por la tortura de hablar de sexo con su hijo.

─Papá…

─¿Mn? ─musitó acomodándose en el respaldo del banco

─No era eso lo que quería hablar contigo ─confesó inseguro.

─¿En serio? ─Le encaró con interés─. ¿Entonces qué? ─preguntó animado. Definitivamente no podía ser algo peor que querer saber sobre relaciones sexuales.

 

Dándose fuerzas, Naruto tomó su lata de té ya casi fría y le dio un largo trago. El líquido pasó con esfuerzo por su garganta casi cerrada por los nervios. Era ahora o nunca. Cuanto más alargara el momento, peor sería la tortura de la incertidumbre.

 

Inspiró hondo y le encaró. A falta de saber cómo decirlo suavemente, prefirió exponerlo de forma directa.

 

─Soy gay.

 

En otro momento Naruto se habría reído a carcajadas al ver como si fuera a cámara lenta los ojos de Minato abrirse de par en par y la mandíbula inferior dejarse caer, totalmente estupefacto conforme la palidez se adueñaba de su rostro otra vez. Pero no era momento para reírse, es más, ni siquiera tenía ganas.

 

─¿G-gay? ─La palabra se le atragantó a Minato, como si fuera la primera vez que la pronunciaba.

 

Quiso preguntarle si estaba bromeando, pero la expresión en la cara de Naruto le hizo desestimar esa pregunta que podría ser de mal gusto en esa situación. Su hijo le observaba como cuando era pequeño, y tras haber cometido una travesura esperaba que le perdonara y no le regañara. Su pequeño bebé sabía que cuando le miraba con sus brillantes ojos azules no podía negarle nada, pero ahora… Naruto había dicho que… Imposible. No. Había escuchado mal.

 

El silencio se extendió más de lo deseado entre ellos, tornando el momento bastante incomodo. Esperando quizá algún comentario reprobatorio, Naruto suspiró e inclinó el rostro. ¿Y ahora qué?, ¿su padre le iba a repudiar? No sería el primer ni el último caso de un padre rechazando a un hijo por su orientación sexual.

 

─¿No vas a decir nada? ─susurró finalmente, rompiendo el pesado silencio─. ¿Estás decepcionado de mí’ttebayo? ─preguntó con pesar, casi afirmándolo.

 

Al ver la expresión desvalida de su hijo, su corazón se estrujó adolorido. Se obligó a abofetearse mentalmente para volver en sí. Naruto le necesitaba, no era momento para permanecer como un zombi. Con lentos y torpes movimientos, le tomó de los hombros y le atrajo para rodearle en un reconfortante abrazo.

 

─N-no… Claro que no. ─Cerró los ojos, forzándose a asimilar la noticia, pero parecía imposible─. Eres lo más importante para mí.

 

El peso en el corazón de Naruto comenzó a desvanecerse con esas palabras. Suspiró profundamente aliviado. Era afortunado al tener un padre que no le rechazaba por su orientación sexual.

 

Antes de poder decir algo, Minato le alejó con la misma torpeza con la que le abrazó y se puso de pie.

 

─Deberíamos regresar a casa ─dijo con una sonrisa afectada─. Seguramente mamá ya tiene la cena lista y nos está esperando.

─Claro ─atinó a musitar, siguiéndole.

 

El camino de regreso fue el momento más incómodo que Naruto había vivido en sus diecisiete años. Minato no le decía nada; él tampoco sabía qué decirle. De soslayo le dedicó una mirada y su estómago dio un vuelco al ver su expresión, Minato lucía devastado, como si estuviera en medio de una pesadilla y su refugio fuera el calor de su hogar, ya que caminaba algo apresurado.

 

Conteniendo el aliento por un instante apartó la mirada. Minato no le había rechazado con palabras, pero su actitud decía otra cosa bien distinta.

 

─Lamento haberte decepcionado ─casi musitó.

 

El adulto se detuvo cuando estaba a unos pasos de cruzar el muro que rodeaba la pequeña parcela frente a su hogar. Giró, dedicándole una mirada un poco esquiva.

 

─No es así… yo… necesito asimilar la noticia y…

─Minato. Naruto.

 

Ambos giraron al reconocer la voz de Fugaku. Caminaron, encontrándose los tres a medio camino.

 

─Buenas noches ─saludó Uchiha. Cuando recibió respuesta de ambos, encaró al más joven y posó una mano en un hombro de éste─. Mikoto me ha contado que finalmente ingresarás en la universidad. Enhorabuena. ─Le dedicó una pequeña sonrisa aprobatoria.

