Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Diez años por Takaita Hiwatari

[Reviews - 894]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Diez años:

Takaita Hiwatari

Capítulo 25: “Adiós, Sasuke”:

 

Lo primero que hizo Sasuke al entrar en la sala de descanso del personal sanitario, fue encaminarse a su taquilla para revisar su teléfono. Quizá tenía un mensaje de Naruto.

 

Apenas segundos después escuchó unas risillas mal contenidas de otros médicos. Francamente, al entrar no se había molestado en mirar a su alrededor, y ni siquiera había saludado.

 

─¿Una noche apasionada, Sasuke-kun?

 

El teléfono casi se le cae de las manos ante la pregunta junto con más risitas amortiguadas. Sabía perfectamente por qué le habían dicho eso.

 

Al despertar aquella mañana y encaminarse al baño, lo primero que percató al mirarse en el espejo fue un chupetón bastante más llamativo que el que él le dejó a su novio. Se sintió alarmado y enfadado a partes iguales. ¡El usuratonkachi se vengó con saña!

 

Tras cenar en Ichiraku, Naruto le pidió que le acompañara a casa. En el trayecto le empujó en un callejón, el mismo en el que ya habían estado en dos ocasiones. Allí su impulsivo novio le asaltó a besos, y él, tan idiota y deseoso de Naruto, respondió a sus provocaciones.

 

Se puso un suéter que tenía el cuello un poco alto, pero ni eso cubría el chupetón por completo. Iba a patear a ese usuratonkachi. ¿Qué presencia podía dar un médico con semejante marca en el cuello? Seguro que todos los pacientes iban a estar más pendientes a la marca en su cuello que a sus consejos médicos. Fastidiado decidió ponerse una bufanda fina, aunque ya no hacía tanto frío era la mejor solución.

 

─No sabíamos que tenías pareja, Sasuke-kun ─insistió la misma voz, sacándole de sus recuerdos─. Siempre eres tan reservado…

 

Incómodo, Sasuke se atusó mejor el cuello del suéter. Se vio obligado a desprenderse de la bufanda en las primeras horas de trabajo, tenía demasiado calor con ella.

 

Colocándose una máscara de seriedad, encaró a los demás. Dos médicos que probablemente pasaban los cuarenta le dedicaban miradas pícaras, queriendo saber más mientras tomaban café sentados a la mesa. En el sofá, cuatro enfermeras le observaban. Chasqueó la lengua al percibir que entre ellas estaba Karin y que ésta le miraba casi sin parpadear, con los ojos abiertos de par en par por la sorpresa.

 

Un poco inquieto se preguntó si ella revelaría algo incómodo sobre su orientación sexual o su pareja. Por suerte Karin no dijo nada, sólo se limitó a desviar la mirada.

 

─Nunca hablas de ti ─protestó otro, indagando en las manos de Sasuke con una curiosa mirada. No tenía anillo, así que indudablemente no estaba casado─. ¿Cómo se llama tu novia?, ¿cómo es?, ¿tienes alguna fotografía? ─curioseó.

 

El otro hombre asintió, teniendo las mismas dudas. Siendo Sasuke un muchacho atractivo, asumían que la novia debía de ser tan o más atractiva que él. Se deleitarían la vista un rato si el chico tenía alguna fotografía que mostrarles.

 

─Eso es asunto mío ─respondió con el tono más respetuoso que pudo encontrar. Volvió la atención a su teléfono al sentirlo vibrar en su mano. Era un mensaje de su idiota novio:

 

¡Hola! Todo está bien en casa’ttebayo. Mis padres no se han dado cuenta de la marca :D

 

Estaba por escribir una respuesta amenazante, cuando recibió otro mensaje:

 

He estado en casa de Sakura-chan y me ha prestado un corrector de maquillaje. Se disimula muy bien, ¡mira!

 

Segundos después recibió una fotografía donde Naruto tiraba hacia abajo del cuello alto que portaba para dejar al descubierto la marca. En la misma mano sostenía algo parecido a un pintalabios, pero más alargado y grueso. Ciertamente la marca estaba muy disimulada, pero para empezar la marca que él dejó fue sutil y se cubría con la ropa. No como la que dejó en su cuello el burro de su novio que resaltaba con un tono rojo sangre que parecía gritar “mírame” y no se cubría por completo con la ropa.

 

Al instante tecleó un mensaje conciso:

 

Te mataré cuando te vea.

 

Transcurrieron varios segundos en los que no recibió respuesta. Estaba por guardar el teléfono cuando éste volvió a vibrar:

 

Será maravilloso morir entre tus brazos.

 

Después recibió varias estúpidas caritas amarillas que le mandaban besos. El mocoso no tomaba su amenaza en serio, o quizá era masoquista, quién sabe. Sólo atinó a guardar el teléfono con movimientos bruscos, afectado por el último mensaje recibido. Sin más abandonó la sala, ignorando las nuevas preguntas de los dos médicos. Mejor tomaría un café más tarde.

 

─Sasuke…

 

Se detuvo en seco en el pasillo ante el llamado de Karin, pero no giró. Se preparó mentalmente para recibir tal vez protestas y malas palabras dirigidas a Naruto o a su relación con éste.

 

─Hace tiempo que… no hablamos mucho.

 

Sasuke se limitó a asentir con un movimiento de cabeza, sin saber qué más decir. Era consciente de que Karin se había estado alejando de él cada vez más, apenas hablaban y siempre era por asuntos de trabajo. Pero sabía que no podía quejarse sobre eso, entendía a Karin y respetaba su decisión.

 

─Parece que te va bien con Naruto ─comentó.