─Gracias’tteba… ─Le devolvió una sonrisa más amplia.

─A pesar de que Minato siempre te ha consentido demasiado, finalmente serás alguien de provecho.

 

Naruto no supo qué decir, así que solamente soltó una tenue risita. En cambio Minato no tardó en protestar.

 

─Consentir a un hijo no es malo…

─Lo mejor es una educación recta y ejemplar, como la que brindé a mis hijos ─rebatió con orgullo, pero después frunció un poco el ceño─. Aunque a veces no he podido evitar que Mikoto los empalague con sus consentimientos. ─Miró a Naruto─. Cuando tengas un hijo, edúcalo como Kushina lo hizo contigo, no tomes ejemplo de tu padre. ─Sonrió ligeramente, queriendo picar a su rubio amigo.

 

Pero Minato no replicó, sólo sintió que se atragantaba con su saliva al recordar la nefasta noticia. Su hijo era gay, nunca tendría descendencia.

 

─¿Estás bien, Minato? Te ves pálido ─habló de nuevo Fugaku, fijándose mejor en su amigo al ver que éste no le decía nada. Normalmente Minato habría dicho alguna tonta replica que excusara que su educación sobre Naruto había sido la mejor.

─Sí, sólo… estoy fatigado. ─Se pasó una mano por el cuello─. Mucho trabajo, ya sabes.

─Comprendo. ─Asintió y miró la hora en su reloj de pulsera─. Había salido para ver si veía a Sasuke. Le estamos esperando y ya tiene cinco minutos de retraso, es inusual en él. ─Antes de que los otros tuvieran oportunidad de decir algo, continuó─. Itachi nos ha reunido porque quiere darnos una noticia.

─Espero que buena ─se aventuró a decir Minato, conteniendo un suspiro pesaroso.

 

Naruto inclinó el rostro un poco afectado al escuchar aquello. El comentario había sido como una pedrada. Él acababa de darle a su padre la peor noticia de su vida.

 

─Buenísima ─aseguró Uchiha─. Itachi quiere presentarnos a su novia…

 

Al instante Naruto levantó la vista, sorprendido.

 

─¿Itachi tiene novia?


Fugaku soltó una suave risa que atrapó a Naruto. Esa risa era muy parecida a la de Sasuke.

 

─Lo mismo pregunté yo cuando Mikoto me contó que Itachi había llamado para preguntar si nos venía bien conocerla esta noche. Mis hijos siempre son muy reservados en sus asuntos, a veces diría que demasiado ─reflexionó, llevándose una mano a la barbilla.

─Q-qué buena noticia, Fugaku. ─Sonrió afectado su amigo─. Si quiere presentarla es que la relación va en serio.

 

Él nunca podría vivir ese momento: Naruto presentándole una novia, una bonita chica que le daría nietos. Tal y como estaba la situación, habría preferido que la inquietud de Naruto fuera que tenía ganas de mantener relaciones con una chica, como pensó en un principio, a saber que era gay.

 

La noticia todavía martilleaba de forma dolorosa en su cabeza.

 

─Buenas noches.

 

Y el dolor de cabeza aumentó al reconocer la voz del hijo menor de Fugaku.

 

─¡Sasuke! ─exclamó Naruto con notable efusividad, viéndole acercarse con paso elegante─. ¡Buenas noches!

 

Apretó los labios y se obligó a mantener los pies pegados en el suelo para no saltar sobre Sasuke, abrazarle y besarle ahí mismo. Pero fue inevitable que la sonrisa bobalicona floreciera en sus labios cuando los ojos negros normalmente impasibles le dedicaron una mirada cálida.

 

‹‹Idiota, te echaba de menos, ¿dónde te habías metido?››, pensó al no poder decírselo en voz alta, mirando embelesado a su novio.

‹‹Dobe, deja de comerme con los ojos››, pensó a su vez Sasuke.

 

La mano de Fugaku posándose en un hombro de su hijo rompió el momento entre ellos, captando la atención de ambos.

 

─Llegas tarde, te estamos esperando.

─Lo lamento. Tuve que ocuparme de un asunto que no podía esperar. ─Clavó la mirada en Minato, quien le observaba algo serio, tratando de disimular que no era santo de su devoción─. Tiempo sin vernos ─saludó, inclinando ligeramente la cabeza.

─Así es ─respondió.

 

Irremediablemente Naruto avanzó un paso inconsciente, observando lleno de admiración la pulcra actitud educada de Sasuke. Pero a la misma vez se sintió especial, ya que con él Sasuke actuaba más relajado, se quitaba aquella máscara, simplemente era él mismo.

 

Minato observó perspicaz cómo esa adoración de su hijo hacia Sasuke salía a la luz. Nada más había que ver la cara de Naruto, como si quien tuviera frente a él fuera algún cantante o actor famoso del que quería obtener un autógrafo en vez del hijo de su amigo.

 

Nunca le gustó esa devoción que su hijo mostraba hacia Sasuke, y ahora que conocía la orientación sexual de Naruto, menos le agradaba.

 

─Bien, vamos a casa ─dijo Fugaku, haciendo despertar a Naruto de su letargo─, no hagamos esperar más a los demás.

 

Tras despedirse, los cuatro se marcharon a sus respectivos hogares. Por un instante Naruto giró y le dedicó una furtiva mirada a su novio que fue correspondida, como si éste hubiera sentido su mirada sobre él.

 

Nada más abrir la puerta, Kushina les recibió con una tensa sonrisa que delataba su preocupación mientras retorcía ansiosa las manos sobre su regazo. Deseaba saber cómo había ido la conversación entre ellos. ¿Naruto había hablado con Minato?, ¿cómo había reaccionado él?

 

─¡Bienvenidos’ttebane!

 

Ninguno contestó a pesar de estar a unos escasos tres pasos de distancia. Ambos se retiraban el calzado en silencio, con cierta prisa y con la mirada clavada en el suelo.

 

─Minato… ─Apenas le llamó cuando su esposo la rebasó, caminando a la cocina.

─Estoy sediento, iré a la cocina a beber agua.

 

El lastimero suspiro que brotó de los labios de Naruto la hizo girar doblemente preocupada. La desazón atenazó su corazón.

 

─Naruto, ¿cómo ha ido todo? ¿Estás bien?

 

El rostro afligido de su hijo respondía por sí solo sus preguntas. No podía ser… ¿Minato había tenido una mala reacción?, ¿qué le había dicho a Naruto?, ¿qué había pasado? La culpa cayó sobre sus hombros. Ella había empujado a su hijo a una conversación que no deseaba y para la que no se sentía preparado. Tenía que haberle preparado el terreno a su esposo mucho más de lo que lo hizo.

 

Abrió la boca para decir algo, pero Naruto se le adelantó.

 

─Me duele la cabeza’ttebayo, iré a dormir.

─¿Qué?, ¿ahora? Pero si…

 

Igual que hizo Minato, sin dejarla hablar la rebasó y subió las escaleras con prisa mal disimulada. Fue cuestión de segundos que sus hombros se encogieran al escuchar la puerta de la habitación de su hijo siendo azotada con ligera fuerza.

 

El silencio a su alrededor la congeló y se abrazó a sí misma, siendo invadida por la culpa. Acababa de distanciar a su pequeña familia. ¿Qué clase de madre y esposa era?

 

****

 

Sasuke envió una mirada de reproche hacia su hermano una vez más durante la cena. No podía creer que Itachi tuviera novia y el idiota no le hubiera dicho nada. La cara que puso cuando aquella mujer tuvo la confianza de acercarse y presentarse como la novia de Itachi, fue digna de ver.

 

Su hermano se había dedicado a ignorar sus silenciosos reproches, explicando cómo conoció a Konan. La chica había sido testigo clave en un caso, así que se vieron obligados a citarse varias veces. Ella había sido la primera en exponer su interés cuando todo el asunto terminó, invitándole a verse fuera de su despacho para tomar algo con la excusa de agradecerle por sus servicios.

 

Itachi no podía negar que Konan era una chica atractiva. Su corta melena de color azul y sus ojos color ámbar no pasaban desapercibidos, además, un pequeño piercing esférico y plateado adornaba su barbilla, justo bajo su labio inferior. Pero con los años había aprendido a no dejarse fascinar por la belleza exterior. Tras algunas relaciones anteriores fallidas, había descubierto que la belleza no lo era todo. Actualmente, buscaba algo en concreto de una mujer.

 

A pesar de su aparente frialdad, Konan había seguido invitándole a salir. Él siempre aceptaba, pero Konan no entendía por qué no daba muestras de querer ir más allá a pesar de notar la intensa mirada que los ojos negros le dedicaban.

 

Hasta que finalmente, lo consiguió.

 

─Tenía un especial interés por conocerte, Sasuke.

 

La voz de la mujer captó su atención cuando terminaban de comer el postre: tarta de fresas con nata preparada por ella misma. Obviamente él había descartado el postre. Todavía sentía los chocolates que comió con Naruto el mes pasado como si hubiera sido ayer, definitivamente no quería azúcar en su vida durante una buena temporada.