 

Al instante Sasuke giró, dedicándole una seria mirada de advertencia. No permitiría palabras ácidas en contra de su novio. Pero después arqueó ligeramente una ceja al ver la expresión de Karin. Ella se mostraba pacífica y resignada, sin rastro de la petulancia que mostraba al hablar de su primo.

 

─Algo así ─respondió finalmente─. Nos estamos conociendo.

 

Ella jugueteó con sus manos, pasando saliva con dificultad y reuniendo el coraje necesario para hablar, para admitir su derrota; para cerrar una larga etapa de su vida.

 

─Me alegro. ─Esbozó una pequeña sonrisa entre felicidad y resignación─. Parece que has encontrado a alguien que te hace feliz.

‹‹Y que me crea dolor de cabeza››, pensó con cierto fastidio, recordando el chupetón en su cuello─. Karin… ¿a dónde quieres llegar? ─preguntó directo.

 

La chica arrugó un poco el entrecejo, volviendo a reunir valor para continuar.

 

─Te estoy diciendo adiós, Sasuke ─contestó afectada─. Pero no de la forma que piensas. Estoy diciendo adiós definitivamente a mis sentimientos por ti.

 

Él la miró perplejo. Era lo último que había esperado escuchar de Karin. ¿Hablaba en serio? Después de tantos años por fin había llegado ese día en el que ella tomaba esa decisión.

 

Pero… ¿qué iba a pasar con su dañada amistad?

 

Sin saber bien qué responder, asintió de nuevo con un escueto movimiento de cabeza.

 

─Lo entiendo ─atinó a decir.

 

Karin sonrió ligeramente, con resignación. No dudó en ningún momento que Sasuke pudiera entenderlo, después de todo era lo que él quería, que ella desistiera en sus sentimientos.

 

Un escalofrío la recorrió cuando un frío vacío se instaló en su estómago. Tenía la sensación de haber desperdiciado gran parte de su vida enamorada y persiguiendo a alguien que no la correspondía. Si hubiera desistido antes, a sus veintisiete años probablemente ya tendría novio y quizá una vida estable con él. Incluso tal vez estaría casada.

 

Por primera vez tuvo la sensación de haber estado perdiendo el tiempo. La realidad la golpeó como una bofetada. Sasuke nunca la iba a amar.

 

Tras un pequeño silencio, continuó.

 

─Yo… lo he estado pensando mucho estos días… y me gustaría seguir con nuestra amistad. Pero… necesito tiempo.

 

No iba a negar que a pesar de todo, Sasuke era importante en su vida. Si Sasuke era feliz, ella también lo era. Su corazón todavía dolía al ver a Sasuke, al saber que nunca la amaría, pero confiaba en que el tiempo la curaría.

 

─Toma el tiempo que necesites ─respondió finalmente─. También me gustaría seguir con nuestra amistad ─confesó.

 

Había vivido demasiadas cosas con Karin, Suigetsu y Juugo como para querer desprenderse de ellos sin más. Habían estado juntos toda su vida estudiantil, hasta que finalmente tomaron diferentes caminos. Con quien más había mantenido relación fue con la chica, ya que ambos terminaron trabajando en el mismo hospital. Pero a Suigetsu no lo veía mucho, y a Juugo menos.

 

A pesar de su popularidad, nunca tuvo demasiados amigos, por eso los pocos que tenía eran valiosos para él, aunque a veces sus actos expresaran lo contrario.

 

Un abrazo de Karin le hizo reaccionar, parpadeando genuinamente sorprendido. No lo esperaba. Un poco inseguro, le palmeó con suavidad la espalda con una mano.

 

─Sé que he cometido muchos errores, y que por mi culpa la amistad entre Suigetsu, tú y yo casi se rompe, pero…

─No te culpes ─desestimó interrumpiéndola─. Yo tampoco actué correctamente.

 

Ella le liberó del abrazo, revelando los ojos brillantes de lágrimas retenidas. Sin embargo, sonreía.

 

─Nos hemos comportado como unos niños, ¿cierto?

 

Como respuesta Sasuke sonrió ligeramente y asintió una vez más, dándole la razón. Ambos acusaron a Naruto de ser un niño inmaduro, pero eran ellos quienes habían actuado como niños inmaduros.

 

Apenas segundos después Karin se transformó. Se acomodó las gafas con un solo movimiento e inspiró hondo para mantenerse firme e ignorar el picor en sus ojos. Era una mujer fuerte, ¡era una Uzumaki!, no se mostraría débil ante Sasuke.

 

─Bien, ¡hora de volver al trabajo! ─determinó empleando un tono profesional, atusándose el uniforme de enfermera con ambas manos─. Hay mucho por hacer.

 

Se despidió con un movimiento de mano y se alejó caminando un poco acelerada por el pasillo. Tan acelerada como latía su corazón lastimado en ese momento. Había dolido como mil puñaladas decirle adiós a sus sentimientos por Sasuke, pero sabía que era lo mejor. Había aceptado tarde su derrota, pero se consoló pensando que más vale tarde que nunca.

 

****

 

La semana transcurrió demasiado rápida para Sasuke, que no deseaba que llegara el fatídico domingo. Mientras que para Naruto fue desesperantemente lenta, ya que ansiaba la llegada del domingo para pasar más tiempo con su novio y de paso conocer a la de Itachi.

 

La puerta del apartamento de Sasuke fue golpeaba, y ya que sólo esperaba la visita de su novio y sabía la fastidiosa costumbre que estaba tomando éste de saltar sobre él cada vez que le abría la puerta, planeó algo para evitarlo. Se ocultó tras la puerta y la abrió de un firme movimiento. Naruto entró como un toro entra al ruedo, y Sasuke se sintió como un torero que esquiva al morlaco con maestría usando la puerta como capote. Sólo faltó la ovación del público para que hubiese sido perfecto.