 

─¿A mí?

─Así es. Itachi siempre habla de ti, sin duda tienes un lugar especial en su corazón.

 

Konan recordó la conversación que tuvo con su ahora novio el día que se dieron su primer beso:

 

─¿Qué requisitos debe reunir una mujer para poder entrar en tu vida?

 

Preguntó un día mientras caminaban por la calle, un poco frustrada ante la barrera invisible que Itachi parecía levantar entre ellos cada vez que intentaba un acercamiento.

 

─¿Requisitos? ─reiteró, procesando la pregunta mientras se detenía. Ella le imitó─. ¿Qué opinas sobre la homosexualidad?

 

La mujer se cruzó de brazos y arrugó el entrecejo en un gesto de indignación. Que Itachi le hubiera contestado con una pregunta que no tenía nada que ver le parecía de mal gusto. Tragándose una protesta contestó.

 

─No es algo que me incomode. Todos somos libres de amar a quien queramos siempre y cuando no lastimemos a unos terceros… supongo. ─Se encogió de hombros─. Mi mejor amigo en la universidad era gay, pero después perdimos contacto porque se fue a… Un momento. ─Se detuvo, afilando la mirada con sospecha─. Eres gay ─afirmó desolada. Ahora aquella pregunta tenía sentido. Todo tenía sentido.

─Estás equivocada ─respondió sereno, sin inmutarse ante la acusación─. No soy gay.

─¿Entonces a qué viene esa pregunta?

 

Itachi guardó un breve silencio, meditando mientras se acomodaba la chaqueta. La noche estaba fría, después de todo hacía escasos días que habían entrado en enero.

 

─Lo que busco en una mujer es que acepte a mi hermano, y que bajo ningún concepto pretenda alejarme de él o que provoque peleas entre nosotros.

─¿Tienes un hermano? ─preguntó con interés, asombrada ante la respuesta. Había esperado que Itachi buscara cualquier cosa excepto esa.

─Así es, se llama Sasuke. Si esa mujer no acepta a mi hermano, yo no la aceptaré a ella.

 

Ahora fue Konan quien guardó silencio, meditando las palabras escuchadas. Itachi parecía profesar un gran amor fraternal hacia Sasuke. Aquello la conmovió ligeramente. Nunca había conocido a un hombre semejante. Normalmente todos buscaban lo mismo: cuerpos dignos de película con un busto prominente, culo de infarto, labios carnosos, mirada felina... Pero al hombre frente a él sólo le interesaba que su hermano fuera aceptado.

 

Pero un momento, ¿aceptado por qué? Atando cabos, no fue muy difícil deducirlo.

 

─Tu hermano es gay ─afirmó sosegada, viendo al pelinegro asentir en silencio. Ella se encogió de hombros, restándole importancia─. Si es eso lo que te preocupa, por mí no hay problema…

 

No pudo terminar de hablar. Con un rápido movimiento, Itachi se había inclinado ligeramente y había presionado sus labios en un beso casto que la tomó por sorpresa pero que no rechazó.

 

Konan era mayor que él por algunos años, pero para ambos aquello era irrelevante. Itachi nunca había presentado a sus padres sus anteriores novias, ni siquiera a su hermano; pero ahora había sentido aquella necesidad a pesar de sólo llevar dos meses de noviazgo. Quería comprobar si realmente ella iba a aceptar a Sasuke o si sólo habían sido palabras vanas, antes de que sus sentimientos por su novia se enraizaran más y una posible separación fuera más dura.

 

De momento el ambiente era armonioso y tranquilo. Konan hablaba con Sasuke, preguntándole sobre su trabajo y sus aficiones mientras ella contaba las suyas a pesar de que éste no preguntaba nada. La mujer sabía que para obtener completamente el corazón de Itachi, primero debía ganarse la simpatía de Sasuke.

 

Poco después ella se marchó, agradeciendo la cena y prometiendo visitarles pronto. Al matrimonio Uchiha pareció agradarles la idea, estaban felices de tener una nuera, en su mente ambos casi podían visualizar a su primer nieto. Itachi quiso acompañarla, pero ella se negó alegando que sería mejor si él se quedaba y pasaba un momento más con su familia.

 

─Qué mujer más encantadora ─comentó Mikoto cuando ella se fue, esbozando una dulce sonrisa.

─Y hermosa ─añadió Fugaku─. Aunque no me agrada mucho ese piercing en su barbilla ─confesó torciendo el gesto. No se acostumbraba a ver aquellas “modernidades”.