 

El toro en cuestión, cayó de bruces al suelo y soltó un lamento.

 

─Mi barbilla’tteba… ─masculló adolorido, acariciándose la zona mencionada.

 

Al escuchar la puerta cerrarse tras él, giró. Descubrió a Sasuke, quien se llevaba una mano a la cintura en una actitud prepotente al tiempo que sus ojos y sus labios ligeramente curvados le dedicaban una expresión burlona.

 

─Eso te pasa por entrar de esa forma, dobe.

 

Naruto soltó un gruñidito de frustración y se puso de pie, sacudiéndose la ropa mientras miraba con cierto rencor a su pareja.

 

─Lo hiciste a posta, ¡bastardo! ─le acusó.

─Por supuesto que no ─respondió inmutable ante el enojo del otro, mintiendo con descaro. Sin más se acercó y adecentó a su novio, acomodándole la desarreglada chaqueta de entretiempo debido a la caída─. ¿Nos vamos?

 

Acto seguido clavó la mirada en el cuello contrario, descubriendo que ya no había rastro de la marca. Por su parte todavía era algo visible, pero gracias al corrector de Sakura que Naruto le prestó, se disimulaba bastante bien.

 

Según le contó Naruto, cuando acudió a casa de su amiga en busca de algún tipo de ayuda para disimular la marca en su cuello, la chica puso el grito en el cielo y le golpeó. Después aseguró que también le golpearía a él por haberle hecho cosas pervertidas a su “inocente amigo”

 

Pero Naruto no tenía nada de inocente, él lo sabía. Sólo era apariencia, en el fondo era un mocoso pervertido. Pero al ser el adulto, cualquiera asumiría que él era el pervertido que incitaba al “inocente adolescente” a cometer actos pecaminosos.

 

Maldita sociedad prejuiciosa…

 

De acuerdo, él empezó marcando primero la piel de Naruto. Pero el tonto había recibido bien gustoso sus atenciones, no le había hecho algo que no quisiera.

 

Recibió un inesperado beso que le hizo reafirmar el pensamiento de que la victima ahí era él, no Naruto. Ese mocoso era el pervertido que le incitaba a querer cometer actos pecaminosos, no al revés.

 

─Vamos ─respondió Naruto, ya sin rastro del enfado anterior.

 

Como iban bien de tiempo, fueron caminando mientras Naruto le contaba sobre cualquier boba e inútil aplicación que había instalado en su móvil. No entendía cómo para algunas cosas Naruto podía ser tan niño y para otras tan adulto. Era todo un misterio.

 

Pero prestó especial atención cuando le escuchó decir que Kiba refunfuñó lleno de envidia el día que le presumió su flamante teléfono móvil. Especialmente cuando le enseñó que el teléfono no se desbloqueaba con claves o patrones, sino con la huella dactilar.

 

Sonrió al saber de la envidia del mocoso. Cualquier sufrimiento era poco para alguien que se dedicaba a manosear a su novio. Sin embargo, su repentino buen humor se esfumó cuando al llegar al apartamento de Itachi, les recibió Konan.

 

─Bienvenidos ─saludó la mujer, permitiéndoles el paso─. Tú debes ser Naruto ─dedujo lo obvio tras cerrar la puerta.

 

El rubio asintió enérgico y se plantó frente a ella, extendiéndole una mano.

 

─¡Así es! Mi nombre es Uzumaki Naruto’ttebayo.

─Konan. ─Se presentó estrechándole la mano─. Aunque supongo que Sasuke te habrá hablado de mí. Encantada.

 

Naruto abrió la boca dispuesto a soltar que Sasuke apenas había hablado de ella, y que de hecho hasta rehuía hacerlo. Pero de manera inesperada, Sasuke se abrió paso entre ellos con descaro, obligándoles a separar sus manos.

 

─¿Dónde está mi hermano? ─preguntó neutro.

─En la cocina ─respondió.

 

A Naruto le resultó un poco extraño el comportamiento de Sasuke. Pero no le dio demasiada importancia, tampoco le había visto mucho socializando con otras personas, así que no sabía con certeza cómo se desenvolvía cuando trataba con alguien que no era él.

 

─Oh, ya estás aquí ─comentó Itachi al ver a su hermano entrar en la cocina. En la encimera había algunos platos con comida variada, y entre ellos resaltaban dos pequeños pasteles: uno de chocolate, y otro de zanahoria─. Lleva algunos platos a la mesa ─pidió.

 

El entrecejo de Sasuke se frunció al notar el aura de felicidad en Itachi con sólo darle un vistazo. No es que estuviera sonriendo, pero era su hermano y le conocía lo suficiente como para saber cuál era su estado de ánimo.

 

A regañadientes tomó un plato en cada mano.

 

─No era necesario todo esto. Naruto ya conoce a Konan, podemos irnos.

─¿Todavía sigues con esa actitud? ─preguntó mientras se retiraba un delantal de color blanco que le cubría de cintura para abajo─. Pensaba que habías recapacitado después de que te disculpaste.

─¿Recapacitar qué? ─Le dedicó una mirada de fastidio. No le gustaba esa mujer, seguramente era una arrimada que buscaba dinero y una vida cómoda.

─¿Te gustaría que yo adoptara la misma actitud con Naruto-kun?

 

No pudo responder porque justo entonces Naruto entró en la cocina y casi se precipitó sobre la encimera, mirando los pasteles con ojos brillantes.

 

─¿En serio los has preparado tú? ¡Se ven deliciosos! Yo quiero el de chocolate.

─Es de tres chocolates ─especificó Konan, entrando tras él. Guardó silencio al notar la expresión de fastidio en Sasuke y el rostro sumamente serio de Itachi. Percibiendo que al parecer habían interrumpido un momento delicado, tomó uno de los pasteles─. Naruto, ¿por qué no me ayudas a llevar esto a la mesa? ─pidió.

─¡Claro! ─respondió tomando el otro pastel, devorándolo con la mirada mientras salía tras ella. Él no se había percatado del momento tenso entre los hermanos.

 

Cuando estuvieron solos, Itachi suspiró y Sasuke dejó los platos nuevamente sobre la encimera. Querían decirse muchas cosas, pero temían romper el hielo.

 

─Deberías dejar de juzgar a Konan por su apariencia ─aconsejó.

─Itachi… ─trató de decir, pero fue interrumpido.

─¿Acaso piensas que una mujer sólo se acercaría a mí por mi dinero?

─¡No! ─casi exclamó─. No quise decir eso.

 

Naruto entró de nuevo en la cocina, obligándoles a guardar silencio.

 

─¡Teme! ─protestó, siendo seguido por Konan que había tratado de detenerle sin éxito─. Ya sé que amas a tu hermano’ttebayo, ¿pero no puedes amarlo mientras comemos? ¡Me muero de hambre!

 

Sasuke chasqueó la lengua con fastidio y apartó la mirada para ocultar un suave rubor en sus blancas mejillas.

 

─Usuratonkachi… ─masculló para sí mismo.

─Claro, Naruto-kun ─respondió Itachi con su típica amabilidad.

 

A Naruto le gustó el encuentro en el apartamento de Itachi. La comida estaba deliciosa, y degustar el pastel de tres chocolates era como estar en el cielo. No cesó en llenar a Konan de alabanzas por su buena mano con la cocina, crispando los nervios de Sasuke sin saberlo.

 

La curiosidad le ganó en algún momento de la comida, y no pudo evitar preguntarles a Itachi y a Konan cómo se conocieron, cuándo, y cuánto tiempo llevaban saliendo.

 

─Dobe, no seas indiscreto ─le riñó su novio con voz monocorde.

─No importa, está bien ─habló Konan restándole importancia, antes de contestar sus dudas.

 

La voz de Konan y la de Naruto fueron las únicas que llenaron el silencio del apartamento. Itachi habló poco, y Sasuke mucho menos; estaban un poco incómodos por lo ocurrido en la cocina.

 

A riesgo de ser también impertinente, Konan le devolvió las preguntas a Naruto. El rubio al instante sonrió un poco avergonzado, pero respondió sin dudar.

 

─Conocí a Sasuke cuando tenía siete años, un día que se quedó a cuidarme porque mis padres salieron de la ciudad. En aquel momento no lo noté porque era un niño, pero ahora me doy cuenta de que el teme fue tan huraño conmigo… ─Rió.

─¡Naruto! ─replicó éste, dedicándole una severa mirada.

 

Pero el otro no se incomodó en absoluto. Sólo siguió riendo y alzó las manos en son de paz para calmar a su novio.

 

─Admite que tengo razón dattebayo ─insistió─. Yo te idolatraba, y tú sólo eras un gruñón que me trataba como si yo sólo fuese un estorbo.

─Es que eras un estorbo.

─¡Sasuke! ─protestó ahora él, ofendido.

 

Ambos se fulminaron con la mirada, hasta que la voz de Konan les hizo desistir.

 

─Pero en algún momento Sasuke amó al “estorbo”, ¿no es así?

─¡Sí! ─Sonrió Naruto como si el enojo de hace segundos jamás hubiese existido─. Me costó muchísimo que este terco se fijara en mí, pero lo logré. ─Ensanchó su sonrisa, presumiendo su logro.

 

Sasuke sólo se llevó una mano al rostro, mascullando insultos hacia su pareja bocazas. No tenía por qué decir esas cosas.

 

─Y ahora llevamos juntos poco más de un mes ─continuó explicando el rubio.

 

A Konan le llamó la atención el relato de Naruto. Si conoció a Sasuke un día que éste se quedó a cuidarle…

 

─¿Cuántos años te llevas con Sasuke? ─curioseó.

─Diez años.

 

La mujer se limitó a asentir y Naruto sólo pudo parpadear sorprendido. Llamaba su atención la naturalidad con la que ella le aceptaba como novio de Sasuke. No era común que la gente fuera tan abierta con respecto a la homosexualidad. Reconocía que una pequeña parte de él había estado nervioso pensando en el momento en que conocería a la novia de Itachi, preguntándose si recibiría miradas de desaprobación o comentarios hostiles por ser diferente.

 

En ese momento deseó que la relación de Itachi con Konan durara para siempre. Sería divertido que Sasuke y él pudieran juntarse más a menudo con Itachi y Konan, pero si Itachi rompía su relación y salía con otra mujer nada le aseguraba que también les aceptaría a Sasuke y a él.

 

Más adelante Itachi empezó a unirse a las conversaciones de Naruto y Konan, quienes hablaban de sus hobbies. Cuando la mujer comentó que le encantaba el origami*, Naruto no pudo evitar pedirle que un día le enseñara ese arte, a lo que ella asintió.

 

Sasuke no tardó en exponer sus ganas de regresar, y aunque Naruto trató de retenerle un poco más de tiempo fue imposible. Sasuke sentenció que se marcharía con o sin él, por lo que Naruto finalmente aceptó marcharse. Se despidió de la pareja, comentando sus deseos de volver a verles pronto.