 

Itachi sólo guardó silencio. Si su padre supiera que Konan tenía otro piercing en el ombligo… Pero aquello no era importante ahora. Clavó la mirada en Sasuke, quien se mantenía apartado y sin comentar nada.

 

─Hermano, ¿podemos hablar? Necesito tus conocimientos de medicina para un caso que tengo entre manos. ─Su voz sonó tan convincente, que nadie dudó que fuera mentira.

 

Ambos subieron las escaleras, encerrándose en la habitación del menor de los hermanos mientras Mikoto y Fugaku permanecían en la sala, comentando sus impresiones sobre Konan.

 

─¿Qué necesitas, Itachi?

─¿No te ha agradado Konan? ─preguntó directo.

 

Sasuke le encaró, sabiendo entonces que Itachi le había llevado allí para hablar de su novia y no sobre un caso. Su faceta de abogado salía a relucir, mintiendo con descaro para obtener su propósito.

 

─No me ha gustado que me lo ocultaras ─confesó algo molesto, sin poder disimularlo─. Pensaba que nos contábamos todo.

 

Fue inevitable que una suave sonrisa nostálgica se dibujara en los labios de Itachi. Por un segundo Sasuke se convirtió en un niño de siete años, reclamándole por no tener toda su atención como cuando era pequeño.

 

─Primero quería ver si lo mío con Konan funcionaba.

─Yo también estoy viendo si lo mío con Naruto funciona, y no te lo oculté ─rebatió.

─Porque te descubrí y necesitabas mi ayuda. De lo contrario seguramente lo habrías llevado con toda la discreción que sólo tú puedes tener.

 

Tocado y hundido, pensó Itachi al ver a su hermano guardar silencio e inclinar el rostro. Sabía que estaba en lo cierto, de no haber necesitado su ayuda, de no haber descubierto todo gracias a sus sospechas, Sasuke jamás le habría contado algo por su propia voluntad.

 

─¿Vas en serio con ella? ─preguntó sentándose en la cama.

─Tan en serio como tú con Naruto, supongo.

 

El entrecejo de Sasuke se arrugó un poco, apartando la mirada. Sabía que su deber como hermano era sentirse feliz por Itachi, igual que éste se alegró por él cuando logró estar con Naruto. Pero… unos molestos celos le oprimían el pecho. Esa mujer había aparecido de la nada para robarle el poco tiempo que podía pasar con su hermano. Itachi con Konan y él con Naruto… Acabarían distanciándose.

 

─Deberías comprobar si ella está contigo por dinero. Te estás convirtiendo en un abogado prestigioso después de todo.

 

No, ¡no! ¿Qué estaba haciendo? Era patético para un hombre de su edad tratar de tirar tierra sobre la novia de su hermano sólo porque estaba celoso.

 

─Eso es absurdo. Konan es una mujer independiente. Pero ¿y Naruto-kun? Él todavía es dependiente, ¿y si está contigo por dinero?

─¡No te atrevas a insinuar eso! ─masculló ofendido.

 

Al ver la obvia mirada que le estaba dedicando su hermano mayor, relajó su expresión de enojo y se sintió avergonzado. Itachi le había devuelto su comentario para hacerle ver que le había ofendido, y él había empezado.

 

─Lo siento ─casi musitó.

─Está bien. Sólo no digas sobre Konan cosas que no te gustaría escuchar de Naruto-kun.

 

Chasqueó la lengua con disgusto. Itachi tenía razón, pero no podía evitar detestar a esa mujer. Sabía que estaba siendo terriblemente egoísta, Itachi le había apoyado con Naruto desde el primer momento, incluso le ayudó y todavía le ayudaba con sus consejos. Y ahora que él debía retribuirle, ahí estaba… haciendo un estúpido berrinche.

 

Ante el silencio, el mayor volvió a hablar.

 

─No entiendo qué es lo que te desagrada de ella, pero… no me he aventurado en esta relación a la ligera. Hablé con Konan sobre ti…

─¿Sobre mí? ─reiteró, interrumpiéndole. No le sorprendía, ella le había comentado durante la cena que Itachi le había hablado mucho de él.

─Sobre tu orientación sexual ─especificó después, bajando su tono de voz.

─¿¡Qué!? ─Al contrario, Sasuke casi había gritado. ¡Aquello era maravilloso! No se sentía preparado para hablarlo con sus padres y su idiota hermano se lo había contado a una perfecta desconocida─. ¿¡Cómo te atreves, Itachi!?

 

El nombrado alzó ambas manos en silencio, pidiéndole que se serenara. Pero éste sólo arrugó más profundamente el entrecejo. Ahora detestaba doblemente a la novia de su hermano.