 

─¿Por qué tanta prisa, Sasuke? ─preguntó una vez que estuvieron solos, mientras pulsaba el botón del ascensor.

─¿Prisa? ─ironizó─. ¿Acaso has perdido la noción del tiempo? Llevamos horas encerrados allí.

 

Mientras subían en el ascensor Naruto no pudo evitar sacar su teléfono para mirar la hora.

 

─De cualquier forma, pensaba que te gustaría estar un rato más junto a tu hermano’ttebayo… ─Apenas abandonaban el ascensor cuando el teléfono en su mano comenzó a vibrar y a emitir una melodía. Confundido respondió la llamada tras ver el nombre que parpadeaba en la pantalla─. ¿Ocurre algo, I…?

─No digas mi nombre, Naruto-kun ─interrumpió veloz, obligando al otro a guardar silencio─. Actúa con naturalidad, no quiero que mi hermano sepa que estás hablando conmigo.

─Ah… ─balbuceó un poco confundido, pero decidió hacer lo que el otro le dijo─. ¡Oh, Kiba, cuánto tiempo! ¿A qué se debe tu llamada?

─Naruto-kun, necesito tu ayuda. No te pediría esto de no ser necesario, pero…

─¿De qué se trata?, ¿ocurre algo malo? ─Se preocupó. Acababa de ver a Itachi y todo parecía estar bien.

─Como habrás notado durante la comida, a Sasuke le desagrada Konan.

─¿En serio? ─cuestionó sorprendido.

 

Su voz se escuchó tan inocente, que Itachi no tuvo más remedio que creerle sin lugar a dudas. ¿Ten despistado era Naruto-kun?

 

─¿No lo notaste?

 

Tardó un poco en responderle, sintiéndose tonto.

 

─Lo lamento dattebayo, no lo noté.

─No pasa nada ─desestimó─. Como te decía, a Sasuke no le agrada Konan, y me gustaría pedirte ayuda para que él la acepte.

─¿Y cómo se supone que voy a lograr eso… eh… Kiba?

─No estoy muy seguro, pero confío en ti. Si fuiste capaz de que el terco de mi hermano se hiciera tu novio, creo que puedes conseguir cualquier cosa.

─¿Eso fue un halago, o un insulto? ─cuestionó ligeramente ceñudo, confundido.

─Un halago, Naruto-kun.

─Ah… ─Sonrió─. Veré qué puedo hacer. ¡Te ayudaré! ─prometió.

─Te lo agradezco. Pero, quiero decirte algo más.

─¿Qué es?

─No presiones a Sasuke, si no cede, detente. ¿Recuerdas cuando te comenté la técnica que uso con él?

─Sí. ─Sonrió una vez más─. Presionar, dejarlo descansar un tiempo, y después volver a presionar.

─Exacto. ─Sonrió también al otro lado de la línea─. Naruto-kun…

─¿Qué?

─Me alegro de que mi hermano te haya encontrado. No puedo pensar en nadie mejor para él que tú.

 

El cuerpo de Naruto se estremeció de tal forma que el teléfono casi se le cae de la mano. Por suerte lo atrapó en el aire antes de que se estrellara en el suelo.

 

─Torpe ─le riñó Sasuke que caminaba a su lado. Había faltado poco para que el costoso teléfono se hiciera añicos en el suelo.

 

Pero Naruto ignoró el insulto. Las palabras de Itachi todavía retumbaban en su cabeza, arrancándole un furioso sonrojo en las mejillas. Al llevar el teléfono a su oreja de nuevo, escuchó a Itachi llamarle incesante.

 

─¿Naruto-kun?, ¿me oyes?

 

No tenía idea de que Itachi le aceptaba de esa forma tan profunda y sincera como pareja de Sasuke. Se preguntó si Mikoto y Fugaku también le aceptarían de aquella forma.

 

─¿Naruto-kun?

─A-ah… Aquí estoy’tteba… ─balbuceó nervioso.

─Te agradezco tu ayuda ─insistió.

─N-no es nada… Kiba.

 

Itachi sonrió al escuchar la forma en que le llamó, y tras despedirse colgó.

 

─Te dije que no le llamaras. ─Escuchó la voz de Konan tras él─. ¿Y si Naruto tiene problemas con tu hermano por ayudarme?

─Confío en Naruto-kun ─respondió al verse descubierto. Había aprovechado un momento que ella entró en la cocina para llamar al rubio, pero al parecer en algún momento ella había salido y había escuchado lo suficiente como para saber que finalmente la había desobedecido y había llamado al chico─. Él sabrá qué hacer ─aseguró calmado.

─Si tú lo dices…

 

Algo lejos de allí, Naruto se llevó las manos a la cabeza y se revolvió los rubios mechones con desesperación. Le había asegurado a Itachi que le ayudaría, ¡pero no tenía ni idea de qué hacer para lograrlo! No bastaba con pedirle a Sasuke que tratara de ver con buenos ojos a Konan, a él mismo le tomó su tiempo empezar a tolerar a Suigetsu hasta que finalmente lo consideró un amigo.

 

─¿Qué haces?

 

La voz de Sasuke llamó su atención. Giraron en una intersección, abandonando la calle principal para entrar en otra más tranquila y peatonal, dejando atrás el molesto ruido de los vehículos.

 

─Nada ─atinó a decir. Por suerte Sasuke no le había preguntado sobre la llamada telefónica, su novio no era precisamente fisgón. Se llevó las manos al estómago y lo masajeó─. Ah, estoy lleno dattebayo. La comida estaba deliciosa, ¿no es así? ─Un ruidito fue todo lo que recibió como respuesta─. Deberías haber probado el postre, al menos el pastel de zanahoria. Konan dijo que lo preparó exclusivamente para ti porque Itachi le dijo que no te gustan las cosas dulces.

 

Dio un sutil respingo al ver una de las cejas de Sasuke sacudirse en un tic de molestia con la simple mención de la mujer. ¿Cómo no lo había notado durante la cena? Seguramente Itachi pensaba que era tan idiota que deberían de hacerle un monumento en honor a su despiste.

 

Al no obtener respuesta, continuó.

 

─Y… ¿no te parece una suerte que tu hermano tenga una novia como Konan? ─se atrevió a preguntar.

─¿Qué? ─masculló al instante, dedicándole una seca mirada.

 

De verdad, ¿cómo no lo notó durante la cena?

 

─L-lo digo porque… ella nos acepta dattebayo. No le importa que yo sea tu novio.

─Esa mujer… ─comenzó a decir con los dientes apretados─, no me gusta, sólo quiere el dinero de mi hermano.

─¿En serio? ─Abrió los ojos de par en par por la sorpresa─. ¿Cómo lo sabes?, ¿la conoces de antes?, ¿es una estafadora o algo?

─No la conozco de nada. Pero se nota que quiere el dinero de Itachi.

─¿En qué te basas para decir eso, Sasuke? ─Se cruzó de brazos, tornándose su expresión por momentos más seria─. A mí no me pareció así. Konan trabaja, me lo dijo, y por la forma en que mira a tu hermano no me pareció que sea ese tipo de mujer.

─Dices eso porque eres ingenuo, Naruto.

─¡Y tú eres idiota!

 

La repentina explosión de enojo sorprendió a Sasuke, quien enfrentó a su novio. No entendía la razón de su enfado.

 

─¡No me gusta la forma en que estás juzgando a Konan’ttebayo!

 

Deberías dejar de juzgar a Konan por su apariencia

 

─Entonces… ─Volvió a hablar Naruto, conteniendo el enojo─. ¿Entonces las primeras veces que me acerqué a ti pensaste que lo hice por dinero?

─Eso no tiene sentido, cuando empezaste a acercarte a mí ni siquiera tenía trabajo.

─Pero ahora sí lo tienes, y me regalaste ese móvil caro… cualquiera pensaría que sólo quiero ser un mantenido.

─Basta, Naruto ─sentenció─. No pienso discutir contigo, y mucho menos por Konan.

 

A regañadientes Naruto se tragó sus réplicas. En realidad no estaba tan enojado, había sobreactuado un poco para hacer reaccionar a Sasuke, pero no había servido. Recordando el consejo de Itachi, dejó de insistir.

 

Pero no se detendría ahí. Quería ayudar a Itachi y a Konan.

 

Caminaron hacia la casa del rubio. Sasuke le acompañaría hasta unas calles próximas a sus hogares.

 

─Hoy no hemos podido pasar tiempo a solas’tteba ─comentó al aire Naruto.

 

En silencio Sasuke miró el perfil de su novio. Era cierto, no habían pasado tiempo a solas. La mayor parte del tiempo estuvieron en el apartamento de Itachi.

 

─Si nuestros padres supieran que somos novios, te invitaría a pasar un rato en casa. ─Sonrió con ilusión.

─Todavía no.

 

La respuesta fue tan tajante que sorprendió un poco a Naruto e hizo desaparecer su sonrisa.

 

─Teme, hablaba hipotéticamente ─expuso empleando un tono obvio. Tras un breve silencio, volvió a tomar la palabra─. ¿Cuándo se los diremos?

─Sería imprudente hacerlo ahora, mejor más adelante.

─¿Cuándo es “más adelante” dattebayo? ─curioseó. Pero no obtuvo respuesta. Suspirando se llevó las manos a la nuca─. No me siento cómodo mintiendo a mis padres.

─¿Crees que yo sí?

─Entonces deberíamos hablar con ellos ─determinó.

 

Fue imposible para Sasuke contener un bufido de molestia. No llevaba ni dos meses saliendo con Naruto, no quería exponerse a ser rechazado por sus padres y que después la relación no funcionara. Era cierto que era un adulto y podía hacer con su vida lo que quisiera, pero no le gustaría romper la relación con sus padres. Ellos e Itachi eran todo lo que tenía… y también Naruto ahora.

 

Por otro lado era obvio que los Uzumaki no iban a tomar bien la noticia. Alejarían a Naruto de su lado, seguramente le prohibirían verle. Naruto era menor de edad, su obligación era acatar las órdenes de sus progenitores.

 

De ninguna manera. Lo más sensato era esperar un poco más.

 

─Sasuke, qué sorpresa.

 

El mencionado abrió los ojos de par en par al reconocer la voz de su padre. Alzó la mirada, viendo que éste caminaba hacia ellos.

 

─Hola, Fugaku ─saludó Naruto con una sonrisa.

─Hola ─respondió afable, dedicándole después una mirada a su hijo─. ¿Vas a casa? No te esperábamos hoy, últimamente parece que ni quieres pasar por casa ─reprochó.

─No es así ─respondió Sasuke inmutable─. He tenido asuntos que atender.

 

Fugaku suspiró con cierto fastidio.

 

─Sólo los hijos maleducados mienten a sus padres, y que yo recuerde no te di una educación mediocre para que ahora lo hagas. Tu madre y yo hemos estado hablando últimamente sobre ti… la razón por la que apenas pasas por casa es por una chica, ¿cierto? ─aseguró.