 

─Le dije que si quería una relación conmigo, primero tenía que aceptarte a ti. No quería en mi vida una mujer homófoba que me acabara alejando de ti. ─En menos de un segundo, Sasuke había pasado de la ira a la estupefacción─. Por eso la he presentado a la familia a pesar del poco tiempo de relación, quería comprobar si ella era sincera.

 

Todavía sumido en la sorpresa, Sasuke movió los labios en un intento de decir algo, pero ni el más mínimo sonido escapó de ellos. Sus ojos se mantenían abiertos de par en par, apenas parpadeando. Incluso en un momento como ese… su hermano había pensado en él, en su comodidad, en su felicidad. Le había antepuesto a él, como siempre.

 

─Itachi… ─Fue lo único que pudo articular, en un suave susurro.

 

Dos dedos dieron un golpe tosco en su frente, sacándole de su estupor. Chasqueó la lengua, llevándose una mano a la zona mientras mascullaba una queja. ¿En qué momento Itachi se había acercado tanto?

 

─Nunca olvides que pase lo que pase, eres lo más importante para mí, Sasuke.

 

Las palabras de su hermano calaron hondo en su corazón, viéndose obligado a inclinar un poco el rostro cuando un incómodo rubor subió a sus mejillas. A la misma vez se sintió patético. Itachi le había demostrado de mil formas, siempre, que él era su prioridad… por eso se había sentido amenazado por Konan, temiendo dejar de ser esa prioridad. Pero ahora entendía que eran cariños diferentes. De la misma forma que Itachi ocupaba un lugar en su corazón al que Naruto no tenía acceso, estaba seguro de que él ocupaba un lugar en el de su hermano donde Konan no tenía acceso.

 

─Gracias ─susurró cuando se sintió más repuesto, alzando la cabeza para enfrentarle cuando estuvo seguro de que el molesto rubor se había esfumado─. Lamento mi actitud, hermano.

 

No pudieron decir nada más cuando la puerta fue suavemente golpeada, revelando después a Mikoto quien entró mostrando unas fotografías en sus manos. Como un gato al acecho que observa un ovillo de lana, Sasuke no tardó ni dos segundos en captar que en la primera fotografía estaba Naruto.

 

─¿Interrumpo? ─Sonrió la mujer, recibiendo una negativa de ambos hermanos─. Recordé que Itachi no ha visto las fotografías de la ceremonia de graduación de Naruto. Ese día lucía tan hermoso y brillante…

 

De nuevo con eso, pensó Sasuke rodando la mirada. La otra vez que Mikoto le mostró las fotografías no se percató, pero ahora se había dado cuenta de que en muchas de ellas Naruto aparecía solo. Lo sentía por su madre, pero esa noche unas cuantas fotografías de su “hermoso y brillante” Naruto iban a desaparecer, después de todo él tenía más derecho de poseerlas que su madre. Y… el idiota era su novio, necesitaba fotografías suyas por absurdo que sonara, aunque jamás lo diría en voz alta.

 

****

 

Por el contrario, el ambiente en el hogar de los Uzumaki era lúgubre. Minato y Kushina cenaron en medio de un pesado silencio, aunque él apenas probó bocado. El hombre se negaba a responder las preguntas de su esposa, a pesar de que ella amenazó con enojarse seriamente. Naruto no había bajado a cenar. Kushina no sabía qué hacer.

 

Pensó que quizá al día siguiente el ambiente estaría más relajado entre ellos, pero incluso dormir se convirtió en una larga tortura. Ambos se removieron tanto de un lado a otro que la cama matrimonial ya estaba hecha un desastre. Soltando un bufido en un intento de liberar la tensión, Kushina se incorporó ligeramente y se acomodó en la cabecera de la cama. Al instante Minato giró y se abrazó a ella, acomodando la cabeza en sus senos y sosteniéndola como si fuera su salvavidas en medio de un furioso oleaje. Una mano le acarició los rubios cabellos de forma distraída.

 

Eran las tres de la mañana y ninguno había podido pegar ojo.

 

─¿Un gay nace o se hace?

 

Ella detuvo las caricias ante la inesperada pregunta. Nunca se había planteado aquello.

 

─¿Qué? ─musitó.

─¿Crees que Naruto es… así… por mi culpa? Fugaku siempre dice que le he dado una educación muy permisiva. Si le hubiera educado como Fugaku a sus hijos… quizá… ¿Te has fijado en Itachi y Sasuke? Ellos jamás dirán que son homosexuales…

─Minato, basta ─instruyó su esposa, sintiendo palpitar sus sienes de dolor─. ¿Tanto te duele saber que Naruto es gay’ttebane?