 

Estaba tan centrado en pensar que su padre se había dado cuenta de que le había mentido, que tardó segundos en procesar lo último que dijo.

 

─Lo lamento, yo… ¿Qué? ─Alzó la voz al preguntarlo más de lo que deseó─. No tengo novia.

─¿Por qué lo escondes? ─Le miró severo─. Ya tienes veintisiete, es normal que tengas una chica. Deja de esconderlo de una vez y llévala a casa un día de estos para conocerla.

 

Al sentirse observado, Sasuke giró, descubriendo que su novio le dedicaba una intensa mirada que claramente gritaba “Dile que yo soy tu novio” Pero le ignoró con descaro.

 

─Llevamos poco tiempo de relación, papá─. Naruto sonrió esperanzado, ¿Sasuke iba a decirle la verdad?─. Cuando la relación sea más sólida la llevaré a casa.

 

El rubio parpadeó ante lo escuchado. ¿La llevaré?, ¿la? ¿Por qué hablaba en femenino? ¿Acaso no iba a decirle la verdad? Se enfurruñó al darse cuenta de ello.

 

─Si ese es el caso, lo entiendo ─respondió el hombre totalmente conforme.

─¿Y a dónde vas? ─Cambió Sasuke de tema.

─Había quedado con Minato en un bar cercano, hace tiempo que no nos vemos. Beberemos y charlaremos.

─No te quito más tiempo ─comentó, echando disimuladamente a su padre para detener aquella conversación incómoda de una vez.

─Claro, seguro que ya me está esperando. ─Miró a Naruto y le palmeó un hombro─. Saluda a tu madre de mi parte ─dijo antes de despedirse y marcharse.

 

Un pesado silencio que duró largos segundos se instaló en la pareja. De haber sabido que se encontraría con su padre y saldría ese tema de conversación tan espinoso, no habría acompañado a Naruto.

 

─Eso ha sido cobarde’ttebayo… ─masculló.

 

Con el orgullo golpeado, respondió de mala gana.

 

─No fue cobardía, fue sensatez.

‹‹¿Entonces es sensato negarme?››, pensó con frustración, pero finalmente arrugó el entrecejo y apartando el rostro con un gesto airado se alejó─. Me voy a casa.

─Naruto… ─le llamó, pero fue ignorado.

 

No insistió. Al parecer no era el mejor día para ambos. Él con su irritación hacia Konan, y Naruto enfadado porque no quiso exponer lo que a todas luces era mejor callar.

 

En momentos así los diez años que les separaban eran palpables. Naruto no meditaba profundamente las consecuencias de sus actos como lo hacía él. Naruto pensaba que cuando confesaran su relación sus padres les recibirían con los brazos abiertos, como si fuera lo más normal del mundo. No podía estar más equivocado. No aceptarían con normalidad una relación homosexual donde, para colmo, uno de ellos era un adulto y el otro un adolescente, un menor de edad.

 

Lo mejor de momento era seguir ocultándolo como hasta ahora. Esperaba que Naruto lo pensara más detenidamente y lo entendiera.

 

Al parecer la suerte estaba de su lado, ya que al día siguiente Naruto se presentó en su apartamento con una sonrisilla de arrepentimiento y se disculpó con un abrazo, asegurándole que tenía razón y que era mejor esperar.

 

Un suspiro de enorme alivio brotó de los labios de Sasuke ese día.

 

****

 

Los días transcurrieron con rapidez, y con ellos las vacaciones de Naruto finalizaron y empezó la universidad. Las primeras semanas Sasuke notaba a su novio inquieto, le costaba adaptarse al nuevo ritmo, pero con el paso de las semanas se fue acostumbrando. En un parpadeo habían entrado en junio. Parecía imposible que acabara de cumplir cuatro meses de relación con Naruto. Una relación llena de altibajos. Unos días se los pasaban discutiendo por estupideces, y otros días la felicidad y la armonía imperaba sobre ellos.

 

Francamente su relación estaba durando más de lo que esperó en un principio. Cuando peleaban, a veces se preguntaba si Naruto le dejaría por ser tan huraño para mejor buscar a alguien de su edad y que fuera tan alegre y sociable como él. Pero Naruto siempre volvía. No importa quién hubiera iniciado la pelea, siempre volvía a él, y eso le tranquilizaba.

 

Lo mejor de todo era que Suigetsu había desistido en sus acercamientos a Naruto, o al menos eso parecía. Por otro lado, Karin y él estaban retomando su amistad poco a poco, recomponiendo los pedazos quebrados. A veces tomaban algo juntos cuando se encontraban en la sala de descanso del hospital y hablaban sobre banalidades, ella más que él. Todavía recordaba la genuina felicidad de Naruto cuando le contó que Karin y él estaban retomando su amistad. No parecía sentirse celoso en absoluto, o amenazado por el hecho de que prácticamente cada día compartiera tiempo con la persona que en el pasado le profesó amor y trató de alejarles.

 

Con tedio revisó la hora en su teléfono una vez más. Había quedado con Naruto en su apartamento, y ya había pasado una hora y media de la hora acordada. Naruto no era la puntualidad andante, pero tampoco se retrasaba de aquella manera. Le llamó un par de veces, preocupado por si le había ocurrido algo, pero tenía el teléfono apagado.

 

Con la preocupación aumentando, se planteó seriamente llamar a casa de los Uzumaki para preguntar por Naruto, a riesgo de que contestara Minato y le colgara sin responder su duda. Sabía que no era santo de devoción del rubio.

 

Justo entonces tocaron a la puerta. Con rapidez abrió, descubriendo justamente a la persona que deseaba ver. Naruto respiraba agitado, con las manos apoyadas sobre las rodillas y la mochila mal colgada sobre uno de los hombros.

 

─La-lamento el… retraso’ttebayo… ─balbuceó.

─¿Qué ha pasado? ─preguntó de inmediato.

 

Tras tomarse unos segundos más para recuperar el aliento, Naruto ingresó con confianza en el apartamento, cerrando tras él.

 

─Estaba en la biblioteca haciendo un trabajo con Gaara ─explicó mientras se dirigía a la cocina.

 

Confuso, Sasuke arqueó una ceja y le siguió. Al menos ahora entendía por qué tenía el teléfono apagado.

 

─¿Gaara? ─reiteró. ¿Quién era ese?

 

Su respuesta tardó en llegar, ya que Naruto se sirvió un vaso de agua y lo bebió con avidez. Estaba sediento debido a la carrera.

 

─Mi compañero de clase. Nos sentamos juntos. ¿Nunca te he hablado de él?

 

En silencio Sasuke negó. Quizá era normal que nunca le hubiera hablado de ese Gaara, o de algún otro compañero, rara vez preguntaba a Naruto cómo había ido su día en la universidad. Quizá debería hacerlo más a menudo.

 

─Es de Suna, pero me dijo que hace años su familia y él vinieron a Konoha buscando una vida mejor ─explico sirviéndose otro vaso de agua─. Gaara me recuerda a ti ─le dijo con una sonrisa y las mejillas rojas debido al reciente esfuerzo.

─¿Por qué?

 

De nuevo su respuesta se demoró porque Naruto bebió su segundo vaso de líquido vital. Suna era un pueblo costero, a poco más de dos horas de camino en coche. Nunca lo había visitado, pero decían que poseía playas limpias, de arena blanca y aguas cristalinas.

 

─Es callado y reservado’ttebayo. Apenas habla con los demás, me costó mucho empezar a tratarle, era como hablar con una pared. ─Finalizó con una risita. Sintiéndose saciado, dejó el vaso de lado y caminó hacia su novio para abrazarle, y alzándose ligeramente sobre la punta de sus pies presionó sus labios en un beso suave─. Y ahora tengo que irme ─le dijo soltándole.

─¿Qué? ─preguntó, creyendo que había escuchado mal. Naruto no llevaba allí ni cinco minutos.

 

El menor sonrió avergonzado por el poco tiempo que había podido dedicarle a su pareja ese día.

 

─Lo siento ─se disculpó de nuevo, llevándose una mano a la nuca. Desde que entró en la universidad le estaba resultando difícil dividir su tiempo entre los estudios, su familia, su novio y amigos─. Había quedado con mis amigos en el parque, hace mucho que no tenemos un partido.

 

El entrecejo de Sasuke no tardó en arrugarse en señal de profunda molestia. Había sacrificado tiempo a su lado para pasarlo con ese Gaara, hace más de una hora y media que Naruto debía estar ahí con él. Pero no, era mejor alargar el tiempo con Gaara, acortar el tiempo con él y pasar tiempo con los amigos.

 

Notando la agria expresión en su pareja, Naruto pensó en alguna forma de calmarle.

 

─¡Ya sé! ¿Por qué no vienes conmigo? ─propuso alegre─. ¡Me gustaría mucho que me veas jugar! ¡Incluso puedes jugar con nosotros si quieres! ─le animó─. Suigetsu ha jugado alguna vez con nosotros, y él me dijo una vez que tú eras mejor jugador que él. Será una forma de pasar tiempo juntos.

 

Ciertamente Sasuke no tenía ganas de salir. Su plan para lo que quedaba de tarde era acurrucarse con Naruto en el sofá, ver la tele, hablar, besarse… cualquier cosa.

 

Con un dedo se presionó el entrecejo, reparando en su pensamiento anterior. Naruto tan enérgico y él tan apagado… ¿cómo es que todavía funcionaban como pareja? Era todo un misterio. Ni siquiera tenía treinta años y ya tenía planes de vejestorio para hacer con su pareja. En serio, ¿cómo lo soportaba Naruto?, ¿no le resultaba aburrida su compañía?

 

─Vamos ─aceptó.

 

Al instante Naruto celebró con una exclamación y le abrazó efusivo. Sonriendo ligeramente, Sasuke le devolvió el abrazo con más calma, disfrutando en silencio del contacto.

 

─Gaara dijo que tal vez vendría a verme jugar. Te lo presentaré dattebayo.

 

Para Sasuke era imposible imaginar en ese momento que aquel nombre se volvería una constante en su relación.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Origami: es un arte de origen japonés que consiste en el plegado de papel sin usar tijeras ni pegamento para obtener figuras de formas variadas, muchas de las cuales podrían considerarse como esculturas de papel.

 

¡Hola! :D Gracias a todos por leer y comentar.

 

Iba a actualizar la semana pasada, pero recordé que hoy es el SasuNaru Day en Japón y preferí actualizar hoy para celebrarlo (?) Y seguro que muchos os estáis preguntando, ¿no era el SasuNaru Day el 23 de octubre? Sí, pero en occidente. En oriente es hoy. ¿Por qué? La respuesta está en mi perfil, justo donde pone en negrita “¿Cuándo es el SasuNaru day?” Ahí podéis resolver vuestra duda (si es que queréis resolverla)

 

Por lo demás, lamento el retraso. Como puse en facebook a finales de enero, he tenido una tendinitis en ambas muñecas que me ha tenido muy adolorida. La derecha ya está perfectamente, pero la izquierda todavía me duele un poco si hago esfuerzos.

 

¡Se agradecerán reviews! Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en decírmelo. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).