 

El hombre se removió un poco, acomodándose nervioso.

 

─¿Desde cuándo lo sabes? ─respondió con otra pregunta─. ¿Desde cuándo sabes que Naruto es gay?

─Hace poco ─mintió. Quizá Minato se sentiría ofendido si se enteraba de que ella lo sabía desde el año pasado.

─¿Y?, ¿cómo reaccionaste al saberlo?

 

Kushina suspiró hondo, rememorando aquel día en que supo sobre la orientación sexual de su hijo.

 

─Fue toda una sorpresa ─respondió con una suave risita─. Después estuve actuando como si aquella conversación no hubiera existido, tratando de asimilarlo en silencio. ─Su risa se desvaneció─. Pero después comprendí que Naruto me necesitaba, no debe ser fácil ser homosexual. Desde entonces he tratado de brindarle mi apoyo.

─Brindarle tu apoyo─ reiteró en un susurro─. Kushina, yo… no sé si seré capaz… ─balbuceó.

─Minato. ─Le abrazó─. Sé que la noticia te ha sorprendido, pero sólo por un momento deja de centrarte en cómo te sientes tú y ponte en el lugar de Naruto, piensa cómo debe estar sintiéndose él ahora. Le asustaba hablar contigo porque estaba convencido de que le darías la espalda, y es justo lo que has hecho.

─¡Sólo necesito tiempo para asimilar todo esto! ─se excusó.

─¿Y mientras tanto qué?, ¿le vas a ignorar? ─preguntó con un ligero tono severo─. Naruto nos ama, nos necesita a su lado. ¿Vas a dejarle solo cuando más te necesita? Siempre has adorado a nuestro hijo tal y como es, con sus despistes, sus sonrisas, su personalidad extrovertida… con sus defectos y sus virtudes. Sea heterosexual u homosexual, sigue siendo Naruto.

 

Reflexionó en silencio las palabras de Kushina. Seriamente trató de ponerse en el lugar de Naruto. Los primeros segundos le costó, no podía dejar de pensar en cómo se sentía él mismo, pero poco a poco lo fue logrando. No conocía mucho sobre la homosexualidad, sólo sabía que no estaba bien visto. Justo entonces reparó en que eso le traería problemas a su hijo, a su adorado hijo. Encontraría personas que le rechazarían cruelmente sólo por su orientación sexual, sin molestarse en descubrir la maravillosa persona que es él. Al ser consciente de eso, se le revolvió ligeramente el estómago, causándole malestar.

 

No quería que su hijo sufriera el rechazo de la sociedad, partiría la cara de quien se atreviera a lastimar a su retoño con palabras hirientes o rechazándole.

 

Bien… quizá debería empezar por golpearse a sí mismo.

 

Seguramente Naruto estaba sufriendo ahora por culpa de su rechazo. Probablemente se sentía abandonado porque él le había dado la espalda. No podía tolerar causarle sufrimiento a su pequeño sol.

 

Como empujado por un resorte, movió las sábanas a un lado y se puso de pie.

 

─¿Minato…? ─Se inquietó su esposa.

─Necesito hablar con Naruto, me he estado comportando como un idiota ─dijo mientras abandonaba la habitación.

 

Una sonrisa esperanzada afloró en los labios de Kushina. Se llevó las manos al pecho, deseando que todo saliera bien, que su familia volviera a ser unida y armoniosa.

 

En su habitación, Naruto dio un respingo y cerró los ojos para fingir que dormía cuando escuchó la puerta abrirse. Incluso a través de sus párpados casi firmemente cerrados pudo percibir que la luz se había encendido. No sabía si era Minato o Kushina quien había entrado a esas horas de la noche, pero no quería ver a nadie, necesitaba estar solo. Aprovechando que estaba boca abajo, disimuladamente trató de ocultar el rostro contra la almohada cuando sintió que el colchón se hundía ante un peso extra. No pudo disimular el violento respingo que sacudió su cuerpo cuando una mano se posó en su espalda y la frotó, delatando que no estaba dormido.

 

─Naruto.

 

Entreabrió los ojos, sorprendido al reconocer la voz de su padre. Pero no quería girar para verle. Se sentía terriblemente avergonzado y afligido. Su mente era un caos, le dolía la cabeza y un peso molesto se había asentado en su pecho, acongojándole cada vez más.

 

─Hijo, sé que estás despierto ─habló sereno. Su mano todavía brindaba cortas caricias en la tensa espalda─. Quiero hablar contigo.

 

Sabiendo que no tendría escapatoria y que ese enfrentamiento llegaría tarde o temprano, Naruto giró y con pereza se incorporó hasta quedar sentado. Flexionó las piernas y las abrazó contra su torso, tratando de ocultarse. Le dolía haber decepcionado a su padre.

 

¡Estoy tan orgulloso de ti, Naruto!

 

─La-lamento haberte decepcionado…

 

La voz lánguida de su hijo le estrujó el corazón de forma dolorosa. Su expresión mostraba su abatimiento, los párpados estaban algo hinchados, y los ojos siempre de un brillante y puro azul ahora estaban enrojecidos, delatando que había llorado.

 

Antes de poder pensarlo, había eliminado la corta distancia entre ellos y le había rodeado entre sus brazos con un abrazo protector que sorprendió enormemente a Naruto.

 

─¿Papá? ─musitó consternado.

─Soy yo quien debe disculparse, soy yo quien te ha fallado y no al revés ─habló acelerado, estrujando entre sus manos la camiseta del pijama─. Perdóname, Naruto.

 

Conmovido y aliviado, liberó un sollozo lastimero y se abrazó a Minato, aferrándose a él mientras intentaba contener nuevas lágrimas que querían escapar de sus ojos. Sintió una mano masajear su espalda de nuevo, tratando de confortarle.

 

─Gracias dattebayo ─murmuró─. ¡Gracias!

─Sólo te pido un poco de tiempo para poder asimilarlo. Me sorprendió tanto… no me lo esperaba.

 

Naruto rompió el abrazo, asintiendo mientras se pasaba el dorso del puño por uno de los ojos, retirando las lágrimas antes de que salieran.

 

─Entiendo. ─Sonrió ligeramente.

─Kushina y yo siempre vamos a estar ahí para ti. Si alguien te lastima o es cruel contigo por tu… por ser… gay ─balbuceó─, dímelo y se las verá conmigo.

 

El menor soltó una suave risita y negó con la cabeza. Estaba agradecido, pero sabía defenderse solo.

 

─No me importa demasiado lo que puedan opinar los demás si mamá y tú estáis a mi lado.

 

Itachi y Sasuke también estaban a su lado, apoyándole. Sasuke de forma especial, ya que era su novio. Sakura-chan también estaba ahí para él. Sus amigos, aunque se habían mostrado evasivos al principio cuando dieron por sentado que tenía algo con Suigetsu, no le habían dado la espalda.

 

Meditó que cuando su relación con Sasuke fuera más sólida, definitivamente les contaría quién era su pareja realmente. No les iba a dejar pensando eternamente que Suigetsu era su novio.

 

El rugido del estómago de Naruto rompió el emotivo momento. Soltando una risita avergonzada se rascó la nuca, recordando que se había ido a la cama sin probar bocado. Minato abrió la boca para decir algo, pero entonces su estómago también rugió, sacándole un pequeño rubor.

 

Ambos rieron, Naruto más ruidosamente.

 

─Creo que deberíamos ir a comer algo ─propuso el hombre, pasando una mano por los rubios cabellos de su hijo─. Quedaron sobras de la cena.

 

Escuchando en el pasillo, recargada en la pared junto a la puerta de la habitación de su hijo, Kushina sonrió. Suspiró aliviada, agradeciendo que Minato hubiera recapacitado en su actitud y todo estuviera arreglado.

 

CONTINUARÁ...

Notas finales:

¡Hola! :D Gracias a todos por leer y comentar. Y también, ¡feliz 2017! -lanza confeti- ¿Cómo han ido las fiestas? Espero que bien.

 

Sobre lo que dije en el capítulo anterior, en España sí damos historia del mundo (por ejemplo, las guerras mundiales entre otras cosas) Lo que quise decir, es que no profundizamos taaanto en la historia de los demás países como hacen en Japón. Allí (si no me informaron mal XD) le dan la misma importancia a la historia de todos los países. Aquí tenemos la asignatura Historia y allí lo vemos todo, mientras que en Japón tienen la asignatura Historia para la de su país, y la de Historia del mundo para lo demás (o sea, dos asignaturas de Historia)

 

Quería hacer una consulta :D Sé que hay gente que me deja reviews y que me tiene agregada en Facebook, pero como usan nombres diferentes en cada web no sé quién es quién :( ¿Me podéis decir vuestro nombre de Facebook (las que me tenéis agregadas) para relacionar vuestro nick con el nombre que usáis para dejarme reviews?

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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